147 GRIETAS EN UNASUR Y EL ALBA. 1 Palabras clave: UNASUR, ALBA, Cumbre Iberoamericana, Organizaciones Intergubernamentales Introducción Los esquemas de integración económica al igual que las Organizaciones Internacionales son actores reconocidos por el sistema internacional que han suscitado debates sobre causas de origen, funcionalidad y representación real de intereses. En este sentido, existen planteamientos teóricos que, por un lado, justifican la existencia de este tipo de organizaciones que promulgan la paz regional o global; y por otro, enfoques que proponen que dichos espacios suponen el dominio hegemónico del actor con mayor poder. A pesar de estos debates, las Organizaciones Internacionales y los esquemas de integración económica parecen ser cada vez más incidentes en áreas de amplio dinamismo geopolítico como las Américas. Lo anterior nos remite al análisis, en el plano regional, de la lucha por el predominio entre el tradicional esquema de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión de Naciones Suramericana (UNASUR) y recientes modelos de asociación subregional como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Alianza Pacífico (AP). Las preguntas que subyacen al análisis por lo tanto, tienen que ver con la viabilidad, las deficiencias y las fortalezas de estos esquemas, así como el juego de ajedrez regional que esconden. 1 Este documento forma parte de la serie Informativo del Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos de la Universidad Militar Nueva Granada. Su elaboración final estuvo a cargo del politólogo Alexander Montero, asesor e investigador; con la colaboración de la Internacionalista Natalia Sequera, asesora. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Militar Nueva Granada. 1
1. Teoría internacional y las Organizaciones Internacionales El pensamiento de las relaciones internacionales se ha construido en buena medida, sobre tres paradigmas centrales que reúnen y desarrollan las variaciones teóricas que componen su universo teórico. En términos de H. Bull, estos tres paradigmas son por una parte, la tradición hobbesiana o realista, que ve la política internacional como un estado de guerra; la tradición kantiana o universalista, que ve en el ejercicio de la política internacional una potencial comunidad humana; y la tradición grosciana o internacionalista que ve la política internacional como una realidad en el encuadramiento de la sociedad internacional 2. A pesar de la posible distancia entre los paradigmas, en cuanto a las organizaciones internacionales existe sin embargo, una aparente coincidencia que defiende o cuando menos, explica su existencia. La cercanía es aparente porque de hecho, la tradición hobbesiana rehúye cualquier formato de interacción, pero explica la existencia de las organizaciones internacionales de dos maneras: bien como una expresión coyuntural y con una finalidad netamente militar para enfrentar una amenaza concreta o bien, como vehículo de transmisión de poder del hegemón, tal y como ocurre por ejemplo, en la OTAN, donde el diseño inicial de la Organización buscaba privilegiar la defensa de Estados Unidos 3. La tradición kantiana 4 por su parte, se inclina fuertemente al integracionismo y explica las organizaciones internacionales como un garante de la armonía y la existencia pacífica entre los Estados del Sistema Internacional. Incluso, en una interpretación avanzada de la paz perpetua, entendida como la antítesis del Estado de naturaleza internacional en términos hobbesianos, las organizaciones internacionales se convierten en las catalizadoras de un proto gobierno internacional o regional -, apalancado en marcos normativos comunes y de jurisdicción global. La tradición grosciana 5 entiende a las organizaciones internacionales como parte de un entramado interconectado, transnacional y supeditado a profundos flujos dinámicos que incluyen tanto lo económico como lo político o lo cultural. De esta manera, la tradición grosciana, como lo plantea Vieira 6, se ubica en la mitad de las dos tradiciones anteriores porque no concibe conflictos generalizados en un escenario anárquico y tampoco acepta la propuesta kantiana de valores e intereses colectivos. El punto medio justamente lo dan las organizaciones internacionales al conformar una sociedad de Estados con reglas e instituciones de mediación constituidas. En este sentido, las organizaciones internacionales son el resultado de un sistema evolutivo e integracionista. 2 HEDLEY, Bull. The anarchical Society. A study or order in world politics. Londres: Macmillan, 1977, p. 24. 3 GARCÍA, David. Estados Unidos, la OTAN y la necesidad de una nueva estrategia transatlántica en el Gran Asia Central. Madrid: Real Instituto Elcano, 2008, pp. 2-3. 4 SCHMITTER, Philippe. Idealismo, cambio de régimen y cooperación regional: lecciones del cono sur de América Latina. En: Revista Estudios Internacionales. Vol. 22 (85), enero marzo 1989, p. 80. 5 LUNA Carlos. El constructivismo social Una teoría para el estudio de la política internacional o un esquema para el análisis de la política exterior de los Estados? FLACSO: 2009, pp. 28 29. 6 VIEIRA, Édgar. Evolución de las teorías sobre integración en el contexto de las teorías de relaciones internacionales. En: Revista Papel Político, 18, Bogotá: diciembre de 2005, p. 238. 2
El desarrollo de estas tres tradiciones marcó desde el inicio de un sistema interestatal en la Sociedad de las Naciones, pasando por las organizaciones propias del sistema de Guerra Fría hasta las propuestas federalistas de la Unión Europea 7. En el escenario americano, diversas organizaciones internacionales han aparecido en escena, en por lo menos cuatro momentos específicos durante los siglos XX y XXI. Lo que se puede llamar como organizaciones regionales americanas de primera generación, se enmarca en el inicio de la Guerra Fría y obedecen al interés estadounidenses de alinear la Región y ganar una preponderancia frente a la competencia comunista. A este período pertenecen organizaciones internacionales como la OEA, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), el Mercado Común Centroamericano (MCC) y de manera paralela, el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que si bien no son exclusivamente regionales, tuvieron un protagonismo desde entonces. Las organizaciones regionales americanas de segunda generación, corresponden a las iniciativas de integración económica que surgieron en las postrimerías de la Guerra Fría. A esta categoría pertenece la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), y las iniciativas de integración centroamericanas y del Caribe como la Comunidad del Caribe (CARICOM por sus Siglas en inglés) y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). Las organizaciones regionales americanas de tercera generación corresponden a las iniciativas surgidas durante el período de influencia de Hugo Chávez. En este lapso se configuraron organizaciones internacionales como UNASUR, ALBA, y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Las organizaciones regionales americanas de cuarta generación corresponden a las iniciativas más actuales de integración en la cual se busca hacer un contrapeso al temporal liderazgo venezolano ya debilitado por la muerte de Chávez. En este momento, aparecen esquemas de integración como la AP. 2. Equilibrio de poder e interés individual de los Estados. Rupturas inesperadas a los esquemas de diálogo regional A pesar del dinamismo de integración o dialogo latinoamericano, sin duda más numeroso aunque menos efectivo que el europeo, no se ha logrado consolidar una iniciativa profunda y generalizada. Múltiples factores en cada uno de los diferentes momentos de integración fueron obstáculos relevantes. 7 Al respecto de perspectivas federalistas: MARISCAL Nicolás. Teorías Políticas de la Integración Europea. Madrid: Tecnós, 2003. HERAUD, Guy. Les príncipes du federalisme et la federation europeénne. Contribution a la théorie juridique du fédéralisme. Paris: Presses d Europe, 1968. BRUGMANS, Henri. La pensé politique du fédéralisme. Leyden: 1969. FIREDRICH, Carl. Trends of federalism in theory and practice. London: Pall mall press, 1968. 3
Dado el liderazgo que el presidente Chávez pretendió ejercer en América Latina, involucrando a Nicaragua, Bolivia, Ecuador, parcialmente al Brasil de Lula da Silva y algunos Estados caribeños, se gestaron acciones tendientes a equilibrar el poder alcanzado por Venezuela. Así las cosas, la diplomacia colombiana tomó una decisión pertinente al proponer una secretaría conjunta pro tempore en UNASUR 8, proponerse como sede de la VI Cumbre de las Américas 9 y asumir el liderazgo de la Alianza del Pacífico 10. Brasil tomó intuitivamente un camino similar de balance de poder e incrementó su rol en varios Consejos de UNASUR, y al fortalecer su política exterior de impacto y liderazgo global le permitió sentarse con potencias hegemónicas en diversos escenarios. Se constituye por lo tanto, un escenario de competencia en la configuración de organizaciones internacionales, donde cada una se vuelve el vehículo de proyección del poder de un Estado. Un segundo elemento para la ruptura de las organizaciones internacionales es la acción profunda del interés individual de un Estado en perjuicio de los demás. En términos prácticos, la política exterior activa y beligerante de Nicaragua se vuelve un obstáculo para la integración regional, de manera que los intereses de la Región se ven afectados por el deseo individual de un solo Estado. Justamente, varios países centroamericanos han manifestado su descontento con las reclamaciones nicaragüenses en el Caribe, las cuales sumadas a los diferendos limítrofes que mantiene con sus vecinos, lleva a Nicaragua a ser clasificada como un agente perturbador en la Región. Así, sí se analiza por una parte la AP, esta se propone como un esquema de integración más poderoso que la CAN, con mayor potencial que el MERCOSUR, con mecanismos de integración en plena ejecución y sin la presencia de agentes de disrupción que vuelvan lento el proceso. Si se suman a lo anterior, los obstáculos que regímenes como Nicaragua plantean a los esquemas de integración, la conclusión que parece surgir a la vista, es que las iniciativas bolivarianas parecen llegar a su fin. 3. Reflexiones sobre la XXIII Cumbre Iberoamericana De ésta reunión que congrega a los países latinoamericanos, a España y Portugal, es posible exponer algunas inquietudes que deja la Cumbre, que tuvo como anfitrión a Panamá y se realizó el pasado 18 y 19 de octubre. Uno de los primeros elementos que valdría la pena analizar fue la ausencia de la mitad de los jefes de Estado miembros que no cumplieron con la cita. Los mandatarios de Brasil, Guatemala, Nicaragua, Perú, Argentina, Uruguay, Bolivia, Cuba, Chile, Ecuador y Venezuela no asistieron pese al envío de representantes del gobierno. Tampoco acudió, el Rey Juan Carlos de España, que por primera vez y por cuestiones de salud no acude al evento. 8 La Secretaría de UNASUR será compartida por Colombia y Venezuela. En: El Espectador. Bogotá: 11 de marzo de 2011. En: http://www.elespectador.com (24 septiembre 2013). 9 Colombia fue escogida como sede de la VI Cumbre de las Américas en 2013. En: El Tiempo. Bogotá: 3 de junio de 2009. En: http://www.eltiempo.com (24 septiembre 2013). 10 Colombia será sede de la VII Cumbre de Alianza Pacífico, el próximo 23 de mayo en Cali. En: http://www.viicumbrealianzadelpacifico.com (25 septiembre 2013). 4
Las distancias políticas intrarregionales existentes en el seno de las Organizaciones Internacionales intergubernamentales, afectaron la XXIII Cumbre Iberoamericana desarrollada en Panamá. En esta oportunidad se pudo apreciar una reducida participación presidencial, muy notoria en el caso de los países del ALBA, remplazada por la asistencia de cancilleres, disminuyendo un tanto el tradicional alto nivel del evento. Con esto, los esquemas de integración y dialogo político latinoamericano siguen sin consolidarse, toda vez que las agendas gubernamentales parecieran tener intereses particularmente divergentes en los campos político y económico. De ahí las siguientes inquietudes como: Qué mensaje da el hecho que ninguno de los mandatarios del ALBA asistiera a la reunión? Existe un agrietamiento de las relaciones latinoamericanas? El concepto de Unidad Panamericana esta en la cuerda floja? Cuál es la verdadera utilidad de estas cumbres? Acaso va más allá de un encuentro apropiado para afianzar alianzas bilaterales y multilaterales necesarias para el juego internacional? Es necesario evaluar una nueva estrategia de reingeniería que blinde este tipo bloques y asociaciones regionales y/o intercontinentales para no saturar el sistema internacional? Conclusión Del análisis anteriormente expuesto se concluye que existen grietas en las organizaciones intergubernamentales latinoamericanas por lo cual aún se está muy lejos de la concreción de un norte geopolítico común de nivel regional.. 5