- UNIVERSIDAD MILITAR NUEVA GRANADA Y ASUNTOS POLÍTICOS SERIE ANÁLISIS : SISTEMA INTERNACIONAL Y REGIONES GEOESTRATÉGICAS UMNG IEG-AP No. 18 Abril 20 de 2009 OBAMA Y LA INCIERTA PROYECCIÓN GLOBAL DE EEUU* LA ADMINISTRACIÓN estadounidense comenzó a enfrentar, en la práctica y en la realidad, de un mundo cada vez más inestable y volátil, sus primeros desafíos en diferentes puntos del planeta. Inicialmente la tensión asiática propiciada por la acción norcoreana ha dejado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con una condena que al parecer ya no cumple los efectos deseados en las relaciones internacionales. En África, dos eventos llaman la atención: por un lado, las actividades de la piratería somalí, en particular contra buques y personal civil estadounidense, se enfrentó con la liberación del secuestrado y la muerte de varios piratas, asunto que agudizó las tensiones y dejó, como precedente para los demás miembros de la coalición global contra ese delito, la acción armada de Estados Unidos; y por otro, en medio de una problemática regional más amplia, se destaca el rechazo por parte del presidente de Sudán con el respaldo de la Unión Africana y la Liga Árabe- de la orden de captura emitida por el fiscal de la Corte Penal Internacional en su contra, al señalarlo como responsable de la profunda crisis humanitaria en Darfur. Desde el Medio Oriente, la cuota de incertidumbre y provocación la aportan Irán e Israel, cuyos gobiernos, desde orillas opuestas, colocan al presidente Barack Obama en una situación extremadamente difícil, que ha tratado de manejar con su determinación por la creación de un Estado palestino. En Europa, en medio de la diversidad de problemas y contradicciones que sacuden a la Unión a partir de su palpitante heterogeneidad sacudida por la crisis económica, el referente más importante, sin duda, es la proyección regional de la Federación Rusa. *Doctor Juan Carlos Eastman Arango, asesor del Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos de la Universidad Militar Nueva Granada. Licenciado en Filosofía y Letras con Especialización en Historia. Especialista Honoris Causa en Geopolítica. Estudios de Doctorado en Historia. Catedrático del programa de relaciones internacionales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Y, finalmente, desde América Latina, los resultados de la V Cumbre de las Américas nos darán más claridad sobre el futuro de las tensiones inherentes que surgen a partir de los diferentes proyectos subregionales de cooperación e integración (Alba y Unasur, por ejemplo), la rivalidad de liderazgos latinoamericanos y la viabilidad de enfrentar, de forma interamericana, las principales amenazas a la seguridad subregional sobre la base de credibilidad, confianza mutua y certeza en la claridad al identificar sus causas. Hacia un mundo no estadounidense Las primeras semanas del nuevo gobierno estadounidense han girado alrededor de aquello que, sin duda, representa su preocupación central: la profundización de la crisis económica y la presión social y política generada por el aumento sensible del desempleo. Como era de esperarse, las expectativas provocadas por los medios de comunicación de influencia y simpatía demócrata en el resto del mundo, han quedado poco a poco en su justa dimensión: pocas sorpresas y mucha confusión, y en gran parte por la inercia que muchas decisiones de política exterior mientras se consolidan los nuevos equipos en las dependencias claves de la proyección del poder estadounidense. Durante su administración, al menos en materia de seguridad y defensa, el presidente estadounidense no la tendrá fácil. En primer lugar, la herencia de George W. Bush, que en algunos escenarios no ha dejado los sinsabores, desconfianza y resentimientos que tanto se han pregonado; por el contrario, deberá aceptar la irrupción o afirmación de los nacientes liderazgos político-militares regionales -hacia los cuales debería acercarse como socio y no como hegemón, de manera creíble-, y, finalmente, tendrá que afinar sus dispositivos institucionales convencionales para administrar, de forma compartida con sus pares de la Federación Rusa y China, la gestión de los grandes problemas y desafíos a la seguridad global, durante los próximos 4 años. Estos tiempos que se acercan no serán fáciles en ninguno de los aspectos de la convivencia social y política humana, y de momento, sus manifestaciones superan las organizaciones mundiales y regionales y los instrumentos tradicionales que hemos conocido que enfrentar sus causas y dinámicas. Frente a este panorama desafiante y sin antecedentes, cuáles son los primeros indicios y señalamientos que funcionarios de la administración demócrata han fijado en diferentes declaraciones y reuniones de carácter internacional, en donde la posición de Estados Unidos se registra con interés político?. 2
Debemos recordar que, desde muy pronto, personajes como Dennis Blair, Hilary Clinton, Thomas Shannon, Joseph Biden y el mismo Obama, dejaron ver sus valoraciones sobre los intereses estadounidenses en diferentes eventos y escenarios políticos, como en la 45ª Conferencia de Seguridad de Munich, el periplo asiático de la Secretaria de Estado y su visita a México, las declaraciones ante comisiones del Congreso sobre las amenazas a la seguridad hemisférica, la participación del presidente en los 60 años de la Otan y los primeros viajes de los delegados especiales para Medio Oriente y Afganistán. Más allá del lenguaje y de los adornos mediáticos que captan el entusiasmo internacional por el presidente Obama, la nueva administración enfrenta al mismo tiempo la inercia de la doctrina anterior, la permanencia del personal que integran los equipos de política exterior y defensa, y la necesidad de interpretar y balancear las expectativas globales con las necesidades estadounidenses. Salimos de Irak porque su suerte está definida, y ésta descansa en su fragmentación políticoterritorial? Nos concentramos en Afganistán porque este país constituye la nueva frontera de Occidente contra los efectos de las dinámicas asiáticas, chinas e iraníes combinadas con las rusas, a la manera decimonónica del gran juego para estas primeras décadas del siglo XXI?. A diferencia de Irak, parece que Obama quiere convertir la ofensiva afgana en la primera guerra regionalmente globalizada de forma legal de la historia. Cuando Bush trató de forzar las circunstancias a su favor, desconociendo incluso a Naciones Unidas con unos pocos aliados provenientes de varios rincones de la geografía planetaria, no lo consiguió pero sí privatizó sus objetivos y compartió, de manera pública y oficial, algunos de sus medios humanos y recursos. Afganistán parece ser lo mismo pero distinto. Nuevo? o, resultado de la inercia? Los hechos mostrarán, más adelante, que Obama no es diferente, en esencia, a las tradiciones imperialistas de los diferentes gobiernos que han decidido sobre la política exterior de Estados Unidos. Quizás no será la guerra preventiva, tan seductora en otras latitudes y coyunturas políticas, pero despunta, de nuevo, el imperialismo humanitario de Bill Clinton y los franceses de la década de 1990, más afecto a sus aliados occidentales y con una imagen más fácil de vender en los medios transnacionales de comunicación, así haya fracasado de forma cruenta y escandalosa, en su momento, también. La seguridad europea, la OTAN y Rusia La Otan cumplió 60 años de existencia y su continuidad se ha convertido, de por sí, en un debate nacional y regional. La identidad de la organización sigue siendo materia de controversia, y su eficacia disuasiva, sin Estados Unidos desaparece. La 3
demostración palmaria de su vulnerabilidad y fracturas la encuentra cada vez que el coloso ruso estornuda y bravea. Reconocemos en esta materia una especie de parálisis europea frente al empuje estadounidense, brusco y arrogante de la era Bush, ahora dialogado, sonriente pero igualmente amenazante del nuevo presidente, al menos, frente a las cámaras y antenas de los periodistas. Una de las inquietudes que tenemos frente a una Otan revitalizada y ampliada es su nueva cobertura geográfica y las vinculaciones políticas con sus correspondientes discursos- con otras organizaciones; por ejemplo, con la ONU, relación que suscita inquietud y controversia. Inevitablemente África vuelve a ser el laboratorio de estas experiencias en su lucha contra la piratería marítima que amenaza la seguridad de los intercambios comerciales, pero no contra las amenazas a la seguridad humana que padecen, desde hace décadas, los ciudadanos africanos. Rusia regresó, a pesar de los europeos. El pasado 17 de marzo, el presidente Medvédev anunció el fortalecimiento militar ruso para el 2011. Sus declaraciones públicas, en diferentes eventos mundiales, acompañadas por las del premier Vladimir Putin, como las expresadas en Davos durante el Foro Económico Mundial a finales de enero pasado, permiten reconocer un Estado que ha recuperado su confianza y determinación políticas para diseñar el nuevo orden mundial en función de sus intereses nacionales y su seguridad regional. Medvédev ha reafirmado la determinación rusa de participar en el futuro de América Latina desde lo económico y diplomático hasta la cooperación militar y en la lucha contra las drogas. La Unión Europea y otros países de la región, deben enfrentar muy rápidamente la perspectiva amenazante que su futuro quede de nuevo, como sucedió entre 1945 y 1992, condicionado y negociado en manos de rusos y estadounidenses. El laberinto del Medio Oriente La primera señal de inquietud para los diferentes actores de la problemática de la región, a excepción de los dirigentes israelíes, fue el silencio y la ausencia de reacción rápida y moralmente contundente por parte del gobierno Obama frente a la agresión militar de Israel contra el territorio palestino de Gaza, en medio de una campaña electoral polarizada e incierta en sus resultados para los vecinos de aquel país. Luego, su nuevo mapa político doméstico abrió otro horizonte de posibilidades en la región, cuyo destino cada vez está más unido al de Asia Central y su proyección geoestratégica sobre el eje Pakistán-India. El ascenso al poder de una coalición marcada por la ultraderecha israelí, en cuya cabeza principal estaría la vocería de asuntos exteriores de forma provocadora, 4
confirma una tendencia reciente en las relaciones regionales: al colapso previsible del régimen saudita acompañado por el agotamiento político del aliado egipcio, sumada a la obstinación histórica de Israel -que amenaza su propia existencia territorial-, los actores políticos extra regionales exploran nuevos interlocutores, colocan nuevas exigencias a las fracciones palestinas y diseñan un escenario que pueda contener la volatilidad política y radical que se cierne. Turquía, en el norte, resurge como parte de la co-administración regional; Irán, desde el este, se consolida como un interlocutor obligado; Siria y El Líbano tendrán que fortalecer sus lazos con la Unión Europea y alimentar el sueño neocolonial de la Francofonía; y, desde el sur, la ausencia eventual del eje Egipto-Israel abriría la incertidumbre geopolítica. Es la presencia de la Otan, bajo el formato de lucha contra la piratería somalí, la avanzada de esta apreciación? El desafío asiático Se le ha denominado la primera crisis para Obama. Sin embargo, esta iniciativa norcoreana en relación con el lanzamiento de un cohete-misil con un satélite que no existía, sí ha supuesto un desafío para los principales actores políticos en Asia Oriental, y en particular, alrededor de la península coreana: Federación Rusa, Estados Unidos, República Popular de China, Corea del Sur y Japón. Los aliados de Estados Unidos someterán a prueba su liderazgo en la región y su confianza frente a sociedades y gobiernos que se sienten vulnerables al aventurerismo internacional de un dirigente atrapado en su propio laberinto, Kim Jong-il. Las primeras declaraciones en el Consejo de Seguridad no favorecen la posición del gobierno de Obama. La primera conclusión: Corea del Norte debe seguir existiendo, con sus ambiciones nucleares, ya que se constituye en una prenda fundamental para administrar el miedo regional y aumentar las presiones político-militares sobre Estados Unidos. Quizás debamos llamar la atención sobre el componente principal de las tensiones: la pérdida del monopolio nuclear por parte de las grandes potencias y las emergentes como China, y la irrupción del chantaje nuclear como mecanismo de negociación y disuasión desde países pequeños colocados en la periferia o en las fronteras de los grandes actores político-militares. Estados Unidos, además, forma parte de un escenario más amplio en el que la rivalidad por la hegemonía asiática reconoce varios actores políticos y económicos tanto individuales como asociados-, cuyas posiciones han salido mejor libradas de la crisis que las de aquel país. China, India, Australia (si aceptamos que este país debe apropiarse de su destino como miembro de la comunidad de naciones de Asia) y Japón, son los interlocutores obligados en cualquier agenda estadounidense para este inmenso escenario, continental y oceánico (Océano Indico y pacífico 5
Occidental). El mundo, confuso e inseguro, pero nuestro El mundo parece confuso, pero no lo es. Evidentemente no nos gustará, pero es el que hemos construido, colectivamente, de forma activa o pasiva, durante décadas. De ahí la importancia que los ciudadanos sean profundamente conscientes de la trascendencia de su participación en los debates y selección de las plataformas políticas relacionadas, también, con asuntos internacionales. No se trata simplemente de reconocer que el mundo es interdependiente, así lo sea de forma asimétrica sino de apropiarnos de las agendas de política exterior, de ciudadanizar los debates sobre las proyecciones e interrelaciones económicas, políticas y militares de nuestro país y de otros países cuyo interés sea inocultable, por sus articulaciones y efectos, en la vida de cada uno de nosotros. El mundo sí puede ser diferente para la siguiente generación si nos involucramos activamente y reivindicamos las condiciones públicas de la seguridad y de la política exterior 1. 1 ARANGO, Eastman Juan Carlos. Obama y la incierta proyección global de EU. FLASH Domingo 19 de Abril de 2009. Disponible en Internet (en línea): http://www.elnuevosiglo.com.co/noticia.php. 6