Se conoce como grupos vulnerables a todo grupo que esté en desventaja con respecto al resto de los habitantes, entre ellos tenemos, según lugar, tiempo o circunstancia, a niños, mujeres, discapacitados, migrantes, personas de la tercera edad, pueblos indígenas, minorías sexuales, entre otros. En nuestra ciudad y una gran cantidad de ciudades en el mundo los peatones estamos en desventaja con respecto a los conductores de autos y por lo tanto debemos ser considerados grupos vulnerables, por lo menos hasta que las condiciones hayan cambiado. Nos hemos cansado de repetir una y varias veces en diferentes artículos, charlas, medios, y publicaciones el problema que tenemos los peatones para circular en la ciudad, las vejaciones a las que estamos expuestos día a día, y para muestra de lo evidente, el año pasado en una encuesta que hicimos sobre la situación de los peatones en Quito, el 78% de los encuestados respondió que no se sentía seguro al caminar, el 82% que se sentía agredido como peatón y sin embargo, a pesar de eso, el 77% era peatón por decisión consciente siendo que tan solo el 23% respondió que era peatón porque no tenía otra opción. (Ver el texto orgullosos peatones ) También nos hemos cansado de demostrar que la causa del problema radica en que la ciudad no está pensada para el peatón, que está pensada para circular en automóvil en forma tan aberrante que hasta la más pequeña calle local de la ciudad moderna presenta estas 1 / 6
características. Que los cruces, los semáforos y los supuestamente pasos peatonales elevados, están pensados en el auto y no en el peatón; que además la inversión pública se la gasta mayoritariamente en vías, en crear nuevas, en ampliarlas, o en mantenimiento de las mismas y que al contrario la inversión en espacios peatonales es mínima. Y lo paradójico es que peatones somos todos por naturaleza, sin exclusión, y los que nos movemos de esa manera en la ciudad somos la gran mayoría, más del 75% en el caso de Quito, además de que es la forma más saludable, segura, sostenible y solidaria de hacer ciudad y por ende de ser ciudadanos, por lo tanto es obvio que la ciudad debería tener las condiciones mínimas para poder circular por la ciudad en forma digna. Pero resulta que no basta con que existan todas estas condiciones en contra de los peatones en la ciudad, que para colmo, con la nueva ley de transporte terrestre, tránsito y seguridad vial se está sancionando a los peatones que según la ley no transiten por las aceras o sitios de seguridad destinados para el efecto. (art 139, literal l) La pregunta del millón es Cuáles son los sitios de seguridad destinados para el efecto? Las aceras: 2 / 6
- en algunos casos ni siquiera existen - la gran mayoría están en mal estado, - en muchos casos son muy angostas que si se siembra un árbol para crear sombra estorba al peatón, - sobre estas se han ubicado obstáculos, publicidad, postes, cables, mobiliario urbano que no permiten una buena circulación, - debido a la topografía de nuestra ciudad, muchas aceras son cortadas para facilitar el acceso de los carros al garaje, lo que crea gradas y obstáculos para el libre caminar - además son invadidas por autos parqueados, ventas ambulantes, casetas, motos circulando - en ciertos lugares nos obligan a compartir el poco espacio que tenemos con las bicis Los cruces: - En la mayoría no hay pasos cebras - En donde hay pasos cebras no la respetan los conductores - Las cebras no están en donde hay flujo de peatones, paradas de buses, polos de atracción, zonas comerciales, centralidades, centros educativos, etc. - En algunos casos los cruces son tan largos que parecen abismos - Los giros a la izquierda y la derecha de los autos dificultan el cruce, la mayoría de atropellamientos a peatones se debe a esto - Los pasos peatonales elevados nos obligan a subir seis metros, nos desvían del trayecto natural y no están pensados en personas de la tercera edad, discapacitados, coches de bebés, etc. Son cruces forzados para los peatones. - Los tiempos de los semáforos no están programados para peatones, mucho menos cuando hay los giros Las calles: 3 / 6
En casi todo el mundo y como norma, las calles locales, las calles residenciales, son consideradas como zonas 30, zonas de baja velocidad en donde el peatón tiene prioridad, no admiten el tráfico de paso ni el tráfico pesado, son zonas de seguridad peatonal y por ello el tráfico debe ser lento y seguro. Como Asociación de peatones de Quito, cuando nos consultaron sobre el reglamento a la nueva ley de tránsito, aparte de oponernos a las sanciones, insistimos en una sola cosa la cual no fue tomada en cuenta y es la de declarar zonas 30 a las calles locales, calles comerciales, playas de estacionamientos, plataformas únicas, espacios frente a centros educativos. Se supone que es una ley que vela por la seguridad vial, por ello no entendemos las razones para algo que es tan de sentido común, que es una tendencia a nivel mundial y que trata de velar la seguridad del peatón y recuperar espacio público para el encuentro ciudadano no fuera tomado en cuenta en el reglamento. Ahora el límite de velocidad dentro del perímetro urbano es 50km/h no importa si es calle local, vía arterial o colectora. Y a 50km por hora los accidentes son mortales en su mayoría. Este sin sentido es totalmente anti-peatón, y además de correr al riesgo de ser atropellados en nuestras tranquilas calles residenciales y aumentar corazones azules en las vías, es posible que nos multen y sancionen si es que se nos ocurre cruzar la calle para ir a visitar al vecino y justo ese momento pase por ahí un patrullero, que en lugar de andar velando por la seguridad, nos comience a perseguir ya que es más fácil pescar a un peatón que a un conductor irrespetuoso. Hay que crear zonas de seguridad peatonal en la ciudad antes que emprender sanciones a 4 / 6
los peatones. Zonas 30 son zonas de seguridad peatonal y estas deben ser todas las calles locales que son la mayoría de la ciudad, más efectivo que una norma que obligue a los automotores acircular a 30km/h es diseñar elementos de pacificación del tránsito que proporcionen seguridad a los transeuntes. En las otras vías, colectoras y arteriales, debemos establecer cruces seguros, que faciliten la circulación del peatón, siempre a nivel, con refugios peatonales o parterres cada seis o siete metros, con semáforos que estén programados de acuerdo al tiempo del peatón tomando en cuenta a las personas de la tercera edad o con discapacidad, con pasos cebras claramente delimitados y que se respeten, separados entre sí máximo a cien metros para no obligar al peatón a circular tanto, que además estén ubicados en donde hay flujos de peatones. Solo en las vías expresas y carreteras se justifican los pasos elevados. Si hay todo esto y con una pequeña campaña de respeto a los espacios peatonales tanto para conductores como para peatones, les aseguro que nadie va a cometer imprudencias, ya que más que peatones imprudentes, lo que existe es peatones obligados a cometer imprudencias ya que la ciudad no da facilidades para circular. 5 / 6
Como Asociación de peatones hemos hecho propuestas para crear un sistema de redes pensadas desde el peatón para ser aplicada en la zona centro norte de Quito, la zona de mayor conflicto de tráfico en la ciudad, si se llegara a implementar este sistema de redes que cuesta mucho menos que una de las vías que tienen proyectado en el Plan Maestro de Movilidad, además de ganar los peatones, se lograría pacificar el tránsito, mejorar las condiciones para ciclistas y discapacitados y complementado con un buen sistema de transporte colectivo y restricciones vehiculares (sistema de estacionamientos pagados), se mejoraría la situación general de movilidad para todos los habitantes, incluidos los conductores que necesariamente tienen que usar el auto. (Ver www.peatones.org ir a propuestas, buscar en el texto Observ aciones al Plan Maestro de Movilidad, también ir a publicaciones buscar en el texto La ciudad y los peatones ). Están a disposición de la ciudadanía y del nuevo alcalde, tanto de Quito como de otras ciudades, así que peatones del Ecuador a unirnos para lograr espacios dignos en nuestras ciudades, ya que si algo de positivo tiene esta ley, es que ha evidenciado un problema que es tan obvio pero que no lo queríamos ver. 6 / 6