RESUMEN: EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN DE LA FORMACIÓN. REQUISITOS DE LOS INSTRUCTORES.

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1 RESUMEN: EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN DE LA FORMACIÓN. REQUISITOS DE LOS INSTRUCTORES. Los incendios forestales en la última década están poniendo a prueba a los distintos dispositivos de respuesta que tenemos en España. No hay mas que ver la estadística de incendios, que muestra que cada año un 0,2% de los incendios forestales recorren mas del 90% de la superficie quemada. El concepto de generación de incendios establecido en Cataluña, nos muestra como en el futuro nos encontraremos con incendios cada vez mas virulentos, con mayor afección a áreas de interfaz urbano forestal, y la sociedad nos demandará más eficiencia en el desarrollo de nuestra respuesta. Esta nueva situación no puede hacerse frente siguiendo las mismas políticas llevadas a cabo hasta ahora, como ha sido la inversión en modernos y numerosos recursos tanto aéreos como terrestres. La situación a la que nos afrontamos debe implicar un cambio en el modelo formativo establecido hasta ahora, que permita un mejor conocimiento en el desarrollo de estrategias y tácticas adaptadas a los incendios a los que nos enfrentamos todos los veranos y a un uso mas eficiente de los recursos disponibles que posibilite la integración eficiente de medios de distintas administraciones. La formación es la base para que se produzca el cambio necesario en los dispositivos en la dirección que nos permita afrontar con seguridad y eficacia la gestión de las emergencias provocadas por los incendios forestales. Es por ello que desde la Fundación de Ecología del Fuego y Gestión de Incendios Pau Costa creemos en una formación basada en la cualificación y certificación según el puesto a desempeñar en el organigrama de la gestión de un incendio forestal. Sistema de Cualificación y Certificación de los profesionales de la gestión de los incendios forestales. Entendemos por cualificación el conjunto de competencias profesionales que las personas pueden obtener mediante la formación (sea esta modular o de otro tipo) y a través de la experiencia profesional. Estas competencias son las que permiten que el trabajador obtenga las respuestas, en términos de resultados, que requiere el puesto de trabajo para el que se quiere cualificar. La formación, por tanto, debe comprender una serie de conocimientos teóricos y habilidades según el puesto de trabajo que se va a desarrollar. Es fácil entender que dicha formación será distinta en función del puesto de trabajo, por lo que lo primero que se debe realizar es definir la relación de puestos de trabajo que existe en el organigrama de gestión de un incendio forestal, recomendando para ello emplear el sistema de gestión de emergencias conocido como Sistema de Mando de Incidentes o Incident Command System (ICS) como se le denomina en Estados Unidos. Esta relación de puestos de trabajo debe definir en cada uno de ellos los perfiles

2 profesionales de las personas que pueden ocupar ese puesto, así como las funciones a desempeñar en cada uno de ellos. Estas funciones permitirán definir los conocimientos teóricos y las competencias o habilidades en las que se deberá formar a la persona para ocupar dicho puesto. En la actualidad hay mucho trabajo hecho en esta dirección, como se puede observar en las Cualificaciones Profesionales definidas por el Instituto de Cualificaciones (INCUAL) dependiente del Ministerio de Educación o en los proyectos europeos EUROFIRE o Fire Paradox, en el que se definieron las competencias para los puestos de trabajo de especialistas de la escala básica y la de los profesionales implicados en la ejecución de maniobras con fuego técnico. Es necesario seguir trabajando en esta dirección y hacer uso del trabajo que ya esta desarrollado. Qué entendemos por competencia profesional? La competencia profesional, según el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Educación, es el conjunto de conocimientos y capacidades que permiten el ejercicio de la actividad profesional conforme a las exigencias de la producción y el empleo. El agregado mínimo de competencias profesionales, susceptible de reconocimiento y acreditación parcial, es la unidad de competencia. Un ejemplo de una competencia profesional y las unidades de competencia asociadas a dicha competencia profesional, recogidas en la cualificación de Nivel 3 Coordinación de operaciones en incendios forestales y apoyo a emergencias en el medio rural establecida por el INCUAL es: - Competencia General: Planificar y coordinar las operaciones de vigilancia, detección, extinción y prevención de incendios forestales, organizando los medios humanos y técnicos de la unidad de intervención asignada, así como colaborar con los grupos operativos de protección civil en las labores de apoyo a emergencias en el medio rural. - Unidades de Competencia: Organizar los medios humanos y técnicos en la lucha contra incendios forestales y apoyo a emergencias en el medio rural. Planificar y coordinar las operaciones de vigilancia, detección, extinción y prevención de incendios forestales. Coordinar las operaciones de intervención en labores de apoyo a los grupos operativos de protección civil en emergencias en el medio rural.

3 Asistir como primer interviniente en caso de accidente o situación de emergencia. Realizar las funciones de nivel básico para la prevención de riesgos laborales en el ámbito de la prevención y extinción de incendios forestales. Para poder desempeñar las unidades de competencia es necesario disponer de los conocimientos teóricos necesarios que permitan desempeñarlas con el rigor que estas requieren. Se deben definir por tanto, cuales son estos conocimientos para cada uno de los puestos de trabajo. En qué consiste el procedimiento de evaluación? Como hemos visto, para cada uno de los puestos de trabajo que se definan, se debe disponer de unos conocimientos teóricos y unas competencias o habilidades, por tanto, estos son los dos puntos en común que se deberán evaluar en el sistema de formación al que se debe tender para mejorar los procesos de trabajo durante la gestión de un incendio forestal. Los conocimientos teóricos se deberán evaluar a través de una prueba teórica en la que el alumno demuestre la comprensión de dichos conocimientos. La obtención de estos conocimientos por parte del alumno puede realizarse a través de diversos escenarios pedagógicos que quedan a la libre elección de las empresas, institutos o academias de seguridad o administraciones, pero la base común debe ser la prueba teórica que demuestre que el alumno ha alcanzado con éxito los conocimientos teóricos preestablecidos para el puesto de trabajo que se quiere cualificar. La siguiente fase en el proceso formativo es la instrucción de las habilidades a desempeñar en dicho puesto de trabajo. Esta instrucción debe desarrollarse a través de prácticas en las que el que alumno pueda entrenarse en las competencias preestablecidas, creando para ello escenarios de prácticas similares a la realidad que el alumno enfrentará en su puesto de trabajo. El proceso de evaluación de las competencias consiste en la demostración del alumno de la buena ejecución de cada una de las unidades de competencias descritas en el puesto de trabajo. Se emplearán para ello los métodos de evaluación necesarios para valorar las unidades de competencia definidas y estas serán las mínimas unidades a evaluar. Los métodos de evaluación de las unidades de competencia pueden ser: o Pruebas profesionales de competencia. o Simulación de situaciones profesionales. o Observación en el puesto de trabajo. o Otras pruebas de diferente naturaleza según el criterio del evaluador. Acreditación de la formación.

4 No cabe duda que es necesario establecer un sistema de acreditación de la formación que establezca las bases comunes en cuanto a conocimientos y competencias por puestos de trabajo. Este sistema asegurará una integración eficiente de los recursos de las distintas administraciones que trabajen en un incendio, ya que todos los profesionales dispondrán de una formación homogénea y reconocida. Además, un sistema de acreditación no deja de ser un sistema de confianza que permitirá delegar funciones a los profesionales de distintas procedencias administrativas, ya que existe una entidad que asegura que dicho profesional posee la formación y cualificación necesaria para ocupar dicho puesto. La acreditación debe realizarse a través de un organismo dependiente del Estado Central que vele por la homogeneización de dicha formación. Como hemos visto anteriormente, los puntos a evaluar para optar a un puesto de trabajo son los conocimientos teóricos y las competencias asociadas a dicho puesto, por lo que este organismo debería velar simplemente porque los procedimientos evaluativos sean homogéneos en todo el territorio nacional, creando exámenes comunes para la evaluación de los conocimientos teóricos y fichas de evaluación de las competencias también comunes para todas las administraciones o empresas. Para ello, se hace necesario que todas las administraciones lleguen a un consenso para definir los puestos de trabajo que se deben ocupar durante la gestión de un incendio forestal y los conocimientos teóricos y competencias asociadas a cada uno de esos puestos de trabajo definidos. Este trabajo está en desarrollo dentro del CLIF a través de uno de los grupos de trabajo. Requisitos de los instructores. Los instructores serán las personas encargadas de impartir los cursos de capacitación que englobarán tanto la parte teórica como la parte práctica donde entrenar las competencias con el fin de habilitar a un trabajador en un puesto determinado. Los requisitos para ser instructor deben ser de la máxima exigencia, pues, en gran medida, el futuro de los nuevos profesionales estará en sus manos. Para ser acreditado como instructor, un trabajador debería cumplir los siguientes requisitos: Superar con éxito el curso de técnicas de formación y pedagogía que se diseñe al efecto. Tener un nivel de experiencia adecuado y reconocido en la materia o materias de las cuales van a ser instructores. Esta experiencia no debe basarse en número de campañas, sino en horas de trabajo desempeñando de manera correcta el puesto para el que va a instruir a los alumnos. Siguiendo unas pautas comunes dictadas por la organización dependiente del Estado Central encargada de la homologación y la acreditación, corresponderá a las distintas empresas o administraciones

5 designados para ello, la evaluación y acreditación de sus instructores, de tal manera que su acreditación sea válida para todo el territorio nacional. Juan Caamaño Azcárate Fundación Pau Costa