Domingo Román Montes de Oca, Pontificia Universidad Católica de Chile

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ANÁLISIS FONÉTICO DE LOS SONIDOS LATERALES DEL ESPAÑOL Domingo Román Montes de Oca, Pontificia Universidad Católica de Chile Índice 18.1 Características generales 18.1.1 Inventario de sonidos laterales del español 18.1.1 Características articulatorias generales 18.1.1 Características acústicas generales 18.2 Alveolar 18.2.1 Características articulatorias 18.2.2 Características acústicas 18.2.3 Características perceptivas 18.3 Interdental 18.3.1 Características articulatorias 18.3.2 Características acústicas 18.4 Dentoalveolar 18.4.1 Características articulatorias 18.4.2 Características acústicas 18.5 Palatalizado 18.5.1 Características articulatorias 18.5.2 Características acústicas 18.6 Alveolopalatal 18.6.1 Características articulatorias 18.6.2 Características acústicas 18.6.3 Características perceptivas 18.7 Velarizado 18.7.1 Características articulatorias 18.7.2 Características acústicas 18.8 Conclusiones Referencias bibliográficas 18.1 Características generales El presente capítulo aborda los sonidos laterales del español. Se presenta, en primer lugar, la lista de los principales sonidos de esta clase y sus características generales; luego, se revisan en detalle las propiedades de cada uno de ellos. En esta revisión, se ha puesto especial atención a las cualidades articulatorias, acústicas, auditivas y perceptivas, de acuerdo con la información disponible. El procedimiento fundamental ha sido la recopilación de datos ya publicados; no obstante, la mayor parte de las ilustraciones ha sido confeccionada especialmente para este capítulo. De la interacción entre los datos existentes y nuestras ilustraciones surgen algunas preguntas que se plantean en la parte final y que esperamos resulten interesantes también para quienes investigan en estos temas. Para los datos de percepción, se ha optado por aplicar una prueba de este tipo con el propósito de presentar un mapa de distancias que incorpore sonidos laterales y otros que tradicionalmente se consideran relacionados. Esa propuesta debe ser entendida no tanto como un dato, sino como una incitación a desarrollar estudios sobre el aspecto perceptivo de estos sonidos.

18.1.1 Inventario de sonidos laterales del español La lengua española cuenta con un repertorio de seis sonidos laterales, todos ellos aproximantes, orales y sonoros. Se corresponden con los fonemas /l/ y /ʎ/, este último que existe solo en algunas zonas de España y de América. El rasgo lateral significa que en su articulación, la lengua tiene un contacto con alguna zona palatina de tal manera que se producen normalmente dos canales paralelos para la salida continua del aire. Se ha documentado que esta lateralización suele no ser simétrica y se ha descartado toda relación con la lateralización hemisférica cerebral. El fonema /l/ cuenta con varias realizaciones típicas, determinadas contextualmente. Las principales son estas: alveolar, dentoalveolar, interdental, palatalizada (Martínez-Celdrán, Fernández-Planas y Carrera-Sabaté, 2003: 258). Se debe incluir también el sonido velarizado que aparece en el habla influida por alguna variedad del catalán. Además la realización del fonema /ʎ/ también es lateral. En la tabla 18.1 se muestra, para estos sonidos, la correspondencia fonológica, el punto de articulación, el símbolo AFI que lo representa y un ejemplo. Correspondencia fonológica Descripción Símbolo Ejemplo l Interdental l calzar(*) Dentoalveolar l alta Alveolar l ala Palatalizado l j el yacaré Velarizado l calma (*) ʎ Alveolopalatal ʎ calle (*) Tabla 18.1. Sonidos laterales del español. Los elementos dialectales se señalan con (*). De estos seis sonidos laterales correspondientes a dos fonemas, la variante velarizada o llamada también ele oscura es rasgo dialectal especialmente notorio en el español influido por el catalán. La variante interdental también es dialectal y se produce en las zonas en que se hace la distinción fonológica s/θ. De la misma manera, como ya se ha indicado, la existencia del fonema /ʎ/ es también un rasgo dialectal (Quilis, 1993: 314-325). 18.1.1 Características articulatorias generales Los sonidos laterales se caracterizan por ser sonoros, es decir, con vibración de las cuerdas vocales y por una articulación en que la lengua toma contacto con alguna zona más bien anterior del paladar pero sin que se produzca una interrupción del flujo del aire, de tal manera que ese flujo tiene una salida continua hacia el exterior de la boca por los canales laterales. De acuerdo con sus cualidades articulatorias y acústicas, estos sonidos han sido clasificados como aproximantes, dada la ausencia de fricción en sus realizaciones. A pesar de existir un contacto total entre articuladores, no son oclusivas pues el flujo aéreo no se interrumpe en ningún momento. Ladefoged y Maddieson (2007:182), señalan al respecto: "they are sounds in which the tongue is contracted in such a way as to narrow its profile from side to side so that a greater volume of air flows around one or both sides than over the center of the tongue". En las descripciones articulatorias que se verán en este capítulo, se ha seguido muy de cerca el manual de fonética de Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 134-142) por ser reciente, exhaustivo y de información muy actualizada. A su vez, muchas de las informaciones que aparecen

en ese manual están también en trabajos previos de los autores, como, por ejemplo, el de Fernández-Planas (2001). 18.1.1 Características acústicas generales Al ser producidos con vibración de las cuerdas vocales, estos sonidos tienen una representación oscilográfica periódica por lo que tienen una especial semejanza con las vocales; hecho que en todas las descripciones aparece destacado. Las imágenes de la figura 18.1 corresponden a una emisión de una informante colombiana. Se presenta el oscilograma de la secuencia aloja y luego un acercamiento a la parte central de la consonante para observar justamente la periodicidad de la señal. Figura 18.1: (a) Oscilograma de la emisión aloja y (b) acercamiento al centro de la consonante lateral. Lo anterior implica que necesariamente son sonidos portadores de información frecuencial de tono, y que tienen una estructura formántica semejante a la de las vocales, tal como se puede observar en las imágenes de la figura 18.2, correspondientes al segmento [a'lo] de la misma emisión. Figura 18.2: (a) Espectrograma (0-5,5 KHz) del segmento [a'lo] y (b) pista de cinco formantes (0-5,5 KHz) de la misma secuencia. Como se puede observar en ambos gráficos, los formantes siguen una trayectoria de continuidad con las vocales adyacentes, esto es especialmente notorio en el caso de las dos primeras resonancias (F1 y F2); en la primera mitad de la consonante, el formante 3 aparece con poca energía en el espectrograma y, consecuentemente, algo irregular en la pista de formantes. Las imágenes de la figura 18.3 presentan la curva de intensidad (60-80 db) y la curva de tono (0-400 Hz) correspondientes a la misma secuencia anterior. Figura 18.3: (a) Curva de intensidad (60-80 db) y (b) curva de tono (0-400 Hz) de la secuencia [a'lo].

En este gráfico el segmento que presenta la menor energía corresponde a la consonante. La variación entre el punto más alto en las vocales y la consonante es de -7.5 db respecto de la vocal anterior y de -10.42 db en relación con la vocal siguiente. En la imagen (b) de la misma figura, se observa la curva de frecuencia fundamental, que sigue una trayectoria continua entre las vocales y la consonante, de tal manera que al mirar solo esta curva sería imposible delimitar un sonido lateral consonántico de una vocal adyacente. El sonido [ʎ] tiene propiedades generales semejantes a las mencionadas para [l]. En la figura 18.4, se muestra el comportamiento acústico de la secuencia llora pronunciada por una hablante peninsular que usa este sonido lateral con valor fonológico. Se presenta en primer lugar, el oscilograma y luego un acercamiento a una parte de la consonante lateral. Figura 18.4: (a) Oscilograma de la emisión llora y (b) acercamiento al centro de la consonante lateral. Se puede apreciar claramente la periodicidad de la señal, al igual que en la figura 18.1, lo que implica, de la misma manera, presencia de tono y estructura formántica semejante a la de las vocales. En la figura 18.5, se observa el espectrograma de la emisión anterior y la pista de formantes correspondiente (0-5,5 KHz). Figura 18.5: (a) Espectrograma (0-5,5 KHz) del segmento llora y (b) pista de cinco formantes (0-5,5 KHz) de la misma secuencia. Son visibles las transiciones en el límite de la consonante y la vocal siguiente en ambos gráficos. En la pista de formantes, se observa con mucha nitidez la continuidad de las dos primeras resonancias con la vocal adyacente. Por tratarse de sonidos con salida lateral del aire y por lo tanto con canales aéreos que funcionan simultáneamente, presentan antiformantes en su constitución acústica. Sobre este punto es especialmente interesante Johnson (2002: 160-163). En la figura 18.6, se presenta a) la curva de intensidad (60-80 db) y b) la curva de tono (0-400 Hz) correspondientes a la emisión de la figura 18.5.

Figura 18.6: a) Curva de intensidad (60-80 db) y b) curva de tono (0-400 Hz) de la misma secuencia. En la curva de intensidad se muestra un valor más bajo en la consonante respecto de las vocales, y creciente pues el sonido en cuestión aparece en posición inicial. Si se compara el promedio de intensidad de la lateral con el de la vocal siguiente, la diferencia es de -9,29 db. Por otra parte, en la curva de tono, se observa la presencia continua de valores de f0, lo que está dado por la periodicidad de la señal. En síntesis, las laterales, tal como se ha mostrado aquí con un ejemplo del sonido alveolar intervocálico y de uno alveolopalatal inicial, tienen una estructura formántica semejante a las vocales; al igual que ellas, son portadoras de tono y presentan una intensidad más débil que los núcleos silábicos próximos. Comparativamente, esta debilidad no es tan pronunciada como ocurre con otras consonantes. En términos generales, hay referencias de varios autores para los sonidos laterales, especialmente para el alveolar: Borzone (1980: 150) sitúa el F1 alrededor de los 400 Hz, en coincidencia con Quilis (1981: 275); el F2 con una variabilidad que va desde los 1400 hasta los 2000 Hz y el F3 en torno a los 3000 Hz con una variación de 300 Hz. Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 139) señalan respecto de las variantes interdental, dentoalveolar y palatalizado que "las diferencias acústicas son mínimas entre ellas; entre interdental y dentoalveolar, la diferencia principal está en el F1 pues la primera lo posee a 526 Hz, mientras que la segunda lo presenta a 298 Hz; el F2, por el contrario, está muy próximo: 1671 Hz y 1627 Hz, respectivamente. Las transiciones son muy parecidas. La palatalizada muestra el F1 a 385 Hz y el F2 es el más grave: 1575 Hz.". En cuanto a la intensidad, en el texto de Quilis, Esgueva, Gutiérrez y Cantarero (1979) se presenta una revisión exhaustiva de todas las laterales y los autores señalan constantemente que la consonante tiene una intensidad menor que la vocal con la que forma sílaba. A esto se debe agregar que la intensidad relativa de una lateral es al mismo tiempo mayor que la de otras consonantes y, desde este punto de vista, muy parecida a las vocales. Respecto de la duración, a partir de los datos aportados por Navarro (1917, 1918) se destacan en estos sonidos los valores relativamente largos de las iniciales y finales absolutas tónicas y la brevedad en las posiciones protónicas e interior de sílaba, es decir, en grupo consonántico. También este autor señaló una posible relación entre el punto de articulación y la duración. Por cierto, que la medición de la cantidad en estos sonidos aproximantes sonoros ofrece varias dificultades 18.2 Alveolar El sonido [l] es la variante alveolar del fonema /l/ y se produce regularmente en inicio absoluto o en posición intervocálica o en coda silábica en circunstancias de que el sonido siguiente no sea dentoalveolar, interdental, palatal, pues en estos casos su punto de articulación se modificará. De acuerdo con este criterio, son de realización alveolar todos los sonidos laterales del ejemplo (1). (1) En la alameda se levantan los árboles. / La pluma del pájaro blanco. 18.2.1 Características articulatorias De acuerdo con las informaciones disponibles, este sonido se realiza en la zona posalveolar. Recasens (1986: 23) había señalado el punto de articulación como alveolar más posterior al compararla con la articulación catalana. Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 137) señalan que el ápice lingual entra en contacto con la zona posalveolar, lo que se ilustra en las tres imágenes de la figura 18.7, correspondientes a tres electropalatogramas con los que los autores muestran diferentes soluciones articulatorias de la salida del aire en el caso de este sonido.

Figura 18.7: Reproducción de tres electropalatogramas de [l] en el contexto ala reproducidos a partir de la información de Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 137), con autorización de los autores. Estos electropalatogramas muestran en escala de grises los puntos de máximo contacto, PCM, y en todos ellos se hace evidente el contacto alveolar y posalveolar. Los mismos autores señalan que "[ ] en la constricción se produce en la parte posterior de los alvéolos como articulador pasivo y el ápice como articulador activo, lo cual permite que los extremos posteriores del paladar artificial en sentido longitudinal constituyan los puntos en los cuales se dejan sentir con más intensidad los efectos vocálicos [ ]" (137). En una descripción dinámica de la articulación de la alveolar, Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 138) señalan que "[ ] tras la oclusión apical, el cuerpo de la lengua desciende progresivamente de forma suave, igual que sucede en otras articulaciones como [n] [ ]". 18.2.2 Características acústicas Este sonido ha sido caracterizado en términos frecuenciales por varios autores. En lo que sigue se presentan algunas de esas referencias. Quilis et ál. (1979: 235) entregan los valores del F1 en posición inicial en sílaba tónica de 327,46 Hz y en sílaba átona de 333,25 Hz. Los valores de la misma resonancia para la posición intervocálica son de 328,34 Hz en sílaba tónica y de 337,18 Hz en sílaba átona. En sílaba final los valores son de 329,48 Hz y de 343,75 Hz. El conjunto de datos presentados en Quilis et ál. (1979) se ordena en torno a los 333 Hz como valor medio. Massone (1988: 22) investigó a dos informantes masculinos representativos del habla de Buenos Aires y con esos datos situó el valor del F1 alrededor de los 400 Hz. Almeida y Dorta (1993: 99) encuentran el promedio en los 399 Hz para las sílabas tónicas y en los 362,5 Hz para las sílabas átonas. Los autores establecen diferencias según la vocal siguiente, siendo más alta la frecuencia cuando la vocal siguiente es [a] o [e] (400 Hz) y más bajo con [o] [i] [u] (entre 350 y 360 Hz). Por su parte, Obediente, Mora y Rodríguez (1994: 9) presentan como un valor típico de este formante los 387 Hz. Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 136) presentan el valor general del F1 entre los 336 y los 420 Hz, en dependencia de la vocal siguiente: más grave con la vocal [u] y más agudo con la vocal [i], a diferencia de lo reportado por Almeida y Dorta (1993: 99). Los mismos autores, Martínez Celdrán y Fernández Planas, sintetizan gran parte de la información anterior sobre este sonido y exponen que los datos coinciden en lo central con los proporcionados por Borzone (1980), Quilis (1981) que a su vez toma los valores del trabajo anterior de Quilis et ál. (1979), Massone (1988) y Almeida y Dorta (1993). En las imágenes siguientes se muestran tres gráficos corrspondientes a emisiones de palabras con el sonido lateral. Las palabras son lámina, limita y girasol. La pronunciación corresponde a la de una informante peninsular.

Figura 18.8: Oscilogramas y espectrogramas (0 a 5,5 KHz) con pista de formantes (0 a 5,5 KHz) de las emisiones a) lámina, b) limita y c) girasol. Se transcribe el sonido lateral en cada caso. En las emisiones presentadas en la figura 18.8, los valores para el F1 son, respectivamente, 466,97 Hz, 339,42 Hz y 401,77 Hz en el centro de la consonante. Quilis et ál. (1979: 235) sitúan el valor medio del F2 en los 1587,01 Hz en sílabas átonas iniciales y 1606,11 Hz en sílaba átona en las posición inicial. En posición intervocálica, el valor es un poco más bajo, 1534,36 Hz en sílaba tónica y 1508,34 Hz en sílaba átona; para la posición final tónica el valor es de 1563,56 Hz y de 1528,86 Hz en sílaba átona. Massone (1988: 22) propone en general valores más altos y que varían en dependencia de la vocal siguiente: 2000 Hz con [i], 1800 Hz con [e], 1700 Hz con [o a] y 1550 Hz con [u]. Almeida y Dorta (1993: 100) lo encuentran en los 1555 Hz y en los 1493 Hz en inicio de sílabas tónicas y átonas respectivamente, en tanto que en las implosivas lo encuentran en los 1480 Hz y en los 1532 en sílabas tónicas y átonas respectivamente. Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 136) señalan variaciones desde los 1491 Hz hasta los 1630 en dependencia de la vocal siguiente, (el valor más bajo está asociado a la vocal posterior y el más alto con la vocal anterior). Obediente et ál. (1994: 9) proporcionan el valor de 1329 Hz, algo más grave que otros referidos aquí. En la imagen 9 se muestran las secuencias lama y lima en una emisión de una hablante peninsular. Figura 18.9. Oscilogramas y espectrogramas (0 a 5,5 KHz) de las emisiones a) lama y b) lima. Se trascribe el sonido lateral en cada caso. Los valores de F2 para los dos casos que sirven de ejemplo, son, en el centro de la consonante, 1812,9 Hz y 1856,9 Hz respectivamente para lama y lima. Se observa en las imágenes que la trayectoria del F2 difiere según la vocal siguiente, en el primer caso el F2 presenta un leve descenso frecuencial en tanto que en el segundo el movimiento es ascendente. Las imágenes de la Figura 18.10 son acercamientos a las de la Figura 18.9, para destacar este aspecto.

Figura 18.10: Oscilogramas y espectrogramas (0 a 5,5 KHz) con pista de formantes superpuestas (0 a 5,5 KHz) de los fragmentos a) ['la] y b) ['li]. Las flechas destacan el movimiento del F2. Para un comentario sobre la interpretación articulatoria de los valores de F1 y F2, y una síntesis de valores, véase Proctor (2009: 59). En relación con el F3, Quilis et ál. (1979: 235, 240) lo establecen en los 2603,76 Hz en sílaba tónica y en 2586,26 Hz en sílaba átona en posición inicial. En posición intervocálica, los valores son, respectivamente, 2576,52 Hz y 2464,82 Hz. Almeida y Dorta (1993: 101) proporcionan, para las iniciales de sílabas tónicas, el valor promedio de 2678 Hz y para las átonas, de 2368 Hz. Los valores que proporcionan para las implosivas son bastante homogéneos: para las tónicas 2626 Hz, para las átonas 2610 Hz. Massone (1988: 22) da como valor referencial del F3 los 2700 Hz. La figura 18.11 muestra una emisión de la expresión alimenta dicha por un informante chileno. Se muestran el oscilograma y el espectrograma con la pista de formantes superpuesta. Figura 18.11: Oscilogramas y espectrogramas (0 a 5 KHz) con pista de formantes superpuesta (0 a 5 KHz) de la emisión alimenta. En el ejemplo presentado, el valor del F3 es de 2800,4 Hz en el inicio de la consonante lateral, en el centro, el valor es de 2798,8 Hz y, hacia el final de la misma, el valor es de 2796 Hz. El F1 tiene en el centro de la consonante el valor de 294,9 Hz y el F2, de 1873,9 Hz. La principal discusión que se ha planteado en este aspecto es la relación entre la frecuencia del primer formante y el carácter tónico/átono de la sílaba en la que está la lateral. Al respecto Quilis et ál. (1979: 323) plantean como un rasgo consonántico que el F1 es mayor en la átona que en la tónica, asunto que Almeida y Dorta (1993) discuten explícitamente a partir de sus propios datos. La lógica general de la intensidad relativa entre consonantes y vocales es que siempre las segundas son más prominentes que las primeras; dado que las vocales se pronuncian sin ninguna obtrucción articulatoria, a diferencia de las consonantes, de tal manera que lo normal será encontrar

menor cantidad relativa de db en las laterales que en la vocales adyacentes. Quilis et ál. (1979: 239-240) señalan que la intensidad relativa de este sonido en relación con la vocal con la que forma sílaba es siempre menor, aunque encuentra algunos casos especiales, en posición inicial, en que esto no ocurre así. La figura 18.12 muestra los gráficos correspondientes a la emisión de lacustre emitida por una informante peninsular. Figura 18.12: Oscilogramas y espectrogramas (0 a 5,5 KHz) con curva de intensidad (10 a 80 db) de la emisión lacustre. Las flechas indican puntos de la curva de intensidad en el centro de la consonante lateral y en el centro de la vocal adyacente. En el ejemplo de la figura 18.12, la diferencia entre los valores de intensidad en los puntos señalados por las flechas es de 5,33 db. Se observa que la curva de intensidad va en aumento hasta alcanzar el punto máximo en el centro de la vocal. Lo mismo se suele presentar en los casos en que la lateral está antecedida y seguida de vocal. La figura 18.13 muestra dos emisiones de la palabra aleve dichas por una informante española y por un informante chileno. En los dos casos, la intensidad de la consonante es menor que la de las vocales adyacentes. Figura 18.13: Oscilogramas y curvas de intensidad de la palabra aleve pronunciada por una informante española y un informante chileno. Las graduaciones en db son diferentes para cada enunciado. Los puntos señalan el centro de sonidos en la curva de intensidad. En estos casos, la diferencia de intensidad entre la lateral y la vocal inicial es de -0,34 db en el caso de la mujer española, y en el del hombre chileno, de -1,93 db. Resulta más pronunciada la diferencia entre la lateral y la vocal siguiente: -3,16 para la mujer y -2,31 para el hombre, ambas diferencias consideradas en el centro de cada sonido. Si se toma el punto más bajo de la intensidad de la lateral, que se encuentra un poco después del centro y que no ha sido señalado en el gráfico,

las diferencias son aún más pronunciadas: respecto del centro de la vocal anterior, la diferencia, en el caso de la informante femenina, es de -4,63 db y con respecto a la vocal siguiente es de -7,45. Por cierto, en otras condiciones contextuales estos valores pueden ser también diferentes. Los respectivos valores en el caso del informante masculino son de -3,34 y de -3,72 db. La figura 18.13 muestra también que en relación con la consonante aproximante bilabial, la lateral tiene una intensidad mayor. Respecto de la duración, Navarro (1917: 272-273) estableció una gradación en que la posición final en sílaba tónica favorece la realización más larga. La cantidad menor sería la que se da en grupo consonántico tautosilábico (como en plato, bloque, etc.) y esta sería más o menos parecida a la intervocálica. Serían largas las que aparecen en inicio absoluto en sílaba tónica. Proporciona valores promedio para la inicial tónica de 104 ms y de 70 ms para las iniciales átonas. De la intervocálica, señaló como duración promedio en la posición tónica, 60 ms y en posición átona 45 ms y para la que aparece en agrupación consonántica tautosilábica: 51 ms en las tónicas y 47 ms en las átonas. Los casos que analiza en posición final tónica, dan un promedio de 160 ms. Quilis, et ál. (1979: 235) señalan que en posición inicial la duración media de [l] es de 68,9 ms en sílaba tónica y 49,5 ms en sílaba átona. En posición intervocálica, en sílaba tónica es de 53 ms y en sílaba átona de 53,4 sin considerar las transiciones (de ahí la sensible diferencia con las mediciones de otros investigadores). Por su parte, Almeida y Dorta (1993: 98) señalan como duración de las tónicas en posición inicial absoluto 85,9 ms, y en las átonas 54 ms. Iniciales de palabra, tónicas 52,3 y átonas 50,4. Las implosivas finales tienen los valores de 58,9 ms (las tónicas) y 51 ms (las átonas). Por su parte, Massone (1988: 23) señala valores de duración de 91 ms en secuencia consonante vocal y 113 ms en secuencia vocal-consonante-vocal; en grupos consonánticos 73 ms en sílaba tónica y 61 ms en sílaba átona. Del Barrio y Tornel (1995: 15-17) señalan duraciones de [l] en diversos contextos. Los valores presentados se sitúan entre los 42 ms (en sílaba átona, posición inicial de sílaba no prepausal) hasta los 103 ms en sílaba tónica no inicial de sílaba en posición prepausal. El promedio estaría en torno a los 63 ms. Las diferencias que se observan entre entre investigadores pueden deberse a criterios de análisis para delimitar el sonido ya que la frontera entre una lateral alveolar y una vocal suele no resultar muy clara. También los resultados pueden estar influidos por la cantidad de informantes, el estilo de habla registrado y los instrumentos utilizados para hacer los análisis. Estas diferencias ya fueron advertidas en Almeida y Dorta (1993: 99) quienes, además, presentan un interesante resumen crítico de los datos obtenidos hasta ese momento. La figura 18.14 muestra los oscilogramas y espectrogramas correspondientes a dos emisiones leídas por una informante española. Se han marcado las duraciones en la parte superior del espectrograma para tener una visión general de las longitudes de estos segmentos. Figura 18.14: Oscilograma y espectrograma (0 a 5,5 KHz) de las emisiones (a) No leyeron hasta el final y de (b) Leen el libro los líderes del mundo dichas por una informante peninsular. En la parte superior del espectrograma se ha marcado en negro la duración de las laterales. En el primero de los ejemplos, las laterales alveolares tienen las siguientes duraciones: la primera, intervocálica átona, dura 76,8 ms; la que precede a [f] dura 85,9 ms y la final (tónica), 165,3 ms. En el segundo, la inicial tónica tiene una duración de 122,3 ms; la duplicada intervocálica

134,7 ms; la intervocálica simple átona dura 76,1 ms; la cuarta en aparición, tónica dura 86,2 y la última del enunciado, átona, dura 63,5 ms. Se observa la cantidad mayor de la final absoluta en posición tónica, las longitudes medias de las que están en posición tónica y que las átonas tienen, comparativamente, menor duración. Las imágenes de la figura 18.15 muestran casos de la lateral en grupo consonántico. Se trata de una pronunciación femenina peninsular de las palabras concluso, flemático y cable. Figura 18.15: Oscilograma y espectrograma con pistas de formantes superpuestas (0 a 5,5 KHz) de las emisiones (a) concluso, (b) flemático y (c) cable dichas por una informante peninsular. Se han delimitado las laterales. En estos ejemplo, la lateral de concluso tiene una duración de 66 ms; la de flemático, 50 ms y la de cable, 101 ms. A modo de ejemplo, fueron examinadas las duraciones de las laterales (no agrupadas) de dos informantes, un hombre y una mujer, y se obtuvieron lo siguientes valores para las que aparecen en sílaba tónica y las que aparecen en sílaba átona. Esos resultados se muestran en la figura 18.16. Figura 18.16: Gráfico de promedios de duración (ms) de laterales alveolares en sílabas tónicas y átonas en un hombre (n = 82) y una mujer (n = 50) hablantes de español. La diferencia en los valores absolutos entre ambos sujetos está determinada por la velocidad de habla de cada informante, no obstante, lo que se quiere resaltar es la tendencia hacia el valor más alto en las sílabas tónicas que en las átonas. Este asunto ya había sido notado por prácticamente todos los investigadores mencionados. Un ejemplo de la relación entre duración y posición en la palabra, se muestra en el gráfico de la figura 18.17, que resume resultados del recuento de emisiones de dos informantes, un hombre y una mujer. En este caso, los resultados se obtuvieron a partir de lectura de palabras. Para este cómputo se consideraron las iniciales, las finales y las internas que no están en grupo consonántico tautosilábico.

Figura 18.17: Gráfico de promedios de duración (ms) de laterales alveolares en diferente posición en la palabra en un hombre (n = 82) y una mujer (n = 50) hablantes de español. A partir de estos datos, se observa que las interiores son más breves que las que aparecen al inicio de palabra y que las que están al final; a su vez, las finales son las más largas. Cuando se comparan solo las laterales que aparecen en sílabas tónicas en las mismas posiciones del gráfico anterior, las relaciones entre los datos se conservan exactamente igual. Por otra parte, si se comparan los datos entre simples, agrupadas en secuencia tautosilábica y dobles, se observa que la doble es casi dos veces la simple y que la de un grupo consonántico, del tipo gl, bl, etc. es sensiblemente de menor duración. Figura 18.18: Gráfico de promedios de duración (ms) de laterales alveolares simples, las que forman grupo consonántico y las dobles, correspondientes a un hombre y una mujer (n = 132) hablantes de español. Dado que la diferencia entre los informantes no era relevante, se presentan reunidos los datos y se puede observar así la tendencia general. Ramírez (2006: 52) presentó datos de duración que dan un promedio de 68,52 ms para las no agrupadas y de 57,62 para las agrupadas; datos que, con valores diferentes, muestran la misma tendencia: el acortamiento de las consonantes agrupadas. 18.2.3 Características perceptivas Por las características fonéticas ya señaladas, la lateral alveolar tiene semejanzas con otros sonidos sonoros. Esto ha sido planteado y estudiado por varios autores. Así por ejemplo, a partir de una prueba de percepción, Massone (1988: 30) señala que esta consonante es confundida con [ɾ] dado que las pistas acústicas del segmento vocálico y del consonántico incluyen información sobre el punto y el modo de articulación y también concluyen que el elemento propiamente consonántico tendría propiedades para hacer la distinción con la nasal

alveolar. Hay dialectos en que estos dos sonidos pueden neutralizarse en coda silábica. En la figura 18.19, se presentan superpuestos los espectros de banda ancha de una [l] de una [n] y de una [i] obtenidos a partir de emisiones de una misma informante española. Figura 18.19: Espectros de banda ancha de [l] en línea continua y de [i] en línea segmentada y de [n] en línea punteada (0 a 5500 Hz). La amplitud está expresada en db. Se observa una diferencia notoria en las frecuencias en torno a los 1500 Hz, ya que en torno a esa frecuencia hay un relieve en la lateral que no existe ni en la vocal [i] ni en la nasal. Puede confrontarse esta información con lo presentado anteriormente respecto de los formantes 1, 2 y 3. Desde este punto de vista, se sugiere que la característica diferencial para la lateral alveolar y estos otros sonidos, es el F2. La figura 18.20 muestra el espectro auditivo o coclear (véase Boersma y Weenink 2010) y la curva de LPC de la [l] intervocálica de una hablante femenina peninsular. Figura 18.20: Espectro de excitación coclear y análisis LPC de una [l] intervocálica de una hablante peninsular. Las frecuencias se expresan en el eje horizontal: en el espectro de excitación coclear, se presentan en Barks y en el LPC, se muestran en Hz; el eje vertical del espectro coclear muestra la excitación en fones y el LPC muestra la intensidad en db. En el espectro coclear, se observa que los tres primeros formantes ocupan casi la totalidad del

espacio auditivo. Se observa también que el F1 y el F3 tienen los máximos relieves y que esos relieves difieren menos en la intensidad percibida de lo que se puede inferir del gráfico LPC. Desde el punto de vista de la percepción, resulta interesante tener una aproximación a la representación mental de las distancias que establecen los oyentes entre el sonido lateral alveolar y aquellos otros con los que se le relaciona por semejanza acústica. Por nuestra parte hemos realizado un experimento con 109 informantes, mediante la técnica de escalamiento multidimensional, para conseguir una distribución, en un espacio de dos dimensiones, de las distancias entre sonidos a partir de las respuestas de los informantes ante una serie de pares de estímulos. El algoritmo utilizado fue Proxscal, y los índices de ajuste obtenidos fueron un Stress Bruto Normalizado de 0,025 y una Dispersión Explicada de 0,97. Más detalles sobre esta prueba se presentan en el 18.8. En esta sección se presentan los datos referidos a la distancia entre el sonido lateral alveolar y la consonante lateral alveolopalatal; además se incluyen también la nasal alveolar y la vibrante simple y las vocales anteriores. Figura 18.21: Mapa perceptual de distancias entre la lateral alveolar y otras consonantes y las vocales palatales. Este mapa debe ser tomado como una primera aproximación a la distancia representada en la mente de los informantes respecto de los sonidos consultados. El eje horizontal tiene un cierto correlato con la dimensión anterior posterior pues los sonidos palatales aparecen agrupados a la izquierda del mapa. Se aprecia que las distancias entre la ele y las otras consonantes son relativamente parecidas y menores que las que la lateral mantiene con las vocales. Los sonidos palatales están mucho más cerca entre sí que con cualquier otro y los sonidos alveolares están prácticamente alineados verticalmente. 18.3 Interdental En contextos en que la lateral va seguida de una interdental, como ocurre en el habla de las zonas de España en que se hace la distinción s/θ, se produce la articulación adelantada que representamos con el símbolo [ l ] en los casos en que la consonante siguiente es un sonido interdental fricativo sordo. Las laterales del ejemplo (2) son ejemplos de esta articulación, en el entendido de que el hablante sea distinguidor del par s/θ.

(2) El zorro del cerro se comió un alce. / Álzate, que el zozobrar no es bueno. / Dos calzas. 18.3.1 Características articulatorias Esta articulación se produce con la lengua adelantada y preparada para la producción de la consonante siguiente, tal como se observa en las imágenes de la figura 18.22 correspondientes a fotogramas obtenidos en los centros de las laterales en calcetín, alza y el zulú. Figura 18.22: Fotogramas de una hablante peninsular en el momento de la articulación de la lateral en las secuencias calcetín, alza y el zulú En los fotogramas de la figura 18.22 se observa la lengua en posición interdental en los tres casos. La figura 18.23 muestra fotogramas de distintos momentos en la emisión de la palabra alza. Para hacerlo se ha usado simultáneamente el programa Praat (Boersma y Weenink, 2010), en el que se identificó el tiempo con precisión y Elan (Max Planck Institute, 2010) para obtener el fotograma correspondiente. Figura 18.23: Fotogramas de una hablante peninsular en distintos momentos de la articulación de alza. (a) Centro de la vocal inicial, (b) inicio de la lateral, (c) centro de la lateral, (d) final de la lateral, (e) centro de la fricativa sorda interdental y (e) centro de la vocal final. El primer fotograma corresponde al centro de la vocal inicial y los tres siguientes al inicio, al centro y al final de la consonante lateral. El quinto corresponde a la consonante fricativa sorda interdental y el último, a la vocal final. Es interesante observar que la posición de la lengua es prácticamente la misma en los tres momentos de la lateral y en la fricativa sorda siguiente. 18.3.2 Características acústicas

Este sonido comparte gran parte de las propiedades del sonido alveolar mencionado en el apartado anterior. Se trata de una diferencia articulatoria que no produce un efecto acústico muy pronunciado, a pesar de lo visible que resulta a la vista la posición adelantada de la lengua. En el trabajo de Quilis et ál. (1979: 284-289) aparecen los siguientes valores para los formantes: el F1 en sílaba tónica es de 324 Hz y en sílaba átona de 312,75 Hz. El F2 tiene un promedio de 1269 Hz para las sílabas tónicas y 1376,97 Hz para las átonas. El F3 presenta, para estos autores, un promedio de 2328,75 Hz en sílaba tónica y de 2004,35 Hz en sílaba átona. Las imágenes de la figura 18.24 presentan la emisión de las palabras (a) alcista y (b) alista en una informante que distingue s/θ. Esta observación puede ser de interés dado que se trata de la misma informante y de un contexto fónico similar, que difiere solo en la presencia de la fricativa interdental. Figura 18.24: Oscilogramas y espectrogramas con pistas de formantes superpuestas correspondientes a (a) alcista y (b) alista; (c) es un gráfico estilizado del sonido interdental (línea continua) y del alveolar (línea segmentada) a partir de tres puntos de análisis para el F1, F2 y F3. La imagen de la figura 18.24 (c) presenta estilizadamente para ambos sonidos los valores de los tres primeros formantes. Se observan unas mínimas diferencias en cuanto a la trayectoria, no obstante al mirar los valores de los puntos iniciales medios y finales de la consonante, se tiene que el promedio del F1 es de 501,5 Hz para la interdental en tanto que de 408,7 Hz para la alveolar; el F2 es de 1778,9 Hz para la interdental y de 1947,8 Hz para la alveolar y para el F3, los valores promedian los 2951,1 Hz para la interdental, en tanto que para la alveolar, el promedio llega a los 3129,6 Hz. En otras palabras, el F1 es levemente más alto en la interdental en cambio los formantes 2 y 3 son, comparativamente, algo más bajos. Sobre las diferencias entre los valores con respecto a los que Quilis et ál. (1979: 284-289) presentan, se debe tener en cuenta lo que se mencionó antes a propósito de los valores formánticos de la lateral alveolar. Un análisis realizado sobre varias emisiones de una hablante peninsular, distinguidora de s/θ, muestra que el punto central de la consonante lateral interdental tiene un F1 con un promedio de 428,1 Hz; el F2, de 1741,4 Hz y el F3, de 2907,6 Hz. Al considerar el inicio, el centro y el final de la consonante, los valores se ordenan de la siguiente manera: El F1 desciende unos 111 Hz; el F2 asciende unos 120 y el F3 asciende unos 175 Hz. De acuerdo con lo observado acá, se observa que para la lateral interdental, se cumple la información de que los formantes son más altos cuando la consonante se encuentra en posición tónica. Las diferencias están en torno a los 50 Hz para el F1 (413 Hz y 468 Hz), de sobre 150 Hz para el F2 (1698 Hz y 1856 Hz) y para el F3 se observó una diferencia de algo más de 50 Hz (2893 Hz y 2946 Hz). La diferencia más prominente se observa en el F2. En cuanto a la intensidad relativa de este sonido, se entiende que comparte la propiedad de tener menor intensidad que los núcleos silábicos con los que está relacionado (Quilis et ál., 1979: 289). En promedio, hemos observado que la diferencia está un poco más abajo de los 4,3 db en relación con la vocal precedente y respecto de la consonante interdental que sigue, el sonido lateral es superior por encima de los 10 db. Respecto de la vocal siguiente, hay más variación aunque lo más frecuente es que la lateral sea menos intensa. La figura 18.25 muestra las relaciones, en dos informantes, de la intensidad del sonido lateral interdental con el sonido vocálico anterior, con el sonido fricativo interdental sordo siguiente y con la vocal posterior. Las diferencias están expresadas en db.

Figura 18.25: Relaciones en db de la intensidad del sonido lateral interdental en función de la vocal anterior, la fricativa interdental siguiente y la vocal siguiente. Cada gráfico muestra los valores correspondientes a una informante peninsular. En negro, la relación con la vocal anterior; en gris oscuro, la relación con la vocal posterior y en gris claro la relación con la consonante fricativa sorda interdental. Los números en el eje horizontal corresponden a los ítemes estudiados. Se observa en estos casos cómo la relación de la lateral con la vocal anterior es en la mayoría de los casos negativa, es decir, la lateral es menos intensa que la vocal precedente (con algunas excepciones en una de las dos informantes); asimismo se nota respecto de la consonante [θ] que los valores son todos positivos, es decir, la lateral es siempre más intensa. También se aprecia la variabilidad de los valores respectos de la vocal posterior a la fricativa sorda. La figura 18.26 presenta un ejemplo de análisis de la intensidad de las palabras calcifica y dulzura. Figura 18.26: Oscilogramas y curvas de intensidad de calcifica y dulzura. Los puntos en la curva de intensidad indican el centro de cada sonido de interés. La misma figura permite observar las relaciones de los valores de intensidad del sonido lateral en relación con otras consonantes presentes en las mismas secuencias: es bastante más intensa la lateral que las fricativas sordas y que las oclusivas sordas presentes; en cambio resulta ser levemente más baja que la aproximante alveolar de (b) (que no está marcada con círculo). Examinada la duración de laterales interdentales en dos informantes femeninas peninsulares, se observa que la duración promedio de este sonido se encuentra alrededor de los 76 ms y su duración representa algo más del 50 % de la suma de la duración de la lateral y la fricativa interdental sorda que le sigue (cuyo promedio de duración se sitúa alrededor de los 142 ms). La duración de las laterales en sílaba átona está alrededor de los 74 ms y en las sílabas tónicas en algo sobre los 87 ms. Los datos que al respecto presenta Quilis et ál. (1979: 284) son sensiblemente más bajos dado que consideró solo la parte estable de la lateral: 42,5 ms en las sílabas tónicas y 40,6 en las átonas.

18.4 Dentoalveolar Este sonido se produce regularmente ante un sonido dental o dentoalveolar, como [t ] o [d ]. Son por lo tanto, dentoalveolares las laterales del ejemplo siguiente: (3) El día del torneo. / Alteran el diario vivir. 18.4.1 Características articulatorias En la realización de este sonido, el contacto anterior de la lengua se produce con la lámina lingual en la zona dentoalveolar y, tal como señalan Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 139), a partir del examen hecho con electropalatografía, los contactos en la zona anterior se producen desde los momentos iniciales de la consonante. La figura 18.27 muestra el registro promedio de los contactos registrados en la realización de este sonido en una hablante peninsular. Figura 18.27: Electropalatograma del punto de máximo contacto de la lateral dentoalveolar, según Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 139). Reproducida con autorización de los autores. Son Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 139) quienes proporcionan la información actual más detallada sobre este sonido. Ellos señalan que a diferencia del sonido alveolar, se observa en este electropalatograma del punto de máximo contacto de esta articulación, la completa saturación de la primera fila de electrodos. El hecho de que los contactos más anteriores se registren desde los primeros momentos de la consonante, hace pensar a los autores en que se trata de un caso de asimilación más que de uno de mezcla gestual, siguiendo la clasificación de Recasens y Pallarès (2001: 16) 18.4.2 Características acústicas Como se ha señalado anteriormente, las diferencias acústicas entre estos sonidos y otros de la misma serie, no son excesivamente notorias, más bien se trata de diferencias sutiles, no siempre tan regulares y que, en lo principal, son similares a los sonidos ya tratados. Quilis et ál. (1979: 279 y 284) señalan que para la combinación /lt/ el F1 tiene un promedio de 311,25 Hz en sílaba tónica y de 311,38 Hz en sílaba átona, una diferencia obviamente insignificante. En la combinación /ld/ los valores son, respectivamente 321,09 Hz y 303,17 Hz. Para el F2 el valor de referencia es de 1555,2 en la sílaba tónica y de 1572,82 para las átonas, en la combinación /lt/; en la combinación /ld/ estos valores son, siguiendo el mismo orden, de 1533,21 Hz y 1511,3 Hz. El F3 lo sitúan, para la combinación /lt/ en los 2646,1 Hz en las sílabas tónicas y

en los 2519,85 en las átonas y en la combinación /ld/ en 2631,05 en las sílabas tónicas y en los 2584,09 Hz en las átonas. En síntesis, Quilis et ál. (1979) presentan valores levemente más bajos para los dos primeros formantes en el sonido dentoalveolar en relación con el alveolar. Por nuestra parte, hemos revisado muestras que dan resultados sutilmente distintos. Las imágenes de la figura 18.28 muestran el gráfico LPC que compara una dentoalveolar (trazo continuo) con una alveolar (trazo segmentado) en dos informantes, en (a) se muestra la variación de de una informante femenina peninsular y en (b) la de un informante masculino chileno. Figura 18.28: Análisis LPC que muestra las leves variaciones entre una lateral dentoalveolar (trazo continuo) y una alveolar (trazo segmentado) en (a) una hablante peninsular y (b) un informante chileno En esta figura se confirma en primer lugar que las variaciones son muy leves si se consideran los centros frecuenciales, pero la diferencia es la inversa de la que fue planteada por Quilis et ál. (1979). Sin duda que esta variación articulatoria tendrá un efecto perceptivo bajo, asunto que se mencionará en el 18.8 a partir de los resultados de la prueba de percepción. La figura 18.29 muestra el oscilograma y el espectrograma correspondientes a los análisis LPC presentados en la figura 18.28 (b). Figura 18.29: Oscilograma y espectrograma, con pista de formantes superpuesta, de ala y alta en un hablante masculino chileno. Los espectros LPC de las laterales de esta emisión aparecen en la figura 18.28 (b). Se observan en este caso las pequeñas diferencias frecuenciales en los centros correspondientes a cada una de las laterales presentes. Los movimientos de los formantes en el caso de la dentalizada tienen que ver, obviamente, con la articulación de la consonante siguiente. Los autores Quilis et ál. (1979: 279 y 284) mencionaron que en este sonido, como en las otras laterales, la intensidad de la consonante es menor que la de la vocal con la que forma núcleo silábico.

La figura 18.30 muestra la curva de intensidad de la secuencia ala alta (leídas como palabras separadas). Se muestran los puntos de análisis que corresponden al centro de la vocal precedente y al de la vocal siguiente, además del centro de la consonante lateral. Figura 18.30: Curva de intensidad de las secuencias de ala y alta correspondiente a la figura 18.29. Los puntos señalan valores de intensidad comentados en el texto. En estas dos emisiones se observa que las variaciones son muy similares y que las relaciones entre la lateral y las vocales anteriores y las precedentes son también parecidas. La lateral dentalizada tiene una diferencia de 1,52 db con la vocal precedente, y la diferencia con la vocal siguiente es de 3,9 db; En el caso de la alveolar, la diferencia es de 3,4 db con la vocal precedente y con la vocal siguiente, la diferencia de intensidad es de 2,6 db. Con respecto a la duración de este sonido, Quilis et ál. (1979: 279 y 284) presentaron las duraciones de esta variante asignando 49,6 ms en sílaba tónica y 45,9 ms en sílaba átona para la combinación /lt/. Para la secuencia /ld/ la establecieron en 60,7 ms en la sílaba tónica y en 59,1 ms en las sílabas átonas. Como se ha señalado antes, estos valores son relativamente bajos pues solo consideran el período de estabilidad de la consonante. En todo caso, sí reflejan el dato de tendencia general de que las que aparecen en sílabas tónicas tienden a ser más largas que las que aparecen en sílabas átonas. Hemos comparado dos informantes, un hombre y una mujer, de difererentes países de habla hispánica, las duraciones de estos sonidos son muy parecidas entre sí, tal como se muestra en la siguiente tabla. Informante 1 (n = 20) Informante 2 (n =20) Duración promedio (ms) 100,4 110,79 Desviación 26,1 23,7 Valor máximo 161,9 144,7 Valor mínimo 57,3 60,9 Tabla 18.2. Valores de duración de la lateral dentalizada en dos informantes. Para la interpretación de esta tabla, debe tenerse en cuenta que diferencias de duración bajo los 20 ms no se consideran relevantes desde el punto de vista de la percepción (Nooteboom, 1999: 665). Es también visible el dato de la variación entre valores mínimos y máximos. 18.5 Palatalizado Este sonido se produce regularmente cuando a la lateral sigue un sonido de articulación más

palatal, tal como [ɲ] o [t ʃ]. Son por lo tanto, laterales palatalizadas las del ejemplo (4). (4) El charco del ñandú. / Aquel chopo. 18.5.1 Características articulatorias La articulación de este sonido requiere un contacto en la zona del propiamente palatal del paladar artificial. A partir del análisis electropalatográfico, Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 141) los describen como uno que "[ ] aumenta sus contactos en la fila 1 del paladar artificial respecto de la alveolar y, sobre todo, aumenta sus contactos en las filas posteriores aunque no llegan a presentar tanta activación como las que muestra la lateral alveolopalatal ni tampoco como los que exhibe la nasal palatalizada. Respecto al desarrollo temporal de la articulación [ ], la palatalización aumenta en él desde PI [el punto de inicio] hasta el PMC [punto de máximo contacto]". Las siguientes imágenes tomadas de Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 142) y su uso ha sido autorizada por los autores) muestran el momento inicial, el de máximo contacto y el final en la articulación de la lateral palatalizada Figura 18.31: Promedios de activación de electrodos del paladar artificial en el punto de inicio (izquierda), en el punto de máximo contacto (centro) y en el punto final (derecha) de una lateral palatalizada, según Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007: 142). Imágenes reproducidas con autorización de los autores. Se observa en esta figura que la articulación de este sonido mantiene la activación alveolar hacia el final. Este sonido se distingue articulatoriamente de la alveolopalatal [ʎ] pues en este último caso la activación palatina es muchísimo más posterior, como se verá en el 18.6. 18.5.2 Características acústicas Como ya se ha señalado, hay variaciones de punto de articulación que no siempre tienen una manifestación acústica o perceptiva muy nítida, lo que se explica muy bien con la teoría de los quanta (Stevens, 1989). La misma perspectiva explica que, a la inversa, hay diferencias articulatorias mínimas que tienen un efecto más notorio. La diferencia entre una lateral palatalizada (es decir, una cuya articulación se ve influida por el sonido alveolopalatal siguiente) y una lateral alveolar parece tener un cierto efecto perceptivo algo más notorio que, por ejemplo, el caso de la diferencia entre la dentalizada y la alveolar. Quilis et ál. (1979: 299-303) dieron valores para el F1 de 326,89 Hz para las sílabas tónicas y de 312,42 Hz para las átonas en la secuencia /l t ʃ /. Para la secuencia /l ɲ/ el F1 tiene el valor de 312,42 en sílaba átona (que es la única que aparece en su corpus). El F2 lo sitúan en los 1706,78 Hz