Pyrophorus Guitar Duo

Transcripción

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2 Pyrophorus Guitar Duo Alí Arango y Josué Fonseca guitarras clásicas Interpretación: Alí Arango Fryderyck Chopin ( ) / Arr. Alí Arango (1982) Waltz op. 64 núm. 2 Heitor Villa-Lobos ( ) Choro núm. 1 Andrés Segovia ( ) Estudio sin luz Agustín Barrios Mangoré ( ) La Catedral Paco de Lucía ( ) Guajiras de Lucía Interpretación: Pyrophorus Guitar Duo Leo Brouwer (1939) Beatlerianas Eleanor Rigby A Ticket to Ride Penny Lane Alí Arango Encontrando Claude Debussy ( ) / Arr. Alí Arango Arabesque núm. 1 Alí Arango De las Cosas Pyrophorus Egberto Gismonti (1947) / Arr. Alí Arango Frevo Frank Churchill ( ) / Arr. Alí Arango Someday my Prince will come Alí Arango es Primer Premio del XXXII Certamen Internacional de Guitarra Clásica Andrés Segovia

3 L SUSURROS DE GUITARRAS, ECOS INTIMISTAS Miriam Albusac Jorge a guitarra clásica se convertirá en esta noche de Festival en el vehículo tímbrico de un variado y versátil programa que dará inicio con el más puro romanticismo musical, pero que viajará adelante en el tiempo, imbuyéndose en la obra de grandes nombres del siglo XX y XXI, y conteniendo incluso composiciones de concepción propia que figuran en el catálogo del intérprete. El concierto se encuentra estructurado en dos secciones. En la primera de ellas el espectador podrá disfrutar con el singular talento del guitarrista y compositor cubano Alí Arango (1982), ganador del primer premio del XXXII Certamen Internacional de Guitarra Clásica Andrés Segovia (La Herradura, 2017). En el segundo bloque, la interpretación solista dejará paso al dúo de guitarras Pyrophorus, adhiriéndose al escenario Josué Fonseca (1988), intérprete y músico sin excepción, también de nacionalidad cubana. Ambos perfilan nuevos horizontes para la guitarra clásica, cargados de posibilidades renovadoras e insólitas contingencias para el instrumento, con recursos tanto de la música de academia como de las músicas populares. La velada da comienzo con un vals de Fryderyk Chopin ( ) compuesto para piano, pero con arreglo para guitarra del propio intérprete. Los tres valses que conforman este opus 64 se publicaron en Concretamente se interpretará el núm. 2, que se desarrolla en la tonalidad de do sostenido menor, con una sección contrastante habitualmente más lenta en cuanto al tempo en re bemol mayor, tras la que se retoma la tonalidad principal. Continúa el concierto con el célebre Choro núm. 1 de Heitor Villa-Lobos ( ) para guitarra a solo, que forma parte de una serie de trabajos denominados Choros tanto en su colectividad como de forma individual. En ellos puede observarse la hibridación entre la música de tradición «clásica» con la de corte más popular, donde destacan especialmente los patrones rítmicos. El primero de esta serie se compuso en 1920 y se encuentra cargado de anacrusas y de figuraciones que recuerdan y evocan los ritmos de danza brasileños, todo ello dentro de una estructura formal análoga a la de un rondó. Tras la genialidad de estas paradas musicales en Centroeuropa y Latinoamérica, aparece en escena la geografía española, de la mano del compositor andaluz Andrés Segovia ( ) y su Estudio sin luz, obra del maestro jiennense esencial para el repertorio guitarrístico. El título otorgado a ésta es descriptivo de las circunstancias personales asociadas a su creación: Segovia estaba convaleciente tras una operación en los ojos. La atmósfera

4 que se crea al inicio de la misma, en tonalidad de si menor, sitúa al oyente en este escenario vital. Incluso la composición está dedicada a su cirujano, José Rubio. Seguidamente, la dirección del concierto torna de nuevo hacia América del Sur, con La Catedral de Agustín Barrios Mangoré ( ), obra articulada en tres movimientos: un preludio, subtitulado Saudade, Andante religioso y Allegro solemne. Da término la primera parte de este concierto con unas guajiras de Paco de Lucía ( ). Este género flamenco, que puede encuadrarse dentro de los cantes de ida y vuelta, se influencia del punto cubano, gracias al que se establecen las bases tanto armónicas como melódicas de lo que hoy día es la guajira flamenca. La segunda sección, ya con dos guitarras en escena, se abre con la obra Beatlerianas, del polifacético músico cubano Leo Brouwer (1939). Ésta aglutina un conjunto de siete canciones de la mítica banda británica The Beatles. Concretamente, de ellas se interpretarán Eleanor Rigby, A Ticket to Ride y Penny Lane, pertenecientes a los álbumes Revolver, Help! y Magical Mystery Tour, respectivamente. Continuando con el ingenio cubano, el dúo interpretará la obra original de Arango, Encontrando, cuyo discurso crea una atmósfera envolvente en la que se hace uso de recursos como los armónicos. A continuación el famoso Arabesco núm. 1 en mi mayor de Claude Debussy ( ), concebido originalmente para piano pero también con adaptación para guitarras de Arango. Seguidamente dos obras más del intérprete. La primera, De las cosas, una pieza cargada de juegos imitativos en la que se concibe la guitarra desde nuevos ángulos, empleándola como elemento percutido e incluso haciendo uso de «objetos externos» para la producción del sonido. La segunda, una obra homónima de este dúo Pyrophorus, donde se combina esa nueva dimensión en la concepción de la guitarra a la que ya se ha aludido, junto con la fuerte presencia de componentes rítmicos e incluso intervención de otros elementos como silbidos. Concluye el concierto con dos arreglos del intérprete más: Frevo del brasileño Egberto Gismonti (1947) y Someday my Prince will come de Frank Churchill (1901-r1942), compositor de música de cine en el que pueden observarse influencias jazzísticas, y cuya melodía se empleó en la película Blancanieves. La delicadeza e intimidad de la guitarra, junto con la claridad y pureza sonora que estos jóvenes intérpretes consiguen arrebatar del instrumento, a buen seguro, convertirán la noche en un instante único. Todo ello, al abrigo de un espacio con recorrido histórico desde época renacentista, y auspiciado por los sonidos remotos del cercano Darro, ecos de excepción para este espectáculo de reinvención tímbrica.

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