PRIMER SEMINARIO INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN ARTÍSTICA 2007 Desafíos para un acceso democrático y de calidad. Santiago, 29 y 30 de octubre de 2007 Mesa IV: Educación Artística en Chile. Escuela Experimental de Música Jorge Peña Hen, una experiencia para compartir. Por: Lina Barrientos Pacheco Universidad de La Serena-Chile Introducción. La Escuela Experimental de Música de La Serena, creada por Jorge Peña Hen hace 42 años, ha tenido un modelo educativo en el ámbito musical que se aproxima bastante a esta nueva modalidad para la educación chilena, que el Ministerio de Educación estaría poniendo en marcha a partir del año 2009. El propósito de esta exposición es mostrar algunos ejes esenciales del desarrollo de este modelo, considerando aspectos relevantes del contexto histórico que le dieron origen, y a partir de esta experiencia sugerir ciertos elementos a considerar en el diseño de una malla curricular para el área artes musicales, en sus menciones de interpretación, composición y apreciación musical. La agenda contiene una reseña de hitos históricos que muestran la gestación de la Escuela, diseños de las mallas curriculares del Plan Musical, ofertas académicas durante estos últimos años para el Plan Diferenciado de terceros y cuartos medios y sugerencias generales para la implementación de la nueva modalidad y bibliografía. Reseña histórica. La Escuela Experimental de Música inició sus actividades en la Serena el año 1965 con un propósito cercano a esta nueva modalidad de Educación Diferenciada Artística, es decir formar músicos en la Región, de tal manera poder descentralizar la actividad artística cultural del país, formando intérpretes profesionales que pudiesen conformar orquestas sinfónicas en las regiones.
El gestor de la idea fue Jorge Peña Hen, coquimbano de familia, nacido circunstancialmente en Santiago el año 1928, muriendo asesinado por la caravana de la muerte, en La Serena el 16 de octubre de 1973. Fue compositor y director, pero principalmente se destacó como gran organizador y creador de instituciones musicales, a través de las cuales desarrolló labores docentes y de extensión, logrando que la región de Coquimbo fuera reconocida como un centro de formación musical ejemplar para Chile y Latinoamérica. El proyecto tuvo una primera etapa durante el año 1964. Contando Peña con el apoyo y colaboración de quienes constituían el Conservatorio Regional dependiente de la Universidad de Chile y la Sociedad Juan Sebastián Bach de La Serena, de las cuales era director y presidente respectivamente, creó el Plan de Extensión Docente, que consistió en seleccionar a 100 niños y niñas de cuarto preparatoria de cinco escuelas públicas de La Serena, a quienes dio una formación musical instrumental. La modalidad de funcionamiento fue: por la mañana las niñas y niños asistían a sus respectivas escuelas y por la tarde se dedicaban a la práctica musical. El trabajo fue arduo para todas y todos los involucrados en la experiencia, pero motivador, quizás debido al entusiasmo y energía que irradiaba el propio Jorge Peña. En diciembre de ese mismo año ofrecieron a la comunidad el primer concierto de la Orquesta Sinfónica de Niños de La Serena. Con el propósito de facilitarles, a estas niñas y niños, sus estudios y su vida estudiantil, Jorge Peña gestionó la creación de una escuela JEC, es decir una escuela con jornada escolar completa. Durante las mañanas asistían a la formación general y durante las tardes hasta las cinco, a la enseñanza musical. El plan musical consistió en la práctica de un instrumento, teoría y solfeo y práctica de conjunto. Con los años llegaron a conformarse tres orquestas sinfónicas, tres bandas sinfónicas, tres orquestas de cuerdas y variados conjuntos de cámara, todos ellos en sus respectivos niveles: infantil, medio y superior, ofreciendo conciertos en la región, el las zonas norte y central de Chile y en el extranjero: Argentina, Perú y Cuba. El Ministerio de Educación dio reconocimiento a esta modalidad con un decreto fechado el 18 de mayo de
1965, dándole la categoría de Escuela Experimental Urbana de Primera Clase. Un año después, en 1966, se iniciaron actividades que dieron paso a una educación artística integral e integrada a la educación general. Surgió el Conjunto de Arte Dramático, cuyos resultados se manifestaron en la representación de la ópera infantil La Cenicienta, compuesta por Jorge Peña con texto de Oscar Jara. Esto permitió nominar a la escuela, por algunos años, Escuela Experimental de Música y de la Representación. Después de la muerte de Jorge Peña, durante un período de diez años, la escuela mantuvo un perfil bajo, el profesorado continuó con las actividades docentes y algunas de extensión con conciertos locales. En 1982 con la reforma de las universidades chilenas, en las regiones dejaron de funcionar las universidades sedes, reconfigurándose como universidades regionales autónomas, las que debieron amoldarse al nuevo sistema económico que impuso el gobierno de la época, basado en la autogestión y el autofinanciamiento, de esta manera la Escuela Experimental de Música quedó bajo el gobierno de la Universidad de La Serena. En este marco las nuevas autoridades decidieron evaluar la continuidad o no de esta experiencia, principalmente por los altos costos que esto significaba, para ello convocaron a connotados músicos de Santiago, quienes constituyeron una comisión evaluadora, presidida por el maestro Fernando Rosas, recientemente fallecido. El maestro Rosas se las jugó por la continuidad, lo que fue aprobado, y junto con la comisión propuso la reestructuración de la planta de profesores del Departamento de Música y del Plan Musical de la Escuela; contrataron nuevos profesionales, quedando sólo unos pocos de los antiguos en sus cargos. Con esto se le dio un nuevo impulso a la Escuela Experimental de Música, tanto en la docencia como en las actividades de extensión, potenciando el trabajo de las orquestas y bandas infantiles y juveniles. La Universidad de La Serena, en 1987 establece como una de sus cinco áreas prioritarias la música juvenil, lo que se ha mantenido hasta la fecha.
Mallas curriculares. En una primera etapa se impartió enseñanza desde quinto hasta cuarto año de enseñanza media, manteniendo un Plan Musical curricular de cinco horas pedagógicas, una de instrumento, dos de teoría y solfeo y dos de conjunto, estas cinco horas equivalían a las dos horas de educación musical de la modalidad científico humanista. Extracurricularmente estas horas se duplicaban con práctica coral y de conjunto, y triplicaban con los ensayos extras antes de un concierto o gira. El quinto básico tenía un curso adicional durante el primer semestre llamado Curso Exploratorio, donde niños y niñas probaban diversos instrumentos y eran guiados a la elección de uno de ellos según sus aptitudes. Los cambios producidos con la reestructuración del año 1983 consistieron en agregar, al Plan antes mencionado, práctica coral con dos horas a los cursos de sexto y séptimo básico y armonía a los terceros y cuartos medios. En 1986 la Escuela amplió su matrícula a cuarto básico y en 1988 a primero básico, llegando a tener un total de 786 estudiantes. Este primer ciclo básico (cursos de primero a cuarto) tuvo una educación musical con dos horas, complementando la actividad musical con cursos extracurriculares como orquesta rítmica, flauta dulce, violín con el sistema suzuki y otros. Diez años después, coincidiendo con la última reforma educacional chilena, el Plan Musical fue reestructurado por una comisión, pero esta vez con una fundamentación teórica y experiencial producto de estudios y seguimientos del equipo de profesores que impartían las asignaturas de Educación Musical y Teoría y Solfeo. De estos estudios y conversaciones surgió una propuesta que se conserva hasta la actualidad (2007). En el primer ciclo básico (de 1º a 4º) el estudiantado tiene tres horas de Educación Musical enfocadas al apresto para la enseñanza instrumental, la lecto-escritura musical y la práctica coral, integrando en cuarto año contenidos de lo que antes fue el curso exploratorio.
En el segundo ciclo básico, los quintos y sextos, inician la práctica instrumental con una hora de instrumento y dos horas de conjunto (banda u orquesta), lectoescritura con dos horas (ex teoría y solfeo, pero reconfigurada) y práctica coral con dos horas, quedando con un total de 7 horas. Estas 4 asignaturas que hacen un total de 7 horas son equivalentes a las 2 horas del sub sector Artes Musicales, promediando las calificaciones para quedar en una sola. Los cursos de séptimo y octavo sólo quedan con la práctica del instrumento, conjunto y lecto-escritura. En el primer ciclo de enseñanza media (1º y 2º) se mantiene instrumento con una hora y conjunto con dos. A modo de experimentación se instalaron dos asignaturas, una de ellas fue práctica coral, cuyo propósito fue que el estudiantado continuara con la práctica del solfeo terminada en 8º año, cantando en coro con partituras. Esto no tuvo el éxito esperado, fueron muy pocos los estudiantes que asistían a clases, por lo que se optó por eliminarlo como asignatura y se dejó con carácter de coro seleccionado, pero con el tiempo dejó de funcionar. La otra asignatura es etnografía musical, cuyo propósito es la comprensión de las prácticas musicales en distintas culturas, partiendo por la propia y por las prácticas musicales del entorno. En primer año se pone énfasis en las músicas del repertorio popular, considerando la amplia gama de géneros y especies que éste tiene, y en segundo el énfasis está puesto en las músicas del repertorio clásico o de arte, desarrollado en la cultura occidental europea. Lo particular de esta asignatura es el enfoque metodológico etnográfico para que se produzcan los aprendizajes, donde el estudiantado, aplicando técnicas de observación, entrevista y registro de campo, propio de la etnografía, y con la guía del profesor, se encuentra en la realización de las propias descripciones que explican una práctica musical determinada. El segundo ciclo de enseñanza media (3º y 4º) continúa sólo con la hora de instrumento y las dos horas de conjunto, que como dije anteriormente puede ser orquesta o banda. Aquí el Plan Diferenciado, propio de la modalidad científico humanista, permite ofrecer 3 o 4 asignaturas con un total de 10 horas, que refuerzan la formación musical, siendo elegido por aquellos estudiantes
que han tomado a decisión de continuar sus estudios musicales en un nivel superior. Plan diferenciado. En la modalidad científico humanista existe un corpus de 10 horas pedagógicas distribuidas en tres o cuatro asignaturas, para el segundo ciclo de enseñanza media (3º y 4º) distinguido como plan diferenciado, donde el estudiantado tiene la posibilidad de elegir, según sus intereses supuestamente vocacionales, entre una gama de ofertas que les presenta la institución educativa, que están preferentemente en los ámbitos de las ciencias, humanidades y las artes. En la Escuela Experimental de Música, en un principio el estudiantado tenía la posibilidad de inscribirse en asignaturas de los distintos ámbitos en forma mezclada, sin embargo en la actualidad estas se ofertan agrupadas por afinidad según los distintos sectores de aprendizajes. Algunas de las asignaturas que el Departamento de Música de la Universidad de La Serena, durante estos últimos diez años ha ofrecido al estudiantado de la Escuela Experimental de Música que ha elegido el plan diferenciado artes musicales son: piano funcional, música de cámara, lecto-escritura, armonía, análisis de la composición musical, audición dirigida, historia de la música europea, historia de la música en Chile y América, informática musical, entre otras. Lo interesante es que tanto los programas de estas asignaturas como el nivel de exigencia por parte del profesorado que las imparte, tiende a asemejarse al nivel universitario, de esta manera varios de estos estudios han llegado a ser homologables por asignaturas de las mallas curriculares para estudios musicales de instituciones de educación superior, como es el caso de la propia Universidad de la Serena. El estudiantado de tercero y cuarto medio de la Escuela que elige el plan diferenciado artes musicales, equivale aproximadamente a un cuarto o un quito del total de estudiantes de este ciclo, esto significa que tenemos grupos entre nueve a once estudiantes por curso, dependiendo del año.
Sugerencias para la nueva modalidad. A la luz de esta experiencia, más mi particular mirada desde las conversaciones pedagógicas y musicológicas que han nutrido gran parte de mi vivir profesional, me atrevo a proponer cuatro puntos esenciales y articuladores que deberían considerarse para el diseño y operatividad de una malla curricular para la línea Artes Musicales en sus menciones Intérprete, Composición y Apreciación Musical. - Apertura a la diversidad de repertorios: esto se refiere a abordar los estudios de las músicas de arte o docta originarias de la cultura occidental europea, sin dejar de lado la música popular, las de raíz folclórica y las de tradición oral. Estudios musicológicos muestran el entrecruzamiento e hibridismo de elementos estructurales compositivos entre estos diferentes tipos de repertorios, los que se transforman en un incentivo para el estudiantado al llevarlos a la práctica interpretativa y compositiva, siempre que sean guiados por un profesional competente. - Transversalidad de lo musical: son variadas las disciplinas de las ciencias sociales y ciencias fácticas que actúan como interdisciplinas para explicar fenómenos relacionados con lo musical, entre ellas la historiografía de la música, antropología de la música, semiótica de la música, psicología de la música, físico acústica, fisiología, geometría fractal, etc. En los sectores relacionados con la formación general de las escuelas artísticas bajo esta nueva modalidad, perfectamente podrían articularse contenidos humanistas y científicos, a modo de un contrapunto, con contenidos referidos al sonido, a la interpretación, al acto creativo, al contexto histórico y/o cultural de alguna práctica musical, etc. - Lineamientos para una secuencia del currículum: la formación artística en general y la musical en particular debería diseñarse en forma integrada a la formación general que abarque el ciclo completo de la escolaridad, teniendo como base en la primera etapa una educación artística integrada que incentive
y potencie la creatividad por medio del juego en forma permanente, en especial el juego corporal. La práctica sistemática de un instrumento y el canto podrían iniciarse en el segundo ciclo básico, manteniendo en paralelo la práctica de conjunto, mejor aún si a esto se le agrega movimiento corporal o danza y expresión o actuación, como fue el caso de la ópera La Cenicienta, realizando esta práctica durante todo el resto de la formación escolar, en forma gradual, conjugando las habilidades que va desarrollando el estudiantado, a través de su permanencia en la escuela, en los distintos niveles que cursa. Ya en enseñanza media, particularmente en primero y segundo podría potenciarse la transversalidad que explicara anteriormente, además de apoyar al estudiantado con una fuerte orientación vocacional, realizada por un profesional que tenga ambas formaciones, de tal manera que sea un guía para ellos en la elección de la mención. Para los terceros y cuartos medios, niveles en que se prepararán en las respectivas menciones, ya está dicho lo esencial en el diseño de los objetivos fundamentales terminales y contenidos mínimos, lo que resta es recalcar que esta formación debe ser entregada por profesionales que además de la especialidad tengan la práctica/experiencia de lo que están enseñando, y en lo posible una formación pedagógica. - Perfil profesional del equipo docente: una escuela que se decida por la modalidad de educación diferenciada artística y que entre sus especialidades elija tener la línea artes musicales, debería considerar en su planta docente profesores de educación musical, instrumentistas en las especialidades de cuerdas, vientos madera, bronces y percusiones; además de teclado y guitarra (clásica, folclórica y popular); a lo menos un compositor con habilidades para instrumentar y realizar arreglos; un director de coros y un musicólogo.
Bibliografía. Barrientos, Lina: Construyendo una Historia de la Música Local. Módulo de Educación Musical del Programa MECE Media del MINEDUC, Chile, año 2000. Barrientos, Lina: Jorge Peña. Entrada en el Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana. Editor Emilio Casares, Madrid España, año 2000. Castillo, Miguel: Jorge Peña Hen (1928-1973).Música, Maestro y Humanista Mártir. Edición del autor en 50 ejemplares. Santiago-Chile, 2001. Cortés, Elízabeth: Jorge W. Peña Hen, vida y obra. Requisito para optar al título de Profesor de Estado en Educación Musical. Profesora patrocinante Lina Barrientos. Universidad de La Serena, Facultad de Humanidades, Departamento de Música. La Serena 1994. Maturana, Humberto y Gerda Verden-Zöller: Amor y Juego. Fundamentos olvidados de lo humano. Instituto de Terapia Cognitiva, Santiago-Chile, año 1995. Reynoso, Carlos: Antropología de la Música, de los géneros tribales a la globalización. Volumen II, Teoría de la complejidad. Editorial SB, Colección Complejidad Humana. Buenos Aires-Argentina, año 2006. Yuri Gracia, Gustavo y Lina Barrientos: Redescubrir nuestro hacer en la cooperación, desde un enfoque etnográfico, en el hacer musical en el aula. En Revista temas de Educación Nº11, Departamento de Educación, Universidad de La Serena, año 2004.