AGRICULTURA ECOLÓGICA Y DESARROLLO LOCAL EN EL MEDIO RURAL. LA COOPERATIVA LA VERDE 1 Emilio Lucio-Villegas Ramos Universidad de Sevilla Concepción Becerra Gómez Cooperativa La Verde Oliva Se nos invita a hablar, en estas páginas, de una experiencia relacionada con la agricultura ecológica. Nosotros hemos optado por narrar, muy brevemente, la historia de un grupo de personas que han hecho de este tipo de agricultura, y de su trabajo en la tierra, su medio de vida. Cuando se habla de desarrollo solemos tener en la cabeza la idea de procesos que potencien la riqueza económica para tener más televisores, mejores coches, etc. Cuando se habla de calidad de vida se establecen parámetros que hacen referencia a los valores materiales que son susceptibles de convertirse en valores monetarios. El ejemplo de la cooperativa de agricultura ecológica La Verde situada en el término de Villamartín, en el norte de la provincia de Cádiz (España) nos propone otras posibilidades de entender el abordaje de los problemas referidos al paro, al medio ambiente, la creación de riqueza, desde una perspectiva muy diferente. Diversa en dos sentidos que nos parecen fundamentales. Por un lado, por la constitución de una determinada forma económica: la cooperativa. Por otro, la opción por la agricultura ecológica para buscar una forma de vida y de 1 Este artículo ha sido publicado en su original portugués con el titulo A Cooperativa LA VERDE en el número dois de la Revista SUL. Se reproduce aquí con la autorización de la citada Revista
trabajo digna, pero que a su vez permita a la tierra vivir con dignidad. Lo que este ejemplo plantea es una modalidad de desarrollo que se encuentra en las antípodas de los procesos que venimos conociendo de forma tradicional. Aquí el desarrollo se promueve desde una propuesta alternativa al modelo de agricultura industrial. Su origen está en un grupo de jornaleros y jornaleras muy implicados en las luchas campesinas de los años 70 y 80 que buscaban el mejoramiento de las condiciones de trabajo en el campo y el acceso a la tierra de las personas empeñadas en vivir de ella y no sólo en enriquecerse. Algunos elementos de esta experiencia nos hacen considerarla como ejemplificadora: Por una parte, se trata de una experiencia de desarrollo endógeno. La zona de Villamartín, cerca del río Guadalete, ha tenido una importante tradición de huertas, que las características de la agricultura industrial y del mercado hacían que se fuera perdiendo. Los cooperativistas han recuperado esta manera de hacer las cosas, y la han ido combinando con otras técnicas que ahora conocen por su formación por otras vías. Este proceso les permite mantener una continuidad en la relación con la tierra, aunque, como identidad cultural, esta relación se encuentra sometida a cambios. Por otra parte, han optado por la fórmula de cooperativa. Una forma de trabajo colectivo que les permite participar e ir creando y recreando cotidianamente su propio proyecto. El grupo ha ido decidiendo sus necesidades en cada momento. A su vez, han podido actuar como colectivo en temas que tenían que ver con el pueblo. Su organización cooperativa no se sustenta, ni se concreta, en una forma de organización económica, sino que va más allá y se convierte en una forma de organización social alternativa a la actualmente dominante. Una vez realizado este marco general, nos gustaría detenernos en dos elementos que tienen que ver con los aprendizajes y los procesos.
Aprendizajes. Los procesos de aprendizaje desarrollados nacen de las necesidades a las que hay que dar respuesta y se realizan de manera tanto formal como informal. Algunos de ellos tienen que ver con: Como Agricultores. Como jornaleros y jornaleras habían trabajado la tierra, pero en tareas muy concretas y sólo en determinadas épocas del año. Esto hacía que tuvieran un conocimiento muy especializado e, incluso, ritualizado. Por tanto, tuvieron que aprender cuáles eran los ciclos completos de cada tipo de cosecha, qué tierras eran mejores para cada producto, los tiempos de cada labor, las plagas. En su búsqueda de una forma distinta de vivir la tierra, querían aprenderlo de una forma distinta, para trabajar con esquemas diferentes de los pesticidas, plaguicidas, herbicidas, etc. Se trataba de producir productos que fueran respetuosos con la salud y con la tierra. Como Empresarios. La gestión que lleva aparejada cualquier empresa es algo totalmente alejado de sus marcos de referencia cotidianos. De pronto se enfrentan a decisiones sobre lo que hay que producir y cuándo; cómo construir redes de comercialización; qué subvenciones pedir. Su aprendizaje empresarial se encuentra siempre supeditado a las finalidades que han construido sobre sus modos de vida, y su propio modelo de empresa. Como ecologistas. Frente a la seguridad del producto insano para la salud, pero que puede salvar tu cosecha y los ingresos, optan por aquellos aprendizajes que lleven aparejado la conservación del medio ambiente y la concienciación de los ciudadanos y de los consumidores. Como Grupo. La creación de la cooperativa no sólo como empresa económica, sino como grupo lleva aparejado una serie de aprendizajes que permitan superar los conflictos. La toma de decisiones de forma grupal y asamblearia debe compatibilizarse con la eficacia que produce el reparto de tareas. Aquí es donde se originan los conflictos que se intentan resolver equilibrando ambas cuestiones. Tras varios años de trabajo han construido
la conclusión de que las reuniones semanales y el consenso son elementos clave para seguir trabajando como grupo. Procesos. El desarrollo de la cooperativa sólo puede entenderse a partir del conocimiento de determinados procesos que se han ido dando desde el momento en el grupo comienza su andadura. 1. Análisis de la realidad. Su militancia activa durante muchos años en el Sindicato de Obreros del Campo les ha dotado de instrumentos que les permiten analizar de forma crítica su propia realidad y su situación en un sistema globalizado. El papel que desarrolla la agricultura industrial y el suyo propio como jornaleros les permite adoptar una postura de crítica y compromiso hacía un modelo diferente y alternativo. 2. Discusión ideológica. El análisis crítico se traduce en la toma de postura y en actuaciones cotidianas que orientan su manera de enfocar el proyecto en cada momento. Este análisis les ha permitido no reproducir esquemas, sino construir un proyecto global que se constituye en alternativa agrícola y social. 3. Construcción de conocimientos. El haber contactado con hortelanos de la zona y recuperar las técnicas que se iban perdiendo; recuperar las semillas de variedades autóctonas; colaborar en diversos proyectos sobre plagas, semillas, variedades; participar en diversos foros y jornadas, en redes de productores y consumidores; etc. Todo ello ha ayudado a construir un acervo técnico y social bastante rico y muy socializado que incluye personas y grupos de muy diversos ámbitos. 4. Constituirse en empresa, pero alternativa. Como toda empresa, la cooperativa tiene que garantizar unos sueldos y ser viable económicamente. Estas cuestiones se pueden conseguir intentando no renunciar a ciertos principios. Por ejemplo, la financiación la obtienen, siempre que pueden, de grupos de consumidores estables que les adelantan la cantidad que necesitan. La producción es ecológica. La
comercialización se hace directamente, sin intermediarios. Las semillas son propias y van constituyendo un banco de éstas para que no se pierdan las variedades que han existido o existen en la zona. 5. Implicación personal. Es el compromiso de unas personas que creen y construyen un proyecto, la que permite seguir avanzando y crear elementos alternativos como la propia agricultura ecológica o la constitución en una cooperativa La visión que hemos presentando de la Cooperativa de agricultura ecológica La Verde de Villamartín es parcial. Al menos en dos sentidos. Por un lado, por lo sucinta de la misma que no permite apreciar determinados matices que son mucho más sugerentes de lo que cabe imaginar a través de la lectura de éstas páginas. En segundo lugar, es parcial porque nos hemos detenido en aquellos aspectos que más nos interesan como educadores: los referidos a la formación y a los procesos de desarrollo asociados a ésta. Pero en todo ello hay un hecho singularmente significativo. El que un grupo de mujeres y hombres tomen las riendas de su vida, construyan formas alternativas de vida y de organización; y se embarquen en un camino, a contracorriente, en el que la coherencia y el respeto por ellos mismos y por los demás se convierte en un elemento sustancial de su proyecto, que es un proyecto de vida.