GORGIAS O DE LA RETORICA
La retórica, en la vida ateniense, era prácticamente la única vía de la actividad política. Nadie que no estuviera capacitado para hablar en público podía dedicarse a la política. Hasta para actuar ante los tribunales, como acusado o como acusador, era necesario dirigirse personalmente a los jueces, aunque la defensa o la acusación que se exponía hubiera sido escrita por profesionales dedicados a esta función. En una ciudad como Atenas, el conocimiento y dominio de la retórica no era simplemente el adiestramiento en un bello ejercicio, sino una aspiración muy viva y generalizada, y una necesidad para todos los que tuvieran el proyecto de ejercer la política.
El pueblo decidía, pero decidía lo que el orador más persuasivo había propuesto. Un orador hábil era, en consecuencia, un político poderoso; o, dicho de otro modo, el único medio de llegar a ser un ciudadano influyente lo proporcionaba, casi con exclusividad, la retórica. No era difícil confundir oratoria y política. En efecto, el término griego rhētōr sirve lo mismo para indicar orador que político. No debe, pues, extrañarnos que Platón haya atacado conjuntamente a la retórica y a la política ateniense; con más precisión, que haya atacado a la política a través de la retórica.
La más bella de todas las artes es la. Existe una distinción entre el arte de la retórica y el arte de dialogar. Quien practica la retórica es el orador. El objeto de la son los discursos, así como el arte de tejer se ocupa de los vestidos y la música de la composición de melodías. La retórica capacita a los hombres para hablar y los capacita también para pensar sobre las cuestiones de las que hablan Sin embargo, la medicina hace a los hombres capaces de pensar y hablar sobre la curación de los enfermos, y por lo tanto, se ocupa de los discursos.
Todo el conocimiento de las demás artes se refiere a operaciones manuales y a otras ocupaciones de esta clase; pero ninguna de estas obras manuales es propia de la retórica, En ella toda la actividad y eficacia se producen por medio de la palabra, por medio de los discursos. Hay artes en las que la actividad manual constituye la parte principal y necesitan poco de la palabra: el arte de tejer, por ejemplo. Algunas de ellas no la necesitan en absoluto, sino que podrían llevar a cabo su función en silencio, como la pintura, la escultura, etc. En cambio, la se fundamenta en la palabra y empuja a la acción.
Existen otras, como LA ARITMÉTICA, que ejercen toda su función por medio de la palabra y, por así decirlo, prescinden de la acción total o casi totalmente, por ejemplo la aritmética, el cálculo, la geometría, las combinaciones en los juegos de azar y otras muchas artes. En algunas la palabra y la acción son casi iguales; pero en la mayoría es la palabra la que predomina e, incluso, solamente por medio de ella se lleva a cabo su realización y eficacia. LA RETORICA es una de las artes que se sirven preferentemente de la palabra Qué es la aritmética? Es una de las artes que produce su eficacia por medio de la palabra Sobre qué objeto? Sobre lo par y lo impar y la cantidad de cada uno. Y la astronomía Sobre qué objeto?», Sobre el curso de los astros, del sol y de la luna y sobre la relación de velocidades de unos con otros.
La retórica es una de las artes que realizan toda su obra y son eficaces por medio de la palabra Sobre qué objeto? Cuál es, entre todas las cosas, aquella de la que tratan estos discursos de que se sirve la retórica? Los más importantes y excelentes de los asuntos humanos.
Cuál es ese bien que es el mayor para los hombres y del que tú eres artífice? El que, en realidad es el mayor bien; y les procura la libertad y, a la vez permite a cada uno dominar a los demás en su propia ciudad. Ser capaz de persuadir, por medio de la palabra, a los jueces en el tribunal, a los consejeros en el Consejo, al pueblo en la Asamblea y en toda otra reunión en que se trate de asuntos públicos. En virtud de este poder, serán tus esclavos el médico y el maestro de gimnasia, y en cuanto a ese banquero, se verá que no ha adquirido la riqueza para sí mismo, sino para otro, para ti, que eres capaz de hablar y persuadir a la multitud.
Existen dos clases de persuasión: Una que produce la creencia sin el saber. Otra que origina la ciencia y produce el saber. LA RETORICA produce la creencia sin el saber. Luego, la RETORICA es artífice de la persuasión que da lugar a la creencia, pero no a la enseñanza sobre lo justo y lo injusto.
El orador no es instructor de los tribunales y de las demás asambleas sobre lo justo y lo injusto. Unicamente les persuade. No podría instruir en poco tiempo a la multitud sobre cuestiones de tan gran importancia. El orador es capaz de hablar contra toda clase de personas y sobre todas las cuestiones, hasta el punto, de producir en la multitud mayor persuasión que sus adversarios sobre lo que él quiera. Esta ventaja no le autoriza a privar de su reputación a los médicos ni a los de otras profesiones, solamente por el hecho de ser capaz de hacerlo, sino que la retórica, como los demás medios de lucha, se debe emplear también con justicia.
El orador no es instructor de los tribunales y de las demás asambleas sobre lo justo y lo injusto. Unicamente les persuade. La virtud del orador es abordar cualquiera de los temas para que sobre todos ellos produzca convicción en la multitud, persuadiéndola sin instruirla. La multitud, es decir ante los ignorantes. No necesita conocer los objetos en sí mismos, sino haber inventado cierto procedimiento de persuasión que, ante los ignorantes, le haga parecer más sabio que los que realmente saben. La es un arte o una práctica que causa cierto agrado y placer, por lo tanto, es algo bello. Exige un espíritu sagaz, decidido y apto por naturaleza para las relaciones humanas
La retórica es útil para quien defiende posiciones injustas, porque para el que no tiene intención de cometer injusticia no es, ciertamente, grande su utilidad. El que el orador se haga igual a su público le hará también político y orador, porque a todos los hombres les alegra que se hable con arreglo a su pensamiento y se irritan por lo contrario.