Bultos en el cuello de los niños Algo para preocuparse? OCTUBRE 5, 2016 POR OSCAR LOPEZ DEJA UN COMENTARIO(EDITAR) Los bultos en el cuello también son llamados masas o tumoraciones cervicales. Debes preocuparte mucho cuando tu niño presenta alguno? Comienzo por decirte que los bultos en el cuello de un niño, casi nunca sugieren las mismas características de posible malignidad que en un adulto. Es por esto que a mí el término tumoraciones no me parece adecuado cuando de niños se trata.
Pero qué pueden ser esos bultos en el cuello de mi niño? Evaluación de los bultos en el cuello en los niños Como arriba te dije, en los adultos, una masa asintomática en el cuello no debe ser pasada por alto. Una masa asintomática en el cuello de un adulto, debe ser considerada maligna hasta que no se demuestre lo contrario. En los niños, en cambio, el 90% de los bultos del cuello son benignos. Sin embargo, nunca deberán ser pasados por alto, porque tampoco significa que nunca puedan ser malignos. Así, podemos dividir las masas del cuello de los niños en: Inflamatorias Neoplásicas. Congénitas. Las más frecuentes son las de tipo inflamatorio: ganglios inflamatorios benignos. Las congénitas suelen ser de tipo quístico, tratándose de remanentes faríngeos de las hendiduras branquiales o malformaciones vasculares. Estas se originan durante el desarrollo embrionario de las personas. Las tumoraciones sólidas pueden ser inflamatorias o neoplásicas. Una correcta comprensión de las diferentes causas de masas cervicales, ayudará con el manejo de estas lesiones. Cómo encarar una masa cervical en los niños
En principio, debemos considerar que el niño todo bulto en el cuello es más posiblementeinflamatorio que neoplásico. No debemos olvidar las alteraciones de origen congénito, tumorales o quísticas, que suelen estar presentes al momento del nacimiento. Sin embargo, pueden hacer su aparición más tardíamente, como ocurre con el quiste tirogloso. Este es un remanente congénito que queda a consecuencia de la formación de la glándula tiroides. Ocurre que, en la vida intrauterina, esa glándula nace trazando un trayecto desde la base de la lengua hasta su posición definitiva en el cuello. Los remanentes de células tiroideas que puedan quedar a cualquier nivel de ese trayecto, originarán el quiste tirogloso. El quiste tirogloso se manifiesta antes de los 8 años, en más de la mitad de los casos. Pero también puede aparecer en la vida adulta. El contenido del quiste tirogloso es líquido, siendo benigno, situado en la línea media del cuello, en diferentes niveles. Se mueve con la deglución. Puede complicarse cuando se fistuliza hacia el exterior del cuello. En este artículo no haremos mención de otras lesiones quística congénitas del cuello. El sistema linfático y los ganglios Las microadenopatías móviles, blandas y dolorosas al tacto, son frecuentes en los niños. Ganglios cervicales palpables se presentan en el 40% de los niños.
Estos ganglios son unos nodulitos casi siempre menores de 1 cm, que forman parte del sistema linfático. El sistema linfático está conformado por una red de finos conductos que recorren nuestro cuerpo. Es similar al sistema circulatorio, por el que circula la sangre. La linfa es el liquido que circula en el sistema lifático. Los ganglios se agrupan en racimos, encontrándose en el cuello, codos, axilas, ingles y detrás de las rodillas. Las funciones de los ganglio linfáticos son: Filtrar y limpiar la linfa. Fabricar defensas: glóbulos blancos y células plasmáticas que combaten las infecciones. Cuando los ganglio aumentan de tamaño o su consistencia o apariencia no es normal, hablamos de adenopatía. Adenopatías cervicales de tipo inflamatorio En general, podemos considerar que un 80% de las adenopatías de los niños son benignas. El 20% restante pueden corresponder a metástasis de procesos malignos como, por ejemplo, linfomas. En los adultos, esta proporción es inversa, de modo que menos del 20% corresponden a procesos benignos. En general, las adenopatías cervicales se sitúan lateralmente, siendo muy raro encontrarlas en la línea media del cuello. En los niños, las adenopatías pequeñas, blandas, móviles y dolorosas al tacto, suelen estar vinculadas al funcionamiento del anillo linfático de Waldeyer.
Esto ocurre especialmente en las faringoamigdalitis agudas. Las causas más frecuente de ganglios aumentados en el cuello de los niños son las infecciones. Por eso, si un niño tiene un resfriado, faringoamigdalitis, otitis, rinitis infecciosa, etc. habrá un aumento del tamaño de ganglios en su cuello. Se trata de una reacción de defensa frente a un agente extraño, en la que los ganglios fabrican linfocitos defensores. Las infecciones virales del árbol respiratorio superior es la causa más frecuente de adenopatías cervicales en niños. Virus principales: Adenovirus. Rinovirus Virus de la influenza. Citomegalovirus (CMV). Virus de Epstein-Barr (VEB). Coxackie. Pero también puede haber adenopatías por infecciones bacterianas. Principales bacterias: Estreptococos betahemolíticos. Estafilococos aureus. Micobacteria atípica. La enfermedad del arañazo del gato Esta es otra causa común de adenopatías en niños.
Recibe su nombre a causa de que en la mayoría de las veces es producida por la mordedura o arañazo de un gato joven. La enfermedad es causada por gatos infectados con la bacteria gram negativa Batonella henselae. No siempre es necesario un rasguño o mordedura del animal para contraerla. En algunas ocasiones se contrae por el contacto de la saliva del gato infectado sobre la piel o mucosa rota. Otras veces la transmisión puede ser a través de las pulgas de un gato infectado. El sitio más frecuente de inoculación es alguna de las extremidades superiores del niño. Se produce inflamación ganglionar en el sitio de drenaje linfático correspondiente: axilar oepitroclear. La epitróclea es la prominencia ósea de l parte interna del hueso largo del brazo (húmero). Las adenopatías aparecerán en el cuello cuando el rasguños haya sido producido en la cabeza o cuello. Aparecerán adenopatías sensibles una a dos semanas posteriores a la inoculación. Puede presentar síntomas como: Fiebre. Dolores musculares. Pérdida del apetito (anorexia). Decaimiento general. En general, esta enfermedad no es grave. En algunos casos puede complicarse con: Síndrome óculoglandular de Parinaud (ojo rojo unilateral con fiebre). Meningitis aséptica.
Encefalitis. Granulomas viscerales. Examen físico Una buena palpación es imprescindible para el diagnóstico de los bultos del cuello en los niños. Debe hacerse con el paciente sentado y el médico colocado por detrás. Con los dedos flexionados se palparán las cadenas ganglionares del cuello. Se deberá evaluar el tamaño del bulto, su consistencia, sensibilidad, si es móvil o está adherida a planos profundos. La palpación no debe excluir la inspección, observando si, además de palpable, el tumor es visible, fistulizado, etc. Si estos bultos corresponden a ganglios, no deberá olvidarse el realizar una revisión de las zonas axilar e inguinal. Esto es útil para averiguar si existe alguna otra adenopatía que nos pueda orientar hacia unlinfoma. Una regla importante es esta: Si las adenopatías se encuentran a ambos lados del cuello se trata de una infección viral hasta no demostrar lo contrario. Si lo que palpamos es un ganglio grande unilateral, se trata de una infección bacteriana, hasta demostrar lo contrario.
Pruebas complementarias No siempre son necesarios los exámenes de laboratorio y gabinete, especialmente con las adenopatías bilaterales. Pero puede ser necesario realizar algunas pruebas complementarias, según cada caso. Primer nivel: Hemograma. Bioquímica, incluyendo función hepática, velocidad de eritroseimentación. Hemocultivo. Mantoux. Serología (CMV, VEB, toxoplasma, VIH y Baronella henselae. Frotis faríngeo cuando haya faringitis exudativa. Rx de tórax. Segundo nivel: Ecografía de adenopatías. Estudio anatomopatológico (PAAF, biopsia abierta). Tratamiento Dependerá de la causa. Resumiendo Los bultos en el cuello de los niños, generalmente son benignos.
Sin embargo, no deben ser pasados por alto, ya que un 20% pueden corresponder a metástasis de procesos malignos. Las masas cervicales de los niños pueden ser inflamatorias, congénitas o neoplásicas. Las adenopatía inflamatorias cervicales pueden ser producidas por infecciones virales o bacterianas. Las virales son más frecuentes en niños. Si los bultos en el cuello son bilaterales lo más probable es que sean de origen viral. Si son unilaterales, lo más probable es que sean de origen bacteriano. Las tumoraciones solitarias laterales o posteriores pueden ser malignas. Usualmente no son necesario estudios especiales, realizando siempre una buena historia clínica y examen físico minucioso. En algunos casos, pueden ser necesarios estudios complementarios. El tratamiento dependerá de la causa que origina los bultos en el cuello en cada caso. Descarga tu PDF
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