Dirección Nacional de Programación Económica Regional SOJA - GIRASOL



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Transcripción:

SECTOR OLEAGINOSO SOJA - GIRASOL (JUNIO 2002) MINISTERIO DE ECONOMIA SECRETARIA DE HACIENDA SUBSECRETARIA DE RELACIONES CON PROVINCIAS DIRECCION NACIONAL DE PROGRAMACION ECONOMICA REGIONAL 1

1. COMPOSICIÓN DEL SECTOR El sector oleaginoso consta de dos actividades bien diferenciadas: la actividad agropecuaria caracterizada por la producción de granos oleaginosos, y el proceso de industrialización para la elaboración de aceites y subproductos, cada una con características de producción y localización específicas. La producción primaria de oleaginosas en el país está compuesta fundamentalmente por el cultivo de soja, girasol, lino, maní y algodón, siendo de menor importancia la producción de otras semillas tales como tung, colza, cártamo, tártago y jojoba. Esta producción agrícola tiene como finalidad el grano, que una vez recolectado se lo destina a la exportación o a la industrialización. La actividad industrial está compuesta por la molienda, principalmente soja y girasol, para la obtención de aceites comestibles y subproductos. La extracción del aceite puede realizarse mediante distintos procesos: mecánicos (uso de prensas) o químicos (uso de solventes), ó combinando ambos métodos. Los subproductos obtenidos recibe el nombre según el método de extracción utilizado y el porcentaje de aceite retenido: a) el subproducto producido por las prensas discontinuas se conoce con el nombre de torta. b) el de las prensas continuas se llama expeller. c) el logrado por el uso del método por solvente se denomina harina de extracción. La torta, expeller y harina se destinan a la producción de alimentos balanceados para la ganadería intensiva y la avicultura. La exportación de subproductos de oleaginosas, fundamentalmente harinas, se efectúa luego del proceso de pelleteado. Es importante destacar la atomización que se verifica en la producción primaria conformada por un gran número de productores, mientras que se va concentrando la actividad a medida que se avanza en los procesos de industrialización, como así también, en la etapa de exportación. La principal característica del sector oleaginoso es su destacada inserción en los mercados mundiales, superior a la de los demás sectores alimenticios del país, ocupando un lugar preponderante en las exportaciones agroalimentarias. Si se consideran las exportaciones como un indicador de competitividad, la cadena agroindustrial de las oleaginosas, con granos, aceites y subproductos proteicos como principales componentes, es un sector altamente competitivo de la economía argentina, siendo uno de los más dinámicos de la actividad industrial. El sector presenta desde hace varios años un gran dinamismo, con importantes inversiones tendientes a ampliar su capacidad de molturación (molienda) y almacenamiento y a mejorar las instalaciones portuarias. La industria aceitera nacional, dotada de alta teconología, registra el mayor crecimiento entre los principales productores del mundo. Nuestro país es el principal exportador mundial de aceite de soja y de girasol; asimismo, en el caso de subproductos es también el primer exportador mundial de harina de soja y girasol. En el presente informe se analizan las actividades sojera y del girasol, tanto primaria como industrial, debido a que ocupan un lugar preponderante dentro del sector oleaginoso (en conjunto constituyen alrededor del 95% de la producción total de oleaginosas). A estos granos se destina la mayor parte del área sembrada, actualmente alrededor de 10.6 millones de hectáreas al cultivo de soja y cerca de 2.5 millones de hectáreas al cultivo de girasol. Dadas las características del proceso de obtención del aceite de soja y girasol, éstos se 2

pueden realizar en forma conjunta, en tanto que la producción de otros aceites comestibles como maíz, oliva, maní y algodón son completamente independientes. 2. PRODUCCIÓN PRIMARIA En la década del 70 comienza una fuerte expansión del sector oleaginoso en su faz primaria, acompañada por el desarrollo de la actividad industrial. En los últimos 26 años la superficie sembrada con oleaginosas (soja, girasol, maní y lino) ha crecido en un 340% pasando de 2,9 millones de hectáreas en la campaña 1970/71 a 12,9 millones en la campaña 2000/01, en tanto que la de cereales, que compiten con las oleaginosas en el uso del suelo, ha disminuido de 16,7 millones de hectáreas a 10 millones, tomando el mismo periodo (Cuadro I). Cuadro I: Nota: El área sembrada y cosechada se expresan en miles de hectáreas, la producción en miles de toneladas y los rendimientos en quintales por hectárea. Fuente: SAGPyA. A su vez, la producción de granos oleaginosos se multiplicó por quince en el mismo periodo, en tanto los rendimientos se triplicaron, mientras que la producción de cereales creció una vez y media y los rendimientos no llegaron a duplicarse. De esta manera, la importancia de la producción de oleaginosas con respecto a los cereales, dentro del conjunto de la producción granaria, pasó del 8.5% al 46%. Las técnicas de producción de granos oleaginosos sufrieron una fuerte modificación a partir de los años 70, junto con el rápido y explosivo desarrollo del cultivo de la soja. Su difusión fue impulsada por los cambios ocurridos en el mercado mundial de granos, estrechamente asociados con el desarrollo de la ganadería intensiva en Europa, a partir de la incorporación de los pellets y expellers de semillas oleaginosas a la alimentación animal. Esta importante expansión de los cultivos oleaginosos (soja y girasol) en el país, se constituyó en la base sobre la cual se desarrolló la actividad industrial, que muestra importantes incrementos en la molienda de granos. La incorporación de tecnología que trajo aparejado el cultivo de la soja se refleja en que su producción de ser prácticamente inexistente en los años 70 alcanzó en la campaña 2000/01 los 26.8 millones de toneladas. El hecho de que el girasol haya incorporado tecnología sólo más recientemente se manifiesta en el gran aumento que sus rendimientos han tenido en la década pasada, mientras que los de la soja han crecido en menor 3

medida. En el (Cuadro II) se observa la evolución de la superficie cosechada, la producción y los rendimientos, desde 1970 hasta la fecha, de los cultivos de soja y girasol. Cuadro II: Nota: El área cosechada se expresa en miles de hectáreas, la producción en miles de toneladas y los rendimientos en quintales por hectárea. Fuente: SAGPyA. Durante la década del noventa la producción de granos (cereales y oleaginosas) tuvo un fuerte impulso a nivel país debido a una importante incorporación de tecnología conjuntamente con reglas de juego claras para el sector, plasmado en un crecimiento constante de la producción. Esto permitió que Argentina en los últimos diez años duplicará su volumen de producción. El complejo granos, oleaginosas y demás productos del agro, representa el 50% de las exportaciones totales del país. Dentro del complejo oleaginoso, el principal motor de la última década fue el cultivo de soja. Entre la cosecha de 1990/91 y la 2000/01 la soja más que duplicó el área sembrada y multiplicó por 2.5 su producción. El complejo industrial acompañó este crecimiento, logrando Argentina posicionarse como el principal exportador mundial de aceite de soja y girasol y de subproductos derivados. Este importante crecimiento de la producción granaria a nivel país, no sólo se produjo en la región pampeana. El aumento de producción registrado en las tres últimas campañas ha sido sustentado, en parte, por el crecimiento de la agricultura extrapampeana en el noroeste argentino, en el nordeste y en la región mesopotámica. Esto obedece al reemplazo de los cultivos regionales con dificultades de acceso a los mercados y bajos precios, fundamentalmente por el cultivo de soja y, en menor medida, por trigo y maíz. A modo de ejemplo, actualmente, el NOA 4

aporta el 10% de la producción nacional de soja. Este aumento en los niveles de producción nacional en la década del 90, se llevó a cabo en un mercado mundial caracterizado por altos stocks y caída de precios. Luego de los altos precios alcanzados en 1995, se produjo un descenso en las cotizaciones que afectó el valor de nuestros productos. Esta declinación no sólo se debe a una caída en la demanda, sino a una mayor oferta mundial debido a una mejora en la productividad de los cultivos y a un menor costo de producción. Los acuerdos del GATT, a principios de los noventa, promovieron un nuevo desarrollo tecnológico, que se observó en Argentina con un fuerte incremento en los rendimientos en las últimas temporadas; esto fue acompañado por el desarrollo en la biotecnología que favoreció la reducción de los gastos en agroquímicos y otros insumos. Esta situación se dio fundamentalmente en el cultivo de soja provocando la expansión arriba mencionada. Para la campaña 2001/02 la superficie destinada a la siembra de soja alcanzó el más alto registro histórico ubicándose en 11.3 millones de hectáreas, esperándose un nuevo récord en la producción. La superficie sembrada con girasol se estímó en 2.0 millones de hectáreas, cifra algo superior a la campaña anterior; motivada por el alza de precios internacionales a pesar de las condiciones climáticas desfavorables al momento de la siembra. Se estima una cosecha cercana a 3.5 millones de toneladas. 3. PRODUCCIÓN INDUSTRIAL Las semillas de oleaginosas son utilizadas por la industria para la extracción de aceites, mientras que los residuos constituyen los subproductos. Los aceites pueden destinarse a la alimentación humana (girasol, soja, maní, algodón) o para uso industrial (lino, tung, cártamo, jojoba). Los subproductos reciben el nombre de concentrados proteicos de origen vegetal y se destinan a la producción de alimentos balanceados para la ganadería intensiva y la avicultura. Como su nombre lo indica, son altos en valores de proteína y en su contenido de aminoácidos esenciales, indispensables para la alimentación de animales monogástricos como cerdos y aves. La industria procesadora ha crecido en su capacidad de molienda, acorde con el aumento en la producción de granos oleaginosos. Mientras que en 1980 se molía el 22 % de la producción de soja, para 1997 la molienda alcanzó el 97 % de lo producido. A partir de 1998 cae la participación relativa de la molienda debido al fuerte incremento en la producción de soja. Durante la década del 90 hay una fuerte expansión de la molienda, consecuentemente se expande la producción de aceites y subproductos con una decisiva inserción en el mercado internacional (Cuadro III). Cuadro III: Fuente: SAGPyA. 5

La industria aceitera es capital intensiva, pero moviliza una enorme gama de servicios, así como a la actividad comercial y de transporte que gira alrededor de ella. En esta industria el control de calidad se verifica en todos los procesos, y el almacenamiento y la limpieza de las materias primas se realiza en forma adecuada. Los rendimientos industriales de ambas semillas no son similares: mientras que a partir de una tonelada de soja procesada se obtiene, en términos generales, un 17% de aceite, 80% de subproductos y el 3% restante es desperdicio; en el caso del girasol se extrae un 41% de aceite, 42% de subproductos y 7% de desperdicio. Existen dos métodos utilizados por la industria para la extracción de aceite: mecánico y químico. En forma mecánica es a través de prensas que actúan en forma continua o discontinua. La extracción por presión discontinua es el más antiguo y el menos eficiente, dando origen a las tortas que tienen entre 8 y 10% de materia grasa, mientras que por presión continua se producen expellers cuyo contenido graso oscila entre 4 y 5%. Ambos utilizan la presión para la obtención del aceite; el proceso está compuesto por las siguientes etapas: almacenamiento de la semilla, limpieza y clasificación, descascarado, desecado, molienda y extracción por presión. La extracción química se realiza mediante el uso de solventes dando origen a las harinas que pueden tener hasta 1.5% de grasa. En esta extracción por solvente, que se realiza a circuito cerrado, la semilla es sometida al descascarado y laminado, luego se procede al desecado, extracción por acción de solvente, destilado del aceite y desmenuzado, desolventado y tostado de la harina 1/. Con el fin de reducir costos de producción y aumentar la eficiencia de las instalaciones disponibles existen establecimientos que utilizan la extracción por medio de prensas continuas combinada con el uso de solventes. 1/ La harina no debe tener más del 1.5% de grasa ya que sino se dificulta el proceso de pelleteado. El tostado se realiza para eliminar factores antinutricionales del poroto. Las harinas, por su bajo contenido graso, permiten la realización del pelleteado, proceso indispensable para ser exportadas. Con estos procedimientos se obtiene aceite crudo que luego debe ser refinado (comprende el desmucilaginado, neutralizado, decolorado, desodorizado y desmargarizado). Este aceite puede comercializarse en su forma líquida o transformarse en aceite sólido, margarina o grasa vegetal, mediante el proceso de hidrogenación, producto que compite con la manteca (grasa de origen animal). A tal fin el aceite líquido en presencia de un catalizador sólido (formiato de níquel) e hidrógeno gaseoso, dentro del convertidor, pasa con temperaturas de hasta 240 grados centígrados al estado sólido; luego se filtra, neutraliza, blanquea, desodoriza y envasa. Evolución de la Industria Aceitera en Argentina. En 1880 se establece la industria aceitera en las provincias de Córdoba y Santa Fe, comenzando a elaborar aceite de maní y luego de nabo por medio de prensas discontinuas. A partir de 1930 se verifica una notable expansión industrial favorecida por el fuerte gravamen impuesto a la importación de aceites comestibles, mientras que en la postguerra se promueve la actividad aceitera mediante la prohibición de exportar granos. En las décadas del 50 y 60 la capacidad de elaboración es muy superior a la producción efectiva. La actividad de procesamiento de granos oleaginosos tuvo una larga trayectoria en el país antes de registrar el significativo crecimiento de la década del setenta, orientado hacia el mercado mundial y producto del aumento de la producción de granos, de importantes transformaciones productivas y tecnológicas, la evolución favorable de la demanda mundial y las políticas de estímulo a la producción y exportación a la industria aceitera. Actualmente, en nuestro país existen cerca de 50 plantas aceiteras en funcionamiento, instaladas en zonas cercanas a los centros de embarque en la Provincia de Santa Fe y sur de la 6

Provincia de Buenos Aires, dedicadas mayoritariamente al procesamiento de soja y girasol, entre otras oleaginosas. La capacidad de molturación (molienda) en 1999 alcanzó las 92 miles de ton/día promedio, siendo la más grande del mundo, con un crecimiento de más del 80% con respecto a 1990. La utilización de la capacidad instalada oscila entre el 75 y el 80%. La industria aceitera presenta una alta productividad de la mano de obra y emplea en forma directa aproximadamente 5.000 personas. Las plantas cuentan con avanzada tecnología de procesamiento lo que les permite un costo de molturación muy inferior al de sus competidores, fundamentalmente Brasil. Las producciones oleaginosas argentinas se caracterizan por la importancia que adquiere la primera transformación de la materia prima con respecto al total de grano producido; considerando el total cosechado, aproximadamente el 75% de la soja y el 85% del girasol es transformado en las plantas aceiteras ubicadas en el país. Se destinan a la molienda alrededor de 15.2 millones de toneladas por año de poroto soja y 4.9 millones de toneladas de girasol (promedio últimos cinco años); de esta molienda surge una producción de alrededor de 2.8 millones de toneladas de aceite de soja y 12.4 millones de toneladas de subproductos. Con respecto al girasol se producen 2.4 millones de toneladas de aceite y 2.1 millones de toneladas de subproductos. De aquí la importancia de los subproductos elaborados por la industria. En el (Cuadro IV) se detalla la producción de aceite y subproductos para el período 1990-2001. Cuadro IV: Fuente: SAGPyA. Tanto en la actividad primaria como en la industria se produjeron importantes incorporaciones tecnológicas que potenciaron los niveles de producción. En la actividad primaria se destaca la incorporación de la siembra directa como sistema de producción y toda la incorporación tecnológica que la acompaña (maquinaria, agroquímicos, semilla). Uno de los cambios más significativos fue el aumento de la participación del gasto en agroquímicos a partir de la segunda mitad de la década del 80. El mayor consumo de agroquímicos se produjo por la disminución de los precios de éstos como consecuencia de la apertura económica. Esta incorporación tecnológica motivó 7

un crecimiento en la demanda de servicios vinculados con la contratación de máquinas, fletes, consultorías agrotécnicas, etc. En cuanto a la industria, para alcanzar los estándares mundiales de competitividad, las empresas debieron desarrollar un plan de inversiones que, en una primera etapa estuvo dirigido a la incorporación de nueva tecnología y modernización de plantas. En una segunda etapa que se inició a partir de los 80 se priviligiaron las áreas comerciales, financieras y de infraestructura portuaria. La privatización de los silos de la Junta Nacional de Granos, la instalación de una nueva terminal portuaria (Dreyfus) y las inversiones realizadas en todo el corredor portuario de la zona San Lorenzo-San Martín, posibilitó una rápida salida a los mercados externos, resultando favorecida en los últimos años con la desregulación portuaria. Durante los 90 se invirtieron alrededor de 1.300 millones de dólares destinados a la ampliación de la capacidad instalada y a la construcción de nuevas plantas. Al mismo tiempo continuaron las inversiones en instalaciones portuarias en todo el litoral fluvial. Estas inversiones se destinaron a la ampliación de la capacidad de almacenaje e introdujeron nuevas tecnologías que aumentaron la velocidad de carga a los buques graneleros. También se ha verificado el desarrollo de instalaciones para la recepción de barcazas conteniendo soja procedente de Paraguay, que es utilizada como materia prima por las aceiteras nacionales. El importante crecimiento que registró el sector aceitero no significa que haya alcanzado su madurez, ya que se encuentran en curso numerosas inversiones tendientes a ampliar la capacidad de molienda. La mayoría de las inversiones programadas para los próximos años, se localizan en las proximidades del río Paraná, principalmente Rosario, Puerto Gral. San Martín y San Lorenzo. 4. COMERCIALIZACIÓN E INTEGRACIÓN PRODUCTIVA Los agentes económicos que participan en la producción de granos oleaginosos son, fundamentalmente, productores primarios, industriales y exportadores. Los productores primarios son en su gran mayoría no integrados y venden la totalidad de su cosecha a los exportadores o a los industriales. Hay muy pocos productores integrados que realizan el proceso completo, desde la producción primaria hasta la comercialización de su propia producción. Los industriales tienen políticas de asistencia al productor, que consisten en proporcionarles los insumos respectivos y asesoramiento sobre el cultivo, recibiendo en concepto de pago determinados volúmenes del producto cosechado. Esta modalidad básicamente ocurre en zonas cercanas a las plantas industrializadoras. En la producción extensiva el productor conoce lo que le cuesta producir un determinado producto pero, a su vez, desconoce el precio a que lo va a poder comercializar. Los factores de riesgo e incertidumbre acerca del valor final del producto influyen de forma sustancial sobre las decisiones de siembra para la siguiente cosecha (alrededor de seis meses). La planificación de la comercialización resulta tan importante como la de las labores a efectuar en el manejo del cultivo. 8

Canales y alternativas de comercialización En la comercialización hay aspectos comunes, independientemente del canal que finalmente se elija, y que son: La entrega de la mercadería es puesta en puerto o fábrica, con el flete a cargo del productor. La calidad de la mercadería es en condiciones cámara, es decir dentro de las bases estatutarias que rigen para cada cultivo. Los gastos de quién determina la calidad de la mercadería y el acondicionamiento de la misma, también están a cargo del productor. El precio referente es pizarra Rosario, dado que este puerto capta el mayor volumen de oleaginosas a nivel país. Como principales canales de comercialización se pueden mencionar los siguientes: Venta por intermedio de acopiadores: en este caso el productor entrega su cosecha en las instalaciones y pacta las condiciones previamente, siendo problema del acopiador o cerealista el destino final de la mercadería, pudiendo actuar como comprador o en calidad de consignatario. Venta por intermedio de Cooperativas: actúa en forma similar al acopiador, salvo que no pueden comprar la mercadería de sus asociados, sino que éstos autorizan a venderla a un determinado precio. Venta directa a la industria o a la exportación. Además de las alternativas de entrega, deberán evaluarse previamente también las de venta, teniendo en cuenta el momento de cobro. De esta manera pueden constituirse las siguientes operaciones: Operaciones «en disponible»: el precio, la cantidad, fecha y lugar de entrega, forma de pago y demás condiciones se pactan en el mismo momento. Operaciones a «fijar precio»: se pactan todas las condiciones de la compra-venta, excepto el precio, el cual se fija cuando el vendedor lo decida, tomándose luego el precio Pizarra de la Cámara elegida. Operaciones a «término»: son las que se realizan a través de los mercados a término, donde los precios de las ventas se fijan a futuro. 5. MERCADO INTERNACIONAL - INSERCIÓN DE ARGENTINA Es muy importante destacar que Argentina se caracteriza por ser un importante productor de oleaginosas (soja y girasol) a nivel mundial. No cobra importancia su participación como productor de aceite y subproductos en el contexto mundial, pero lo más importante del bloque oleaginoso es su fuerte presencia como exportador de aceites y subproductos.luego analizaremos el comportamiento de cada uno de ellos en el mercado internacional. Otro punto a destacar es la importancia del Mercosur como mercado exportador de aceites y subproductos. Asimismo, cabe analizar el comportamiento de los países industrializados en donde la producción de materia prima no alcanza niveles significativos. Por el contrario, son importadores netos de granos pero comienzan a aparecer en las estadísticas como productores y exportadores de aceites y subproductos, lo que es coherente con la política industrial de estas naciones, que se caracterizan por importar materia prima y exportar productos con valor agregado. La excepción es Estados Unidos, que presenta la capacidad de producir materia prima y ser el principal procesador de la misma. 9

Según los datos del USDA, la producción de poroto de soja alcanzó en 2000 los 160 millones de toneladas, siendo los principales productores los EEUU (45 %), Brasil (21%), Argentina (13 %) y China (9%). Según la misma fuente, la producción mundial de semilla de girasol ascendió en el mismo año a 26.9 millones de toneladas, siendo los principales productores la ExUrss (27.5%), Argentina (21%), Unión Europea (11.5%) y China (6.3%). La producción de ambos cultivos constituye el 63% de la producción mundial de oleaginosas. Dentro del bloque oleaginoso, cabe destacar que los centros productores de materias primas difieren de los de consumo. Esto explica que exista un activo intercambio internacional de los productos que conforman el bloque. Teniendo en cuenta que la transformación del producto natural en aceites es un proceso tecnológico relativamente sencillo, al alcance de países con un avance primario en tal sentido, resulta justificado que la mayoría de los que poseen materias primas traten de realizar su transformación buscando desplazar la venta de granos con la de aceites y subproductos. Es importante visualizar de qué manera Argentina se inserta en el mercado internacional de oleaginosas. Como vimos anteriormente, Argentina es un importante productor a nivel Cuadro V: Fuente: USDA. mundial de poroto de soja (13%) y de semilla de girasol (21%). A partir del análisis de la molienda se observa el comportamiento de los aceites y subproductos en el comercio mundial. Considerando los cultivos de soja y girasol en conjunto, la molienda de ambos a nivel mundial para el año 2000 ascendió a 162.6 millones de toneladas, participando la Argentina con el 13.6% de la misma. Los productos industrializados a partir de la materia prima (aceites y harinas) tienen como destino principal el mercado externo, ya que en términos generales se exporta el 86% y 95% de los aceites y harinas, respectivamente, producidos en el país. En el (Cuadro VI) se observa que la importancia de Argentina a nivel mundial está dada por su relevante participación en el comercio mundial de harinas y aceites. Cuadro VI: Fuente: USDA. 10

La producción argentina de aceite de soja y girasol asciende al 14.8% del total mundial, cifra que aumenta notablemente cuando consideramos las exportaciones de los mismos, 46.9% del comercio mundial. En lo que respecta a la producción de harinas, sucede algo similar a lo ocurrido con los aceites; la producción nacional de harinas es relativamente baja a nivel mundial (12.8%) pero su participación en las exportaciones mundiales es de considerable importancia (39.3%). Los volúmenes comercializados con el exterior de aceite de soja y girasol se duplicaron a lo largo de la última década, mientras que los envíos de harinas más que se duplicaron (122%). En estos guarismos fue determinante el fuerte crecimiento en las exportaciones de aceite y harina de soja. Dentro del complejo oleaginoso, las exportaciones de poroto, aceites y harinas de soja son las de mayor ponderación. En 1990 participaban con el 66% de las exportaciones del mismo, pasando al 80% en el año 2000. En 2000 el sector totalizó ventas externas por 4.600 millones de dólares, de los cuales cerca de la mitad correspondió a harinas proteicas de soja. Estos registros crecieron a lo largo de la presente década a una tasa promedio de 4.6% anual. Estos envíos representaron para el año 2000 el 17.4% de las exportaciones nacionales y el 34.6% de las exportaciones de productos primarios y MOA, en conjunto. Los mayores ingresos de divisas provienen de la venta de harinas, seguidos por los aceites y las semillas, aunque los productos de mayor valor unitarios son los aceites. Esta estructura se ha consolidado en los últimos años, siendo Argentina el principal exportador mundial de aceite de soja y girasol. Respecto al destino de las exportaciones del complejo oleaginoso, presenta la característica de poseer una mayor diversificación que otros sectores alimenticios. Este sector no cuenta con el mercado brasileño como uno de sus principales destinos. Por el contrario, Brasil es y continuará siendo el más importante competidor de Argentina junto a EEUU- en la producción y exportación de oleaginosos. Cabe mencionar que Brasil es el segundo productor de soja del mundo, mientras que carece de producción de girasol. Hay que destacar la importancia del Mercosur como productor y exportador de oliaginosas. Si tomamos en conjunto la producción de soja y girasol y su industrialización, vemos que el Mercosur ocupa un lugar destacado en la producción y exportación a nivel mundial, ya que participa con el 32 % de la producción de ambos granos, 27% de la producción de aceites y para subproductos el 26% de la producción mundial. En cuanto a las exportaciones, el Mercosur adquiere relevancia ya que participa con el 57% de la exportación de aceites y el 64% de la de subproductos. 6. MERCADO MUNDIAL: HARINAS Y ACEITES Comportamiento y Principales Actores Aceite de Soja y Girasol La producción mundial de aceites comestibles alcanza los 90 millones de toneladas, siendo los más importantes el de soja, el de palma africana, el de colza y el de girasol. En la década del 90 la producción de aceite de soja y girasol acompañó la tendencia del total de aceites comestibles, que se incrementó en un 50%. La producción de aceite de soja creció un 56%, mientras que la de aceite de girasol lo hizo en un 24%. El aceite de soja es el principal dentro del total producido de aceites (27%). Se producen 25 11

millones de toneladas anuales, siendo los principales productores Estados Unidos (32%), Brasil (16%), Argentina (12.4%) y República Popular China (11.2%). Cabe mencionar el fuerte crecimiento en la producción de aceite de soja por parte de China, en los dos últimos años prácticamente duplicó su producción. Se comercializan anualmente alrededor de 7 millones de toneladas de aceite de soja. Los principales exportadores son Argentina (43.3%), Brasil (15%) y Estados Unidos (10%). Estados Unidos es el principal consumidor, por lo tanto, una gran proporción de su producción se consume en el mercado doméstico. Los principales importadores son India, Irán, China, Bangladesh y ExRusia. Argentina es el tercer productor y el primer exportador mundial de aceite de soja. Los envíos se componen, fundamentalmente de aceite crudo desgomado. Casi la totalidad de la actividad industrial se localiza en la provincia de Santa Fe, en las zonas aledañas al Río Paraná. Los principales destinos del aceite de soja nacional son India, Irán, Bangladesh, Egipto, Marruecos y dentro de latinoamérica, Venezuela, Perú y Colombia. En la última década se incrementaron los envíos a los países latinoamericanos. En Argentina, los puertos de mayores embarques son San Lorenzo, San Martín y Rosario. La localización de las empresas a la vera del Río Paraná permite una rápida salida a los mercados externos. Dentro de las principales empresas exportadoras se encuentran Cargill, Dreyfus, Vicentín, AGD. En cuanto al aceite de girasol ocupa el cuarto lugar en producción mundial dentro de los aceites vegetales. Es el aceite comestible más utilizado para la alimentación. Se producen 9.7 millones de toneladas anuales, siendo los principales productores ExURSS (23.7%), Argentina (21.6%). El restante 50% de la producción se encuentra fuertemente atomizada en distintos países, aunque la Unión Europea en su conjunto produce otro 20%. Se comercializan anualmente alrededor de 2.8 millones de toneladas de aceite de girasol. Los principales exportadores son Argentina (57%), ExUrss (21.4%) y Estados Unidos (8%). Los mayores importadores son India, Argelia, Irán, Egipto, y de los países latinoamericanos, México, Brasil, Chile, Colombia y Venezuela. Como sucede con el aceite de soja, los envíos de aceite de girasol a los países americanos mencionados, se incrementaron en la década del 90. Argentina es el segundo productor y el primer exportador mundial de aceite de girasol. De la producción nacional alrededor del 20% se consume en el mercado interno. La actividad industrial se localiza principalmente en la provincia de Buenos Aires (50%), Santa Fe (20%) y Córdoba (13%); los establecimientos situados en el Gran Buenos Aires producen el 16% del total. Los envíos se componen fundamentalmente de aceite de girasol crudo; aunque el aceite refinado y envasado para consumo final tiene cada vez mayor importancia en los embarques. Los principales destinos del aceite de girasol nacional son India, Irán, Sudáfrica, Argelia, Egipto, y Rusia. Las principales empresas exportadoras son Cargill, Molinos, AGD, Nidera y Vicentín. Harinas de Soja y Girasol De la producción mundial de harinas, la de soja ocupa el primer lugar. La producción a nivel mundial alcanza los 110 millones de toneladas. Los principales países productores de harina de soja son Estados Unidos, Brasil, Argentina y República Popular China, que en conjunto abarcan el 70% del total mundial. Como sucede con el aceite de soja, China ha irrumpido en el mercado como fuerte productor de harina de soja; en los últimos cinco años más que duplicó su producción. El resto de la producción se encuentra atomizada, aunque la Unión Europea, en su conjunto, aporta el 10% de la producción. Argentina es el tercer productor y el primer exportador de harina de soja. Se comercializan anualmente 34 millones de toneladas. Los principales exportadores son Argentina, Brasil y Estados Unidos, que en conjunto abarcan el 82% 12

de la comercialización mundial. El principal importador es la Unión Europea (50%), siendo este mercado el principal destino de las exportaciones argentinas. La producción mundial de harina de girasol alcanza los 11 millones de toneladas. Los principales países productores son la ExUrss y la Argentina, ambas aportan el 40% de la producción; la Unión Europea en conjunto aporta el 27% de la producción. Se comercializan anualmente en el ámbito mundial 2.7 millones de toneladas de harina de girasol. El principal exportador es Argentina con el 67% del comercio, lo sigue ExURSS con el 19%. El principal importador es la Unión Europea (73%), siendo este mercado el principal destino de las exportaciones argentinas (84%). 7. REGIONALIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN PRIMARIA. Las principales provincias productoras de soja y girasol son Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Las tres provincias mencionadas concentran cerca del 82 por ciento del área sembrada y el 80 por ciento de la producción total del país. El área sembrada con ambos cultivos presenta un aumento constante en los últimos años. En el cultivo de girasol se destaca la provincia de Buenos Aires con la mitad de la producción nacional. Le siguen en orden de importancia Córdoba con el 20 por ciento, La Pampa (17%) y Santa Fe (7%). En el caso de la soja, la provincia de Santa Fe concentra el 32% de la producción nacional, Córdoba el 30% y Buenos Aires el 21%. El cultivo de soja en el ámbito nacional tuvo un gran avance, sobre todo en la segunda mitad de la década: esto conlleva a una menor participación relativa de las provincias mencionadas y un gran aumento de participación de provincias que se consideraban en cierta manera marginal en la producción de este cultivo. Cuadro VII: Fuente: SAGPyA. 13

Cuadro VIII: Fuente: SAGPyA. Cuadro IX: Fuente: SAGPyA. Estas provincias son Entre Ríos, Chaco, Santiago del Estero, Salta y Tucumán. En conjunto las provincias mencionadas pasaron de producir 789 mil toneladas a 3.970 mil toneladas, duplicando su participación en la producción de soja en lo que va de la década. Cabe mencionar que Entre Ríos aumentó 14.4 veces su producción, Chaco 7.3 veces, Santiago del Estero 4.2 veces, Salta y Tucumán 2 veces. En el caso de Tucumán y Salta, estas dos provincias ya contaban con tradición sojera. En las tres restantes, la expansión de la soja se dio por inclusión del cultivo o por sustitución de cultivos regionales alternativos. Como se mencionara anteriormente, la expansión del cultivo de soja se debió al adecuado desarrollo de paquetes tecnológicos, introducción de cultivares adaptados a diversas zonas del país, aparición de la siembra directa, etc. Esto permitió la inclusión de la soja en zonas donde desplazó a cultivos tradicionales como por ejemplo el algodón. 14

Cuadro X: Fuente: SAGPyA. 8. COMENTARIOS FINALES Sin lugar a dudas el sector oleaginoso presenta un fuerte dinamismo, es un sector de alta competitividad, mostrando un crecimiento sostenido durante la década del noventa. Tiene una alta inserción en el mercado internacional, en donde no sólo mantiene los mercados obtenidos, sino que crece año tras año su presencia en el mismo. Este crecimiento se logra a pesar de fuertes competidores como Brasil. Contribuye con el 17% de las exportaciones totales del país y con el 35% de las correspondientes a productos primarios y MOA. Esta inserción en el mercado internacional se vio favorecida por la apertura puesta en práctica en Argentina. A partir de 1989 se instrumentó una significativa disminución de las barreras al comercio exterior. En este sentido se adoptaron una serie de medidas, entre las cuales pueden mencionarse: La reducción y/o eliminación de los derechos de exportación de granos, aceites y subproductos. La eliminación de los impuestos y/o contribuciones existente en la operatoria de exportación de granos, aceites y subproductos. Transferencia al sector privado, bajo la forma de concesión o venta, de la red de elevadores de campaña y portuarios, produciéndose una merma en las tarifas de elevación y la agilización de la operatoria de embarque. Estas medidas facilitaron y promovieron fuertes inversiones en todo el sector, tanto en la actividad primaria como en los procesos industriales, que dieron como resultado importantes incrementos en la producción de oleaginosas (fundamentalmente soja), crecimiento en la molienda, mayores volúmenes de subproductos e incrementos continuos en las exportaciones. Cabe aclarar que el crecimiento del sector en su conjunto se debe, además del fenómeno soja, a condiciones o ventajas naturales que presenta el sector, por ejemplo: buena disponibilidad de materias primas, localización 15

adecuada de la industria respecto de las zonas productoras y los puertos, mayor escala de producción por empresa que en países competidores, moderna tecnología de procesamiento y avanzada integración de la cadena hacia adelante. A partir de la devaluación del peso a principios de 2002 (salida de la convertibilidad) y la posterior reimplantación de las retenciones al sector agropecuario (marzo), cambiaron las reglas de juego para todo el sector productor y agroexportador. Los derechos de exportación actuales para cereales y oleaginosas son del 20% y para harinas y aceites del 20%. Estas medidas (retenciones, aumento del gasoil, etc.) son calificadas por fuentes del sector como medidas con sesgo antiexportador. Consideran que se frenarán nuevas inversiones y se congelarán las previstas, se importará menos tecnología lo que impactará sobre la producción, y se tenderá a minimizar los gastos estructurales de las empresas. Si bien el sector se ha consolidado en el ámbito mundial con sus exportaciones de aceites y harinas de soja y girasol, hay que tener en cuenta la entrada de China como importador de materia prima para obtener en sus plantas importantes volúmenes de aceite y harina de soja. Como se mencionara anteriormente, en los últimos cinco años este país asiático duplicó su producción de aceite y harina de soja; tiene una clara política de importar materia prima para su procesamiento. En la producción de soja a nivel mundial no se esperan cambios significativos, habría mayor producción en Brasil que se neutraliza con una mayor demanda global. Los stocks finales de soja en el mundo se mantendrán en el mismo nivel que el ciclo anterior. El principal destino de las exportaciones de poroto de soja nacional es China. Cabe mencionar que China impuso regulaciones a la importación de productos genéticamente modificados. Se debe solicitar un certificado de seguridad al Ministerio de Agricultura. Este certificado deberá estar acompañado por una declaración del gobierno del país productor que certifique que el producto no afecta la salud de los seres humanos y animales ni afecta el medio ambiente. Esta medida genera una incertidumbre sobre el desempeño del comercio con el país asiático. A partir del 20 de marzo de 2002 China acordó con los Estados Unidos sus ventas a ese mercado oscilan los 1.000 millones de dólaresintroducir permisos temporarios para facilitar la importación de soja norteamericana. El escenario internacional para las exportaciones de aceites sigue siendo complejo debido a las medidas proteccionistas aplicadas por los países productores e importadores. Las harinas tienen como principal destino la Unión Europea. Para la harina de soja la demanda continua siendo sostenida; esta tendencia se justifica en la prohibición del uso de harinas de origen animal para la alimentación del ganado. 16