LITERATURA ESPAÑOLA SIGLO XX

Transcripción

1 LITERATURA ESPAÑOLA SIGLO XX 1.CONTEXTO HISTÓRICO El sistema canovista. La Constitución de 1876 y el turno de partidos La oposición al sistema Regionalismo y nacionalismo La liquidación del imperio colonial: Cuba y Filipinas. El 98 y sus repercusiones Alfonso XIII: La crisis de la Restauración ( ) Regeneracionismo y revisionismo político. Las crisis de 1909 y La guerra colonial en Marruecos. El desastre de Anual. La dictadura de Primo de Rivera. (De la monarquía alfonsina a la II República). La Segunda República ( ) La Guerra Civil ( ) La dictadura franquista ( ) La democracia (1975- ) 2.LITERATURA FINISECULAR. GENERACIÓN DEL 98 El Fin de siglo sirve para denominar una época de cambios radicales en las distintas facetas de la vida en los últimos años del s. XIX, en la política, economía, sociedad y cultura. Las últimas décadas del XIX y las primeras del XX presentan una renovación profunda en las artes: en la música (Stravinsky, Debussy), en la arquitectura (Eiffel, Gaudí), en la escultura (Gaudí), en la pintura (impresionistas), y en la literatura. En el terreno literario, en concreto en la poesía, hay una reacción fuerte contra el Romanticismo (que ocupó casi todo el siglo) y el Realismo, destacando dos movimientos poéticos franceses: a) El parnasianismo, como reacción frente al Romanticismo: defensa del arte por el arte y del contenido cultural de la obra poética; rechaza la inclusión de elementos ideológicos en la poesía; una élite intelectual capaz de comprender la belleza de la obra; deja fuera lo social y lo subjetivo (el intimismo). la finalidad del poeta es alcanzar la belleza y su actividad fundamental reside en lo formal (buscar en lo formal el medio de expresión de las ideas, expresión exacta y profunda). la temática: evocación de las civilizaciones antiguas, fe en la ciencia, soledad del hombre, nobleza del arte, futuro de la Humanidad,...). Su principal poeta: Leconte de Lisle. b) El simbolismo, como reacción frente al Realismo y al Parnasianismo: Una nueva concepción de la poesía que se aleja de la frialdad y precisión parnasianas, huyendo de la objetividad y del didactismo.

2 Su precursor es Baudelaire (Las flores del mal, 1885), a partir del cual comienza la lírica moderna. Propugna una poesía musical, sugerente, que abarque lo inaccesible a todos los sentidos ; la actividad del poeta es buscar el misterio de las palabras y sus sugerencias, dentro del verso (ritmo, rima y medida); la palabra poética es un conjunto de insinuaciones de imágenes y visiones; sus tres puntos esenciales son: el valor musical de la expresión; la alusión antes que la narración o la descripción; y la idea temática con un contenido simbólico: el agua, los ojos, el otoño, el espejo,...). 3.MODERNISMO Modernismo es un término general que afecta a todas las artes y que indica una corriente de renovación artística común al arte occidental de principios del siglo XX, al que se conoce como "art nouveau" en Francia y "modern style", en los países anglosajones. Podemos definirlo como un movimiento artístico que busca el refinamiento en la ornamentación y la fantasía en las formas. Sus antecedentes están en la estética parnasiana con su búsqueda de un arte aséptico, de "el arte por el arte"; en el decadentismo finisecular que se sitúa al margen de la sociedad, atacando a la burguesía y a su moral hipócrita; y en el simbolismo, que utiliza el símbolo como mecanismo poético fundamental. El introductor del modernismo en España es el poeta nicaragüense Rubén Darío. En sus obras, "Azul" o "Cantos de vida y esperanza" están presentes todas las características del movimiento: búsqueda de la belleza, desinterés por la dimensión social del arte, sugerencia del símbolo, musicalidad de los versos, correspondencia entre los estados de ánimo del poeta y el paso de las estaciones sobre la naturaleza. En España modernismo y generación del 98 son dos movimientos simultáneos que tienen el mismo origen: insatisfacción ante la literatura de la época y búsqueda de un lenguaje nuevo, es la respuesta del artista al mundo burgués en el que vive, mostrando su desprecio por la mercantilización del arte. Son dos formas de reaccionar ante la crisis fin de siglo, el modernismo busca un mundo estético basado en su rebeldía ante los valores burgueses, crean una lengua artística muy elaborada, separada de la lengua habitual y a la que sólo tienen acceso los iniciados, mientras que los hombres del 98, no intentan la construcción de un mundo paralelo, sino que tratan de interpretar el existente, aceptan la realidad tratando de reformarla, para ello intentan una revisión intelectual en busca de la esencia de España, de una España que sin abandonar sus raíces tenga posibilidad de cambio. 3.1.MODERNISMO EN ESPAÑA A pesar de que fue Rubén Darío el verdadero fundador del Modernismo, en nuestro país había poetas que se pueden considerar precursores del movimiento. como son Manuel Reina, Ricardo Gil y Salvador Rueda. El impacto del Modemismo fue grande y de importantes consecuencias. ya que se renovó casi totalmente la poesía española. Aunque la nueva tendencia se manifestó principalmente en poesía. su influjo alcanzó a otros géneros: el teatro, la novela...

3 En cuanto a los autores, el Modernismo español está dominado por la gran figura del nicaragüense Rubén Darío, muy vinculado a España (1892, 1899). Modernistas fueron también Salvador Rueda, Francisco Villaespesa. Manuel Machado, Valle-lnclán (prosa y poesía modernistas) y con Antonio Machado -en sus primeros libros- y Juan Ramón Jiménez -en su primera etapa- el modernismo español alcanza sus más altas cotas. 4.NOVECENTISMO. GENERACIÓN DEL 14 Ideología Reformismo burgués en lo político Búsqueda de un nuevo tipo de intelectual, con una sólida preparación universitaria. Reacción contra actitudes decimonónicas, incluyendo en el XIX a noventayochistas y modernistas. Europeísmo, frente el casticismo del 98 Estética Elitismo. Antirromanticismo. Fervor por lo clásico Huida del sentimentalismo. Pulcritud, distanciamiento, equilibrio ("deshumanización") Literatura para minorías. Intelectualismo. Búsqueda del "arte puro". Preocupación por el lenguaje (que es lo que más une entre sí a los novecentistas, lo que permite hablar de ellos como grupo). Se huye de lo fácil, de la monotonía. se busca la "obra bien hecha". 5.VANGUARDISMO. GENERACIÓN DEL 27 El futurismo: ensalza los mitos y tópicos de la modernidad: la velocidad, las máquinas, la fuerza etc. Llegan a ensalzar la guerra y a propugnar la destrucción de los museos, de las bibliotecas, de todo lo relacionado con el concepto tradicional de arte. Tuvo importancia sobre todo en Italia y su fundador, Marinetti, estuvo muy cercano al fascismo. El expresionismo: es un movimiento de origen alemán que deforma el mundo visible, como medio de trasmitir al receptor la conciencia trágica de la vida. Expresa la realidad vista desde un yo atormentado. Se caracteriza por sus colores fuertes, un cierto humor negro y una apología de la fealdad. Vasily Kandisky es un pintor representativo de este movimiento Se pueden encontrar elementos expresionistas en los esperpentos de Valle-Inclán y en las primeras obras de Baroja. El cubismo: se caracteriza por su espíritu de geometría. Los cubistas analizan las formas hasta sus últimas consecuencias, descomponiendo los volúmenes, estudiando sus partes y

4 reduciéndolos a formas geométricas. Picasso y Juan Gris son los nombres más representativos de este movimiento. El abstraccionismo: los abstraccionistas quieren crear un arte puro. En pintura liberan a los elementos pictóricos, la forma y el color, de su vehículo habitual: la realidad. De manera semejante se desarrolla por esta época el concepto de poesía pura. El dadaísmo: la primera guerra mundial supuso una crisis tal de valores que los dadaístas consideraban que sólo la protesta, el irracionalismo, la negación absoluta, la anarquía eran las respuestas coherentes a la estupidez del mundo. El surrealismo: en 1924 el poeta André Breton publicaba en París el Primer Manifiesto del Surrealismo. El nuevo movimiento heredaba de su antecesor, Dadá, la idea de que la razón no es más que un molesto impedimento que obstaculiza el desarrollo de la creatividad. Es el más importante movimiento vanguardista. 5.1.AFINIDADES ESTÉTICAS DE LA GENERACIÓN DEL 27 Entre lo intelectual y lo sentimental: se les acusó de intelectualismo (Machado decía que eran más ricos en conceptos que de intuiciones). Más bien, Inteligencia, sentimiento y sensibilidad contra intelectualismo, sentimentalismo y sensiblería. Entre una concepción cuasi-mística de la poesía y una lucidez rigurosa en la elaboración del poema. En sus poéticas abunda la idea de la poesía como algo inexplicable, trascendente, una aventura hacia lo absoluto, aspiración a la unidad,... Pero se destaca igualmente la exigencia de creación lúcida y de rigor técnico, de trabajo bien hecho. Síntesis, pues, entre una concepción romántica y una concepción clásica de la creación poética. Entre la pureza estética y la autenticidad humana. Ponen la Belleza por encima de todo (como Juan Ramón Jiménez). Pero hay una preocupación por la autenticidad humana, que irá en aumento con los años, sin abandonarse la exigencia estética. Entre lo minoritario y la inmensa mayoría. En sus poemas alternan hermetismo y claridad. Un aspecto destacable es cómo alternan lo culto y lo popular Lorca, Alberti, G. Diego,... Un poeta tan hermético como Aleixandre dirá: la poesía es comunicación, y que el poeta canta por todos. Entre lo universal y lo español. Un crítico afirmó que la obra de estos poetas significa el ponerse a tono con la poesía universal. Esto último nos conduce a la síntesis más característica de los poetas del 27: el binomio tradición-renovación. Entre la tradición y la renovación. Están a tono con la poesía europea del momento: la huella que deja en ellos el Vanguardismo (ultraísmo, creacionismo, surrealismo). Sienten pasión por Paul Valéry y los simbolistas franceses. Atentos al aire renovador de la poesía hispanoamericana (César Vallejo, Huidobro,...). Sin embargo, tienden a frenar las estridencias, a poner una criba alas innovaciones. Dice Guillén: una generación tan innovadora no necesitó negar a los antepasados remotos o próximos para afirmarse. De los autores inmediatamente precedentes, recordamos e doble magisterio de Juan R. Jiménez y de Ramón Gómez de la Serna. También se apunta su admiración por Unamuno y los Machado, y por Rubén Darío. Aunque sí rechazaron a todos sus imitadores. Desde el s. XIX les llegó la influencia de

5 Bécquer (p.ej. en Alberti o Cernuda). Su amor por los clásicos fue inmenso: Góngora, Garcilaso, San Juan de la Cruz, Fray Luis, Quevedo, Manrique, Lope de Vega. Hay en el grupo una profunda veneración por las formas populares: el Romancero, el Cancionero tradicional (p.ej., en Lorca, Alberti, G. Diego o Dámaso Alonso). 6.LA NOVELA DE POSGUERRA ( ) Los novelistas de estos primeros años tendrán que buscar un nuevo camino, y ese hecho explica que nos encontremos en la década de los 40 con múltiples tendencias novelísticas: Novela triunfalista. Esta novela defiende los valores tradicionales (Dios, Patria, Familia) y justifica la Guerra Civil y sus consecuencias, culpando de las mismas al bando perdedor. Es lo que hace, por ejemplo, Agustín de Foxá en Madrid, de corte a checa. Novela psicológica. Se basa en el análisis del carácter y del comportamiento de los personajes desde unas técnicas tradicionales, es decir, realistas. Un autor importante será Ignacio Agustí con Mariona Rebull. Novela simbólica. Nos encontraremos con novelas en las que los personajes funcionan como símbolos de ideas o conflictos. Sigue la línea, por tanto, de algunas novelas de Unamuno. Un autor significativo será José Antonio Zunzunegui. Tremendismo. Esta tendencia es iniciada por Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte en el año Se ha hablado también de "tremendismo" para caracterizar a algunas novelas que presentan un mundo rural de trágicos conflictos, con personajes de bajos instintos y taras físicas o psíquicas, empleados para apoyar posturas moralistas. Estas ficciones revelan un malestar, una amargura que les hace alcanzar cierto valor testimonial. Novela existencial. Podríamos decir que se inicia con la novela Nada de Carmen Laforet en 1945, y continuada en 1948 por Miguel Delibes con La sombra del ciprés es alargada y Gonzalo Torrente Ballester con Javier Mariño. Estas novelas reflejarán el tema de la angustia existencial, la tristeza y la frustración de las vidas cotidianas. Temáticamente, las novelas de este período girarán en torno a la amargura de las vidas cotidianas, la soledad, la inadaptación, la muerte y la frustración. Los personajes se adaptarán a estos temas, de forma que los protagonistas serán seres marginados socialmente (Pascual Duarte, en la novela de Cela, es un condenado a muerte), angustiados y desarraigados (la protagonista de Nada llega a Barcelona para estudiar y allí se encuentra fuera de su ambiente, insegura y triste). Las causas de esta amargura vital se encuentran en la sociedad de la España de los años cuarenta, marcada por la pobreza, la incultura, la violencia, la persecución política, la falta de libertades... Pero no encontraremos en ninguna de estas novelas una crítica o denuncia directa. Para eso habrá que esperar a los años cincuenta. Técnicamente, estas novelas se caracterizan por su sencillez y tradicionalidad: narración cronológica lineal, narrador en tercera persona (mayoritariamente) y ausencia de saltos temporales.

6 7.REALISMO SOCIAL En los años cincuenta se produce un gran auge en la novela. En esta década la censura se relaja y ese hecho permitirá la aparición de novelas en las que la denuncia de la pobreza, la persecución y la injusticia sean los temas predominantes. A esta tendencia se le ha llamado novela social o Realismo social. La novela social, como subgénero narrativo, con unos condicionamientos formales y temáticos específicos, se da como fenómeno literario en la década que va de los cincuenta y tantos a los sesenta y tantos. Los autores han sido denominados "Generación del 55" o "del medio siglo" y la componen, entre otros: Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite, Jesús Fernández Santos, Rafael Sánchez Ferlosio, Juan García Hortelano, Alfonso Grosso, Juan Goytisolo Novela realista, de actitud crítica. Se denomina Realismo crítico: el novelista no acepta la realidad tal como es y pretende explicarla poniendo de relieve sus mecanismos profundos y denunciándola. De enfoque objetivista: el novelista se comporta como un observador de la realidad sin tomar partido ante ella. Entre el compromiso moral y una posición política explícita. Se habla de Realismo socialista. Esta tendencia pretende reflejar la realidad en su proceso revolucionario (la lucha de clases), reduciéndola a un enfrentamiento en entre opresores y oprimidos. 8.RENOVACIÓN TÉCNICA En los años sesenta el Realismo social empieza a mostrar signos de agotamiento. Se manifiesta la necesidad de una renovación formal. Era preciso trasladar a la novela española la experimentación narrativa que habían aportado las grandes figuras europeas (Proust, Kafka, Joyce, el noveau roman francés) y americanas (Faulkner, García Márquez, Carlos Fuentes, Vargas Llosa, Cortázar...). Junto a estas razones literarias no deben olvidarse otras de naturaleza socio-política: mayor desarrollo económico (Planes de Desarrollo y la entrada de divisas por el turismo), la ley de prensa de 1966 que permite una relajación del autoritarismo, una mayor difusión cultural (las series de libros de bolsillo)... Un hito de este período es Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos. El tema es la frustración, la impotencia y el desarraigo de un joven médico investigador. Es un fiel reflejo de una realidad nacional, de un estado socioeconómico, y en un marco social concreto: el Madrid de los años cincuenta. Los rasgos formales de esta novela se convertirán en los generales de la novela del período: el planteamiento subjetivista (el monólogo interior), personajes que funcionan como auténticos seres humanos en contraposición a los tipos o arquetipos de la novela realista. Se incorpora la segunda persona narrativa y se utiliza una prosa barroca, cargada de cultismos y términos científicos. La frase se alarga, y el discurso abunda en digresiones, en comentarios sobre literatura, arte, medicina, u otras fuentes del saber. Estas técnicas y otras, en diferentes grados, aparecen, en novelistas de diferentes generaciones, desde 1996 hasta el final del franquismo (1975): Últimas tardes con Teresa (1966), de Juan Marsé, Cinco horas con Mario (1966) de Miguel Delibes, Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo o Volverás a Región (1967) de Juan Benet.