Protocolo de actuación para la implantación de dispositivos de drogodependencias



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Transcripción:

Protocolo de actuación para la implantación de dispositivos de drogodependencias

4 PARTE I Presentación

PARTE I 5 El presente protocolo ha sido elaborado a solicitud de la Agencia de Salud Publica del Ayuntamiento de Barcelona, y esta basado fundamentalmente en diversos aspectos teórico-metodológicos y procedimientos técnicos desarrollados y descritos en el libro NO en la puerta de mi casa: Implantación no conflictiva de dispositivos de drogodependencias, editado por Grup Igia en el 2008, con la colaboración de la Secretaría del Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad y Consumo, la Generalitat de Cataluña y la Diputacio de Barcelona La intervención a través de protocolos proporciona orientaciones, principios y pautas de actuación en situaciones en las que se requiere de procedimientos sistemáticos para el logro de resultados sociales buscados; en nuestro caso, la implantación no conflictiva y sustentable de dispositivos de drogodependencias. Su objetivo es entregar lineamientos técnicos clave necesarios para llevar a cabo un proceso de implantación no conflictiva, y esta dirigido a técnicos de drogodependencias y otras áreas relacionadas. Se trata de una guía metodológica para la acción, que contiene una lógica, unos principios básicos y unas etapas o fases. Ciertamente, el método es un camino, pero no el único camino. Por tanto el protocolo no es una receta, ni pretende serlo; tampoco es un instrumento cerrado, rígido que se deba seguir al pie de la letra. Muy al contrario, se trata de un marco flexible y adaptable a diferentes contextos y situaciones orientado a una finalidad: la implantación no conflictiva de dispositivos de drogodependencias. Nuestra apuesta radica fundamentalmente en la búsqueda de sostenibilidad sociocultural de la intervención pública territorial y en la necesidad de la construcción de alianzas favorables desde los equipos técnicos para la provisión de bienes, como la salud de grupos vulnerables, que favorecen a la ciudad en su conjunto. En este sentido, el fundamento y la orientación de nuestra propuesta es promover un tipo de implantación que, respondiendo a los estándares básicos de la convivencia democrática y del respeto a los derechos de la ciudadanía en su conjunto, se funde en los principios del diálogo, la coordinación o la negociación abierta y horizontal entre los diversos agentes sociales y políticos involucrados. Consecuente con ello, los centros de atención a usuarios de drogas, como cualquier otro bien socio-sanitario de uso colectivo, son un bien público necesario para la ciudad en su conjunto, y deben ser provistos por las administraciones competentes.

6 PARTE I La forma de presentación por fases y etapas de la guía responde a razones de orden pedagógico y metodológico, propias de un protocolo de actuación que intenta adaptarse y dar respuesta satisfactoria a la variabilidad de las situaciones y contextos de aplicabilidad. No cabe duda que estas realidades son específicas a cada territorio y contienen una gran heterogeneidad de situaciones, actores, protagonistas, necesidades, demandas, en síntesis, realidades diversas, que requieren un alto grado de flexibilidad y adaptabilidad, que no es posible reflejar en su totalidad en un protocolo como el que a continuación se presenta. SECUENCIA DE IMPLANTACIÓN NO CONFLICTIVA 1ª fase 2ª fasee 3ª fase 1. decisión de implantar por parte de agente externo LA ESTRATEGIA DE IMPLANTACIÓN NO CONFLICTIVA PREPARACIÓN DE LA IMPLANTACIÓN 2. Constitución del equipo impulsor 3. Prospección y pre-diagnóstico 4. Conformación de Comisión de Acción Comunitaria. CAC 5. Análisis de la situación inicial. DISEÑO, VALIDACIÓN Y VIABILIZACIóN DEL PLAN DE ACCIÓN 6. Diseño del Plan de acción 7. Validación del Plan de acción 8. Viabilización del Plan de accion. IMPLEMENTACION, MONITOREO Y EVOLUCIÓN DEL PLAN DE ACCIÓN 9. Implementación del Plan de Acción 10. Monitoreo del Plan de Acción 11. Evaluación del Plan de Acción FIGURA 1. Secuencia de implantación no conflictiva

PARTE I 7 SECUENCIA EXTENDIDA DE IMPLANTACIÓN NO CONFLICTIVA 1ª FASE Equipo inicial Técnicos administraciones Técnicos locales Farmacéuticos Entidades vecinales Técnicos administraciones Educadores de la calle Grupos usuarios Prensa local Servicios policiales Técnicos locales Asistencia sanitaria GRUPO IMPULSOR (GI) COMITÉ DE ACCIÓN COMUNITARIA (GAC) Ejecuta Asesora DIAGNÓSTICO TÉCNICO Contexto estructural Contexto sociocultural Prácticas de consumo Riesgos y daños Respuestas actuales Respuestas futura ANÁLISIS SITUACIONAL Causas Viabilidad social Viabilidad política

8 PARTE I 2ª FASE GI GAC DISEÑO DEL PLAN VALIDACIÓN DEL PLAN CONSULTA VIABILIDAD DEL PLAN Situación inicial Situación deseada Respuesta potencial Problematización Formulación del Plan Expertos Actores locales Red inter-institucional Situación inicial Situación deseada Respuesta potencial Problematización Formulación del Plan Otros agentes 3ª FASE GI GAC ejecución del plan de acción Estrategias información y comunicación Advocacy Informar Educar Involucrar Información estratégica Coaliciones Fondos

1ª Fase PREPARACIÓN DE LA IMPLANTACIÓN PARTE I 9

10 PARTE I A pesar de que la mayoría de servicios no consideran esta fase como parte de sus actividades, esta es la etapa clave del proceso global y en donde se juega parte importante del éxito del proyecto. Si bien la mayoría de las actividades que se detallan en este apartado han sido concebidas y diseñadas para ser ejecutadas en esta fase, algunas de éstas continuarán ejecutándose durante todo el proceso de implantación, debiendo ser adaptadas a las características y propósitos de la fase correspondiente. Hablaremos de una primera fase de preparación, en la cual se articularan de forma progresiva, y a veces simultánea, distintos procedimientos técnicos y metodológicos que son indisociables entre sí: constitución del grupo impulsor, prospección y pre-diagnóstico, creación del comité de acción comunitaria, diagnóstico propiamente tal y análisis situacional. 1ª fase: preparación de la implantación CONSTITUCIÓN DEL GRUPO IMPULSOR (GI) Prospección y pre-diagnóstico Familiarización Mapeo Diagnóstico Técnico Informantes clave CREACIÓN DEL COMITÉ DE ACCIÓN COMUNITARIA VALORACIÓN DE LA SITUACIÓN INICIAL Documentación Análisis situacional-estratégico Figura 2

1Constitución del grupo impulsor (GI) 2Prospección y pre-diagnóstico PARTE I 11 Partiremos de la base de que ya existe una persona, grupo o equipo impulsor que (normalmente por iniciativa ajena) liderará la iniciativa de apertura (implantación) del servicio, recurso o dispositivo de atención, el cual deberá asumir las funciones de coordinación general del proyecto en su totalidad. Más aún, lo más probable es que el grupo impulsor no sólo tenga que asumir funciones de coordinación general, sino que además deba asumir, sino la totalidad, parte significativa de las acciones que deberán ser desarrolladas, monitoreadas y evaluadas en el transcurso de la implantación. Es importante contar en el GI con la participación activa de al menos un técnico con una reconocida trayectoria de trabajo en la localidad en la cual se pretende llevar cabo el proceso de implantación. Se recomienda también que en el GI participen técnicos representantes de las administraciones implicadas en el proyecto. Una vez conformado el grupo impulsor, la primera tarea que éste grupo debe asumir es la definición de su objeto de intervención, la identificación de sus objetivos de trabajo y la elaboración de una agenda. Un punto clave de la agenda, generalmente el primero, es la realización de una primera prospección del terreno y/o comunidad de acogida, que permitirá la obtención de un primer producto: El pre-diagnóstico ( Que se sabe? Que necesitamos saber?). La información resultante, más allá de su valor científico (confiabilidad-validez), tendrá un valor estratégico, ya que permitirá al GI conocer y comprender, desde una perspectiva situada, las realidades sociales, políticas, económicas y culturales de la comunidad receptora y sus posibles obstaculizadores o facilitadotes del proceso. Para la realización de esta tarea, entendiendo que se trata de un proceso más o menos sistemático de colección y producción de información, sugerimos una serie de recursos metodológicos: (i) familiarización (ii) Mapeo del territorio (iii) Recopilación y análisis de material documental (iv) Entrevistas con informantes clave.

12 PARTE I Recursos metodológicos Recomendaciones Familiarización: La familiarización es el proceso mediante el cual el equipo impulsor inicia un proceso de conocimiento inductivo de la historia y características socio-culturales de la comunidad de acogida y de los grupos que la conforman, incluyendo entre éstos últimos a los propios grupos de afectados. Constituye la primera fase de todo proceso de dinamización comunitaria. En ésta el GI deberá lograr una aproximación directa de primera mano a las dinámicas sociales, grupos organizados, etc., del territorio en el cual se va a desarrollar el proceso de implantación del recurso. Para esto es necesario realizar una primera inmersión en el terreno, indagando sobre sus características principales, los agentes sociales relevantes, principales zonas conflictivas, etc. Es importante distinguir: minorías activas y líderes, beneficiarios/ as potenciales, afectados/as, grupos organizados, entre otros. Mapeo: Es posible que el equipo impulsor del proyecto no conozca perfectamente el territorio en el que se va a llevar a cabo el proceso de implantación o que no esté familiarizado con la vida de la comunidad de acogida. En cualquiera de estos casos, una manera de mejorar el conocimiento territorial será mediante la realización el mapeo de la zona en la cual se va a intervenir. Sabemos que los mapas son útiles porque ofrecen representaciones gráficas de información compleja. El mapeo también puede ser útil para identificar espacios propios de la comunidad en donde realizar las entrevistas grupales o individuales, para identificar espacios o recursos que pueden ser utilizados para implementar actividades, identificar zonas de venta y consumo, zonas en las que suele abandonarse material de inyección utilizado, los bares típicos de la zona, identificar individuos y lugares clave, etc. No debemos olvidar que el mapeo es un proceso continuo, que debe ser actualizado a lo largo de todo el proceso de implantación e implantación del recurso. - Caminar por el territorio en diferentes horarios y días de la semana, - Conversar de forma abierta con los vecinos u otros agentes de la comunidad, - Ocupar los medios de transporte público y revisar la prensa local - Visitar la red de servicios y/o dispositivos socio-sanitarios - Conseguir un mapa actualizado del territorio identificando zonas conflictivas, escuelas, mercados, transportes públicos, servicios socio-sanitarios, asociaciones, policía, etc., - Caminar por la zona varias veces observando la vida cotidiana en el territorio, - Conocer la historia de la localidad, el porqué de su nombre, como se formó, las tradiciones, las fiestas, episodios significativos, etc.

PARTE I 13 Recursos metodológicos Documentación: El acceso a los documentos y a los datos secundarios debe proporcionar al equipo la capacidad de establecer un cierto estado de la cuestión, cómo se ha resuelto hasta entonces el problema que es objeto del análisis, así como los debates que hay en juego. Este trabajo es muy importante que se realice a conciencia, ya que permite optimizar los tiempos y recursos que se van a destinar al análisis de la situación inicial. Nunca se parte de cero. Para ello el GI debe recolectar y analizar lo que so conoce como fuentes secundarias. Éstas son aquellas que han sido producidas por otras investigaciones o programas de intervención y que son de utilidad para los objetivos relacionados con el conocimiento de la realidad local por parte del GI. La búsqueda no se limita simplemente a saber qué se dice, sino también, quién lo dice, por qué lo dice, dónde y cómo lo dice, qué grado de verosimilitud presenta lo que se dice, etc. Generalmente estas fuentes están en documentos y memorias institucionales, por lo que se trata de una revisión documental. Consulta informantes clave: Constituye una acción realizada ex profeso para la obtención y producción de información, basada en el conocimiento y la experiencia de los técnicos e informantes clave de la comunidad, en la cual se va ha llevar a cabo el proceso de implantación. Entre otros aspectos, la información que se quiere recoger refiere a las situaciones problemáticas que la comunidad vive o ha vivido en relación al uso de drogas y las respuestas socio-institucionales que se han experimentado. Permite obtener una primera aproximación sistemática a las creencias, actitudes, percepciones, imágenes y representaciones sociales de la comunidad sobre los consumos de drogas, los usuarios/as y las problemáticas asociadas. En este sentido, permite trazar un primer mapa de las percepciones y los discursos sociales existentes en la comunidad. Sirve para testear el clima comunitario (un termómetro social), útil sobre todo, en aquellos casos en los que el proceso de implantación que se llevará a cabo, no responde a una demanda explicita de la comunidad. Recomendaciones - Revisar la prensa local, - Revisar la historiografía local, - Memorias institucionales, y - Informes institucionales: datos asistenciales, informes policiales, informes sociales, planes urbanísticos, planes comunitarios, etc. - Entrevistas semi estructuradas con informantes clave - Entrevista grupal o focus grup

3Creación del Comité de Acción Comunitaria (CAC) 14 PARTE I Una vez realizado el proceso de prospección y pre-diagnóstico, el equipo impulsor deberá impulsar la creación de un Comité de Acción Comunitario (CAC), el cual será fundamental para apoyar e implementar la totalidad de los pasos posteriores. Sus características, su composición (selección de los miembros) y su duración en el tiempo (transitorio o permanente), dependerán de cada situación y del contexto de ejecución del programa a implantar. En algunos territorios, por ejemplo, puede darse la situación de que existan grupos ya constituidos (plataformas, asociaciones civiles, grupos comunitarios, redes de organizaciones) que puedan constituirse como el propio CAC, o que tengan la capacidad de incorporar esas funciones dentro de su propio trabajo. En cualquier caso, se debe analizar cuidadosamente si se necesitará crear un nuevo grupo, si se trabajará con un grupo ya existente o si se trabajará de acuerdo a una combinación de ambas modalidades a partir de la información recolectada. La cuestión central es no doblegar esfuerzos. De cualquier modo, la manera más habitual de que un CAC lleve a cabo su trabajo es a través de grupo estable de personas, convocadas para dichos fines. El número de integrantes no debe entorpecer la operatividad del grupo; así, un número que fluctúe entre 8 o 12 miembros es recomendable para así garantizar la funcionalidad y representatividad del Comité ante la comunidad. Ahora bien para tomar cualquier decisión sobre la composición del grupo se deben de tener siempre presente los objetivos del CAC los que por regla general son: Ayudar a crear las condiciones técnicas y políticas favorables para el desarrollo de la implantación basada en los hallazgos del análisis de la situación inicial Retroalimentar al equipo impulsor sobre el desarrollo del proceso de implantación y canalizarla hacia otros colectivos clave Orientar al equipo impulsor en la toma de decisiones técnicas y políticas Ayudar a desarrollar estrategias para la consecución del plan Colaborar en la valoración de la situación inicial Colaborar en la identificación de los recursos existentes y apoyar la vinculación y cooperación entre éstos últimos y el equipo impulsor Vincular el proceso de implantación en todas sus fases con la comunidad

PARTE I 15 3.1 La selección de sus integrantes. La eficacia de un CAC o de cualquier otra organización de participación comunitaria dependerá en parte de la cantidad y la calidad de sus miembros representantes. Por eso, determinar a quien se invita es una decisión importante. Es importante que el CAC se plantee desde un principio como una organización abierta y flexible, dispuesta a incorporar no sólo a las personas que están a favor del proyecto de intervención, sino que también pueda incorporar a otras personas que eventualmente son refractarias a él. En este sentido, el CAC puede llegar a constituirse en un espacio de diálogo y de búsqueda de consenso crítico entre los participantes. Sin embargo, debemos tener presente que este último aspecto no constituye el objetivo principal del CAC, razón por la cual, la búsqueda del diálogo y consenso no debería llegar a interferir (bloquear) la consecución de los objetivos trazados para el CAC: la implantación legítima (necesaria) y legitimada (sustentable) del recurso. Lo anterior requiere que el grupo impulsor pueda identificar cuáles son los actores clave teóricamente comprometidos con el proyecto de implantación y cuáles son los actores que eventualmente podrían bloquearlo (para sumarlos a ambos). Para ello, podrán considerarse los siguientes criterios: Los miembros deben ser capaces de identificarse tanto con los usuarios de los servicios a implantar como con la comunidad de implantación Las personas que tienen contacto regular independientemente o a través de una organización con los usuarios de sustancias son muy importantes en el Comité Los servicios y personas representados en el Comité deben ser de diversas instituciones y procedencias, incluyendo la representación política Los miembros del Comité deben ser influyentes y legitimados por la propia comunidad o por el grupo que representan Es importante la participación de representantes de los usuarios Los miembros pueden actuar como representantes de ciertas organizaciones como personas o de los grupos que representan

16 PARTE I Entre los miembros potenciales del CAC, podemos señalar: Técnicos y profesionales de la red de asistencia sanitaria, drogodependencias y bienestar social. Miembros de asociaciones de vecinos y entidades del barrio Personas que realizan trabajo de calle. Servicios policiales y de seguridad. Asociaciones de derechos humanos. Medios de comunicación y prensa local. Miembros de asociaciones de pacientes o usuarios de drogas, entre otros. 3.2 Funciones del CAC El CAC tiene funciones técnicas y políticas precisas. Con lo dicho, planteamos que los objetivos funcionales del CAC son, aunque participativos, claramente intencionados. Es decir, si la función técnica sería sólo la de elaborar un diagnóstico y planificar la acción de intervención de manera consistente y coherente, la función técnicopolítica consiste en definir y fundamentar técnicamente la decisión de implantación para luego generar viabilidad y sustentabilidad social al servicio. En este sentido, la función técnico-política del CAC -una vez tomada la decisión de implantación- es generar las condiciones sociales y culturales para llevar adelante el proceso de implantación del servicio. Si se cuenta con escenarios amplios, consensuados y democráticos en donde operar, ideal; si no se cuenta con ellos, es preciso producirlos. Es decir, generar consenso sobre la necesidad de una implantación aceptada y sustentable. En el siguiente cuadro se describen las funciones técnicas y políticas del CAC.

PARTE I 17 Funciones Del Cac Técnicas - Aconsejar a las organizaciones sobre cómo establecer proyectos de prevención de salud pública - Dar apoyo moral y técnico a las organizaciones que impulsan el proyecto. - Ayudar en el diseño de la evaluación del proyecto - Favorecer vínculos con otros recursos que permitan que el servicio pueda ser mejorado - Promover y facilitar la educación de la comunidad local sobre la existencia y problemas de los usuarios de drogas - Relacionar a las organizaciones e individuos que están involucrados con los usuarios de drogas - Representar las preocupaciones de los habitantes de la comunidad sobre los usuarios de drogas y los servicios que los atienden y participar en reuniones para hablar sobre el proyecto s políticas - La construcción de alianzas favorables - La validación social de sus decisiones - La validación social y cultural del servicio - La promoción comunitaria de los derechos sanitarios y humanos de los usuarios - La búsqueda de las adhesiones sociales necesarias para la implementación de acciones - La idea de generar diálogo social de base comunitaria o vecinal (generación de ciudadanía) - La generación o el mejoramiento de instancias de diálogo y negociación con actores opositores a la implantación - Actuar como grupo defensor de las necesidades y derechos de los usuarios de drogas

18 PARTE I 4Valoración de la situación inicial: Diagnóstico técnico y análisis situacional- estratégico La valoración de la situación inicial es fundamental para el diseño ulterior del Plan de Acción. Si bien involucra una mirada técnica sobre un problema de intervención (los tipos, alcances y dimensiones de los problemas de salud asociados al uso de drogas presentes en la comunidad local de implantación), involucra además una mirada política, pues parte del supuesto de que en los procesos de implantación hay y habrá en el territorio otros actores involucrados, algunos a favor y otros en contra (tal vez la mayoría) de nuestras intenciones. En ese sentido, además de la consideración de los instrumentos clásicos de valoración como podrían ser aquellos correspondientes a un diagnóstico técnico tradicional centrado en la caracterización de las partes componentes (factores, variables) de un objeto determinado (la comunidad o la población usuaria), será necesario realizar un giro metodológico y pensar la situación (análisis situacional) ya no como un escenario (objeto) compuesto por datos (los datos recogidos en el diagnóstico técnico desarrollado y que describen la situación inicial del entorno de implantación) sino como un problema (socio-político) específico a abordar en donde deberemos aplicar todas nuestras artes de persuasión y de generación de consenso a nivel barrial; esto es, la (probable) oposición vecinal a la implantación de un programa de atención a usuarios de drogas. Para ello, la metodología que proponemos se compone de dos componentes: el diagnóstico técnico y el análisis situacional-estratégico.

PARTE I 19 4.1 Diagnóstico técnico El diagnóstico técnico comprende tanto la evaluación del problema (llamado algunas veces evaluación de necesidades ) y una evaluación de los recursos requeridos para enfrentar el problema (también llamada evaluación de recursos ). En cuanto a lo primero, nos permite valorar la magnitud, extensión y características de los consumos de drogas y la naturaleza de sus daños asociados (sanitarios, sociales y económicos). Y en cuanto a lo segundo, nos permite identificar y evaluar los recursos existentes identificando de forma oportuna, aquellos en falta y que dada su valoración, son entendidos como sino indispensables, necesarios para el proceso de implantación. En ambos casos se deberán implementar procedimientos técnicos de recolección y producción de información debidamente formalizados. La magnitud, extensión y profundidad del conocimiento que el GI obtenga dependerá de las propias capacidades y recursos disponibles por parte del equipo, así como también del uso práctico que eventualmente se hará de la información (uso técnico y político). De ello también dependerá que el diagnóstico sea asumido por los propios miembros del GI o bien sea externalizado. De ser esto último el caso, se recomienda que el consultor o investigador responsable del diagnóstico técnico, se incorpore al grupo impulsor, como un miembro más, desde el inicio del proyecto. Para organizar la realización del diagnóstico proponemos 6 ámbitos o ejes de indagación con sus respectivos temas y/o dimensiones clave y sus respectivas técnicas de investigación.

20 PARTE I Ambito Descripción Indicadores contexto estructural contexto sociocultural El contexto estructural está conformado por aquellos factores que influyen en la estructura básica de una determinada localidad o comunidad. Estos incluyen factores tales como: la demografía poblacional, migración, movilidad, distribución social y geográfica de la salud y la enfermedad, red socio - sanitaria, situación política, legal y económica, medios de transporte público y comunicaciones locales. Se trata de valorar cómo cada uno de estos factores influyen, directa o indirectamente, en la situación actual del problema, y principalmente, como éstos podrían llegar a influir en el proceso de implantación e implementación del dispositivo Teniendo en cuenta que todo proceso de implantación suele provocar en la comunidad receptora fuertes sentimientos de incertidumbre e inseguridad, la valoración del contexto social y cultural se dirige a identificar cómo los factores sociales y culturales pueden llegar a influir o incidir en el desarrollo del proceso de implantación e implementación del recurso en el contexto territorial en el que será alojado -Demografía poblacional. -Distribución social y geográfica de la salud y la enfermedad. -Red socio sanitaria. -Situación política, legal y económica. -Transporte público y comunicaciones locales. -Normas y valores respecto a los consumos de drogas y riesgos. -Actitudes y creencias respecto a los mismos. -Discursos y representaciones sociales dominantes respecto a los mismos. practicas de consumo En la perspectiva de proteger la salud pública y los derechos humanos, los servicios de drogodependencias buscan, de diferentes maneras, reducir los daños que el uso de drogas ocasiona en los consumidores y en sus familiares próximos. En este marco, para una adecuada valoración de este ámbito, se requiere que el proceso de producción y recolección de información garantice la inclusión de diversos puntos de vista, sobre todo garantizar wwla inclusión del punto de vista de los propios implicados -Historia de consumo de drogas en el barrio. -Características y/o perfiles de los usuarios (edades, sexo-genero, etc.). -Zonas abiertas de consumo. -Zonas de venta y consumo.

PARTE I 21 Ambito Descripción Indicadores riesgos y daños La valoración de los riesgos y daños proporciona información necesaria para elaborar ideas sobre la necesidad y prioridad de las intervenciones. Pese a que este tipo de información representa un insumo fundamental para la construcción de la línea de base de cualquier intervención, nos inusual que los programas carezcan de información contextualizada sobre los riesgos y daños asociados a los consumos de drogas en el contexto local -Tasas de infección VIH/VHC. -Nº jeringas calle. -Tasa sobredosis barrio. -Urgencias relacionadas con uso drogas incluido alcohol. -Accidentes transito ligado usos drogas/alcohol. -Multas por consumo drogas vía pública. -Nº actas por trafico drogas vía publica. respuestas actuales El foco de interés principal de la evaluación de las respuestas actuales es la extensión, naturaleza e idoneidad de las intervenciones en curso cuyo objetivo sea mejorar el estado de salud de la población usuaria de drogas. Al mismo tiempo, la evaluación también debe recopilar datos sobre los factores que impiden o facilitan la accesibilidad a los servicios Programas de tratamiento drogodependencias -Programas reducción de daños y de riesgos (modalidad, cobertura, etc.). -Unidad de desintoxicación hospitalaria. -CAP -Programas de prevención uso de drogas escolares. -Programas de calle y comunitarios. respuestas futuras Una vez evaluadas las respuestas actuales, es necesario identificar las carencias claves en las intervenciones actuales, para identificar la necesidad de desarrollar futuras intervenciones, identificando también los recursos requeridos para que su desarrollo e implementación tenga éxito. Al identificar las carencias y necesidades, es importante considerar la intervención global a nivel local. -Tipos de intervenciones que se necesitan. -Recursos requeridos para implementarlas. -Factores que puedan inhibir o mejorar su eficacia.

22 PARTE I 4.2 Análisis situacional-estratégico El análisis situacional-estratégico es una simple y poderosa herramienta metodológica para el análisis del problema, de los actores involucrados en él, y de la viabilidad social y política de un proyecto determinado. Esta no está pensado desde un sujeto de intervención externo (el planificador) a la realidad a intervenir (la comunidad), sino desde la perspectiva de un agente (el GI + CAC) que quiere intervenir y que debe lidiar con otros actores (y sus intereses, creencias y representaciones de la salud, los derechos sanitarios y las drogas, etc.) para conseguir los fines establecidos (en esta caso implantar sustentable y no conflictivamente). Acá situacional significa que cada actor verá la intervención desde sus propia perspectiva (desde el punto de vista de sus intereses y creencias o representaciones), y estratégico (o interdependiente) quiere decir que cada actor está íntimamente vinculado a los demás actores presentes en la situación de implantación, no pudiéndose analizar su actuar si no en relación al actuar y a las creencias de los demás. Los ejes relevantes de esta metodología son los siguientes: El análisis de las causas que asociadamente generan el problema que queremos abordar, y El análisis de la viabilidad social y política del proyecto, lo que comprende identificar los actores involucrados en el escenario de implantación y caracterizar su interés, el valor asignado por éste y su motivación frente al plan. En el marco del análisis situacional-estratégico, el flujograma situacional (FS) es un técnica útil para determinar las causas que constituyen un problema (desencadenantes), los descriptores (indicadores) y sus consecuencias (impactos). En la siguiente tabla entregamos un ejemplo aplicado de FS a nuestro problema de intervención: el problema del logro de una implantación no conflictiva y socialmente sustentable de recursos en drogas. Este ejemplo retrata el caso de una supuesta oposición ciudadana a implantación de un servicio de atención a usuarios en el barrio XXX. Tal como veremos, se trabaja identificando tanto las causas (factores causantes o desencadenantes) que se nos ocurre que componen el problema (las sentencias reseñadas con números), los descriptores (se verifica en), como las consecuencias de éste (impacta en), con lo cual se dispondrá de un mapa claro de los factores que desencadenan el problema, de los síntomas en los cuales toma cuerpo y en los efectos derivados.