AÍSA. Arquitectura Popular de la Comarca de la Jacetania: Aísa

Transcripción

1 AÍSA COMUNIDAD AUTÓNOMA: ARAGÓN PROVINCIA: HUESCA COMARCA: JACETANIA ZONA: VALLE DE AÍSA TÉRMINO MUNICIPAL: AÍSA LOCALIDAD O PEDANÍA: AÍSA C. UTM: 1045 metros de altitud FORMA DE ACCESO: Carretera de Jaca a Aísa (A- 2605) que cruza la Solana de Jaca y que en unos 22 kilómetros nos conducirá a la Villa. Existen también varias pistas forestales por las que se puede acceder a la localidad. Una de ellas parte de Ascara para desembocar en Lastiesasa Bajas desde dónde enlaza con la citada A Otra pista forestal asfaltada que conduce a Aísa se puede tomar en la localidad de Jasa. Y el último acceso se toma desde Borau, valle vecino al de Aísa, desde donde podemos tomar la carretera HU-V DEMOGRAFÍA DE AÍSA Aísa se levanta a 1045 al sur del Pico del Aspe, en la margen izquierda del río Estarrún y en el corazón del valle al que da nombre. Es la cabecera del municipio al que en 1966 se le incorporó Sinués, y en 1972 también Esposa. El fogaje o censo del Reino de Aragón mandado elaborar por el rey Fernando el Católico en 1495 otorgaba a Aísa 26 fuegos, los mismos que mantuvo hasta En 1713 ya figuraban 32 vecinos. Madoz en su Diccionario elaborado entre nos dice de la Villa: Con ayuntamiento. Cabecera del valle de su nombre, en la provincia de Huesca [ ] situado en la cordillera del Pirineo, á la izquierda del río Estarrún, libre á la influencia de todos los vientos, principalmente los del Norte, goza de clima saludable, pero muy frío; tiene 40 casas, una escuela de primeras letras [ ] una iglesia parroquial bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción, capaz y fabricada de piedra tosca con 5 altares. [ ] el río Estarrún da también impulso a un molino harinero [ ] hay un bosque a 1 legua de largo de E. á O. poblado de pinos y encinas que dan maderas útiles para la construcción de edificios. [ ] Población: 34 vecinos, 329 almas. El censo de 1857 establecía en 370 el número de habitantes. En 1970 eran 141 los vecinos del lugar. Ya en 2005, cuenta con 175 vecinos censados en la Villa, aunque son sólo unos 50 los que pasan el duro invierno en la localidad. 1

2 NOMBRES DE LAS CASAS Casa Chusantón; casa Tensino; casa Tejedor de arriba; casa Lavilla; casa Blasco; casa Olaria; Abadía; casa La Maestra; casa Romualdo; casa Pellejero (también llamada casa de Ignacio); casa Cahíz; casa Martón; casa Obispo; casa Campaneta; casa Usla; casa Bonifacia; casa Iguácel; casa Tejedor de Abajo; casa Fraile; casa Francho; casa Minguera; casa Carriaza (también llamada casa Carreraza o casa Carreaza); casa Peperrucho; casa Aniceto; casa Isorina; casa Gaitano; casa Nueva; casa Patricio; casa Carpintero; casa Chesa; casa Ventura; casa Juan Ramón; casa Bautista; casa Felicia; casa Cabila; casa Piretas; casa Herrero; casa León; casa Juan; casa de Tomás; casa Miguel; casa Mosén Juan; casa de Zurdo; casa Gertrudes (desaparecida); casa Brijeda; casa de Pablo; casa Gañán; casa Matías; casa Simón; casa Piquero; casa Lena; casa Juan Gil; casa Vicente; casa Ermitaño; casa Pardillón; casa del Hortazo; casa Pepadana; casa Sualena, y varios pajares y bordas reconvertidos en modernas viviendas. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS CASAS DE AÍSA Sus viviendas tradicionales responden, lógicamente, a su actividad ganadera (ovina y vacuna), a su agricultura de subsistencia y está adaptada a la dura climatología de su clima de alta montaña con largos y duros inviernos. El casco urbano de Aísa se organiza en torno a apenas cuatro calles: Alta, Baja, Eras, Barrio Florido y Plaza Ramón y Cajal. El entramado urbano de la localidad se organiza mediante casas unifamiliares dispuestas de forma aislada o, mayoritariamente, en hilera compartiendo muros de medianería. Respecto a las tipologías de casas, todas las casas de Aísa responden a al tipo de casa- bloque. Según Carmen Rábanos Faci, habitualmente (en los valles de Aísa y Borau) el poblamiento se concentraba en los pueblos, pero en las afueras de éstos se construyen bordas para habitación temporal que, como todas las del Pirineo suelen contar con dos plantas (la superior se utiliza como pajar y la superior como cuadra). En Aísa, el número de bordas se eleva a varias por familia. 2

3 Los edificios domésticos de la población presentan en su mayoría planta rectangular y generalmente constan de tres pisos. Tal y como recoge la citada historiadora la casa de estos valles presenta una distribución peculiar. Así, la puerta se presenta normalmente centrada en el eje longitudinal de la casa. A través de ella se accede al patio o zaguán y al primer tramo de escalera, y a los lados de ésta las cuadras, dispuestas simétricamente. Plano de la planta baja de casa Birjeda de Aísa. Tomada de Carmen Rábanos Faci. El hueco rectangular de la escalera sirve también de eje de simetría a la primera planta donde se hallaban a ambos lados la cocina y la sala, con varias alcobas. En la segunda planta se ubican dos dormitorios a cada lado de la escalera y en el tercero la falsa. Planos de las plantas primera y segunda de casa Birjeda de Aísa. Tomada de Carmen Rábanos Faci. 3

4 Las construcciones se realizan a base de piedra oscura (propia de la zona) tallada en mampuestos, reservándose el sillarejo para reforzar las esquinas, mientras que la piedra sillar bien escuadrada se emplea para las embocaduras de vanos y puertas. La mayor parte de los edificios presentan hoy en día los muros con la piedra vista, aunque también se conservan buenos ejemplos de casas revocadas en blanco remarcando las embocaduras de vanos y puertas y los esquinazos con la piedra en su color. Según explica Carmen Rábanos, los muros de las casas reforzaban el aislamiento del exterior recurriendo a la realización de un doble paramento en cuyo interior se disponía un relleno de mortero de cal. El paramento mural se encalaba o se dejaba con la piedra vista. Los muros de las viviendas de este Valle de Aísa llegan a alcanzar entre centímetros de espesor. En los gruesos muros, los vanos, puertas y ventanas, se distribuyen de manera irregular. Respecto a las puertas de las casas, existen buenos ejemplos de portadas en arco de medio punto dovelado, aunque también se repite mucho el modelo de portada arquitrabada con dintel monolítico de piedra apeado sobre salmeres en voladizo. 4

5 Respecto al armazón de madera de las puertas tradicionales, éstas solían ser de doble hoja o de una sola dividida en sentido horizontal, pero muchas de ellas han sido hoy sustituidas por ejemplares modernos. Las ventanas son escasas y de pequeño tamaño (aunque cuando las condiciones de calefacción de las viviendas mejoraron, en varias de ellas se modificaron y agrandaron las ventanas). Normalmente son adinteladas, cuadradas o rectangulares, con cabeceros de sillar o de madera- jambas y alféizar de sillar. En algunas de las ventanas los dinteles se labran a imitación de un arquillo conopial. En relación con los vanos, puertas y ventanas, todavía se puede apreciar en algunas casas la tradición del encalado en blanco de los vanos, que tiene que ver con un aspecto práctico (evitar la entrada de mosquitos y hormigas) pero que también ha sido considerado en su vertiente profiláctica como defensa contra los malos espíritus. Es característico de las ventanas de la localidad, al igual que en las puertas, la ausencia casi total de inscripciones (nombres de los propietarios; dataciones; motivos religiosos ) motivos y símbolos que sí son relativamente frecuentes en otras poblaciones de la Jacetania. Algunas de las casas de Aísa sí presentan, sin embargo, algún escudo sobre la portada. 5

6 En relación con las cubiertas de las casas, el material tradicional de cubrición fue la losa de piedra asentada sobre tasca (cepellón de hierba dispuesto con la tierra hacia arriba de manera que sirvan para sustentar las losas y como aislante de la cubierta). Sin embargo, este material ha quedado ahora como residual, sólo presente en algunas de las construcciones auxiliares de la localidad (pajares y bordas), puesto que, progresivamente, las viviendas han ido sustituyendo este material por otros como la pizarra negra, la teja moderna y la Uralita. La inclinación de las cubiertas es bastante acusada y oscila entre los 35º- 40º grados de media como corresponde al clima de alta montaña del valle de Aísa. Los tejados más habituales en la localidad vierten a dos aguas. Destacando de la silueta de las casas todavía se pueden ver algunos ejemplares de chimeneas troncocónicas, muchas de ellas remozadas siguiendo la tradición, realizadas en tosca, de gran desarrollo en alzado (siempre por encima de la cresta de la cubierta para facilitar el tiro), cuentan con collarinos de lajas de piedra que las circundan en la base y/o a media altura (con el fin de que el agua y la nieve no penetre por la intersección entre ésta y la cubierta). Para la evacuación de humos suelen contar con una hilada simple de piloncillos de tosca dispuestos formando cuadrados y cubren con tejadillo plano de losas rematados con espantabrujas consistentes en un simple sillar de tosca, puntiagudo y dispuesto en vertical. 6

7 CREENCIAS, SÍMBOLOS Y RITOS DE PROTECCIÓN DE LAS CASAS Ya hemos señalado cómo es una peculiaridad de las casas de Aísa la casi total inexistencia de inscripciones en las casas (nombres de los propietarios; dataciones; motivos religiosos ), haciendo casi totalmente imposible su datación. Sin embargo, sí podemos hacer alusión a algunos símbolos de protección presentes en la arquitectura tradicional de la localidad: - Hexafolias labradas como decoración en los cabeceros de una de las ventanas de la localidad. La hexafolia es un símbolo solar muy representado en nuestra arquitectura tradicional. Consta de un círculo en el interior del cual se inserta una flor de seis pétalos. - Espantabrujas de remate de las chimeneas de algunas de las viviendas de la Villa. En Aísa los espantabrujas son simples, consistentes en una pieza de tosca, colocada en sentido vertical y rematada en punta. Estos espantabrujas cumplen la función práctica de sostener las losas de remate de la chimenea pero además se las tradiciones pirenaicas les han conferido un carácter profiláctico como defensa de la casa frente a los malos espíritus. Es creencia generalizada en el Pirineo Aragonés que estos elementos de remate evitaban con su presencia la entrada de las brujas en las casas. Para Mª Elisa Sánchez Sanz 1, en realidad las brujas entraban en las casas por las puertas y la manera de evitarlo era realizar una serie de ritos cristianos sobre el fuego (trazar cruces sobre las brasas ) de forma que el espantabrujas lo que hacía era avisar a estos seres de que en esa casa eran personas religiosas y que hacían estos conjuros, de forma que cuando ellas iban volando por los aires y los vieran, decidieran no entrar. 1 SÁNCHEZ SANZ, Mª Elisa, Brujas y chimeneas en Narriá, nº 7, 1997, Pág

8 OTRAS CONSTRUCCIONES AUXILIARES DE LA ARQUITECTURA POPULAR Sin información en esta área. BIBLIOGRAFÍA - MADOZ, Pascual, Diccionario geográfico- estadístico- histórico de España y sus posesiones de Ultramar ( ), ed. Facsímil, D.G.A., RÁBANOS FACI, Carmen, o La Casa Rural en el Pirineo Aragonés, ed. Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1990, Pág. 122 (estudia la arquitectura del Valle de Aísa- Borau). o Arquitectura popular aragonesa, ed. Moncayo, Zaragoza, UBIETO ARTETA, Antonio, Historia de Aragón. Los pueblos y los despoblados, ed. Anubar, CATALOGADOR: BELÉN LUQUE HERRÁN FECHA: 25/05/2009 8