La familia y la formación de lectores Descripción: Valiosas orientaciones para promover el apoyo familiar en la lectura Autor: Alba Luz Castañeda Álvarez. Acompañante especializada proyectos Fundación Promigas Asesorados por Fucai. Todos sabemos que la familia es el primer educador y es allí donde los niños desarrollan sus valores, sus afectos y sus primeros conocimientos, por eso, sí desde los primeros años los niños viven la lectura con sus padres, abuelos o hermanos, se iniciarán como lectores de manera natural y espontánea y no de manera forzada u obligatoria como a veces lo impone la escuela. También sabemos que la lectura comienza antes de ingresar a la escuela y antes de leer los textos escritos y esto debe conocerlo la familia. Los bebés leen el rostro de sus padres, los textos orales en la voz de quienes lo rodean, inclusive antes del nacimiento con los diálogos que establece la madre y el padre. En estas situaciones de lectura el bebé ya interpreta y da sentido a la voz, a los sonidos, a las caricias y esto hará parte de su vida como lectores del mundo y más tarde como lectores de textos. En el hogar el niño puede vivir la lectura con confianza e intimidad, es una lectura compartida en una relación persona a persona, cara a cara, porque puede escuchar y ser escuchado, puede ver y tocar a la persona que lee, ser acariciado y reconocido por el adulto. Cuando se inicia con los textos escritos el niño puede ver y tocar el libro que contiene la historia; a través de la voz, de los gestos y de la lectura de imágenes participa activamente del acto de leer en un ambiente cercano y cálido, donde puede sentir la lectura como una experiencia verdadera donde comparte mundos posibles, aventuras, obstáculos, retos, alegrías, sufrimientos, formas de relaciones humanas y así descubren la magia de la palabra escrita y avanzan en el conocimiento de sí mismos y del mundo que los rodea. Cuando el padre o la madre leen cuentos en voz alta, además de la entonación propia del texto, su voz le da una sonoridad especial porque está inspirada en 1
la ternura y el amor a sus hijos. Esta lectura también es acompañada de gestos cotidianos de sorpresa, de humor de rechazo, de complicidad con la historia que motiva al niño porque le son familiares y los relaciona con la historia y se dejan invadir por ella. Es decir, casi siempre la lectura de los padres enriquece el texto porque logran hacer a través de su sensibilidad una vinculación afectiva a la lectura con los sentimientos y emociones que despierta en el niño y que el adulto le ayuda a conformar con lo que le transmite su voz y su actitud. Esta realidad de la lectura compartida en el hogar es vivida en muy pocas familias, al menos de los grupos escolares a los que llegamos con el proyecto Escuelas que Aprenden, por eso es necesario que la escuela haga algo para cambiar esta situación. Si los padres de familia no tienen la formación para crear este ambiente lector, es necesario que la escuela los vincule a sus acciones de promoción de la lectura, les enseñe y les brinde herramientas para que puedan abordar su tarea de mediación en la formación de sus hijos. En esta vinculación hay que ayudar a los padres a descubrir que leer con los niños les enseña mucho de ellos, de sus formas de interpretar, de su forma de pensar, de sentir, de crear. También es necesario mostrarles a los padres que el aprendizaje de la lectura es un proceso largo y complejo, pero que se puede lograr con su ayuda. Si ellos conocen los diferentes pasos que el niño sigue para aprender a leer desde que nace y posteriormente en la escuela, estarán en posibilidad de orientarlos más eficazmente en ese proceso y estarán en condiciones de entender que en cada uno de esos momentos del aprendizaje, el niño necesita ser reconocido, animado y estimulado en la lectura para que construya una imagen positiva del acto de leer y de él como lector y así pueda poner en práctica la lectura en forma espontánea y agradable. Otra forma de vincular a los padres al proceso de lectura desde la escuela, es haciendo entrega de material de apoyo sencillo y de calidad literaria pertinente a los niveles de los niños, los cuales servirán a los padres para realizar actividades en casa y así tomar parte activa de la formación lectora de sus hijos. Hay que mostrar a los padres que ellos pueden convertirse en un modelo positivo o negativo hacia lectura para los niños de acuerdo al tipo de actividades que realice y a la actitud que asuma cuando lee, por eso es importante pensar antes de actuar y tener en cuenta algunas condiciones en el hogar para que puedan contribuir efectivamente en la formación de lectores. 2
Qué pueden hacer los padres de familia para orientar a sus hijos en la lectura? Señor padre de familia: 1. Haga juegos orales con la palabra: descubra con su hijo los sonidos, la música de las palabras, los juegos con las palabras repitiéndolas varias veces, invente palabras para jugar, imagine historias con el niño. 2. Dialogue con su hijo sobre los temas que le interesa de lo que ve en la televisión, escucha en la radio, en el cine, en el colegio. Esto lo ayudará a conocer sus intereses. 3. Anime al niño que narre un cuento utilizando sus propias palabras y escucharlo con atención sin corregirlo ni interrumpirlo. 4. Si aún usted no disfruta la lectura, aproveche la oportunidad de leer con su hijo, cuentos, poemas, canciones para disfrutar los textos con él. 5. Motive a su hijo a leer diferentes libros y textos que a usted le parezcan interesantes. 6. Observe a su niño cuando juega a leer o a escribir, cuando va por la calle leyendo, cuando pregunta, cuando cuenta historias, cuando las inventa. Así podrá descubrir lo que le llama la atención, lo que le inquieta conocer en forma particular y lo que le gusta leer. 7. Lea en voz alta con el niño, siempre que pueda, muéstrele las imágenes del libro, permítale preguntar, comentar, inventar. 8. Permita leer a su manera a los niños, deles libertad para leer como pueden y como saben, libertad para interpretar de acuerdo a sus conocimientos y a sus sentimientos. 9. Lea imágenes con sus hijos, en los libros, en los anuncios, en las propagandas, en la tele. Leer imágenes en la primera forma de leer. 10. Haga del momento de la lectura algo muy agradable. Esté físicamente cerca del niño y con el libro a su alcance. 11. Respete el tiempo de descanso del niño, el tiempo de juego. Que no coincida con el momento de la lectura. 3
12. Organice en su casa un lugar para leer, conviértalo en un rincón de lectura donde el niño encuentre sus libros y materiales. 13. Muéstrele al niño como cuidar sus libros: cómo cogerlos, no escribirles, no romperlos. Arréglelos con él si se rompen. 14. Regale a sus hijos libros, así como regala juguetes para cumpleaños, para navidad. El libro regalo le enseñará a apreciar el libro como algo valioso para su vida. 15. Reconozca los logros del niño al leer, así sean mínimos de una situación a otra. El reconocimiento lo animará y le ayuda a mejorar su autoimagen como lector. 16. Proporcione al niño materiales de lectura atractivos y que lo motiven, no lo obligue a leer si en determinado momento no quiere. 17. Deje a su hijo repetir una lectura todas las veces que quiera. Cuando el niño le gusta algo quiere disfrutarlo mucho, por eso pide volverlo a hacer todo el tiempo. Entonces es muy bueno leerle las historias todas las veces que el niño lo pida 18. Cuando el niño tiene más edad, pedirle que muestre sus libros favoritos y que lea aquellas partes que más le gustaron. Es importante que el padre demuestre interés por lo que el niño o niña le está mostrando. En la etapa adolescente, los padres pueden hacer lecturas familiares de los diarios e ir comentando las noticias que les llamen la atención. 19. Lleve a su hijo a librerías para que observe diferentes libros, lea títulos y portadas, pregunte sobre temas y si es posible elija el que desea leer. 20. Visite bibliotecas con su hijo para que lea lo que deseen los miembros de la familia o pueda participar en las actividades programadas de acuerdo a sus intereses y edades. Qué NO deben hacer los padres de familia con la lectura en casa? No obligue al niño a leer lo que no le gusta. Muéstrele motivos para hacerlo. No obligue al niño a escuchar lecturas sobre temas que no le interesan. No le imponga su forma de leer, de entender una palabra, una historia, una ilustración. 4
No critique siempre sus fallas cuando lee, alimente el éxito. Mientras más dificultades tiene un niño para leer, más importante es destacar sus progresos porque éstos han requerido mucho esfuerzo. No presione a su hijo a lograr aprendizajes para las cuáles no está maduro. Dele tiempo que poco a poco lo va logrando. No ocupe todo el tiempo libre del niño en actividades de lectura, esto puede producirle cansancio y rechazo. No insista en actividades de la lectura cuando el niño esté cansado. Busque el momento adecuado. No se centre en los errores que comete el niño. No le resalte las dificultades. No le diga que no sabe leer, acepte como lo hace, pero muéstrele que hay otras formas de hacerlo No se ría de los errores de los niños: son extraordinariamente sensibles a sentirse ridiculizados. No utilice calificaciones ni metáforas negativas si el niño se equivoca, pues tienen una alta probabilidad de afectar negativamente la imagen personal. Sien la familia se pone en práctica algunas de estas sugerencias, señor padre de familia estará contribuyendo a que su hijo sea un mejor lector y aprenda a amar la lectura. 5