Ser Humano
1 Sesión No. 12 Nombre: Solidaridad Contextualización El supuesto bienestar que logran los hombres a fuerza de derribar a los otros, de utilizarlos como simples escalones para subir al éxito, de olvidarlos en la desdicha, de ignorarlos en la pobreza, de sumirlos en la ignorancia, es solo una desdichada farsa de poder y comodidad que tiene sumida a la sociedad en un estancamiento fétido de intereses personales que ha relegado en el olvido la confianza entre los hombres. El hombre necesita de la sociedad, es un ser social por naturaleza; pero el orden y su desarrollo deben subordinarse al bien de la persona. La falta de solidaridad no solo afecta a los necesitados o a los países en desarrollo o a los ignorantes, también se revierte en contra nuestra y nos afecta tan directamente como a los más necesitados. Podemos decir que ser solidarios con los demás es ser solidarios con nosotros mismos, pero de una manera genuina, legitima.
2 Introducción al Tema La vida humana es sinónimo de vida social, y su correcto funcionamiento se da a través de vivir la solidaridad. De tener la autodeterminación para hacer propio un valor, como parte de su personalidad y su proyecto de vida. Para vivir la solidaridad se debe tener una determinación solida de la voluntad individual que permita asumir no solo una responsabilidad, sino un sentimiento de pertenencia o un vínculo con aquel valor implicado. La solidaridad promueve vivir aprovechando al máximo nuestras capacidades y las de los demás para seguir adelante con todo aquello que se nos ha confiado. Comprometer nuestro ser con diferentes personas no solo impone orden en nuestra vida, sino que nos ayuda a reafirmar nuestra personalidad, porque cada compromiso representa al menos un valor de los que dan sentido a nuestra vida y motivan nuestra conducta. Preocuparnos por nosotros y por los nuestros es licito, pero no a costa de los demás, sino de la mano de los demás, colaborando con el desarrollo de todos. Primero en la familia, luego en la comunidad, más tarde en la sociedad o mas allá de nuestras fronteras.
3 Explicación VI.3 El bien común y la justicia social Una persona que está comprometida con la solidaridad tiene las siguientes características: Cumple con sus obligaciones, haciendo un poco más de lo esperado. Da lo mejor de su esfuerzo, con gusto y no con resentimiento; renunciando a ciertas actitudes o acciones para el mismo. Es generosa. Busca como dar más afecto, cariño y bienestar a los otros. Es feliz con lo que hace, hasta el punto de no ver el compromiso como una carga, sino como el medio ideal para perfeccionar su persona a través del servicio a los demás. La solidaridad necesita estar vinculada y sentir gusto por aquello que se tiene que cumplir. Para vivir la solidaridad es necesario asumir y enfrentar responsablemente los compromisos adquiridos, es por esto que en lo individual debemos esforzarnos por: 1. Establecer compromisos en todas las aéreas de nuestra vida, no limitarnos a una sola. 2. Buscar que los compromisos sean realistas y estén dentro de nuestras posibilidades. 3. Disciplinarnos de manera que podamos cumplir con todos los compromisos. 4. Elegir compromisos de acuerdo con un proyecto integral de vida, que nos realice como personas, siempre y cuando no nos obliguen a ir en contra de nuestros valores. 5. Comprometernos, en primer lugar, con la verdad, con la vida, con la dignidad de todas las personas.
4 Una sociedad de verdad libre llega a serlo cuando sus ciudadanos asumen el compromiso de pensar en el bien, y vivir de acuerdo con Él. Una persona solidaria tiene la humildad y el respeto necesarios para reconocer sus propias limitaciones y apreciar los ricos recursos que pone a su disposición la interacción con los corazones y las mentes de otros seres humanos. Una persona que busca la solidaridad dentro de su sociedad actúa conforme a los siguientes principios: Su fuerza interna e impulsiva reside en los valores. Tiene la responsabilidad de actuar siempre enfocada al bien. Dirige todo su esfuerzo a la realización del bien. Anticipa y previene problemas. Actúa a pesar de la incertidumbre. La falta de compromiso no solo evita lograr lo que nos proponemos, sino que, nos estanca en nuestro crecimiento y trascendencia como personas y sociedad. VI.4 La profesión como servicio solidario El desarrollo de todos es también mi desarrollo; el bien de todos es también mío. La solidaridad debe ser verdadera, tangible, cierta. Debe ser activa, perseverante, constante. El compromiso del hombre y de la mujer es un servicio para aquellos cuyas vidas y destinos están ligados estrechamente entre si. La solidaridad es lo contrario del egoísmo. Por eso hemos dicho: la solidaridad es unión, mientras que el egoísmo es aislamiento. La solidaridad favorece el desarrollo; el egoísmo, la pobreza. La solidaridad aprovecha los bienes, los distribuye, los comparte, los multiplica; el egoísmo, los
5 corrompe, los hace estériles, los pervierte para hacer de los bienes plataformas de podredumbre, de riquezas desbordantes de inutilidad y vergüenza. Es este sentido, podemos decir que las tendencias humanas que se oponen a la solidaridad no solo son negativas, sino también antinaturales. Son señales patológicas en una persona que no reconoce la dignidad del individuo ni se ha dado cuenta, ciego de avaricia, ciego a que todos somos de verdad responsables de todos. Así como la solidaridad nos humaniza, la falta de ella nos pervierte, nos aleja, nos hace negar nuestra propia naturaleza. Oponerse a la solidaridad es oponerse a la naturaleza social del hombre y equivale a afirmar que uno es autosuficiente, que no necesita de otros, que los otros no lo merecen, que uno no le debe nada a nadie. No escuchar el llamado a la solidaridad es una acción que desvirtúa al ser humano para convertirlo en un ser solitario, egoísta, fuera de la realidad, lejano de los otros hombres, duro de corazón: demandante para exigir, pobre para ofrecer. Querer olvidar la solidaridad y observar con los brazos cruzados las necesidades de los que nos rodean es un síntoma de un profundo egoísmo, una irreparable ceguera o una asombrosa ingratitud. Ya sean juristas, filósofos, o morales los argumentos que se esgriman a favor de ella, cualquier hombre que acepte la justicia como la constante y perpetua disposición de dar a cada quien lo que por derecho le corresponde, sabrá, por lo mismo, observar en la solidaridad una verdadera exigencia de la justicia misma y un llamado urgente de caridad universal.
6 Conclusión El ser humano es un ser social: necesita de otros y los otros necesitan de el. A partir de esto el alumno distinguió los conceptos de bien común y de justicia social, además valoro la profesión como un servicio solidario.
7 Actividad de Aprendizaje Al realizar esta actividad el alumno podrá demostrar el nivel de apropiación del conocimiento obtenido a través de esta sesión, para esto elaborará un ensayo, en Word, de dos cuartillas, sobre los temas tratados en está, tomando en cuenta que se evaluarán las siguientes características: Título: a través de él se debe definir el tema que se abordará en el mismo. Introducción: se debe plantear de manera específica el objetivo del texto. Desarrollo: debe de contar con fundamentos teóricos así como mínimo 2 fuentes bibliográficas. Conclusiones: este debe de explicar la detonante planteada en la introducción. Así como bibliografía ortografía y redacción. Al finalizar el desarrollo de este tendrás que subirlo a la plataforma.
8 Referencias Beuchot, M. (2004). Antropología filosófica. España: Emmanuel Mounier. Cassirer, E. (2007). Antropología Filosófica. D.F.: Fondo de Cultura Económica. Tischner, J. (1983). Ética de la solidaridad. Madrid: Encuentro. XXIII, J. (28 de marzo de 1959). Multimedios. Recuperado el 3 de agosto de 2007, de Misterio de muerte y vida : www.multimedios.org/docs2/d000855/index.html