La experiencia de las Agendas de Seguridad de las Mujeres en el Distrito Central, Honduras. Jessica Mariela Sánchez Paz 1

Transcripción

1 La experiencia de las Agendas de Seguridad de las Mujeres en el Distrito Central, Honduras. Jessica Mariela Sánchez Paz 1 Estudiante del diplomado Buenas Prácticas para la Prevención de la Violencia a Nivel Local, CIPREVI Introducción El presente trabajo es la descripción de una buena práctica en prevención del delito y las violencias en Centroamérica en el marco del Diplomado Buenas prácticas para la prevención de la violencia a nivel local impartido por el Centro de Investigación para la prevención de la violencia-ciprevi. La elaboración de la Agenda de Seguridad de las Mujeres en el Distrito Central (Tegucigalpa y Comayaguela) es parte del proceso iniciado por Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura y sus familiares (CPTRT), en el marco del proyecto Ciudades Seguras del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia UNICEF y la Entidad para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, ONU Mujeres. En este proceso, se realizó una investigación preliminar sobre violencias contra las mujeres en barrios y colonias seleccionadas, con énfasis en violencia pública, para posteriormente pasar a un proceso organizativo de elaboración de las agendas con la participación activa de mujeres líderes de las comunidades de las colonias Cruz Roja, Campo Cielo, Villanueva, Nueva Suyapa, Villa Unión, Flor 1 y Mary Flakes. La elaboración de las agendas y posteriormente la conformación de una mesa interinstitucional (organizaciones participantes, Secretarías de Estado, Policía, Secretaría de Seguridad y Gobierno Municipal) es considerada como una buena práctica debido al posicionamiento de la Seguridad Humana como punto central de la Agenda y por otro lado, la identificación del problema de violencia en general y de violencia contra las mujeres de forma específica como un problema público que necesita del concurso de todas las instancias de Gobierno a nivel central y municipal. 1 Jessica Mariela Sánchez. Escritora y activista feminista. Licenciada en Letras con orientación en Literatura por la UNAH, cuenta con un Diplomado en Políticas Públicas y Género de FLACSO Argentina; un post grado en Desarrollo Humano y Estudios de Género por la Universidad Rafael Landívar de Guatemala y una Especialización en Género y Efectividad de la Ayuda del ITC/ILO. 1

2 1.-El contexto hondureño en materia de violencia y seguridad de las mujeres Honduras, país centroamericano que comparte fronteras con Nicaragua, El Salvador y Guatemala, es considerado actualmente como uno de los países más violentos del mundo. De acuerdo al Observatorio de la Violencia 2 de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, para el 2011 se reportaban 598 homicidios mensuales, 20 víctimas diarias y el 54% son hombres y mujeres jóvenes de 14 a 30 años. En materia de violencia de género, los femicidios o muertes violentas de mujeres por razones de género, mantienen una tendencia creciente pasando de 175 muertes en el año 2005 a 606 muertes de mujeres para el 2012, lo que representa un aumento de 246.3% en los últimos siete años. En resumen para el año 2012, 51 mujeres mueren asesinadas mensualmente, y de forma desagregada hay un femicidio cada 15 horas con 30 segundos. Ubicado como uno de los centros de mayor desarrollo político y comercial en Honduras se encuentra el Distrito Central (DC), municipio de Francisco Morazán, conformado por las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela; que para el año 2012 contaba con una población aproximada de 1,149,923 habitantes (13.9% de la población de Honduras) de los cuales 47.8% son hombres y 52.2% son mujeres 3. El Distrito Central, junto a la ciudad de San Pedro Sula, concentra una mayoría de denuncias en casos de violencia contra las mujeres. La muerte de mujeres muestra un crecimiento acelerado del año 2008 hasta el 2011 en el Municipio Distrito Central-M.D.C- representando una quinta parte de la muerte violenta de mujeres a nivel nacional con 331 casos (21.6% del total nacional) y ocupando el primer lugar en muertes violentas de mujeres, seguido de la ciudad de San Pedro (21.5%) 4. Recientemente (Febrero 2013), el Congreso Nacional aprobó la tipificación del Femicidio en un proceso liderado por las organizaciones feministas/de mujeres a nivel nacional y la Secretaría de Derechos Humanos y Justicia, conceptualizando el delito de femicidio como aquel en que el o los hombres den muerte a una mujer por razones de su género, con odio y desprecio por su condición de mujer 5, sujeto a una penalización de 30 a 40 años de prisión, por Instituto Nacional de Estadísticas de Honduras. INEH 4 IUDPAS. Boletín Especial Violencia contra las mujeres y Muerte violenta de Mujeres en el MDC Tegucigalpa, Reforma al Código Penal: Artículo 118-a

3 este delito 6. Por otra parte, una gran mayoría de mujeres víctimas de femicidio son mujeres jóvenes con edades comprendidas entre los 20 a 39 años (65.8%), lo que significa que una alta concentración de femicidios ocurridos en el M.D.C. durante el año 2011, fueron ejecutados contra mujeres jóvenes. Otro de los datos a relevar es la Muerte Violenta de Mujeres con características de Femicidio (MMVCF), que representa el 74% de los casos de femicidio en el M.D.C y dentro de este tipo de muerte, el mayor porcentaje corresponde a la modalidad sicarial o sea la perpetrada por sicarios o como venganza contra terceros 7. En la esfera de violencia doméstica, en el año 2012 la Fiscalía Especial de la Mujer recibió un aproximado de 22,000 denuncias a nivel nacional, 8 aumentando en más de un 800% desde el año 2002, cuando se recibía un aproximado de 3,000 a 4,000 denuncias por año. Por otro lado, la resolución de los casos apenas llega a un 15%, demostrando que la impunidad es entonces, otro de los principales problemas en la lucha por la defensa de los derechos de las mujeres en el país. Una buena parte de estas denuncias están focalizadas en el M.D.C. ya que durante el año 2011 el departamento de Medicina Forense atendió 743 casos de los cuáles un 62.3% se encuentra en las edades comprendidas entre los 20 y 34 años, mientras que un 11% del total de casos corresponden a mujeres entre 15 a 19 años La Experiencia de las Agendas de Seguridad de las Mujeres. En este marco surge la iniciativa liderada por el Centro de Prevención y Rehabilitación de la Tortura (CPTRT) para trabajar con los barrios y colonias de la capital (MDC), donde se identificarán con mayor fuerza este tipo de problemática. El proceso inicia con una investigación de dichas colonias/barrios, que culminó con la elaboración de una Agenda de Seguridad de las Mujeres del MDC. La elaboración de la agenda, fue producto de las demandas de las mujeres y la priorización de problemas en base a las necesidades más sentidas de 7 comunidades de la capital: Nueva Suyapa, Villanueva, Flor 1, Campo Cielo, Cruz Roja, Villa Unión y Mary Flakes. Es necesario destacar que uno de los 6 Idem 7 IUDPAS. Observatorio de la Violencia. Boletín Violencia contra las mujeres y feminicidios en el MDC /09/13 9 IUDPAS. Observatorio de la Violencia: Boletín Violencia contra las mujeres y feminicidios en el MDC

4 elementos que apoya y fortalece la creación de la Agenda es el trabajo organizativo de años, que Organizaciones No Gubernamentales (donde se incluye el CPTRT) y organizaciones de mujeres (Centro de Estudios de la Mujer-CEMH) habían realizado en estas áreas geográficas. En una siguiente fase (2013) las mujeres líderes de las comunidades, exigen posicionar la Agenda como un problema público que atañe a toda la sociedad, en tanto que ellas son parte vital (a nivel económico y social) de dicha sociedad. Como lo plantea el documento Metodología para la Sistematización de experiencias 10, este problema debe ser atendido por los gobiernos competentes (a nivel local y nacional): Un problema se considera público cuando parte significativa de la sociedad considera que el gobierno tiene que poner atención en ello. El proceso de formación de agenda (agenda setting) depende, por lo tanto, de que determinados actores sociales construyan socialmente los problemas, elaboren alternativas de soluciones a los problemas y contribuyan para la creación de un ambiente favorable para que el gobierno de hecho tome en consideración el problema en su priorización. Como parte del proceso, las mujeres organizadas de las comunidades presentan en el año 2012, las Agendas de Seguridad de las Mujeres ante las instancias públicas involucradas en el tema de Seguridad tales como la Municipalidad, la Academia, la Policía y organizaciones de Sociedad Civil, logrando la creación de una Mesa de Seguridad Ciudadana para las mujeres, con el concurso de la mayoría de los actores antes mencionados. El concepto de Seguridad que se maneja desde el ámbito comunitario, propuesto por las mujeres se encuentra basado en el concepto de Seguridad humana que significa: Seguridad de las personas en sus vidas cotidianas, que se alcanza no mediante la defensa militar de un país, sino con la consecución del desarrollo humano, es decir, garantizando la capacidad de cada cual para ganarse la vida, satisfacer sus necesidades básicas, valerse por sí mismo y participar en la comunidad de forma libre y segura. 11 Por lo tanto, este concepto plantea algunos ejes esenciales, identificados como problemas y posteriormente convertidos en propuestas: 1) comunidades libres de violencia doméstica e intrafamiliar, 2) mujeres y jóvenes confrontando la violencia sexual, 3) defensoría de derechos humanos de las mujeres, 4) recuperación de espacios públicos, 5) desmilitarización y aumento de confianza hacia los mecanismos de protección en espacios públicos El proceso de conformación de la Mesa es todavía incipiente, destacando en mayor medida la participación de organizaciones de sociedad y de las propias mujeres de las comunidades. En menor medida se ha involucrado la Secretaría 10. Metodología para la sistematización de experiencias. FAO Naciones Unidas

5 de Seguridad y la Municipalidad. El reto hacia delante es el involucramiento pleno tanto de las autoridades municipales como de las instancias de Seguridad y Justicia, así como consensuar los diferentes enfoques de seguridad para el cuidado de la ciudadanía y el combate contra el organizado. Otro de los retos/ demandas es la falta de efectividad tanto en la respuesta policial, como en la administración de la justicia para la protección de las personas y de forma particular de las mujeres, ante el crimen organizado, lo que ha generado una situación de impunidad, que a su vez ha desembocado en una falta de confianza generalizada en la institucionalidad encargada de la seguridad ciudadana. Como buena práctica podemos decir que el ejercicio de las Agendas de Seguridad, aunque no llega a ser Política Pública, se encuentra en ese proceso, destacando que uno de sus aspectos más importantes es involucrar a las mujeres y a la ciudadanía en general en la Reforma Policial que se está llevando actualmente en el país. Otro punto a relevar es la exigencia de conocer, apropiarse e incidir en la Política Nacional de Seguridad, que es poco conocida y que a pesar de llevar nominalmente un componente de género, este se encuentra dirigido en el documento hacia el binomio mujer-familia y no hacia el empoderamiento o la participación de las mujeres como protagonistas del proceso de aplicación de la seguridad ciudadana. Los elementos que a nuestro juicio lo determinan como buena práctica son: a) construcción de un concepto de seguridad desde las demandas y exigencias de las mujeres, b) coordinación con instancias públicas y de administración de justicia en el tema de seguridad desde la perspectiva de género y c) identificación del problema de seguridad como un problema público desde las particularidades de la violencia de género que parte de los espacios privados (violencia doméstica e intrafamiliar) hacia los espacios públicos (acoso y violencia sexual, violencia pública) entre otros. Este proceso podría generar un proceso de sostenibilidad en el tiempo, mediante la participación activa de las actoras/es comprometidos y la incidencia en las autoridades públicas locales e instancias competentes. Sin embargo, todavía falta tiempo para opinar al respecto y en términos de replicabilidad creemos que esta es una experiencia que debe hacerse con el concurso de por lo menos dos instancias u organizaciones de sociedad civil/ de mujeres que hayan trabajado el tema de violencia y seguridad a nivel urbano y de forma concreta, que cuenten con trabajo organizativo en las áreas a intervenir. La participación de otros actores que puedan garantizar la continuidad del proceso también es importante, encontrando como uno de los puntos álgidos la asignación de presupuesto para el desarrollo de acciones. Este punto que puede ser fortalecido por la Cooperación Internacional o las instancias municipales mediante los Planes Municipales de Seguridad, que 5

6 cuentan ya con presupuesto asignado y que pueden fortalecer los procesos de seguridad comunitaria con una fuerte incidencia a nivel de instancias de gobierno relacionadas con la temática. 6