Muy buenas tardes a todos. Para empezar, me gustaría felicitar a las egresadas por el esfuerzo de estos años intensos de formación y estudio, de los

Transcripción

1 Muy buenas tardes a todos. Para empezar, me gustaría felicitar a las egresadas por el esfuerzo de estos años intensos de formación y estudio, de los que mis compañeros en el equipo docente y yo misma, hemos tenido el gusto de formar parte. Hemos sido testigos orgullosos del crecimiento y la transformación que ocurre en cada una a medida que van avanzando en la carrera y puedo decir también que nos hemos enriquecido personal y profesionalmente al caminar este sendero junto a ustedes. Esperamos haber podido apoyarlas cuando lo necesitaron, esperamos haberles enseñado tal vez el más profundo y verdadero de los aprendizajes, que es que nunca se deja de aprender. Quiero también agradecer y felicitar a las familias y los amigos que las han alentado, apoyado y sostenido para que hoy pudieran estar acá, cerrando una etapa y abriendo otra que seguramente será tanto más movilizante, emocionante y nutritiva que esta. Sé que atrás de cada una de ustedes hay madres, padres, hijos, hermanos, abuelos, novios, maridos y amigos que también contribuyeron a que esto fuera posible. Quisiera dirigir mis primeras palabras no a las egresadas sino a las familias que las acompañan, me gustaría que pudieran conocer un poco de lo que ayudaron a construir a lo largo de estos años. El trabajo de las puericultoras es uno de los más gratificantes y exigentes que conozco, requiere poner a

2 disposición de quien consulta el cuerpo, el tiempo, los pensamientos y las emociones, implica muchas veces entregarse por entero, adaptar nuestra forma de ser y de hablar para facilitar la comunicación y generar empatía, nos permite encontrar la fortaleza que reside en la vulnerabilidad y la humanidad imperfecta de cada uno e intenta empoderar a las madres a la vez que recuperar el enorme valor social que tiene el tiempo fuera del tiempo dedicado a la crianza. Se trata de una profesión de servicio que tiene a la madre como centro y protagonista de su propia historia, lo que nos convierte en espectadoras privilegiadas y muchas veces en facilitadoras de un hecho único y trascendente: la formación del vínculo primordial entre la madre y el bebé en el inicio de la vida. En ese momento mágico se creará la matriz, se asentarán las bases, para la formación de las demás relaciones vinculares a lo largo de toda la vida. Porque, de las distintas manifestaciones del amor: maternal, paternal, sexual, romántico, platónico, espiritual, fraternal, sin mencionar al amor por un país, por los objetos inanimados, la compasión y la preocupación por La Madre Tierra, el prototipo de todos estos modos de amar, no es otro que el amor materno. Así de importante es el rol que estas egresadas están a punto de empezar a desempeñar, un rol fundamental y de mucha responsabilidad en la vida de las personas con las que entren en contacto, una labor preventiva que influye directamente en la salud presente y futura de las madres y los bebés y por extensión de la sociedad toda.

3 Y a ustedes ex estudiantes y ahora nuevas profesionales no me queda más que reforzar una idea que he intentado transmitir a lo largo de la formación: Y para eso me permito tomar prestadas unas palabras de Ibone Olza: me resulta esperanzador que más y más madres vayan redescubriendo el placer de la lactancia. No por obligación, no por sacrificio, no por las ventajas de la leche ni por las inmunoglobulinas ni por los ácidos grasos (ni nada de toda esa palabrería difícil con que las torturé durante dos años) sino simplemente por una razón: el placer. Es tal el tabú, el placer está tan perseguido en nuestro mundo que resulta casi subversivo amamantar durante años. Como dice la socióloga Isabel Aler: La lactancia materna es un acto de insumisión. Y en mi humilde opinión, una maravillosa manera de cambiar el mundo. Son pocas las profesiones que promueven el acompañamiento a partir de una actitud de amor y no de expertos y son menos las que nos ponen tan en contacto con ese pulso vital que palpita en todos los seres vivientes y permiten contribuir de una manera tan directa y perceptible a mejorar la vida de las personas. De eso y mucho más se trata la puericultura, de observar cómo se transforma el mundo ante cada nacimiento, ante la constitución de cada nueva familia. Tenemos, a veces, la posibilidad de ver cómo la vida se abre paso en las condiciones más adversas y hacemos lo que está a nuestro alcance para propiciar el mejor comienzo para

4 cada madre, padre y bebé con los que entramos en contacto. Ese es nuestro motor, la llama que nos ilumina desde adentro y nos lleva a seguir adelante incluso cuando el entorno se vuelve hostil. En las palabras de Eduardo Galeano: Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende. Gracias a todas por hacer que mi llama se mantenga viva y más brillante en cada encuentro compartido, espero haber podido entregarles algo de mi fuego interior, creo que quienes estamos de este lado pudimos junto con ustedes encender la antorcha, ahora es tiempo de que cada una extienda la llama y la lleve más allá y enciendan a otros con su fuego porque al fin y al cabo El mundo es eso. Somos Un montón de gente, somos un mar de fueguitos. Espero que encuentren la felicidad haciendo lo que elijan, trabajen duro, sigan creciendo y aprendiendo, den siempre lo mejor que tengan, sean ustedes el cambio que quieren ver en el mundo y por sobre todo no dejen que la llama que las condujo hasta aquí hoy se extinga ante las dificultades que seguramente encontrarán en el camino.

5 Michel Odent dijo que para cambiar el mundo es necesario cambiar la forma de nacer; les pido que salgan a cambiar el mundo todos los días con la certeza plena y absoluta de que no es una utopía. Recuerden la invaluable tarea que realizan, a partir de hoy serán quienes ayuden a reducir la mortalidad materna e infantil, quienes promuevan el amor y la mejor nutrición, con su tarea diaria contribuirán a reducir las infecciones, los casos de diabetes, de cáncer, ayudaran a fortalecer el sistema inmune y reducir las tasas de asma y alergias, prevendrán la muerte súbita, favorecerán el neurodesarrollo contribuyendo a generar salud física y mental en las madres y los bebés a lo largo de su crecimiento y desarrollo y hasta la edad adulta, ayudarán también a promover un cambio asistencial y en última instancia social, que permita cuidar más y mejor a las madres, a sus bebés y a todas las familias en el momento en que se inicia la vida; empoderarán a las mujeres y a las madres, que son los agentes primarios de salud más importantes del mundo, realizarán una tarea que les permitirá a las familias desarrollarse plenamente construyendo vínculos sanos y enriquecedores. En pocas palabras, estarán contribuyendo a hacer del mundo un lugar mejor, más justo, más pacífico, más equitativo y una sociedad más unida en el amor y el respeto por la vida en todas sus formas. Muchas gracias.