Por los años 50 en mi país, estos procesos se explicaban solamente desde la perspectiva de la autosugestión y la autogenia. Se señalaba que teníamos dos tipos de mentes una referida al subconsciente y otra al consciente y que la primera constaba aproximadamente del 95% de la reserva mental y queelconscientesolamentedel3a5%. La mente consciente al ser analítica percibe la información a través de los cinco sentidos y se la trasmite al subconsciente en forma de patrones mentales y éstos se instalan en ella en forma de obsesión, creencias, complejos, limitaciones personales y hábitos.
Los patrones mentales se pueden definir como las imágenes, los supuestos, las historias que tenemos en la mente acerca del mundo, de uno mismo y de la vida en general que se han formado por influencias del ambiente familiar, la sociedad, la cultura y por nosotros mismos. Un ejemplo para mayor clarificación es cuando al levantarnos por la mañana con toda la energía decimos Hoy me irá muy bien como siempre me ocurre o por el contrario no creo que me irá muy bien porque siempre tengo problemas de conseguir lo que deseo.
La autogenia se define como el proceso personal de repetir y visualizar muchas veces patrones mentales a fin de poder transformar nuestra imagen, nuestros complejos, nuestras limitaciones, nuestros dolores y achaques e instalar en nuestro inconsciente la creencia de estar FUERTES, SANOS Y FELICES. La neurociencia, de desarrollo muy reciente, nos explica ese proceso desde la perspectiva del funcionamiento del cerebro cuyo propósito fundamental es darnos las respuestas en relación al mundo que nos circunda. Con las infinitas experiencias vividas en el transcurso del tiempo, el cerebro genera cambios en su estructura, y a esas modificaciones se le conoce con el nombre de neuroplasticidad la que a su vez, permite la renovación de las neuronas.
Como podemos apreciar nuestro cerebro posee cuatro lóbulos en cada hemisferio: lóbulos frontales, lóbulos parietales, lóbulos temporales y lóbulos occipitales, cada grupo con sus funciones específicas y que en conjunto con los billones de neuronas contribuyen a maximizar nuestro potencial y a minimizar las vulnerabilidades. En otras palabras, colaboran para que podamos aprender a sentirnos menos ansiosos, menos tensos, menos estresados y a fortalecer nuestros pensamientos positivos. Lóbulo parietal: ayuda a procesar la información que entra por los sentidos Lóbulo occipital: controla la visión Lóbulo frontal: controla la mayor parte de la memoria abstracta Lóbulo temporal: controla la mayor parte de la memoria, la audición y el lenguaje
Los lóbulos frontales son los que dirigen el funcionamiento del resto del cerebro, decidiendo qué hacer, cómo y cuándo actuar positivamente o negativamente y cómo apreciar o despreciar las cosasbellasdelavida. Lóbulo parietal: ayuda a procesar la información que entra por los sentidos Lóbulo occipital: controla la visión Lóbulo frontal: controla la mayor parte de la memoria abstracta Lóbulo temporal: controla la mayor parte de la memoria, la audición y el lenguaje
Las neuronas por su parte funcionan en equipos, lo que significa que son altamente sociales porque ellas no pueden funcionar aisladamente, si fuera así, morirían. Cada una es capaz de tener conexiones con diez mil o más neuronas y estas conexiones cambian la estructura del cerebro y por consiguiente contribuyen altamente a la neuroplastidad con cada nueva actividad, nuevos aprendizajes y nuevos desafíos.
Las neuronas no se tocan entre sí ellas se comunican a través de un sistema de mensajeros químicos llamados neurotransmisores los que pasan a través de un espacio denominado sinapsis. Esta es la forma de cómo una neurona moviliza a las otras. Existen más de sesenta tipos de neurotransmisores en nuestro cerebro.
Los más importantes según los neurocientíficos son: 1. GABA (sigla del ácidogama-aminobutírico), neurotransmisor que nos ayuda a calmarnos y rebajar nuestra ansiedad. 2. Glutamato, que por el contrario, es el caballito de batalla y está alerta para activar a las neuronas y ponernos de inmediato en acción.
Aun cuando los neurotransmisores son numerosos existen otros, en los que los neurocientíficos están poniendo mucha atención ellos son la serotonina, la norepinefrina y la dopamina. Sus funciones es hacer que las neuronas actúen más eficientemente o que produzcan más glutamato. Es decir, que se generen mayores respuestas emocionales placenteras y por consiguiente, mayores pensamientos positivos. Hay que evitar, por todos los medios, secretar cortisol el neurotransmisor del estrés que acelera el envejecimiento cerebral. Cada vez más, los neurocientíficos están comprobando que todo nuevo aprendizaje, toda nueva idea generan nuevas conexiones sinápticas que refuerzan la función de las neuronas a fin de conseguir el resultado que uno espera.
A medida que se desee fijar con mayor eficiencia lo que se aprende o se desea, mayor es el fortalecimiento de las conexiones de las neuronas y de los lóbulos frontales para lograr el objetivo. Este proceso explicaría, en parte, los efectos de la autogenia y del poder del pensamiento. Los investigadores neurocientíficos han demostrado que simplemente imaginarse cambios de conductas contribuye a la neuroplasticidad en el área asociada con las neuronas requeridas. De esta manera, solamente pensar en algo que se desea lograr contribuye al fortalecimiento del sistema neuronal.
Sin embargo, no sólo basta la explicación sino que es necesario seguir ciertos pasos como los siguientes: 1. Enfocar en los hechos que uno quiere recordar, en la conducta que se desea modificar o en un objetivo que se desea lograr. Esta puesta de atención cognitiva activa a los lóbulos frontales y éstos a su vez exigen que otras partes del cerebro se involucren. Este proceso puede ser de carácter positivo o negativo. 2. El segundo paso es el esfuerzo que hay que desplegar para la acción, que no es otra cosa que pensar concienzudamente a fin de activar al cerebro para que haga nuevas conexiones sinápticas.
3. El tercer paso es practicarlo para que ese pensamiento se automatice a fin que esa práctica se haga con menor esfuerzo. Este paso responde al principio de la eficiencia: lo que se produce fácilmente se puede repetir porque es fácil. 4. El cuarto y último paso es actuar con la determinación de practicar la autogenia todas las veces que se desee hasta que se convierta en un hábito.
Finalizo amigos: TERCERA EDAD Y AUTOGENIA Indicando que todos podemos pensar y visualizar positivamente. Solamente necesitamos tomar en cuenta que cada pensamiento no es estrictamente blanco o negro. Las diferentes tonalidades o posibilidades siempre nos ayudarán a enfocarnos en la realidad. También quiero señalar que nuestras opiniones y percepciones deben ajustarse a los contextos y realidades en que se producen las situaciones eso ayuda a que se logren los objetivos que uno desea lograr.
Otro aspecto importante es considerar todas las situaciones que se experimentan, como oportunidades de aprendizaje y desconectarse de todas las creencias negativas. Finalmente deseo recordar que el optimismo es uno de los aspectos más críticos de la inteligencia emocional. Si desarrollamos la perspectiva optimista, la cultivamos y la mantenemos, bien podemos disipar las tormentas de los problemas que nos aquejan. Por todo lo señalado los insto a que frecuentemente se repitanconfuerza:soyfuertesanoyfeliz!!!!!!!!