S.E.E. SINDROME DEL EDIFICIO ENFERMO

Transcripción

1 S.E.E. SINDROME DEL EDIFICIO ENFERMO Se define como Síndrome del Edificio Enfermo (S.E.E.) o Sick Building Syndrome (SBS) aquel en el cual sus ocupantes exponen quejas respecto a su salud en un porcentaje superior al 20 % y en el que las causas del malestar son difíciles de identificar dado que su origen es multifactorial y no suelen ir acompañadas de lesiones físicas u orgánicas. Como cifra de referencia consideremos que de 35 a 45 millones de norteamericanos sufren síntomas asociados al SEE según la EPA (Environmental Protection Agency, U.S.A.). El aire interior llega a estar de 6 a 10 veces más contaminado que el exterior (The International Institute for Bau biologie & Ecology es una organización educativa sin ánimo de lucro fundada en 1986). El origen multicausal del riesgo en los edificios enfermos se suele analizar dividiendo los factores que los provocan en aquellos relacionados con: La calidad del aire (contaminantes, olores y ventilación inadecuada) Aspectos microclimáticos (sobre todo humedad y temperaturas que favorece el desarrollo de colonias de bacterias y hongos) El ambiente polucionado del entorno del edificio (gases de combustión de calderas, vehículos, industrias, etc.) El alto porcentaje de tiempo que el hombre pasa en ambientes de interior. Los propios ocupantes como fuente de contaminación: humo del tabaco, anhídrido carbónico (aire viciado), vapor de agua, partículas y bioaerosoles (bacterias, virus, etc.) Recirculación del aire de climatización para ahorro de energía. El polvo es el principal agente transportador de sustancias alérgicas, compuesto de una gran variedad de elementos orgánicos e inorgánicos, que incluyen fibras, esporas, granos de polen, mohos, insectos y ácaros; se estima que aproximadamente de un 40 a un 80% de los asmáticos están sensibilizados a alguno de estos compuestos y los síntomas que produce van desde una pequeña irritación a problemas respiratorios graves, que pueden derivar incluso en patologías crónicas. La suciedad propicia el crecimiento de aerobios y hongos, siendo esta la causa de muchas bajas laborales y de las dolencias provocadas por el denominado Síndrome del Edificio Enfermo:

2 - Irritación de ojos, nariz y garganta - Sequedad de piel y mucosas - Eritema cutáneo - Fatiga mental, somnolencia - Cefaleas, vértigos, náuseas - Mayor incidencia de infecciones de vías respiratorias altas - Dificultad respiratoria, jadeo, sibilancias, cuadros asma-like - Disfonía, tos - Alteraciones del gusto y del olfato Algunos de estos síntomas se comportan de forma característica, aumentando a lo largo de la jornada laboral y remitiendo o mejorando al abandonar el trabajo, desapareciendo incluso durante las vacaciones. Hace poco más de 15 años, la Organización Mundial de la Salud lanzó el alerta, en vista del aumento del número de personas que se quejaban en todo el mundo de sequedad en las mucosas, gripes constantes, trastornos inmunológicos, alergias, trastornos de la conducta, entre otras dolencias, etc. Posiblemente este fenómeno tuvo su origen en los esfuerzos por ahorrar energía, derivados de la tecnología usada a partir de los años 80, que tiende a minimizar del gasto de ésta, aislando en forma lo más hermética posible los edificios, y reduciendo ostensiblemente la infiltración natural del aire exterior. Para la conservación de la energía no sólo se aplica la hermeticidad del edificio evitando cualquier tipo de infiltración natural del aire exterior (cierre hermético de puertas y ventanas), sino que también se ahorra mucha energía re circulando en un elevado porcentaje el aire interior a través de los acondicionadores de aire. Resulta evidente pues, que el hecho de ahorrar energía, influye claramente en la disminución de la ventilación, lo cual, unido a otros factores, contribuyen a enrarecer el ambiente interior. Es realmente cierto, y ha sido demostrado, que la existencia de acumulación de contaminantes en un edificio, es un síntoma causado por la ventilación deficiente. Los males asociados al Síndrome del Edificio Enfermo son especialmente preocupantes en el caso de hospitales y centros sanitarios, donde la presencia conjunta y constante de enfermos (inmuno deprimidos en muchos casos) y visitantes del exterior agrava el gran número de infecciones hospitalarias (adquiridas en el interior del centro sanitario) y dolencias de carácter respiratorio. No se percibe en su justa dimensión de una sociedad como la nuestra, que avanza aceleradamente hacia la tercerización en la producción, los efectos que tienen sobre la salud los nuevos espacios de trabajo como son las oficinas modernas. Las CYMAT, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, de la mayoría son calamitosos, especialmente en lo que respecta a la calidad del aire respirable. La provisión de cantidades de aire fresco adecuadamente acondicionado, es crucial para el mantenimiento de la calidad del ambiente de oficinas. Los diversos motivos que movilizan hoy a la sociedad a darle la trascendencia que realmente tiene, hace necesario investigar las experiencias de este servicio en Argentina. Buenos Aires, lamentablemente supera año tras año el máximo tolerable de contaminación por monóxido de carbono, triplicando sus niveles en los últimos cinco años.

3 Debido a ello algunas empresas han solicitado diversos estudios sobre la calidad del aire interior previendo la posible formación de focos infecciosos y sus consecuencias directas sobre la salud de quienes la conforman. Se pudo comprobar la presencia de los mismos en distintos sectores de nuestra Capital Federal, entre ellos los edificios sitos en: la Avda. Leandro N. Alem desde Avda. Rivadavia hasta Plaza San Martín, diversas zonas del barrio de Recoleta y Palermo, como así también áreas del Gran Buenos Aires aledañas a grandes autopistas. Se detectaron en los mismos, de acuerdo a los análisis de partículas realizados, elevados porcentajes de: Humedad: lo que favorece el desarrollo de bacterias como Legionella, salmonella, Escherichia. Sighela, entre otras. Cenizas: cuya masa abundante de hollín y material inorgánico sirve de base para el desarrollo de las bacterias antes mencionadas. Pérdidas por calentamiento a 180 : nos muestra la cantidad de material volátil existente, el cual ingresa, de acuerdo al micronaje que posea, directamente a las vías respiratorias. CONTAMINANTES QUIMICOS Muchos de los materiales modernos utilizados tanto en la construcción como en la decoración de los edificios actuales, producen emanaciones que lentamente van incorporándose al ambiente interior. Un ejemplo de ello es el formaldehido que se emana de los depósitos de papel, de carácter irritante para los empleados. Algunos tipos de máquinas pueden también producir ciertas cantidades de amoníaco. Entre los muchos ejemplos de objetos que producen emanaciones polucionantes que enrarecen los ambientes interiores se encuentran algunos tan comunes como: humo de cigarrillo, barnices, pinturas, tintas, alfombras, pegamentos, fibra de vidrio, cortinas, entre otros. CONTAMINANTES BIOLOGICOS Se reproducen frecuentemente en los conductos de aire acondicionado, los cuales constituyen lugares cerrados y resguardados, de difícil acceso para su higiene frecuente. Entre ellos encontramos: microorganismos patógenos, bacterias, hongos, protozoos, etc. Los conductos de aire son un criadero de microorganismos, que al estar el equipo apagado y a temperatura constante, con condiciones estables de oscuridad y humedad, configuran un verdadero paraíso, caldo de cultivo, para estas bacterias patógenas casi invisibles. Cuando el sistema se pone en funcionamiento, la invasión es total. Todo el lugar se convierte en tierra tomada y sus ocupantes respiran sin saberlo, esporas, bacterias, levaduras (tales como: Legionella Pneumophila, Pseudomona Aeruginosa, Escherichia Coli, Clostridium, Chlamydia Pneumoniae, Helicobacter Pylori, Streptococcus Pneumoniae, Salmonella, etc.) virus y más de 28 clases diferentes de hongos, los que ocasionan diversas consecuencias sobre la salud de las personas.

4 LEGIONELLA Legionella Pneumophila La Legionella hoy en día no es una rareza y es una enfermedad mortal. Los síntomas de la Legionella son muy similares a otros de diferentes tipos de neumonía, de manera que muchos casos no detectados terminan siendo clasificados como neumonías sin causa aparente "Neumonía Atípica". Muchas de estas muertes pueden ser prevenidas ya que, a diferencia de las otras neumonías, la fuente de la Legionella puede ser identificada. Pero si no se reconoce la Legionella como la causa, no habrá investigación para buscar la fuente y esa misma fuente seguirá siendo una amenaza para otras vidas. Un ejemplo es la epidemia de 1977, en el Hotel Bellevue-Strafford, de Filadelfia, durante la celebración de una convención de la Legión Americana, donde se detectó que el germen que la produjo era causante de neumonía y fue bautizado por tal motivo con el nombre de Legionella y fue difundido por la red de conductos de aire acondicionado constatándose que se desarrolla en presencia de humedad. Un importante brote, ocurrió en Netherlands en marzo de 1999 involucrado a 242 casos de enfermedad y 28 muertes. La Legionella es una bacteria que se halla en medios acuáticos naturales y que ha encontrado un hábitat muy adecuado en sistemas de agua creados por el hombre, que actúan como amplificadores y propagadores de la bacteria. Si se dispersa en el aire y penetra en el sistema respiratorio, puede producir infecciones en el hombre. La infección por Legionella, o Legionelosis, se presenta en forma de neumonía, o enfermedad del legionario, que puede producir cuadros graves, o en forma de fiebre de Pontiac, que es una infección no neumónica, con síntomas parecidos a la gripe y de características leves. Con objeto de explicar el fundamento de las actuaciones propuestas en esta guía, se detallan las condiciones que se tienen que cumplir para que la bacteria infecte al ser humano: A. Penetración de la bacteria en el circuito de agua: Es necesario que los microorganismos tengan una vía de entrada al sistema. Esto suele producirse por aporte de aguas naturales contaminadas por la bacteria, aún en pequeñas cantidades. El agua fría de consumo humano suministrada a los usuarios debe tener una concentración mínima de cloro residual que garantice su inocuidad bacteriológica. Sin embargo, pese a ello, puede tener cantidades muy pequeñas de Legionella, sin que en esas condiciones, el agua pueda originar casos de legionelosis. Por otra parte, sobre las paredes interiores de los sistemas de agua suele formarse una biocapa que actúa como reserva importante de la Legionella, desde la que puede pasar al agua.

5 B. Multiplicación de la bacteria en el agua: Para que se pueda producir la infección en el hombre, es necesario que el microorganismo se multiplique en el agua hasta alcanzar una concentración elevada. La multiplicación de la bacteria es función de la temperatura del agua, de su contenido en otros microorganismos (amebas, algas, etc.), materia orgánica e inorgánica, que están relacionados con la suciedad y estancamiento de la misma. La temperatura del agua para que se produzca la proliferación de la bacteria debe estar en el rango de 20 C a 45 C, y es óptima alrededor de 37 C. A temperaturas muy bajas queda en letargo y vuelve a multiplicarse en condiciones de temperatura favorables. A temperaturas mayores que 70 C la bacteria muere de forma casi instantánea, pero si no se alcanza esta temperatura en el agua de todos los puntos del sistema, los microorganismos que hayan logrado sobrevivir pueden volver a multiplicarse. También se puede producir la multiplicación de la Legionella a partir de las bacterias presentes en la biocapa y en las incrustaciones, ya que éstas constituyen una barrera que impide que los Biocidas puedan alcanzar a los microorganismos presentes en ella. C. Dispersión del agua contaminada con las bacterias en el aire: El agua contaminada representa un riesgo solamente cuando se dispersa en la atmósfera en forma de aerosol (dispersión de pequeñas gotas de agua en el aire). El riesgo aumenta cuando se reduce el tamaño del componente aerosolizado, porque las gotas de tamaño inferior a 5 μm pueden penetrar en los pulmones y, además, permanecen en suspensión en el aire por un largo período de tiempo. El tamaño de las gotas va disminuyendo en el tiempo por evaporación, fenómeno que depende de las condiciones termohigrométricas del aire y de la velocidad del viento. D. Exposición de los individuos: El riesgo de que se produzca la enfermedad depende de la susceptibilidad de las personas expuestas y de la intensidad de la exposición, es decir, de la concentración de Legionella en el aerosol y de la duración de la exposición. Las personas más susceptibles son personas de edad avanzada, fumadores, las que tienen problemas inmunitarios y otras enfermedades crónicas, etc. En resumen, la magnitud del riesgo de contraer la enfermedad a partir de una instalación va a depender de una combinación de factores, entre los que se pueden citar: 1- Presencia, tipo y concentración de Legionella en la instalación. 2- Formación de aerosoles y localización de la fuente productora del aerosol con relación a la presencia de personas. 3- Duración de la exposición. 4- Cantidad de personas expuestas al aerosol y susceptibilidad de las mismas (edad y estado de salud). 5- Condiciones de la instalación: temperatura del agua, grado de limpieza, mantenimiento, antigüedad, existencia de Biocapa, etc. 6- Existencia de vientos dominantes que dirijan el aerosol a zonas transitadas, ventanas y tomas de aire.

6 Cáncer y Helicobacter Pylori El cáncer gástrico y el linfoma de MALT (linfoma de la mucosa asociada al tejido linfoide) han sido relacionados con Helicobacter Pylori, por lo que esta bacteria ha sido clasificada dentro del grupo I de carcinógenos por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer. Mientras que la asociación de estas enfermedades con Helicobacter Pylori está apoyada por sospechas razonables, no está totalmente claro que haya una relación causal involucrada. Limpieza de Conductos de Ventilación Cuando la protección del ambiente y de la calidad del aire en ambientes cerrados constituye un claro objetivo, el correcto mantenimiento preventivo que asegure una excelente limpieza y saneamiento de los sistemas de ventilación y climatización, se torna imprescindible. Por su propia estructura, los conductos de ventilación y climatización constituyen uno de los componentes del sistema de más difícil acceso a la hora de implementar un correcto mantenimiento de las instalaciones. Sus superficies internas, expuestas al aire procedente de los equipos, originan acumulaciones de polvo que, dependiendo de su importancia pueden influir muy negativamente en la eficiencia energética global de los sistemas. Asimismo actúan como reservorio y amplificador de microorganismos. Para evitar que los conductos y los sistemas anexos acumulen estos materiales y por lo tanto contribuyan a la polución del aire interior, deben realizarse limpiezas periódicas de sus superficies internas. He aquí la importancia de prevenir enfermedades manteniendo el sistema de aire en óptimas condiciones de higiene.