Desigualdad en desarrollo humano y la transmisión intergeneracional de la desigualdad educativa en Honduras



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Transcripción:

Desigualdad en desarrollo humano y la transmisión intergeneracional de la desigualdad educativa en Honduras Helmis Cárdenas Publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Honduras

El autor agradece la retroalimentación sustantiva de Glenda Gallardo, Economista Principal del PNUD, las cuales fueron fundamentales para la conclusión del presente estudio. Igualmente, se agradece a Miriam García y a Eduardo López, el acceso y la preparación de la base de datos del PRAF. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Honduras PNUD. Septiembre, 2010 Colección Cuadernos de Desarrollo Humano Desigualdad en desarrollo humano y la transmisión intergeneracional de la desiguadad educativa en Honduras. HELMIS CÁRDENAS ISBN: 978-99926-768-7-5 Diseño y diagramación: Giovani Fiallos Paz Esta publicación puede ser reproducida total o en partes, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico, mecánico, fotocopiado o de otro tipo, siempre y cuando se cite la fuente. Las ideas y opiniones expuestas en esta Colección son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la visión ni la opinión del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Honduras. Para mayor información acerca de esta publicación, puede visitar el sitio Web del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Honduras (PNUD) www.undp.un.hn. Impresión: Xmedia, Tegucigalpa, Honduras. Septiembre, 2010.

Prólogo El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Honduras, como un valioso aporte orientado a facilitar los procesos de democratización y difusión del conocimiento y la información pertinente para el desarrollo del país, presenta la publicación de la serie de estudios especiales sobre Desarrollo Humano vinculados a temas de interés de la sociedad hondureña y de la comunidad internacional. Esta serie de publicaciones son fruto del trabajo de la Unidad de Prospectiva y Estrategia (UPE) de la oficina del PNUD en Honduras y están focalizados a difundir el pensamiento de académicos, intelectuales, técnicos e investigadores hondureños y extranjeros que desde diferentes perspectivas se enfocan en la construcción del paradigma del desarrollo humano. El desarrollo humano consiste en la ampliación de las libertades humanas, a fin de que cada persona pueda contar con un conjunto de capacidades y oportunidades que contribuyan a garantizarle un nivel de vida digno; es decir, la ampliación de la gama de cosas que las personas pueden hacer y aquello que pueden ser. El desarrollo humano se refiere, en última instancia, a todas las capacidades que permitan a las personas tener razones para valorar su vida. Las capacidades básicas para que el ser humano pueda desarrollarse son, entre otras, tener una vida larga y saludable, disponer de educación y tener acceso a los recursos necesarios para disfrutar un nivel de vida digno. En este sentido, nuestro propósito con este tipo de herramientas es contribuir al análisis y diseño de estrategias y políticas públicas, globales y sectoriales, que reflejen y respondan a la realidad hondureña y que su posterior implementación e impacto conduzcan a mejores niveles de desarrollo humano para los(as) hondureños(as). Estamos seguros de que la comunidad nacional e internacional encontrarán aquí un espacio para adquirir conocimiento, para la reflexión y el diálogo en torno a los problemas del desarrollo y el fortalecimiento de la democracia en Honduras. Luca Renda Representante Residente a.i. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Honduras (PNUD)

Índice 1. Introducción...5 2. Comparaciones de desigualdad en Honduras y Centroamérica...7 3. Transmisión intergeneracional de la desigualdad: el caso de Honduras...16 4. Resumen de conclusiones...25 5. Recomendaciones...27 Bibliografía...27 Anexos...29 Cuadros Cuadro 1: Centroamérica: IDH general y por componente...8 Cuadro 2: Centroamérica: contribución al IDH por componente...8 Cuadro 3: Centroamérica: Coeficiente de Gini para distribución de Sueldos y Salarios en hombre de 25 a 55 años y según logro educativo...9 Cuadro 4: Centroamérica: población de 15 a 24 años, según años de instrucción...10 Cuadro 5: Centroamérica: años de educación promedio en mujeres y hombres y coeficiente Gini total en población de 25 a 65 años...15 Cuadro 6: Centroamérica: años de educación promedio en mujeres y hombres y coeficiente Gini por grupos de edad seleccionados...16 Cuadro 7: Hogares en la muestra y con niños entre 13 y 19 años, por estado civil del padre...19 Cuadro 8: Hogares en la muestra y con niños entre 13 a 19 años, por tipo de hogar en 1999...19 Cuadro 9: Total de hijos en la muestra por grupo de edad...19 Cuadro 10: Tabla de movilidad educacional 1999-2006...20 Cuadro 11: Comparación de logro educativo niños de 13 a 19 años en 2006 y en 1999...22 Cuadro 12: Resultados Regresión Lineal con Mínimos Cuadrados Ordinarios...23 Cuadro 13: Resultados Regresión Logística...25 Gráficos Gráfico 1: Centroamérica: población de 15 a 24 años, según años de instrucción, zonas urbanas... 11 Gráfico 2: Centroamérica: población de 15 a 24 años, según años de instrucción, zonas rurales... 11 Gráfico 3: Honduras: Analfabetismo adulto por departamento (2007)...13 Gráfico 4: El Salvador: Analfabetismo adulto por departamento (2007)...13 Gráfico 5: Guatemala: Analfabetismo adulto por departamento (2007)...14 Gráfico 6: Honduras: Tasa de menores de 5 años con bajo peso (2006)...14 Gráfico 7: El Salvador: Tasa de menores de 5 años con bajo peso (2007)...15 Recuadros Recuadro 1: La Curva de Lorenz y el Coeficiente de Gini...12

1. Introducción El Informe sobre Desarrollo Humano para América Latina y El Caribe 2010, aborda como tema principal la transmisión intergeneracional de la desigualdad, desde un enfoque de capacidades como conjunto de funcionamientos disponibles, en donde la igualdad de acceso a oportunidades resulta insuficiente si no se acompaña de otros elementos que permitan a los hogares aprovechar y transformar esas oportunidades en capacidades reales para ampliar sus logros en las diferentes dimensiones del desarrollo humano. Se ilustran en dicho informe las desigualdades que se presentan entre países en las diferentes dimensiones del Índice de Desarrollo Humano y que han sido estudiadas en los últimos años. Además, señala la importancia de estudiar y conocer los mecanismos a través de los cuales las condiciones de desigualdad se transfieren de una generación a otra, perpetuando la condición de pobreza y mayor desigualdad, en un contexto de baja movilidad. (PNUD-2010). Para acompañar la presentación de dicho informe regional, y con el fin de vincular la temática allí tratada con la situación prevaleciente en Centroamérica y, particularmente, en Honduras, el PNUD, a través de la Unidad de Prospectiva y Estrategia, ha promovido la presente investigación, que está dividida en 2 partes: La primera parte consiste en una presentación de ejemplos de desigualdades existentes en variables importantes del desarrollo humano, tanto a nivel interno de Honduras, como en comparación con la situación que observan otros países de la región centroamericana. El enfoque de igualdad de oportunidades, en el sentido planteado por Roemer, establece que los determinantes de los logros de una persona en su vida deben ser primordialmente sus propios talentos y esfuerzos, y no circunstancias predeterminadas, como raza, género, entorno social y familiar, o país de nacimiento. A estos últimos los identifica bajo el concepto de circunstancias. En relación a dicho enfoque, cabe señalar que las desigualdades aquí presentadas están a nivel de logros o resultados; es decir, no hacen relación a las oportunidades o circunstancias que pudieron haber tenido los diferentes grupos bajo análisis al momento de tomar sus propias decisiones. La segunda parte introduce un análisis de transmisión intergeneracional para Honduras, escogiendo la variable nivel educativo por 2 razones principales: Primero, la carencia de datos de panel para hacer un análisis más profundo y por períodos más prolongados en cuanto al seguimiento de los resultados (logros) de los hijos en el tiempo; y, segundo, porque es ampliamente aceptado que un mayor nivel de movilidad social se relaciona con un mayor nivel de capital humano, identificando la escolaridad como uno de los principales determinantes del ingreso laboral y considerando que para hogares pobres la principal fuente de ingreso está constituida por los ingresos por trabajo (PNUD-2010). El análisis de la Transmisión Intergeneracional de la Pobreza se realiza a través del cambio en ingresos entre padres e hijos, o mediante el análisis de cambios en el logro educativo, como un proxy en el cambio socioeconómico, dada la alta correlación encontrada entre logro educativo y nivel de ingreso. J. Gignoux, por otra parte, va más allá e intenta medir diferencias en rendimiento educativo

bajo la perspectiva de desigualdad de oportunidades en Chile, en 2001 y 2006, utilizando datos de resultados del Programa Internacional de Evaluación Estudiantil ( (PISA, por sus siglas en Inglés) de la OCDE en una muestra de escuelas chilenas en 2001 y 2006 y las encuestas internas conducidas por el SIMCE (Sistema de Medición de la Calidad de la Educación), para estudiantes del segundo año de educación secundaria, y encuentra que el ingreso familiar y la ocupación del padre son las variables más correlacionadas con las desigualdades en el rendimiento educativo, conjuntamente con otras variables relativas a circunstancias heredadas del hogar, y en donde la educación de los padres ocupó el segundo lugar en importancia. (Gignoux y Crespo. 2008). En Honduras, se han llevado a cabo numerosos estudios que miden la pobreza y su evolución en el tiempo. Los resultados muestran que, a pesar de los esfuerzos, la pobreza no disminuye o disminuye muy lentamente, existiendo zonas en donde los niveles de pobreza persisten y, en consecuencia, la condición de pobreza se transmite de padres a hijos, en lo que se denomina la transmisión intergeneracional de la pobreza. El concepto de movilidad social proviene de la sociología y relaciona la situación de los hijos (ahora) en comparación a la situación de sus padres cuando tenían una edad equivalente (antes). Si la situación de los hijos es mejor que la de los padres, se trata de un caso de movilidad ascendente. Si por el contrario, la situación de los hijos no supera la de sus padres, la movilidad es, más bien, descendente. Cuando los hijos y los padres se mantienen en similares condiciones, se produce una situación de inamovilidad. El análisis de la transmisión intergeneracional de la desigualdad de oportunidades busca establecer hasta qué punto las circunstancias en las que se desenvolvieron los padres afectan, positiva o negativamente, el logro o resultados de sus hijos. Para analizar la movilidad social y la transferencia intergeneracional en educación en Honduras utilizaremos un modelo basado en cadenas de Markov simple, de primer orden, que puede expresarse de la forma siguiente: Xit =a +bxit-1 +eit (1) En donde el indicador socioeconómico de interés, en este caso el logro educativo del hijo i en el período t (Xit), depende del valor de ese mismo indicador en períodos previos (Xit-1), más un término estocástico de error (eit) que es independiente de valores de ese mismo indicador en el pasado y que también es distribuido de manera independiente entre individuos y entre períodos de análisis. En el presente caso Xit-1 representará las características educativas familiares del hogar del niño en un momento del pasado y que podrá ser ampliada para incorporar otras variables de interés para determinar el peso de la herencia social familiar sobre el logro educativo del hijo que representa una nueva generación. Se investigará el efecto de características de los padres: años de escolaridad, edad y sexo del jefe de hogar; combinado con características del hogar: tipo de hogar (Biparental o monoparental), tenencia de activos (vivienda propia) y si trabajan la tierra; y características de sexo y edad de los niños bajo análisis. Como metodologías de análisis se utilizarán matrices de transición, para representar la movilidad

social; y para identificar factores que inciden en la transmisión intergeneracional, se hará uso de regresiones multivariadas. En atención a lo anteriormente expuesto, y después de esta introducción, el presente documento está organizado de la siguiente manera: El Capítulo 2 presenta datos que muestran diferencias en la importancia relativa de las dimensiones básicas del desarrollo humano en el IDH y la desigualdad de los ingresos por sueldos y salarios en Centroamérica. Las desigualdades entre países también se presentan en términos del nivel de escolaridad o años de instrucción de la población joven (15 a 24 años), lo cual constituye un activo importante en la base para generar capacidades de alcanzar mayores niveles de desarrollo humano para estas generaciones. También se presenta la desigualdad territorial en variables como analfabetismo a nivel departamental y municipal en Honduras y su comparación con El Salvador y Guatemala. Otra variable referente es la prevalencia de población menor de 5 años con bajo peso a nivel departamental, comparando con la situación encontrada en El Salvador. El Capítulo 3 presenta un análisis de transmisión intergeneracional de la desigualdad en el caso de Honduras, enfocándose en la variable de escolaridad, utilizando una base de datos de panel construida con información proveniente de encuestas del Programa de Asignación Familiar (PRAF) en 1999 y 2006. Este análisis se lleva a cabo, en primera instancia, mediante la construcción de matrices de transición o movilidad educativa entre padres e hijos; pero también mediante análisis de regresión lineal para establecer el grado de correlación entre la educación de los padres y la educación de los hijos, y de un análisis de regresión logística para establecer los factores y características que más influyen en la probabilidad de que los hijos completen la educación primaria (6 años). El Capítulo 4 contiene las principales conclusiones del estudio y en el Capítulo 5 se exponen las recomendaciones del mismo para efectos de análisis y mayor efectividad de políticas públicas. 2. Comparaciones de desigualdad en Honduras y Centroamérica Como toda medida de estadística social, los resultados encontrados a partir de promedios esconden, por lo general, grandes diferencias cuando se desagregan a nivel geográfico o de grupos específicos de interés. Utilizando información secundaria, a continuación se presenta una comparación de un conjunto de indicadores para los países de Centroamérica, estableciéndose la existencia de diferencias importantes entre países y entre dimensiones en materia de desarrollo humano, ingresos, educación y salud. Cabe aclarar que, dada la poca existencia de estudios comparativos en Centroamérica con el enfoque de igualdad de oportunidades, la presentación consiste, básicamente, en comparar la magnitud de las desigualdades entre países, como logros o resultados de los grupos bajo análisis, sin hacer relación a las diferentes circunstancias en que dichos grupos han debido desenvolverse. 2.1 Desigualdad en indicadores del desarrollo humano El objetivo de esta sección es identificar desigualdades entre países en indicadores de desarrollo humano a nivel nacional. Aún cuando las diferencias en

Cuadro 1 País Centroamérica: IDH general y por componentes (2007) IDH IDH General y por componentes IDH Salud IDH EDU IDH Ingreso Guatemala 0.704 0.752 0.723 0.638 El Salvador 0.747 0.771 0.794 0.678 Honduras 0.732 0.783 0.806 0.607 Nicaragua 0.699 0.795 0.760 0.542 Costa Rica 0.854 0.896 0.883 0.782 Panamá 0.840 0.842 0.888 0.790 Fuente: PNUD Informe sobre Desarrollo Humano 2009. Superando Barreras: Movilidad y Desarrollo Humanos. Anexo Estadístico. Cuadro H. New York. PNUD. Cuadro 2 País Centroamérica: contribución al IDH por componente (2007) IDH Salud Componente IDH Educación IDH Ingreso Guatemala 35.6% 34.2% 30.2% El Salvador 34.4% 35.4% 30.3% Honduras 35.7% 36.7% 27.6% Nicaragua 37.9% 36.2% 25.8% Costa Rica 35.0% 34.5% 30.5% Panamá 33.4% 35.2% 31.3% Fuente: Elaborado con base en PNUD Informe sobre Desarrollo Humano 2009. Superando Barreras: Movilidad y Desarrollo Humanos. Anexo Estadístico. Cuadro H. New York. PNUD. el Índice de Desarrollo Humano General permiten una comparación de las desigualdades entre los diferentes países de Centroamérica, al desagregar el análisis por sus distintos componentes, se aprecian otros aspectos de dicha desigualdad. 2.1.1 Desigualdad de IDH por dimensiones Entre los países Centroamericanos se denotan diferencias importantes en el IDH general, reflejando un mayor desarrollo relativo por parte de Costa Rica (IDH=.854) y Panamá (IDH=.840), y en el otro extremo Nicaragua (IDH=.699), Guatemala (IDH=.704), Honduras (IDH=.732) y El Salvador (IDH=.747). En cuanto a los componentes o dimensiones, el IDH de ingreso es el que menos aporta de los 3 componentes para todos los países considerados, siendo más bajo en el caso de Nicaragua y Honduras, seguido de Guatemala y El Salvador (ver cuadro 1). Esta situación se refleja más claramente en cuanto al porcentaje que aporta cada componente al IDH general, observándose que el componente de salud (i.e. Esperanza de vida), es el que más contribuye al IDH general en Nicaragua (37.9%), Guatemala (35.6%) y Costa Rica (35.0%); mientras que para Honduras y Panamá el mayor peso relativo lo tiene Educación, con 36.7% y 35.2%, respectivamente (ver cuadro 2). En todos los países, el componente de ingreso es el de menor contribución y va desde 27.6% en Honduras, hasta 31.3% en panamá. 2.1.2 Desigualdad en ingresos Otra forma de ver la desigualdad, tanto entre países como al interior mismo de los países, se denota al comparar los coeficientes Gini 1 de desigualdad en ingresos, según logro educativo de la población. El cuadro 3 presenta un resumen de la situación de la distribución de sueldos y salarios en hombres de 25 a 55 años de edad, según logro educativo, en Centroamérica, alrededor de los años 2006/2007, a excepción de Costa Rica, cuyos datos son de 2009 y El Salvador y Nicaragua, con datos para el 2005. En este contexto, el coeficiente de Gini resume el grado de desigualdad existente al interior de cada

grupo analizado. Cabe recordar que si el ingreso estuviera homogéneamente distribuido entre los diferentes integrantes del grupo o tipo de población en consideración, el coeficiente de Gini tendería a cero. Caso contrario, una mayor desigualdad al interior del grupo se manifiesta con un coeficiente Gini cercano a 1. Es decir, entre más alto sea el coeficiente Gini del grupo, refleja mayor grado de desigualdad entre sus miembros. Así, un coeficiente de 55.2 para toda la población masculina de 25 a 55 años en Nicaragua refleja una mayor desigualdad al compararla contra un 44.9 de sus similares en Costa Rica. Cabe aclarar que aquí estos datos reflejan la desigualdad intra-grupo, es decir, entre hombres de un mismo nivel educativo y, por lo tanto, no se refiere a las diferencias entre un grupo y otro. 2 En general, los países con mayor desigualdad de ingresos por sueldos y salarios entre los hombres de 25 a 55 años son Nicaragua, con un Gini de 55.2 en 2005; seguido de Guatemala (Gini de 53.3 en 2006) y Honduras cuyo índice Gini alcanzó 50.9 en 2007. Al separar el análisis según logro educativo, en Honduras, Guatemala y El Salvador, la mayor disparidad en sueldos y salarios se presenta entre el grupo de hombres de 25 a 55 años con menos de 8 años de instrucción (Logro educativo bajo); mientras que en Nicaragua, Panamá y Costa Rica, las mayores desigualdades se presentan al interior del grupo de hombres con mayor logro educativo (más de 13 años de instrucción). 2.1.3 Desigualdad en niveles de instrucción de la población joven (15 a 24 años) Cuadro 3 Centroamérica: Coeficiente de Gini para distribución de sueldos y salarios en hombres de 25 a 55 años y según logro educativo País Total Baja Media Alta Guatemala (2006) 53.3 46.2 41.0 42.1 El Salvador (2005) 45.6 41.4 39.1 40.0 Honduras (2007) 50.9 46.4 43.2 39.1 Nicaragua (2005) 55.2 49.7 40.4 54.5 Costa Rica (2009) 44.9 34.8 36.8 41.0 Panamá (2006) 49.3 44.2 37.6 47.3 Nota: Educación baja= <8 años; Media 9 a 13 y Alta >13 años de educación. Fuente: Informe IDH Regional. Apéndice Estadístico. Cuadro A18. Elaborado a partir de Socioeconomic Database for LAC (SEDLAC). Es importante también analizar la situación de la población joven en cuanto a la desigualdad en términos del nivel de escolaridad o años de instrucción alcanzados. Con datos de las encuestas de hogares de inicio y finales de la década del noventa de Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Honduras y México, Ana Pereyra analiza la situación de jóvenes de 18 a 24 años en lograr el umbral de completar 10 años de estudio. Honduras registra la situación más crítica: tres cuartas partes de los jóvenes cuentan con menos de 10 años de estudio. Brasil, México y Costa Rica presentan situaciones intermedias y relativamente similares con aproximadamente el 60% de los jóvenes por debajo de ese umbral. (Pereyra, Ana. SITEAL s/f). El cuadro 4 contiene la distribución de la población de 15 a 24 años, según los años de instrucción, para los países de Centroamérica, alrededor del año 2007, a excepción de El Salvador cuyos datos más cercanos corresponden a 2004. En el caso de Honduras, un 11.2% de su población urbana de 15 a 24 años en 2007 tenía menos de 5 años de instrucción, que corresponde a las categorías de cero grados aprobados (i.e. Ninguna) y de

Cuadro 4 Centroamérica: población de 15 a 24 años, según años de instrucción, zonas urbanas y rurales (En porcentaje) Zonas urbanas Años de instrucción Zonas rurales Años de instrucción País (Año) 0 a 5 6 a 9 10 a 12 13 y más 0 a 5 6 a 9 10 a 12 13 y más Costa Rica (2007) 4.6 50.2 33.2 12.0 13.8 60.0 20.8 5.4 El Salvador (2004) 14.8 40.5 32.4 12.3 38.9 44.9 14.8 1.4 Guatemala (2006) 23.0 46.4 25.3 5.4 55.2 37.4 7.1 0.3 Honduras (2007) 11.2 50.2 2-9.7 8.9 32.6 56.2 10.5 0.8 Nicaragua (2005) 14.7 46.4 29.9 9.0 49.3 39.5 9.9 1.3 Panamá (2007) 2.1 34.1 45.5 18.3 13.6 49.7 30.1 6.6 Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países. primaria incompleta. La mitad de esa población se encontraba con 6 a 9 grados aprobados, casi un 30% tenían entre 10 a 12 años de instrucción y solamente 8.9% tenía 13 o más años de instrucción (Por lo menos un año de educación superior). Esta situación contrasta con los jóvenes urbanos de Panamá, en donde un 18.3% tienen 13 o más años de instrucción, 45.5% completaron entre 10 a 12 años y únicamente 2.1% se encuentran en el grupo de 0 a 5 años de instrucción. En cuanto a la comparación de Honduras con Costa Rica, si bien ambos países tienen la mitad de su población joven en el grupo de 6 a 9 años de instrucción, este último tiene mayores proporciones de entre 10 a 12 años (33.2%) y de más de 13 años de escolaridad (12%). Otras diferencias regionales a resaltar son el hecho que Guatemala tiene, comparativamente, la mayor proporción de su población joven (23%) en el grupo de 0 a 5 años de escolaridad. Esto es resultado de su alta concentración de población indígena que habla en su propia lengua, y es consistente con los mayores niveles de desigualdad en cuanto a analfabetismo por departamento analizadas en apartados posteriores. Es de esperar que esta situación de desigualdad se acentúe al considerar el área rural. En el área rural, para todos los países se observa que las proporciones de jóvenes aumentan en los primeros grupos de menor escolaridad (0 a 5 y de 6 a 9 años), en relación a sus compatriotas en el área urbana, sobresaliendo los casos de Guatemala y Nicaragua con proporciones de 55.2% y 49.3%, respectivamente, de los jóvenes rurales de 15 a 24 años sin haber completado los 6 años de educación primaria. Panamá sigue reflejando las mayores proporciones de su población rural joven con 10 o más años de instrucción, acumulando un 36.7% en las últimas 2 categorías. Los gráficos 1 y 2 muestran que, al excluir Panamá y Costa Rica, las desigualdades entre el resto de países se comportan de una manera menos contrastante, reflejándose siempre la mayor proporción de jóvenes en el grupo de 6 a 9 años de instrucción por 10

parte de Honduras, tanto en el área urbana como en la rural; y las mayores proporciones de jóvenes con menos de 6 años de instrucción en el área rural de Guatemala y El Salvador. 2.2 Desigualdad territorial Una dimensión importante de la desigualdad se produce a nivel geográfico. Es conocido que los promedios nacionales no permiten ver el nivel de desigualdad que se refleja a medida que se va descendiendo a los niveles departamental y municipal. En este apartado se presentan los niveles de desigualdad a nivel departamental y municipal, usando Coeficientes de Gini para 2 variables importantes en el desarrollo humano: el analfabetismo, que es un componente del IDH, y el bajo peso en menores de 5 años, que es un componente del Índice de Pobreza Humana (IPH). Para el cálculo del Coeficiente de Gini se utiliza la fórmula de Brown presentada en el recuadro 1. Sin embargo, por tratarse de datos agrupados, se ajusta el coeficiente Gini multiplicándolo por N/N-1, en donde N es el número de departamentos en cada país. Los resultados son comparados con datos equivalentes para El Salvador y Guatemala. 2.2.1 Desigualdad territorial en analfabetismo En Honduras, la tasa promedio nacional de analfabetismo estimado para 2007 es de 17.5% (Línea horizontal en el gráfico 3), pero el rango oscila desde 4.2% entre la población de Islas de la Bahía, y 10.1% en Cortes y Francisco Morazán; hasta 30.3%, 29.5% y 29.0% en los departamentos de Copán, Santa Bárbara y Lempira, respectivamente. Gráfico 1 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0 0.0 Centroamérica: población de 15 a 24 años, según años de instrucción, zonas urbanas (Porcentajes) 0 a 5 6 a 9 10 a 12 13 y más El Salvador- 2004 Guatemala- 2006 Honduras- 2007 Nicaragua- 2005 Fuente: Base de Datos CEDLAC. Socio Economic Data for Latin American Countries. Gráfico 2 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0 0.0 Centroamérica: población de 15 a 24 años, según años de instrucción, zonas rurales (Porcentajes) 0 a 5 6 a 9 10 a 12 13 y más El Salvador- 2004 Guatemala- 2006 Honduras- 2007 Nicaragua- 2005 Fuente: Base de Datos CEDLAC. Socio Economic Data for Latin American Countries. Las proporciones acumuladas indican que los 3 departamentos con mayor analfabetismo, Copán, Santa Bárbara y Lempira, concentran únicamente el 12.6% de la población total del país y cuentan por el 21.3% de la población analfabeta (A partir de datos del Anexo 1). En cambio, en el otro extremo, los 3 departamentos con menor población analfa- 11

Recuadro 1 La Curva de Lorenz en variables sociales y el Coeficiente de Gini en salud y educación El Coeficiente de Gini es un indicador altamente utilizado para medir desigualdad en ingreso y está basado en la Curva de Lorenz. Esta última compara la distribución observada del ingreso, versus una distribución uniforme o equitativa que representa la igualdad y que está representada gráficamente por una línea de 45 grados (Ver Gráfico R1). Entre más distante se encuentre la línea de distribución acumulada de nuestra variable de ingreso en relación a la línea diagonal de 45 grados, mayor será la desigualdad. Para construir la Curva de Lorenz en variables sociales de salud y educación, desagregadas a nivel de departamento o municipio, seguimos las indicaciones de la Organización Panamericana de la Salud, aplicando el procedimiento siguiente: Se ordenan los departamentos por la variable de salud/educación de la peor a la mejor situación. En vista que, por lo general, las variables de interés están representados por indicadores específicos (i.e. tasa de analfabetismo, tasa de desnutrición, etc.), se transforman las tasas en variables continuas, aplicando dichos indicadores a la población relevante (i.e. población mayor de 15 años para analfabetismo, población menor de 5 años para desnutrición), siempre a nivel de departamentos. Se calculan las proporciones para las dos variables a nivel de departamento. Se calculan las proporciones acumuladas para las dos variables Se grafica la curva de Lorenz representando en el eje X la proporción acumulada de la Y = Población afectada por el indicador (% acumulado) Curva de Lorenz X = Población relevante (% acumulado) población relevante y en el eje Y la proporción acumulada de la población afectada por la variable de salud o educación de interés. El Coeficiente de Gini, por su parte, representa la relación entre la diferencia entre la Curva de Lorenz y la diagonal de igualdad y toda el área sombreada debajo de la diagonal de igualdad. Su valor está entre 0 y 1, tomando el valor de 0 cuando hay perfecta igualdad (i.e. cero desigualdad) y de 1 cuando existe desigualdad absoluta. Hay varias fórmulas de cálculo de este coeficiente. En este documento utilizaremos la siguiente fórmula propuesta por Brown en 1994. 1 G = 1 - Diagonal de igualdad Curva de Lorenz K=n-1 (Yk+1 + Yk) (Xk+1 - Xk) k = 1 En donde: G= Coeficiente de Gini Y= Proporción acumulada de población en la variable de salud/educación X= Proporción acumulada de población relevante K = Número de departamentos of unidades geográficas. (1) Brown M. Using Gini-style indices to evaluate the spatial patterns of health practitioners: theoretical considerations and an application based on Alberta data. Soc. Sci. Med. Vol. 38, No. 9. pp. 1243-1256. 1994. Fuente: Adaptado de: Castillo-Salgado, Carlos, et. al. Measuring Health Inequalities: Gini Coefficient and Concentration Index. Epidemiological Bulletin / PAHO, Vol. 22, No.1 (2001). 12

beta, Islas de la Bahía, Cortes y Francisco Morazán, concentran el 40% de la población y el 23% de los analfabetas. 3 Estas diferencias se resumen en un coeficiente Gini ajustado de 0.240, que refleja una desigualdad moderada, al encontrarse más cerca de cero que de 1. Si llevamos la medición al nivel municipal, esas mismas cifras de 2007, indican que los 100 municipios de mayor analfabetismo agrupan el 13% de la población y el 26% de los analfabetas del país. En el otro extremo, tenemos que los 10 municipios de menor tasa de analfabetismo consolidan un tercio de la población y cuentan apenas por un 13.9% de los analfabetas. El coeficiente Gini de desigualdad en analfabetismo a nivel municipal resulta en 0.309, que es superior al 0.240 de la medición a nivel departamental. Para una mejor interpretación de estas desigualdades a nivel territorial en Honduras, cabe la comparación con estimaciones similares para otros países del área, particularmente El Salvador y Guatemala, para quienes se encontró información para años similares. Un análisis para El Salvador refleja las desigualdades a nivel departamental que existen en dicho país. La tasa de analfabetismo adulto (mayores de 15 años) en el 2007 alcanzó un promedio nacional 16.4% (Línea horizontal en gráfico 4), la cual es muy cercana al 17.5% correspondiente a Honduras. La desagregación por departamento muestra un rango de tasas desde 7.8% en San Salvador hasta 36.3% en el departamento de Morazán. La Curva de Lorenz en las proporciones acumuladas resalta que los 2 departamentos con mayores tasas de analfabetismo (Morazán y la Unión), concentran un 6.8% de la población total y un 13.2% de la población analfabeta del país (Anexo 2). En el otro extremo, población analfabeta % % de población analfabeta Gráfico 3 35% 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% Islas de la Bahía Honduras: Analfabetismo adulto por departamento (2007) Fuente: PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 2008/2009 y proyecciones de población del INE. Gráfico 4 40% 35% 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% San Salvador Fco. Morazán La Libertad Cortés Atlántida Yoro Comayagua Colón Gracias a Dios los departamentos de San Salvador y La Libertad albergan un 40.5% de la población total mientras que solo un 22.4% de los analfabetas. Este nivel de desigualdad se traduce en un coeficiente Gini de 0.262, que es relativamente superior al Gini de 0.240 para Honduras. Valle la Paz Choluteca Intibucá Olancho El Paraíso Ocotepeque Lempira El Salvador: Analfabetismo adulto por departamento (2007) Cuscatlán La Paz San Vicente Sonsonate Santa Ana Fuente: PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano El Salvador 2007 y VI Censo de Población y V de Vivienda DIGESTYC. Ahuachapán Chalatenango Cabañas San Miguel Usulután Sta Bárbara La Unión Copán Morazán 13

% de población analfabeta Gráfico 5 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Guatemala: Analfabetismo adulto por departamento (2007) Guatemala Sacatepéquez El progreso Chimaltenango retalhuleu Peten Quetzaltenango Escuintla Zacapa Santa Rosa Izabal Jutiapa San Marcos Suchitepéquez Chiquimula Jalapa Totonicapán Baja Verapáz Huehuetenamgo Sololá Alta Verapáz Quiché Fuente: PNUD. Informe Nacional de Desarrollo Humano 2007/2008. Guatemala. Gráfico 6 Lempira Intibucá Ocotepeque Copán La Paz El Paraíso Olancho Sta Bárbara Gracias a Dios Choluteca Colón Valle Comayagua Yoro Atlántida Islas de la Bahía Cortés Fco. Morazán Honduras: Tasa de menores de 5 años con bajo peso (2006) 0% 5% 10% 15% % de población menor de 5 años con bajo peso 20% Fuente: PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 2008/2009 y proyecciones de población del INE. En el caso de Guatemala, los niveles de desigualdad territorial en analfabetismo son aún mayores. El rango de tasas va desde un 8.2% de analfabetismo entre la población de 15 años y más en el Departamento de Guatemala, hasta un 49.2% de la población de referencia en el departamento de Quiché, frente a un promedio nacional de 25.2% (gráfico 5). Los 3 departamentos de mayor tasa de analfabetismo, Quiché, Alta Verapáz y Sololá, albergan el 31.6% de la población total y el 57.4% de la población analfabeta del país. En el otro extremo, los 3 departamentos de menor prevalencia de analfabetismo, Guatemala, Sacatepéquez y El Progreso, concentran el 28.9% de la población, pero solo el 10.3% de los analfabetas. El coeficiente Gini de desigualdad en analfabetismo ajustado para Guatemala es de 0.294, que es mayor al observado para Honduras y El Salvador. 4 2.2.2 Desigualdad territorial en población menor de 5 años con bajo peso Otro indicador seleccionado para medir desigualdad por departamento es la tasa de población menor de 5 años con peso insuficiente, es decir, menor a la media. En el caso de Honduras, se encontró información para dicha tasa para el año 2006, siendo el promedio nacional de 8.3% (Línea vertical en gráfico 6). Los departamentos con mayor prevalencia son Lempira (18%), Intibucá (16.4%), Ocotepeque (15.1%) y Copán (13.3%). Estos 4 departamentos concentran el 15.1% de la población total menor de 5 años y cuentan por el 28.8% de los niños con peso insuficiente en ese grupo de edad en el país. Por otra parte, dicha tasa es menor en Francisco Morazán (4.9%), Cortés (5.1%), Islas de la Bahía (5.2%) y Atlántida (6.0%); departamentos que, en conjunto, absorben el 39.3% de la población menor de 5 años y representan un 24.6% de la población con peso insuficiente en ese rango de edad. Como resultado de lo anterior, el coeficiente Gini en la población menor de 5 años con peso insuficiente ajustado entre departamentos en Honduras es de 14

0.245, lo cual refleja una desigualdad moderada entre departamentos. Este coeficiente, sin embargo, es mayor al observado para El Salvador para ese mismo año, que resulta en un Gini de 0.187, indicando que, aún cuando el promedio nacional de prevalencia de 10.3% en El Salvador es mayor al estimado para Honduras, las desigualdades entre los departamentos de aquel país son menores a las desigualdades encontradas en Honduras. El rango por departamentos en El Salvador va desde 4.1% en Usulután, hasta 19.8% en Ahuachapán (gráfico 7). Cuadro 5 Centroamérica: años de educación promedio en mujeres y hombres, y coeficiente Gini total en población de 25 a 65 años País Mujeres Hombres Total Gini Costa Rica (2009) 8.8 8.6 8.7 0.283 El Salvador (2005) 6.3 7.2 6.7 0.444 Guatemala (2006) 4.3 5.4 4.8 0.560 Honduras (2007) 5.7 5.6 5.6 0.442 Nicaragua (2005) 5.8 5.8 5.8 0.473 Panamá (2006) 9.8 9.4 9.6 0.281 Fuente: Socio Economic Data for Latin American Countries (SEDLAC). 2.3 Desigualdad en género y edad Otra desigualdad importante se encuentra en la situación diferenciada entre hombres y mujeres, y entre personas de diferentes grupos de edad. Para el caso, las mujeres de 25 a 65 años, en comparación a los hombres en ese mismo grupo de edad, tienen mayor nivel de escolaridad en Costa Rica y Panamá; prácticamente igual escolaridad en Nicaragua y Honduras, y alcanzan un menor nivel en El Salvador y Guatemala (ver cuadro 5). Gráfico 7 Ahuachapán San Vicente Santa Ana Sonsonate Chalatenango La Unión Cuscatlán San Miguel San Salvador Cabañas La Paz La Libertad Morazán Usulután El Salvador: Tasa de menores de 5 años con bajo peso (2007) Los años de educación alcanzados varían mucho entre personas de diferentes edades dentro del grupo (i.e. entre las personas de 25 y 30 años versus las de 50 y 65 años), reflejándose en un coeficiente Gini de 0.560 para Guatemala, seguido de Nicaragua (0.473), El Salvador (0.444) y Honduras (0.442). Las desigualdades son menores en Costa Rica (0.283) y Panamá (0.281). Los datos por grupos de edad reflejan también cambios intergeneracionales. Así, vemos que en las nuevas generaciones (i.e. 10 a 20 años), a excepción de Guatemala, los años de escolaridad de las niñas son mayores a los alcanzados por los varones (ver cuadro 0% 5% 10% 15% 20% 25% % de población menor de 5 años con bajo peso Fuente: PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano El Salvador 2007 y VI Censo de Población y V de Vivienda DIGESTYC. 6). En Centroamérica, los niveles máximos de educación se encuentran en la población de 21 a 30 años, para luego disminuir en los grupos de edad subsiguientes; reflejando que las nuevas generaciones van logrando más años de escolaridad, en promedio. La desigualdad también va disminuyendo intergeneracionalmente, reflejado en que el coeficiente 15

Cuadro 6 Centroamérica: años de educación promedio en mujeres y hombres, y coeficiente Gini total, por grupos de edad seleccionados (10-20 años) (21-30 años) (51-60 años) País Mujer Hombre Total Gini Mujer Hombre Total Gini Mujer Hombre Total Gini CR (2009) 7.0 6.7 6.8 0.229 9.9 9.3 9.6 0.235 7.9 8.3 8.1 0.313 ES (2005) 61. 5.9 6.0 0.309 8.5 8.8 8.6 0.312 4.2 5.5 4.8 0.552 Guat. (2006) 4.5 4.8 4.6 0.368 5.7 6.7 6.1 0.433 2.7 4.3 3.4 0.682 Hnd (2007) 5.9 5.4 5.7 0.322 7.1 6.5 6.8 0.343 4.1 4.5 4.3 0.542 Nic. (2005) 5.7 5.0 5.3 0.340 7.7 6.9 7.3 0.360 3.8 4.3 4.0 0.583 Pan. (2006) 7.4 7.1 7.3 0.242 10.9 10.3 10.6 0.223 8.2 8.5 8.4 0.340 Fuente: Socio Economic Data for Latin American Countries (SEDLAC). Gini de los grupos de mayor edad es, en todos los países, mayor al del grupo inmediato anterior. Es decir, entre más joven es la población, menor Gini y, en consecuencia, existe menor desigualdad. En este Capítulo se han expuesto ejemplos de desigualdades en indicadores de desarrollo humano, tanto entre países de Centroamérica, como al interior mismo de los países al considerar tanto la desagregación por indicador o componente, como su análisis territorial y por sexo. Sin embargo, como se ha mencionado al inicio de este estudio, es importante también identificar los factores y mecanismos que permiten que las desigualdades se transmitan de una generación a otra. Esto constituye el objetivo principal del siguiente capítulo. 3. Transmisión intergeneracional de la desigualdad: el caso de Honduras En el presente capítulo se aplican los conceptos de movilidad social y la transmisión intergeneracional del logro educativo a través del modelo de cadenas de Markov, presentado anteriormente, al caso específico de Honduras. En esta aplicación se utiliza, primero, la metodología de matrices de transición para el análisis de movilidad educativa; y después se hace uso de técnicas de regresión para un análisis multivariado de factores que inciden en el logro educativo de los niños y jóvenes y en la probabilidad de que éstos concluyan el sexto grado. El capítulo inicia con una presentación de los datos utilizados, provenientes de encuestas levantadas por el Programa de Asignación Familiar (PRAF) entre 1999 y 2006, para luego introducirse en las técnicas anteriormente mencionadas. 3.1 Presentación y discusión de los datos Una de las dificultades principales para efectuar análisis de transmisión intergeneracional de desigualdad lo constituye la falta de datos de panel que integren, en una misma base de datos, información de padres e hijos. En algunos países se han realizado encuestas especializadas para hacer este tipo de análisis. En otros, se ha aprovechado las Encuestas de Hogares de Propósitos Múltiples para agregar un módulo especial que incorpora preguntas sobre an- 16

tecedentes familiares del nuevo jefe de hogar. Típicamente, las encuestas especializadas para análisis inter-generacional se concentran en la población entre 20 y 34 años, y las preguntas sobre condición familiar se remontan a indagar sobre la situación familiar y de sus padres cuando el entrevistado tenía alrededor de 14 años. Esta circunstancia se explica porque el interés de dichos estudios es ver, por una parte, la condición laboral de los hijos cuando éstos se han independizado y a su vez han constituido sus propios hogares, y por otra, su nivel educativo de referencia es si el hijo ha completado la secundaria o 12 años de instrucción. Por lo general, se espera que estos eventos solo hayan tenido lugar cuando el hijo sea mayor de 20 años. Honduras no es la excepción en carecer de este tipo de información y, en consecuencia, no existe una base de datos como tal. Por otra parte, una encuesta especializada de esta naturaleza requiere recursos considerables que no están programados por ahora. Para tratar de solventar este inconveniente se ha recurrido a una base de datos parcial, levantada en diversos momentos por el Programa de Asignación Familiar (PRAF). La primera fuente es el Censo de Hogares en 7 Departamentos de mayor pobreza relativa en el país, levantada para el PRAF en 1999. Dichos departamentos comprenden Copán, Intibucá, La Paz, Lempira, Ocotepeque, Santa Bárbara, y varios municipios pobres del sur de Francisco Morazán. Este censo sirvió de base para la definición de beneficiarios y para implementar el diseño de evaluación de impacto definido por IFPRI para un Programa de Transferencias Monetarias Condicionadas (TMC) a través del proyecto BID-1026-HO. La segunda fuente es la Encuesta de Línea de Base levantada por el PRAF en 2006, previo a la implementación del Programa de TMC financiado por el BID-1568- HO. Esta línea de base de 2006 sirvió para iniciar el programa de registro de beneficiarios de PRAF, que es una base de datos dinámica, en formato electrónico y que se conoce como Sistema de Registro de Beneficiarios de Honduras (SIRBHO). El objetivo fue obtener una base de datos tipo panel con hogares que tuvieran información tanto en el censo de 1999, como en la base de datos SIRBHO en 2006. El procedimiento de emparejamiento (matching) se hizo en varios pasos. 1. Se identificaron jefes de hogar que estuvieran registrados en ambas bases: Censo-1999 y SIR- BHO-2006. 2. Dentro de los hogares con registro en ambas bases, se seleccionaron aquellos que tuvieran hijos del jefe de hogar. 3. Para asegurarse que se tomaran los hogares correctos, tanto los padres como los hijos fueron cotejados de manera de coincidir en el nombre y apellidos completos y en el número de identificación nacional. 4. Se agregaron variables características como nivel de escolaridad (Años de instrucción), edad, sexo y estado civil del padre en 1999. Igualmente, las variables características de los hijos incluyen sexo, nivel de escolaridad y edad en 1999 y en 2006. A nivel del hogar, se recogieron características como tenencia de la vivienda (Propia, alquilada, cedida, etc.), y si trabaja tierras para agricultura (tierras propias o alquiladas). Con los datos obtenidos para este estudio en el caso de Honduras, las mediciones entre padres (en 1999) e hijos (en 2006) tendrán una diferencia de 7 años. 5 Este periodo es suficiente para medir mo- 17

vilidad y transferencia intergeneracional en cuanto a logro educativo hasta el nivel primario que, para la población residiendo en áreas rurales y urbanomarginales de Honduras, constituye un hito importante en términos de sus posibilidades futuras de inserción en el mercado laboral y, en consecuencia, de mejorar su condición económica. Analizando datos de la EPHPM para el período 1989-1992, Battle, et al., encuentran que, en términos reales, el ingreso mensual promedio de las mujeres con primaria completa aumentó en 13%, frente a una caída de 30% en los hombres de ese mismo nivel, durante ese período. Battle relaciona este comportamiento del mercado laboral con el incremento en la contratación de mano de obra femenina en la industria de la maquila o en la molienda. (Battle at al. 1994). Esa misma tendencia parece haber continuado por varios años y para 1996, una persona ocupada del sexo masculino con educación primaria completa y 10 años de experiencia tenía un ingreso de 150% superior al de otra sin educación formal. Esta diferencia era del 163% en el caso de ocupadas del sexo femenino. El tener unos años adicionales después de primaria, i.e. secundaria incompleta, significaba un incremento de 37% en hombres y solo 6% en mujeres. (Secretaría de Educación 1997). En Honduras, la enseñanza primaria está constituida por los primeros 6 años de educación formal y se espera que, en condiciones normales, el niño complete este ciclo a los 12 años de edad. 6 En tal sentido, el grupo de edad seleccionado de entre 13 a 19 años en 2006 corresponde al mismo grupo que en 1999 estaba comprendido entre 6 a 12 años; es decir, que estaba o debía estar cursando la educación primaria. Una debilidad en la base de datos construida proviene del hecho de que el Censo PRAF de 1999 no incluyó información sobre ingresos ni empleo; variables que hubieran sido de interés como factores explicativos del nivel de escolaridad de los hijos. De esta forma se obtuvo una base combinada que contiene 4,710 padres/hogares y 12,891 hijos. De este total, 2,530 hogares tenían hijos con edades entre 13 a 19 años en 2006, que representa un 54% de los hogares. De conformidad al concepto de transmisión de desigualdad de oportunidades, la situación de los niños y jóvenes corresponde al año 2006; mientras que la de sus padres a 1999, que coincide con el tiempo en que los hijos se encontraban, precisamente, en edad escolar. Es decir, nos interesa relacionar si las condiciones de los padres en ese momento influyeron en cuanto a mejorar la condición educativa de los hijos durante los siguientes 7 años, hasta que pudieran completar su educación primaria de 6 grados. Un 55% de los hogares en la muestra están constituidos por parejas de casados y un 35% por parejas en unión libre, sumando entre ambas un 90% de los hogares. Esta situación es típica del área rural en Honduras. Las características de los hogares con niños y jóvenes entre 13 a 19 años son muy similares a los de la muestra total con 60.8% y 30.3% respectivamente. (ver cuadro 7). A nivel de muestra, además del 90% de hogares constituidos por ambos padres, se encuentra un 8.4% dirigido por mujeres solas y menos del 2% tienen como jefe a un varón solo. El grupo de hogares con niños y jóvenes de entre 13 a 19 años también responde a este patrón (ver cuadro 8). 18

Cuadro 7 Hogares en la muestra y con niños entre 13 a 19 años, por estado civil del padre (Número de hogares y porcentajes) Cuadro 9 Total de hijos en la muestra por grupo de edad. 2006 (Número de hogares y porcentajes) Estado civil del padre Total Muestra Grupo 13 a 19 años Hogares % Hogares % Casado 2572 54.6 1538 60.8 Divorciado 7 0.1 4 0.2 Separado 35 0.7 22 0.9 Soltero 230 4.9 111 4.4 Unión libre 1664 35.3 767 30.3 Viudo 199 4.2 88 3.5 Total 4710 100.0 2530 100.0 Fuente: Construido a partir de datos Censo PRAF 1999 y SIRBHO 2006. Cuadro 8 Tipo de hogar Hogares en la muestra y con niños entre 13 a 19 años, por tipo de hogar en 1999 (Número de hogares y porcentajes) Total Muestra Grupo 13 a 19 años Hogares % Hogares % Biparental 4,236 89.9 3,305 91.1 Mono-parental Hombre 80 1.7 30 1.2 Mono-parental Mujer 394 8.4 195 7.7 Total 4,710 100.0 2,530 100.0 Fuente: Construido a partir de datos Censo PRAF 1999 y SIRBHO 2006. La estructura por edad de los hijos en 2006 está constituida por un 18.4% de menores de 6 años; 41.1% de 7 a 12 años y únicamente un 9.4% de hijos mayores de 20 años que convivían con su padre o madre en el hogar. El grupo de hijos de entre 13 a 19 años suman 4,006 niños y jóvenes y representan un 31.1% del total de hijos en el hogar (ver cuadro 9). En resumen, se cuenta con una muestra característica del área rural de los departamentos con mayor pobreza en Honduras. Los datos corresponden Grupo de edad Niños % 0 a 6 años 2,376 18.4 7 a 12 años 5,299 41.1 13 a 19 años 4,006 31.1 20 años y más 1,210 9.4 Total 12,891 100.0 Fuente: Construido a partir de datos Censo PRAF 1999 y SIRBNO 2006. exactamente a la generación de padres e hijos y se cuenta con las variables principales para medir movilidad y transferencia inter-generacional de logro educativo. 3.2 Análisis basado en Matriz de Transición Una primera aproximación al análisis de transmisión intergeneracional de la desigualdad educativa se realiza mediante la construcción de una matriz de probabilidades de transición. Esta es una matriz de dimensión n x n, en donde n se refiere al número de categorías o estratos educativos en que se divide la población para efectos de análisis. El elemento que corresponde a la fila j y la columna k, representa la probabilidad de que un hijo j de un padre con nivel educativo inicial dado alcance el nivel educativo k en una siguiente generación. Los valores de la diagonal principal representan las correlaciones entre el nivel educativo del padre y del hijo y están expresados en porcentajes. Valores cercanos a 100 en las celdas de esta diagonal representan alto peso de la herencia social en los logros educativos de los hijos (inamovilidad interge- 19

Cuadro 10 Tabla de movilidad educacional 1999-2006 (Porcentajes horizontales) Escolaridad de los padres en 1999 Nivel de escolaridad Ninguna Primaria Incompleta Escolaridad de los hijos en 2006 Primaria Completa Más que primaria Ninguna 12.10 54.60 29.50 3.80 100.00 Primaria Incompleta 5.80 46.30 37.30 10.60 100.00 Primaria Completa 2.50 26.90 47.50 23.10 100.00 Más que primaria 0.00 23.10 30.80 46.20 100.00 Total 7.80 47.90 35.10 9.10 100.00 Total Fuente: Construido a partir de datos Censo PRAF 1999 y SIRBNO 2006. neracional). Por el contrario, valores cercanos a cero indican una alta movilidad intergeneracional. Debe tenerse presente, sin embargo, que dicha movilidad puede ser ascendente, si la mayoría de los hijos superan el nivel educativo de sus padres, o descendente si ocurre lo contrario. En el caso de Honduras, los resultados de la Matriz de Transición Educativa se presentan en el cuadro 10. Los datos indican que solamente un 12.1% de hijos cuyos padres no tenían ningún grado de escolaridad en 1999 se quedaron también sin escolaridad para 2006. Un 54.6% de este mismo grupo cursó algunos grados de primaria (i.e. primaria incompleta); un 29.5% logró completar la primaria de 6 grados y un 3.8 todavía logró cursar algunos años después de la primaria. (Datos de primera fila de cuadro 10). Es decir, un 87.9% restante superó el nivel educativo de sus padres. Para los padres con primaria incompleta (segunda fila del cuadro 10), un 52.1% de sus hijos tampoco lograron completar la primaria, quedándose, entonces, en un nivel igual o inferior al de sus padres. Sin embargo, un 37.3% logró completar la educación primaria y 10.6% alcanzó 7 o más años de instrucción. De manera similar, un 47.5% de hijos de padre con primaria completa igualaron ese nivel educativo de sus padres. La probabilidad de que un niño cuyo padre tenía primaria completa en 1999, no alcanzara ningún grado de escolaridad en 2006 es de solo 2.5%. Finalmente, solo un 46.2% de hijos de padres con algún año más que primaria (7 y hasta 12 años de escolaridad) lograron igualar a sus padres en dicho nivel, y ninguno pudo superarlo. Estos valores indican una cierta movilidad educativa hasta completar el nivel primario de 6 años de escolaridad, y luego la movilidad es más lenta y/o disminuye a partir de aquellos padres con más que primaria completa (7 o más años de escolaridad). Esta situación de disminución a partir del séptimo año puede deberse a problemas de oferta de educación para este nivel educativo en Honduras. Para 1999, solo un 28% de los jóvenes de 14 a 19 años asistían a un centro escolar de secundaria, atribuido principalmente a la falta de escuelas secundarias para recibirlos (FEREMA 2002- Panorama Educativo de Honduras 2001). Es precisamente por esta razón que el Ministerio de Educación ha adoptado la política de extender hasta los 9 grados la educación que se brinda en las escuelas primarias, haciendo 20