Instituto Cervantes Profesor: Quiroz, Marcelo

Transcripción

1 Instituto Cervantes Profesor: Quiroz, Marcelo

2 El sistema óseo y el sistema muscular Así como para la construcción de un edificio se utiliza una estructura de hierro y cemento, que constituye una especie de "armazón'; nuestro organismo posee una estructura formada por huesos, cartílagos y articulaciones: el esqueleto. Flexioná tu brazo, tus dedos o tus piernas. Como te darás cuenta, los huesos se asocian unos con otros mediante las articulaciones, que hacen que podamos doblar, girar o rotar ciertas partes del cuerpo. Más adelante veremos que existen distintos tipos de articulaciones según el grado de movimiento que posibiliten. El conjunto de huesos y articulaciones constituye el sistema óseo. Pero, como sabrás, los huesos no se mueven solos. Qué nos está faltando considerar? Los músculos. Todos los músculos del organismo integran el sistema muscular y son los que, junto con los huesos, determinan la forma del cuerpo, por ejemplo, la forma de tu brazo o la de tu cuello o el tipo de párpados que tenés. Como ya viste, el sistema óseo y el muscular están sumamente relacionados entre sí. Tené en cuenta que los ilustramos y los estudiamos por separado solo con el fin de comprender de manera más clara cómo está constituido cada uno. Veamos en detalle qué nos muestran las ilustraciones. Si pensamos en la función del esqueleto como armazón del cuerpo, es necesario que los huesos que lo forman sean muy duros y resistentes para que puedan sostener todas las estructuras y realizar distintos movimientos. Cuando nos imaginamos las funciones del sistema óseo, nos resulta increíble pensar que los huesos, que son tan duros, estén formados por tejido vivo, el tejido óseo. Si los huesos también son una parte viva del organismo y están formados por células. Las principales células óseas son osteocitos. La particularidad del tejido óseo es que la matriz está armada principalmente por calcio (un mineral) y ciertas proteínas, como el colágeno, que permiten que el calcio quede depositado. El efecto conjunto del colágeno y el calcio es lo que hace que el hueso sea duro y resistente al mismo tiempo y que, además, no se quiebre con facilidad. El cuerpo de una persona adulta está constituido por 206 huesos articulados; los más pequeños pueden tener un centímetro, como los que forman parte del oído, y los más grandes pueden medir treinta centímetros de largo, como los huesos de las piernas. Si pensás en la forma de los huesos, es fácil darte cuenta de que no son codos iguales. Por ejemplo, los huesos del cráneo no se parecen a los de la pierna, ni a los que forman la columna vertebral. Ahora pensá en la función que debe cumplir cada uno de esos huesos. Como te darás cuenta, la forma está vinculada con la función 36

3 Crecimiento y renovación de los huesos A lo largo de la vida, la forma y la estructura de nuestros huesos cambian. Cuando somos embriones y estamos dentro del útero, el esqueleto está formado por cartílago, por eso es blando. Luego, se depositan calcio y otras sales minerales que le dan consistencia, y el cartílago se transforma en hueso. Este proceso se llama osificación. Al nacer, la mayor parte del cartílago ya se ha transformado en hueso. Pero se lo encuentra formando parte de algunas zonas blandas, como la nariz y las orejas, y recubriendo las superficies óseas en las zonas de articulación. En los huesos largos, el cartílago está presente entre la diáfisis y las epífisis (ver dibujo abajo); se denomina cartílago de conjunción o de crecimiento y es el que continúa formando hueso. 37

4 Cuando el organismo humano deja de crecer, alrededor de los veinte años, el cartílago de crecimiento desaparece y el esqueleto queda completamente osificado. A partir de ese momento, Los huesos no cambian más? Claro que esto no es así. Una vez que están formados, se encuentran en permanente renovación. Es decir que hay hueso "viejo" que se pierde y hueso "nuevo" que se forma. En este proceso tenemos que considerar dos tipos de células óseas: osteoblastos y osteoclastos. Observá la ilustración de la derecha. El hueso viejo se destruye debido a la acción de los osteoclastos, que liberan ácidos que forman una especie de perforación en el hueso. En ese espacio, como los osteoblastos estimulan la formación de fibras de colágeno y el depósito de calcio, se forma hueso nuevo. Esta renovación es muy importante para el organismo porque permite que los huesos se mantengan duros y que, por ejemplo, sean menos propensos a romperse. La actividad física en general estimula la renovación de hueso. Por ejemplo, los atletas tienen huesos más gruesos que una persona no entrenada, debido a que su actividad colabora en que se forme más hueso nuevo que el que se pierde. Creés que si se compara el esqueleto de un niño con el de un adulto será igual la cantidad de hueso que se destruye que la de hueso que se forma? El proceso de renovación ósea se modifica a medida que avanza la edad de la persona. A tu edad y hasta aproximadamente los treinta años, es mayor el ritmo de formación de tejido óseo en comparación con su pérdida. Entre los treinta y los cuarenta, los procesos se equilibran; después de los cuarenta años se produce lo contrario y predomina la destrucción ósea. El esqueleto articulado Resulta maravilloso observar la mano y analizar los variados movimientos que pueden realizar los dedos. Esto es posible porque existen distintas piezas óseas que se articulan entre sí (y músculos relacionados con cada hueso, pero esto lo veremos más adelante). Ahora bien, existen diferentes tipos de articulaciones. Veamos cómo son: O Si tocás tu cabeza (incluye los huesos que forman el cráneo y la cara), apreciarás que no es una zona donde se perciba movimiento, salvo el de la mandíbula, al abrir o cerrar la boca. Esto se debe a que las articulaciones entre los huesos que forman el cráneo son inmóviles (A), es decir que tienen uniones fijas. Por medio de estas articulaciones inmóviles los huesos funcionan como si fueran una pieza única. O En cambio, las articulaciones semi móviles o móviles admiten algún tipo de movimiento. Por ejemplo, las que hay entre las vértebras (B), que permiten a la columna vertebral realizar movimientos muy limitados y a la vez tener una gran flexibilidad, son articulaciones semi móviles. Se te ocurre alguna articulación móvil? La articulación del hombro, la del codo y la de la rodilla (c) resultan buenos ejemplos. Seguí leyendo para ver las estructuras que forman este tipo de articulaciones. En las articulaciones de la columna, entre una vértebra y otra se encuentra una especie de almohadilla, el menisco, formada por tejido cartilaginoso, que amortigua la unión de los huesos y evita el desgaste. Ahora observá la articulación de la rodilla. Se trata de una articulación muy móvil, en la cual participan distintas estructuras. Además del cartílago que tapiza la superficie de cada hueso, también intervienen los ligamentos. Estos son fuertes bandas formadas por un tejido fibroso y elástico que se unen a los extremos de 38

5 los huesos y los mantienen juntos. La cápsula articular es una especie de "capuchón" de cartílago que mantiene unidas las piezas óseas y permite que el movimiento se realice solo en el sentido correcto. Dentro de la cápsula se encuentra un líquido espeso, llamado sinovial, que lubrica la superficie de los huesos, muy importante para la fluidez del movimiento. Qué tipos de movimientos podemos realizar con cada articulación? Por ejemplo, la articulación del hombro, que es móvil, nos da la posibilidad de moverlo libremente en todas las direcciones. Esto es así porque una de las superficies articulares es una esfera, y la otra, una cavidad, y esto permite una gran libertad de movimiento. Otras articulaciones, como la del codo, permiten amplitud de movimientos, pero solo en la flexión yen la extensión del miembro. En este caso, las dos superficies que se articulan tienen forma de bisagra y permiten el movimiento en una sola dirección. Los músculos Cada parte de nuestro cuerpo tiene una forma determinada, otorgada principalmente por los músculos. Además de proteger y sujetar algunos órganos, la función principal de los músculos es generar la fuerza, producir el movimiento y mantener el equilibrio de nuestro esqueleto. Con cada movimiento, los músculos se contraen o se acortan, y luego se relajan o vuelven a su estado original, es decir que se modifica su elasticidad. El músculo está formado por células alargadas que se llaman fibras. Cada fibra está constituida por dos tipos de proteínas contráctiles: miosina y actina. Como podés ver en la ilustración, estas proteínas se agrupan formando millones de miofibrillas en cada célula muscular. En una contracción, los filamentos de acuna se deslizan sobre los de miosina, se acercan entre sí, y acortan de esta manera la célula muscular. Las personas que practican fisicoculturismo se caracterizan por el gran desarrollo de su masa muscular. Sabías que esto no significa que tengan mayor número de células? El agrandamiento de los músculos se debe a que sus células contienen más fibras de actina y de miosina. Nuestros músculos se encuentran siempre en un estado de semicontracción, que es lo que se denomina tono muscular y que permite que el cuerpo no sea una estructura amorfa, sino que, por ejemplo, la cabeza permanezca erguida. Los músculos esqueléticos son los únicos que tiene nuestro cuerpo? Claro que no. También hay músculos que forman parte de la estructura de muchas de nuestras vísceras, como el corazón y los intestinos. En qué se diferencian los movimientos del brazo de los del corazón? Los músculos intervienen en dos tipos de movimientos: voluntarios e involuntarios. En los movimientos voluntarios participan los músculos que se encuentran asociados con los huesos y permiten, por ejemplo, la flexión de un brazo o de una pierna cuando queremos escribir con el teclado de la compu o patear la pelota. En los movimientos involuntarios intervienen los músculos que se encuentran asociados con los órganos internos del cuerpo. Su contracción se da en forma inconsciente, es decir, sin que nos demos cuenta. Por ejemplo, la actividad muscular del estómago, que permite que los alimentos se mezclen con los jugos digestivos. Volvamos a los músculos esqueléticos. Sus variadas formas les permiten realizar funciones diferentes. Así encontramos músculos anchos y planos que protegen órganos delicados e intervienen, por ejemplo, en la respiración. Los músculos largos de los brazos y de las piernas permiten el desplazamiento. Los músculos cortos se encuentran, por ejemplo, en la cara y alrededor de-las articulaciones. Los músculos circulares tienen forma de anillo y cierran diferentes conductos del cuerpo, como el de la uretra. 39