F. JAVIER LÓPEZ PRECIOSO - ABRAHAM RUBIO CELADA INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES DON JUAN MANUEL DE LA EXCMA. DIPUTACIÓN DE ALBACETE Serie III - Congresos - Seminarios - Exposiciones y Homenajes - Núm. 11 Albacete 2009
Cubierta: Plato de la familia Guirado. Fot. F. Javier López Precioso INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES DON JUAN MANUEL DE LA EXCMA. DIPUTACIÓN DE ALBACETE, ADSCRITO A LA CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE CENTROS DE ESTUDIOS LOCALES, CSIC Las opiniones o hechos consignados en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. I.S.B.N. 978-84-96800-28-1 D.L. AB-81/2009 Maquetación, fotomecánica e impresión Grá cas Ruiz S.L. Juan de Toledo, 44 - Teléfono 967 217 261 02005 Albacete
ÍNDICE Presentación... 7 Prólogo. Natacha Seseña... 11 Estudio introductorio. Francisco Javier López Precioso y Abraham Rubio Celada.... 15 Bibliografía... 50 Catálogo... 51 Loza Blanca... 55 Loza Bicolor... 63 Loza tricolor... 89 Loza azul y blanco... 115 Desechos de alfar en bizcocho (1ª cocción)... 225 Desechos de alfar (2ª cocción)... 231 Cerámica aplicada a la arquitectura... 239 Agradecimientos... 265 5
7 PRESENTACIÓN
En algo más de 10 años, desde que se empezó a estudiar sistemáticamente la cerámica hellinera, el conocimiento sobre ella ha pasado de vagas referencias a una sólida base sobre la cual trabajar para entender una producción olvidada y casi perdida. En el origen fueron citas generales en otros trabajos, pero a partir de 1998 se empezó a evidenciar la pujanza de esta producción y que nos encontrábamos ante una de las grandes desconocidas de la historia de la cerámica española. Desde el Museo Comarcal, dependiente de la Concejalía de Patrimonio Histórico y de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Hellín, se planteó un programa de trabajo, que, con sus altibajos, ha dado sus frutos salvando no pocos obstáculos. En estos 10 años se ha aposentado el conocimiento sobre la misma y hoy sabemos que podemos dar a conocer con fundamento estas lozas para que el público estudioso, los coleccionistas y los curiosos en general sepan de ellas y puedan alcanzar el reconocimiento que se merecen. Su pujanza fue tal que abarcó un mercado regional amplio, convirtiéndose los alfares de Hellín en proveedores del Reino de Murcia y otros territorios adyacentes. Su estudio no da más que sorpresas y continuamente encontramos nuevas referencias, baste decir que en estos últimos meses se ha documentado que Francisco Salzillo tenía en su vivienda loza de Hellín, tal y como figura en la relación de sus bienes. Por otra parte en el archivo municipal de Hellín se ha digitalizado la relación documental de los alfareros de Hellín que figuran en los libros de matrícula y en el padrón de habitantes. La lista es numerosa y habla de la intensidad de la producción en el siglo XIX, a lo que hay que sumar diversas citas y referencias en antiguos textos y diccionarios geográficos. Las próximas excavaciones arqueológicas que llevemos a cabo en conjuntos urbanos de la provincia de Albacete y Murcia empezarán a aportar más datos, no nos cabe duda, y por poner un ejemplo: hoy podemos afirmar que el estudio de las excavaciones en los solares de la ciudad de Murcia dará enormes sorpresas, a la vista de lo que pudimos observar en los almacenes de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Todo ello contribuirá a expandir el conocimiento sobre un periodo poco tratado en el sureste y sobre una producción olvidada que tuvo una especial relevancia. Queda por último agradecer el esfuerzo realizado a todas las instituciones y personas que han trabajado para que este catalogo salga a la luz, en especial a Antonia Collados Jiménez, que nos ha ayudado en todo momento, a la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, que ha financiado partes del proyecto de investigación, y más señaladamente a la Delegación Provincial de Cultura de Albacete, sobre todo a Maria Teresa Rico Sánchez que confió en el proyecto, al propio Instituto de Estudios Albacetenses que no sólo ha financiado la edición del catálogo, sino que también ayudó a realizar pequeños proyectos específicos de investigación y por último a la Diputación de Albacete, que ampara a esta institución y que apoya estos proyectos, muchas veces poco rentables pero necesarios y fundamentales. Francisco Javier López Precioso. Director del Museo Comarcal de Hellín. 9
11 PRÓLOGO. Natacha Seseña
Demos la bienvenida a la cerámica de Hellín de la que poco se sabía y que presenta el aspecto de producción basta con vidriado estannífero y unos rasgos decorativos sencillos con el aroma y sabor de lo genuinamente popular. Debemos las primeras noticias a Francisco Javier López Precioso 1 que documenta la colección Escandell, guardada en el Museo Comarcal. Hagamos un poco de historia, Hellín, hoy provincia de Albacete, perteneció en la antigüedad al Reino de Murcia. En plena edad media, los territorios habían sido encomendados a la Orden de Santiago que hizo muy poco por la prosperidad de la zona. Importa destacar que en la Edad Moderna, Murcia experimenta un gran aumento de población por la llegada de moriscos granadinos que se dedicaron a la agricultura y a la artesanía de la seda y del barro, situación que llegó hasta su expulsión del valle de Ricote, donde se encuentra Hellín, en 1614. La expulsión fue económicamente catastrófica. Ya en el XVIII una familia procedente de la vecina Mula se asentó en Ricote y compró tierras abandonadas a precios bajos. Hay que tener en cuenta que esta familia los Llamas eran desde antiguo arrendadores de las tierras de la orden de Santiago, situación que continuó a lo largo del siglo XVIII y parte del XIX hasta que se produjo la disolución de la orden de Santiago y sus bienes adquiridos por familias. La vida de los habitantes del valle hay que entenderla por la impronta dejada por los moriscos, buenos conocedores de oficios imprescindibles en la cotidianidad, en el día a día. Hay que repetir una y otra vez, y más en estos tiempos de inmigraciones extranjeras, con el recelo de inquietud que siempre producen, la inmensa deuda que los reinos de España tienen con la cultura musulmana en cuanto a las lozas de vidriado estannífero y decoración azul. Las lozas de Hellín tienen la facha, es decir, la apariencia, de lo genuinamente morisco, y por tanto se parecen a las de Fajalauza, Muel, Teruel y Talavera en su arranque cerámico. Son lozas baratas, simples, con poco estaño en el vidriado y las formas revisten la misma simplicidad funcional: fuentes redondas, platos de diversos tamaños, alguna jarra, algún especiero, alguna bacía de barbero. La raíz morisca está presente también en algunos nombres dados a estas piezas, como los lebrillos de buen tamaño llamados zafas, palabra que se recoge como aljofaina y alborma propia del reino de Murcia y Andalucía, en el Diccionario de Autoridades (1737). Asimismo, uno de los motivos que adornan el centro de platos, e incluso bordes se le denomina colleja, es decir una hierba silvestre que crece en el trigo y que es comestible, típica de la cocina popular manchega, como nos cuentan López Precioso y Abraham Rubio 2. Incluso en lo más humilde como es la cerámica popular, hay evolución, y ya son del XIX las placas con los nombres de las calles. 1 F. J. LÓPEZ PRECIOSO: La cerámica hellinera blanca y azul. Una gran desconocida, ZAHORA, 1998, Nº 27, Albacete, pág. 12. 2 F. J. LÓPEZ PRECIOSO, op. cit., 1998; A. RUBIO CELADA, Vajillas hellineras en el Liétor de los siglos XVIII y XIX, XXII ciclo de conciertos en los órganos de Liétor, Liétor, mayo-junio, 2004. 13
Como ocurre con las producciones alfareras o lozeras, las noticias documentales son tardías. En cuanto a las lozas, las primeras noticias las divulga Francisco Mariano Nipho, hijo de napolitano pero nacido en Alcañiz en 1719. Funda el Correo General de España (1770), periódico protegido por la Real Junta de Comercio, con el fin de ilustrar y combatir la escasa laboriosidad de los españoles y su despreocupación por los problemas económicos 3. Cuando el corregidor de Hellín contestaba a Nipho sólo hablaba de una fábrica de vidriado blanco ordinario, dirigida desde tiempo inmemorial por maestros alfareros que trabajan... para adquirirse el mantenimiento. Un poco más tarde, en la encuesta de Tomás López, fechada entre 1786-89, se mencionan cuatro fábricas de loza entre fina donde se fabrican de 400 a 500 mil piezas de todos tamaños y figuras. Una producción tan numerosa indica que el comercio se extendía por la comarca y la región. En la descripción de España de 1827 se citan En Hellín, manufacturas de vidriado. En el excelente Diccionario de Sebastián Miñano (1826-29) se clasifican y especifican las labores de Hellín que tienen al barro como materia prima, al decirnos... una de cántaros, jarras, ladrillos, teja, etc; y otra de bajilla basta, surtiendo las de la primera a muchos pueblos, y las de la segunda a casi toda la provincia... por su baratura y solidez. Madoz en su Diccionario (1847) también cita la alfarería hellinera, si bien con menor descripción clasificatoria. A partir del XIX, con la invasión de lozas de Manises, Talavera, y Puente del Arzobispo más evolucionadas con brillantes policromías, se acentúa más el origen morisco de las lozas hellineras. Con respecto a la alfarería sin vidriado, de cántaros con sencilla decoración incisa, debemos las noticias primeras a Domingo Sanz Montero y Severiano Delgado, en Viaje a los alfares perdidos de Albacete (1991) 4. Quiero terminar animando a la búsqueda de testares y excavaciones, como parece ser es el propósito del Museo de Hellín, porque de esa manera puede modificarse el actual mapa alfarero y cerámico de España. 3 J. L. ALBORG, Historia de la literatura española, Madrid, 1985, vol. III, pp. 63-70 4 D. SANZ MONTERO y S. DELGADO, Viaje a los alfares perdidos de Albacete, Madrid, 1991. 14