Ficha n.º 12 Cuidados que merece un enfermo FRANCISCA GIL LÓPEZ Hospital Poniente. El Ejido INMACULADA GARCÍA MORALES ALEJANDRO BUENDÍA MUÑOZ Complejo Hospitalario Torrecárdenas. Almería TÍTULO: Cuidados que merece un enfermo. AUTOR: Joaquín Pi y Arsuaga. EDITA: Imprenta y Librería de Nicolás Moya, Garcilaso 6. LUGAR Y FECHA DE EDICIÓN: Madrid,1903. NÚMERO DE PÁGINAS: 110 (dedicatoria, prólogo e índice). O INTRODUCCIÓN. El autor y su obra formaron parte de un proyecto que no tuvo continuidad y que pretendió establecer en Madrid un centro para la formación de enfermeras laicas: «recibí el encargo de iniciarlas en el conocimiento de lo más indispensable para mejor llenar sus funciones». El objetivo lo deja claro el autor: «dar a conocer los más elementales cuidados que se ha de rodear á los enfermos y prometí publicarlas para que sus beneficios alcanzasen á alguien más que á mis quince o veinte discípulas». El autor adaptó los contenidos de su obra en forma de lecciones a las características de su
122 FICHA N.º 12. CUIDADOS QUE MERECE UN ENFERMO alumnado: «la heterogénea condición de mi auditorio, compuesto de señoras de avanzada edad y de muchachas muy jóvenes; algunas conocían varios idiomas; las había que leían con dificultad el nuestro; ignoraban todas cómo está constituido y cómo funciona nuestro organismo». Portada de la obra Cuidados que merece un enfermo. Madrid, 1903.
FRANCISCA GIL, INMACULADA GARCÍA, ALEJANDRO BUENDÍA 123 La obra, fechada en 1903, se enmarca dentro de la corriente reformista de la enfermería española de finales del XIX y principios del XX, en la que destaca el análisis y propuesta de Concepción Arenal en 1870, en las que pedía la creación de un escuela de enfermeras con expedición de una titulación 5, o la creación en Madrid, en 1896, de la primera escuela de enfermeras de España, la Escuela de Enfermeras Santa Isabel de Hungría, por el medico Federico Rubio y Galí, al que Joaquín Pi y Arsuaga lo declara en su libro «como ilustre maestro». De los manuales que se utilizaron en esta primera escuela no se tiene conocimiento 2, pero es posible que este libro se conociera o manejara entre sus alumnas, por la proximidad en sus fechas y el carácter de discípulo de Federico Rubio y Galí del autor. Los contenidos de la obra no recogen todavía los contenidos del temario del Real Decreto de 7 de mayo de 1915 3, en el que se crea la profesión de enfermería y se le da por primera vez un marco legal, estableciendo los requerimientos y conocimientos que debían reunir sus aspirantes. Esta obra se acerca más en sus contenidos a los tratados Manual de la enfermera, de M. A Seco, de 1894, o Manual práctico de la enfermera hospitalaria y domestica, de J. Vilar, compuesto en 1907 2. EL autor, Joaquín Pi y Arsuaga, era licenciado en Medicina y Cirugía, político y periodista, director del periódico republicano y federalista El Nuevo Régimen, diputado provincial por Madrid y a Cortes por Barcelona en 1931. Era hijo de Francisco Pi y Margall, segundo presidente de la República en 1873 1, a cuya memoria dedica el autor este libro. Cama preparada para enfermos incontinentes.
124 FICHA N.º 12. CUIDADOS QUE MERECE UN ENFERMO Desconocemos el motivo de la falta de referencias a esta obra en los manuales de historia de la enfermería en España 2, 5, 6 ; tampoco se da ninguna referencia de ella en las Mil referencias bibliográficas para la historia de la Enfermería, elaborado por Hiades. Revista de historia de la Enfermería en 1997 4. Se desconoce el número de ejemplares de esta edición o si la obra tuvo nuevas reimpresiones. ESTRUCTURA Y CONTENIDO DE LA OBRA. El manual es un solo tomo de 15 x 22 cm, consta de 110 paginas de texto, un prólogo y un índice; está estructurado en 10 lecciones y se acompaña de 87 figuras, unas son dibujos de Eusebio Figuer y otras proceden del catálogo de la fabrica de instrumentos de cirugía de la Casa Collin, de París; su precio era de dos pesetas. La obra se estructura en lecciones, donde el autor, en forma de dialogo, se dirige directamente a sus alumnas de una manera clara; con un carácter muy didáctico se esfuerza en desarrollar los contenidos de una forma breve y adaptada al nivel intelectual de sus discípulas. El autor, durante el desarrollo de las explicaciones, intenta remarcar la diferencia entre enfermeras y practicantes: «van ustedes a ser enfermeras no practicantas», «entendiendo que la enfermera no pasa de ser la persona que adopta por profesión la de asistir enfermos [...]». La primera lección desarrolla las condiciones que debe reunir una enfermera: «ha de ser robusta y sana, de regular edad, de inteligencia bastante [...] y de exquisitos sentimientos, discreta, dotada de un gran espíritu de observación». Junto a éstas, el autor asocia el valor sociocultural de mujer-madre cuidadoraenfermera: «a la cabecera de la cama ocupa siempre la mujer su puesto de honor», «la enfermera ha de tener sólidamente desarrollada las afecciones de familia». El autor no señala otras características tradicionales de ideales caritativos, de sumisión o vocacionales. El carácter laico de la escuela a la que se dirigía la obra se refleja en las recomendaciones que se dan sobre los cuidados de los moribundos: «para el más fervoroso creyente, para el hombre menos pusilánime, la presencia del notario que le invita a otorgar testamento o la del sacerdote que le invita a rezar la ultima oración trueca toda la calma de que hasta entonces se rodeó aquel lecho por la mas violenta de las emociones. Prodúzcanla quien quiera: nunca el médico ni ustedes las enfermeras». En la segunda lección explica cómo deben ser el vestuario de la enfermera y las normas de higiene personal que debía seguir: «las manos deben lavarse tantas
FRANCISCA GIL, INMACULADA GARCÍA, ALEJANDRO BUENDÍA 125 veces como se toque alguna cosa [...]». En la tercera, Joaquín Pi enumera una serie de instrumentales y de cuidados técnicos que debe conocer la enfermera para poder realizarlos: toma de temperatura, aplicación de ventosas, administración de inyecciones hipodérmicas, aplicación de cataplasmas. En las lecciones IV, V y VI se les enseña cómo deben ser las condiciones materiales y de equipamiento de las habitaciones y su limpieza diaria, posturas que deben adoptar los enfermos según su patología, útiles de eliminación o de incontinencia y se explica la realización de técnicas, como por ejemplo, la colocación de enemas. En las lecciones VII y VIII se habla de los medicamentos, sus tipos y formas de administración, de los tipos de baños y sus beneficios para el enfermo. En la lección IX se da un repaso a la alimentación de los enfermos, tipos, cualidades nutritivas y maneras de prepararse: «he entrado algunas veces en la manera de prepararlos, no para que ustedes los preparen, sino para que sepan mandar hacerlo». Esta lección recoge un artículo sobre el caldo publicado en la Revista Íbero-Americana de Ciencias Médicas, cuyo autor es el citado Federico Rubio y Galí. La ultima lección la dedica a explicar cómo es un quirófano, su equipamiento e instrumental, el papel de la enfermera en el preoperatorio y como ayudante del cirujano, o cómo debe realizar ciertas curas, terminando con conceptos sobre infección, desinfección, asepsia y antisepsia. Material empleado para aplicar agua fría o caliente (p. 61 de la obra).
126 FICHA N.º 12. CUIDADOS QUE MERECE UN ENFERMO CONCLUSIONES. La obra y la escuela que se proyectó formaban parte de las nuevas ideas reformadoras de la enfermería que se materializaron en la creación de la primera Escuela de Enfermeras Santa Isabel de Hungría en 1896. El carácter laico de la obra busca una mayor profesionalización de las enfermeras, apartándose de otros objetivos caritativos o espirituales. Mantiene el libro el estereotipo tradicional de mujer cuidadora. El autor remarca las diferencias entre enfermera y practicante, en cuanto a nivel de conocimientos, pero incluye en el texto una serie de cuidados de colaboración con el medico y de aplicación de técnicas que se solapan con las funciones del practicante. Como otros manuales de esta época, la obra está escrita por un licenciado en medicina. Este autor y su libro, olvidados, deberían ser incorporados como una parte de la historia de la Enfermería en España. BIBLIOGRAFÍA 1- ENCICLOPEDIA Sopena (1936): Nuevo Diccionario ilustrado de la lengua española. Ed. Ramón Sopena. Barcelona. 2- DOMÍNGUEZ-ALCÓN, C.(1986): Los cuidados y la profesión de enfermería en España. Ed. Pirámide. Madrid. 3- VALLE RACERO, J. I. (1998): Manual práctico de asistencia a enfermos. En Híades. Revista de Historia de la Enfermería, n.º 5-6. Alcalá de Guadaíra. Sevilla, pp. 47-51. 4- GARCÍA MARTÍNEZ, M. J.; García Martínez, A. C. (1997): 1000 referencias bibliográficas para la historia de la Enfermería. En Híades. Revista de Historia de la Enfermería, n.º 3-4. Alcalá de Guadaira. Sevilla, pp 1-123. 5- HERNÁNDEZ MARTÍN, F. (coord.) (1996): Historia de la enfermería en España. Ed. Síntesis, S. A. Madrid. 6- ESEVERRI CHAVERRI, C. (1995): Historia de la enfermería española e hispanoamericana. Ed. Universitas, S. A. Madrid.