Los desafíos institucionales en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en el marco del Seminario-taller: Nuevas-viejas perspectivas sobre el desarrollo? Palabras del Emb. Miguel Ruiz Cabañas, Subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos 1 de diciembre, 16:00 hrs. El Colegio de México Buenas tardes a todos. Quiero, en primer lugar, agradecer a los organizadores de este seminario por haberme invitado a participar. Como Subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos he podido constatar el gran interés que ha despertado la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El evento que hoy nos convoca es una muestra clara de ello. En la última década el mundo presenció un claro auge del multilateralismo como instrumento privilegiado para alcanzar soluciones globales para retos mundiales. La Organización de las Naciones Unidas ha desempeñado un papel central en este proceso. Este multilateralismo ha sido cada vez más incluyente, propiciando la participación no solo de los gobiernos, sino de la sociedad civil, el sector privado, los expertos y académicos, los medios y los usuarios de las redes sociales. Todos nos hemos beneficiado. Sin embargo, eventos recientes han hecho dudar a algunos de nuestra marcha. El resurgimiento del aislacionismo no es el camino, pero sí puede ser un distractor de nuestras acciones 1
colectivas. Es importante hacer una evaluación sobre la globalización. Pero dicha revisión debe hacerse dentro de los foros multilaterales, no en oposición a éstos. La Agenda 2030 es sin duda el acuerdo internacional más ambicioso que se ha adoptado. El número de objetivos y metas 17 objetivos y 169 metas es significativo; sin embargo, su contenido es aún mayor: erradicar la pobreza y el hambre en todo el mundo, lograr un crecimiento económico inclusivo, lograr un manejo y uso sustentable de los recursos naturales y alcanzar sociedades justas y pacíficas. Básicamente, todos los países del mundo nos comprometimos a no dejar a nadie atrás. Su ambición también radica en que propone un cambio de paradigma, al poner al individuo en el centro de todas las políticas y al desarrollo en el centro de todas nuestras acciones. Los grandes acuerdos internacionales adoptados en los últimos dos años buscan establecer un estrecho vínculo con la Agenda 2030. Por todo lo anterior, resulta evidente el reto que tenemos por delante. Hoy, me gustaría centrar mi exposición en dos puntos: 1) Los desafíos internacionales para la implementación de la Agenda 2030. 2) La coordinación nacional para la instrumentación de esta Agenda. 2
[Desafíos internacionales] Actualmente, no hay ningún organismo o agencia que coordine la implementación de la Agenda 2030 en el marco de las Naciones Unidas. Esta afirmación quizás siembre más dudas que respuestas pero, paradójicamente, nos permite entender mejor a qué nos enfrentamos. El Consejo Económico y Social es uno de los seis órganos principales de las Naciones Unidas. Su objetivo es promover la materialización de las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental. También es responsable del seguimiento de los resultados de las grandes conferencias y cumbres de las Naciones Unidas. Por ello, resultaría evidente que fuera el órgano encargado de coordinar la instrumentación de la Agenda de desarrollo. Sin embargo, los objetivos y alcances de la Agenda, así como los recursos necesarios para implementarla, van más allá del ECOSOC. Los objetivos de Desarrollo Sostenible incluyen temas de educación, igualdad de género, reducción de la desigualdad, saneamiento y agua potable, conservación de la biodiversidad, paz y justicia, producción y consumo responsable, erradicación del hambre, entre otros. Los temas son parte de la competencia de programas, fondos y agencias de Naciones Unidas que no sólo pertenecen al ECOSOC. Por ello, la coordinación no puede darse exclusivamente en un órgano de las Naciones Unidas. Considero que los desafíos institucionales en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible son: 3
1) Mejorar la coordinación horizontal dentro del Sistema de Naciones Unidas 2) Tomar en cuenta la integralidad de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible 3) Fortalecer el Foro Político de Alto Nivel, como mecanismo de seguimiento de la Agenda 2030. 4) Adaptarse a la realidad de cada país. Coordinación Lograr la coordinación horizontal de todos sus órganos, agencias especializadas y programas significa trabajar de la forma más eficaz posible y evitar duplicar esfuerzos. Esto es fundamental, tomando en cuenta que los recursos necesarios son cuantiosos, pero sobre todo escasos. El Sistema de Naciones Unidas se compone por más de 50 Comisiones, Agencias Especializadas, Programas, Fondos y otras entidades. A pesar de que cada una tiene funciones particulares, comparten muchos objetivos. La FAO, por ejemplo, tiene la responsabilidad de llevar a cabo acciones para erradicar el hambre. Sin embargo, al igual que ONU-Mujeres, debe incluir la perspectiva de género en sus programas. Además, debe tomar en cuenta que sus proyectos sean sustentables y hagan frente al reto del cambio climático, responsabilidad de comparte con la Convención Marco de Naciones Unidas para el cambio climático, la Organización de Aviación Civil Internacional, entre otras. 4
En este momento se está negociando la Revisión Cuadrienal Amplia de la Política de Desarrollo (QCPR), el mecanismo a través del cual la Asamblea General evalúa la eficacia, eficiencia, coherencia y el impacto de las actividades operacionales del Sistema de las Naciones Unidas para el Desarrollo (SNU) y las líneas a seguir por todo el sistema para la cooperación al desarrollo. La última fue adoptada el 21 de diciembre de 2012. Durante esta negociación, México está promoviendo la alineación efectiva de los trabajos y planes estratégicos del Sistema de Naciones Unidas con los objetivos y metas de la Agenda 2030. Esto va más allá de crear una red de agencias coordinadas. Básicamente, buscamos que se armonicen las políticas, programas y proyectos y que cada una, desde el ámbito de su competencia, incluya los objetivos de la Agenda 2030. Integralidad Este esfuerzo horizontal también debe responder a un elemento clave, que México impulsó durante los 4 años de negociaciones de la Agenda: la integralidad de los objetivos para el desarrollo sostenible. La agenda no debe implementarse de manera sectorial, sino integrada. Ello quiere decir que al discutir el tema de biodiversidad, se debe tomar en cuenta el manejo sustentable de los recursos para lograr la meta de hambre cero, mejorar los patrones de consumo, procurar el bienestar del individuo, hacer frente a la desigualdad y llevar a cabo acciones en favor de la equidad de género. 5
El reto es enorme, pues cada país deberá procurar reportar avances en los 17 objetivos, no sólo en aquellos que sean prioritarios o en los que tengan mayor rezago. Seguimiento Uno de los puntos más importantes de la Agenda fue la creación de un mecanismo de seguimiento a nivel global: el Foro Político de Alto Nivel (FPAN). Este Foro se reúne cada año a nivel Ministerial bajo el ECOSOC y cada 4 años a nivel de Jefes de Estado bajo la Asamblea General. Los países pueden realizar revisiones voluntarias cada año, a fin de compartir su experiencia con otros países. Cabe destacar que México fue el primer país en el mundo en hacer su revisión nacional voluntaria el pasado 19 de julio. El FPAN, a pesar de ser un instrumento fundamental, debe ser fortalecido. La primera edición del Foro no abrió paso al intercambio entre los países para identificar oportunidades de cooperación conjunta. Es necesario procurar que éste sea un foro de diálogo, no únicamente un espacio para el pronunciamiento de discursos nacionales. También será fundamental romper con la inercia generada por las oficinas de las Naciones Unidas, que ha hecho del seguimiento de acuerdos multilaterales una producción de numerosos Informes que no siempre brindan un valor agregado al trabajo que se realiza a nivel nacional. 6
Realidades nacionales El último reto que identifico es encontrar el equilibrio entre los objetivos globales y la realidad nacional de cada país. Las actividades que lleve a cabo la ONU para apoyar los esfuerzos de desarrollo deberán tomar en cuenta que cada Estado tiene capacidades y preferencias específicas, que además se modifican con el tiempo. Los programas deben ser lo suficientemente globales para incluir a todos, pero también flexibles para adaptarse a la realidad de cada uno. La Agenda 2030 requiere sin duda del apoyo de las Naciones Unidas para su implementación. Sin embargo, cada país debe implementarla, de acuerdo a sus capacidades y situación nacional. [Ámbito nacional] En México, los retos institucionales son diversos: 1) movilización de recursos; 2) la inclusión de todos los actores; 3) el diseño de políticas públicas coherentes en los ámbitos económico, social y ambiental. La instrumentación de la Agenda es un compromiso de Estado, por lo que todos tenemos un papel que desempeñar. Afortunadamente, no partimos de cero. La experiencia de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) fue un elemento central para el fortalecimiento de las capacidades institucionales, la focalización de recursos y la atención a áreas prioritarias, el desarrollo de sistemas de medición multidimensional de la pobreza y el mejoramiento de la coordinación interinstitucional e intersectorial de las políticas de desarrollo. 7
Creamos un Comité Técnico Especializado de los ODM, que nos permitió cumplir con nuestros compromisos. El mandato de este Comité fue renovado en noviembre del año pasado, para dar seguimiento a los objetivos de la Agenda 2030. Bajo el liderazgo del INEGI, el Comité realizó un ejercicio para asignar los indicadores globales a las distintas dependencias relevantes a nivel federal y el próximo año se dedicará a diseñar e identificar los indicadores nacionales para medir los avances en la implementación de la Agenda 2030. Asimismo, por iniciativa de la Oficina de la Presidencia y la Cancillería, México establecerá una Comisión Nacional para la Agenda 2030. Esta Comisión comenzará a sesionar a inicios de 2017 de manera semestral al más alto nivel, bajo la coordinación de la Oficina de la Presidencia. Será un foro abierto de diálogo, en el que representantes de las dependencias de gobierno federal involucradas, gobiernos locales, legisladores, organismos internacionales, empresarios, académicos y sociedad civil podrán participar. Al igual que en el ámbito internacional, será necesario trabajar de forma coordinada, incluyente y coherente. Cabe destacar que tanto el Congreso mexicano, como la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), han instalado Grupos de Trabajo para movilizar sus esfuerzos en favor de la Agenda 2030. Por último, México está trabajando en la elaboración de una Estrategia Nacional para la puesta en marcha de la Agenda 2030, un documento estratégico que guiará la acción nacional, gubernamental y no gubernamental, en materia de los objetivos de desarrollo sostenible. 8
[Conclusión] Para concluir, me gustaría retomar la idea de que la Agenda 2030 es un cambio de paradigma. Por ello, ha permeado las estructuras de la ONU y modificado, en cierta medida, cómo entendemos y analizamos nuestra realidad. Actualmente se está discutiendo en la ONU el concepto de paz sostenible, el cual propone, entre otras cosas, entender la paz y seguridad internacionales también en términos de desarrollo. La Agenda, en su objetivo 16, parte de la premisa que el desarrollo es fundamental para alcanzar sociedades justas, pacíficas e incluyentes. Por su magnitud y ambición, quizás la Agenda 2030 no debe ser instrumentada por un órgano específico o una agencia determinada. Sin embargo, si requerirá de un liderazgo claro. Considero que el máximo funcionario de las Naciones Unidas puede ser el timón que de dirección y guía. El nuevo Secretario General de la ONU, Sr. Antonio Guterres, entrará en funciones en enero de 2017. El trabajo que realice en los próximos 5 o 10 años será fundamental para promover una mayor coordinación dentro del sistema de Naciones Unidas y, quizás, proponer una reforma en la Organización. 9