Entrevista a Verena Maschat

Transcripción

1 Historias de la vida Elizabeth Carrascosa Entrevista a Verena Maschat Verena Maschat es una de esas personas que deja huella en la vida de todo educador musical que haya tenido el privilegio de trabajar con ella, sea como estudiante en el Orff- Institut de Salzburgo o en alguno de los numerosos cursos de formación del profesorado que ha impartido. Acude puntual a nuestra cita, como no podía ser de otra manera. Paseamos por las calles del centro de Madrid, en una fría mañana de marzo y nos detenemos para conversar en uno de los cafés con encanto de la ciudad que ha sido su segunda casa desde 1991 y desde donde ha trabajado incansablemente para difundir el legado pedagógico de Carl Orff y Gunild Keetman por todo el mundo. Metódica y organizada, Verena Maschat tiene las ideas muy claras y quienes la conocen saben que es amante del trabajo bien hecho, sincera y humilde; una mujer admirable con una vida y una trayectoria profesional apasionantes dedicadas a la educación musical. Verena fue socia fundadora de la Asociación Orff España en 1996 y desde entonces es directora de los cursos de formación del profesorado de la asociación. Además, desde 2003 es profesora responsable del área de Danza Educativa/Creativa en la especialidad de Pedagogía de la Danza en el Conservatorio Superior de Danza de Madrid, María de Ávila. Palabras clave: educación musical; formación del profesorado; música y movimiento; Orff-Schulwerk. Interview with Verena Maschat Verena Maschat is one of those people who touches the life of every music educator who has the privilege of working with her, as a student at the Orff-Institut in Salzburg or on any of the numerous teacher-training courses she has taught. She arrives punctually at our appointment; how could it be otherwise? After walking through the streets of Madrid on a cold March morning, we stop to chat in one of the charming cafes in the city that has been her second home since 1991 and from where she has worked tirelessly to spread the pedagogical legacy of Carl Orff and Gunild Keetman worldwide. Methodical and organised, Verena Maschat has very clear ideas, and everyone who has had the honour of meeting her appreciates her sincerity and humility. Verena is an admirable woman with an exciting life and career dedicated to music and dance education. A founding member of the Orff-Schulwerk Association in Spain in 1996, she has run the teacher-training courses at the association since then. She has also been in charge of the area of Educational/Creative Dance in the Department of Dance Pedagogy at the María de Ávila Dance Conservatory in Madrid since Keywords: music education, teacher training, music and movement, Orff-Schulwerk. Eufonía Didáctica de la Música núm. 64 pp. 1-8 julio

2 Verena, muchas gracias por aceptar esta entrevista. Me gustaría que nos hablaras un poco de tus inicios en la música, de tu ambiente musical familiar y de lo que te llevó a dedicarte a la educación musical. Empecé las clases de iniciación musical con Orff-Schulwerk a los tres años. Mi hermano, dos años mayor que yo, había comenzado con cinco años y, como para más pequeños no había clases, yo tenía que quedarme sentada esperándole sin poder moverme, cantar ni tocar. Al profesor le dio pena, así que me invitó a probar y desde esa sesión participé siempre con «los mayores», encantada de la vida. Con cinco años recibí las primeras clases de violín. En realidad, quería tocar la viola, que me gustaba más por su sonoridad, pero no pude cambiarme hasta que mis manos fueron lo suficientemente grandes. Recuerdo con gran afecto las sesiones de Hausmusik ( música doméstica ) con mis padres y mi hermano, porque tenía la oportunidad de participar aunque todavía no tocase nada bien, e incluso algunas veces desafinase bastante. Mi hermano y yo cantábamos con mi madre a dos y tres voces (eso se me daba mucho mejor). La motivación era enorme y esas sesiones me ayudaron a desarrollar el placer de hacer música en grupo, ya fuera instrumental o vocal, una afición que me acompañaría el resto de la vida. Fuimos privilegiados de crecer en un entorno familiar donde las artes tenían un lugar tan importante. Mi padre estuvo ligado al mundo de la música toda su vida, desempeñando funciones de dirección en diferentes instituciones musicales de Múnich. Mi madre era escritora, tocaba el violín y pintaba en sus ratos libres. Solían venir de visita a casa cantantes de diferentes partes del mundo y siempre les pedía que me cantasen una canción de su país y escribieran las letras en un cuaderno. Yo aprendía las melodías en seguida Aún me acuerdo de ellas; todavía conservo ese pequeño cuaderno que fue mi tesoro durante toda mi infancia. Con el tiempo, las clases de música y movimiento me llevaron como camino natural a la danza. Comencé a los cinco años con una enseñanza avanzada para la época que no estaba dirigida a futuros bailarines pero que nos proporcionaba una base técnica, rítmica-musical y expresiva para disfrutar de movernos y bailar, improvisar y crear. Durante varios años mi hermano y yo formamos parte de un grupo de niños en el Conservatorio de Múnich. Recibíamos clases de Gunild Keetman, estrecha colaboradora de Carl Orff y coautora de Música para niños. Con este grupo se grababan discos y programas de televisión sobre Schulwerk para la radio y televisión de Baviera. Estudié secundaria en un centro integrado de música y artes plásticas. En bachillerato opté por música; orquesta, coro, música de cámara todo me gustaba. 2

3 En educación física enseñaba danzas del mundo a mis compañeras de clase e inventábamos coreografías. Sabía que no quería ser ni músico ni bailarina, pero me fascinaba la interrelación entre ambas formas de expresión. Como mi padre conocía a Carl Orff a través de su trabajo y sabía de los cursos que se ofrecían en el Orff-Institut de Salzburgo, esos estudios parecían un camino ideal para mí. Después de estudiar viola y canto en el Conservatorio de Múnich te especializaste en Música y Danza en la Educación en el Orff-Institut de la Universidad Mozarteum de Salzburgo del que fuiste ayudante de cátedra de 1973 a Cómo fueron aquellos años en el Orff-Institut? Terminé el bachillerato con dieciocho años, pero, como entonces la edad mínima para entrar en el Mozarteum eran diecinueve, estudié un año en el Conservatorio de Múnich, lo que me venía muy bien como preparación. Aunque mi profesor de viola decía que podría terminar el diploma y encontrar un empleo como violista, yo sabía que no quería tocar toda mi vida en una orquesta. Durante muchos años disfruté tocando música de cámara y ocasionalmente en orquestas, pero ya como amateur. Cuando empecé mis estudios en Salzburgo aún no existía la especialización en un área específica de trabajo. Cada estudiante se especializaba a través de la elección de optativas que le resultaban de especial interés. Como a mí me interesaba igualmente la música y la danza, cursé casi todas las optativas que se ofrecían. Terminados estos estudios me matriculé en la universidad porque quería aprender más sobre psicología y pedagogía. En aquella época la Fundación Karajan tenía proyectos muy innovadores sobre psicología de la música y aproveché para ampliar mis conocimientos. Apenas había empezado como asistente del profesor Hermann Regner, catedrático de Didáctica y metodología de la educación musical elemental, cuando me ofrecieron la posibilidad de realizar un proyecto en Malta: la fundación y dirección de una escuela de música. Este proyecto estaba financiado por el gobierno de Austria como ayuda al desarrollo cultural. Aprendí muchísimo en los tres años que duró la puesta en marcha de la escuela, tanto en el ámbito artístico-pedagógico como en la organización y gestión. De vuelta al Orff-Institut continué con mi trabajo, que se repartía entre docencia, investigación y organización. Aparte de los seminarios de Didáctica musical, daba clases de diferentes asignaturas como Acompañamiento musical para el movimiento, Danzas tradicionales (históricas, etnológicas y sociales) y Prácticas docentes. Estos grupos de 3

4 prácticas eran de iniciación musical (de 4 a 6 años) y educación musical básica (de 6 a 8 años). Además, empecé nuevos proyectos como danza educativa/creativa (a partir de 7 años), un grupo de adultos (padres que llevaban a sus hijos a las prácticas y que reclamaban un trabajo similar para ellos), un grupo en un centro de mayores y el trabajo de movimiento y danza con personas con deficiencia visual. Verena, has tenido una sólida formación musical y la oportunidad de compartir experiencias con grandes pedagogos musicales Quiénes consideras que han influido más en tu formación como educadora musical? De una forma u otra, todos los maestros que tenemos a lo largo de nuestras vidas influyen en nuestro desarrollo. Como es lógico, todos mis profesores en el Orff-Institut, así como los de posteriores cursos de formación, me han hecho reflexionar y crecer, como persona y pedagoga. De niña, recibí un legado musical pero sobre todo humano de Gunild Keetman, del que no tomé conciencia hasta mucho después, cuando yo misma empecé a compartir mi pasión y mis conocimientos con mis propios alumnos. Quiero destacar a dos grandes maestros: Hermann Regner y Barbara Haselbach. Tuve la inmensa suerte de poder aprender con ellos y me marcaron de un modo especial en todo mi camino. Mi agradecimiento sincero a los dos. En España has realizado una gran labor como embajadora del Orff- Schulwerk. Además de tu trabajo como responsable del área de Danza educativa en la especialidad de Pedagogía de la danza en el Conservatorio Superior de Danza de Madrid María de Ávila, te has dedicado intensamente a la formación del profesorado, tanto en cursos de verano como en seminarios y cursos en España organizados por centros de profesores, conservatorios y universidades o a través de la Asociación Orff España. Qué aspectos consideras importantes en la formación del educador musical? Como sabes, la formación del profesorado, tanto inicial como permanente, es uno de los pilares fundamentales de la calidad de la enseñanza. Con las reformas educativas de los años noventa, en las que Elisa Roche tuvo un papel decisivo, se ampliaban los bloques de contenidos tanto en primaria como en secundaria, y el movimiento creativo y la danza entraron en las asignaturas de música y de educación física. La formación del profesorado, aparte de una sólida base teórica (música, pedagogía, psicología y metodología), debería proporcionar las técnicas y destrezas necesarias para ser un buen modelo para los 4

5 alumnos (expresión vocal, instrumental y corporal); técnicas didácticas que garanticen un proceso de enseñanza-aprendizaje efectivo; observación y prácticas en diferentes ámbitos educativos y sociales; sensibilización artística y estética. De todos modos, la formación sería incompleta sin el aspecto humano, piedra fundamental de nuestro trabajo. Verena, en 2006 recibiste un merecido premio Pro Merito de la Fundación Orff (Diessen, Alemania) en reconocimiento a tu trayectoria profesional. Háblanos de tu labor de difusión de la música y el movimiento en la educación, del abordaje Orff-Schulwerk en América Latina. Hermann Regner, entonces director de la Fundación Orff, organismo que financia estos proyectos, me encargó el primer proyecto de difusión de Orff-Schulwerk en Brasil en De allí surgieron los demás: Argentina (donde el Schulwerk está presente desde los años sesenta, a través de la labor de Guillermo Graetzer, autor de la adaptación para Latinoamérica, y su aplicación didáctica en el Collegium Musicum de Buenos Aires), Colombia y Venezuela. El concepto general de esta difusión consiste en ofrecer dos cursos de iniciación y sentar las bases para que se forme un grupo de trabajo en educación musical coordinado por un equipo de profesores en cada país, con mi asesoramiento y ayuda. En la segunda fase se organiza un curso de ampliación para profesores que ya hayan participado en la iniciación y otro de iniciación para nuevos profesores. El próximo curso lo da otro profesor de nuestro equipo para que los participantes conozcan diferentes temas y formas de trabajar. Contamos con excelentes profesores, como Sofía López-Ibor, Wolfgang Hartmann, James Harding o Barbara Haselbach. El siguiente paso es ayudar a jóvenes profesores interesados en ampliar sus estudios en el extranjero, o bien en el posgrado Advanced Studies in Music and Dance Education Orff Schulwerk en el Orff- Institut, o en cursos internacionales de verano en Salzburgo, San Francisco o Madrid. Si hay un núcleo de personas formadas y un creciente interés por parte de instituciones y profesionales, se puede iniciar el proceso de crear una Asociación Orff como ha sido el caso de Brasil, Argentina y Colombia. Para los profesores que estamos colaborando en estos proyectos es una gran satisfacción ver cómo los equipos en los cuatro países (Brasil, Argentina, Colombia y Venezuela), compañeros con una enorme dedicación, están volcados en la consolidación de lo que ya son sus proyectos para que la educación a través de la música y la danza 5

6 tenga cada vez más presencia en los currículos y más aceptación en la sociedad en América Latina. Una parte de tu trabajo está basado en investigaciones, tanto a través de viajes etnográficos como de estudios de fuentes originales de danzas históricas. Cuéntanos cómo realizas estas investigaciones. Tienes alguna anécdota o recuerdo especial que te gustaría destacar? Desde la adolescencia me han encantado las músicas y danzas de otros países y épocas. Me ha ayudado mucho saber idiomas, tanto para comunicarme con las personas en los pueblos donde podía participar en sus danzas o aprender en una asociación cultural, como para la lectura de libros de los maestros de danza del siglo xv al xix. Ahora, con Internet, es todo más fácil. Se encuentra información, artículos, músicas, partituras, vídeos, etc. sin tener que desplazarse a una región remota o viajar a una biblioteca especializada. Pero cuando yo empecé había muy poca información sobre el folklore de las diferentes regiones y países que me interesaban y pocos libros editados sobre las danzas históricas. Mucho antes de la inclusión de aspectos multiculturales en la educación viajé a varios países, intentando entender las diferentes relaciones entre la danza y la música, preguntando sobre las costumbres, las fiestas, los instrumentos, la indumentaria Había tanto que aprender y siempre en poco tiempo. Y después de mi aprendizaje de danzas históricas en el Orff- Institut, que me encantaron, seguí leyendo con la idea de reconstruir algunas danzas menos complejas para enseñarlas a mis alumnos. Lo más destacable era quizá la ausencia total de una didáctica de las danzas tradicionales. Alguien se ofrecía a enseñarte una danza de su pueblo y te la repetía las veces que quisieras, pero no tenía herramientas para facilitarte el aprendizaje (algo especialmente duro con danzas de regiones de los Balcanes, por su tempo y sus características musicales). Por eso decidí que mis alumnos no tendrían que sufrir tanto y pensé en los pasos didácticos necesarios para un aprendizaje placentero y motivador, siempre en relación con el ritmo y la melodía. Verena, tienes una amplia experiencia como educadora musical en diferentes países del mundo, cuáles son tus mejores momentos o recuerdos? Siempre la respuesta de los alumnos, tanto niños como adultos. No hay mejor recompensa que haber abierto puertas para el conocimiento y disfrute de las artes, para que cada persona pueda sentirse libre y segura 6

7 para compartir, sentir, explorar, crear, expresarse, emocionarse Si he hecho bien mi trabajo, habré conseguido crear lazos emocionales con las artes, que formen parte de las personas para poder disfrutarlas durante toda la vida. Desde tu punto de vista, cuáles dirías que han sido y siguen siendo las aportaciones del abordaje Orff-Schulwerk a la educación musical? Cómo se ha ido adaptando el Orff-Schulwerk a las necesidades de la sociedad del siglo xxi? Carl Orff y Gunild Keetman sentaron unas bases que ahora seguimos desarrollando los que hemos podido aprender y aprehender sus ideas pedagógicas. Es un proceso de adaptación, no solo a la realidad cambiante de cada época, sino también a las diferentes culturas donde se han implantado estas ideas. Y eso de «seguir vivo: transformarse, andar con el tiempo y por el tiempo» ya nos lo exigía el propio Orff. Si miramos el currículo de primaria y secundaria y los planes de estudios de las escuelas de música y danza en España, se ve claramente que muchos de los objetivos y contenidos introducidos con la reforma en los noventa son idénticos a los de la educación elemental a través de la música y la danza, aunque el nombre Orff no se mencione expresamente. Lo mismo pasa en muchos otros países, porque es un enfoque holístico del aprendizaje que aborda la educación musical desde la práctica instrumental, vocal y corporal, la improvisación y la creación individual y colectiva, a la vez que fomenta la comprensión y reflexión así como un desarrollo de cada persona dentro de un grupo. El éxito de la adaptación necesaria en cada caso no solo a los cambios cada vez más rápidos de la sociedad, también al abanico cada vez más amplio de los grupos de destinatarios de nuestro trabajo depende únicamente de la habilidad y sensibilidad del profesor, de su voluntad de renovarse, innovar y no parar de aprender. Verena, finalmente, desde tu amplio conocimiento y dilatada experiencia, hacia dónde crees que debería ir la educación musical?, cuáles deberían ser sus principales objetivos?, cuál crees que debe ser la actitud de los jóvenes educadores musicales desde la perspectiva actual? No parece tarea fácil darles motivación a los jóvenes que quieren dedicarse a ello, teniendo en cuenta que la tendencia es dejar bajo mínimos asignaturas «no productivas» como la música. Pero no podemos desanimarnos, renunciar a la música como elemento esencial de la educa- 7

8 ción estética, imprescindible para el desarrollo de la personalidad, para comprender el tiempo que nos ha tocado vivir y poder participar en la transformación de nuestro entorno. Es incomprensible que los legisladores desconozcan las investigaciones de la neurociencia (o hagan caso omiso de ellas) sobre los beneficios de la práctica musical, sobre todo en los primeros años de vida. Numerosos estudios científicos avalan los resultados educativos en los países que dan a la música un valor cultural y cuyos profesores están preparados para impartir las clases de modo que eso pueda suceder. A los jóvenes les diría que esta idea pedagógica es fascinante porque parte del ser humano, sus capacidades y necesidades; porque es artístico y creativo: el ser humano es potencialmente creador; porque es activo, participa la persona en su totalidad: cuerpo, mente y espíritu; porque es expresivo: la expresión está en primer plano, luego se trabajan las técnicas y teorías para que sea más rica y gratificante; porque es social: todo se hace en contacto y colaboración con otros; porque es flexible: parte de la realidad de cada persona, es apta para cualquier edad, ámbito educativo, social y cultural. Les diría que les tiene que apasionar lo que hacen para poder transmitir esta pasión a sus alumnos. Y para que su trabajo sea un éxito, tienen que seguir formándose en música y en movimiento/danza así como en metodología y didáctica. Pero igual de importante es el interés en el ser humano, la sensibilidad y la empatía para comprender las necesidades de cada persona, el carácter equilibrado para comunicarse con los alumnos con seguridad y cariño. Que el maestro como modelo, sus cualidades humanas como la humildad y la generosidad, son más importantes para el desarrollo del alumno que los conocimientos que le transmite. Que sean auténticos y sinceros, porque entonces sus alumnos también lo serán. Nuestra tarea consiste en ofrecer una educación estética en un período de cambio cuando se están perdiendo cada vez más los valores humanos, una sensibilización para un desarrollo artístico y humano. A los jóvenes les diría que somos profesores porque creemos en el futuro y apostamos por el potencial que tienen nuestros alumnos. La enseñanza es una profesión de servicio. A su vez, la enseñanza artística es un arte vivo y lleno de un aprendizaje mutuo, placentero y duradero. Como has visto, estoy haciendo un llamamiento a favor de la dimensión personal de nuestra profesión, tan delicada, laboriosa y gratificante; y de una forma de pensar, sentir y actuar que nos permite a cada uno en su ámbito más o menos pequeño ayudar a algunas personas a vivir la música y apreciar las manifestaciones artísticas, poniendo 8

9 a su alcance una fuente cultural que les pueda acompañar toda su vida. Amateur viene de amar. Verena, ha sido un placer conversar contigo y poder conocer un poco más de ti y de tu trayectoria profesional; realmente todo un ejemplo que seguir. Gracias por tu dedicación a la música y el movimiento en la educación, y por haber abierto caminos a los profesionales que nos dedicamos a esta apasionante labor que es la educación musical. 9