EUROPA, SÍMBOLO PARA LOS ESPAÑOLES 133 EUROPA, SÍMBOLO PARA LOS ESPAÑOLES Jesús Cordente Secretario General del Partido Popular de Cuenca. Quiero hacer sin embargo una reflexión en voz alta sobre el tema que nos ocupa. Durante muchos años, Europa fue un símbolo para todos los españoles. Para muchos era la referencia de prosperidad económica deseada y alguna vez alcanzable. Para otros, el sueño de la homologación democrática. Queríamos ser un país como los demás, con sus características propias, con sus virtudes y sus defectos, pero con la vocación de participar con el resto de los europeos en la realización de una gran empresa común: la construcción de la Unión Europea. Ante todo, España ha afirmado sin titubeos su irrenunciable compromiso, convirtiéndose en fuente y punto de referencia de las iniciativas para la construcción europea. España se ha ganado su futuro dentro de Europa con el extra- Jornada de Cuenca. 9 de diciembre de 2002.
LA INTEGRACIÓN EUROPEA Y LA TRANSICIÓN POLÍTICA EN ESPAÑA 134 ordinario esfuerzo para estar en la primera fase de la unión económica y monetaria. Se hizo un esfuerzo excepcional para cumplir las condiciones de la adopción de la moneda única. Éste fue un objetivo para España porque era el mejor camino para asegurar una economía sana y un crecimiento económico sostenido y estable en un mundo de economía internacionalizada. El gobierno del Partido Popular, en marzo de 1996, decidió apostar sin reservas por este proyecto y se puso en primer lugar un especial empeño en el cumplimiento estricto de nuestras obligaciones como miembros de la Unión. Debemos recordar, y conviene hacerlo, como a principios del 96, España no cumplía ni uno solo de los criterios de convergencia previstos en el Tratado de la Unión Europea para entrar en la primera división del euro y también deberíamos relatar como escasamente dos años después de que José María Aznar asumiera la responsabilidad de formar Gobierno, a través de una política firme y rigurosa, España consigue rebajar la inflación, contener el déficit público, bajar los tipos de interés y amortizar parte de nuestra deuda. En consecuencia, gracias al esfuerzo de todos los españoles y a la política económica del Gobierno Aznar, España se convirtió en 1998 en miembro fundador de la Unión Económica y Monetaria, aprovechando así, por primera vez en nuestra historia reciente, una oportunidad sin precedentes para nuestro País.
EUROPA, SÍMBOLO PARA LOS ESPAÑOLES 135 El destino de España y el resto de Europa han de discurrir unidos por imperativo de la historia y de la razón, pero no debe haber sitio en Europa para los nacionalismos excluyentes. La Unión ha de ser difusora de la paz, de tolerancia y de libertades, y por desgracia tenemos suficiente experiencia durante el último cuarto de siglo, para saber que en determinados partidos nacionalistas, cualquier instrumento de actuación política que se pone en sus manos no lo utilizan lealmente al servicio del proyecto común de todos los españoles, y evidentemente mientras que los partidos nacionalistas mantengan esa voluntad disgregadora, divisiva y agresiva contra el proyecto común, cualquier presencia de Comunidades Autónomas con voz y capacidad de acción propia en la delegación del Estado Español en los Consejos Europeos, estará fuera de lugar. Durante la presidencia española de la Comunidad, nuestro País trasladó su impulso reformista a la Unión Europea, cumpliendo los principales objetivos marcados por el Gobierno. Se efectuó una extraordinaria tarea en materia de lucha contra el terrorismo a través del espacio común de seguridad, libertad y justicia, emprendiendo las reformas necesarias para modernizar la economía y alcanzar el pleno empleo en la próxima década. Igualmente se dio un impulso definitivo al proceso de ampliación en un momento de gran complejidad internacional, tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, la guerra de Afganistán y la crisis en Oriente Próximo.
LA INTEGRACIÓN EUROPEA Y LA TRANSICIÓN POLÍTICA EN ESPAÑA 136 Asimismo, durante nuestra presidencia española, se apostó por reafirmar la estrategia definitiva en Lisboa, que defiende la necesidad de emprender permanentes reformas que actúen sobre el crecimiento económico y permitan generar empleo. De la misma forma se abordaron importantes retos económicos, como la introducción del euro, el incremento de la coordinación de las políticas económicas comunitarias, la mejora del funcionamiento de los mercados financieros, así como la adopción de medidas contra la financiación del terrorismo. Hoy, por tanto, debemos trazarnos nuevos objetivos para la Unión Europea. La Unión es un proyecto de éxito. Nuestra comunidad es un conjunto de democracias pujantes; pero tenemos que hacer frente a los cambios en el paisaje internacional. Hoy, el escenario del siglo XXI es el de un mundo abierto y global. El inmovilismo político, el inmovilismo económico o el inmovilismo cultural, las viejas recetas, situarían a Europa ante una posición secundaria en el concierto del mundo. Por eso nuestras propuestas políticas deben ser rápidas y viables, y aprovechar todas las oportunidades que el tiempo presente nos ofrece. Sin renunciar a nuestra convicción de que la persona es siempre el centro de la acción política, que el reconocimiento de los derechos individuales, que la iniciativa y la creatividad son las fuentes de los países dinámicos y con futuro, nuestra tarea es marcarnos objetivos ambiciosos y conse-
EUROPA, SÍMBOLO PARA LOS ESPAÑOLES 137 guir una Europa abierta, dinámica y optimista; una Europa que ofrezca más posibilidades para todos. Lograr este objetivo será también recuperar la mejor tradición europea: la tradición del cambio, de la innovación y del progreso. Decía antes que la Unión Europea es una historia de éxito porque sabe lo que es tener éxito. Hemos tenido éxito con la adopción del euro. Hoy el euro es una gran realidad. Muchos no creían en ese proyecto de estabilidad y de crecimiento y la constancia de los que apostaron por el euro ha demostrado que es posible alcanzar metas muy exigentes, realistas, integradoras, que promuevan la estabilidad y que promuevan también, o puedan promover, la prosperidad. El euro no garantiza por sí mismo ni la prosperidad ni el crecimiento. Yo creo que el euro es el punto de partida para nuevas oportunidades y, en mi opinión, ahora hay que pasar del euro al pleno empleo. Sin duda, el mejor medio de dar una oportunidad a una persona es ofrecerle una situación laboral aceptable, y las sociedades europeas, todas, tenemos unos problemas estructurales serios de desempleo. Nuestra tarea debe ser lograr el horizonte del pleno empleo en nuestros países y pienso que ése debe ser un objetivo central para la Europa del año 2010, que es un objetivo ambicioso, pero que es un objetivo posible.
LA INTEGRACIÓN EUROPEA Y LA TRANSICIÓN POLÍTICA EN ESPAÑA 138 Debemos tener también, en este momento, espíritu de fortaleza y de ambición ante los nuevos desafíos y retos que habremos de resolver en Europa; que no nos resignemos, que no tengamos miedo; que no miremos hacia atrás porque si resolvemos estos retos, nuestras sociedades avanzarán en libertad, en dignidad y en civilización. Ésa ha sido siempre la guía de nuestro partido y ésa tiene que seguir siendo la guía de nuestro partido. Tenemos una oportunidad extraordinaria y estoy convencido de que, entre todos la vamos a aprovechar. Debemos al tiempo responder, y con esto concluyo, a uno de los retos más importantes que tenemos para el futuro que es hacer la ampliación de la Unión; es decir, apostar por la unidad europea; que aquellos pueblos que perdieron la libertad hace muchos años se reintegren a la gran familia y juntos podamos constituir la gran Unión Europea del futuro.