INFORME FINAL RELEVAMIENTO Y DISTRIBUCION GEOGRAFICA DE CADENAS DE VALOR REGIONALES. Textil-Indumentaria



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INFORME FINAL RELEVAMIENTO Y DISTRIBUCION GEOGRAFICA DE CADENAS DE VALOR REGIONALES Textil-Indumentaria CONSULTORES: GUILLERMO ROZENWURCEL Y GABRIEL BEZCHINSKY 30 DE DICIEMBRE DE 2013

Cadena Textil - Indumentaria La cadena de valor textil-indumentaria representa aproximadamente el 3% del PBI, y registra 163.182 ocupados, según datos de 2012. Se trata de un sector que ha sido fuertemente afectado, positiva o negativamente, y tal vez como ningún otro sector de la economía argentina, por las políticas económicas adoptadas en las dos últimas décadas, así como por los importantes cambios ocurridos en el sector a nivel internacional, con el crecimiento de importantes jugadores tanto a nivel global, (el sudeste asiático en general y China en particular), como a nivel regional, tal es el caso de Brasil. Estas circunstancias afectan significativamente las potencialidades de integración de este sector en el MERCOSUR, como se analizará en este y en próximos informes dentro del proyecto de investigación en curso. La cadena de valor textil-indumentaria en el mundo El desarrollo de la cadena de valor textil e indumentaria a nivel mundial se ha visto influenciado por dos procesos que orientaron la producción y el consumo. El primero ha sido el gran crecimiento de la producción de fibras sintéticas desde los 50 s, en remplazo de las de origen natural. Esta situación ha alterado notablemente los procesos de producción, determinando avances tecnológicos y el uso de un insumo que, a diferencia de los insumos naturales, no compite con los alimentos por la superficie sembrada. El segundo elemento ha sido el significativo incremento del comercio de productos textiles e indumentaria, en respuesta no sólo al crecimiento de la economía mundial sino también al proceso de globalización y liberalización del comercio. En este contexto se generó una relocalización de la cadena de valor textil e indumentaria entre diversos países y regiones, produciéndose principalmente un abandono de los procesos industriales en los países desarrollados, la internacionalización de los sistemas productivos y la aparición de los países en desarrollo como nuevos actores de gran relevancia en la cadena de valor. Respecto de la desregulación de las normas que afectaban el comercio mundial de productos textiles e indumentaria, es importante considerar que los países desarrollados determinaron en 1947 excepciones al Acuerdo Sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) sólo para los productos agrícolas y textiles, afectando particularmente a los países en desarrollo. Para ordenar la aplicación de medidas discriminatorias al comercio del sector se suscribió el Acuerdo Multifibras (AMF) en 1974, que fue reemplazado por el Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido (ATV) en 1995, cuando comenzó a funcionar la Organización Mundial del Comercio (OMC). El ATV no estaba pensado como una

continuación del AMF, sino como un régimen de transición entre el AMF y la plena integración de los textiles y la indumentaria al sistema de comercio multilateral. A partir de 2005, el sistema de cuotas se eliminó, poniendo fin a un período de 30 años de restricciones para el acceso de los textiles y la indumentaria a los mercados de los países desarrollados. A partir de ese momento se liberalizó el comercio de este tipo de bienes, que pasaron a estar sujetos solamente al sistema arancelario y a una serie medidas transitorias de salvaguarda que estuvieron vigentes hasta 2008. Por otro lado, es importante considerar que con el ingreso de China a la OMC en 2001, y particularmente desde la finalización del ATV en 2005, se profundizó la competencia internacional en el comercio de textiles e indumentaria y aumentó la participación de otros países emergentes en el comercio (India y varios países del Sudeste Asiático) en el mercado mundial. De esta manera, esta dinámica orientó la división internacional del trabajo de la cadena, la cual actualmente se encuentra distribuida entre: 1. Países desarrollados que tienen a cargo las actividades de moda, diseño, distribución y logística por su acceso a los principales mercados; controlan la cadena global y por ello se apropian de la mayor parte de la renta; y, contratan empleo calificado y bien remunerado. A su vez, son protagónicos en las etapas de la cadena de valor que demandan mayores inversiones en I+D, son capital intensivas y requieren de grandes plantas para explotar las economías de escala. 2. Países en desarrollo que concentran, especialmente, las fases de la cadena vinculadas a las actividades de confección (trabajo intensivas), cuyo factor competitivo primordial es la presencia de salarios reducidos y, en algunos casos, legislaciones poco regulatorias que permiten condiciones laborales muy precarias 1. El Gráfico N 1 indica que el comercio internacional de productos del sector textil e indumentaria sumó en 2008 unos US$613 mil millones, representando casi el 4% del total de las mercancías comercializadas y el 6% de transacciones de bienes manufacturados. En el primer caso, los textiles alcanzaron el 41% y las prendas de vestir el 59% restante. 1 La localización geográfica de la producción depende, asimismo, de la calidad del producto, cumplimiento de plazos de entrega, acceso a fuentes de materias primas, sistema de transporte, tecnologías, entre otras cosas.

Gráfico 1 Comercio mundial de mercancías según ramas productivas 30,3% 1,6% 2,3% 2,5% 3,7% 7,8% Textiles Prendas de vestir No especificados Hierro y acero 8,5% Productos de la industria del automóvil Productos agrícolas 22,5% 10,9% 9,9% Equipos para oficina y comunicaciones Productos químicos Conbustibles y productos de las industrias extractivas Otras manufacturas Fuente: Elaboración propia en base a OMC. Como se observa en el Gráfico N 2, los países exportadores más importantes de indumentaria son: China, Italia, Alemania, EE.UU., Corea, India, Turquía y Bélgica. Entre los países que más exportan prendas de vestir, China es una vez más el principal jugador, y luego se encuentran Italia, Turquía, Francia, Bangladesh, India, Bélgica y Vietnam. Es importante señalar que las exportaciones de los países desarrollados no implican que también realicen la producción; en tanto, se debe a un reflujo comercial de la mercadería en función de que concentran los principales canales de distribución y comercialización.

Gráfico 2 Principales países exportadores de Productos Textiles y Prendas de Vestir China China Italia Hong Kong 35,5% 26,1% Alemania EEUU 34,1% 33,2% Italia Turquia 3,4% 3,8% 4,1% 4,1% 4,9% 6,5% 6,6% 5,0% Productos Textiles Hong Kong Corea India Turquia Bélgica Resto del mundo 2,5% 2,7% 3,0% 7,7% 6,9% 3,2% 3,0% 3,8% Prendas de Vestir Francia Bangladesh India Bélgica Viet Nam Resto del mundo Fuente: Elaboración propia en base a ONU. Se observa que las ventas externas de prendas de vestir de China superan incluso al agregado de todas las economías de la Unión Europea, las cuales incluyen a los productores tradicionales de indumentaria (como Italia y Francia), referentes en la moda de alta gama. En este marco, sobresale el impulso exportador de China en productos textiles, a pesar que particularmente se destaca en prendas de vestir. En este sentido, su participación en las ventas mundiales de indumentaria pasó del 4% en 1980 -noveno lugar en el ranking mundial- al 33,2% en 2008, convirtiéndose en el mayor proveedor global de prendas de vestir. Si bien algo similar se produjo con los productos textiles, la participación en el mercado mundial resulta en el presente algo inferior que el caso anterior (26,1%) 2. Asimismo, existen otros países en desarrollo que han logrado en las últimas décadas aumentar notablemente su participación en las exportaciones mundiales de textiles y prendas de vestir (por ej. Turquía, India, Vietnam, Pakistán, México, Indonesia, Tailandia, Camboya y Bangladesh) 3. En el otro extremo, se produjo una sistemática caída de la participación de la Unión Europea, EE.UU. y Japón en las exportaciones textiles. Una muestra de esta disminución es que, en los últimos treinta años, la participación en el comercio textil y de prendas de vestir de los países de la Unión 2 Como se indicó, el gran salto exportador de China se produjo desde el año 2000, luego de su adhesión a la OMC. La participación de China y la del Sudeste Asiático en las exportaciones de confecciones y de productos textiles se duplicó, en el caso de las confecciones, y se triplicó, en el caso de los textiles, entre el año 2000 y el año 2011, pasando de representar el 28% de las exportaciones mundiales de confecciones en el año 2000 y el 15% de textiles, a ser más de la mitad de las exportaciones de confección y el 40% de las de textiles en el año 2011. En este contexto, el comercio mundial de textiles y prendas de vestir se incrementó 104% y 76% entre 2001-2010. 3 En los últimos treinta años, Turquía y Bangladesh se convirtieron en actores claves en indumentaria. El crecimiento exportador de Bangladesh responde a que tiene los salarios mínimos más bajos (U$S35 mensuales).

Europea pasó del 49,4% al 32,1% y del 42% a 31,1% respectivamente. Adicionalmente, la caída de la capacidad exportadora de EE.UU. es otro de los efectos del proceso de relocalización que ha tenido la industria textil. México y, en menor medida, Perú son las únicas economías de América Latina y el Caribe que participan del grupo de los principales exportadores 4. Por su parte, la cadena de valor textil de Argentina es relativamente pequeña en relación al mercado internacional. En términos de productos textiles, la participación de Argentina alcanza el 0,8% de la producción mundial de fibras de algodón; 0,5% de hilados de algodón; 1% de tejidos de algodón, y representa el 0,3% de la producción de fibras sintéticas y artificiales y el 0,7% de la producción mundial de hilados de esos materiales. Características de La Cadena de Valor Textil La producción de la cadena textil comienza con la obtención de fibras (insumos básicos) que pueden tener origen vegetal (algodón, lino, yute, cáñamo), animal (lana, seda) o manufacturada proveniente de la petroquímica (regenerada de polímeros como modal o acetato) y sintética (de síntesis química como poliéster, acrílicos y polipropileno) La primera transformación (etapa de industrialización) la conforman las hilanderas donde se realiza el procesamiento de fibras. En la segunda etapa (Tejidos) surge la preparación de tejidos planos y de punto. Posteriormente se realiza el acabado de estos productos comprendiendo el teñido, estampado, etc. En el eslabón final de transformación corresponde a confección de indumentaria (prendas de vestir), confecciones de hogar (cama, cocina y baño) y los denominados textiles técnicos (insumos de otras industrias). En las últimas décadas, las fibras manufacturadas han ganado importancia en perjuicio de las naturales debido a los menores costos unitarios y una mayor resistencia de los materiales pudiendo confeccionar prendas a menores costos, lo que constituye un factor fundamental de la competencia. Sin embargo, en las nuevas tendencias de la moda los productos derivados de las fibras naturales vuelven a ganar prestigio por su calidad. Esto está en línea con la estrategia de mayor diferenciación, lo que permite a los productores posicionarse en el mercado con precios más altos. 4 Este fenómeno responde a los tratados de libre comercio y la cercanía de esos países a EE.UU., uno de los principales importadores mundiales de prendas. A ellos se suman los países de Centroamérica y el Caribe, y Brasil.

La etapa de industrialización (hilados y tejidos) y la de confección de prendas de vestir tienen características disímiles entre sí en cuanto a las tecnologías de producción, la estructura sectorial y al tipo de empresas que las componen. Mientras que el primer caso se trata de una producción intensiva en capital, lo cual incide en una mayor concentración, en el segundo es una industria intensiva en trabajo, por lo que las bajas barreras a la entrada permiten que se configure un sector mucho más atomizado, con una presencia dominante de pequeñas y medianas empresas, y caracterizado por una alta tasa de rotación de establecimientos. Dentro del eslabón de elaboración final, como se mencionó anteriormente, se encuentra el de confección de hogar (sábanas, toallas, mantelería, alfombras) que, a diferencia del de indumentaria, es mayormente intensivo en capital, y está compuesto por empresas integradas con mayor concentración, característica que comparte con el segmento de los denominados textiles técnicos utilizados como insumos de otras industrias. La demanda interna resulta altamente sensible al poder adquisitivo de la población y por lo tanto a los ciclos de actividad económica. Por otro lado, el sector productor es muy sensible a las importaciones debido a la fuerte intensidad de la competencia a nivel global y el predominio de países de bajo costo unitario, fenómeno que se intensificó a partir del ingreso de China a la OMC, como se mencionó en la primera sección.

Gráfico 3 Fuente: Abeceb.com Características de la cadena de valor textil-indumentaria en Argentina Para el análisis de la cadena de valor textil en Argentina consideraremos la rama de insumos de la cadena (fibras e hilados naturales y manufacturados y tejidos de punto), la de confecciones (en la que se agrupan las productoras de toallas, mantelería, ropa de cama, tapices y alfombras) e indumentaria (en la que se confeccionan las prendas de vestir). Como rasgo característico general se destaca el predominio de las micro, pequeñas y medianas empresas (clasificadas a partir de la cantidad de empleados por establecimiento), principalmente en los segmentos de indumentaria y confecciones. Si bien el segmento textil también cuenta con una importante presencia de PyMEs, existe una mayor concentración en hilados de algodón y fibras sintéticas y artificiales. Asimismo, el segmento de confecciones resulta algo heterogéneo, con mayor concentración en los segmentos toallas, sábanas y ropa blanca.

Gráfico 4 Cantidad de empresas por tamaño, 2012 4.500 4.000 3.500 3.000 2.500 2.000 1.500 1.000 Micro Pequeñas Medianas Grandes 500 0 Productos textiles Confecciones Fuente: Elaboración propia sobre datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, MTEySS, en base a SIPA Por otro lado, el segmento de hilados y tejidos presenta una mayor concentración con menor cantidad de empresas. Asimismo, el de confecciones muestra un tamaño relativo mayor que el de prendas de vestir. Un hecho común a todos los segmentos es la reducción del número de empresas registradas, principalmente a partir del año 2008, lo que se atribuye a un proceso de concentración y depuración de la oferta luego del estallido de la crisis internacional y de su repercusión en el país. Esto se ve con mayor claridad en el segmento de indumentaria, donde existen establecimientos de menor tamaño y mayor rotación.

Gráfico 5 4.500 4.000 3.500 3.000 2.500 2.000 1.500 1.000 500 0 Cantidad de Empresas Productos textiles Confecciones Fuente: Elaboración propia sobre datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, MTEySS, en base a SIPA La desregulación económica y la significativa baja de las barreras comerciales producidas durante la década de 1990 tuvieron un fuerte impacto sobre la estructura productiva del sector. Entre 1993 y 2001, el valor agregado de los sectores de Hilado y Tejido se contrajo 38%, el consumo aparente 37%, el número de obreros ocupados 42%, las horas trabajadas 52% y los salarios reales 30%. En el sector de indumentaria se produjo un fenómeno similar: el valor agregado cayó 37%, la demanda interna 36%, el empleo 51%, las horas trabajadas 45% y el salario real 20% 5. La participación de la industria nacional en el consumo doméstico se redujo a favor de las importaciones, que actuaron además como un límite a la fijación de precios por parte de las empresas del sector (y por lo tanto a su rentabilidad), a lo que se sumó el cambio en las condiciones económicas internacionales producido en 1994, que agravó la situación económica y financiera de las empresas que habían logrado sobrevivir, situación que se profundizó a partir de 1998, cuando el fenómeno recesivo se instaló por un período prolongado que llevó finalmente a la crisis de 2001 6. La devaluación producida a principios de 2002 generó un brusco y significativo cambio en los precios relativos, con una baja en el salario real que redujo de manera considerable los costos laborales, sobre todo en una industria como la de indumentaria, que es altamente intensiva en trabajo. Como contrapartida, el aumento del tipo de cambio nominal encareció las importaciones, generando un efecto de protección del mercado interno. Este hecho, sumado a la progresiva recomposición del poder adquisitivo de la población 5 Ver CEPAL (2004) 6 Idem.

que se produjo a raíz del sostenido proceso de crecimiento, generó una recuperación del consumo interno que fue fundamental para el restablecimiento del sector, que pudo reaccionar rápidamente ante este aumento de la demanda gracias a la importante capacidad ociosa que tenía hacia el final del régimen de convertibilidad. En este sentido, las cuentas nacionales muestran que uno de los grandes impulsores del período que comenzó en 2003, fue el consumo privado (ver Gráfico 6). Si bien no fue el componente de la demanda que más creció en el período, aumentó un 104,2% en términos reales entre 2002 y 2012. Según la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGH) que realizó el INDEC en el periodo 2004 y 2005, el 3,6% del consumo privado se destina a la compra de indumentaria y de textiles para el hogar. Por tanto, el consumo interno ha sido el factor principal de impulso para el crecimiento de la industria textil en Argentina desde la devaluación producida en el 2002. Gráfico 6 600.000 Evolución de la demanda global, 1993-2012 Millones de $ de 1993 500.000 400.000 300.000 200.000 100.000 0 Exportación Inversión Bruta Interna Fija Gasto Público Consumo privado Fuente: elaboración propia sobre la base de datos del Ministerio de Economía Como se mencionó anteriormente, la evolución de la industria textil en las últimas dos décadas ha sido fuertemente sensible a la situación macroeconómica y a las políticas económicas adoptadas en el período. En el Error! No se encuentra el origen de la referencia. se observa cómo, después de una fuerte reactivación del sector inducida por

los efectos de la devaluación, tiende a alcanzar cierta estabilización mostrando una moderación en las tasas de crecimiento entre el 2004 y 2007 de alrededor del 8%. Gráfico 7 Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC. Tasa de crecimiento en el Volumen Físico de Producción. A partir del 2008 se verifica una baja considerable del nivel de actividad debido al efecto de un proceso inflacionario creciente con un tipo de cambio que se mantuvo estable y comenzó a deteriorar la competitividad de la industria, a lo que se sumaron los efectos de la crisis internacional que comenzaron a hacerse sentir, sobre todo por la creciente presión de una oferta excedente proveniente fundamentalmente de los países del sudeste asiático. En 2010 se produjo un repunte del nivel de actividad favorecido por las medidas aplicadas por la Secretaría de Industria a partir de diciembre de 2008 (licencias no automáticas, valores criterio, normas antidumping) que redujeron el ingreso de productos textiles al país. Este hecho permitió que la industria siguiera creciendo, pero a una tasa decreciente en los años posteriores, debido principalmente a la apreciación del peso que continuó deteriorando la competitividad del sector 7. 7 Se puede mencionar también un tema que ha sido preocupación de los empresarios del sector, que es la existencia de competencia desleal producto del ingreso ilegal de productos textiles (Protejer, 2012 ).

En lo que respecta al empleo, durante los años 2004 a 2007 el nivel creció a un ritmo acelerado, generando 149 mil puestos de trabajos directos. El uso de la capacidad instalada aumentó considerablemente, promediando un 80% en estos años. Gráfico 8 180.000 160.000 140.000 120.000 100.000 80.000 60.000 40.000 20.000 0 Empleo Textil Conformación de la cadena de valor Materias Primas La fibra de algodón es la materia prima más utilizada por la mayoría de las hilanderías, alcanzando una participación del 60%, el poliéster representa el 30%, mientras que el resto de las materias primas empleadas son otras fibras sintéticas, las fibras artificiales y la lana. Después de los bajos niveles registrados en 2001/02, la siembra y producción de algodón se recuperó en los años siguientes, si bien siguió estando muy lejos de los valores alcanzados en 1996/97, cuando se registró un alto nivel de exportaciones. Las fluctuaciones observadas en los últimos años en la producción de fibra de algodón están relacionadas con el avance de la frontera de producción de la soja y con la alta rentabilidad relativa de ese cultivo en relación con el algodón. Hilanderías La mencionada expansión de la soja en detrimento del algodón en las principales zonas productoras llevó a las hilanderías a la necesidad de incrementar sus importaciones,

fundamentalmente desde Brasil que, contrariamente a la tendencia mencionada en la Argentina, tuvo una política de apoyo al sector que redundó en un incremento de la producción y en la generación de excedentes exportables. Existen tres factores que motivan la localización geográfica de las fábricas: la distancia a la provisión de las materias primas (Chaco y, en menor medida, Santiago del Estero, Formosa, Santa Fe y Corrientes), el fluido acceso a los principales mercados de consumo (Buenos Aires) y el acceso a los regímenes de promoción industrial (San Juan, La Rioja, San Luis, Catamarca y Tierra del Fuego). Dado que las hilanderías son el sector más intensivo en capital de toda la cadena, requieren importantes inversiones iniciales, y sus ventajas competitivas se basan en las economías de escala, lo que genera una actividad con un alto grado de concentración en grandes empresas. La principal empresa dentro de la industria de la hilandería es TN&Platex que tiene siete plantas productivas distribuidas en las provincias de Chaco, Corrientes, Tucumán, La Rioja y Buenos Aires, y produce alrededor de 4.700 toneladas mensuales de distintos tipos de hilados con 2300 empleados directos. Luego se encuentra Tipoití con capacidad para producir 2000 toneladas mensuales de hilado de algodón en su planta industrial ubicada en Corrientes, y que cuenta con una desmotadora propia en la provincia del Chaco. Como tercer productor se ubica la firma Algodonera Avellaneda, propiedad del grupo Vicentín, con una escala menor, de 700 toneladas, pero que tiene un proceso con un alto nivel de integración, que incluye acopio, desmotado, comercialización de fibra e hilado y tejido. Cuenta con seis plantas desmotadoras con capacidad de procesamiento de 3000 toneladas diarias, ubicadas en las provincias del Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Santa Fe, y una planta ubicada en el norte de la provincia de Santa Fe, que produce hilados y tejidos, ocupando a 350 personas. También se destaca la presencia de un productor de escala mundial de fibras e hilados de poliéster, como la empresa MAFISSA (Manufactura de Fibras Sintéticas S.A.), que desde su planta industrial ubicada en el partido de La Plata abastece a la industria textil en toda la región, donde la fabricación de fibras sintéticas no tiene el mismo desarrollo que en Argentina. Tejedurías Los principales clientes de las hilanderías son las tejedurías de punto que absorben el 65% de las compras totales a la industria hilandera y, a diferencia de las tejedurías de tejido

plano que tienen una participación del 30% en el mercado, están menos integradas 8 y se utilizan más en el mercado de indumentaria nacional. Los vínculos entre las tejedurías y las hilanderías son estables, donde la relación cliente-proveedor parece jugar un papel central que constituye a la vez una ventaja competitiva y una barrera a la entrada. El sub-sector de Tejidos planos, incluyendo la producción de Denim y otros, ha sido comparativamente el más afectado por el cambio en las condiciones de competencia a lo largo de los años noventa y el eslabón de la cadena en la que la reducción de la producción y el cierre de empresas han sido más la regla que la excepción, lo que hizo que aumentara considerablemente el coeficiente de abastecimiento importado del mercado local en estos rubros. Estas nuevas condiciones estructurales hicieron que la reactivación del sector de confecciones e indumentaria a partir de la recuperación posterior a la crisis de 2001/2002 debiera ser abastecido por medio de importaciones, provenientes particularmente de Brasil, donde esta industria se ha fortalecido en la última década. En este segmento hay tanto empresas integradas que incorporan la etapa de hilandería como empresas exclusivamente tejedoras. La competitividad del sector de tejidos planos está determinado por dos factores principales: la escala de producción y la capacidad de las empresas de diferenciar sus productos, dado que se trata de un sector capital intensivo y que el mercado está muy determinado por las tendencias de la moda. La industria argentina de tejeduría ha tendido a concentrarse en las gamas superiores y abandonando los productos básicos, en los que no puede competir con los grandes productores asiáticos ni con los brasileños. Sin embargo, esta estrategia, que parece adecuada a las condiciones de competencia internacional, tiene sus limitaciones vinculadas con la capacidad de las empresas del sector de avanzar en la diferenciación de productos y de lograr una inserción exportadora significativa y sustentable. El margen de rentabilidad de las telas planas utilizadas para artículos del hogar es bajo por la gran competencia de mercadería proveniente de Brasil y de varios países asiáticos. En general, las empresas de tejido plano que tienen tintorería son medianas o grandes. Entre las más importantes, se destacan las siguientes: Estampados Rotativos, empresa de origen familiar creada en 1947, que tiene su planta integrada de tejido, estampado, teñido y terminación de tejidos planos y de punto en Luján, Provincia de Buenos Aires. 8 Los grandes usuarios de hilado de algodón entre las tejedurías planas son los productores de denim que suelen tener hilandería propia.

Karatex es un grupo textil que fue fundado en 1955, y que a través de la empresa Colortex, creada en 1980 bajo el régimen de promoción industrial en la provincia de La Rioja, cuenta con un proceso industrial altamente integrado, que comprende plantas de hilandería, tejeduría, tintorería, estampería, acabado y confección. Tecotex, que produce telas lisas y estampadas en sus dos plantas industriales, ubicadas en La Rioja y Tucumán. Entre los productos más importantes de este segmento se destaca la producción de gabardinas y especialmente de denim. Dada la complejidad de la tecnología aplicada y la intensa competencia, están integradas verticalmente con las fases previas de hilado y las posteriores de teñido. Los principales productores de denim son: Alpargatas-Santista, Santana, Algoselán, Ibero y Fibraltex que abastecen casi el 60% del consumo interno, mientras que el resto son importaciones provenientes de Brasil y China. En el país, Grafa es el mayor productor de denim, con una participación cercana al 45%, y también es líder en el segmento de ropa de trabajo, donde controla el 70%, en gran parte gracias a su tradicional marca Ombú. La empresa brasileña Santista le compró la empresa Grafa en 1995 al grupo Bunge & Born. Santista, a su vez controlada por el grupo Camargo Correa, es el mayor exportador de telas de América del Sur, con ventas anuales de aproximadamente US$ 280 millones. El grupo también controla a la chilena Machasa, que cambió su nombre por Santista Textil Chile. Adicionalmente, la venta de Alpargatas al grupo Camargo Correa formó parte de una ola de compras de empresas locales por grupos brasileños que se produjeron en los primeros años de la década del 2000, luego de la crisis y del abandono de la convertibilidad, y consolidó la presencia del grupo en el mercado textil argentino. La operación, que fue anunciada en 2007 implicaba no sólo que una serie importante de marcas tradicionales en el mercado argentino pasaran a manos brasileñas sino también que produciría una fuerte concentración en el mercado del denim. A través de Santista Textil (ex Grafa), Camargo Correa ya concentraba alrededor del 40 por ciento del mercado. Y la compra de Alpargatas duplicaría esa participación. Ante esta situación, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) aprobó en 2008 la operación, sujeta a que la empresa compradora cumpliera con un plan de desinversión por el cual los inversores brasileños debieron desprenderse de una parte de la producción de denim. Pero la presencia brasileña en la industria textil argentina no se agota con el grupo Camargo Correa. Santana Textiles inauguró en 2008 una planta de tela denim en la

provincia del Chaco, para producir 15 de los 18 millones de metros que el país importaba por año. La empresa invirtió unos 80 millones de dólares en la fábrica de Puerto Tirol, para llegar a una producción mensual de tela de jean de 3 millones de metros. Santana Textiles compite en el mercado del denim con las empresas del grupo Camargo Correa, con productores nacionales como TN&Platex, y con las importaciones provenientes de China. Algoselan Flandria es una empresa textil integrada que comienza su proceso productivo con el ingreso de la fibra de algodón, la convierte en hilados que luego son tejidos en diferentes productos. Por último se tiñen y terminan para diferentes usos finales, como la confección de indumentaria, fabricación de zapatillas y textiles para el hogar, entre otros. Una de las características de la empresa es que, además de estar altamente integrada, está diversificada en varias líneas de producto y atiende diferentes mercados de la industria de la confección y el calzado. También abastece a otros eslabones de la cadena textil, vendiendo tejidos crudos, hilados, cadenas, y ofrece servicios de urdido y encolado. En la actualidad la empresa cuenta con una dotación de personal de algo más de 270 personas. Algoselan se creó en el año 1951 como una típica empresa familiar en la localidad de San Martín, provincia de Buenos Aires. Más allá de los ciclos económicos por los que atravesó la economía argentina, la empresa registró un constante crecimiento. En diciembre de 2001 compró la antigua empresa Flandria, que estaba cerrada desde hacía varios años, con lo que empezó una nueva etapa de la empresa, que pasó a denominarse Algoselan Flandria. Este hecho posicionó a la empresa en el escenario de recuperación de la industria posterior a la devaluación de 2002 como un proveedor importante dentro del mercado del denim. La empresa cuenta con dos plantas industriales, una en la localidad de San Martín, y la principal en el Parque Industrial Flandria ubicado en Jáuregui, ambas en la provincia de Buenos Aires. Textil Iberoamericana se especializa en la fabricación de tejidos planos de algodón, tejidos de algodón elastizado e indumentaria informal, y cuenta con un proceso integrado que comprende preparación de hilado, tejeduría, tintorería, acabado de telas y confección de prendas. La empresa opera en el mercado desde hace más de 60 años, y cuenta con una planta industrial radicada en la provincia de Buenos Aires con una superficie cubierta de 18.000

m 2, y 4 en la provincia de San Juan, radicadas al amparo del régimen de promoción industrial. El sector de tejedurías de punto está compuesto por unas 700 empresas, de las cuales el 60% son tejedurías sin hilandería y el 40% restante tienen hilandería propia. Si bien la mayoría de las empresas son PyMEs, existen alrededor de 10 grandes firmas integradas hacia atrás. Es importante tener en cuenta que estas grandes empresas integradas generalmente tuvieron su origen en las décadas del 50 y el 60 como pequeñas empresas familiares, que crecieron y se consolidaron como grandes jugadores en el mercado accediendo a una serie de beneficios promocionales que existieron en el país en las últimas décadas del siglo pasado. Entre estas empresas, se destacan las siguientes: El grupo Sedamil, que inició sus actividades en 1964 como Niebieski S.R.L., una típica empresa textil familiar. En 1975 instala una fábrica en el Parque Industrial de Trelew y comienza a funcionar con el nombre de Sedamil SACI. En 1980 incorpora la Tintorería para el teñido y la terminación de sus tejidos. En 1980, aprovechando el régimen de promoción industrial, radica la Tejeduría y texturado de hilados sintéticos en Tierra del Fuego con el nombre de Textil Rio Grande S.A. En 1987 establece en Trelew una importante hilandería de algodón, completando la Integración Total del ciclo productivo, y comienza a exportar hilados. En la década del 90, crea Tessicot S.A. para la fabricación de indumentaria de marcas propias e internacionales. La empresa Fadeté comenzó a funcionar en 1949 dedicada a la fabricación de sweaters, y rápidamente incorporó el tejido de lana, adquiriendo una hilandería y un lavadero a principios de la década del 50, y adoptando el nombre de Fadeté S.A. en 1955. A finales de esa década la empresa ya empleaba a cerca de 1000 personas. Luego incorporó los tejidos sintéticos, y durante la década del 70, para hacer frente a la apertura de la economía implementada por el gobierno militar, cerró algunas de sus plantas y reogranizó sus actividades. En los años '80 la empresa montó una moderna hilandería de algodón completamente robotizada, lo que le permitió lograr la integración de la cadena textil. En la actualidad el grupo Fadeté cuenta con dos unidades de negocios: La fabricación y comercialización directa al público de indumentaria infantil y femenina con la marca "Ver", a través de Topyed S.A.

La fabricación integral de telas de tejidos de punto con la marca Texcom que se fabrican en las empresas Fabrisur S.A. (radicada en Rio Grande, Tierra del Fuego) y Texameri S.A. (con plantas en San Luis y en Don Torcuato, provincia de Buenos Aires). Ritex, empresa que comenzó sus actividades en el año 1962 como un emprendimiento familiar. Luego de un constante crecimiento, a partir del año 1982, las actividades industriales textiles se radicaron en el Parque Industrial de la Ciudad de La Rioja, aprovechando las ventajas de la promoción industrial. En 1998 sumó a la planta de producción de La Rioja el sector de tintorería de hilados. Cladd, que es una empresa creada en 1975, y ha desarrollado un proceso integrado. Partiendo de la fibra de algodón, produce hilados y tejidos en sus fábricas ubicadas en la provincia de La Rioja y en Morón, provincia de Buenos. Aires. El proceso productivo se completa en la planta de San Martín, provincia de Buenos. Aires, donde se realizan los procesos de teñido y estampado. Guilford fue creada en 1957, y se ha desarrollado como proveedor de tejidos con y sin Lycra para los sectores productores de lencería, ropa deportiva, calzado deportivo y usos industriales. Integra las operaciones de tejeduría, tintorería y estampería en sus plantas industriales ubicadas en Comodoro Rivadavia y San Luis, a las que agrega la empresa Gilwear S.A., dedicada a la confección y comercialización de indumentaria. Yersiplast es una empresa familiar creada hace 40 años. Originalmente se dedicó a la comercialización, para operar luego como tejeduría y tintorería industrial, especializada en tejido de malla circular. La empresa cuenta con dos plantas industriales, ubicadas en Catamarca y Pilar. La planta de San Fernando del Valle de Catamarca, produce 500 toneladas mensuales de tejido crudo. A su vez, la planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar, Provincia de Buenos Aires, donde se encuentra la tintorería, procesa 23.000 kilos diarios de tejido. Los factores determinantes de la competencia son la diferenciación de producto mediante la tintorería y estampería, el diseño y la calidad, y el precio. La segmentación del mercado se genera a partir del tipo de prendas que se producen con cada tela: tejidos para uso deportivo, informal, moda, etc. La importación de tejidos de punto no resulta una amenaza ya que la diferenciación de producto y las series de producción cortas actúan como barreras naturales. Tintorerías

Hay pocas empresas que ofrecen el servicio por el alto costo de la tecnología aplicada y, por ende, el sector representa un cuello de botella para el mercado y una barrera a la entrada para las tejedurías, tanto de punto como planas. La mayor tintorería independiente es Italcolore, una firma de capitales argentinos e italianos que se instaló en 2006 en el Parque Industrial Villa Flandria de la localidad de José M. Jauregui, provincia de Buenos Aires. Indumentaria Como se mencionó anteriormente, el sector de fabricación de prendas de vestir (indumentaria) presenta alta elasticidad ingreso y en el caso argentino está principalmente orientado al mercado interno y, en consecuencia, es muy dependiente del nivel de actividad económica interna. Durante la vigencia del Plan de Convertibilidad la industria modificó su modelo de producción, incorporando formas organizativas más informales, tanto en lo fiscal como en lo laboral, y una gran flexibilización en el mix de productos y en la composición de la oferta. En la etapa de posterior al colapso de la Convertibilidad se recuperaron fuertemente los niveles de producción, a partir de la recomposición del mercado interno y una menor presión de las importaciones. Este sector ocupó cerca de 50.000 empleados registrados y aproximadamente 80.000 trabajadores no registrados en 2010. Una de las características ya mencionadas de esta industria es que se trata básicamente de una industria PyME intensiva, lo cual le otorga una gran flexibilidad y posibilita que haya muchas empresas que se destacan por la producción de series cortas, con buen diseño y terminación de sus productos (INTI, 2008). Sin embargo, la atomización de los fabricantes de indumentaria los hace excesivamente dependientes de las tejedurías en materia de diseño, calidad y colores de temporada de su insumo básico. Sólo en algunos casos los fabricantes de indumentaria pueden participar en el desarrollo de las telas y conseguir condiciones de exclusividad de sus proveedores. El mercado de la indumentaria a nivel internacional puede clasificarse en tres segmentos: a) de alta moda; b) de producción masiva o ropa estándar; y, c) las cadenas minoristas a nivel internacional. El mercado de alta moda se caracteriza por la utilización de tecnología de punta, centrado en el diseño, con trabajadores calificados y salarios medios y altos. Las empresas que operan en este mercado implementan estrategias de diferenciación a partir de la marca, el diseño, el marketing y la propiedad de los canales de comercialización. Generalmente

sitúan sus departamentos clave (diseño, I+D, entre otros) en los países desarrollados (CEP, 2007). A diferencia de este mercado, el de producción masiva, se caracteriza por la utilización de tecnología madura, productos sin diferenciación, bajos salarios, alta flexibilidad, mayor informalidad y trabajo a domicilio. Las empresas líderes de este mercado centran su estrategia en la competencia por precio, producen ropa del tipo commodity, generalmente de calidad media a baja, con escaso diseño. Los puntos de distribución y venta también juegan un papel importante para la competitividad del segmento (CEP, 2007). En un punto intermedio entre estos dos tipos de mercados, se encuentran las cadenas minoristas a nivel internacional, cada vez más concentradas. Las firmas que operan en este segmento poseen un gran poder de compra, articulando globalmente la cadena de producción que los abastece; su estrategia se centra en la diferenciación a partir de la utilización de nuevas tecnologías de gestión, marca, diseño, canal de distribución y precios medios. Dentro de este segmento se identifican dos modelos; por un lado, empresas que venden productos masivos sin especialización por grupo de consumidores, por ejemplo, los supermercados y las grandes tiendas (más extendidas en Estados Unidos y Europa) y, por otro lado, empresas que se dirigen a grupos de consumidores específicos (Buchter et al., 2011). El segmento indumentaria es muy heterogéneo, con una fuerte diferencia entre las empresas con marca propia, que generalmente se ocupan del diseño y la comercialización y los confeccionistas (en la mayoría de los casos talleristas). Las primeras se focalizan en el marketing estratégico con el fin de posicionar la marca (factor clave del negocio), tratando de expandirla a través de locales propios o franquicias, y tercerizan la producción a través de los talleristas. También existe un segmento de diseñadores con producción propia de alta calidad. En estos grupos se encuentran los de mayor rentabilidad del negocio con posibilidades de mayores precios por prenda apoyados en la estrategia de lograr una percepción de la marca como de mayor calidad en el público proyectada en los altos precios. En el segmento de indumentaria también resulta clave la capacidad de diseño y calidad, habiendo surgido algunas marcas locales con proyección internacional en el mundo de la moda, que combinado a la reducción de costos posterior a la devaluación también alentó el ingreso de cadenas de tiendas internacionales. Por el contrario, en el caso de los talleristas su rentabilidad se encuentra apoyada en los mayores volúmenes de producción, por lo que tratan de captar varias marcas, ya que los

precios acordados por prendas resultan extremadamente bajos en relación al precio final de venta. Esto se deriva de un bajo poder de negociación y una intensa competencia vía precios con el fin de captar contratos de producción. Dada la baja rentabilidad, la alta proporción de empleados no especializados y la inestabilidad de los contratos de producción, el grado de informalidad resulta muy elevado (según distintas fuentes entre el 40% y el 60%) principalmente en lo laboral, pero también en lo fiscal. Entre las empresas nacionales del sector, el desarrollo y el posicinoamiento de la marca forma parte central de la estrategia de negocio. De hecho en los últimos años han surgido una gran variedad de marcas nacionales de indumentaria que compiten en segmentos de precios de las marcas internacionales. Según fuentes del sector, dos terceras partes de las marcas de indumentaria en los centros de compra son de origen local y poseen un gran soporte de marketing. Las inversiones en la cadena textil-indumentaria Un indicador proxy de la inversión en la industria textil es la importación de bienes de capital específicos para esa industria. Como puede verse en el cuadro 1, estas importaciones muestran una evolución similar a la del nivel de actividad sectorial, habiéndose producido un crecimiento sostenido hasta 2007, luego una caída en los años 2008 y 2009 producto del impacto de la crisis internacional sobre el nivel de actividad del sector, y una recuperación en 2010 y 2011, a partir de la recuperación del crecimiento del mercado interno y de la aplicación por parte del gobierno de medidas de protección a la industria, en particular a la de la cadena textil-indumentaria. Cuadro 1 Importaciones de bienes de capital. 2005-2011 Millones de u$s FOB Sector Año 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Hilandería 32,1 29,1 37,6 21,2 19,4 32,2 39,1 Tejeduría 30,0 31,0 41,0 33,2 21,9 28,4 41,5 Tintorería 53,1 77,9 141,1 101,4 72,1 95,2 60,7 Indumentaria 33,1 37,5 43,7 45,8 28,5 47,1 75,3 TOTAL 148,3 175,5 263,4 201,6 141,9 202,9 216,6 Fuente: Fundación Pro-Tejer

Entre las principales inversiones realizadas en el sector en los últimos años por montos mayores a u$s 10 millones, además de las mencionadas en la sección anterior pueden destacarse las siguientes 9 : una inversión de TN&Platex de u$s 41,6 millones para ampliación de la capacidad instalada en un 20%, la compra por parte de Vicunha Textil (la empresa brasileña líder en la producción de índigo) de tres plantas (dos tejedurías y una tintorería) pertenecientes al Grupo Ullum ubicadas en la provincia de San Juan, por u$s 40 millones. la instalación en la provincia de Santa Cruz de una planta para el procesamiento de lana merino para la producción de sweaters orgánicos por parte de la empresa South Latitude Argentina, por u$s 35,1 millones. la ampliación de la planta de la empresa brasileña Conteminas en la provincia de Santiago del Estero para producir localmente toallas, repasadores y batas con destino al mercado interno (sustituyendo de esa manera importaciones de esos productos) y a la exportación, por u$s 23,6 millones. Comercio Exterior Las ventas del sector se orientan al mercado local en indumentaria y tejidos de punto. En cambio, los segmentos de insumos textiles y confecciones para el hogar muestran una mayor orientación al mercado externo. 9 Sobre la base de información periodística y de las propias empresas.

Gráfico 9 Destino de la producción por segmento. 2012 100% 90% 11% 14% 3% 6% 80% 70% 60% 50% 40% 89% 86% 97% 94% 30% 20% 10% 0% 171. Fabricación de hilados y tejidos; acabado de productos textiles 172. Fabricación de ropa de cama, toallas, mantelería, tapices y alfombras, cuerdas y redes 173. Fabricación de tejidos de punto y artículos de punto y ganchillo 18. Confección de prendas de vestir y de artículos de piel Mercado interno Expo Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC En cuanto a los destinos de las exportaciones, como muestra el gráfico 9 con datos de 2012, hay una diferencia significativa entre los segmentos de hilados y tejidos, que se dirigen fundamentalmente a países desarrollados (Italia y Alemania), mientras que en tejidos de punto sólo el 30% se dirige a países desarrollados (Estados Unidos), y en confecciones e indumentaria el mercado de destino es exclusivamente regional.

Gráfico 10 Principales destinos de las exportaciones de la cadena. 2012 171. Fabricación de hilados y tejidos; acabado de productos textiles 172. Fabricación de ropa de cama, toallas, mantelería, tapices y alfombras, cuerdas y redes Resto 47% Brasil 12% Italia 26% Alemania 15% Chile 11% Resto 31% Uruguay 12% Brasil 46% 173. Fabricación de tejidos de punto y artículos de punto y ganchillo Resto 37% EE.UU. 19% Uruguay 24% Brasil 20% 18. Confección de prendas de vestir y de artículos de piel Resto 53% Chile 12% Brasil 18% Uruguay 17% Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC Asimismo, en cuanto al origen de las ventas en el mercado interno, la producción nacional ocupa una mayor proporción en el segmento de productos finales que en el de los insumos textiles.

Gráfico 11 Origen de las ventas por segmento. 2012 100% 90% 527,0 182,3 434,4 80% 511,7 70% 60% 50% 40% 2275,6 1091,1 2152,7 30% 841,5 20% 10% 0% 171. Fabricación de hilados y tejidos; acabado de productos textiles 172. Fabricación de ropa de cama, toallas, mantelería, tapices y alfombras, cuerdas y redes Producción nacional 173. Fabricación de tejidos de punto y artículos de punto y ganchillo Importaciones 18. Confección de prendas de vestir y de artículos de piel Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC En lo que hace al origen de las importaciones, se verifica una alta participación de los países asiáticos (particularmente China) en casi todos los segmentos, mientras que Brasil es un proveedor altamente significativo en hilados y tejidos y en ropa de cama, mesa y baño, y su participación es más reducida en tejidos de punto.

Principales Orígenes de las importaciones de la cadena. 2012 171. Fabricación de hilados y tejidos; acabado de productos textiles 172. Fabricación de ropa de cama, toallas, mantelería, tapices y alfombras, cuerdas y redes Resto 29% China 34% Resto 27% Brasil 43% Pakistan 9% Brasil 28% EE.UU. 7% China 23% 173. Fabricación de tejidos de punto y artículos de punto y ganchillo 18. Confección de prendas de vestir y de artículos de piel Corea Rep. 2% Brasil 9% Resto 25% China 64% Resto 40% Perú 9% China 44% India 7% Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC Conclusiones La cadena textil-indumentaria en la Argentina tiene una larga tradición en la producción, con una importante presencia de empresas de capital nacional, en algunos casos con varias décadas de trayectoria en el mercado. Una característica que merece ser destacada en esta cadena es el aprovechamiento por parte de varias de estas empresas de los regímenes de producción industrial para consolidar su posición, ampliar su capacidad, o integrar distintos eslabones de la cadena. Esto diferencia a las empresas de otros sectores, que simplemente han utilizado esos regímenes como fuentes de captación de renta pero no han capitalizado esos beneficios, desmontando en la mayoría de los casos las plantas instaladas cuando los regímenes se eliminaron o redujeron sus beneficios. Otra característica distintiva de esta cadena es la fuerte presencia de empresas brasileñas en el sector textil argentino, que dominan algunos segmentos (como la fabricación de denim), aunque compiten con empresas de capital nacional.

A pesar de esa presencia de empresas brasileñas en el mercado local, el intercambio comercial con Brasil no es muy significativo, con la excepción del segmento de confecciones para el hogar. En el resto de los sectores, la lógica de la inversión brasileña parece ser la explotación del mercado local antes que la integración productiva a nivel regional. Por otra parte, se puede hablar de una alta capacidad emprendedora en el sector indumentaria, verificada por el crecimiento de la cantidad de empresas que acompañó al crecimiento del mercado interno de la última década. Adicionalmente, existe una importante capacidad de diferenciación de producto en el segmento de la moda con alto contenido de diseño e innovación. La cadena tiene importantes oportunidades de expansión, tanto en el mercado interno como en el mercado regional, sobre todo en segmentos de productos diferenciados en base a calidad, diseño e innovación. Naturalmente, esas oportunidades dependerán de cuál sea la proyección de crecimiento en ambos mercados durante los próximos años. Sin embargo, la cadena tiene algunas limitaciones importantes para enfrentar un proceso de integración regional. En primer lugar, se mantiene un alto nivel de informalidad fiscal y laboral en la cadena, particularmente en el eslabón de la indumentaria. Con tal nivel de informalidad es muy difícil encarar seriamente un proceso de internacionalización sustentable, aún para algunas firmas que, por marca y diferenciación de producto están en condiciones de hacerlo. Otra característica de la cadena que atenta contra la integración es la asimetría que se presenta entre la importante presencia de empresas brasileñas en el país (guiada fundamentalmente por la lógica de la explotación del mercado interno) y la presencia marginal de empresas de capital nacional en Brasil. Si bien es cierto que algunas empresas de capital nacional tienen inversiones en otros países de la región, se trata más bien de casos aislados, y en esos mercados compiten con las grandes empresas brasileñas, que sí están llevando adelante (en muchos casos con apoyo del gobierno) un proceso de expansión regional. Complementariamente, las exportaciones de la cadena tienen un carácter marginal. Es evidente que Argentina no puede competir con productos estandarizados de consumo masivo ni con los competidores brasileños ni con los asiáticos, que tienen escalas de producción incomparablemente más altas, pero sí es posible competir en base a diseño y a diferenciación de producto en algunos nichos de precios medios y altos y de alto valor agregado.