Día de la Constitución

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José Ignacio Vidal Belmonte
hace 7 años
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1 Discurso Conmemoración Día de la Constitución Intervención de Ignacio García de Vinuesa, alcalde de Alcobendas 6 de diciembre de 2016

2 La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo. Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular. Proteger a todos los españoles y los pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida. Establecer una sociedad democrática avanzada y colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra. Estos párrafos que acabo de leer corresponden al Preámbulo de nuestra Constitución de 1978, que hoy cumple 38 años desde su aprobación. Unas cuantas líneas que recogen con magistral orgullo el fruto del formidable trabajo que durante la Transición española se llevó a cabo para dotarnos de un sistema político plenamente democrático, que a nadie excluyó. La Constitución no es solo la norma suprema de nuestro ordenamiento jurídico. Es también una norma suprema de convivencia, fruto del profundo trabajo de diálogo y consenso llevado a cabo durante la Transición española. El Preámbulo recoge, en unos cuantos párrafos cargados de dignidad, el inmenso objetivo de construir una nación que a nadie aparte, que garantice los derechos de todos y que proteja la diversidad. 2

3 Por primera vez en nuestra historia, en España hicimos en 1978 una Constitución entre todos: que no pertenece a nadie y es para todos. Nació por consenso y por la generosa renuncia de todos: la de imponer criterios particulares a los demás. Ello otorga un innegable valor adicional a nuestra Constitución. La Constitución fue, es y será siempre nuestro punto de encuentro. Y, sin embargo, hay quien hoy, bajo el argumento de la necesidad de reforma, pretende imponer lo que nadie impuso en 1978, reclamando la negación del consenso constitucional y cuestionando el éxito colectivo de la Transición. La Transición fue sobre todo, a mi juicio, un proceso político y social de reconocimiento y comprensión del distinto, del diferente, del otro español, que no piensa como yo, que no tiene mis mismas creencias religiosas, que no ha nacido en mi comunidad, que no se mueve por los ideales políticos que a mí me impulsan y que, sin embargo, no es mi enemigo, sino mi complementario... con el que tengo que convivir porque solo en esa convivencia podemos defender nuestros ideales... Creo que nadie en política democrática posee la verdad absoluta. La verdad siempre implica una búsqueda esforzada que tenemos que llevar a cabo en común, desde el acuerdo de convivir y trabajar juntos.... Estas palabras son un extracto de las que el presidente Adolfo Suárez pronunció hace ahora 20 años y que no solo son perfectamente actuales, sino que son, además, necesarias. La Transición no solo nos situó en la senda de la democracia, sino que, por ello, propició que, entre todos, alcanzáramos notables conquistas. Cuestionar la Transición, negar lo mucho conseguido, es apostar por el enfrentamiento para intentar lograr objetivos ilegítimos. Los españoles ya fuimos capaces de dialogar para alcanzar el acuerdo y, si es preciso, lo volveremos a hacer. 3

4 Pero no podemos aceptar que la Constitución sea el problema. La Constitución fue la solución y lo seguirá siendo en el futuro. La Transición demostró la falsedad de la imposibilidad del acuerdo entre españoles. El diálogo fue un instrumento de consenso. Pero hay una regla de oro inviolable en toda negociación: no pedir lo que no se puede entregar. Respetándola, todo es posible. A lo largo de estos 38 años, la Constitución ha acreditado su aptitud para permitir el desarrollo de alternativas de gobierno de muy distinto signo ideológico, tutelando la ordenada sucesión de legislaturas y gobiernos y haciendo posible estabilizar y legitimar las alternancias políticas. Apoyarse en la Constitución para alcanzar el reconocido derecho a la participación política y después tratar de anular su legitimidad es sencillamente insensato. Los últimos procesos electorales pusieron de relieve el descontento de una parte de los ciudadanos, motivado por la crisis económica y por los casos de corrupción. Pero no es justo poner en cuestión el funcionamiento de nuestro sistema democrático por ello: la Justicia alcanzará a todos los casos de corrupción y el inicio de la recuperación económica es un hecho. España es un país con una muy sólida democracia, estable, serio, trabajador y honrado. Y capaz de ponerse de acuerdo cuando la tarea lo requiere. Hemos trabajado mucho, hemos sufrido, algunos han dejado su vida por nosotros -SIEMPRE nuestro permanente reconocimiento y recuerdo para ellos-, pero siempre nos hemos levantado. Hay fechas que acuñan la memoria de una generación y otras que marcan durante décadas la vida de un pueblo. El 6 de diciembre de 1978 es todo eso y algo más. 4

5 A todos los vecinos, a todas las familias que hoy nos acompañan para rendir homenaje a nuestra bandera y a este Día de la Convivencia de todos que es el de hoy, gracias. Os pido que ahora gritemos todos: Viva la Constitución. Viva España. Viva el Rey. 5

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