Juan Sebastián Ordoñez Andrés Egas Almeida Sebastián Ortiz Ramírez Econ. Javier España Mera Econ. Daniel Yépez Urbano
En el Ecuador, al ser implementada la dolarización en el año 2000, se perdió el manejo de una parte de la política monetaria (la emisión de billetes) y, consecuentemente, se estableció un tipo de cambio fijo extremo, dependiente de la economía estadounidense. Durante la primera década de su implementación se observó un proceso de estabilidad económica tras la crisis de 1999; la inflación se redujo notoriamente, se pudo ver crecimiento económico, y el retorno parcial de la confianza en el sector financiero.
Si bien la dolarización logró brindar estabilidad al Ecuador; la generación crecimiento a mediano plazo, se requiere otros estímulos en los diferentes sectores de la sociedad y de la economía. Desde su aplicación, la balanza comercial negativa, el déficit fiscal y la reducción de la inversión extranjera directa, han generado dudas sobre la sostenibilidad de la dolarización. En el caso del Ecuador, existía ya una dolarización informal, antes de la oficial, derivada de decisiones racionales de los individuos, por lo que su reversión no es un tema sencillo.
Ecuador emprendió importantes reformas en 1994, con políticas de liberalización del mercado financiero y tasas de interés no reguladas como opción para atraer capitales y mejorar la economía del país, sin embargo no se pensó que internamente no existía una adecuada regulación ni supervisión al sistema financiero. Se adoptó un mercado de banda cambiaria para regular la cotización del sucre con respecto al dólar, como consecuencia para 1997, se empieza a observar un movimiento ascendente de la cotización del dólar en relación a la moneda nacional.
No se puede desconocer que los desequilibrios en la economía ecuatoriana también se dieron como consecuencia de factores externos como las crisis que atravesaban sus socios comerciales, el fenómeno de El Niño entre 1998 y 1999, la caída del precio del barril del petróleo (su principal producto de exportación) y el riesgo país por las nubes, lo que hizo más difícil acceder a créditos externos que fortalecieran las finanzas internas. Con todos estos hecho el inicio del nuevo milenio trajo a Ecuador una nueva moneda de curso oficial.
Algunas de las consecuencias de la dolarización son: aumento en el costo de la vida, mayor estabilidad de las tasas de interés de créditos bancarios, aumento en los precios de los productos y servicios, pérdida del papel de Banco Central como emisor de última instancia, la pérdida inicial de la capacidad adquisitiva de los salarios, entre otros. La dolarización le ha dado una ventaja al Ecuador: tener una moneda internacional fuerte, pero no se ha logrado detener el aumento del costo de vida y la dificultad para la inversión y la productividad, entre otros aspectos; en contraparte, la estabilidad económica relativa está fortalecida por las remesas de los emigrantes ecuatorianos y por el alto precio del petróleo en los últimos años
El crecimiento promedio del PIB en el período pre dolarización fue menor que el del período de dolarización. Así, entre los años 1990-1999 el crecimiento del producto fue de 1,8% mientras que en la década siguiente fue de 4,4%. El Valor Agregado no Petrolero, presentó un crecimiento promedio de 1,8% durante la década anterior a la dolarización, mientras que en la década siguiente (2000-2009) fue de 4,5%. Esto último fue resultado del dinamismo de las actividades de la construcción (8,5%), intermediación financiera (6,5%) y los otros elementos del PIB (7,1%).
En el período 1990-1999, la producción promedio anual de crudo fue de 129,1 millones de barriles (353,8 miles de barriles diarios promedio), mientras que para los años 2000-2009 se ubicó en una media de 172,3 millones de barriles con una producción diaria promedio de 471,9 miles de barriles. Durante los primeros 4 años del período 2001-2009, la cuenta corriente reflejó déficits de 2,8% del PIB, en promedio, resultados que se revirtieron al tornarse superavitarios desde 2005 hasta 2008 alcanzando, en promedio 2,6% del PIB.
Las remesas se constituyeron en la segunda fuente generadora de divisas de la economía ecuatoriana y en un gran motor dinamizador de la actividad productiva y compensaron parcialmente los saldos deficitarios de la balanza de servicios y renta. Se considera que desde el año 2000 se redujeron las presiones inflacionarias debido a que el régimen monetario de dolarización eliminó el riesgo cambiario y las variaciones en la cantidad de dinero pasaron a estar determinadas por las transacciones de los residentes con el resto del mundo.
A pesar de los resultados de la dolarización hasta el momento, esta permanece controversial. La dolarización ha sido culpada por segmentos de la población de causar o al menos contribuir a varios de los actuales problemas percibidos de la economía de Ecuador. La dolarización puede incrementar las vulnerabilidades de un país y a estar proclive a choques exógenos o políticas erróneas. Las políticas recomendadas para la desdolarización están diseñadas con el fin de incrementar el atractivo relativo de la moneda nacional, de tal forma que los agentes económicos regresen voluntariamente a ella.
La dolarización no es suficiente para generar un crecimiento a mediano y largo plazo; es necesario que existan otros incentivos que mitiguen los efectos de las limitaciones en la política económica que genera. Para alcanzar dicho crecimiento, es necesario que existan varias reformas en la dirección de la política económica en el país. Se debe reactivar el sector productivo de la sociedad ecuatoriana buscando eficiencia y competitividad primero a nivel nacional y luego internacional. El sector privado que, a largo plazo, brindará empleo a la mayoría de la sociedad ecuatoriana y generará un aumento de la producción nacional debe ser reactivado creando incentivos para su crecimiento.
Es necesario que se cumplan requisitos básicos, como estabilidad financiera, disponibilidad de recursos, liberalización financiera y sobre todo contar con un Banco Central autónomo, técnico e independiente La desdolarización debe ser impulsada por el mercado y revisar la regulación para internalizar por completo los riesgos de la intermediación en dólares y proporcionar más margen de maniobra a la política monetaria; y, promover el uso de la moneda local y de los sustitutos del dólar basados en una moneda local confiable. El país no puede ir solo en dicha decisión, por el contrario el primer paso y más seguro debería perseguir una Integración Económica de los países vecinos.
El país no puede ir solo en dicha decisión, por el contrario el primer paso y más seguro debería perseguir una Integración Económica de los países vecinos. La propuesta plantea que el Ecuador como alternativa de desdolarización primero ingrese en un modelo virtual, donde exista un Banco Central que sea capaz de controlar los movimientos financieros al interior de los países miembros, creando condiciones de comercio:
Que sustituyan productos nacionales por importados. Que desvien el comercio en virtud de la sustitución de productos importados del resto del mundo por otros más baratos del área integrada. Que expandan el comercio, a largo plazo, a causa de las economías de escala y de la disminución general de precios por el aumento de competitividad en el espacio integrado.
Economías de Escala Intensificación de la competencia Atenuación de problemas de pagos internacionales Oportunidades en nuevas actividades Aumento del poder de negociación Mayor coherencia en política económica nacional Transformaciones estructurales