EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS EVOLUCION DE LOS PRINCIPALES INDICES DE PRECIOS AL CONSUMIDOR

Transcripción

1 EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS INDICES DE PRECIOS AL CONSUMIDOR FUENTE: SEyE en base a IPC INDEC, IPC CONGRESO, IPC SANTA FE e IPC SAN LUIS. EVOLUCION DE LOS PRINCIPALES INDICES DE PRECIOS AL CONSUMIDOR FUENTE: SEyE en base a IPC INDEC, IPC CONGRESO, IPC SANTA FE, IPC SAN LUIS e IPC CABA. 1

2 PRECIOS SEGÚN EL ULTIMO RELEVAMIENTO DEL ÍNDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR (IPC) DEL INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA y CENSOS (INDEC), LA VARIACIÓN DE PRECIOS MINORISTAS EN OCTUBRE DE 2013 FUE DE 0,9%. CON ESTE DATO, EN LO QUE VA DEL AÑO LLEVA ACUMULADO UN 8,7% y UNA VARIACIÓN INTERANUAL DEL 10,5%. SEGÚN EL MISMO RELEVAMIENTO DEL INDEC, LOS ALIMENTOS SUBIERON 1,2%, Y ACUMULARON UN 5,6% EN LO QUE VA DEL AÑO. ENTRE LOS AUMENTOS MÁS DESTACADOS SE ENCONTRARON LOS DE LAS VERDURAS CON UNA SUBA DEL 4,8%, LAS FRUTAS CON UN AUMENTO DEL 3,8%, LAS BEBIDAS CON UN AUMENTO DEL 0,8%, y LAS CARNES / LOS ACEITES / GRASAS CON SUBAS DEL 0,7%. PARA LAS CONSULTORAS PRIVADAS LA SUBA PROMEDIO DE OCTUBRE FUE DE 2%, ACUMULANDO UN 16,6% EN LO QUE CORRE DE 2013, Y GENERANDO UNA VARIACIÓN INTERANUAL DEL 25,8%. EL NUEVO IPC DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES (IPC-CABA) MOSTRÓ ESTIMACIONES SIMILARES A LAS DE LAS CONSULTORAS PRIVADAS CON UN AUMENTO EN OCTUBRE DE 2,2%, UN ACUMULADO DE 16,9% y UNA VARIACION INTERANUAL DEL 25,9%. ENTRE LOS PRINCIPALES ÍNDICES PROVINCIALES, EL DE SANTA FE y EL DE SAN LUIS MOSTRARON VARIACIONES DE 1,4% y 3,3%, ACUMULADOS DE 10,2% y 20,2%, y VARIACIONES INTERANUALES DE 15,5% y 28,1%, RESPECTIVAMENTE. INDEPENDIENTEMENTE DE LA MEDICIÓN, Y CON LA CERTEZA DE LA EXISTENCIA DE VARIACIONES CONSTANTES DE LOS PRECIOS DE LOS BIENES y SERVICIOS, QUEDA ABIERTO EL DEBATE y LA NECESIDAD DE GENERAR POLITICAS ACTIVAS DE MITIGACIÓN DE LO EFECTOS REGRESIVOS DE LOS AUMENTO DE PRECIOS. EN RELACION CON ESTO, PARA ALGUNOS LA CLAVE ESTÁ EN LA REDUCCION DE LA MONETARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA (CON UNA DISMINUCIÓN DE LA INYECCIÓN DE DINERO CIRCULANTE RECORTANDO EL GASTO FISCAL ELEVADO). PARA OTROS, LA CLAVE ESTÁ EN LA NECESIDAD DE ATACAR EL EFECTO DE DISPERSION DE PRECIOS PRODUCTO DE LA CONCENTRACIÓN EMPRESARIAL Y DEL ESTABLECIMIENTO DE PRECIOS COMO ESTRATEGIA DE MAXIMIZACION DE GANANCIAS. 2

3 LOS PINCIPALES INDICES DE PRECIOS COMPARADOS LOS INDICES DE PRECIOS EN ARGENTINA En la Argentina coexisten distintos índices de precios que buscan estimar la variación de los precios de los bienes y servicios de la economía interna. Se trata de índices que se aplican en contextos geográficos diferentes. En este sentido, su aporte no permite obtener una perspectiva global, sino más bien parcial de lo que ocurre con los precios en Argentina. Recién para 2014 se espera el lanzamiento de un índice de precios a escala nacional desde el INDEC y con la supervisión metodológica del Fondo Monetario Internacional. Por ahora, sólo contamos con las mediciones ancladas a ámbitos específicos como las de AMBA, CABA, SAN LUIS, SANTA FE, entre otras. Las más destacadas son las del IPC-INDEC, el de las consultoras privadas agrupadas (denominadas IPC-CONGRESO), la de San Luis (IPC-SAN LUIS), la de Santa Fe (IPC-SANTA FE) y la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (IPC-CABA). Salvo el IPC-INDEC y el IPC- CONGRESO, que sostienen referir resultados para un mismo contexto geográfico (AMBA), el resto releva información de sus propios distritos. En este sentido, observar las estimaciones de estos resultados, y analizarlos comparativamente, permiten un acercamiento a las distintas posiciones y discursos que, sobre la variación de precios, conviven y se usan como referencia para la toma de decisiones tanto en el ámbito público como privado. LAS ESTIMACIONES DE LA VARIACION DE PRECIOS SEGÚN INDEC El índice de precios al consumidor del INDEC (IPC-INDEC) registró en Octubre de 2013 un aumento de precios de 0,9% (con un interanual de 10,5% 1 ). En cambio, el de las consultoras privadas (IPC-CONGRESO) fue de 2% (estimando un anualizado de 25,8%). Según afirman ambos relevamientos, los contextos de aplicación (AMBA), y la metodología de construcción de los índices de variación, son similares. Sin embargo, sus resultados difieren, siendo el registro de variación de precios del segundo más del doble del primero. Esto plantea que sobre un mismo contexto exista una convivencia de discursos sobre los precios, con una brecha, entre uno y otro, del doble de variación. Si observamos otros contextos geográficos, encontramos que para el IPC-CABA la variación de precios es más cercana a la de las consultoras privadas con un 2,2% de suba en Octubre, mientras que los resultados obtenidos en los índices provinciales de la provincia de Santa Fe (con una suba en Octubre de 1,4%) y el de la provincia de San Luis (con un aumento de 3,3%), encontramos que el rango de variación anual estimada es de 15,5% y 28,1%, respectivamente. Estas variaciones de precio muestran mismas tendencias, pero con proporciones de variación distintas. En efecto, mientras que las variaciones oficiales son leves, los datos del resto de las mediciones se muestran altas lideradas tendencialmente por el IPC CONGRESO. Este último, publica estimaciones de precios que más que duplican sistemáticamente las del INDEC cuando se supone que releva información con las mismas metodologías y sobre los mismos contextos geográficos que la estimación oficial. Asimismo, los 1 De este modo, los datos del organismo oficial siguen sosteniendo que una persona puede comer por $6 pesos promedio por día en la Argentina, ya que indicó que la Canasta Básica de Alimentos (CBA), cuyo valor mide la indigencia y está compuesta por productos básicos para lograr la ingesta de calorías mínimas de una familia tipo, alcanzó un valor de $759,35 pesos en Octubre. Esto implica que para un mes de 30 días del mes dos adultos y dos menores debían destinar $24,5 diarios para alimentarse, o $ 6,12 por día. 3

4 registros del IPC-CABA se muestran en consonancia con el IPC-CONGRESO, seguido por el IPC-SAN LUIS y por último el IPC-SANTA FE quizás el más cercano a los datos oficiales. Con todo, la existencia de distintos datos sobre la variación de precios sigue sosteniendo un escenario de heterogeneidad de discursos y de datos. La certeza compartida es que, la suba de precios, está presente en la cotidianeidad de los argentinos, que va afectando la capacidad adquisitiva de los ingresos de los trabajadores y que su impacto negativo debe ser abordado con políticas activas antes de que tenga consecuencias mayores. En ese marco, y más allá de la discusión por la cifra real de la variación de los precios, lo importante es atacar el fenómeno y detener sus efectos negativos. Y para esto es necesario contar con un diagnóstico acerca de las causas del fenómeno. INFLACION DISPERSIÓN DE PRECIOS Que muchos de los precios de los productos que compramos en el cotidiano en la Argentina suben, es un hecho. Ahora bien, esa variación en los precios de las cosas es inflación o dispersión de precios? Quizás al comprador común esta disquisición no le resulte de interés (porque lo que le importa es que los precios no sigan subiendo y que su dinero no pierda valor adquisitivo) pero sí es clave para los representantes mercantiles. Es importante puesto que hoy conviven en Argentina distintos diagnósticos respecto a por qué aumentan los precios y dos de ellos han cobrado fuerza sustantiva: el que refiere a un proceso inflacionario y otro que habla de dispersión de precios. A la inflación se la asocia con una suba continua y generalizada de los valores de los productos y servicios. Es decir, los precios de todos los bienes suben constantemente. En cambio, la dispersión de precios, plantea la existencia de subas de precios no generalizadas y no sostenidas, lo que provocaría la presencia de distintos precios -sobre los mismos productos- en distintos contextos. Esto último implicaría que es posible acceder a mejores precios -a los que podemos encontrar en los negocios cercanos a nuestros domicilios- (como por ejemplo comprando en los Mercados Centrales o en las carnicerías de La Lonja El Rey de la Carne de Alberto Samid) lo que requeriría traslados en búsqueda de los lugares con mejores precios. Esto reivindicaría el argumento de la otrora presidenta de la Liga de Amas de Casa, Lita de Lazzari, y su recurrente latiguillo: camine señora, camine! Por supuesto que es necesario, y muchos de nosotros lo hacemos, eso de buscar precio, especialmente cuando se trata de adquirir algún producto de cierto valor, pero no sólo eso. También es común que las amas de casa, y en general toda la población, busquen ofertas o días de descuento en supermercados y tiendas. Sin embargo, y por diversas razones, es casi impensable que todo el mundo haga todo el tiempo búsquedas de precios más eficientes para su propia economía. El punto a dilucidar es precisamente por qué razón se produce tal dispersión de precios. Una razón sustantiva radica en los comportamientos de empresarios con poder concentrador que generan ganancias extraordinarias a través de la suba de los precios y las expectativas de subas de precios que gracias a la alta capacidad de compra de la población alimenta un proceso de dinamización de precios que, en un mercado de fuertes concentraciones, centralmente en productos de primera necesidad. En este sentido, esta evolución de los precios presiona para algunos a la motorización de la inflación como fenómeno monetario y a la expansión de moneda sin el correlato del aumento de la producción de bienes y servicios. 4

5 Para algunos la dispersión tiene un origen básico: la falta de certeza sobre el valor de la unidad de cuenta; esto es: del peso. En condiciones normales, es decir cuando la variación de precios es prácticamente inexistente, los precios de bienes y servicios son masivamente conocidos. Es decir, que la población sabe en general lo que cuesta cada cosa, excepto que se trate de elementos muy específicos y de poco uso corriente. Por ejemplo: todo el mundo sabe lo que cuesta una gaseosa o un par de zapatillas, pero tal vez nadie sepa lo que cuesta una arandela o un bidé. En esa situación, la gente no necesita caminar tanto. Cuando alguien le pide un precio por encima del que conoce, no tiene más que ir al negocio de al lado o de la otra cuadra. Pero cuando el proceso de variación de precios se dinamiza, los precios suben en conjunto en toda la economía, pero no lo hacen todos, en todo lugar, al mismo tiempo. Entonces la gente empieza a perder noción de lo que valen la mayoría de las cosas. Así las cosas, si en condiciones de estabilidad no sabemos lo que cuesta un bidé o un repuesto para el auto, en inflación se pierde la noción de lo que puede costar aquello más común y corriente (pan, galletitas, gaseosas, fideos, frutas). De allí la dispersión. Los bienes y servicios cada vez más dejan de tener un precio conocido y ello ocurre porque la moneda pierde confianza. Una clave de que los precios aumenten es que la cantidad de moneda circulante crezca más que la cantidad de bienes y servicios. Y esto es muestra de un problema de concentración de mercado, falta de inversión productiva y especulación empresaria. Ahora bien, sea dispersión, monetarización, la responsabilidad del gobierno es ineludible en torno a la variación de precios cuando esta afecta al potencial de crecimiento y a la capacidad adquisitiva de los trabajadores. En efecto, si bien no es el gobierno quien pone los precios a las cosas, es quien tiene la responsabilidad principal para generar los mecanismos que equilibren los sistemas y los haga previsibles, a través de medidas que apelen a resolver los impactos de la concentración de los mercados. 5