PROGRAMA DE APOYO A MICROFINANZAS PARA EL DESARROLLO PRODUCTIVO



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Transcripción:

PROGRAMA DE APOYO A MICROFINANZAS PARA EL DESARROLLO PRODUCTIVO FACILIDAD PARA LA PREPARACIÓN Y EJECUCIÓN DE PROYECTOS Identificación y análisis de las necesidades de servicios financieros y servicios complementarios de desarrollo empresarial y acceso a mercados. INFORME FINAL Consultor: Rubén M. Lo Vuolo 1 I. ENSEÑANZAS DE LA EXPERIENCIA INTERNACIONAL: 4 I.1. Introducción 4 I.2. Las microfinanzas en América Latina 5 I.3. Características de las instituciones de microfinanzas en América Latina 10 I.3.1. Tipos de instituciones que ofrecen servicios microfinancieros: 10 I.3.2. La banca mayorista 13 I.4. Características de los programas de microcrédito 14 I.4.1. El costo de los fondos prestables. 16 I.4.2. El costo por incumplimiento. 17 I.4.3. Los costos de transacción. 20 I.5. Debilidades de la literatura sobre microfinanzas. 21 II. SISTEMATIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN RECOGIDA EN LAS ENTREVISTAS: 23 II.1 Microfinanzas en Uruguay 23 II.2. Cooperativas 25 II.3. Programas Oficiales en Ejecución: sociales, de empleo y de emprendedores 26 II.4. Información estadística sobre micro-emprendimientos y micro-empresas: 28 II.5. Representatividad empresaria 28 II.6. Algunas experiencias y prácticas en curso para microfinanzas: 31 II.7. Comentarios generales 32 III. EL CONTEXTO SOCIAL, DE EMPLEO Y DE CRÉDITO EN EL URUGUAY 35 III.1. Pobreza y desigualdad 35 III.2. Empleo 42 III.3. El crédito 45 1 Los trabajos de esta Consultoría fueron realizados entre Junio y Agosto de 2006.

2 IV. LOS PROGRAMAS EXISTENTES: LA FRAGMENTACIÓN INSTITUCIONAL Y EL POTENCIAL PARA UN PROGRAMA DE MICROFINANZAS 51 IV.1. Los programas del MIDES y su potencial articulación con un programa de microfinanzas 51 IV.1.1. El Ingreso Ciudadano 51 IV.1.2. Construyendo Rutas de Salida 52 IV.1.3. Trabajo por Uruguay 53 IV.1.3. Los POP (Proyectos de Opción Productiva) 56 IV.2. Los programas del MTSS y su potencial articulación con un programa de microfinanzas. 57 IV.3. Otros programas a tener en cuenta: Fondos de Créditos y Garantías para el ámbito rural 59 V LA FORMALIZACIÓN DEL EMPLEO: LOS DISPOSITIVOS EXISTENTES Y PAPEL POTENCIAL DE UN PROGRAMA DE MICRO-FINANZAS 64 VI. BASES DE DATOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE LOS POTENCIALES BENEFICIARIOS DEL PROGRAMA DE MICROFINANZAS 68 VI.1. Los instrumentos de información 68 VI.2. Un ejemplo de procesamiento de la encuesta de hogares tendiente a identificar perfiles de hogares y población. 69 VI.3 Perfil de quienes pueden aplicar por su condición de pobreza 75 VI.2.1. Jefatura de Hogar 75 VI.2.2. Tipo de Hogares. 78 VI.3 Perfil de quienes pueden aplicar por su condición de microempresarios 80 VI.4. Encuesta sobre Mypes 87 VII. LINEAMIENTOS PARA LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE UN PROGRAMA DE MICROFINANZAS. 93 VII.1. Las Microfinanzas en la Estrategia de Desarrollo de Uruguay 93 VII.2. La integración de las distintas formas de capital y la asociatividad 95 VII.2.1.Capital Físico 95 VII.2.2. El Capital Humano 96 VII.2.3. El Capital Social 97 VII.2.4 Capital y asociatividad 98 VII.3. La institucionalidad del Programa de Microfinanzas y las bases de datos para la identificación de los agentes y usuarios 99 ANEXO I: ENTREVISTAS CON INFORMANTES CLAVES 103 ANEXO II: CRITERIO DE CLASIFICACIÓN DE EMPRESAS Y ESTADISTICAS RELACIONADAS 105 ANEXO III: LEY DEL REGISTRO NACIONAL DE DEUDORES Y GARANTES _ 108 ANEXO IV: FUENTES DE INFORMACIÓN ESTADÍSTICA 109 GLOSARIO 112 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES 113

3 PROGRAMA DE APOYO A MICROFINANZAS PARA EL DESARROLLO PRODUCTIVO FACILIDAD PARA LA PREPARACIÓN Y EJECUCIÓN DE PROYECTOS Identificación y análisis de las necesidades de servicios financieros y servicios complementarios de desarrollo empresarial y acceso a mercados. INFORME FINAL Resumen: El presente es el informe final de las actividades desarrolladas y resultados obtenidos en el marco de la consultoría de referencia. Tiene como objetivo informar sobre las acciones emprendidas y extraer las conclusiones del trabajo realizado. La exposición de resultados se presenta estructurada en siete secciones. En la primera se extraen las enseñanzas de la experiencia internacional en la materia. Para ello, se presenta un análisis esquematizado de las principales cuestiones en discusión sobre la materia, y se estudia en particular el desarrollo de la industria de microfinanzas en América Latina. En la segunda sección se presenta una sistematización de la información obtenida de las entrevistas realizadas y del análisis de la información relevada en las misiones. En la sección siguiente se aborda el contexto social, de empleo y del crédito en Uruguay en el que se insertaría el Programa de Microfinanzas. La sección cuarta encara el análisis de los programas sociales actualmente existentes en el país y su potencial articulación con un programa de microfinanzas. Luego, en la quinta sección se formalizan las condiciones y el papel potencial de un Programa de Microfinanzas en el contexto presentado y dadas las limitaciones identificadas de los programas sociales existentes. En la sexta sección se presenta la información estadística disponible para el diagnóstico de los potenciales beneficiarios del programa. Para concluir, en la última sección se exponen los lineamientos para la institucionalización de un Programa de Microfinanzas.

4 I. ENSEÑANZAS DE LA EXPERIENCIA INTERNACIONAL: I.1. Introducción Las publicaciones sobre experiencias de microfinanzas han tenido un crecimiento muy importante desde la década de los años ochenta. Hoy existe una muy vasta literatura sobre la materia que va desde la mera descripción de los programas y sobre todo de las instituciones existentes en los distintos países (particularmente de microcréditos) hasta el análisis de sus interacciones con el contexto y lineamientos a partir de los cuales mejorar su desempeño. No obstante, los análisis tienden a concentrarse mayormente en el tratamiento de cuestiones referidas a la gestión y administración de las instituciones de microfinanzas y sus operatorias tradicionales. De la revisión del material sobresalen los siguientes elementos: 1. Existe una idea difundida en la literatura sobre microfinanzas de que su desarrollo constituye una política contra la exclusión y la pobreza. 2. En general, no hay una definición totalmente consensuada y aceptada sobre lo que constituyen las microfinanzas. De hecho, la terminología que se utiliza para referirse a este tipo de actividades es muy variada, lo que genera confusión en el tratamiento del tema. Esta confusión se detectó también en las entrevistas y en el análisis de información a la cual se tuvo acceso. 3. Las cuestiones conceptuales no son menores porque hacen a la propia definición de los objetos. Por ejemplo, si las microfinanzas se reducen al tema del microcrédito, que es lo más habitual, los prestatarios del servicio no necesitan estar regulados como entidades financieras; en cambio, si se les autoriza a captar ahorros u otorgar seguros, los criterios de regulación deben ser otros. Por lo mismo, si el foco está en la generación de empleo, el tipo de emprendimiento a apoyar puede ser muy diferente a uno que tiene como objetivo exportar. 4. Teniendo en cuenta lo anterior, para la formulación del Programa de apoyo a las Microfinanzas para Uruguay lo primero fue precisar los contenidos del mismo en base a la identificación de cuatro ejes conceptuales y en relación con las enseñanzas de la experiencia de América Latina: a) la definición; b) las instituciones; c) los instrumentos; d) los destinatarios. A tal efecto, lo que enseña la literatura relevada es lo siguiente. a) De acuerdo a las definiciones más difundidas las microfinanzas consisten en la prestación de servicios financieros a clientes de bajos ingresos y/o a los agentes económicos excluidos del sector financiero formal. En general se trata de mecanismos para la provisión tanto de créditos como de facilidades de

5 ahorro. Además de la insuficiencia de ingresos, los motivos principales por los cuales los destinatarios de las microfinanzas suelen estar excluidos del sistema financiero formal son: la ausencia de garantías, el alto riesgo crediticio que se les atribuye y la baja dimensión de la actividad económica que realizan. b) Las instituciones de microfinanzas pueden formar parte del circuito bancario o pueden funcionar por fuera del mismo. En el próximo apartado se presentan las principales características y evolución de este tipo de instituciones en América Latina. c) El instrumento de microfinanzas más difundido es el microcrédito. A través del mismo se promueve el acceso de personas carenciadas a pequeños préstamos mediante esquemas especialmente diseñados para atender sus circunstancias particulares. Sin embargo, frecuentemente se cita lo limitado de circunscribir las microfinanzas a este instrumento, planteando la necesidad de extender el mismo a instrumentos de ahorro, seguros, etc. En cierto modo, esto amplía la definición de microfinanzas a todos los servicios financieros cuya característica es precisamente lo micro, esto es, un problema de tamaño (con las ventajas e inconvenientes que esto acarrea). d) Los destinatarios de las microfinanzas son un grupo heterogéneo que tiene en común su exclusión del sistema financiero formal. Por lo tanto pueden ser tanto individuos (auto-empleados) como Micro y Pequeñas y Medianas Empresas (que pueden o no tener forma de empresas familiares o cooperativas). De aquí que, los programas que pretenden impulsar las microfinanzas (como el que es motivo de esta Consultoría) suelen buscar nexos comunes entre esta población heterogénea. De manera estilizada, ese nexo se busca al pretender correlacionar las microfinanzas con los emprendimientos productivos; así, de manera esquemática, se busca que el auto-empleado conforme una micro empresa y que la micro- empresa aumente su capacidad y tamaño para consolidarse en el mercado. I.2. Las microfinanzas en América Latina En América Latina las primeras instituciones en otorgar microcréditos fueron las cooperativas de crédito que se establecieron y tuvieron un fuerte crecimiento durante la década del cincuenta, sesenta y setenta con la finalidad de ayudar a los pobres. Muchas de ellas estaban organizadas por movimientos católicos, cuerpos voluntarios de paz de EEUU y USAID. En general carecían de gerencia profesional y se mostraron poco eficaces para recuperar créditos y retener ganancias para expandirse a futuro. Las tasas de interés tanto de depósitos como de los créditos se mantenían relativamente bajas. A partir de mediados de los ochenta con la crisis de la deuda desaparecieron muchos de los fondos de los donantes y el movimiento de las cooperativas de crédito se estancó y comenzó a

6 retroceder rápidamente. Este retroceso coincidió temporalmente con el proceso de instalación de ONGs que realizan préstamos a microempresarios pobres. El crecimiento de estas primeras instituciones se financió en gran medida con créditos y pequeños aportes de donantes y gobiernos en la región. A principios de la década del noventa, ya había un pequeño grupo de instituciones microfinancieras (en adelante IMF) líderes que habían alcanzado la plena sostenibilidad financiera. Para mencionar algunos casos salientes: en 1992, una de las instituciones líderes de Bolivia, PRODEM, fue la primera ONG de la región en convertirse en un banco comercial regulado: Bancosol. A partir de entonces hubo una rápida sucesión de IMF que pasaron a ser reguladas. Entre ellas sobresale la transformación en IMF regulada de las Cajas Municipales de Perú en 1993; el caso de la ONG Corposol (miembro de Accion International) que en 1994 se transformó en un banco comercial regulado llamado Finansol y que en 1995-96 entró en la mayor quiebra de la historia de las microfinanzas en América Latina; en 1995 las ONG de Bolivia y El Salvador afiliadas al grupo IPC se convirtieron en instituciones reguladas bajo el nombre de Caja Los Andes y Financiera Calpiá respectivamente e incorporaron el permiso para captar depósitos. Simultáneamente, en la región se ha asistido a numerosos casos de downscalling en los cuales un banco comercial o entidades financieras tradicionales entran en el campo de las microfinanzas. En muchos casos, la transformación ha contado con la ayuda de préstamos del BID (en particular se trata del Microenterprise Global Credit Program). Por ejemplo, en Paraguay a partir de un préstamo de este tipo y la asistencia técnica de la empresa alemana IPC, cinco financieras paraguayas se direccionaron a las microfinanzas. En Chile tres bancos comerciales hicieron downscalling y ahora dominan el mercado de microfinanzas en el país. Más recientemente, los bancos comerciales de gran escala Banco Solidario en Ecuador y Banco de Trabajo y Banco de Crédito en Perú ingresaron también en las actividades de microcrédito en gran escala. Finalmente, dos bancos comerciales de Guatemala (Bancafé y Banrural) han sido pioneros entre las instituciones bancarias al incorporar microcréditos bajo la forma de banca comunal. En la década del noventa sobresalen dos enfoques predominantes sobre la manera de expandir las microfinanzas hacia los sectores pobres 2. El enfoque de préstamos a la pobreza y el enfoque de sistemas financieros. Si bien ambos enfoques comparten el objetivo de proporcionar servicios financieros a los pobres en todo el mundo, el método que proponen utilizar difiere. El enfoque de préstamos a la pobreza se orienta a reducir la pobreza a través de créditos y otros servicios sociales proporcionados por instituciones financiadas por subsidios de donantes, el gobierno o por otros fondos concesionados. El objetivo es llegar a los más pobres entre los pobres con los créditos. En este enfoque, el ahorro no tiende a ser una parte significativa salvo cuando se requiere obligatoriamente como condición para acceder a un préstamo. El énfasis está puesto en los microcréditos y no en las microfinanzas. En general los préstamos a la pobreza tienen un menor costo para 2 En la literatura se habla del vacío absurdo entre la oferta y la demanda de microfinanciamiento.

7 los prestatarios (baja tasa de interés) y las instituciones tienden a presentar problemas de sostenibilidad financiera en la medida en que las tasas de interés aplicadas no logran cubrir los costos. La crítica que suele hacerse a este enfoque desde el de sistemas financieros es que la demanda mundial de microfinanciamiento sería demasiado grande como para poder ser absorbida en toda su extensión por fondos gubernamentales o de donantes. Desde esta crítica, se supone que la dimensión del problema que se pretende atacar requiere de un desarrollo institucional sustentable y con motor propio. El enfoque de sistemas financieros, en cambio, se orienta a la intermediación comercial entre prestatarios y ahorradores pobres. El énfasis esta puesto en la autosuficiencia institucional. Este enfoque constituye la corriente mainstream. Desde aquí se sostiene que el microfinanciamiento comercial no es adecuado para gente extremadamente pobre sin oportunidades de empleo ya que no beneficia ni a prestatarios ni a prestamistas. El rol del gobierno y los donantes debería estar en remover obstáculos legales y financieros para el desarrollo de la industria de microfinanzas. En la actualidad, en América Latina coexisten diversos tipos de instituciones microfinancieras cuyo accionar está guiado por alguno de estos dos enfoques. Sin embargo, la tendencia es a la prevalencia del enfoque del sistema financiero (con su énfasis en la búsqueda de autosostenibilidad de las IMF). El cuadro 1 presenta información sobre las IMF (excluyendo cooperativas) en América Latina. Allí se observa que cerca de la mitad de las IMF son ONG no reguladas. Sin embargo, el valor de la cartera de las ONG no reguladas así como el monto promedio de los créditos otorgados es significativamente inferior al de las IMF reguladas y bancos que han hecho downscalling. Como muestra el cuadro 1, las ONG no reguladas tienen solamente el 11,5% de la cartera total mientras que las IMF reguladas tienen la participación mayoritaria (53,4%), seguidas por los Bancos Comerciales que han hecho downscalling que participan con el 35,4% de la cartera total en dólares. Las IMF reguladas también absorben el mayor número de clientes (47,3%) seguidas por las ONG no reguladas y los bancos que se reparten el resto de los clientes en partes similares. Finalmente, la importante diferencia en el tamaño promedio de los créditos entre las ONG no reguladas por un lado y las IMF reguladas y bancos comerciales por el otro, da cuenta del alcance diferencial de la cobertura, ya que el tamaño promedio de los créditos suele tomarse como indicador del tamaño de los prestatarios. Así, en América Latina la evidencia es que las ONG no reguladas llegan a prestatarios más pequeños (más pobres) que los bancos comerciales y las IMF reguladas.

8 Tipo de IMF Cuadro I.1: Las Instituciones Financieras en América Latina Número Participación % Cartera micro (en miles de US$) Participación % Número de Clientes Participació n % Crédito promedio (en US$) Bancos comerciales 17 14,2 1.175.232 35,1 847.498 26,0 1.387 IMF reguladas 47 39,2 1.790.373 53,4 1.540.920 47,3 1.162 ONGs 56 46,7 384.045 11,5 868.544 26,7 442 Total 120 100,0 3.349.650 100,0 3.256.962 100,0 1.028 Nota: Las cifras sobre instituciones reguladas son a Diciembre de 2004. Para ONG, 19 incluyen cifras a Diciembre de 2003 y 10 a Diciembre de 2002. El resto a Diciembre de 2004 Fuente: Marulanda, B. Y M. Otero (2005). El desarrollo de las microfinanzas tampoco ha sido homogéneo entre países y subregiones dentro de la región (Cuadro 2). Los países con mayor penetración (medida en términos de la cobertura de microfinanzas relativa al tamaño del sector microempresarial) son Bolivia y Nicaragua. En general, los países que presentan los mayores índices de penetración son los de pequeño y mediano tamaño de América Central y la región Andina. En cambio, las cuatro mayores economías de América Latina muestran una penetración muy inferior. De hecho, los países con menor penetración son Argentina, Brasil y Venezuela. De acuerdo a algunos analistas, esto se debería a la escasa dinámica de crecimiento de las ONGs dedicadas a microcréditos en estos países, lo cual les ha impedido alcanzar una escala como la que muestran los países líderes en microfinanzas. Adicionalmente, en estos países las microfinanzas no han logrado atraer el interés de la banca comercial. De acuerdo a algunos autores esto se debería a la fuerte presencia histórica de los bancos estatales de desarrollo 3. 3 Marulanda, B. y M. Otero (2005)

9 Cuadro I.2: Participación de Microempresas en América Latina con Microcréditos País Número de microempresas Número de microempresas con microcréditos Participación de microempresas con microcréditos (%) Bolivia 1.362.321 379.117 27,83 Nicaragua 417.570 84.285 20,18 El Salvador 667.186 93.808 14,06 Honduras 891.180 107.054 12,01 Chile 1.207.184 82.825 6,86 Guatemala 1.421.714 71.187 5,01 Costa Rica 311.219 12.794 4,11 Ecuador 1.694.663 65.719 3,88 Rep. Dominicana 1.392.188 49.437 3,55 Colombia 6.501.805 219.240 3,37 Paraguay 987.326 30.203 3,06 Perú 6.866.193 185.431 2,70 Panamá 289.004 6.390 2,21 México 10.273.945 67.249 0,65 Uruguay 341.909 1.600 0,47 Brasil 18.989.753 62.485 0,33 Argentina 1.911.170 4.940 0,26 Venezuela 3.247.271 2.364 0,07 Total 58.773.601 1.526.128 Promedio ponderado Promedio Simple 2,60 6,15 Fuentes: Ramirez, A. (2004). La información relevada corresponde a períodos entre 1997y 1999 dependiendo del país. Como se puede observar, el desarrollo de las microfinanzas en América Latina está signado por la heterogeneidad de enfoques y de niveles de desarrollo del sector en las distintas economías y subregiones. A esto se suma la importante variedad de tipos de instituciones, modalidades de microcréditos, tipos de instrumentos, etc. A continuación se reseñan las principales características de las microfinanzas, tomando en cuenta problemas y variantes de diseño que ofrece la literatura sobre las experiencias internacionales en la materia.

10 I.3. Características de las instituciones de microfinanzas en América Latina I.3.1. Tipos de instituciones que ofrecen servicios microfinancieros: a) ONG no reguladas: sean éstas especializadas en la actividad financiera como también aquellas que ofrecen servicios complementarios de desarrollo empresarial, capacitación o asesoría. Este grupo representa el mayor número de instituciones de microfinanzas en AL aunque no necesariamente dan cuenta del mayor volumen de créditos. Esto último, porque en general las ONG no reguladas están muy focalizadas en determinados grupos de microemprendedores (zonas geográficas específicas, créditos rurales, créditos a mujeres, etc.). Al no estar reguladas, estas instituciones tienen limitaciones para desarrollo de otros servicios financieros como captación de ahorros, seguros, etc. Las ONG no reguladas tienden a financiarse, al menos en parte, a través de donantes y por la índole de su lógica operativa tienen limitaciones para expandirse e, incluso, autosostenerse. Estas IMF suelen tener tasas de deuda/capital considerablemente menores e indicadores de solvencia y liquidez relativamente mayores que el resto. b) Instituciones microfinancieras reguladas: se trata de instituciones sometidas a normas y procedimientos de supervisión bancaria. El sector comprende instituciones originariamente ONGs, o instituciones financieras que desde un principio tuvieron como filosofía atender este nicho de mercado. El proceso de transformación en instituciones reguladas se conoce en la literatura como upgrading. Los casos más conocidos se encuentran en Bolivia (Bancosol, Caja Los Andes, hoy Banco Los Andes, Procredit, FIE y Prodem) y en Perú (Mibanco). La mayor diferencia con los bancos comerciales dedicados a las microfinanzas es que, estas instituciones seguirían siendo sin fines de lucro. Los indicadores de performance de las IMF reguladas, se asemejan más a los de los bancos comerciales que los de las IMF no reguladas. Esto es: tienen mayor apalancamiento, menores indicadores de solvencia y mayores de eficiencia que las no reguladas. c) Bancos comerciales: a través de diversas modalidades institucionales, algunos de los bancos comerciales más importantes han ido incorporando a sectores de menores ingresos dentro de su clientela objetivo. Las modalidades más frecuentes para la incorporación de servicios microfinancieros son la creación de una división especial dentro del banco dedicada a las microfinanzas, o una filial especializada que realiza el contacto y el manejo del microempresario. En algunos otros casos, directamente se han creado nuevos bancos (los llamados bancos boutique ) especializados en microfinanzas a partir del impulso de inversionistas nacionales e internacionales. La llegada de la banca comercial a la industria de microfinanzas tiene que ver con la posibilidad de explotar un nicho que parece ofrecer perspectivas interesantes de rentabilidad, dado el relativamente bajo índice de morosidad, las altas tasas de interés y el corto plazo de los créditos. d) Bancos públicos: En algunos países (Brasil, Chile y Colombia) el proceso de difusión del microfinanciamiento fue liderado por la banca pública. Dicho liderazgo ha sido posible en países donde la banca pública ha tenido un mayor protagonismo histórico en las

11 políticas de promoción industrial y de desarrollo. Por ejemplo, en Brasil y Chile donde estos Bancos son los más grandes proveedores de microcrédito en el país. e) Cooperativas de crédito: Durante la década del noventa reaparecen algunas cooperativas de crédito luego de su virtual estancamiento y retroceso en la década anterior; sobre todo en Guatemala, Ecuador y Nicaragua. Este resurgimiento se dio a partir de un proceso de reestructuración de las cooperativas: Además de volverse sostenibles, estas cooperativas tuvieron un crecimiento importante durante la década y actualmente dominan los sistemas de crédito cooperativo en sus respectivos países 4. Más allá de esta clasificación descriptiva que es la que suele aparecer en la mayoría de los trabajos sobre la materia, las instituciones pueden también agruparse en función de si son entidades con fines de lucro o sin fines de lucro. El agrupamiento en estas dos categorías permite confrontar su lógica de funcionamiento con la búsqueda del objetivo de aliviar la pobreza a través de los servicios de microfinanzas. Así, las ONG (tanto las que han hecho el proceso de upgrading y están reguladas y son sostenibles, como las aún no reguladas), las cooperativas y los bancos estatales no tienen fines de lucro, mientras que los bancos privados que han hecho downscalling y los llamados bancos boutique creados exclusivamente para actuar en este mercado forman parte del grupo de entidades con fines de lucro. El punto fundamental en esta clasificación es el significado diferente que tiene la búsqueda de sostenibilidad como objetivo para cada grupo. Mientras que la sostenibilidad para las instituciones sin fines de lucro refiere a la sostenibilidad financiera en el sentido de que deben asegurar que los costos no superen a los ingresos para no depender eternamente del financiamiento de las entidades donantes; en el segundo grupo, la sostenibilidad tiene un requisito adicional: el rendimiento del capital invertido debe ser superior (o igual) a opciones alternativas de inversión del capital (en la literatura esto se conoce como plena sostenibilidad financiera ). Por el contrario, para las instituciones que reciben capital de donantes, este último no es un requisito ya que no tienen que cubrir los costos de oportunidad del capital porque sus motivaciones como entidades no son estrictamente financieras. Esta diferencia es crucial a la hora de analizar el posible alcance de cada grupo (en términos de su llegada a los grupos más pobres y el costo del crédito) 5. A partir de esta clasificación entre lógicas con y sin fines de lucro, la autora citada analiza modelos alternativos de institucionalización. En el siguiente esquema se exponen las opciones en discusión, presentándose resaltadas las consideradas innovadoras. 4 Ramirez, A. (2004) 5 Terberger, E. (2003)

12 Alternativas Institucionales para las actividades de microfinanciación Sin fines de lucro? Con fines de lucro Institución Instituciones Banco Estatal que Banco de propiedad grande formales lleva adelante privada políticas sectoriales Institución financiera formal que presta servicios a un grupo destinatario Conversión de una ONG en microbanco (upscaling) Banco de nuevo cuño (greenfield bank) Creación de un departamento de microfinanciación en un banco formal (downscaling) Semiformal Pequeña ONG Informal Fondos de iglesia Prestamista Fuente: TERBERGER EVA, CEPAL, 2003 Dentro de las opciones innovadoras, se realiza una discusión sobre la diferencia entre los formatos institucionales con o sin fines de lucro. En realidad, esta es una opción de política clave para la definición de un modelo de institucionalización.

13 Sostenibilidad Mecanismo trasplantado Mecanismo natural Cobertura de los costos Riesgo de insolvencia si se interrumpe la corriente de donaciones Riesgo de insolvencia porque los fondos de los propietarios son limitados Eficiencia Prevención de la laxitud organizativa Técnicas de gestión de las mediante la imitación de las técnicas instituciones con fines de lucro; de gestión de las instituciones con competencia, gestión realizada o fines de lucro o el control ejercido por controlada por el propietario los donantes Orientación al grupo destinatario Subsidios Temporales Subsidios por un plazo indefinido Control ejercido por los donantes Los desafíos del desarrollo institucional: Instituciones con o sin fines de lucro Fuente: TERBERGER EVA, CEPAL, 2003 Sin fines de lucro Control ejercido por lo donantes para evitar que la administración abuse de la institución en su propio provecho Para cubrir las pérdidas hasta que la institución pueda solventar los costos y conservar el capital Equivalentes a la rentabilidad del capital en una inversión alternativa Por un período indefinido o hasta que se haga la transición a una empresa con fines de lucro Con fines de lucro Control ejercido por los donantes para evitar que los propietarios usen los subsidios en actividades más lucrativas ajenas a las necesidades del grupo destinatario Para lograr que la actividad en beneficio del grupo destinatario cubra los costos (incluidos los costos de oportunidad del capital) Hasta que las actividades en beneficio del grupo destinatario sean tan rentables como otras inversiones I.3.2. La banca mayorista Durante los últimos 20 años el BID ha apoyado los programas de banca mayorista de microfinanzas en América Latina a través del Microenterprise Global Credit Program (MG) 6. En la década del noventa se ha transformado en el principal instrumento del BID en América Latina para la promoción de la industria de microfinanzas. Esto es, ha invertido en 17 programas de microfinanzas mayoristas que buscan desarrollar las micofinanzas canalizando recursos desde la banca mayorista, instituciones financieras de segundo grado o de punta hacia prestamistas minoristas (de primer grado) que a su vez prestan a microempresas. El objetivo del programa es acelerar el desarrollo de la industria de microfinanzas a través de instituciones formales. Es decir, desarrollar instituciones sostenibles ya sea a partir del downscalling de los bancos comerciales o del upgrading de ONG u otras instituciones sin fines de lucro. La idea rectora es que el mecanismo mayorista puede direccionar más recursos al sector, y de manera más eficiente que las operaciones de pequeña escala. El programa MG busca tres objetivos generales: una cobertura progresiva hacia grupos más pobres; desarrollo institucional en términos de acceso de nuevos prestamistas y expansión de servicios ofrecidos; y desarrollo de reformas en el marco regulatorio del sector. Se postula 6 Berger, M. A.B. Yonas y M.L. Lloreda (2003)

14 además que, bajo ciertas circunstancias, la banca mayorista podría alcanzar un número importante de microempresas sin perjudicar la performance de las IMF minoristas participantes. El MG provee fondos a los gobiernos para que estos, generalmente a través del banco central que funciona como mayorista, los provean a prestadores de primer grado a tasas similares al costo marginal de los fondos en el mercado. Los mecanismos a través de los cuales la banca mayorista transfiere esos fondos son: descuentos, líneas de crédito o subasta (auction). Los prestadores pueden fijar libremente la tasa de interés que pagarán los microemprendedores que tomen los créditos. En general también se financia asistencia técnica desde la banca mayorista (los Bancos Centrales) a las instituciones de primer grado. En la evidencia basada en cuatro experiencias del programa MG en América Latina (Colombia, El Salvador, Perú y Paraguay), los prestadores de primer grado han sido mayormente instituciones financieras reguladas y unos pocos bancos comerciales, algunas cajas de ahorro municipales y cooperativas de crédito e incluso un caso de ONG no regulada. En todos los países se observa de manera generalizada la concentración del direccionamiento de recursos hacia un reducido número de instituciones microfinancieras. Este es un indicador negativo porque el objetivo explicitado es aumentar la competencia entre instituciones para mejorar la eficiencia y bajar las tasas de interés. que: La evaluación de la cobertura de los programas de MG en cada país da cuenta de llegan a más prestatarios, más mujeres, más nuevos prestatarios y prestamistas, desarrollan más instituciones que ya se especializaban en microfinanzas que prestatarios de consumo y que bancos para hacer downscalling o a ONG para que se vuelvan instituciones reguladas. I.4. Características de los programas de microcrédito El costo de las líneas de financiamiento ofrecidas por las IMF es un elemento central al momento de evaluar los rendimientos resultantes de estos programas. No obstante, la literatura ha puesto escaso énfasis sobre este punto. En general, si bien se reconoce que la tasa de interés sobre microcréditos tiende a fijarse bastante por encima de las tasas promedio de los préstamos de la banca comercial, esta circunstancia suele justificarse en razón de costos administrativos más altos (deseconomías de escala) al tiempo

15 que se argumenta que, pese a todo, estas tasas resultan inferiores a las que los clientes deberían abonar si recurrieran a fuentes alternativas de financiamiento, como los prestamistas informales locales. Cualquiera sea el objetivo predominante de las microfinanzas, el enfoque de sistemas financieros o el enfoque de préstamos a la pobreza, la posibilidad de operar con tasas de interés más reducidas ofrece ventajas indudables. En el primer caso, como medio para ampliar el mercado de demandantes potenciales de microcrédito; en el segundo caso, como medio para ampliar el ingreso disponible de los pobres y/o aumentar el monto de los créditos. La determinación de la tasa de interés que las IMF aplican a sus operaciones crediticias debe ser al menos suficiente para cubrir los costos propios de su actividad. Esto es: i) costo de captación de los fondos prestables; ii) iii) costo de incumplimiento (prima de riesgo por incobrabilidad); costo de transacción (gastos de operación y administración); Los dos primeros son costos que guardan relación de proporcionalidad con el monto prestado, mientras que el tercer componente se expresa mayormente como un costo fijo unitario (por operación), independiente de la cuantía del crédito. En consecuencia, cuanto más pequeños son los créditos que otorgan las IMF, los costos de transacción tienen una mayor incidencia sobre el costo total del crédito y la tasa de interés resultante es más alta. A modo de ejemplo, supóngase que las IMF deben abonar una tasa de interés de 10% por los fondos prestables que disponen y que el costo por riesgo de incumplimiento representa un 2% del monto prestado. El costo resultante de estos dos elementos sería de $ 12 por cada $ 100 otorgados en préstamos. Si los gastos de evaluación y administración son de $ 25 por cada microcrédito, resulta que la tasa de interés que permitiría el recupero pleno de los recursos financieros de la institución debería ser de 37% para préstamos de $ 100; pero 17% si los préstamos fueran de $ 500. Finalmente, sobre estos costos cabe computarse la incidencia de un margen de rentabilidad, en el caso de instituciones con fines de lucro. Dada esta ecuación, las IMF que otorgan créditos subsidiados (expresados como tasas de interés en nivel inferior a los costos), se consideran como no sostenibles en el tiempo, puesto que tienden a descapitalizarse o licuar los activos prestables 7. Por lo 7 Si bien el valor real de los activos prestables puede licuarse también como resultado de la inflación, en el ejemplo utilizado, puede considerarse que el nivel de la tasa de interés que las IMF pagan por el fondeo de los recursos prestables tiene incorporada las expectativas de inflación.

16 mismo, el logro de la sostenibilidad financiera se expresa mediante altas tasas de interés sobre los créditos a clientes en situación de pobreza: cuanto menor es el tamaño de los créditos, mayor debe ser la tasa de interés. De aquí que uno de los problemas más acuciantes para el futuro de las microfinanzas sea la definición de objetivos más complejos y de los medios idóneos para procurar espacios de consistencia entre la sostenibilidad financiera y la promoción de los sectores mas necesitados. En este sentido, no debe descartarse el subsidio desde programas fiscales a ciertos componentes de la tasa de interés o a ciertos servicios adicionales que hacen al éxito del microemprendimiento. En tal dirección resulta oportuno profundizar en los distintos componentes del costo financiero de las IMF para extraer enseñanzas de la experiencia internacional. I.4.1. El costo de los fondos prestables. Suele identificarse el costo de los fondos con la tasa de interés imperante en el mercado institucionalizado para captar ahorros de particulares. De esta forma, las microfinanzas se ubican dentro de la lógica mercantil típica de la banca comercial, ya sea porque se instala en competencia directa con ésta por la captación de fondos prestables o, de modo aún más directo, en la medida en que un sector de las IMF proviene de las propias instituciones bancarias (downscalling). Esta lógica no cuestiona el nivel de la tasa de interés vigente en el mercado, la que se asume como un dato del problema o como una tasa normal, ignorando que las imperfecciones del mercado financiero o la concentración de los ahorros pueden ser extremadamente altas. En consecuencia, la tasa de mercado suele constituir un umbral muy elevado para los programas de microcrédito, cuyos efectos se expresan a través de la exclusión de proyectos cuya rentabilidad es incompatible con las tasas de interés exigidas. 8 Aún asumiendo que la tasa de interés del mercado financiero fuera un dato exógeno para las IMF, el diseño de un programa de microcrédito no debería dejar de evaluar la posibilidad de recurrir a fuentes o modalidades de captación de fondos que permitan reducir en alguna medida el costo del fondeo. Básicamente, se trata de considerar recursos provenientes de donantes, sea de ONG, locales o de la cooperación internacional, como también de fondos presupuestarios aportados por el gobierno. El volumen de recursos que puede esperarse de la primera de las fuentes mencionadas parece limitado y tiende a concentrarse principalmente en grupos de beneficiarios o países de mayor pobreza relativa 9. En cuanto a la acción gubernamental, las 8 Cabe advertir que la vigencia de altas tasas de interés en el mercado es una restricción que afecta los niveles de inversión reproductiva de manera general y no sólo a los microemprendimientos, problema entonces que debe constituir motivo de preocupación por parte de la autoridad monetaria y bancaria. Lo que aquí se pretende señalar es que en la medida en que se la considere como un piso de referencia para el fondeo de las IMF constituye un limitante adicional para el desarrollo de los microemprendimientos. 9 Por lo cual, de muy limitada aplicación en Uruguay.

17 variantes y posibilidades pueden ser más amplias. Por un lado, puede haber aportes de origen fiscal, como fondos presupuestarios que contengan algún nivel de subsidio, ya sea bajo la forma de aportes de capital o bien bajo la forma de subsidio a la tasa de interés. Por otro lado, pueden aplicarse medidas estrictamente monetarias, como sería la liberación de encajes bancarios aplicados a las operatorias de microcrédito 10. I.4.2. El costo por incumplimiento. Las prácticas internacionales para minimizar los costos por incumplimiento reconocen tres modalidades operativas principales en el otorgamiento de los microcréditos: a) créditos solidarios grupales; b) banca comunal; c) crédito individual. a) Créditos solidarios grupales (solidarity group lending): los ejemplos paradigmáticos son el del Grameen Bank de Bangladesh y el Bancosol de Bolivia. Los créditos se otorgan a cada individuo pero dentro de un determinado grupo, que cuenta entre 3 y 10 miembros (dependiendo de la institución). El grupo se hace responsable del crédito (joint liability) en caso de que alguno de los miembros no cumpla. La mayoría de los créditos solidarios de grupo están constituidos por mujeres. Algunos miembros del grupo están encargados de vigilar el empleo de los fondos y presionar sobre los demás miembros para que paguen con regularidad. Esta modalidad suele tener relativamente bajas tasas de no reembolso o morosidad (al menos, fuera de tiempos de crisis). Precisamente, este es el objetivo principal pretendido por esta forma de modalidad crediticia grupal. Esto se afirma con otras prácticas habituales, tales como la obligación para los beneficiarios de participar en reuniones periódicas en las que se efectúa el pago de las cuotas y se discuten los problemas que afectan la vida cotidiana. Por otra parte, se trata de créditos de muy pequeña escala, con cuotas de reembolso pequeñas pero muy frecuentes (en casos, incluso semanales). b) Créditos a bancos comunales (village lending) 11 : En general los créditos a bancos comunales son realizados por instituciones microfinancieras especializadas en este tipo de modalidad. La banca comunal comienza con un préstamo de la IMF a un grupo de aproximadamente 15 a 30 personas. Se asemeja a los préstamos a grupos solidarios, sólo que el tamaño del grupo es mayor. Las 15 a 30 personas forman un banco comunal : aprueban estatutos y aprenden a mantener registros de todas las transacciones financieras. Eligen a un presidente, un tesorero y tal vez a otras autoridades para que manejen las reuniones, recojan y desembolsen el dinero, y se encarguen en general de la gestión y los asuntos del banco comunal en recibir y proporcionar servicios. En forma análoga al caso de los préstamos a grupos solidarios, todos los socios son responsables del reembolso del préstamo que ha sido otorgado al banco comunal y dividido entre sus socios. Si el banco 10 Al respecto, puede consultarse la experiencia de Brasil citada en PNUD (2006) 11 Westley, G. (2001)

18 comunal no logra reembolsar su préstamo, se enfrenta ante la suspensión de todos los servicios que le provee la IMF. Adicionalmente, es frecuente que las IMF requieran de cada socio del banco comunal el ahorro forzoso. Los ahorros forzosos con frecuencia constituyen un porcentaje considerable del monto que el socio ha tomado en préstamo: por ejemplo, los ahorros forzosos van desde el 10% al 32% del monto tomado en préstamo en las cuatro instituciones líderes en créditos de banca comunal de América Latina. Además del ahorro forzoso, las IMF que prestan a bancos comunales suelen ofrecer a sus clientes la posibilidad de ahorrar en forma voluntaria. Otros servicios que se derivan de la banca comunal son los servicios informales no financieros (asesoría, redes, etc.) que se desprenden de las reuniones regulares que sostienen los bancos comunales (por lo general semanal o bisemanalmente, a veces mensualmente) para cobrar el pago del préstamo de cada socio, recibir depósitos, pagar las solicitudes de retiros de ahorros y realizar otras transacciones. Los ejemplos paradigmáticos en la región son FINCA Nicaragua, Pro Mujer Bolivia, Compartamos (en México) y CRECER (en Bolivia). c) Créditos individuales (individual lending): para el otorgamiento de préstamos individuales en general se realiza una investigación y evaluación del grado de solvencia económica del prestatario y su desempeño en créditos previos con el fin de estimar su capacidad y disposición para cumplir con los reembolsos. La evaluación inicial del prestatario con frecuencia incluye visitas tanto al negocio como al hogar y conversaciones con asociados de negocios y vecinos. También se realiza un análisis conjunto del flujo de caja de la empresa y del hogar (capacidad de pagar). Por lo general se otorgan los préstamos sobre la base de estas evaluaciones en lugar de hacerlo con una garantía física. Esta es la mayor diferencia con los préstamos bancarios tradicionales: se dice que los microcréditos otorgados en particular a individuos son intensivos en el uso de información en lugar de ser intensivos en el uso de garantías, lo cual implica para la institución, disponer de personal apropiado y mayores costos de administración y gestión. Las operatorias individuales tienden a protegerse del riesgo de incumplimiento mediante la toma de garantías reales sobre los activos del microemprendedor, fundamentalmente, respecto de los bienes adquiridos con el producto del crédito. Esto implica, como es lógico suponer, que el nivel medio de los créditos individuales tiende a ser algo más elevado que los operados mediante garantías personales cruzadas típicas de los grupos solidarios. La tendencia entre las IMF que son autosostenibles o que buscan alcanzar la autosostenibilidad, es al crecimiento de los métodos individuales sobre los de grupo. Esto se debe a que encontrarían mayor demanda para este tipo de servicio y porque trabajar con pocos clientes con créditos mayores resulta más rentable. Si bien los créditos individuales, para obtener ganancias, requieren mayores costos de personal para el monitoreo; como se mostró, los costos de gestión para los créditos a bancas comunales y a grupos solidarios son mucho mayores que los de créditos individuales porque su tamaño es menor y se destinan a poblaciones más pobres.

19 En América Latina, la experiencia permite comprobar que a medida que las IMF enfrentaron más competencia, fueron aumentando los créditos individuales por sobre los de grupos solidarios para poder monitorear mejor a cada individuo (ver Cuadro 3). De hecho, la mayoría de las nuevas IMF eligen ofrecer créditos individuales sobre los de grupo solidario. Además, muchas IMF que ofrecieron créditos de grupos a mediados y fines de los noventa cambiaron a los individuales por dos motivos básicos: para responder a la demanda de este tipo de instrumento; y al verificar que los créditos grupales no funcionan tan bien cuando hay crisis económicas. El crédito comunal también sufrió cambios importantes en AL frente a la escalada de las presiones competitivas. Las instituciones que otorgan créditos comunales en AL aumentaron los tamaños máximos de este tipo de créditos, extendieron la maduración, redujeron la frecuencia de pagos y suavizaron los requisitos de ahorro forzoso. Algunas incluso ofrecieron créditos individuales y grupales a sus clientes comunales para aumentar las tasas de retención de los clientes. En síntesis, tal como muestra el cuadro 3, tanto el número de IMF que otorgan créditos individuales, como el número total de prestatarios y el valor de las carteras de este tipo de créditos son superiores a las otras dos opciones. Además, el saldo promedio de los préstamos individuales es marcadamente superior al de grupos solidarios y banca comunal, lo que estaría dando cuenta de una mejor situación socioeconómica de los microemprendedores que toman este tipo de préstamos. Cuadro I.3: Tipos de préstamos otorgados por IMF en América Latina Tipos de Préstamos Número de IMF que otorgan estos préstamos Número total de prestatarios Total de la cartera de préstamos (millones de US$) Saldo promedio de los préstamos (US$) Individuos 155 984.167 964 980 Grupos Solidarios 74 350.607 115 329 Banca Comunal 47 410.352 51 150 Total 176 1.745.126 1.140 653 Fuente: BID/CGAP en base a una muestra de 17 países de AL. Los datos en general corresponden al año 2001. Otras medidas utilizadas para estimular el cumplimiento de los reembolsos de microcréditos:

20 Se establece un esquema de préstamos progresivos según el cual a los prestatarios se les otorgan primero créditos muy pequeños con plazos cortos. Si el crédito se reembolsa según lo estipulado, se aumentan progresivamente tanto el monto como los plazos del mismo en rondas subsiguientes de créditos. Para facilitar el monitoreo se emplean calendarios de reembolsos frecuentes. La utilización de este instrumento está muy vinculada a las características típicas de los prestatarios y de los microcréditos: mujeres, pequeños montos, ventas callejeras, etc. Para aumentar el volumen de créditos y reducir la morosidad, la remuneración de los oficiales de crédito suele tener un componente variable que opera como incentivos para selección eficiente de beneficarios. Así, en general la remuneración está determinada en medida considerable por el volumen de sus préstamos y el índice de morosidad de su cartera. Plazos muy cortos para la aprobación y desembolso de los préstamos (con frecuencia unos pocos días) como forma de aumentar el valor para los prestatarios de los servicios de crédito de la institución financiera, y estimular la lealtad y el reembolso. Para mantener bajos los indices de morosidad en los programas más grandes de microcrédito se utiliza software especializado que permite seguir la trayectoria de cada crédito individual y proporciona a los oficiales de préstamos informes diarios de morosidad. El seguimiento de la morosidad se realiza al día siguiente del vencimiento o muy poco tiempo después. I.4.3. Los costos de transacción. Como ya se dijo, en la medida en que el costo administrativo unitario es relativamente fijo e independiente del monto de la operación de crédito, constituye un factor adicional que favorece una selección adversa respecto de los grupos más pobres o más vulnerables. Para aliviar el impacto de los costos de transacción sobre el costo final del microcrédito pueden considerarse dos vías de acción, no necesariamente excluyentes: a) aplicación de regulaciones globales tendientes a limitar el monto total de los costos de administración y gestión de las IMF. Por ejemplo, fijando alguna proporción sobre el volumen de la cartera crediticia.

21 b) acciones gubernamentales tendientes a facilitar la tarea de evaluación de los proyectos por parte de las IMF. En este punto, se presentan alternativas tales como la precalificación de proyectos por parte de entidades de segundo grado (asociaciones de productores, artesanos, etc.) o bien por parte de organismos públicos específicos. Esto podría comprender acciones tales como la identificación de actividades productivas con mayor potencialidad de éxito para los microemprendedores, asistencia en la identificación de proyectos, guía en la preparación de formularios, etc. Este tipo de asistencia, en la medida en que se desempeñe con un mínimo de eficacia debería contribuir también a reducir los costos por incumplimiento. Otras acciones comúnmente implementadas por las IMF para reducir costos de transacción: los oficiales de préstamo pasan gran parte de su tiempo en el terreno, evaluando nuevos clientes y verificando la situación de clientes antiguos, en particular los que se hallan en mora. Se mantienen bajos los gastos administrativos de la entidad financiera mediante la utilización de transporte poco costoso (por ejemplo, motocicletas, bicicletas y autobuses de la ciudad), ingresando directamente los datos recogidos en el terreno en computadoras portátiles o de mano (en programas de préstamo de tamaño más grande) y manteniendo oficinas principales y sucursales relativamente modestas, en consonancia con el hecho de que el programa atiende a una clientela de medios más limitados I.5. Debilidades de la literatura sobre microfinanzas. A pesar de la prolífera literatura existente en la materia hay al menos una asignatura poco considerada: el análisis de los demandantes de microfinanzas. En efecto, la gran mayoría de los trabajos se centra en la evaluación del éxito de las IMF en términos de su autosostenibilidad, su alcance (cuántos y qué tipo de clientes logran tener) que a su vez está directamente asociado a las posibilidades de autosostenibilidad. La parte de la literatura que aborda la cuestión de la demanda se reduce a señalar los distintos modos en que las IMF deberían intentar tener más alcance (tanto en número de clientes como en tipos de clientes: la extensión y la profundidad del alcance), buscando crear nuevos productos adaptados a las necesidades de nuevos eventuales clientes. Es decir, incluso en este punto todo el análisis se realiza desde la perspectiva de la oferta. Por el contrario, son pocos y limitados los trabajos que se abrogan el objetivo de analizar la cuestión de las microfinanzas desde el punto de vista del éxito y la autosostenibilidad