El método DISTSEM y la evaluación de la memoria semántica en la enfermedad de Alzheimer Ana Comesaña e Jorge Vivas



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El método DISTSEM y la evaluación de la memoria semántica en la enfermedad de Alzheimer Ana Comesaña e Jorge Vivas Introducción El envejecimiento poblacional, en los últimos años, se ha incrementado y ha aumentado la probabilidad de padecer enfermedad de Alzheimer (EA), ya que el principal factor de riesgo es la edad. Es una enfermedad neurodegenerativa, progresiva, de origen insidioso y su etiología todavía no está del todo clara. El diagnóstico de la EA "definitiva" sólo es factible a través de la autopsia; por ello se realiza un diagnóstico clínico de posibilidad o probabilidad. Diferenciar los comienzos de la enfermedad del envejecimiento normal, es problemático. En los primeros momentos, la evaluación neuropsicológica cumple un papel fundamental para el diagnóstico, que puede definirse como la aplicación de los métodos de la psicología cognitiva y experimental al análisis de los trastornos de las funciones cerebrales producidas por lesión o enfermedad cerebral, o por desarrollo anormal del cerebro (DRAKE, 2007). Los criterios utilizados en la actualidad, con este fin, son los del DSM IV (AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION, 1994) y también los de NINCDS-ADRDA (Instituto Nacional para los Desórdenes Neurológicos, de la Comunicación y el Accidente Cerebro Vascular y la Asociación para la Enfermedad de Alzheimer y Desórdenes Relacionados) y exigen para el diagnóstico de EA probable que, además de la evaluación clínica y otros estudios, el diagnóstico sea corroborado por la evaluación neuropsicológica (MCKHANN et al., 1984). La consulta al médico, suele darse porque el paciente o su familia notan que se está produciendo una pérdida progresiva de memoria, este es el síntoma más característico de la enfermedad. La memoria fue considerada inicialmente como una función unitaria, sin embargo y gracias a un gran número de estudios experimentales, se propuso su división en una serie de subsistemas o componentes diferenciados. Algunos de estos modelos provenían de la Psicología Cognitiva y muchos otros del estudio de pacientes con síndromes o déficits neuropsicológicos (ATKINSON, SCHIFFRIN, 1968; TULVING, 1972, 1983; BADDELEY, WILSON, 2002). Uno de los primeros modelos de organización de la memoria, fue desarrollado por Tulving a comienzos de la década del '70. En este modelo, además de la división en explícita e implícita, se distinguen dos tipos de sistemas diferentes de memoria a largo plazo, entre otros, la memoria semántica y la memoria episódica. Si bien existen distintos modelos de la memoria semántica, la mayoría de los autores coinciden en que es la responsable del almacenamiento del significado de las palabras, conceptos y su clasificación, así como las relaciones entre las palabras, hechos y conceptos (TULVING, 2002; BUDSON, PRICE, 2005). La memoria que está más afectada desde los inicios de la enfermedad es la memoria episódica, que puede definirse como el sistema que almacena información sobre los episodios autobiográficos y los acontecimientos, que se encuentran situados en un contexto espacio-temporal (TULVING, 2002). Fundamentalmente el aspecto más afectado es la capacidad para aprender informaciones nuevas. Los estudios en pacientes con daño cerebral ofrecen información clave para explicar el desarrollo cognitivo y la organización de la memoria semántica. Si bien el deterioro de esta memoria no es el más característico de la EA, existe un debate acerca de cómo y en qué momento de la enfermedad se empieza a presentar este daño. Se ha acumulado evidencia de dificultades en las tareas de nombrar objetos (MARTIN, FEDIO, 1983; HUFF, CORKIN, GROWDON, 1986), de fluencia verbal semántica (OBER et al., 1986; SALMON, HEINDEL, LANGE, 1999) o en la definición de palabras (HODGES et al., 1996). Otros

autores (OBER, SHENAUT, 1988; NEBES, 1992, 1994) sostienen que el deterioro se produce en la habilidad para el acceso a la información semántica, y que en momentos muy avanzados de la enfermedad afecta la clasificación (HODGES; PATTERSON, 1995). Se cree en la actualidad que el deterioro de la memoria semántica es un indicador prodrómico de la EA (BUTTERS et al., 1986; MANGONE, ALLEGRI, ARIZAGA, 1997), y de allí la importancia de contar con instrumentos de evaluación más precisos que puedan indagar un deterioro incipiente en esta memoria. En este trabajo se pone a consideración un nuevo método de evaluación de la memoria semántica, a partir de la estimación de las distancias semánticas entre conceptos, el método DISTSEM (VIVAS, 2004; GONZÁLEZ, COMESAÑA, 2009) desarrollado por el Centro de Investigación en Metodología, Educación y Procesos Básicos, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina. Actualmente se está utilizando para evaluar el deterioro de distintas categorías semánticas en pacientes con EA y en controles sanos. Se detallará el procedimiento y el análisis de los datos que se realiza posteriormente. Se mostrará las representaciones de las redes semánticas en torno a un conjunto de conceptos pertenecientes a distintas categorías semánticas que se pueden obtener, a partir de este método. Memoria Semántica Organización del conocimiento En cuanto a la estructura y a la organización de la información de la memoria semántica no hay un acuerdo generalizado, dada su complejidad y los diferentes aspectos que involucra (ver PERAITA, MORENO, 2003; VIVAS, 2009), pero sí lo hay sobre su estructura reticular (SIGMAN, CECCHI, 2002; ALBERT, BARBESI, 2002; BORGE- HOTHOEFER, ARENAS, 2010). Uno de los modelos clásicos que propuso la estructura reticular de la memoria semántica fue el modelo Quillian (1967) y su posterior modificación junto con Collins (COLLINS; QUILLIAN, 1969). Estos autores postularon que la información contenida en la memoria semántica se organiza y se categoriza en forma de redes de asociación entre nodos interconectados, en donde cada nodo representa un concepto y su significado está dado por la conexión y por la fuerza de esa conexión entre los conceptos. La Teoría Extendida de Propagación de la Activación desarrollada por Collins y Loftus (1975), es un modelo reticular de búsqueda y comprensión de la memoria semántica. Esta teoría se basa en que la memoria semántica está organizada en: red semántica o conceptual y un diccionario (o memoria lexical). Postula que: 1) La red semántica o conceptual se organiza por líneas de similitud semántica. Cuantas más propiedades tienen en común dos conceptos, más próximamente relacionados se hallan. 2) Los nombres de los conceptos son guardados en una red lexical (diccionario) organizados por similitud ortográfica y fonológica. 3) La persona puede controlar cuando produce una facilitación (prime) de la red semántica, lexical o ambas. Así, en la red lexical los nodos CAMISA y CAMINA están muy próximos, pero no ocurre lo mismo con los nodos CAMISA y CORBATA. En cambio en la red semántica o conceptual, AUTO y CAMIÓN están fuertemente vinculados en la red, mientras que AUTO y MANZANA presentan menos lazos entre sí. Cada nodo de la red lexical está conectado con al menos un nodo de la red conceptual; esta doble organización hace que si un sujeto piensa en ejemplares de PÁJAROS, active su red conceptual, pero si lo que se propone es encontrar palabras que suenen como PÁJARO, lo que active sea su red lexical. El mayor aporte de este modelo, según McNamara y Holbrook (2003), es su explicación sobre el priming semántico: el procesamiento de una palabra causa activación que se propaga por toda la red, pero la activación no es uniforme, porque los conceptos

cercanos a esa palabra acumulan más activación que los que están lejos (la cercanía se define por la similitud semántica). Por ejemplo, como PÁJARO y CANARIO están más cerca en la red que PERRO y CANARIO, se acumulará más activación en CANARIO cuando se perciba la palabra PÁJARO que cuando se perciba PERRO, y esto se reflejará en los tiempos de decisión, que serán correspondientemente más bajos. Este modelo busca explicar una amplia gama de procesos relacionados con la memoria semántica, como la comprensión y construcción de oraciones, la categorización de las palabras, la asociación entre palabras y estímulos visuales entre otros. Para esta teoría, así como para otros autores (BARSALOU, 2008; SHELTON, CARAMAZZA, 1999) el procesamiento semántico-conceptual está, en alguna medida, separado del procesamiento léxico. Hay datos provenientes de la Neuropsicología de pacientes que presentan problemas tanto en la producción del lenguaje oral (fonológica) como en la del escrito (ortográfica), según los cuales esto es resultado de una alteración en el procesamiento lingüístico propiamente dicho, y el sistema semántico de dichos pacientes se encuentra intacto (LAICONA, CAPITANI, CARAMAZZA, 2003). Una de las formas principales de explicar cómo se organiza la información que se encuentra representada en la memoria semántica es a través de categorías (BARSALOU, 2003; MARTIN, 2007; BORGE-HOTHOEFE, ARENAS, 2010). La categorización comienza, en el mismo momento en que cualquier percepción sensorial es asociada a una categoría abstracta; es la habilidad para organizar información en clases de equivalencia, siendo de gran importancia, ya que permite a las personas resumir, para poder manejarla, la información que nos llega a través de los sentidos (SMITH, MEDIN, 1981; ANDERSON, 1991). Hay que diferenciar una categoría de un concepto. Un concepto puede definirse como una idea que incluye todo lo que está asociado a él característicamente (MEDIN, 1989) o como las representaciones mentales subyacentes que los sujetos poseen de los diferentes tipos de entidades, objetos o hechos del mundo (MURPHY, 2002). Finalmente, tener un concepto sobre un objeto o un hecho significa saber algo sobre sus propiedades (SMITH; MEDIN, 1981) y comportarse de forma similar ante objetos similares (KELLER; SCHOENFELD, 1950). Una categoría es una clase o conjunto de entidades que hay en el mundo, consideradas equivalentes y que están agrupadas conjuntamente por algún criterio o regla (HAMPTON; DUBOIS, 1993), a las cuales puede aplicarse alguna afirmación o grupo de afirmaciones (MEDIN, 1989). Los resultados en la mayoría de las tareas semánticas dependen de los procesos de categorización. En tareas de estimación de distancias semánticas, los sujetos adultos sanos identifican aquellos conceptos que pertenecen a la misma categoría semántica (es decir, que comparten una conexión superordinada) y tienden a estimar una mayor proximidad entre ellos (SMILEY; BROWN, 1979). Este fenómeno es explicado por la Teoría de la propagación de la activación de la siguiente manera: en el momento en que se solicita establecer la distancia semántica entre dos conceptos, hay un proceso de búsqueda del nodo de intersección entre ambos, que sería la conexión superordinada (su categoría semántica). En el caso de no hallarse esta conexión, podrían surgir respuestas en función de propiedades físicas comunes o por compartir algún concepto intermediario (por ejemplo, cuchillo y silla se encuentran asociados con cocina). Deterioro en la EA El debate en torno al deterioro de la memoria semántica en la EA se ha planteado en torno a tres ejes: 1) si estos pacientes tienen o no deterioro semántico, 2) en qué momento de la enfermedad surge (si temprana o tardíamente), y 3) si se debe a un problema de acceso

a los contenidos semánticos o más bien a una destrucción o pérdida de dichos contenidos. Con respecto al primer eje, ya nadie duda de la existencia del deterioro semántico en la enfermedad de Alzheimer, pero con respecto a los otros ejes el debate continúa. (PERAITA ADRADOS, MORENO, 2003; HARRIS en MANGONE et al., 2005; BRUSCO, LÓPEZ, COMESAÑA en VIVAS, 2009). Se ha acumulado evidencia de dificultades en distintos tipos de tareas. Dada las múltiples facetas que presenta la memoria semántica (conocimiento general, significado de las palabras, denominación de los objetos) la tarea de evaluarla en forma completa es un gran trabajo. Algunas de las tareas semánticas afectadas en la EA son: la de nombrar objetos (MARTIN, FEDIO, 1983; HUFF, CORKIN, GROWDON, 1986), la fluencia verbal semántica (OBER et al., 1986; SALMON, HEINDEL, LANGE, 1999) o la definición de palabras (HODGES et al., 1996). También hay que tener en cuenta a la hora de evaluar la memoria semántica la modalidad de ingreso y salida de la información, por lo que para evaluar este sistema no se debe de perder de qué modalidad de acceso es la que se evalúa. Algunos autores plantean que, el deterioro de la memoria semántica se produce por la falla en la habilidad para el acceso a la información por determinada modalidad y no por otra y que solo en momentos muy avanzados de la enfermedad se produce un deterioro que afecta la clasificación y el conocimiento almacenado con anterioridad (OBER, SHENAUT, 1988; NEBES, 1992, 1994; HODGES, PATTERSON, 1995). En cuanto a los procesos de categorización en la memoria semántica también hay un gran debate. Uno de los tipos de déficit más sorprendentes e importantes que han sido estudiados desde la neuropsicología es el deterioro semántico de categoría específica, en la que los pacientes presentan una pérdida diferencial del conocimiento para una categoría semántica y no para otras. Si bien se han realizado numerosos estudios, normalmente se ha trabajado con pacientes que presentan un deterioro más específico de la memoria semántica, como son los pacientes con demencia semántica o pacientes con una lesión cerebral focal, en una enfermedad como la EA estos trabajos no son tantos ni tan claros. Se sabe que en el avance de la EA se van perdiendo determinadas categorías semánticas, pero no hay acuerdo en cuanto a cómo se produce ese deterioro. Para algunos autores se pierden algunas categorías en su totalidad, o algunos subtipos o ejemplares de categorías, para otros se pierden solo algunos rasgos de la categoría pero se conservan los demás. Puesto que los enfermos de Alzheimer suelen mostrar un mayor daño en las áreas témporo límbicas en las fases tempranas de la enfermedad, éstos podrían manifestar un deterioro selectivo para animales y plantas (SILVERI et al., 1991). Gonnerman et al. (1997) plantean que existen diferencias en la representación en la memoria semántica de las categorías. Para la categoría seres vivos (sv) son más importantes las características perceptivas y éstas son compartidas y están inter-relacionadas por la mayoría de los ejemplares (p ej; tiene cuatro patas, orejas, el sonido que emite). En cambio las categorías de seres inanimados no comparten, entre sus ejemplares, sus características, ya que se necesitan atributos más distintivos para distinguirlos y lo más importante es su función (p ej. martillo, sirve para clavar). Entonces, siguiendo ésta teoría, cuando se cuando se produzca un nivel de deterioro ligero como sucede en los comienzos de la EA, el efecto sobre la categoría sv será muy leve debido a que los atributos se prestan apoyo entre ellos. Con el avance de la enfermedad se perderán súbitamente las categorías de los sv. Pero todavía no hay conclusiones claras acerca de este fenómeno, por ejemplo, Warrington y McCarthy (1987) describieron un paciente que tenía relativamente mejor el conocimiento de las categorías de objetos animados que la de objetos inanimados, y el patrón inverso fue documentado por Warrington y Shallice (1984) en cuatro pacientes HSVE. Estas observaciones clínicas, desde entonces han dado lugar a un gran número de informes de

casos que documentan disociaciones similares entre estos dominios (Por lo menos 125 casos desde 1984: CAPITANI et al., 2003). A pesar de la cantidad de datos y del debate sobre distintas hipótesis acerca de la organización de la información en la memoria semántica en pacientes con EA, sigue siendo difícil de alcanzar un consenso sobre las explicaciones teóricas del deterioro semántico de categoría específica (LAMBON RALPH; LOWE; ROGERS, 2007). Para poder clarificar este tema hay que contar con instrumentos de relevamiento más precisos que permitan aportar evidencia empírica acerca de los que sucede con la pérdida del conocimiento sobre determinada categoría, o determinados ejemplares a lo largo del proceso de evolución de la enfermedad. Evaluación neuropsicológica en la enfermedad de Alzheimer La evaluación neuropsicológica se puede realizar con dos fines principales: clínico o de investigación. En este último caso se trabaja habitualmente con un grupo de pacientes y con un grupo de sujetos sanos que funciona como grupo control. Cuando el fin es clínico, se estudia el funcionamiento cognitivo, ya sea en sus aspectos deteriorados como conservados, en pacientes con patología cerebral diagnosticada o sospechada. En ambos casos hay que tener en cuenta que la evaluación debe incluir, no solo pruebas específicas para la función que es nuestro foco de interés, sino también pruebas que evalúen una serie de funciones vinculadas con ésta que pueden influir en el desempeño. El enfoque que prima en la actualidad es el de la Neuropsicología Cognitiva. Éste constituye un campo de estudio interdisciplinario que integra los aportes de la psicología cognitiva y de la neuropsicología. La primera se ocupa del estudio de los procesos mentales que subyacen a nuestra conducta observable, generando modelos teóricos sobre el funcionamiento cognitivo normal. La segunda se centra en el estudio de la relación entre la estructura cerebral y el comportamiento. Tanto las pruebas como las tareas experimentales están diseñadas para evaluar una función determinada, sin embargo, ningún test evalúa una única función, todos involucran más de una. El rol de la evaluación neuropsicológica en la enfermedad de Alzheimer es crucial para su diagnóstico, es uno de los requisitos indispensables para detectar la EA probable, si bien ella sola no puede diferenciar entre varios diagnósticos neurológicos, esta evaluación puede ser útil para diferenciar entre dos o más etiologías posibles (p.ej. una demencia de origen vascular o por degeneración cortical) o para discriminar entre las alteraciones de la funciones cognitivas propias del envejecimiento normal y los inicios tempranos de la EA, de allí la gran importancia y utilidad que tiene en esta enfermedad. También, en el caso de la EA, ha demostrado ser útil para determinar su severidad, evaluar su progresión y valorar la eficacia de las drogas utilizadas en el tratamiento. En el caso de la evaluación de la memoria semántica, como ya se mencionó anteriormente, debido a que es un sistema que involucra muchos aspectos existen en la actualidad una gran cantidad de instrumentos y tareas que combinan la evaluación de distintos tipos de información y distintas modalidades de acceso y de salida. Principalmente cuando se evalúa ésta memoria es necesario utilizar tareas en las que estén debida y equilibradamente representadas y controladas las siguientes variables críticas: a) la modalidad sensorial (auditiva, visual y, eventualmente, táctil) del estímulo; b) la modalidad (verbal/no verbal) del código representacional correspondiente; c) la categoría semántica del estímulo (ser vivo o no vivo), y d) el tipo de relación semántica entre los estímulos de un mismo elemento del test. Las respuestas dadas han de ser analizadas en términos de estas variables críticas (BENEDET, 2002).

Se mencionarán en este trabajo sólo algunas de las pruebas más conocidas para poder explicar las diferencias y el aporte del método DISTSEM (para más detalle ver COMESAÑA, VIVAS, PAZGÓN en Vivas Comp. 2009). Algunas de las pruebas que se suelen utilizar para evaluar la memoria semántica son baterías completas, como la batería de Hodges que consta de 48 estímulos de los cuales la mitad pertenece a la categoría "animales" y la otra mitad, a objetos hechos por el hombre. Estos elementos son presentados en una variedad de combinaciones (visual y verbal), algunas de las cuales son: denominación de figuras (entrada visual, salida verbal); definición de palabras (entrada y salida verbal); categorización de un grupo de figuras (entrada visual, respuesta motora), emparejamiento de una figura con una palabra hablada o escrita (ingreso verbal o visual, salida motora). Otra es la batería EMSDA (Evaluación de la Memoria Semántica en pacientes con Demencia tipo Alzheimer. PERAITA ADRADOS et al., 2000), es una batería realizada en español para población específicamente con EA, y que permite evaluar a través de un amplio rango de tareas la memoria semántica en profundidad. Algunas de las pruebas son: fluidez verbal semántica, definición conceptual de categorías, denominación de dibujos, emparejamiento palabra oída-dibujo, verificación de la verdad o falsedad de enunciados lingüísticos. También es muy frecuente confeccionar distintas tareas y así evaluar aspectos más específicos de la memoria semántica. Una de las tareas más habituales, es la de fluencia verbal semántica, que evalúa los procesos de categorización de la memoria semántica. Se le solicita a los pacientes que digan la mayor cantidad de palabras pertenecientes a una categoría semántica (animales, frutas, muebles), en un periodo de tiempo breve (p. ej. un minuto), y se puede observar si tienen más dificultades en decir palabras que correspondan a una categoría en particular. Otra tarea consiste en la denominación de dibujos como, por ej. el Test de Vocabulario de Boston, en donde se presentan una serie de láminas con figuras impresas (de mayor a menos frecuencia de uso), las cuales deben ser nombradas por los sujetos. La ventaja de esta última prueba es que existe en nuestro país una versión adaptada (ALLEGRI et al., 1997) y una versión reducida.esta prueba permite evaluar fundamentalmente la comprensión. Si bien hay distintas versiones de esta prueba, todas tienen en común el hecho de que se solicita al paciente que señale en una lámina con dibujos de distintos objetos aquel que se corresponde con lo que nombra el examinador. Una alternativa también es presentar el nombre del objeto por vía visual y pedir que lo empareje con la imagen correspondiente. Esta tarea se encuentra en varias baterías de evaluación del lenguaje como la EPLA y la Batería Barcelona (PEÑA-CASANOVA, 2005). Los sujetos con EA suelen fallar en la producción de los nombres de categorías subordinadas (diciendo animales frente a la figura de un camello), o en la producción errada de palabras asociadas semánticamente (decir hipopótamo en lugar de rinoceronte). El método DISTSEM es una herramienta que permite de manera sencilla, obtener la representación que tienen las personas de las categorías semánticas y de distintos conceptos. En el caso de pacientes con EA, se puede administrar a enfermos con distinto grado de evolución, y así poder cómo se van modificando estas representaciones a medida que avanza la enfermedad. Método DISTSEM La mayor parte de las pruebas descriptas permiten evaluar el conocimiento que tiene el sujeto sobre distintos aspectos del significado de una palabra u objeto. Esto nos aporta información sobre el contenido de la memoria semántica, respecto de estos objetos pero no su relación con otros conceptos. Las tareas que exploran asociaciones entre conceptos permiten capturar asociaciones solo entre dos o tres palabras. Uno de los aportes fundamentales del DISTSEM es la posibilidad de representar una red de conceptos

discriminando la fortaleza de los vínculos. A partir del universo de conceptos que se desea evaluar podemos extraer una red donde se visualizan las agrupaciones generadas. El método DISTSEM (método de estimación de las distancias semánticas) (VIVAS, 2004) consiste en una adaptación del método de Análisis de Redes Sociales para su aplicación en Redes Semánticas. Se basa en la Teoría Extendida de Propagación de la Activación desarrollada por Collins y Loftus (1975), que explica cómo se organiza el conocimiento en la memoria semántica. A partir de este método se puede capturar y colocar en una matriz, visualizar y comparar cuali y cuantitativamente las redes semánticas de los participantes con un nivel de restricción aplicado a un número limitado de conceptos previamente definido como así también, generar una interpretación teórica de los resultados. El método se compone de una secuencia de operaciones modulares que pueden componerse de diversas maneras de acuerdo a los objetivos del investigador. La Lic. Ana Comesaña se encuentra realizando una investigación para obtener el grado de Dr. en Psicología en la Universidad Nacional de Mar del Plata, en donde se llevó a cabo una adaptación este método para indagar las representaciones acerca de un conjunto de conceptos pertenecientes a distintas categorías semánticas (muebles, vestimenta, frutas, animales). El procedimiento general se desarrolla según las siguientes etapas: Etapa 1: Confección de matrices y planillas 1) Se seleccionan los n conceptos cuya vinculación semántica se desea conocer. En base a dichos conceptos se genera una matriz de estimaciones de distancias de tipo cuadrada modo-1 (BORGATTI; EVERETT, 1996). De esta manera se conforma una matriz de Análisis de Redes Sociales como las descriptas por Wasserman y Faust (1998), del tipo miembros por miembros, donde en lugar de la tradicional relación entre agentes sociales se coloca tanto en las filas como en las columnas los conceptos seleccionados. 2) Se define la consigna a ser utilizada para la captura de datos de acuerdo a los propósitos del investigador. Se trata de encontrar la forma más adecuada de solicitar la estimación de distancias de pares de conceptos en función de su proximidad / distancia. 3) Se confecciona la Planilla de Administración del siguiente modo: a) Se vuelcan en una planilla todos los pares de conceptos resultante del cruce de todas las filas y columnas, sin considerar el ordenamiento del par y eliminando la diagonal. Como es una matriz cuadrada y las relaciones no son direccionales el numero de ítem resultantes será (n * n-1) / 2.Se reordenan al azar los pares de conceptos para su presentación. Etapa 2: Administración La administración es rápida y sencilla. 1) Se administra la Planilla a los sujetos cuyas redes semánticas se desee conocer. 2) Se agrega al paso anterior el completamiento de la Planilla de Administración por un grupo de expertos o de sujetos control en el caso de pacientes con patología, de donde, surge la configuración deseable de los conceptos seleccionados. Se obtiene de este modo una matriz con respuesta claves para la posterior evaluación. Etapa 3: Procesamiento 1) Conversión a Distancias Geodésicas: En el llenado de la Planilla de Administración las personas estiman distancias de a pares. Cuando un concepto es estimado próximo a un segundo concepto y éste, a su vez, estimado cercano a un tercer concepto, puede resultar de utilidad visualizar la distancia que une al primer y tercer concepto por intermediación del segundo. La longitud de un camino o Distancia entre dos vértices conceptos en este caso -

es igual al número de arcos que los unen. Se denomina Distancia Geodésica al camino más corto entre dos vértices. Con el objetivo de volcar estos datos al formato adecuado para su tratamiento se realizan las siguientes operaciones: Se cargan las matrices resultantes del/los expertos y de los participantes en los editores de matrices de los paquetes de programas existentes para el Análisis de Redes Sociales. Se puede utilizar cualquiera de los siguientes productos: Ucinet de Borgatti, Everett, Freeman, (1999), el Pajek de Batagelj y Mrvar, (2004), el Structure de Burt (1999) o similares. 2) Escalamiento multidimensional: Se aplica para cada matriz un procedimiento de escalamiento multidimensional de objetos, de modo de permitir su visualización en dos dimensiones. Para reducir el espacio n- dimensional del vector que se utilice a dos dimensiones y poder, de este modo, representarlo gráficamente, es indicado aplicar un escalamiento multidimensional métrico sobre la matriz de distancias. Se puede utilizar las rutinas MDS contenidas en el Netdraw 0.6 (BORGATTI, 2002) o en Ucinet (BORGATTI; EVERETT; FREEMAN, 1999). 3) Análisis de Cluster: La fortaleza y densidad de los vínculos entre algunos miembros de la red permite extraer la conformación de agrupamientos. Para visualizar el modo en que se agrupan de acuerdo a la fortaleza del vínculo los diferentes conceptos se aplica el método de Análisis de Cluster Jerárquico a cada matriz en base al proceso propuesto por Johnson (1967). 4) Visualización: Por medio de programas de ploteo adecuados se visualiza la configuración de la matriz de distancias representada por medio de grafos. En los grafos se pueden apreciar los nodos que componen la red y, con diferentes dimensiones y colores, los vínculos que los relacionan. Se sugiere la utilización de NetDraw (BORGATTI, 2002). 5) QAP: Además del análisis cualitativo que se puede desarrollar a partir de la comparación visual de los grafos que corresponden a matrices de distintas personas, a veces resulta de interés realizar un análisis cuantitativo de las matrices. Para comparar la similitud entre las matrices producidas por los participantes entre sí o contra la matriz del experto se puede aplicar el método QAP (Quadratic Assignment Procedure) propuesto por Hubert y Schultz (1976). Este método ofrece como posibles salidas: el coeficiente de correlación de Pearson, el Gamma de Goodman-Kruskal y el coeficiente Jaccard. Para el caso específico de este trabajo con pacientes con EA se realizó una adaptación del método que consistió en solicitarles a las personas que estimen la relación o el parecido entre dos conceptos que se presentan de a pares, en una escala del 1 al 3 (desde nada relacionados a muy relacionados). Los pares de conceptos pueden estar integrados por: una categoría semántica (SV y SNV) y su ejemplar, dos ejemplares de una misma categoría o dos miembros de distinta categoría. Las categorías utilizadas fueron: animales y frutas (SV) y muebles y vestimenta (SNV). Debido a la patología se redujo la cantidad de conceptos que normalmente se utilizan y la escala de estimación de distancias (que habitualmente es de 5 o 7 opciones) ya que, la presentación de muchos datos y de muchas opciones de respuestas puede producir una mayor fatiga en los participantes y dificultar la comprensión. Los conceptos que quedaron seleccionados luego, de una prueba piloto, son canario-tiburón-animales; camisa-pollera-ropa; mesa-ropero-muebles; banana-pera-frutas. Se tuvo en cuenta para la selección de los conceptos, los índices de familiaridad, que fueron extraídos de un trabajo realizado recientemente, en donde se establecieron normas de 400 figuras para una población Argentina, por un grupo de investigación de la Universidad Nacional de Córdoba (ver MANOILOFF et al., 2010).

Posteriormente los datos están siendo cargados en el programa UCINET V (BORGATTI, EVERETT; FREEMAN, 1999) para la confección de las matrices y también para poder comparar los resultados de los participantes entre sí y con un grupo control. Luego de todos los demás procedimientos, que ya fueron detallados, para observar y comparar cualitativamente las configuraciones de las redes semánticas se utiliza el programa Netdraw (BORGATTI, 2002). Los datos se hallan en fase de procesamiento y análisis. En las dos fig. que se muestran a continuación se presentan las salidas del programa Netdraw, que permite observar gráficamente las redes de significado resultantes de la estimación de proximidades entre los participantes. Se muestra la red de una persona sana de 66 años con un nivel educativo universitario (ver fig.1) y la configuración de una personas diagnosticada con EA leve de 79 años (ver fig. 2). Fig.1 Representación sujeto control. 66 años. Nivel universitario Fig. Representación sujeto con diagnóstico de EA probable leve. 79 años Nivel universitario.

Como se puede observar a través de las configuraciones obtenidas en los dos casos, se presentan grandes diferencias en las estimaciones realizadas por ambos sujetos, lo que da como resultado dos redes semánticas muy diversas. En el primer caso se constituyen 4 agrupamientos correspondientes a las cuatro categorías semánticas. El grosor de las líneas indica la fortaleza de los vínculos. Se observa en este ejemplo que la relación estimada entre los conceptos mesa-ropero es más débil que la de esta última con los muebles, que es su categoría supraordinada. En el segundo de las redes graficadas, se puede ver que no se llegan a conformar los 4 agrupamientos de manera completa, ya que en los animales no fue incluido el canario y en las frutas no se pudo estimar una proximidad entre la pera y la banana. Conclusiones Como ya lo mencionamos, el método DISTSEM se basa en la Teoría Extendida de Propagación de la Activación (COLLINS & LOFTUS, 1975) y esto nos permite generar una interpretación teórica de los resultados. A partir de la estimación de distancias semánticas que realiza el sujeto podemos inferir cómo está constituida su red semántica respecto de los conceptos que se presentan, cuáles son los conceptos que considera más próximos y, por lo tanto, qué tipo de agrupamientos realiza y cuál es el criterio que utiliza para organizar el conocimiento. El diagnóstico de la EA y su diferenciación del envejecimiento normal, son problemáticos. En los primeros momentos, la evaluación neuropsicológica cumple un papel fundamental para el diagnóstico y posteriormente para medir la evolución del paciente. En este sentido el DISTSEM se ofrece como una herramienta útil, ya que nos otorga información sobre diversos procesos cognitivos. En primer lugar, nos permite explorar los conocimientos de la persona sobre determinadas categorías semánticas, ya que para poder realizar adecuadamente la tarea es necesario que conozca los ejemplares y que reconozca que pertenecen a la misma categoría. A su vez, nos permite evaluar la capacidad de realizar categorizaciones semánticas o de otro tipo, ya que las personas pueden encontrar similitudes entre los pares de conceptos que se basen en otra clase de criterio. Esto nos permitirá aportar evidencia empírica al debate en torno a la forma y al momento en que presenta un deterioro de la memoria semántica en la EA. Ya que se cree en la actualidad que el deterioro de la memoria semántica es un indicador prodrómico de la EA (BUTTERS et al., 1986; MANGONE et al., 1997), este instrumento es valioso para poder utilizarlo como una herramienta de mayor precisión en el diagnóstico del deterioro de esta memoria que, los que se administran habitualmente, ya que nos aporta información sobre el contenido de la memoria semántica, y también sobre la relación entre varios conceptos entre sí. Se puede comparar la configuración de un grupo de personas sanas y con la configuración de un grupo de personas con alguna patología o con la de personas que tienen algún síntoma pero que no cumplen con los criterios diagnósticos para la enfermedad (p ej. pacientes con Deterioro cognitivo leve), y detectar anomalías tempranas en la memoria semántica. Consideramos que este procedimiento constituye una herramienta para la investigación que permite la exploración de redes de significado desde diferentes perspectivas y variados niveles de análisis según los intereses del investigador. Entre sus posibles aplicaciones se pueden mencionar las siguientes:

1. Con una finalidad descriptiva se puede visualizar para cada participante la red semántica que articula los conceptos seleccionados. Su distancia relativa, el peso de sus conexiones y las relaciones que constituyen agrupamientos en las ideas de los participantes. Se pueden discriminar relaciones inter e intra cluster. 2. A los fines de la evaluación cualitativa del estado del conocimiento de un participante en el tema seleccionado se pueden visualizar ausencias, excesos e impertinencias de enlaces entre los conceptos. 3. Para una evaluación cuantitativa se puede obtener el nivel de coincidencia o similitud entre el mapa semántico de cada participante y una configuración considerada correcta. 4. Permite la operativización de conceptos tradicionales como la zona de desarrollo próximo en términos del entorno de vínculos mínimos y máximos deseables para la comprensión de determinados conceptos. 5. Es posible operativizar constructos complejos como la matriz de creencias compartidas y la centralidad sociocognitiva (menor distancia de cada participante con sus compañeros de grupo) para un conjunto de significados. 6. En un sentido amplio, el método facilita la captura, visualización y análisis cuali y cuantitativo de conjuntos de entes cargados de significado. Hay que continuar realizando investigaciones y poniendo a prueba el método para probar su eficacia y su utilidad como instrumento para indagar la configuración semántica de diferentes poblaciones y con distintos conceptos. Ya se han realizado investigaciones para poner a prueba el método para la evaluación de estudiantes universitarios, y en la actualidad además del trabajo con pacientes con EA (que todavía se encuentra en proceso), se están realizando otras aplicaciones del método: en niños, personas que han tenido un ACV, y en personas con enfermedades psiquiátricas. Se está terminando de desarrollar una herramienta informatizada del método llamada INFOSEM, que está siendo realizada por el Grupo de Investigación en Inteligencia Artificial de la Facultad de Ingeniería de la UNMdP, que trabaja en colaboración con el grupo al que pertenecemos (ver HUAPAYA; LIZARRALDE; ARONA, 2009). Este software permite facilitar y agilizar el proceso de administración y fundamentalmente de carga y procesamiento de los datos. Esta herramienta permitirá disminuir los tiempos y aumentar las posibilidades de su aplicación para distintos ámbitos y con diferentes finalidades. Además será un software de acceso libre y gratuito por lo que estará al alcance de cualquiera en la web. Referencias bibliográficas ALBERT Reka, BARABASI Albert L (2002) Statistical mechanics of complex networks. Rev Modern Phys 74:47. ALLEGRI, Ricardo, MANGONE, Carlos., RYMBERG, Sandra, FERNÁNDEZ Aurora, TARAGANO Fernando, (1997). Spanish version of the Boston Naming Test in Buenos Aires. The Clinical Neuropsychologist, 11, 416-420. AMERICAN PSYCHIATRC ASSOCIATION COMMITTEE ON NOMENCLATURE AND STATISTICS (1994) Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-IV), 4th edition, Washington, DC, Am. Psychiatry Association. ANDERSON, John, R, (1991). The adaptive nature of human categorization. Psychological Review, 98, 409-429. ATKINSON, Richard C, SHIFFRIN, Richard M. (1968). Human memory: A proposed system and its control processes. In: SPENCE, K.W, SPENCE J.T. (orgs.). The Psychology of Learning and Motivation, Vol 2. New York: Academic Press. BADDELEY, Alan, D, WILSON, Barbara, (2002). Prose recall and amnesia: implications for the structure of working memory. Neuropsychologia, 40,1737 1743. BARSALOU, Lawrence, W, (2003). Situated simulation in the human conceptual system. Lang Cogn. Process. 18. 513-562.

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