Año 35 - Edición Nº 733 24 de Mayo de 2013 Salarios en Argentina y Brasil: La otra brecha importante Marcelo Capello, Gerardo García Oro y Marcos Cohen Arazi mcapello@ieral.org gerardogarciaoro@gmail.com mcohen@ieral.org
Resumen Salarios en Argentina y Brasil: La otra brecha importante 1 En materia de competitividad uno de los factores a considerar es la relación existente entre los costos para producir en Argentina versus otros países competidores, lo cual depende tanto de la propia evolución nominal de dichos costos como de las tasas de cambio externo de cada país, y sus niveles de productividad. En particular, es importante seguir la evolución de la brecha entre los salarios industriales abonados a trabajadores del sector formal, medidos en dólares corrientes. Especialmente interesante resulta realizar tal comparación entre Argentina y Brasil, por resultar éste principal socio comercial y a su vez competidor en vastos sectores manufactureros. Esta publicación es propiedad del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de Fundación Mediterránea. Dirección Marcelo L. Capello. Dirección Nacional del Derecho de Autor Ley Nº 11723 - Nº 2328, Registro de Propiedad Intelectual Nº 5085982. ISSN Nº 1850-6895 (correo electrónico). Se autoriza la reproducción total o parcial citando la fuente. Sede Buenos Aires y domicilio legal: Viamonte 610, 2º piso (C1053ABN) Buenos Aires, Argentina. Tel.: (54-11) 4393-0375. Sede Córdoba: Campillo 394 (5001) Córdoba, Argentina. Tel.: (54-351) 472-6525/6523. E-mail: info@ieral.org ieralcordoba@ieral.org. 1 Una versión resumida de esta nota se publicó en Ámbito Financiero el 23 de mayo de 2013. Revista Novedades Económicas 24 de Mayo de 2013
Salarios en Argentina y Brasil: La otra brecha importante Entre 1997 y 1998 los salarios industriales formales en la Argentina resultaron entre un 30% y un 50% superiores a los de Brasil. Tras la devaluación del real en enero de 1999 (constituyó una depreciación inicial del 60%) se ingresó a una etapa récord de diferencial salarial, que en el mes de Octubre de 2001 llegó a representar una brecha del 174%; esto es, los salarios industriales de Argentina llegaron casi a triplicar a los de Brasil en aquel año. Tal situación devino claramente insostenible para la industria local, y conocidas sus consecuencias prácticas. Con la fuerte devaluación argentina de enero de 2002 se produjo una licuación salarial del 68%, equiparándose los salarios industriales locales con los de Brasil, recuperando Argentina competitividad cambiaria y salarial por esta vía, al menos temporalmente. A partir de 2002, y por varios años, los salarios en dólares en ambos países se movieron parejos hacia arriba, aunque por motivos diferentes: apreciación cambiaria en Brasil e inflación con tipo de cambio nominal cuasi fijo en Argentina. Con la crisis financiera internacional, en el tercer trimestre de 2008 se produjo una suba en el tipo de cambio brasileño que luego se revirtió paulatinamente (pasó de 1,58 reales por dólar en Julio de 2008 a 2,3 reales por dólar en Marzo de 2009), a la vez que la tasa de cambio local subió a un ritmo menor pero persistente en el tiempo (pasó de 3,0 pesos por dólar en Julio de 2008 a 3,8 pesos por dólar en Noviembre de 2009). Ante la diferencial evolución cambiaria, la brecha salarial llegó a ser del 52% en diciembre de 2008, para luego contraerse ante una nueva apreciación del real en Brasil. Posteriormente, entre el tercer trimestre de 2009 y el segundo trimestre de 2011 se observó cierta estabilidad en la brecha salarial entre ambos países (cercana al 30%). Sin embargo, desde mediados de 2011 Brasil incentivó una depreciación cambiaria, a la vez que en Argentina se usó el tipo de cambio como ancla para la inflación, lo que repercutió en una brecha salarial con tendencia nuevamente creciente, que alcanzó al 72% a diciembre de 2012. Esta diferencia resulta superior a la brecha salarial existente en los años 1997 y 1998, aunque todavía inferior a la observada en los trimestres previos a la crisis local de 2001. De todos modos, se trata de una brecha que difícilmente compensada por diferenciales de productividad en los dos países, y que resulta un lastre de peso para la competitividad local. Revista Novedades Económicas 24 de Mayo de 2013 3
Evolución de la brecha salarial en dólares entre los salarios industriales formales de Argentina y Brasil 200% 150% Oct-99 142,2% Oct-01 173,7% Brecha_IND_ARG/BRA 100% 50% 0% Ene-97 32,3% Dic-98 52,5% Ene-01 Ago-00 116,9% 107,9% Dic-08 51,6% Dic-12 71,9% -50% May-02-26,5% Ene-97 Jun-97 Nov-97 Abr-98 Sep-98 Feb-99 Jul-99 Dic-99 May-00 Oct-00 Mar-01 Ago-01 Ene-02 Jun-02 Nov-02 Abr-03 Sep-03 Feb-04 Jul-04 Dic-04 May-05 Oct-05 Mar-06 Ago-06 Ene-07 Jun-07 Nov-07 Abr-08 Sep-08 Feb-09 Jul-09 Dic-09 May-10 Oct-10 Mar-11 Ago-11 Ene-12 Jun-12 Nov-12 Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base de Encuesta Industrial Mensual INDEC e IBGE. Si a este análisis se incorpora la consideración de los niveles de productividad de ambos países se permite tener una mejor comprensión de la magnitud de las diferencias salariales ajustada por la característica productiva de los trabajadores de cada país, y por ende de los costos laborales. Este indicador arroja niveles de brecha salarial inferiores al caso anterior, en línea con parámetros de productividad superiores entre los trabajadores de Argentina respecto a sus pares de Brasil. De esta manera, a modo de ejemplo, la brecha salarial observada hacia el segundo y tercer trimestre de 2001 en donde los salarios industriales en Argentina resultaban 2,7 veces superiores a los de Brasil, si son ajustados por productividad éstos resultan sólo 2,4 veces superiores (brecha del 136%). Entre fines de 2002 y mediados de 2011, la brecha fue prácticamente nula, salvo en algunos cortos subperíodos en que hubo alguna depreciación cambiaria transitoria en Brasil. Asimismo, para finales de 2012, la brecha salarial ajustada por productividad alcanza al 37%, la segunda mayor en los últimos 15 años, luego de la observada en el mencionado subperíodo entre 1999 y 2001, cuando Brasil había devaluado fuertemente y Argentina seguía con la paridad nominal entre peso y dólar. Revista Novedades Económicas 24 de Mayo de 2013 4
Evolución de la brecha salarial en dólares corregida por productividad entre los salarios industriales formales de Argentina y Brasil 160% 140% 120% 100% 80% 60% 40% 20% 0% 20% 40% feb 99 82.5% ago 01 136.5% may 02 30.6% may 04 13.7% nov 08 21.8% dic 12 36.9% feb 97 sep 97 abr 98 nov 98 jun 99 ene 00 ago 00 mar 01 oct 01 may 02 dic 02 jul 03 feb 04 sep 04 abr 05 nov 05 jun 06 ene 07 ago 07 mar 08 oct 08 may 09 dic 09 jul 10 feb 11 sep 11 abr 12 nov 12 Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base de Encuesta Industrial Mensual INDEC e IBGE. Suponiendo que no se produzcan mejoras significativas en el volumen físico de producción y se sostiene el actual nivel de empleo (que ha dejado de crecer en los últimos trimestres), el desafío de contener los costos laborales a futuro depende de las negociaciones salariales y de la estrategia cambiaria que se adopte. Habiéndose logrado una pauta promedio del 24% de incremento salarial en paritarias, si se quisiera contraer la brecha salarial entre ambos países al 20% (no se están considerando diferencias en la productividad), la economía local debería incurrir en una depreciación del peso del orden del 54%, lo cual llevaría el tipo de cambio actual a un valor de 8,02 pesos por dólar. Si lo que se propone es anular completamente la brecha salarial con Brasil, la devaluación debería ser del orden del 66%, con un tipo de cambio resultante de 8,62 pesos por dólar. De igual manera, si el objetivo es anular la brecha salarial ajustada por productividad del 36,9%, ello se lograría con una depreciación cambiaria del 51%, que llevaría al tipo de cambio a un valor de 7,85 pesos por dólar. Claro que tal objetivo podría acometerse también vía reducción de costos laborales como las contribuciones patronales, estrategia a la que recurrió Brasil recientemente para algunos sectores de actividad. Así las cosas, los problemas de competitividad se hacen sentir, y afectan especialmente a las empresas de menor tamaño. Desde el año 2010 se tiene un proceso de destrucción neta de micro, pequeñas y medianas empresas industriales, que en el Revista Novedades Económicas 24 de Mayo de 2013 5
primer semestre de 2012 (último dato disponible) dejó de lado a 2 MiPyMEs industriales por semana a nivel nacional. Creación neta de MiPyMEs industriales promedio por semana (unidades en eje izquierdo) vs. Nivel de Producción Industrial (variación interanual) 100 80 60 40 20 0 20 9 7 MiPyMEs Industriales Producción Industrial 26 83 74 61 49 34 6 8 1 2 20% 15% 10% 5% 0% 40 60 80 33 35 46 66 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012* 5% 10% Fuente: IERAL en base a MTEySS. * Estimado sobre la base de información del primer semestre de 2012 Si bien la cantidad de MiPyMEs industriales que dejaron su actividad no representan una porción elevada respecto del total, en el caso de 2012 la caída en el número de firmas sería de 0,2% (con cifras preliminares estimadas a partir de información al primer semestre del año), lo que queda de manifiesto es un cambio significativo respecto del periodo 2003-2008. En dicho periodo, anualmente se experimentaban incrementos superiores al 3% en el número de MiPyMEs industriales (con un máximo de 10,2% en 2004), mientras en los años sucesivos se pasó a un crecimiento bajo primero (en 2009) y luego al decrecimiento (2010-2012). Revista Novedades Económicas 24 de Mayo de 2013 6
Número de MiPyMEs industriales (variación interanual) 12% 10% 8% 6% 4% 2% 0% 2% 4% 6% 8% 10% 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012* 0.9% 0.7% 3.4% 3.7% 5.1% 7.7% 3.3% 10.2% 8.2% 6.3% 4.7% 3.1% 0.5% 0.7% 0.1% 0.2% Fuente: IERAL en base a MTEySS. * Estimado sobre la base de información del primer semestre de 2012 Los problemas con la actividad económica y de competitividad industrial derivaron en que durante los últimos cinco años la economía muestre estancamiento en la inversión privada y en la generación de empleo no gubernamental. Sobre el primer aspecto, se destaca que desde el año 2003 la suba de la inversión pública (en términos del PBI) casi siempre resultó mayor al movimiento de la inversión privada, y que desde 2008 sólo en 2010 la inversión privada se incrementó por encima del PBI. Igualmente el empleo privado redujo su ritmo de crecimiento durante 2007 y 2008 a la mitad de lo que lo hacía en años previos, y con posterioridad al impacto de la crisis financiera internacional en 2009, el empleo privado se estancó, habiendo crecido en 2010 sólo para compensar la destrucción ocasionada en 2009. Esta menor capacidad de generación de puestos de trabajo privados fue compensada por nuevos empleos en el ámbito público. Para el cuarto trimestre de 2012, el empleo privado prácticamente se encontraba al mismo nivel del cuarto trimestre de 2011 (sólo aumentó en un 0,2% interanual), mientras que el empleo público subió a razón del 5,3% interanual. Revista Novedades Económicas 24 de Mayo de 2013 7
Evolución de inversión bruta total (% de Var Interanual de de valores en % del PBI) Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base de MECON DNCFP. Evolución del empleo público y privado (% de Var Interanual IV trimestre de cada año, 2004 a 2012) 10.0% 8.0% 6.0% 4.0% 8.7% 6.6% 6.5% 3.5% 3.2% 2.0% 2.8% 1.3% 0.2% 0.0% 2.0% 4.0% 2.2% IV 2004 IV 2005 IV 2006 IV 2007 IV 2008 IV 2009 IV 2010 IV 2011 IV 2012 Asalariado privado Asalariado público Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base de EPH INDEC. Las últimas mediciones de indicadores del mercado laboral referidas al primer trimestre del año 2013 distan de resultar auspiciosas. Ante una variación de escasa significación en la tasa de actividad (que pasó del 45,5% de la población total para el primer Revista Novedades Económicas 24 de Mayo de 2013 8
trimestre de 2012 al 45,8% para igual periodo de 2013), la tasa de empleo se contrajo en 0,1 puntos porcentuales en igual periodo (pasando del 42,3% al 42,2% de la población total) y la tasa de desempleo se incrementó desde un 7,1% de la población económicamente activa al primer trimestre de 2012 al 7,9% en idéntico periodo de al 2013. Adicionalmente, el mercado laboral continúa exhibiendo una porción creciente de trabajadores bajo la subocupación (esta pasó del 7,4% al 8,0% de la PEA), impulsada fundamentalmente por una creciente porción de trabajadores subocupados, demandantes de un mayor número de horas de trabajo (indicador que se incrementó en el periodo mencionado del 5,0% al 5,5% de la PEA). Resumiendo, en los últimos cinco años la economía argentina ha estado perdiendo capacidad de generar inversiones masivas en el sector privado, y con ello proveer más ocupación en dichas actividades. Así, la vitalidad de la economía en el corto plazo ha pasado a depender en mayor medida de la política fiscal y monetaria, al costo de una presión tributaria récord y la generación de presiones inflacionarias, al monetizarse desde el BCRA el creciente déficit fiscal. Revista Novedades Económicas 24 de Mayo de 2013 9