Enfermedades indicadoras de infección por VIH: Guía para la realización de la prueba del VIH a adultos en entornos sanitarios



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Transcripción:

Enfermedades indicadoras de infección por VIH: Guía para la realización de la prueba del VIH a adultos en entornos sanitarios 1

Índice Resumen ejecutivo... 5 1. Introducción... 7 1.1 Propósito, objetivo y público al que va dirigida esta guía... 8 2. Antecedentes... 10 2.1 Diagnóstico tardío en Europa y beneficios del diagnóstico precoz... 11 2.3 Coste-eficacia de la realización de la prueba del VIH... 12 3. Enfermedades indicadoras para la realización de la prueba del VIH... 13 3.1 Categorías de enfermedades indicadoras... 13 3.2 Especialidades y enfermedades indicadoras... 16 4. Cómo implementar la realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH en un entorno sanitario... 19 4.1 Pasos que debemos considerar antes de la introducción de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH... 19 4.2 Obligaciones de los responsables de la especialidad... 20 4.3 Obligaciones del sistema sanitario... 21 4.4 Otras indicaciones para recomendar una prueba del VIH... 21 Apéndices... 23 Apéndice 1: Herramienta práctica de apoyo a la implementación... 23 Información necesaria para el consentimiento informado... 23 Vías de atención... 23 Preguntas de pacientes... 24 Tipos de pruebas y métodos de muestreo... 24 Divulgación de la guía... 25 Apéndice 2: Referencias para la prevalencia del VIH en pacientes con enfermedades indicadoras en Europa... 26 Apéndice 3: Herramienta de auditoría y notificación... 28 Apéndice 4: Ejemplo de documento de información al paciente... 30 Apéndice 5: Ejemplo de presentación de la guía... 31 Apéndice 6: Plantilla de carta al director... 32 Referencias bibliográficas... 33

Abreviaturas y acrónimos CDC Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades CITC Asesoramiento y prueba del VIH por iniciativa del paciente ECDC Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades HIDES Estudio de enfermedades indicadoras de VIH en Europa HiE VIH in Europe HSH Hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres PITC Asesoramiento y prueba del VIH por iniciativa del profesional sanitario SIDA Síndrome de inmunodeficiencia adquirida TAR Terapia antirretroviral TB Tuberculosis UDPV Usuario de drogas por vía parenteral VCT Asesoramiento y prueba voluntarios VIH Virus de la inmunodeficiencia humana ITS Infección de transmisión sexual OMS Organización Mundial de la Salud PIVIH Personas infectadas por el VIH 3

Agradecimientos Este documento no habría sido posible sin la inestimable colaboración de los miembros del grupo de expertos y los centros participantes en el estudio HIDES. La redacción de esta guía corresponde a Dorthe Raben 1, Ann Sullivan 2, Mika Salminen 3, Valerie Delpech 4, Keith Radcliffe 5, Miriam Lewis Sabin 1, Michael Rayment 2 y Jens Lundgren 1 en nombre del grupo de expertos sobre realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH a adultos, Marie Louise Jakobsen y Lars Peters. 1 Programa de VIH de Copenhague, Universidad de Copenhague, Dinamarca; 2 Chelsea Westminster Hospital, Londres, Inglaterra; Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, Estocolmo, Suecia; 4 Agencia de Protección de la Salud (HPA), Londres, Reino Unido; 5 Delegación europea de la Unión Internacional contra las Infecciones de Transmisión Sexual (IUSTI), Tallin, Estonia. Miembros del grupo de expertos sobre realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH a adultos: Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, Suecia, representado por Marita van de Laar; OMS Europa, Dinamarca, representada por Lali Khotenashvili; Nathan Clumeck, CHU Saint-Pierre, Bruselas, Bélgica; José Gatell, Hospital Clínico IDIBAPS, Universidad de Barcelona, España; Brian Gazzard, Chelsea and Westminster Hospital, Londres, Inglaterra; Jens Lundgren, Universidad de Copenhague y Rigshospitalet, Copenhague; Antonella d Arminio Monforte, Unidad de Enfermedades Infecciosas, Hospital Universitario de San Paolo, Milán, Italia; Jürgen Rockstroh, Medizinischen Universitätsklinik, Bonn, Alemania; Amanda Mocroft, University College London, Reino Unido; Ann Sullivan, Chelsea Westminster Hospital, Londres, Reino Unido; Valerie Delpech, Agencia de Protección de la Salud, Reino Unido; Martin Fisher, Royal Sussex County Hospital, Brighton, Reino Unido; Francesco Blasi, Alberto Mateelli, Sociedad Respiratoria Europea (SRE); Gabriele Arendt, Universitätsklinikum Neurologische Klinik Düsseldorf, Alemania, Sociedad Neurológica Europea (SNE); Keith Radcliffe, Delegación europea de la Unión Internacional contra las Infecciones de Transmisión Sexual (IUSTI), Tallin, Estonia; Deniz Gokengin, IUSTI Europa, Turquía; José M. Miro, Hospital Clínico - IDIBAPS, Universidad de Barcelona, Barcelona, España; Bruno Hoen, Centro Hospitalario Universitario Hôpital Saint Jacques de Enfermedades Infecciosas y Tropicales, Besançon (Francia), en nombre de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID); Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID); Erwin Tschachler, Academia Europea de Dermatología y Venereología (EADV); Anne-Françoise Gennotte, GP, Brussels VCT Center, Bruselas; Mika Salminen, Instituto Nacional de Salud y Bienestar (THL), Helsinki, Finlandia (antes denominado Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades). La OMS y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) han contribuido a la elaboración del documento: Enfermedades indicadoras de VIH: guía para la realización de la prueba del VIH a adultos en entornos sanitarios. El documento sigue la línea de las directrices del ECDC sobre realización de la prueba del VIH y las recomendaciones de la OMS, ofrece orientación práctica para la realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH y puede contribuir a la detección precoz en personas infectadas por el VIH que padecen enfermedades indicadoras de VIH. Esta guía ha sido coordinada por la Secretaría de HIV in Europe. Se puede encontrar más información en www.hiveurope.eu. HIV in Europe Working Together for Optimal Testing and Earlier Care www.hiveurope.eu HIV in Europe es una iniciativa paneuropea cuyo objetivo consiste en fomentar el diagnóstico precoz y la atención temprana del VIH en Europa. 4

Resumen ejecutivo De los aproximadamente 2,3 millones de personas infectadas por el VIH en el continente europeo, se estima que un tercio desconoce su estado serológico frente al VIH, lo que genera elevados niveles de diagnósticos tardíos y de transmisión en la región. En Europa Occidental, el 45-50% de las personas recién diagnosticadas como infectadas por el VIH se diagnostica y se trata tardíamente (es decir, con CD4 < 350 células/µl). El diagnóstico tardío está asociado a un incremento de la morbimortalidad relacionada con el VIH, una peor respuesta al tratamiento, un aumento de los costes de la atención sanitaria y un incremento de las tasas de contagio. En consecuencia, son muchas las ventajas de diagnosticar el VIH en un estadio precoz y por eso el diagnóstico precoz debería ser una estrategia clave de sanidad pública. El diagnóstico precoz requiere enfoques innovadores para incrementar el índice de realización de la prueba entre aquellos que tienen más probabilidades de estar infectados y que solicitan asistencia tarde. Esta guía se centra en las personas que acuden a cualquier ámbito sanitario, incluidas las consultas de especialistas donde es probable que la prueba del VIH no forme parte de la atención médica habitual para pacientes con determinadas afecciones médicas. Este planteamiento innovador que proponemos, la realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH, debe convertirse en un elemento adicional de una estrategia de realización de la prueba del VIH global, nacional y completa. La guía ha sido desarrollada por un grupo de representantes de varias sociedades de especialidades clínicas europeas, y ha recibido aportaciones intelectuales de la Oficina Regional de la OMS para Europa y del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades. El público al que va dirigida son todos los profesionales sanitarios de las especialidades y ámbitos pertinentes, así como el personal responsable de la supervisión de los programas de pruebas del VIH. La guía se basa en parte en la metodología desarrollada con el estudio HIDES (Estudio de enfermedades indicadoras de VIH en Europa), en el que se documentan enfermedades indicadoras con una prevalencia de más del 0,1% de VIH no detectado. Estudios recientes demuestran la viabilidad y aceptabilidad de la implantación de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH como parte de la atención rutinaria, pero también analizan los problemas de esta implantación, que se abordan en esta guía. Los objetivos de la guía son: Fomentar y apoyar la implantación de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH en las estrategias nacionales de pruebas del VIH, teniendo en cuenta la prevalencia del VIH local, los programas de pruebas existentes y el contexto sanitario local; Recomendar enfoques y herramientas prácticas para la educación y formación de los profesionales sanitarios sobre cómo superar las barreras para recomendar una prueba del VIH. Las enfermedades indicadoras de VIH pueden dividirse en tres categorías: 1. Enfermedades definitorias de sida entre las PIVIH; 2. Enfermedades asociadas a una prevalencia de VIH no diagnosticado superior al 0,1%; 3. Enfermedades en las que no detectar la presencia de infección por VIH puede tener implicaciones negativas importantes para el tratamiento clínico del paciente. Existen evidencias derivadas de ensayos clínicos controlados aleatorizados sobre las consecuencias de no tratar a las personas infectadas por el VIH que sufren enfermedades definitorias de sida. No recomendar una prueba en estas circunstancias no puede considerarse una buena práctica clínica. La realización de pruebas de rutina para enfermedades con una prevalencia de VIH superior al 0,1% ha demostrado ser un método rentable y ofrece la posibilidad de mejorar el diagnóstico precoz del VIH, lo que genera la oportunidad de recibir atención y tratamiento más tempranos. 5

Recomendaciones: A todas las personas (sin una prueba del VIH con resultado positivo en la historia clínica del paciente) que padecen enfermedades potencialmente definitorias de sida se les debe recomendar encarecidamente una prueba del VIH. A todas las personas que padecen una enfermedad con una prevalencia de VIH no diagnosticado >0,1% se les debe recomendar encarecidamente una prueba del VIH. En aquellas enfermedades en las que la no detección de la presencia de infección por VIH puede tener implicaciones negativas importantes para el tratamiento clínico del paciente, debe ofrecerse la prueba para evitar mayor inmunosupresión con resultados adversos potencialmente graves para el paciente, y para maximizar la respuesta potencial al tratamiento de la enfermedad indicadora de VIH (a pesar de que la prevalencia estimada del VIH sea probablemente inferior al 0,1%). En aquellas enfermedades indicadoras de VIH en las que según los expertos la prevalencia de VIH se considera que con probabilidad es >0,1%, pero se esperan nuevas evidencias, se recomienda ofrecer la prueba. 6

Introducción 1. Desde mediados de la década de 1990, existe en Europa un tratamiento eficaz para el VIH, lo que ha generado una reducción drástica de la incidencia de casos de sida y muertes relacionadas con el VIH. En la actualidad, son muchas las personas que conviven con el VIH, que ha pasado de ser una enfermedad mortal a convertirse en crónica. No obstante, de los aproximadamente 2,3 millones de personas infectadas por el VIH en el continente europeo, se estima que un tercio desconoce su estado serológico frente al VIH (es decir, entre 700.000 y 900.000 personas) [1;2;3], lo que da lugar a niveles importantes de diagnósticos tardíos y transmisión en el continente. En Europa Occidental, el 45-50% de las personas recién diagnosticadas como infectadas por el VIH se diagnostica y se trata tardíamente (es decir, con CD4 <350 células/ µl) [4;5;6;7;8; 9;10;11], presentan una peor respuesta al tratamiento [12;13], generan mayores costes de asistencia sanitaria [14] y presentan mayores tasas de transmisión [15]. Según datos de modelo de los Estados Unidos, la mitad de las nuevas infecciones en ese país proceden de las PIVIH que aún no han sido diagnosticadas y que, por lo tanto, no saben que pueden contagiar el virus [15;16]. En consecuencia, son muchas las ventajas de diagnosticar el VIH en un estadío precoz y por eso el diagnóstico precoz debe ser una estrategia clave de sanidad pública. El diagnóstico precoz requiere enfoques innovadores para incrementar las pruebas entre aquellos que tienen más probabilidades de estar infectados y que solicitan asistencia tarde. Esta guía gira en torno a la introducción de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH dentro de todos los sistemas sanitarios, como un elemento de las estrategias nacionales de realización de pruebas, con el objetivo de incrementar el diagnóstico del VIH en un estadio más temprano de la enfermedad y reducir el nivel de infecciones no diagnosticadas. La guía se basa en parte en el estudio HIDES (Estudio de enfermedades indicadoras de VIH en Europa), un estudio que está investigando la prevalencia del VIH en posibles enfermedades indicadoras en Europa [17]. En una estrategia de realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH, a todos los pacientes que acuden a un entorno sanitario con enfermedades indicadoras específicas se les recomendaría una prueba del VIH de forma rutinaria. La aceptación de la prueba del VIH ha aumentado en entornos en los que esta se presenta como parte de la atención rutinaria, como en servicios prenatales y consultas de salud sexual [18]. Las estrategias de realización de pruebas dirigidas únicamente a las poblaciones con mayor riesgo de contraer el VIH, como hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres (HSH), trabajadores sexuales y usuarios de drogas por vía parenteral (UDPV), han resultado en su mayoría ineficaces para prevenir nuevas infecciones por VIH en Europa. No obstante, es esencial seguir recomendando la prueba del VIH entre las poblaciones con mayor riesgo, tal y como recomiendan la OMS y el ECDC (2007, 2010, 2011); además, la OMS recomienda repetir la prueba a intervalos regulares a las personas que se encuentran en riesgo continuo (2010). En Europa Oriental y Asia Central, la epidemia se está expandiendo, y en algunos ámbitos parece extenderse a la población general [3]. Esto responde a una combinación de incapacidad y falta de voluntad por parte de los profesionales sanitarios para identificar a personas con mayor riesgo y recomendarles la prueba, y a que las personas no se consideran en riesgo [19]. Los agentes europeos no consideran el enfoque actual adoptado en los Estados Unidos, consistente en la realización de pruebas de rutina a todos los adultos de entre 13 y 64 años [20], lo mejor para la mayoría de los entornos sanitarios europeos [21;22]. Otros factores que obstaculizan la ampliación de la recomendación de la prueba del VIH por parte de profesionales sanitarios son principalmente limitaciones de tiempo, la percepción del VIH como un estado excepcional con respecto al proceso de consentimiento y la falta de formación [23]. Se reconoce que todos los profesionales sanitarios deberían tener competencia para solicitar un consentimiento informado del paciente para realizar la prueba del VIH [24]. Por lo tanto, para extender las pruebas del VIH a una amplia variedad de entornos sanitarios, se requieren protocolos de garantía de calidad y mejora de la calidad a la medida de las necesidades específicas de los centros, al objeto de garantizar que las pruebas se llevan a cabo de un modo normalizado, eficaz y ético [25]. Esta normalización para convertir las pruebas en un elemento rutinario de la atención médica contribuiría a los esfuerzos actuales por desestigmatizar el VIH y su prueba de detección [26]. 7

1.1 Propósito, objetivos y público al que va dirigida esta guía El propósito general de esta guía consiste en abordar las oportunidades perdidas para ampliar la realización de la prueba del VIH a su debido tiempo en todos los entornos sanitarios mediante la introducción de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH como parte de una estrategia global de realización de pruebas del VIH, lo que favorecería una asistencia temprana. Los objetivos de la guía son: Fomentar y apoyar la inclusión de la realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH en las estrategias nacionales de realización de pruebas del VIH, teniendo en cuenta la prevalencia del VIH local, los programas de pruebas existentes y el contexto sanitario local. Recomendar enfoques y herramientas prácticas para la educación y formación de los profesionales sanitarios sobre cómo superar las barreras para recomendar una prueba del VIH. Presentar las consideraciones prácticas que deben tenerse en cuenta a la hora de implementar la realización de la prueba del VIH en entornos sanitarios en los que éstas aún no se incluyen como parte de la atención rutinaria. Esto debería permitir al profesional sanitario realizar una prueba del VIH como parte de la buena práctica clínica, fomentar la normalización de las pruebas del VIH y garantizar buenos resultados, un buen control y una transferencia oportuna a atención y tratamiento de las personas recién diagnosticadas con el VIH que participan en estos programas. Históricamente, la realización de la prueba del VIH se ha considerado excepcional y se ha tratado de modo distinto en cuanto a la solicitud del consentimiento en comparación con pruebas para la detección de otras afecciones médicas graves [27]. Esto se ha debido en gran parte a la falta de tratamientos eficaces y a una falta de conocimientos sobre la epidemiología del VIH, factores agravados por las actitudes intolerantes mostradas hacia poblaciones con alto riesgo de contraer el VIH (como HSH, trabajadores sexuales y UDPV). Aunque estos obstáculos se han abordado, al menos hasta cierto punto, en muchos entornos, estos factores aún requieren una consideración seria en muchas regiones. No obstante, los vestigios de la "singularidad del VIH" siguen afectando tanto a la voluntad de los profesionales sanitarios de recomendar pruebas del VIH de forma rutinaria como al interés de los afectados por solicitar dicha prueba, lo que en última instancia afecta a la aceptación de la prueba, la atención y el tratamiento [28]. Una de las ventajas de la realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH es que reduce la necesidad de evaluar el riesgo antes de la prueba, ya que será la enfermedad indicadora de VIH la que propicie la recomendación de la prueba del VIH por parte del profesional sanitario. Este método ayuda a "normalizar" la realización de la prueba del VIH en casos de personas que pueden no ser conscientes de haber estado expuestas a riesgo, personas que no pueden solicitar una prueba y profesionales que están muy atareados. En la gran mayoría de las ocasiones, los resultados de la prueba en los pacientes atendidos incluso en los entornos de mayor prevalencia será negativo. Para personas recién diagnosticadas con el VIH, el pronóstico es hoy en día mejor que para otras personas que padecen otras muchas enfermedades graves para las que los médicos suelen recomendar pruebas de manera rutinaria [24]. El mayor beneficio de la realización de la prueba del VIH es el acceso rápido al tratamiento. La provisión de acceso universal a tratamiento y asistencia, servicios de prevención y apoyo, junto con la integración de detección y tratamiento de enfermedades concomitantes comunes con vías claras de derivación a especialistas, debe ser la piedra angular de las estrategias nacionales de realización de pruebas del VIH [29]. El público al que va dirigido esta guía es el siguiente: Profesionales sanitarios en todas las especialidades y entornos (véase la tabla 2). Personal y responsables políticos dedicados a la supervisión de programas de realización de pruebas del VIH, tanto de ámbito nacional como local. Ya existen directrices de la OMS y el ECDC para ampliar la realización de pruebas del VIH a entornos sanitarios con el fin de abordar la necesidad de mejorar las tasas de diagnóstico precoz. Estas directrices exigen la recomendación de las pruebas a personas que padecen ITS y "hallazgos clínicos que sugieren la presencia de VIH". Esta guía está en consonancia con las directrices y recomendaciones nacionales de realización de pruebas, así como con las directrices europeas de realización de pruebas del ECDC [29] y la Oficina Regional de la OMS para Europa [29], y viene a complementarlas. En las últimas directrices sobre realización de pruebas, ambas instituciones recomiendan incrementar el número de pruebas del VIH. Se requieren directrices novedosas basadas en la evidencia que identifiquen enfermedades indicadoras específicas para complementar las estrategias emprendidas por iniciativa de los profesionales sanitarios. Para conocer los aspectos generales de la realización de pruebas del VIH y las recomendaciones específicas relacionadas con otros grupos prioritarios, véanse las directrices paneuropeas vigentes. 8

9

Antecedentes 2. Las directrices internacionales actuales recomiendan organizar y ofrecer las pruebas del VIH en entornos específicos (atención comunitaria y sanitaria) en los que los pacientes solicitan asistencia sanitaria y en entornos comunitarios, en los que los individuos solicitan activamente una prueba del VIH [30]. Informes recientes en los que se analizan las demoras en el diagnóstico después de la infección sugieren que estos últimos, denominados a veces "asesoramiento y prueba del VIH por iniciativa del paciente (CITC) o asesoramiento y prueba voluntarios (VCT)" no han tenido la eficacia deseada para detectar infecciones por VIH con una prontitud suficiente. En consecuencia, el afectado no puede aprovechar todos los beneficios del tratamiento temprano y puede contribuir al contagio de la infección, alimentando así la epidemia. Aunque estos enfoques son un elemento valioso de cualquier estrategia de realización de la prueba del VIH, un enfoque no es suficiente para abordar la pandemia del VIH en Europa. La recomendación rutinaria de la prueba a mujeres que reciben asistencia prenatal lleva más de una década formando parte de las normas asistenciales en Europa y puede considerarse una forma de prueba del VIH guiada por indicadores de VIH. En algunos países europeos, el cribado de personas que se cree que pueden padecer una ITS se inició hace entre 5 y 7 años. Sin embargo, este planteamiento no se ha adoptado de manera uniforme en todos los países europeos. La sugerencia de incluir otras enfermedades para guiar la realización de la prueba del VIH se realizó por primera vez en 2007 [21], aunque en aquel momento no había datos para determinar con exactitud las enfermedades que debían recomendarse para la realización de pruebas del VIH rutinarias. Desde entonces, se han producido avances importantes que han permitido adoptar un mejor enfoque basado en la evidencia para implementar la realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH, gracias entre otros al estudio HIDES [17]. Se han descrito los obstáculos para solicitar activamente una prueba del VIH, como son una baja percepción de estar en riesgo, una falta de deseo de solicitar pruebas regulares por parte de las personas en riesgo, dificultades de algunas personas para acudir a centros sanitarios para revelar los riesgos subyacentes de manera proactiva (debido al miedo a la estigmatización, discriminación o persecución), una falta de incentivos de los profesionales sanitarios para ofrecer la prueba del VIH sin evidencias de factores de riesgo subyacentes y el fracaso de los profesionales sanitarios para obtener esa información [31; 32]. Las estrategias de realización de pruebas alternativas incluyen el ofrecimiento rutinario de pruebas a todas las personas que entran en contacto con el sistema sanitario (cribado universal) en contextos epidémicos no generalizados, como se hace en los Estados Unidos [20], o la identificación/definición de enfermedades específicas en las que la realización rutinaria y uniforme de pruebas puede mejorar las tasas de detección del VIH. En epidemias concentradas o de bajo nivel, el cribado universal rutinario entre la población general cuenta con una mala relación costebeneficio como intervención de sanidad pública debido a la baja prevalencia esperada. En su lugar, un enfoque basado en el uso de determinadas enfermedades o situaciones vinculadas a un riesgo alto de haber contraído el VIH como indicación para recomendar de manera rutinaria las pruebas (realización de la prueba de VIH guiada por enfermedades indicadoras) podría ofrecer una relación coste-beneficio suficientemente buena tanto para el paciente como para la sanidad pública. Estudios recientes, el HIDES entre ellos, han demostrado que son muchas las enfermedades asociadas a una alta prevalencia del VIH. 10

2.1 Diagnóstico tardío en Europa y beneficios del diagnóstico precoz Los datos de vigilancia del ECDC/OMS-Europa demuestran que en torno a la mitad de las personas recién diagnosticadas en Europa solicitaron asistencia tardíamente (es decir, con una cifra de CD4 inferior a 350 células/ µl) en 2010. Los datos sobre las características demográficas de personas con diagnóstico tardío sugieren que las personas de edad más avanzada, oriundas de regiones distintas a Europa y en las que la vía de transmisión no es un resultado de conductas relacionadas con HSH, tienen mayores probabilidades de tener un diagnóstico tardío [33]. Un porcentaje importante de las personas con diagnóstico tardío ha estado en contacto con el sistema sanitario antes de ser diagnosticadas. Algunas personas solicitan asistencia durante la seroconversión, que sigue sin diagnosticarse; otras se presentan con síntomas y enfermedades relacionados con el deterioro de la función inmunitaria (p. ej. herpes zóster, candidiasis bucal o diarrea crónica). Figura 1: Esperanza de vida prevista para personas infectadas por el VIH en función del momento del diagnóstico [8] 0,25 0,2 Probabilidad acumulada de muerte 0,15 0,1 0,05 Tiempo transcurrido desde la infección del VIH (años) Tasa de diagnóstico baja (mediana de CD4 al diagnóstico: 140 células/mm 3 ) Tasa de diagnóstico muy alta (mediana de CD4 al diagnóstico: 509 células/mm 3 ) Tasa de diagnóstico media (mediana de CD4 al diagnóstico: 351 células/mm 3 ) Varón no infectado por el VIH Tasa de diagnóstico alta (mediana de CD4 al diagnóstico: 432 células/mm 3 ) 1 Faltan datos sobre la cifra de células CD4 en el momento del diagnóstico para un gran porcentaje de personas recién diagnosticadas. Los datos de estudios de cohortes en Europa Occidental confirman el porcentaje aproximado de personas recién diagnosticadas con diagnóstico tardío. La situación en Europa Oriental no está bien documentada, pero el porcentaje de personas con diagnóstico tardío en esta región probablemente supera la situación de cualquier otra región. 11

Si una persona es diagnosticada y recibe antes tratamiento para el VIH (tratamiento antirretroviral o TAR) durante el curso de la infección, previamente al deterioro grave del sistema inmunitario, su esperanza de vida puede aproximarse a la de la población general [18]. Los elevados niveles de acceso a tratamiento para el VIH en Europa han generado una situación en la que la morbimortalidad relacionada con el VIH se concentra cada vez más entre los que reciben un diagnóstico tardío. El beneficio obvio del tratamiento exige que las personas infectadas por el VIH reciban un diagnóstico precoz e inicien el TAR en el momento oportuno [18]. Además, el tratamiento antirretroviral reduce la multiplicación vírica, lo que vuelve al individuo menos infeccioso. Hay un debate abierto sobre si debe introducirse el tratamiento antirretroviral antes de lo recomendado en la actualidad (CD4 350) como intervención de sanidad pública con el objetivo de prevenir la transmisión. En la actualidad, se está estudiando si esto es beneficioso para el paciente infectado por el VIH con respecto a la mejora de los resultados sanitarios [34]. Está demostrado que las personas diagnosticadas con el VIH modifican su conducta en favor de una actividad sexual más segura que, en sí misma, tendrá beneficios de salud pública gracias a la prevención de la transmisión [35]. 2.3 Rentabilidad de la realización de la prueba del VIH El grado de rentabilidad del cribado para la detección del VIH puede variar en función del tipo, la frecuencia y el contexto, y aumentará en casos de mayor prevalencia de VIH no diagnosticado dentro de la población cribada. Estudios emprendidos en los Estados Unidos y Francia sugieren que la realización de la prueba del VIH será rentable mientras la prevalencia de VIH no diagnosticado sea superior al 0,1% [36; 37; 38; 39; 40; 41; 42; 43; 44]. Por debajo de este umbral, la realización de la prueba solo debe plantearse en circunstancias en las que el coste añadido de la misma pueda justificarse. Las justificaciones incluyen consecuencias potencialmente negativas en caso de no detectarse la infección por VIH. Cabe destacar que los análisis de rentabilidad presuponen que todas las personas con un diagnóstico de VIH reciben asistencia y tienen acceso a terapia antirretroviral y, por lo tanto, se beneficiarán de tratamiento. Rentabilidad de la prueba del VIH en Francia según la prevalencia del VIH no diagnosticado [45] Índice de rentabilidad ( /AVAC) 160.000 140.000 120.000 100.000 80.000 60.000 40.000 20.000 0,0% 161.000 145.200 57.400 44.400 0,2% 46.200 41.400 0,4% Población general Heterosexuales Guayana Francesa HSH UDPV 37.300 35.600 35.100 32.400 28.700 0,6% 0,8% 1,0% 5,0% 30.900 Prevalencia de VIH no diagnosticado 12

Enfermedades indicadoras para la realización de la prueba del VIH 3. 3.1 Categorías de enfermedades indicadoras Las enfermedades que se consideran indicativas para recomendar una prueba del VIH pueden dividirse en tres categorías (Tabla 1). La justificación de su inclusión varía, del mismo modo que el nivel de recomendación para realizar una prueba del VIH en aquellos que presentan las enfermedades indicadoras incluidas en la lista. 1. Enfermedades definitorias de sida entre las PIVIH (tabla 1, columna 1). Un acontecimiento definitorio de sida es una afección o enfermedad que se produce cuando el sistema inmunitario está suficientemente deteriorado, lo que indica que la infección por VIH ha evolucionado a sida. Si la infección por VIH sigue sin diagnosticarse y el primer acontecimiento se trata con éxito, seguirán otros acontecimientos definitorios de sida, puesto que la deficiencia inmunitaria subyacente no se ha tratado. El reconocimiento de la infección por VIH es esencial para la administración oportuna de TAR (dentro de la primera o segunda semana tras el diagnóstico del acontecimiento definitorio de sida) y para evitar la evolución del VIH, y genera mayor tasa de supervivencia. Además, mejora la respuesta al tratamiento de muchas de las enfermedades. Directriz: a todas las personas (que no se sabe que están infectadas por el VIH) que se presentan con un acontecimiento potencialmente definitorio de sida, con independencia de la prevalencia de VIH en el entorno en el que se trata la enfermedad, se les debe recomendar encarecidamente la prueba del VIH. Justificación: existe un extenso corpus de evidencias de ensayos controlados aleatorizados de las consecuencias de no tratar a personas infectadas por el VIH con acontecimientos definitorios de sida. No recomendar una prueba en estas circunstancias no puede considerarse un buena práctica clínica. 2. Enfermedades asociadas a una prevalencia de HIV no diagnosticado >0,1% (tabla 1, columna 2a). La prueba del VIH se recomienda a todas las personas que padecen cualquiera de estas enfermedades, ya que se ha demostrado que la realización de la prueba cuando existe una prevalencia de VIH superior al 0,1% resulta rentable. Estas enfermedades pueden afectar con mayor frecuencia a personas infectadas por el VIH, bien porque comparten una vía de transmisión común, bien porque su presentación se ve favorecida por la deficiencia inmunitaria característica asociada a la infección por VIH. Por el contrario, no debe suponerse que cualquier afección observada con mayor frecuencia en la población infectada por el VIH cumple esta definición; solo deben considerarse enfermedades indicadoras del VIH aquellas enfermedades en las que se ha documentado una prevalencia del VIH superior o igual al 0,1% en poblaciones no diagnosticadas previamente. Cabe destacar que pueden imponerse restricciones en determinados grupos etarios, ya que la mayor parte de los datos de prevalencia actuales corresponde a adultos de entre 16 y 65 años. Hoy en día, hay pocas evidencias que demuestren que esta categoría sea indicadora de VIH; la lista debe revisarse y actualizarse continuamente, ya que nuevos datos permiten identificar aquellas enfermedades que cumplen con estos criterios (véanse los apéndices 2 y 3). Directriz: a todas las personas que padecen una enfermedad asociada con una prevalencia de VIH no diagnosticado superior al 0,1% se les debe recomendar encarecidamente una prueba del VIH. Justificación: la realización rutinaria de pruebas a personas con enfermedades con una prevalencia de VIH igual o superior al 0,1% resulta rentable. Puede incrementar el índice de diagnósticos precoces de VIH. Directriz: a todas las personas que padecen una enfermedad que los expertos consideren que pueda tener una prevalencia de VIH igual o superior al 0,1% se les debe ofrecer una prueba de VIH hasta tener más datos disponibles. 13

Justificación: las enfermedades que los expertos consideran que puedan tener una prevalencia igual o superior al 0,1% se indican en la tabla 1, columna 2b, y se debe recomendar la prueba hasta tener más datos disponibles. En el apéndice 3, se describe la metodología para identificar la prevalencia del VIH en posibles enfermedades indicadoras. 3. Enfermedades en las que no detectar la presencia de infección por VIH puede tener implicaciones negativas importantes para el tratamiento clínico de la persona (tabla 1, columna 3). La terapia inmunosupresora puede deteriorar aún más el sistema inmunitario de una persona infectada por el VIH con consecuencias negativas; por lo general, esto puede minimizarse con un tratamiento eficaz para el VIH. Además, el VIH no tratado puede afectar negativamente a la respuesta de una persona a un tratamiento específico para la enfermedad indicadora. Estos medicamentos se utilizan de manera diversa en los sistemas sanitarios y para múltiples indicaciones, como el tratamiento de melanomas malignos, enfermedades autoinmunes y en receptores de trasplantes. Directriz: se recomienda ofrecer una prueba del VIH como medida preventiva antes de empezar a administrar medicación inmunosupresora, con independencia de la prevalencia del VIH en el entorno en el que se trata la enfermedad. Justificación: se debe ofrecer la prueba para estas enfermedades para evitar una mayor supresión del sistema inmunitario con resultados adversos potencialmente graves para el afectado, y para maximizar la respuesta potencial al tratamiento de la enfermedad indicadora (a pesar de que la prevalencia de VIH estimada sea con probabilidad inferior al 0,1%). 14

Tabla 1: Definiciones de enfermedades indicadoras y recomendación de la prueba del VIH 1. Enfermedades definitorias de sida entre las PIVIH* Prueba recomendada encarecidamente Neoplasias: Cáncer de cuello uterino Linfoma no Hodgkin Sarcoma de Kaposi Infecciones bacterianas Mycobacterium tuberculosis, pulmonar o extrapulmonar Complejo Mycobacterium avium (MAC) o Mycobacterium kansasii, diseminado o extrapulmonar Mycobacterium, otras especies o especies no identificadas, diseminado o extrapulmonar Neumonía recurrente (2 o más episodios en 12 meses) Septicemia por salmonela recurrente Infecciones víricas Retinitis por citomegalovirus Citomegalovirus, otras (excepto hígado, bazo, ganglios linfáticos) Bronquitis/neumonitis por herpes simple, úlcera(s) por herpes común >1 mes Leucoencefalopatía multifocal progresiva Herpes simple: úlceras crónicas (1>mes de duración) o bronquitis, neumonía o esofagitis. Infecciones parasitarias Toxoplasmosis cerebral Criptosporidiosis diarreica, >1 mes Isosporiasis, >1 mes Leishmaniosis diseminada atípica Reactivación de la tripanosomiasis americana (meningoencefalitis o miocarditis) Infecciones micóticas Neumonía por Pneumocystis carinii Candidiasis, esofágica Candidiasis, bronquial/ traqueal/ pulmonar Criptococosis, extrapulmonar Histoplasmosis, diseminada/extrapulmonar Coccidiodomicosis, diseminada/extrapulmonar Penicilliosis, diseminada 3. Enfermedades en las que no detectar la presencia de infección por VIH puede tener implicaciones negativas importantes para el tratamiento clínico de la persona, aunque la prevalencia estimada de VIH probablemente sea inferior al 0,1% Ofrecer la prueba Enfermedades que requieren una terapia inmunosupresora agresiva: - Cáncer - Trasplante - Enfermedad autoinmune tratada con terapia inmunosupresora Lesión cerebral primaria ocupando espacio Púrpura trombocitopénica idiopática/trombocítica 2a. Enfermedades asociadas a una prevalencia de VIH no diagnosticado superior al 0,1%** Prueba recomendada encarecidamente Ofrecer la prueba Infecciones de transmisión sexual Linfoma maligno Cáncer/displasia anal Displasia cervical Herpes zóster Hepatitis B o C (aguda o crónica) Síndrome mononucleósico Leucocitopenia/trombocitopenia idiopática que dure >4 semanas Dermatitis seborreica/exantema Enfermedad neumocócica invasiva Fiebre sin causa aparente Candidemia Leishmaniosis visceral Gestación (implicaciones para el feto) 2b. Otras enfermedades de las que se considera que es probable que tengan una prevalencia de VIH no diagnosticado >0,1% Cáncer de pulmón primario Meningitis linfocítica Leucoplasia vellosa oral Psoriasis grave o atípica Síndrome de Guillain Barré Mononeuritis Demencia subcortical Enfermedad del tipo esclerosis múltiple Neuropatía periférica Pérdida de peso injustificada Linfoadenopatía idiopática Candidiasis bucal idiopática Diarrea crónica idiopática Insuficiencia renal crónica idiopática Hepatitis A Neumonía adquirida en la comunidad Candidiasis * Basado en el sistema de clasificación de los CDC y la OMS [46] ** Referencias bibliográficas en el apéndice 2 En www.hiveurope.eu se ofrecen actualizaciones de la tabla basadas en pruebas futuras de prevalencia del VIH en enfermedades indicadoras en 2b 15

3.2 Especialidades y enfermedades indicadoras Las personas con VIH no diagnosticado pueden acudir a cualquier hospital, clínica o consulta general/de atención primaria. Debe considerarse la realización de la prueba del VIH durante cualquier contacto clínico si una persona padece una enfermedad indicadora de VIH. Son muchos los especialistas médicos que dispensan cuidados a las personas que padecen las enfermedades indicadas en la tabla 1. En la tabla 2, se clasifican las enfermedades indicadoras de VIH en función de la especialidad del médico que con mayor probabilidad va a atender a esos pacientes. Tabla 2: Enfermedades indicadoras y especialidades implicadas Especialidad: Neumología Tuberculosis Neumonía por Pneumocystis carinii Neumonia, recurrente Enfermedad pulmonar MAC Histoplasmosis, diseminada/extrapulmonar Bronquitis/neumonitis por herpes simple Candidiasis bronquial/pulmonar Neumonía adquirida en la comunidad Especialidad: Neurología y Neurocirugía Toxoplasmosis cerebral Criptococosis, extrapulmonar Leucoencefalopatía multifocal progresiva Reactivación de la tripanosomiasis americana (meningoencefalitis o miocarditis) Síndrome de Guillain Barré Mononeuritis Demencia subcortical Enfermedad de tipo esclerosis múltiple Neuropatía periférica Lesión cerebral primaria ocupando espacio Especialidad: Dermatología/Dermatovenereología/ Medicina del Aparato Genitourinario Sarcoma de Kaposi Úlcera(s) por herpes simple Leishmaniosis diseminada atípica Penicilliosis, diseminada Dermatitis seborreica/exantema Herpes zóster Infecciones de transmisión sexual Hepatitis B o C (aguda o crónica) Psoriasis grave o recalcitrante Candidemia Candidiasis Especialidad: Gastroenterología/Hepatología Criptosporidiosis diarreica >1 mes Microsporidiosis, >1 mes Isosporiasis, >1 mes Candidiasis, esofágica Hepatitis B o C (aguda o crónica) Diarrea crónica idiopática Especialidad: Oncología Linfoma no Hodgkin Sarcoma de Kaposi Cáncer de pulmón primario Cáncer/displasia anal Cáncer que requiere una terapia inmunosupresora agresiva 16

Especialidad: Ginecología/Obstetricia Cáncer de cuello uterino Infecciones de transmisión sexual Hepatitis B o C (aguda o crónica) Gestación (implicaciones para el feto) Displasia cervical Especialidad: Hematología Linfoma no Hodgkin Linfoma maligno Leucocitopenia/trombocitopenia idiopática que dure >4 semanas Púrpura trombocitopénica trombocítica Especialidad: Enfermedades infecciosas/medicina Interna Especialidad: Enfermedades infecciosas/medicina Interna Enfermedad neumocócica invasiva Herpes zóster Meningitis linfocítica Leishmaniosis visceral Pérdida de peso injustificada Fiebre idiopática Diarrea crónica idiopática Linfoadenopatía idiopática Leucocitopenia/trombocitopenia idiopática que dure >4 semanas Especialidad: Reumatología Enfermedad autoinmune tratada con terapia inmunosupresora agresiva Especialidad: Oftalmología Retinitis por citomegalovirus Tuberculosis Mycobacterium tuberculosis, pulmonar o extrapulmonar Complejo MAC o Mycobacterium kansasii, diseminado o extrapulmonar Mycobacterium, otras especies o especies no identificadas, diseminado o extrapulmonar Neumonía, recurrente (2 o más episodios en 12 meses) Neumonía por Pneumocystis carinii Criptococosis, extrapulmonar Septicemia por salmonela Citomegalovirus, otras (excepto hígado, bazo, ganglios linfáticos) Úlcera(s) por herpes simple >1 mes/ bronquitis/neumonitis por herpes simple Candidiasis bronquial/traqueal/pulmonar Candidiasis esofágica Histoplasmosis, diseminada/ extrapulmonar Coccidiodomicosis, diseminada/extrapulmonar Leishmaniosis diseminada atípica Reactivación de la tripanosomiasis americana (meningoencefalitis o miocarditis) Penicilliosis, diseminada Infección de transmisión sexual Hepatitis B o C (aguda o crónica) Enfermedad de tipo mononucleosis Especialidad: Otorrinolaringología Candidiasis traqueal/esofágica Enfermedad de tipo mononucleosis Especialidad: Nefrología Insuficiencia renal crónica idiopática Especialidad: Medicina general Sintomatología que concuerda con cualquiera de las enfermedades enumeradas Especialidad: Medicina de Emergencia Sintomatología que concuerda con cualquiera de las enfermedades enumeradas. Especialidad: Odontología Leucoplasia vellosa oral Candidiasis bucal y esofágica Sarcoma de Kaposi 17

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Cómo implementar la realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH en un entorno sanitario Todos los entornos sanitarios en los que se tenga previsto implementar la realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH deben implantar procedimientos que abarquen todos los aspectos operativos de la realización de la prueba al paciente y de control de los resultados. Se deben consensuar vías de atención de pacientes claramente documentadas en relación con el tratamiento y la asistencia con los servicios de VIH especializados locales [47]. El siguiente resumen puede utilizarse como base de dichos programas; es posible que se requiera adaptación local. 4.1 Pasos que debemos considerar antes de la introducción de la prueba de VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH Primer paso: pruebas del VIH. En los casos en los que en las instalaciones sanitarias se cuente con acceso habitual a servicios de pruebas diagnósticas analíticas suministrados por un laboratorio de microbiología clínica (bien in situ o mediante subcontrata), las pruebas del VIH pueden incluirse en estos servicios. No obstante, antes de poner en marcha un programa de realización de la prueba del VIH guiada por enfermedades indicadoras de VIH, debe verificarse la disponibilidad y el plazo de entrega de los resultados. En algunos entornos, quizá sea preferible realizar un análisis de diagnóstico inmediato, aunque esta opción requiere mayor preparación y formación del personal que trabaja in situ, así como un algoritmo claro para la confirmación basada en laboratorio de todos los resultados positivos. Los resultados negativos de análisis de diagnóstico inmediato no requieren pruebas complementarias ni confirmatorias, sino que pueden entregarse al momento. Los resultados de pruebas positivas basados en laboratorio siempre deben confirmarse antes de entregarse al centro que asiste al paciente. Solo los análisis de diagnóstico inmediato con certificación y marca CE pueden utilizarse con fines diagnósticos dentro de la UE y el EEE, pero los requisitos/ reglamentos nacionales sobre sus condiciones de uso varían y se deben tener en cuenta. Se recomienda encarecidamente la participación en un plan de control de calidad en caso de implementarse un análisis de diagnóstico inmediato. Se ofrece más información en el apéndice 1. Segundo paso: educación y formación. Identificar y abordar las preocupaciones e inquietudes de los profesionales sanitarios que trabajan en el entorno sanitario. La experiencia adquirida en entornos sanitarios en relación con la prueba del VIH indica que los profesionales sanitarios que no ofrecen de manera rutinaria pruebas del VIH pueden sentirse incómodos o sentir cierta inquietud. Estas inquietudes deben abordarse de manera proactiva y es responsabilidad de los jefes del entorno sanitario tratarlas. Deben celebrarse debates abiertos en las reuniones de personal y ofrecerse acceso a materiales de formación e información (véase el apéndice 1). Todos los miembros del personal médico, obstétrico y de enfermería, así como todos los trabajadores sanitarios expertos deben tener competencia para solicitar el consentimiento y pedir una prueba del VIH, como ocurre con cualquier otra prueba diagnóstica. Si van a utilizarse análisis de diagnóstico inmediato, antes de su implementación debe recibirse formación sobre su uso y sobre la interpretación correcta de los resultados. Tercer paso: ofrecimiento de la prueba. Considerar cómo ofrecer la prueba y solicitar el consentimiento informado. El ofrecimiento debe llevarse a cabo en un entorno que respete la intimidad de la persona. Hay que ser explícito en el lenguaje estandarizado que se usa para solicitar el consentimiento. Un buen ejemplo sería: Se le ha diagnosticado [nombre de la enfermedad] y en estos casos seguimos un proceso rutinario de diagnóstico que incluye una prueba del VIH para todas las personas que padecen esa enfermedad en este centro/consulta. Acepta someterse a ella? 4. 19

Debe suministrarse información relacionada con la necesidad de volver a realizar la prueba y el intervalo que pasará, si procede. Debe considerarse la posibilidad de proporcionar esta información preliminar por escrito, para que la persona pueda conservarla. En la conversación previa a la prueba, debe ofrecerse al paciente la posibilidad de formular preguntas y solicitar información sobre el modo como se van a entregar los resultados. En caso de que una persona rechace la recomendación de una prueba del VIH, se le explicarán con más detalle los posibles riesgos en términos de complicaciones para la enfermedad primaria. No se debe presionar al paciente para que acepte la prueba ni se le debe negar tratamiento si se niega a someterse a la prueba, sino que debe volver a ofrecérsele la prueba en la siguiente consulta y contemplarse la posibilidad de derivar al paciente a especialistas en salud sexual o VIH para mantener una conversación más profunda y ofrecer su apoyo, si procede. Si se utilizan análisis de diagnóstico inmediato, en la conversación previa a la prueba debe explicarse que un resultado negativo es definitivo (dentro de los límites del periodo de margen de la prueba), pero que los resultados positivos solo se consideran preliminares y que deben confirmarse a través del análisis de una segunda muestra de sangre, en el marco de los reglamentos del algoritmo de pruebas nacional. Para consultar las preguntas frecuentes, véase el apéndice 1. Cuarto paso: conversación después de la prueba. El enfoque de la conversación pasada la prueba y el nivel de detalle del asesoramiento dependen de los resultados de la misma (véase el apéndice 1). Si el resultado de la prueba del VIH es negativo, pueden considerarse varias opciones, en función de las circunstancias y la formación del personal. Es una buena oportunidad para fomentar la salud y mantener el estado negativo del individuo; debe disponerse de material por escrito u ofrecerse instrucciones sobre dónde encontrar información adicional (p. ej. un sitio web o derivación a otro entorno sanitario especializado en el suministro de dicha información). Si el resultado de la prueba del VIH es positivo, es indispensable que el entorno sanitario disponga de normas claras y consensuadas por escrito sobre el manejo de un diagnóstico de VIH positivo. Los aspectos que debemos considerar incluyen cómo comunicar al paciente el resultado de la prueba; la comunicación de un resultado positivo de la prueba del VIH (como cualquier otra comunicación importante relacionada con la salud) debe realizarse con empatía y junto con un plan sobre los pasos que se deben seguir. Se recomienda entregar los resultados personalmente, y no por teléfono o correo, salvo que el afectado haya indicado alguna de estas últimas como opciones preferentes. El entorno sanitario debe contar con vías de atención al paciente consensuadas, claras y documentadas, acordes con las directrices nacionales, y, de ser necesario, contactar de inmediato con la consulta especializada en VIH para garantizar una derivación rápida y completa del paciente (como se haría con cualquier otro tipo de problema sanitario). El paciente debe ser informado de la necesidad de adoptar medidas de precaución para evitar el contagio del VIH a parejas sexuales o personas con las que comparta agujas, y se iniciará la notificación a la pareja. Si se utilizan análisis de diagnóstico inmediato, deberán tenerse presentes otras consideraciones sobre la comunicación de resultados, ya que los resultados negativos pueden comunicarse de inmediato, pero los resultados positivos deben corroborarse con una prueba confirmatoria realizada en el laboratorio antes de comunicar los resultados definitivos al paciente. Por lo tanto, deben existir normas claras por escrito sobre cómo comunicar el resultado positivo preliminar y la necesidad de tomar una muestra de sangre secundaria para la confirmación de este resultado en el laboratorio. Estas normas pueden redactarse del modo siguiente: El resultado preliminar de la prueba de detección es positivo, lo que significa que puede estar infectado por el VIH. No obstante, este resultado no es definitivo, y tenemos que hacer más análisis de sangre. Hasta que tengamos el resultado definitivo, que tardará aproximadamente [insertar el plazo de entrega de resultados local] días, deberá adoptar medidas de precaución para evitar el contagio a sus parejas sexuales o personas con las que comparta agujas. Existen documentos de directrices relacionadas con las pruebas del VIH en los que se ofrecen explicaciones detalladas de los principios generales de realización de la prueba del VIH: Guía del ECDC: Realización de la prueba del VIH: incremento de los índices de aceptación y eficacia en la Unión Europea (2010) [29] Guía del ECDC: Prevención y control de enfermedades infecciosas entre toxicómanos por vía intravenosa (2011) [48] Directrices de realización de la pruebas del VIH del BHIVA (2008) [24] Guía de la OMS (2010) [28] EMCDDA: Directrices para la realización de la prueba del VIH, hepatitis vírica y otras infecciones en toxicómanos por vía intravenosa (2010)[49] 20