PÁRAMO 7 LA BIODIVERSIDAD DE LOS PÁRAMOS



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PÁRAMO 7 LA BIODIVERSIDAD DE LOS PÁRAMOS Edición de Carmen Josse, Patricio A. Mena & Galo Medina GTP Grupo de Trabajo en Páramos del Ecuador Noviembre de 2000

El Grupo de Trabajo en Páramos del Ecuador (GTP) es una plataforma multidisciplinaria y abierta de información, intercambio y discusión de temas relacionados con el conocimiento, conservación, manejo y políticas sobre los páramos en el Ecuador. Por favor, cite esta obra así: Para la publicación completa: JOSSE, C., P. A. MENA & G. MEDINA (Eds.). 2000. La Biodiversidad de los Páramos. Serie Páramo 7. GTP/Abya Yala. Quito. Para cada artículo: «AUTOR/A/ES/AS». 2000. «Nombre del artículo». En La Biodiversidad de los Páramos. Serie Páramo 7. GTP / Abya Yala. Quito. Diseño interior y deportadas: Patricio A. Mena, EcoCiencia Fotografía de portada: Frailejones en el Parque Nacional Llanganates (Galo Medina, Archivo EcoCiencia, 2000) Apoyo en la logística para la reunión del GTP: Érica Narváez, Proyecto Páramo Transcripción de la grabación de las discusiones: Verónica Troya, EcoCiencia Revisión de texto: Paulina Viteri, EcoCiencia ISSN 1390-1222 ISBN 9978-04-656-9 Impreso en el Ecuador por/printed in Ecuador by: Editorial Abya Yala, Casilla 17-12-719, Quito, ECUADOR Esta publicación ha sido posible gracias al apoyo económico del Comité Holandés de la UICN. Para mayor información sobre el GTP comuníquese con: Galo Medina EcoCiencia gmedina@impsat.net.ec

TABLA DE CONTENIDOS Presentación (Galo Medina)... 1 Introducción (Carmen Josse)... 3 La flora de los páramos ecuatorianos (Susana León-Yánez)... 5 Breves consideraciones sobre la avifauna paramera del Ecuador (Juan Manuel Carrión)... 23 La agrobiodiversidad en los ecosistemas de páramo: una primera aproximación a su inventario y su situación actual (Carlos Nieto C. y Jaime Estrella E.)... 31 Páramos en áreas protegidas: el caso del Parque Nacional Llanganates (Miguel A. Vázquez)... 55 El oso andino: una especie clave para la conservación de los páramos y los bosques andinos (Francisco Cuesta) 71 La extinción de los anfibios en los páramos ecuatorianos (Felipe Campos)... 87 Conclusiones... 91 Lista de participantes... 93 iii

PRESENTACIÓN Galo Medina EcoCiencia/GTP La biodiversidad es un término que estamos escuchando constantemente. Se lo define generalmente como la variedad de seres vivos sobre la tierra (genes, organismos y ecosistemas). En el Ecuador se conoce mucho de la biodiversidad de ecosistemas como Galápagos y los bosques húmedos tropicales de la Amazonía o Esmeraldas. Pero, cuán biodiversos son nuestros páramos? Contestar esta pregunta es el ánimo de quienes hacemos el GTP en este número. que nos permita conservarla y utilizarla adecuadamente. Esperamos que esta entrega llene las expectativas de quienes siguen la Serie Páramo. Así mismo, queremos agradecer a todas las personas e instituciones que colaboran y participan en el GTP. Creemos que al comunicarnos e intercambiar información estamos trabajando más efectivamente por uno de los ecosistemas más bellos e importantes de nuestro país. La información que aquí se presenta trata de juntar algunos aspectos de esa rica diversidad biológica y agrícola de los páramos. Éste es un primer esfuerzo que va más allá de saber solamente qué tenemos sino que incluye, fundamentalmente, la generación de conocimiento 1

INTRODUCCIÓN Carmen Josse GTP En este número recogemos la información que se presentó durante la reunión del GTP de julio de 2000 con el fin de recordar e insistir a todas las personas que participan en este espacio sobre la riqueza biológica que albergan los páramos. Empecemos con la vegetación, el medio que sustenta al resto de las formas de vida. La zona entre los 3.000 y 4.500 m sobre el nivel del mar contiene casi el 30% de las especies de plantas vasculares presentes en el Ecuador. Es importante decir que la zona andina del Ecuador tiene aproximadamente tantas especies registradas como las zonas bajas de la Costa y la Amazonía localizadas entre los 500 y 1.000 m de elevación. Parte de esta diversidad vegetal ubicada a semejante altitud, se debe a la alta variación de hábitats y a las condiciones abióticas como clima y suelos que se encuentran en las montañas. Al ser los páramos una especie de islas ubicadas en las cimas de las montañas y al estar separadas entre sí por ecosistemas diferentes, se ha producido una diversificación grande de formas de vida y de especies. Asimismo, los eventos tectónicos, volcánicos y de glaciaciones que afectaron especialmente a las altas montañas, han hecho que los rangos de distribución de las especies se alteraran de acuerdo con los cambios en las condiciones del medio. Éste posiblemente fue otro elemento que contribuyó al enriquecimiento biológico de los actuales páramos. Como parte de la diversidad vegetal se cuenta la agrobiodiversidad. De las tierras altoandinas han salido numerosos cultivos que han dado sustento no solo a las poblaciones locales sino a la población mundial, como es el caso de la gran variedad de papas. Otros tubérculos, rizo- 3

Introducción mas comestibles y numerosas hierbas medicinales son propias de los páramos, así como los parientes silvestres de muchas especies comestibles que han provisto de germoplasma útil para el mejoramiento de variedades de cultivo. En comparación con las plantas, la diversidad de especies animales en las zonas altoandinas es baja. Entre las aves, relativamente pocas se encuentran sobre los 3.000 m. Sin embargo, llama la atención la diversidad de especies de colibríes que viven a estas altitudes. Entre los reptiles, tan solo el 6,8% de las especies habita en el piso altoandino. Por otro lado, en el caso de los anfibios se calcula que el 77% de las especies que están distribuidas en los pisos de mayor altitud son endémicas, y muchas de ellas están en serio peligro de extinción. Altos niveles de endemismo se encuentran también entre los mamíferos; la mayor cantidad de especies con rangos restringidos al territorio ecuatoriano se concentra en el piso altoandino: de las 49 existentes en ese piso, 12 son endémicas. La información que viene a continuación, presentada por gente experta en la materia, da más detalles de una biodiversidad de los páramos de la que aún hay mucho por conocer. Bibliografía consultada JØRGENSEN, P. Y S. LEÓN-YÁNEZ. 1999. Catálogo de las Plantas Vasculares del Ecuador. Mo. Bot. Garden, Herbario PUCE, Herbario Nacional y Dpto. Botánica Sistemática, U. de Aarhus. Missouri Botanical Garden Press. Saint Louis. MINISTERIO DEL AMBIENTE DEL ECUADOR, ECOCIENCIA, UICN. 2000. Informe sobre la Biodiversidad del Ecuador (Ed. Carmen Josse). MA, Eco- Ciencia, UICN. En prensa. Quito. TIRIRA, D. 1999. Mamíferos del Ecuador. Museo de Zoología. Centro de Biodiversidad y Ambiente. Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Sociedad para la Investigación y Monitoreo de la Biodiversidad Ecuatoriana. Quito. 4

LA FLORA DE LOS PÁRAMOS ECUATORIANOS Susana León-Yánez Herbario QCA de la PUCE Introducción El páramo es un ecosistema neotropical ubicado entre el límite del bosque cerrado y las nieves perpetuas; se localiza a lo largo de las cordilleras o en picos aislados, a altitudes comprendidas entre los 3.000 y los 5.000 m aproximadamente (Acosta-Solís 1984, Luteyn 1999). Se extiende entre los 11º N y 8º S de latitud, desde Costa Rica hasta Perú; su distribución es continua sobre las cumbres de los Andes desde Venezuela hasta el norte de Perú, aunque Panamá y Costa Rica también tienen montañas que albergan verdadera vegetación de páramo (Luteyn 1999, Cleef 1978). La vegetación de alta montaña continúa hacia el sur, pero allí es mucho más seca y se denomina puna. La Real Academia Española de la Lengua (1992) define páramo como un terreno yermo, raso y desabrigado o como cualquier lugar sumamente frío; muchas veces se usa el término como sinónimo de llovizna. Por el clima frío y el aspecto uniforme de los pajonales, el nombre fue usado por los conquistadores españoles para esta zona de las montañas andinas. Sin embargo, la flora vascular del páramo es una de las más ricas entre las floras de las altas montañas tropicales (Smith y Cleef 1988, Cleef 1983). El aspecto general de la vegetación de las altas montañas de los trópicos, ya sea de América, África, Malesia, Nueva Guinea o Hawai, muestra características morfológicas similares y para designarla se ha usado el término tropical-alpino (Smith 1994, 5

La flora de los páramos ecuatorianos Smith y Cleef 1988, Rundel 1994). Este término combina lo tropical y lo templado, combinación que caracteriza a la vegetación de las altas montañas tropicales. Aunque en las montañas tropicales el clima es más bien frío, como en las zonas alpinas, la estacionalidad anual característica de las zonas templadas, aquella de las cuatro estaciones, no ocurre en los trópicos. Existen estaciones secas y húmedas más o menos diferenciadas; pero con relación a la temperatura, los cambios diarios son mucho más importantes que los anuales (Lauer 1981, Rundel 1994). Esto es lo que sucede en el páramo y por eso se dice que allí el régimen climático es verano todos los días e invierno todas las noches (Hedberg 1964, Mena y Balslev 1986, Luteyn 1999). La vegetación incluida en el ecosistema páramo no es uniforme: comprende un conjunto de formaciones vegetales diferentes. En el Ecuador, el páramo se extiende a todo lo largo del país, en las zonas altas de la Cordillera de los Andes. El límite inferior varía mucho, dependiendo de factores locales como el clima, el suelo y el grado de intervención humana. De acuerdo con las mediciones más actualizadas y detalladas, la superficie ocupada por páramos en el Ecuador, comprende alrededor de 12.650 km 2, aproximadamente el 5% del territorio del país (Proyecto Páramo 1999) y, aunque por el momento no se tienen datos precisos, un 10% de la flora del Ecuador podría estar representada allí (Jørgensen y León-Yánez 1999). La variedad de características geográficas, geológicas, climáticas, fisonómicas y florísticas que se presentan en el páramo lo convierten en una zona rica y diversa en varios aspectos. Este artículo tratará principalmente sobre la flora de los páramos ecuatorianos; sin embargo, como la vegetación guarda estrecha relación con el clima y los suelos, es necesario conocer algunas de sus características básicas. El clima, el suelo y la vegetación del páramo El clima de los páramos ecuatorianos es en general frío y húmedo, con cambios diarios ex- 6

Susana León-Yánez tremos de temperatura; por ejemplo, a 3.900 m de altitud ésta varía desde 30 ºC hasta temperaturas bajo 0 ºC (León- Yánez 1993). La temperatura de Quito es un ejemplo del clima tropical de montaña: la diferencia entre las temperaturas medias de enero y junio es de solo 0,5 ºC mientras el rango medio diario es de 9 ºC. Pero Quito no está tan alto y por lo tanto no llega a tener temperaturas tan bajas como las del páramo; hay que tener en cuenta que por cada 200 metros de incremento en altitud, la temperatura promedio disminuye aproximadamente 1º C (Acosta-Solís 1984, Rundel 1994). Las noches heladas también aumentan con la altitud y así, la frecuencia y distribución de las heladas influye en la distribución de las plantas a lo largo de las gradientes de elevación. Los patrones de precipitación en los Andes pueden ser muy complejos; la cantidad y la distribución temporal de las precipitaciones varían mucho con la elevación, la orientación de los flancos de las cordilleras y la posición geográfica en relación a las influencias oceánicas (Rundel 1994). Dentro del Ecuador hay además diferencias en el sentido norte-sur. En la zona norte y central del país el clima permanece húmedo la mayor parte del año; en el sur, especialmente en Loja, el clima es más seco, está influenciado por dos masas de aire, una que viene de la planicie amazónica y que ya ha dejado casi toda su humedad en los flancos orientales y otra de aire frío que viene del oeste influenciada por la corriente fría de Humboldt. La compleja distribución climática sobre cada una de las cumbres depende de las diferentes combinaciones de altitud y composición y produce una gran variedad de microclimas locales que influye en la diversidad biológica de los páramos. El suelo es otro de los factores en íntima relación con la vegetación. La geología de los Andes es muy compleja, lo que ocasiona una gran variabilidad en los suelos. Aunque los suelos típicos del páramo son húmedos, negros, con ph ácido y alto contenido de materia orgánica, en el Ecuador pueden distinguirse dos grupos básicos de suelos según el tipo de roca 7

La flora de los páramos ecuatorianos madre: de origen volcánico reciente y los que no han estado sometidos a la actividad volcánica recientemente. En la parte norte y central del país donde existen numerosos picos volcánicos que llegan hasta los 6.300 m son característicos los suelos de cenizas volcánicas, mientras que al sur del Ecuador las montañas pocas veces alcanzan más de 4.000 m y allí se presentan los suelos que no están sobre depósitos volcánicos (Podwojewski y Poulenard 2000). Se notan también diferencias importantes entre los suelos de páramo que cubren las partes más altas y más bajas en una misma montaña: estas diferencias están influenciadas por el clima que es de gran importancia en la evolución de los suelos a través del tiempo, y por la cercanía al punto de emisión volcánica, ya que del tamaño y peso de las partículas depende la distancia a la que éstas se distribuyan. Así, en los páramos localizados en las zonas más altas, los suelos son diferentes a los de las zonas más bajas porque tienen poco espesor, poseen mucha roca y arena y muy poca materia orgánica y, por tanto, tienen poca capacidad de retención de agua. Es así que las diferentes características del clima y del suelo, al incidir en la vida de las plantas, determinan la distribución de la vegetación a lo largo del eje altitudinal y, consecuentemente, influyen en la diversidad biológica de los páramos. La vegetación de los páramos Las plantas de los páramos tienen una morfología característica: rosetas gigantes y enanas, penachos de gramíneas, almohadillas, alfombras, arbustos enanos y postrados son algunas formas de crecimiento de las plantas en esta zona (Hedberg y Hedberg 1979, Mena y Balslev 1986, Hedberg 1992, Ramsay y Oxley 1997). Con esa morfología y otras características anatómicas y fisiológicas típicas, entre las que son notorias la densa pubescencia y las hojas pequeñas, coriáceas y brillantes, compensan las extremas condiciones de vida de las alturas. Entre estas condiciones ambientales están la sequedad, la baja presión atmosférica, los cambios extremos de temperatura, la intensa radiación ultra- 8

Susana León-Yánez violeta y los efectos de los vientos, el granizo y la nieve (Cuatrecasas 1968, Korner y Larcher 1988, Luteyn 1999). Algunas de las características que las protegen de las condiciones climáticas extremas también han servido para protegerlas del fuego que hoy forma parte del régimen de la mayoría de los páramos (Læggard 1992). Aunque la vegetación existente en el ecosistema páramo no es uniforme, el término páramo hace referencia a la vegetación abierta, es decir, al pajonal, ocasionalmente con Espeletia y arbustos esparcidos. Sin embargo, en el páramo se puede encontrar una gran variedad de formaciones vegetales. Las diferentes zonas de vegetación y asociaciones vegetales de los altos Andes pueden ser clasificadas de varias maneras; se han usado clasificaciones con énfasis bioclimático (Cañadas 1983), así como también otras con énfasis fisonómico o taxonómico (Cuatrecasas 1958, Acosta-Solís 1968, Harling 1979, Jørgensen y Ulloa 1994, Ramsay y Oxley 1997). Una de las clasificaciones más simples y más usadas para los páramos es la que diferencia tres amplias zonas o cinturones altitudinales de vegetación en base a características fisonómicas y taxonómicas. Desde las zonas más bajas a las más altas, éstas son subpáramo, páramo y superpáramo. El subpáramo es el cinturón de transición o ecotono inferior entre el bosque montano y el verdadero páramo, mientras que el superpáramo es una región de transición o ecotono entre la región de las nieves perpetuas y el páramo. Esta clasificación de Cuatrecasas (1958) es similar a la de Acosta-Solís (1984), que diferencia las zonas de páramo bajo, medio y alto, y a la de Jørgensen y Ulloa (1994), que también diferencia tres zonas principales de páramo que, desde el límite superior del bosque hasta las nieves perpetuas, son el páramo de pajonal, el páramo de arbustos y almohadillas y el páramo desértico. El límite natural entre el bosque y el páramo está ahora casi totalmente modificado por la acción del ser humano y debería ser mucho más alto de lo que actualmente es. Los límites entre el bosque y el páramo de 9

La flora de los páramos ecuatorianos pajonal son casi siempre abruptos y están influenciados por el fuego, pero en aquellos lugares que no han sido disturbados el límite se ve como una transición gradual: a medida que aumenta la altitud va desde un bosque de árboles altos a una vegetación de árboles cada vez más pequeños mezclada con grupos de arbustos y después a una vegetación herbácea con pequeños arbustos esparcidos. En el Ecuador se encuentran remanentes de bosque a elevaciones entre 4.100 a 4.350 m, lo cual sugiere que el bosque podría llegar hasta esas altitudes y que el páramo abierto, el pajonal que hoy domina los páramos es, por lo menos en parte, vegetación secundaria mantenida como tal por la acción de los fuegos producidos por el ser humano (Lægaard 1992). De especial importancia en el límite entre el bosque y el páramo es el género Polylepis de la familia Rosaceae, distribuido desde Venezuela hasta Argentina. Se supone que naturalmente Polylepis formaría la línea final de bosque en los Andes tropicales entre los 4.000 a 5.000 m. Miles de años de actividad humana, sobre todo de quemas, pastoreo y extracción de madera, han ocasionado la desaparición de más del 90% de estos bosques (Kessler 2000). En los páramos ecuatorianos, las diferentes especies propias de cada cinturón de vegetación se entremezclan en las zonas limítrofes; la altitud a la que se producen estos cambios en la fisonomía de la vegetación es relativamente variable dependiendo de las condiciones locales. Los límites están influenciados en gran parte por la humedad. Por ejemplo, en el lado este de la Cordillera Oriental, más húmedo, el límite del páramo es más alto que en el lado interandino, más seco (Lauer y Rafiqpoor 2000). Igualmente, los páramos al sur del país, en la zona de Loja, empiezan en ocasiones a altitudes tan bajas como los 2.800 m, lo que está determinado tanto por la humedad como por las características geológicas de los Andes al sur del Ecuador (Jørgensen y Ulloa 1994, Mothes 1991). Aparte de los tres cinturones de vegetación, existen comunidades vegetales atípicas, producto de la influencia de factores locales como la calidad del suelo, la hu- 10

Susana León-Yánez medad y la topografía. Estas comunidades deben ser consideradas en una clasificación más detallada de los páramos. Zonificación y composición de la vegetación de los páramos ecuatorianos El subpáramo Es la zona de transición entre el bosque andino y el páramo. Es difícil dar un rango altitudinal para esta zona ya que puede encontrarse tan bajo como a los 2.800 m o tan alto como a los 4.000 m y aún más. Esta zona en condiciones naturales sería una combinación de árboles que van disminuyendo su tamaño con la altitud y arbustos esparcidos entre el pajonal junto a pequeñas hierbas. Algunos géneros de pequeños árboles presentes allí son: Oreopanax, Gynoxis, Buddleja, Weinmannia, Escallonia, Miconia, Polylepis y Hesperomeles. Entre los géneros arbustivos típicos de esta zona están: Calceolaria, Chuquiraga, Diplostephium, Loricaria, Hypericum, Bejaria, Cavendishia, Brachyotum, Monnina y Rubus. Los géneros más importantes de gramíneas que forman el pajonal son: Calamagrostis, Festuca y Stipa. Algunos helechos típicos de esta zona son Elaphoglossum, Polystichum, Hypolepis y Thelypteris. El páramo propiamente dicho Está generalmente entre los (3.500) 4.000-4.400 m y se caracteriza por una cobertura continua de la vegetación, generalmente del 100%. Está formado principalmente por pajonales de los géneros Calamagrostis y Festuca. En esta zona se desarrollan muy bien los frailejones (Espeletia pycnophylla en el Ecuador) con su típica forma de vida conocida como roseta gigante. Este género, presente en todos los páramos venezolanos y colombianos, en el Ecuador solo llega hasta los páramos de la provincia del Carchi aparte de una pequeña población que constituye el extremo meridional de la distribución de Espeletia en los Llanganates. Las grandes rosetas del género Puya y el helecho Blechnum loxense también se han agrupado en la misma forma de vida 11

La flora de los páramos ecuatorianos de los frailejones (Mena y Balslev 1986). Otras formas de vida características del páramo verdadero son las hierbas en roseta y los arbustos enanos. El pajonal mismo también es variable en su aspecto y se diferencian pajonales altos y bajos o secos y húmedos, pero en general está dominado por macollas o penachos de gramíneas, aunque entre éstos crecen muchas especies herbáceas y leñosas. En esta zona, la influencia humana a través del fuego y el pastoreo es igualmente importante. El pajonal alto, de aproximadamente un metro de altura, está dominado por Calamagrostis intermedia u otras especies de Calamagrostis, Festuca y Stipa principalmente. El pajonal bajo se presenta en sitios alterados o muy húmedos y su composición es más variable pero también están presentes los géneros Calamagrostis (especialmente C. coarctata), Festuca, Paspalum, y algunas Cyperaceae como Carex. Entre los pajonales se encuentra una notable diversidad de pequeñas rosetas y otras hierbas entre las que se cuentan varias especies de los géneros Senecio, Lupinus, Gentianella, Halenia, Gunnera, Sisyrinchium, Satureja, Stellaria, Lachemilla, Ranunculus, Castilleja, Bartsia, Geranium e Hypochaeris, y helechos de los géneros Jamesonia y Eriosorus. Entre el pajonal hay arbustos enanos de los géneros Arcytophyllum, Baccharis, Disterigma, Pernettya y Gaultheria, y plantas que forman almohadillas y tapetes como Azorella, Plantago, Eryngium, Distichia y Werneria. Además, en muchos sitios el suelo bajo el pajonal está cubierto por una gran variedad de musgos. Los arbustos presentes en el subpáramo también crecen en esta zona esparcidos entre el pajonal. Sobre los 4.100 m, el pajonal pierde la dominancia y es paulatinamente reemplazado por una vegetación en la que predominan las almohadillas, pequeñas rosetas y arbustos enanos. Esta podría ser la vegetación típica del páramo en ausencia del fuego. Éste es el cinturón más amplio de los tres en los que se divide al páramo e incluye, aparte de los pajonales, otras comunidades vegetales atípicas, generadas por la influencia de factores 12

Susana León-Yánez locales como la humedad del suelo, la topografía, etc. Una de las comunidades vegetales atípicas es la de las zonas muy húmedas o pantanosas cubiertas de musgos y Ciperáceas, y también de hierbas pequeñas como Isoëtes, Huperzia, Distichia, Ranunculus y Orithrophium. Otra es la comunidad vegetal que crece sobre las paredes rocosas, donde es común encontrar varias especies de helechos como Blechnum, Jamesonia, Elaphoglossum y de hierbas de las familias Brassicaceae y Scrophulariaceae, por ejemplo. Otra podría ser la comunidad de zonas muy secas como las que existen en las laderas del Chimborazo. la mayor cantidad de radiación y frecuencia de heladas. Es también la zona con menor influencia humana. Esta zona se conoce también con los nombres de páramo desértico o arenal. A primera vista aparenta ser un terreno desértico pero alberga pequeñas plantas esparcidas o en grupos. Algunas de las especies características son Azorella pedunculata, Culcitium canescens, Xenophyllum rigidum, Pernettya prostrata, Lupinus alopecuroides, Nototriche ecuadoriensis, Stipa ichu, Ephedra americana, E. rupestris, varias especies de los géneros Draba, Aciachne, Agrostis, Calamagrostis y Poa, y muchas especies de musgos y líquenes. El páramo alto o superpáramo Es el cinturón de vegetación que crece en las cumbres de las montañas más altas, generalmente arriba de los 4.400 m, sobre suelos rocosos, gruesos y arenosos, bajo el límite de las nieves perpetuas. En comparación con los otros dos cinturones de vegetación, aquí se presentan las temperaturas más bajas, los suelos más pobres y La composición fitogeográfica del páramo La distribución actual de los parientes más cercanos de los grupos taxonómicos que componen una flora nos da una pista sobre su origen y nos ayuda a entender su diversidad. En el caso de los páramos, la paleohistoria y paleoecología de los Andes son importantes para entender la formación y la diversi- 13

La flora de los páramos ecuatorianos dad actual de la vegetación. El levantamiento de los Andes y los eventos glaciales tuvieron especial importancia en la historia de la vegetación sudamericana y, desde hace unos 7.000 años (pero especialmente en los últimos 300 años), la influencia de la gente ha cobrado cada vez mayor importancia ya que, a través del impacto del fuego y el pastoreo, se ha alterado la distribución de la vegetación. La fitogeografía de la flora del páramo de Guamaní es hasta ahora una de las más conocidas. En un estudio realizado en la zona (León-Yánez 1993) se clasificó cada género registrado de acuerdo con su distribución geográfica en uno de siete elementos fitogeográficos (según Cleef 1979) y se encontró que la mayoría de géneros (33%) tienen una distribución Neotropical y el 25% se distribuye en la zonas templadas de más de un continente. Los demás géneros mostraron una distribución ya sea Holártica (templada del norte), Austral-Antártica (templada del sur), tropical amplia o cosmopolita, cada grupo con proporciones cercanas al 10%. El elemento endémico de páramo representó apenas el 3% a nivel de género. Las especies endémicas de los páramos ecuatorianos En los páramos del Ecuador crecen 628 especies endémicas (especies que existen únicamente en el Ecuador y en ninguna otra parte del mundo), lo que representa el 15% de toda la flora endémica del Ecuador y el 4% del total de la flora del país. Sin embargo, muchas de estas especies endémicas ecuatorianas se encuentran también en otras zonas aparte de los páramos. Entre las endémicas, las que tienen una distribución restringida únicamente a los páramos ecuatorianos son 273. Aún no se conoce el número exacto de especies que componen la flora de los páramos ecuatorianos, pero podrían estar alrededor de las 1.500 especies; si es así, la cantidad de endémicas ecuatorianas existentes únicamente en los páramos estaría alrededor del 18%. El endemismo es un concepto muy relativo y estos datos no contradicen necesariamente apreciaciones como la de Luteyn (1992), quien afirma que el endemismo de los 14

Susana León-Yánez páramos podría alcanzar el 60%, ya que esta estimación se refiere a toda la flora del ecosistema páramo. Entre las especies endémicas de los páramos ecuatorianos se encontró que las familias más diversas entre 40 que poseen especies endémicas para los páramos son Orchidaceae y Asteraceae, luego les siguen Gentianaceae, Poaceae, Brassicaceae, Campanulaceae, Melastomataceae, Bromeliaceae, Scrophulariaceae y Geraniaceae. Entre los géneros con mayor cantidad de especies endémicas están Gentianella, Epidendrum, Lysipomia, Draba, Lepanthes, Pleurothallis, Brachyotum, Berberis, Geranium, Calamagrostis, Gynoxis, Puya y Lupinus. La mayoría de las especies endémicas de los páramos (el 75%) está amenazada y solamente la mitad (el 48%) de las endémicas de los páramos se han registrado dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador. Las principales amenazas para estas especies son aquellas producidas por el ser humano con las quemas, el avance de la frontera agrícola, las plantaciones forestales con especies introducidas, la ganadería y el sobrepastoreo; pero también eventos naturales catastróficos, como las erupciones volcánicas, amenazan a algunas poblaciones de estas plantas únicas de los páramos del Ecuador. En los herbarios ecuatorianos solamente están depositadas las muestras del 60% de las especies endémicas de los páramos; del 40% restante no existe ninguna colección dentro del país, y aproximadamente la mitad de éstas son especies conocidas por una colección única. Aún es muy poco lo que se conoce acerca de las plantas endémicas de los páramos ecuatorianos, en especial sobre su ecología, aunque por lo menos ya sabemos cuáles son y dónde pueden estar (Valencia et al. 2000). Los estudios taxonómicos y ecológicos de la flora de páramo son indispensables y urgentes pues muchas especies de esta vegetación poco entendida están en peligro de desaparecer antes de que conozcamos algo sobre el estado de sus poblaciones. 15

La flora de los páramos ecuatorianos Bibliografía ACOSTA-SOLÍS, M. 1968. Divisiones fitogeográficas y formaciones geobotánicas del Ecuador. Casa de la Cultura Ecuatoriana. Quito. ACOSTA-SOLÍS, M. 1984. Los páramos andinos del Ecuador. Publicaciones científicas M.A.S. Quito. CAÑADAS, L. 1983.El mapa bioclimático y ecológico del Ecuador. Banco Central del Ecuador. Quito CLEEF, A. M. 1978. Characteristics of Neotropical páramo vegetation and its subantarctic relations. En: Troll, C. y W. Lauer (Eds.). Geoecological relations between the southern temperate zone and the tropical mountains. Erdwiss. Forsch. 11 CLEEF, A.M. 1979. The phytogeographical position of the neotropical vascularpáramo flora with special reference to the Colombian Cordillera Oriental. En: Larsen, K. y L. Holm-Nielsen (Eds.). Tropical Botany. Aca demicpress, Londres. CLEEF, A. M. 1983. Fitogeografía y composición de la flora vascular de los páramos de la Cordillera Oriental Colombiana (Estudio comparativo con otras altas montañas del trópico). Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales 15(58): 23 29. CUATRECASAS, J. 1958. Aspectos de la vegetación natural de Colombia. Revista Acad. Colombiana Ci. Exact. 10 (40): 221 264. CUATRECASAS, J. 1968. Páramo vegetation and its life forms. En: Troll, C. (ed.) Geoecology of the mountainous regions of the tropical Americas. Coll. Geogr. 9. JØRGENSEN, P. M. Y S. LEÓN-YÁ- NEZ. 1999. Catalogue of the vascular plants of Ecuador. Monographs in Systematic Botany from the Missouri Botanical Garden 75. JØRGENSEN, P.M. Y C. ULLOA 1994. Seed plants of the high Andes of Ecuador. A checklist. AAU Rep.34: 1-443. HARLING, G. 1979. The vegetation types of Ecuador: A brief survey. En: Larsen, K. y L. Holm-Nielsen (Eds.). Tropi- 16

Susana León-Yánez cal Botany. Academic Press. Londres. HEDBERG, I. Y O. HEDBERG. 1979. Tropical-alpine life-forms of vascular plants. Oikos 33: 297 307. HEDBERG, O. 1964. Features of afroalpine plant ecology. Acta Phytogeogr. Suecica 49: 1 144. HEDBERG, O. 1992. Afroalpine vegetation compared to páramo: Convergent adaptations and divergent differentiation. En: Balslev, H. y J.L. Luteyn (Eds.). Páramo: an Andean ecosystem under human influence. Academic Press. Londres. KESSLER, M. 2000. Diversidad, evolución y distribución del género Polylepis (Rosaceae). En: Resúmenes del I Congreso Internacional de Ecología y Conservación de Bosques de Polylepis. Cochapamba. KÖRNER, CH. Y W. LARCHER. 1988. Plant life in cold climates. En: Long, S.F. y F.I. Woodward (Eds.). Plants and temperature. CBL. Cambridge. LAUER, W. 1981. Ecoclimatological conditions of the páramo belt in the tropical high mountains. Mountain Res. Developm. 1:209 221. LAUER, W. Y M.D. RAFIQPOOR. 2000. Páramo de Papallacta. A physiogeographical map 1:50.000 of the área around the Antisana (Eastern Cordillera of Ecuador). Erdkunde 54: 20-33. LEÓN-YÁNEZ, S. 1993. Estudio ecológico y fitogeográfico de la vegetación del páramo de Guamaní, Pichincha - Napo, Ecuador. Tesis de Licenciatura. Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito. LÆGAARD, S. 1992. Influence of fire in the grass páramo vegetation of Ecuador. En: Balslev, H. y J.L. Luteyn (Eds.). Páramo: an Andean ecosystem under human influence. Academic Press. Londres. LUTEYN, J.L. 1992. Páramos: Why study them? En: Balslev, H. y J.L. Luteyn (Eds.). Páramo: an Andean ecosystem under human influence. Academic Press. Londres. LUTEYN, J. L. 1999. Páramos: a checklist of plant diversity, 17

La flora de los páramos ecuatorianos geographical distribution, and geobotanical literature. Memoirs of the New York Botanical Garden 84. Mena, P. y H. Balslev. 1986. Comparación entre la vegetación de los páramos y el cinturón Afroalpino. AAU Reports 12. MOTHES, P. 1991. El paisaje volcánico de la Sierra ecuatoriana. Geomorfología, fenómenos volcánicos y recursos asociados. Corporación Editora Nacional/ Colegio de Geógrafos del Ecuador. Estudios de Geografía 4. Quito. PODWOJEWSKI, P. Y J. POULE- NARD. 2000. Los suelos de los páramos del Ecuador. En: Los suelos del páramo. Serie Páramo 5. GTP/Abya- Yala. Quito. PROYECTO PÁRAMO. 1999. Mapa preliminar de los páramos del Ecuador. Universidad de Amsterdam/EcoCiencia/Instituto de Montaña. Documento no publicado. Quito. RAMSAY, P.M. Y E.R.B. OXLEY. 1997. The growth form composition of plant communities in the Ecuadorian páramos. Plant Ecology 131: 173 192. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. 1992. Diccionario de la lengua española. Vigésima primera edición. Editorial Espasa Calpe. Madrid. RUNDEL, P.W. 1994. Tropical alpine climates. En: Rundel, P.W., A.P. Smith y F.C. Meinzer (Eds.). Tropical alpine environments. Cambridge University Press. Cambridge. SMITH, A.P. 1994. Introduction to Tropical alpine vegetation. En: Rundel, P.W., A.P. Smith y F.C. Meinzer (Eds.). Tropical alpine environments. Cambridge University Press. Cambridge. SMITH, J. M. B. Y A. M. CLEEF. 1988. Composition and origins of the world s tropicalpine floras. J. Biogeogr. 15: 631 645. VALENCIA, R., N. PITMAN, S., LEÓN-YÁNEZ Y P.M. JØRGEN- SEN. 2000. Libro Rojo de las plantas endémicas del Ecuador. Ediciones del Herbario QCA. Quito. 18

Susana León-Yánez Discusión Alina Freire Hablando de especies endémicas, estoy colaborando ahora con el género Ribes, y en este género hay dos especies endémicas para los páramos del Ecuador: Ribes erectum y Ribes austecuadorense, que está en los Andes del sur del Ecuador. María Fernanda Aráuz Qué es una especie endémica? Susana León-Yánez Es una especie presente solamente en una zona; si hablamos del Ecuador, es que está solamente en el Ecuador; si decimos endémica del páramo, es que está solamente en el páramo. María José Barragán Las actividades de pastoreo y quema han sido desarrolladas ancestralmente por las comunidades locales o es un fenómeno que sucede a partir de la conquista y que antes no se daba? Susana León-Yánez Parece que antes sí había pastoreo, pero no afectaba tanto como el pastoreo del ganado vacuno y ovino (especies introducidas por los españoles), pero sí hubo pastoreo y también hubo quemas provocadas; incluso hay quemas naturales. Patricio Mena Se piensa que el páramo es un ecosistema de la Sierra y siempre pensamos en la Sierra en término de provincias; desgraciadamente, pensamos en provincias serranas, y no en la región serrana que también incluye provincias del oriente. Sucumbios, Napo, Pastaza y Morona Santiago tienen páramos, páramos como cualquier páramo de las provincias serranas. Muchas veces vemos páramos como el del Antisana o Sangay, que son ecosistemas serranos en términos ecológicos pero que en términos políticos ya están en la Amazonía. Otra cosa: yo creo que hay una diferencia entre origen y distribución, entonces, decir origen cosmopolita, suena extraño, qué es un origen cosmopolita? Es un origen de algo en todo el mundo; entonces, en lugar de decir origen cosmopolita se debería decir que son plantas que pertenecen a grupos que tienen una 19

La flora de los páramos ecuatorianos distribución cosmopolita pero que deben haber tenido un origen mucho más puntual. Susana León-Yánez Hay mucha discusión en cuanto a esto y hay muchas formas de referirse al origen. Un autor, por ejemplo, tenía como 10 criterios diferentes según los cuales se determina el origen y uno de esos era: donde está la mayor diversidad; entonces, lo que yo digo origen cosmopolita son estas plantas que están en cualquier parte y no parecen especialmente diversas en un sitio determinado. Pero sí, más bien se refiere a distribución. Galo Medina Según el estudio que hicimos para definir cuál es la extensión del páramo, hay también páramos en la provincia de Esmeraldas. Yvan Dione Hay algún estudio sobre el uso de la flora del páramo y su distribución geográfica? Existe alguna publicación sobre este tema? Susana León-Yánez Sobre los páramos del Ecuador no hay ninguna publicación específica. Nikolay Aguirre Se puede hablar dentro del ecosistema páramo de la existencia de especies pioneras o clímax, con una jerarquía dentro del sistema? Desde el punto de vista ecológico, por ejemplo, el género Hypericum, sería pionera o clímax? Susana León-Yánez El ecosistema páramo es un ecosistema a veces típicamente secundario. Hay esta discusión sobre el límite del bosque, que según algunos investigadores, llegaba a los 4.000 m, entonces, gran parte de lo que hoy se considera páramo es vegetación secundaria. Los pajonales también, como están sometidos a quemas y a pastoreo, son más bien vegetación secundaria, pero los bosques de Polylepis, por ejemplo, son más bien primarios, vegetación clímax; también lo son ciertos tipos de pajonales de zonas húmedas. La vegetación del súper páramo no es muy intervenida por el ser 20

Susana León-Yánez humano y es la vegetación original de esa zona. Alina Freire Exactamente cuál es tu criterio para definir páramo? Porque hablas de bosque de Polylepis, y especies como Passiflora y Solanum que son típicas de un bosque montano. Susana León-Yánez Como sabes, hay muchísimas especies de Solanum. El páramo no es un solo tipo de vegetación sino todos estos tipos de vegetación que están entre el límite del bosque montano continuo hasta el límite superior de crecimiento de las plantas en las altas montañas. Algunas personas excluyen todo lo que se considera subpáramo que sería un bosque alterado y consideran páramo solo lo que es pajonal, pero el pajonal también puede ser una vegetación secundaria, de modo que hay muchas opiniones. 21

BREVES CONSIDERACIONES SOBRE LA AVIFAUNA PARAMERA DEL ECUADOR Juan Manuel Carrión El páramo como región avifaunística El ornitólogo norteamericano Frank M. Chapman identifica en su obra titulada The Distribution of Bird-Life in Ecuador. A Contribution to a Study of the Origin of Andean Bird-Life (1926), cinco grandes regiones biogeográficas en el Ecuador continental, caracterizadas cada una de ellas por su propia avifauna. Las cinco regiones propuestas por Chapman son: Húmeda Tropical, Árida Tropical, Subtropical, Temperada y Páramo. En un cuadro altitudinal, Chapman (1926) ubica al páramo en un espacio comprendido entre los 11.000 y 13.000 pies (ca. 3.350 y 3.950 m) como límite inferior y 15.000 pies (ca. 4.570 m) como límite superior. Los límites altitudinales del páramo en el Ecuador son variables; no es el rango altitudinal el referente exclusivo para ubicar y definir una zona de páramo en el Ecuador. En su Lista Anotada de las Aves del Ecuador Continental, Ridgely et al. (1998) identifican al páramo como una de las catorce regiones geográficas o zonas altitudinales ( zonas de vida ) del país, y lo definen en los siguientes términos: Pastizal natural altoandino, desde el límite del crecimiento arbóreo hasta las laderas rocosas más elevadas y la línea de nieve (encontrándose esta línea generalmente alrededor de los 5.000 m, dependiendo de la precipitación y exposición). Esto último explica el porqué dela diferencia altitudinal en el límite inferior del páramo en diversas regiones del Ecuador. 23

Breves consideraciones sobre la avifauna paramera del Ecuador Habitantes del páramo A la hora de estudiar la composición y las características de la avifauna paramera del Ecuador es importante señalar la presencia de dos tipos de habitantes: el terrestre y el acuático. Adicionalmente, podríamos hablar de una subdivisión entre el páramo de pastizal, más bajo altitudinalmente y el páramo alto o rocoso. Cada uno de estos hábitats y subdivisiones tiene sus habitantes específicos. Composición y orígenes de la avifauna del páramo Cuántas especies de aves viven en los páramos del Ecuador? Esta pregunta tiene varias respuestas, cada una con su explicación respectiva. Chapman (1926) se refiere a 33 especies de 28 géneros encontradas en los páramos del Ecuador, y afirma que este número representa el doble de las especies que él encontró en Colombia (lo cual sería una consecuencia de la extensión más continua de páramo en nuestro país). Chapman se refiere a especies exclusivas del páramo. Actualmente la respuesta podría ser 88 especies. Una revisión de las listas de aves del Ecuador nos permitirá confirmar esta cantidad de especies registradas en nuestros páramos. Sin embargo, si limitamos el registro a las especies exclusivas del páramo, es decir, que no se las encuentra también en regiones aledañas, el número se reduce a 24. Es decir, que del total de especies encontradas en el páramo, más del 70% se distribuyen también hacia otras regiones geográficas más bajas. Buena parte de las aves del páramo tiene su origen en antepasados provenientes de regiones zoogeográficas equivalentes a nivel del mar en la Patagonia. Un caso que ilustra este hecho es el del cóndor andino (Vultur gryphus): mientras que en el Ecuador se trata de una especie que habita las regiones altas (el páramo y la región temperada), en el sur del Perú, en Chile y en la Argentina se lo encuentra en acantilados junto a la playa. 24

Juan Manuel Carrión El páramo puede ser considerado como la zona de vida más joven o de reciente formación en la región andina; atraviesa todavía por un lento proceso de poblamiento de comunidades aviarias y, debido a los pequeños cambios ambientales que muestra históricamente, podría decirse que se mantiene aún muy cercana a su estructuración ancestral. Algunas especies distintivas del páramo Como mencionamos ya, se puede diferenciar un tipo de avifauna de páramo acuática de otro terrestre, así como una propia del páramo herbáceo de otra del páramo rocoso. Entre las aves acuáticas propias del páramo hay que destacar a las siguientes especies: Fulica ardesiaca (focha andina), Anas andium (cerceta andina) y Larus serranus (gaviota andina) como las más representativas. Estas tres especies pueden verse fácilmente en la Laguna de Limpiopungo en el Cotopaxi, ejemplo clásico de lo que es un hábitat y una comunidad de aves acuáticas del páramo. Asociadas a estas especies, deambulando por la gran explanada contigua a la laguna, puede encontrarse al gigle (Vanellus resplendens), una de las aves símbolo del páramo. Pero si de ubicar aves símbolo del páramo se trata, seguramente el mejor representante en el Ecuador sea el colibrí Oreotrochilus chimborazo. Esta especie es un buen ejemplo para advertir la discontinuidad del páramo que se presenta a manera de islas que rodean a los grandes nevados, separados entre sí por valles interandinos. Esta especie se encuentra en los páramos que rodean al Chimborazo, Antisana, Cotopaxi, Atacazo, Corazón, Illinizas y Pichincha, conformando en cada uno de estos sitios poblaciones que estarían atravesando por un proceso de subespeciación. Otra característica propia de la avifauna de páramo, que se ilustra con el ejemplo que proporciona Oreotrochilus chimborazo, es la adaptación a la vida en condiciones climáticas extremas. Esta especie de colibrí es capaz de reducir el ritmo de su metabolismo basal a niveles ínfimos, para casi eliminar 25

Breves consideraciones sobre la avifauna paramera del Ecuador la demanda de energía durante las gélidas noches parameras. Este mecanismo, conocido como torpidez, es una especie de hibernación diaria por la que deben pasar especialmente los machos de la especie, pues las hembras y los juveniles soportan el frío cobijándose en los nidos localizados en grietas y cornisas de vegetación en paredes verticales, lugares estos que resultan más cálidos; además, el nido mismo es un sitio caliente, construido con lanas animales y fibras vegetales. Bibliografía CHAPMAN, F. 1926. The Distribution of Bird-Life in Ecuador. A Contribution to a Study of the Origin of Andean Bird-Life. Bull. Mus. A.m.. Mus. Nat. Hist. 55 RIDGELY, R, P. GREENFIELD Y M. GUERRERO. 1998. Lista Anotada de las Aves del Ecuador Continental. Ed. Voluntad. Quito. 26

Juan Manuel Carrión Discusión Francisco Cuesta Hay diferencias en cuanto a la diversidad de especies de aves entre un páramo bien conservado y uno no conservado, es decir, podrían ciertas aves ser un indicador del estado del páramo? Juan Manuel Carrión Creo que la ausencia de ciertas especies podría ser un indicador. Uno tiene una expectativa de lo que va a encontrar y, cualquier ausencia, sería un indicador de la condición del páramo. Como todas son aves específicas de una formación, en este caso del páramo, dependen de unas condiciones óptimas, por lo que si no las encuentra, todas son indicadores potenciales. Carmen Josse Hay especificidad (de hábitat) en las especies, por ejemplo, hay diferencias en la distribución entre el páramo de pajonal y los páramos más arbustivos y húmedos? Juan Manuel Carrión Sí, por ejemplo las especies de páramo de pajonal como Oreotrochilus o el Chungui, son más bien de páramo rocoso. Otras como la perdiz (Nothoprocta curvirostris), o los Asthenes, o Cistotorus, están más bien en los páramos húmedos con un poco de pantano, de ciénegas. También el gallinago, el zumbador del páramo está más bien en estos lugares húmedos, o sea que sí tienen especificidad, aunque la distribución no es del todo uniforme. José Milán Paucar En la zona de las lagunas de Ozogoche se pueden ver estas aves raras que llegan en septiembre a suicidarse. A qué se debe este fenómeno? Juan Manuel Carrión Espero el momento en que pueda ir yo personalmente a ver eso porque sí he escuchado al respecto y ha salido en la prensa. Incluso una expedición de ornitólogos fue al sitio en esa época y creo que lograron determinar de qué especie se trataba, alguna especie migratoria. Pero científicamente no he es- 27

Breves consideraciones sobre la avifauna paramera del Ecuador cuchado ningún reporte sobre ese tema. Ramiro Barriga Hay alguna diferencia en la composición de la avifauna del páramo de El Ángel con la del Chimborazo? Juan Manuel Carrión No en términos generales. Lo mismo que encontramos en El Ángel lo encontramos en el Chimborazo. Hay algunas ausencias, por ejemplo, Oreotrochilus no está en El Ángel porque tiene esa distribución como islas. Más bien se puede ver diferencia en lo que serían los ecotonos. Que yo sepa, no hay ningún ave que esté directamente asociada al frailejón que es lo que le da la característica distintiva a El Ángel. Paulina Arroyo Cuál es el estado de las poblaciones de aves en general? Hay algunas especies que siguen bastante amenazadas o está mejorándose la situación? Juan Manuel Carrión No tengo mediciones pues yo lo que hago es básicamente viajar y observar. La percepción que yo tengo de lo que observo es que en sitios como Cotopaxi, un parque nacional por ejemplo, las poblaciones están muy bien. Los números son abundantes y he visto de todo, curiquingues, búhos, incluso cóndores y colibríes. En Cotopaxi he encontrado todo lo que esperaba encontrar en un páramo y en cantidades importantes. Colocamos una red en el Cotopaxi y capturamos un buen número de Oreotrochilus, no son raros. Pero en otros lugares sí se vuelven escasos. No tengo medidas certeras pero quizás el caso más evidente sea el del cóndor sobre el cual tampoco hay un dato cierto. Se habla de menos de cien individuos, o entre 70 y 100 pero es mera especulación. Edwin Narváez Hay especies migratorias cuyo origen esté en el norte y vengan hasta el sur? Juan Manuel Carrión Casi todas las migratorias que vienen a las lagunas ecuatorianas tienen ese origen, son migratorias del norte y algunas llegan al Ecuador como estación de paso. Algunas llegan muy al sur hasta la Patagonia. El hal- 28

Juan Manuel Carrión cón peregrino es el caso extremo ya que anida en el círculo polar ártico y se lo puede ver hasta en la Antártida. Usa el Ecuador como una estación de paso. La única ave migratoria que conozco que viene desde el sur es el flamenco que hay en Salinas en marzo y abril. Anidan en Chile y suben desde el sur hasta acá. Lilian Cruz Qué especies estarían en peligro de extinción por el deterioro de los páramos? Juan Manuel Carrión El cóndor a nivel regional y en el Ecuador en particular, ya que a nivel global en su área de distribución, las poblaciones de Perú, Chile y Argentina están muy bien. Pero en Colombia, Venezuela y el Ecuador están mal. Ése es un caso de especie vulnerable; otro es la bandurria (Theristicus melanopis), una especie con poblaciones muy reducidas, que se encuentra exclusivamente en el Antisana y el Cayambe. Es bastante vulnerable. También otras aves como las perdices de páramo, que son objeto de cacería y corren riesgo, si bien no podemos hablar de peligro inminente de extinción. Yo diría que en riesgo de extinción están la bandurria y el cóndor. Carlos Molina El cóndor está en peligro de desaparecer y en la zona de El Ángel siempre se ven cóndores deambulando en busca de comida. La comida es el problema más grave que enfrenta esta especie. Como hay muchos representantes de organizaciones conservacionistas, no sé si alguna institución está planificando algo para ver cómo alimentar a esta especie tan extraordinaria. Porque hoy en día ya no se consigue comida en las haciendas, como antes. Juan Manuel Carrión Ése es un tema que da para un foro también, pero creo que sí hay iniciativas, y se puede conversar sobre eso. Enrique Stachelscheid Hay una edición en español del libro Birds of the High Andes? Juan Manuel Carrión No. No hay mucha literatura en español sobre el tema. Hay el li- 29