CONSEJO CONSULTIVO FUNDACION PAZ CIUDADANA TRIBUNALES DE TRATAMIENTO DE DROGAS

Transcripción

1 CONSEJO CONSULTIVO FUNDACION PAZ CIUDADANA TRIBUNALES DE TRATAMIENTO DE DROGAS Durante el año 2007, en base a una iniciativa desplegada por Fundación Paz Ciudadana en conjunto con la Fiscalía Centro Norte, se implementó en los juzgados de garantía de las jurisdicciones correspondientes a dicha Fiscalía, tribunales de tratamientos de drogas (TTD). El programa, tomado como modelo de los TTD que comenzaron a funcionar en USA y Canadá hace más 30 años, se inspiró en los mismos principios que aquellos, y nacieron como respuesta a una necesidad concreta: desarrollar modalidades distintas a las tradicionales para enfrentar el tema de la delincuencia, sobre la base de los devastadores resultados, que en términos de rehabilitación, reinserción social y prevención de la reincidencia representan las penas privativas de libertad. Es sabido por todos nosotros, principalmente por quienes trabajamos como operadores de la justicia penal, que las cárceles al día de hoy en el país constituyen una escuela de delito más que una oportunidad de reinserción para el imputado, y que las penas intra muros se orientan a castigar al delincuente, teniendo un fin casi puramente retributivo, sin que logren objetivos desde el punto de vista de su prevención especial. La experiencia ha demostrado que la rehabilitación como respuesta penal, ha contribuido a reducir sustancialmente la reincidencia en el delito y a solucionar problemas de tipo psicosocial. De esa manera, el programa de TTD se ha visto como una medida de mejor calidad, desde la óptica de la reinserción del sujeto, como desde el control penal, ya que se asegura un estricto seguimiento y control

2 en torno al cumplimiento de las condiciones legales impuestas al imputado; a diferencia de otras condiciones que resultan ineficaces y no son controladas periódicamente. En esa lógica y sentada la idea que en un número relevante de causas penales se ha determinado que la base de la criminalidad está asociada a las drogas, sea que el imputado comete el delito bajo el efecto de la sustancia estupefaciente o que comete el delito para proveerse de ingresos económicos que le permitan adquirir dicha sustancia; se han desarrollado durante estos años los TTD, que se han extendido progresivamente con el tiempo a más sectores. El destinatario del programa es el sujeto imputado de un delito, que presenta adicción o consumo problemático de drogas, cuestión que es detectada en forma muy inicial por la dupla psicosocial del Ministerio Público que rescata estos casos, en que se elabora un perfil psicosocial del imputado para evaluar su ingreso al programa; imputado que debe ser primerizo, arriesgar una pena que no exceda de 3 años de privación de libertad, y no tener vigente una suspensión condicional del procedimiento (SCP); toda vez que la herramienta normativa que se utiliza en el TTD es precisamente la suspensión condicional del procedimiento, que supone esos requisitos legales. En concreto, al sujeto que ingresa al programa de TTD, se le suspende el procedimiento penal por un período de tiempo que en general es de un año (legalmente puede ir de 1 a 3 años), y durante ese tiempo queda obligado a cumplir a lo menos dos condiciones: obligación de someterse a tratamiento psicológico para rehabilitarse de la droga, en la modalidad que el centro de tratamiento proponga (ambulatorio, simple, intensivo, etc.); y asistir a las audiencias de seguimiento que mensualmente fija el tribunal. La salida alternativa

3 de SCP es voluntaria, sin embargo, una vez que el imputado la acepta, queda sujeto a cumplir con las condiciones adquiridas; en caso contrario, se revoca la SCP y la causa criminal continúa de acuerdo a las reglas generales. En las audiencias de seguimiento de cada caso, que se hacen mensualmente, los imputados cuentan cómo se sienten, cómo les ha ido con el tratamiento y refieren distintos aspectos de sus vidas, en el ámbito, familiar, laboral y personal. En forma previa a dichas audiencias, se efectúa una reunión, en que participamos juez, fiscal, defensor del caso y los profesionales de la dupla del Ministerio Público (MP) a cargo de la coordinación de los casos y en dicha reunión se revisa la situación de cada imputado, sobre la base del informe que elabora el centro de tratamiento, en que se indica la evolución que ha presentado cada uno de ellos en relación al proceso de rehabilitación. En base al contenido de dicho informe y tomando en cuenta las observaciones que plantean los propios imputados, el tribunal dirige la audiencia, haciendo una supervisión judicial del caso, en que además intervienen el Fiscal y el Defensor. Por qué los TTD son innovadores? Porque levantan como propuesta una nueva forma de administrar justicia, sentada en un modelo de justicia terapéutica, en que alejados de la lógica adversarial clásica, todos quienes intervenimos en el caso trabajamos hacia un mismo objetivo: la rehabilitación del imputado. Juez, fiscal y abogado defensor dejamos de lado los roles tradicionales que nos corresponden en el proceso penal (de contradictores y tercero imparcial que resuelve las alegaciones contrarias de fiscal y defensor) y nos reorientamos hacia la consecución de un fin común, cual es la reinserción del imputado, mediante la modalidad del tratamiento de rehabilitación de drogas en el contexto normativo ya señalado. Juez, fiscal y defensor tenemos un único discurso.

4 Y para qué? Para que se cumpla el objetivo rehabilitador en función de la necesidad de reinsertar a la persona en la sociedad. Presenciamos como operadores del programa las distintas etapas que va pasando el imputado, quien en principio, la mayor cantidad de las veces llega angustiado, vulnerable, sin proyectos, sin trabajo, con las relaciones familiares deterioradas, atemorizado por el contexto penal, algo presionado a aceptar la SCP por temor a la sanción. Y con el paso del tiempo, durante el desarrollo de las audiencias de seguimiento, vemos que el imputado en la medida que se puede adherir exitosamente al tratamiento, se va sintiendo mejor, recupera la confianza en sí mismo, mejora sus relaciones familiares, encuentra trabajo, se siente capaz de salir adelante, se forja proyectos; desarrolla la capacidad para plantearse una vida de tanta mejor calidad que la que le ofrecía el camino del delito, que tenía como origen la drogodependencia. El imputado, que en el clásico proceso penal es el destinatario, aquel contra se dirige la investigación, el procedimiento y en definitiva la sanción penal, en el TTD pasa a ser sujeto de cambio, protagonista de su propio proceso de recuperación y reinserción; y el sistema penal integrado por todos nosotros, se coloca al servicio de dicho objetivo, proporcionando el encuadre procesal para que aquello se desarrolle, y además el apoyo y la supervisión que requiere el proceso. El Juez En las audiencias de TTD el Juez primeramente tiene por función verificar la voluntad del imputado de consentir en la SCP con la condición de someterse a un tratamiento para superar la adicción a la droga; el Juez de Garantía debe velar porque la manifestación de voluntad del imputado sea libre y voluntaria; dándole a conocer cuáles son sus derechos. La voluntad del imputado resulta esencial para

5 la validez del acuerdo, y también resulta indispensable para la aceptación y sometimiento al tratamiento, el que sin su disposición, no tendrá posibilidad alguna de ser exitoso. El punto anterior es clave; el juez de garantía actúa con imparcialidad: no aconseja ni insta al imputado para que se acoja al tratamiento, sólo le explica las condiciones del TTD y cuáles son sus derechos; la decisión de aceptar o no aceptar debe ser personal del propio imputado. Durante el proceso, el juez verifica que el imputado persista en su voluntad de continuar asistiendo al tratamiento. En las audiencias de seguimiento se constituye y opera como figura de autoridad, en tanto controla el cumplimiento de los compromisos adquiridos por el imputado, sea reforzando su motivación y adscripción al tratamiento de rehabilitación cuando éste ha sido responsable en la asistencia a las sesiones al centro de tratamiento y se ha ceñido a las instrucciones de los profesionales del mismo; sea advirtiendo las consecuencias que derivan del incumplimiento, en caso contrario. A veces, la mayor de las veces, el juez felicita al imputado y le muestra los logros alcanzados, a fin de incentivarlo y reforzar su motivación con el programa; otras, cuando hay retrocesos, en cambio, lo reprende, le llama la atención y le advierte sobre la obligatoriedad de las condiciones decretadas y las consecuencias que derivan de su incumplimiento. A través de esta comunicación, se facilita la adherencia del imputado al tratamiento; la comunicación con el juez es más fluida y cercana, se usa un lenguaje simple, sin tecnicismos legales que tiene por objeto generar un contacto con la persona para profundizar el compromiso con su proceso de reinserción. El juez en este modelo de tribunal amplía su campo de acción normalmente, acotado a resolver un conflicto producido por la infracción de una ley penal,

6 mediante la dictación de una sentencia promoviendo la rehabilitación del sujeto; y esto se logra no solamente derivando al imputado a tratamiento psicológico, sino que también utilizando una serie de estrategias en la audiencia que faciliten su proceso de cambio; el juez en la audiencia debe escuchar al imputado, ser empático, enfocarse en la solución del conflicto y estar dispuesto a trabajar en equipo. Y los resultados han sido exitosos. La gran mayoría de los imputados de nuestros TTD han finalizado de manera exitosa sus procesos judiciales, y no han vuelto a involucrarse en conductas infractoras de ley; incluso varios de ellos, una vez que sus causas han sido sobreseídas definitivamente, han continuado de manera voluntaria, por decisión propia, asistiendo a los centros de tratamiento hasta obtener el alta terapéutica. El modelo se ha replicado para adolescentes; respecto de quienes se ha creado un TTD especial, con audiencias diferenciadas en relación a los adultos, considerando las particularidades que éstos presentan en la actividad delictiva. Ciertamente el proceso de reinserción en adolescentes es diferente; el énfasis, además de la abstinencia a la droga, también está puesto en otras necesidades: reforzar la pertenencia del joven al sistema escolar, trabajar con la familia, intervenir en las redes de sociabilización del joven a fin de que se aleje de factores de riesgo. También el modelo del TTD se ha replicado en otras temáticas; hace dos años, por ejemplo, se implementó como proyecto piloto en el 3 Juzgado de Garantía, un tribunal de violencia intrafamiliar que funciona de manera similar a los tribunales de droga para situaciones de imputados por delitos cometidos en el contexto de la violencia intrafamiliar, fenómeno que ha crecido de manera significativa los últimos

7 años y que ha demostrado, sobre la base de un tratamiento penal diferenciado, resultar exitoso en términos de prevenir la reincidencia en esta clase de delitos. Cuál es el desafío? Ampliar la cobertura de los TTD; tanto en lo que dice relación con su implementación en más ciudades, situación que ya está proyectada, como en lo que dice relación con sus límites normativos, en tanto se encuentra acotado en la actualidad a imputados que pueden optar a una SCP; pareciendo del todo favorable que pudiere aplicarse a imputados por delitos graves, a reincidentes y a condenados, al menos aquella parte de los sentenciados que cumplirá la condena mediante un beneficio alternativo a la pena corporal. Cuando un imputado se rehabilita de las drogas no sólo se beneficia su persona y su entorno más inmediato, sino que la sociedad toda; un alto porcentaje de estos infractores no volverán a la justicia penal, en la medida que habrán logrado reinsertarse socialmente y por lo tanto, de ser un problema se habrán convertido en un aporte para la sociedad. PAOLA ROBINOVICH MOSCOVICH JUEZ TERCER JUZGADO DE GARANTIA DE SANTIAGO OCTUBRE DE 2010.