LA EDAD DEL HIERRO II GENERALIDADES: LA EUROPA CÉLTICA

Transcripción

1 LA EDAD DEL HIERRO II GENERALIDADES: LA EUROPA CÉLTICA De la Edad del Hierro I a la Edad del Hierro II: elementos para una transición. La Civilización de La Tène: elementos sociales y culturales. El complejo cultural del mundo céltico. Los pueblos de la Europa Oriental. El legado cultural de la Edad del Hierro II: el surgimiento del Estado.

2 EL ORIGEN DE LA EDAD DEL HIERRO II ELEMENTOS PARA UNA TRANSICIÓN PLANTEAMIENTO Diversos elementos producen, a partir del siglo V a. C., la desintegración de las sociedades de la Edad del Hierro I (fundamentalmente hallstáticas) y, como consecuencia de ello, la generalización de nuevos tipos de sociedades en los que se perciben algunos rasgos novedosos y una serie de formas de vida totalmente nuevas que configuran lo que llamamos la Edad del Hierro II. Esta etapa se convierte en decisiva para el conocimiento de nuestra Historia pues muchas poblaciones están en la Edad del Hierro II cuando entran en la Historia a través del contacto con los grandes pueblos conquistadores del Mediterráneo, de modo especial Roma. Es, sin duda, la época Protohistórica por excelencia. FACTORES DEL CAMBIO El primer factor del cambio, y, a la vez, consecuencia directa del mismo es la desintegración del mundo hallstático. Dicha desintegración pudo venir motivada por diversos elementos, que son también factores de la transformación cultural que supone la Edad del Hierro II: 1. Agotamiento del flujo económico basado en el intercambio de bienes de prestigio. Parece que la especialización de algunas sociedades de la Edad del Hierro I en la redistribución de los productos que recibían de los pueblos colonizadores sufrió un duro revés en este momento. 2. Gran crecimiento demográfico (revelado en el número y en la cantidad de las necrópolis), que originaría, sin duda, una progresiva conflictividad social. Durante la Edad del Hierro I, los grandes centros de poder a excepción de Hallstat se habían concentrado en torno de pueblos que mantenían contactos con el Mediterráneo. Culturas como Tartesos o Vilanova eran exponentes de pueblos que, hundiendo sus raíces en el Bronce Final, se habían especializado en el contacto con fenicios, primero, y con griegos, después, sobre todo tras la fundación de Massalia en el siglo VI a. C. A partir del siglo V a. C., sin embargo, se va a percibir un tremendo cambio cultural por toda Europa Central y del Norte, fruto sin duda de la presión de grandes movimientos migratorios. Acentuación de la diversidad cultural. Quizás el elemento más característico de la Prehistoria Reciente desde el Neolítico, y, de modo especial desde la Edad del Bronce, ha sido el de la diversidad cultural. En este momento, se produce una auténtica compartimentación entre la Europa Central organizada en torno a la denominada Cultura de La Tène y la Europa Oriental en la que empiezan a aparecer pueblos de conocido futuro histórico como los Escitas, los Saces, los Tracios... con un elemento migratorio que se extiende por ambas zonas y que aporta un elemento de unidad al entorno: la cultura Céltica.

3 LA CIVILIZACIÓN DE LA TÈNE (I) FORMAS DE VIDA BASES ETNOGRÁFICAS El área de influencia de La Tène se extiende prácticamente por toda la Europa Central y Oriental, e incluso sus influencias sobre todo en lo que respecta a la cultura material llegan hasta áreas próximas al mundo Mediterráneo. La extensión de esta cultura que abarca la región del Marne como centro neurálgico y que después ocupa un área que limita al oeste con el Atlántico, al norte con las llanuras septentrionales de Alemania y sur de Polonia, al este con los Cárpatos y al sur con el Mediterráneo no necesariamente debe explicarse por movimientos migratorios, que sí debieron darse, sino seguramente por la difusión de una serie de rituales funerarios con un ajuar característico que será adoptado progresivamente por un territorio más amplio. BASES CRONOLÓGICAS La Tène se extiende cronológicamente desde el 500 a. C. hasta el 50 a. C., como manifestación de lo antes referido acerca de la pervivencia de las sociedades de la Edad del Hierro II y su contacto directo con los pueblos conquistadores. De hecho, a veces se ha dividido el periodo cultural de La Tène en una primera fase de organización ( a. C.) a una segunda fase de difusión ( a. C.) en la que muchas de estas comunidades entran en contacto con Roma. AGRICULTURA Y GANADERÍA La ganadería es un elemento clave en las culturas de La Tène, siendo los bóvidos, las ovejas y el cerdo las especies estabuladas y que más carne aportan. La agricultura avanza a buen ritmo y, además, los estudios polínicos demuestran que lo hace a costa de la deforestación, ganándose progresivamente nuevas tierras y desplazando la agricultura en especial cerealística hacia zonas más elevadas (sistema de terrazas). El nivel de productividad agrícola y ganadera es tan alto que parte de los excedentes incluso se comercializan (trigo desde Inglaterra al Mediterráneo; carne de cerdo y lácteos desde Europa Central) produciéndose, tal vez un cambio productivo. COMERCIO E INDUSTRIA El desarrollo de nuevas técnicas, la especialización y la producción orientada también al comercio generan una actividad comercial potente que también sigue mirando al mundo clásico. Sin embargo, los contactos con los pueblos colonizadores y conquistadores se hace sin grandes centros de redistribución. La aparición de la moneda hacia el III a. C. es una clara manifestación del papel del comercio. La especialización y la centralización de la producción generan una industria boyante en la alfarería (generalización del torno), la metalurgia (nuevos utensilios, relacionados con nuevas actividades), la artesanía (trabajo de la madera, especialmente, para elementos muebles e inmuebles )

4 LA CIVILIZACIÓN DE LA TÈNE (I) CULTURA ARQUEOLÓGICA ASENTAMIENTOS NECRÓPOLIS CULTURA MATERIAL Las nuevas formas de vida y, sobre todo, la gran especialización productiva, generan un nuevo tipo de asentamiento que las fuentes latinas denominarán oppida ( poblado fortificado ). Se trata de centros de población permanente, grandes y concentrados, próximos a vías comerciales o a materias primas, y dedicados a una producción artesana más allá de sus propias necesidades, defendidos por grandes muros y puertas, en ocasiones eran centro jerárquico de un nuevo modelo de organización territorial y, casi siempre, centros de intercambio. Las viviendas son de madera en forma muy variada, en ocasiones escalonadas en terrazas en las laderas de las colinas y el interior del poblado se organiza con empalizadas que distribuyen los espacios de especialización (establos, áreas de pasto, industriales ) El mundo funerario lateniense presenta una compleja evolución cronológica pero generalmente, es de inhumación con unos ajuares característicos propios del estilo artístico lateniense. 1. Existen enterramientos con ajuares siguiendo la tradición del Bronce Final: carruajes de dos ruedas y vasos cerámicos de procedencia griega y estrusca. 2. Además, hay otros grupos en los que abundan las armas: espadas de hierro cortas o puntas de lanza y jabalina así como los elementos de adorno (torques, brazaletes, anillos, cadenas, fíbulas, espejos, cuentas de collar ) 3. Durante prácticamente toda La Tène el ritual predominante es la inhumación, sin embargo la incineración que tuvo su importancia en áreas periféricas cobrará importancia a partir de la fase final. La cerámica se perfecciona técnicamente con la generalización del torno y la extensión de formas de hornos bien especializadas. Las formas más innovadoras se relacionan con los vasos rituales, no en vano, en estos momentos, el vino se convierte en un elemento preciadísimo para la actividad religiosa. La metalurgia también se desarrolló y acarreó una especializada explotación de los filones férricos. Con el hierro se fabrican no sólo armas (espadas, lanzas, cascos, escudos, mallas ) sino también utensilios diversos (navajas, tijeras, travesaños, martillos ). La artesanía adopta ahora una clara especialización también estética, que genera lo que se ha llamado arte lateniense. Las fíbulas, los brazaletes, las jarras, los cuencos, aparecen como las obras maestras de este periodo, con una decoración de filigrana característica del ambiente lateniense.

5 EL COMPLEJO CULTURAL CÉLTICO LA COMPLEJIDAD CULTURAL DE LOS KELTOI Y LOS GALI CONCEPTO El término Keltoi o Gali es el que los historiadores griegos (de modo especial Estrabón) y romanos (de modo especial Plinio) utilizan para designar a un conjunto de pueblos de lengua céltica y con un sustrato cultural arqueológico que emparenta claramente con La Tène, partiendo de un espacio geográfico originario en el norte de los Alpes (áreas derecha del Rhin, macizos de Main, orilla izquierda del Danubio, extremo occidental de los Cárpatos y zona de la Baviera septentrional) y que progresivamente se va ampliando hacia el Sur. LAS MIGRACIONES CÉLTICAS ALGUNOS RASGOS CULTURALES Según las fuentes literarias clásicas las migraciones de los Celtas partieron de la iniciativa de algunos grupos familiares procedentes del Centro de Europa que ansiaron buscar zonas más prósperas en valles fluviales, y, sobre todo, en áreas de climas más templados. Arqueológicamente, tenemos constancia de que se producen una serie de movimientos migratorios seguramente motivados por la inestabilidad resultante de una excesiva presión demográfica. Estos desplazamientos siguieron inicialmente el curso del Danubio e, independientemente de que ésta se pueda deber a un proceso de aculturación, están detrás de toda la profunda transformación y homogeneización cultural que supone La Tène. El propio arte celta demuestra en sus elementos decorativos un gran gusto por la representación del conflicto y de la rivalidad, de la tensión y de la energía vigorosa propia de unos pueblos que, sin duda, se acostumbraron a la guerra durante un tiempo. Marcada estratificación social, a veces bipolar, entre la clase guerrera, liberada de las obligaciones inherentes al trabajo agrícola, y el sector de población mujeres, niños, ancianos, nolibres que se encargaba de garantizar la subsistencia. Organización política compleja y estatal con centro en la asamblea, que decidía sobre la guerra y establecía los códigos de derecho consuetudinario con el apoyo de una importante clase sacerdotal. Gran importancia de la fiesta y del ritual como elementos para marcar el rango y la autonomía de cada uno de sus nobles y también de unos pueblos con otros. Cultura arqueológica típicamente lateniense, que se extiende con gran profusión hacia el Norte de Europa, pero que, sin embargo, parece no debió tener mucha incidencia en las áreas más occidentales donde acaso sí se produce una interpretación local por parte de los artesanos de algunos de los objetos típicamente laténicos.

6 CUADRO ÉTNICO DE LA EUROPA ORIENTAL TRACIOS, ESCITAS Y DACIOS ORIGEN En la Europa Oriental sobreviven durante la Edad del Hierro II una serie de pueblos con unas características peculiares que parecen ser herederos de los primeros grupos kurgánicos y pónticos que abrían ocupado dichas áreas en la Edad del Hierro I portando elementos metalúrgicos. Estos pueblos debían ser grupos de elite nómada a modo de unidades tribales y clánicas, relativamente pequeños, que habrían conducido sus rebaños desde el Asia Central fundamentalmente áreas Caucásicas hacia la Europa Oriental, donde configurarían un panorama étnico peculiar en la Edad del Hierro II. PRINCIPALES RASGOS CULTURALES A pesar de la complejidad que manifiestan estos pueblos normalmente denominados como periféricos en el panorama lateniense de la Edad del Hierro II, se pueden individualizar algunos elementos culturales que los singularizan: Gran importancia de la metalurgia del hierro. Efectivamente, en estas áreas tenemos atestiguadas las fechas más antiguas para el uso del hierro. Tal vez la llegada de los pueblos caucásicos a estas zonas fluviales de los Alpes transivalnos y el deseo de contar con nuevas tierras y nuevos pastos les permitiría contactar con nuevos filones de hierro. Precisamente por eso, entre los escitas y los tracios se generaliza en la Edad del Hierro una ejemplar actividad metalúrgica que parece configurar incluso un grupo social-clave, el de los metalúrgicos ambulantes, a modo de artesanos. Mantenimiento de las bases económicas ganaderas. Los pueblos de esta zona de la Europa Oriental en la Edad del Hierro II son, sin duda, pueblos que mantienen sus bases ganaderas, centradas en el ganado equino y el bóvido. Una manifestación arqueológica de la importancia de este sector está no sólo en su exportación de productos lácteos, ganaderos e incluso caballos, sino también en la generalización de un arte que se ha denominado animalista y que ejerce su influencia, incluso, sobre los tipos artísticos laténicos de la Europa Central. Incluso en los enterramientos característicos de estas zonas, los kurganes, la documentación de sacrificios de caballos alrededor de las tumbas humanas manifiesta el carácter ganadero de estas comunidades. Profunda jerarquización social. Gracias a las fuentes antiguas principalmente Heródoto sabemos de la existencia de una poderosa nobleza al frente de estos pueblos. Arqueológicamente, además, ello se manifiesta en el hábito funerario de enterrar en grandes túmulos (kurganes) para cuya construcción debió ser necesario el aporte poblacional de grandes unidades demográficas. Debía, efectivamente, existir una clase social de nobles a la que se ingresaba sobre todo por el estatus de guerrero obtenido por medio de la experiencia. En ellos, además, florecerían con facilidad los sitemas monárquicos, como el Macedonio.

7 EL LEGADO HISTÓRICO DE LA EDAD DEL HIERRO II EL SURGIMIENTO DEL ESTADO PLANTEAMIENTO Los cambios en la agricultura, en la producción artesana, en el intercambio y en los patrones de asentamiento y hábitos funerarios fueron acompañados de un cambio trascendental que se operaría a finales del periodo de La Tène, ya casi en el siglo I a. C.: el origen de una estructura social y política que daría origen a organizaciones estatales, que, en cualquier caso, conocemos muy bien gracias a las fuentes históricas del mundo clásico. ORGANIZACIÓN SOCIAL Un modelo bien conocido por las fuentes y asociado a la Edad del Hierro II es el de los Celtas, cuya organización social reflejaba tres elementos clave en los pueblos latenienses: los nobles, los druidas y la masa popular. 1. Los nobles. Seguramente no monopolizaban el control social, aunque sí solían apelar a su abolengo familiar y a mantener su prestigio a través de hazañas bélicas, grandes leyendas o ejercicios de generosidad colectiva y de hospitalidad. 2. Los druidas constituían la clase sabia, formada por bardos y profetas, que actuaban como intérpretes de la ley, generalmente consuetudinaria, que gozaban de exención tributaria y que, además, por su disponibilidad para el viaje debieron ser agentes de la uniformidad cultural del Oeste de Europa en este periodo. 3. La masa popular, más numerosa, estaba organizada a través de instituciones como el patronazgo, la clientela y la hospitalidad. ORGANIZACIÓN POLÍTICA Desde el siglo II a. C., conocemos en la Edad del Hierro II el desarrollo de algunos centros de poder organizados en torno a una estructura política monárquica. El rey era el centro del Estado y de él dependía un inmediato séquito de acompañantes que le ayudaban a mejorar su status a través del botín y de la guerra. El ejemplo clásico de este sistema es el de Macedonia. En la Europa Central, sin embargo, parece que el sistema político utilizado para los oppida fue el de la ciuitas, término con el que César describiría la unidad estatal que observaría en al Galia. En dicho sistema, el poder político y militar residía en los nobles y era ejercido a través de un consejo de ancianos y un cuerpo de magistrados que velaban por su poder y por el de sus familias, sistema que, en muchos casos, pudo ir sustituyendo al monárquico, en una evolución casi paralela a la que se vive en ese momento en las grandes culturas Mediterráneas. La atención profesada a lo religioso incluso en términos urbanísticos viene a demostrar la importancia que se daba a la proyección ideológica.