Autor Nora Gómez. Artículo Configuraciones laborales familiares. La oferta de trabajo familiar en Santiago del Estero



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Transcripción:

Autor Nora Gómez Artículo Configuraciones laborales familiares. La oferta de trabajo familiar en Santiago del Estero

Configuraciones laborales familiares. La oferta de trabajo familiar en Santiago del Estero. Nora Gómez 1 Introducción Este trabajo busca analizar las estrategias que las unidades domésticas realizan con la mano de obra familiar en los noventa en el aglomerado urbano Santiago-La Banda que concentra el 39.2 % de la población provincial y se caracteriza por una alta incidencia del empleo estatal con el propósito de conocer la inserción laboral de los diferentes miembros del hogar (jefes, cónyuges e hijos) y las consecuencias en la dinámica familiar urbana. Para ello se analiza en una primera parte y, a partir de los datos de la EPH las tasas de participación y las estrategias de calificación familiar y, en una segunda se intenta mediante una primera aproximación al tema realizar una lectura sociológica de los cambios en la estructura familiar. Según el censo de 1991 el porcentaje de población en edad activa fue igual a 71.5 % y el de la PEA (población económicamente activa) y representó un 53.7 % distribuidas de la siguiente manera 70.1 % varones y 37. 5 % mujeres activas, entre los jefes de hogar la TAG representó un 68.2 % de los cuales 77.6 % corresponde a jefes de sexo masculino y 39.1 % a los de sexo femenino. El trabajo se vincula a dos niveles de análisis Macro y Micro. Desde el primero el estudio se circunscribe a dos años críticos,1995 y 1999 a fin de conocer la inserción laboral del trabajador familiar ante el deterioro sufrido por el presupuesto del hogar y, en lo micro intenta realizar una aproximación a la dinámica familiar. Entre fines de 1994 y principios de 1995 según Roffman ( 1996) el sistema financiero presenta un deterioro que se evidencia en la tasa de interés interna y en la ruptura de la cadena de pagos del sistema comercial e industrial. Si bien, desde mediados de los setenta el país comienza a vivir los efectos de la crisis esta se agudiza en los noventa con la puesta en práctica del plan de convertibilidad, cuando la aplicación del ajuste estructural más contundente desplaza del escenario la presencia de un Estado Benefactor muy activo unido a un modelo de desarrollo basado en el crecimiento del consumo interno, la expansión de la pequeña y la mediana industria entre otros indicadores. Una lectura de la situación provincial A partir de las modificaciones operadas en la década de 1990 y más precisamente a partir de la aplicación del plan de convertibilidad se observa que en el aglomerado urbano, en general crece la participación laboral con respecto al período hiperinflacionario 89-90. En 1995 como consecuencia del efecto tequila que provoca, entre otras cosas la fuga de tres mil millones de dólares en febrero de ese año, y, el déficit presupuestario de 1994 por la caída producida en la recaudación fiscal crece la desocupación abierta. A nivel provincial no se registraron despidos masivos motivo por el que el sector público continúa jugando un factor central como empleador. Por otro lado la política implementada desde el gobierno provincial, de corte paternalista, llevó al despliegue de estrategias como una manera de mantener su sistema clientelar. Es así como se adoptaron medidas que llevaron al recorte de ingresos tanto de funcionarios públicos (ministros, diputados, jueces etc. ) como de las categorías más altas de dicho sector lo que trajo como consecuencia a partir de mediados de 1995 cierta homogeneización salarial. Esta disposición tomada por el gobierno electo en este año 1 Docente Investigadora de la Facultad de Humanidades Ciencias Sociales y de la Salud Universidad Nacional de Santiago del Estero.UNSE. CICYT. INDES

permitió la fijación de un salario mínimo en las categorías bajas de la administración pública 2 lo que terminó en parte con las grandes distancias salariales que habían llevado en diciembre de 1993, entre otros hechos, a la movilización de la población y generó disturbios que concluyeron con la quema de casas de funcionarios y los edificios públicos sede de los tres poderes. Otra medida desplegada desde el gobierno provincial fue la implementación de la posibilidad, para los grupos con una antigüedad de quince años y más, del retiro voluntario y de jubilarse a las personas de cincuenta años y más y con veinte años de antigüedad. Se incorpora el año 99 ya que como producto de la crisis el déficit fue de 7.094 millones es decir el doble de 1998 cuando el saldo negativo había alcanzado a3.838 millones de dólares. Aproximaciones Teóricas En general ante los cambios socio-económicos los hogares deben adecuarse permanentemente a las diferentes situaciones del mercado y para cualquier período y región, la producción global, ya sea que se indique con el PNB u otros indicadores macroeconómicos, no varía uniformemente. Por el contrario fluctúa -generalmente en forma irregular- alrededor de cierta tasa tendencial, mostrando ciclos de expansión y contracción de la actividad económica, comúnmente denominada auge o recesión. Así la variable empleo es una variable derivada y en períodos de auge el empleo se incrementa a la par que disminuye la desocupación media y se eleva el ingreso medio de los trabajadores. Por el contrario en períodos de recesión junto a la caída de la producción cae el salario medio y el empleo de la fuerza de trabajo y se incrementa la desocupación. Cualquier sistema de análisis de datos significa siempre un recorte de la realidad en busca de revelar aspectos de un fenómeno que es considerado como fundamental dentro del marco concentual en el que se orienta. Así en el marco del programa mundial de la OIT se propone la distinción entre trabajadores primarios y secundarios. Desde esta perspectiva se parte de la unidad doméstica y de la existencia en ella de un trabajador principal, que generalmente es el jefe hombre, adulto dado que es el principal sostén de la misma y de trabajadores complementarios que serían los demás miembros del grupo quienes ingresarían al mercado según necesidades coyunturales de la unidad doméstica. En este estudio se tratará de demostrar como la composición interna de la " oferta global" -distribución entre trabajadores primarios y secundarios- varía según momentos de crisis. Para ello es importante señalar que algunos autores como Cid ( 1994), entre otros, plantean que la presencia de un compañero en el hogar limita la participación económica femenina de manera tal que serían las separadas y divorciadas las que más ingresan al mercado laboral ante la responsabilidad que poseen como jefas de mantener el hogar. Esto hace pensar que, como plantean numerosos autores, el ingreso de la mujer cónyuge "trabajadora secundaria" al mercado laboral estaría relacionado 2 Mediante Decreto serie B Nº O217 de agosto de 1995. Se aplicó una reducción que representó para el grupo de ingresos entre 700-800 de un 10%, de801 a 1000 de 15%, de 1001 a 1500 de 18% y de 1501 aen adelante de 20%.

con los ciclos económicos de manera tal que esta ingresaría o cuando peligrare la actividad laboral del jefe, o cuando los ingresos del mismo resultaren insuficientes para satisfacer las necesidades de los miembros de la unidad doméstica.esto significa que el jefe, trabajador primario desde la concepción de la economía laboral, es el responsable del mantenimiento del hogar. Por lo tanto es él quien mediante su autoridad organizará la distribución de los recursos de la unidad de manera tal que la cónyuge sólo se verá obligada a ofrecer su fuerza de trabajo, por un lado, en ciclos desfavorables en donde se supone o que el jefe ha perdido momentáneamente su empleo o el ingreso que aporta al hogar resulta insuficiente para satisfacer las necesidades básicas del mismo. Por otro lado en ciclos favorables la mujer ingresa pero por situaciones muy diferent e es decir intervienen aquí factores externos a la unidad como son las posibilidades que ofrece el mercado laboral. Así, la creciente participación de la mujer en el mercado laboral puede ser interpretada como una respuesta al deterioro de las condiciones de vida producto fundamentalmente de los ciclos económicos o como un deseo de realización personal ante la creciente posibilidad de acceso al sistema educativo durante las últimas décadas. Diferentes estudios como los realizados en México por Selva (1985); Cortés (1988); Pacheco (1989); González de la Rocha (1989); Oliveira (1989); Pedrero( 1990); García y Oliveira (1991) afirman así que la participación femenina ha crecido con el objetivo de contribuir a la satisfacción de las necesidades básicas de sus hogares. Contribuciones existentes sobre la inserción laboral de la mujer cónyuge. Diferentes Miradas En el marco de los estudios sobre el empleo en la Argentina se insinúan espacios abiertos a la indagación especialmente en lo que hace a la explicación de los determinantes de las estrategias de inserción laboral de los hogares. Así algunos plantean que el ingreso de los trabajadores secundarios al mercado laboral puede deberse a la elevación del nivel educativo de los mismos (Wainerman 1979 ) o al aum ento de la demanda que se presenta en ciclos favorables. Otros analizan el ingreso de los mismos al mercado de trabajo como consecuencia de situaciones tales como la disminución de los ingresos reales y de la ocupación, que se da en la fase recesiva de los ciclos económicos ( Gallart, Moreno y Cerrutti 1991, Marshall 1995, Wainerman 1995). Estas diferentes lecturas permitirían entrever la significación empírica que ha cobrado esta temática. Condicionantes de la Participación Económica de la Mujer Cónyuge Desde el punto de vista empírico existen en los últimos años diversos y variados documentos que analizan los determinantes del empleo femenino entre los que se hace preciso mencionar Cid ( 1994), Rubin-Kurtzman ( 1991) entre otros. Dentro de estas diferentes lecturas que intentan explicar la participación económica femenina algunas perspectivas ponen énfasis en el nivel de respuesta a las condiciones estructurales o coyunturales del mercado. Si bien estos análisis acentúan el rol de la demanda, que depende de las variaciones del mercado de productos y de las consecuencias directas en el mercado laboral, al

estudiar el trabajo femenino se centran en la oferta de mano de obra. Otros estudios, en cambio, tienen como objeto el proceso de toma de decisiones del individuo o del hogar. En esta teoría se pone énfasis en los determinantes de la elección de alternativas del hogar que establece estrategias para adecuar a sus objetivos la oferta laboral de los distintos componentes entre ellos la de la mujer cónyuge. Así, Jelín (1994) en su investigación plantea que, en los estudios del mercado laboral, la incorporación como unidad de análisis de la unidad doméstica no ha conseguido obtener los resultados esperados dado que no logró una resignificación del concepto de unidad doméstica, Entre las razones expuestas por la autora, entre otras, está el hecho de que la misma no incorporó a las actividades remuneradas en el mercado laboral aquellas que no lo son como así tampoco los procesos más complejos de la división del trabajo entre miembros del hogar. En su trabajo, que parte de una perspectiva microsocial, analiza la dinámica intradoméstica a partir del estudio de casos y luego con el objetivo de entender la unidad doméstica presenta un esquema conceptual. Por otro lado, tiene en cuenta la relación entre composición del hogar y organización social de la unidad doméstica como así también una perspectiva crítica del status analítico de la noción de jefe de hogar. Así la autora, a partir de la presentación de casos excepcionales, intenta plantear interrogantes acerca de los conceptos, De esta manera, al estudiar la organización doméstica destaca el hecho de que si bien en la misma existen intereses mancomunados, afectos y solidaridades también es un ámbito de lucha y de conflicto y por otro lado, si bien destaca el hecho de que como en toda organización las personas dirigen las actividades planificadas con un objetivo específico que es asegurar el mantenimiento y la reproducción plantea que la satisfacción de necesidades va a presentar variación entre los diferentes grupos sociales. También las necesidades van a variar a través del ciclo de vida de la unidad. Para satisfacer sus necesidades la misma necesita de recursos cuya obtención es siempre problemática y destaca la autoridad como un elemento fundamental para la organización y realización de las actividades en donde es fundamental la asignación de tareas y responsabilidades y los incentivos de motivación de los miembros son morales más que monetarios. Finalmente señala el hecho de que como toda organización la unidad presenta conceptualizaciones sobre como organizar las actividades que más bien son un sistema de creencias, de representaciones y significados cambiantes y hasta aveces contradictorio que sirve de guía. Para explicar este aspecto parte de la distinción entre esfera pública y privada y en la división sexual del trabajo. Analiza las contradicciones que se presentan en este sistema cultural de normas y valores y concluye que la investigación empírica debe tender a conocer tanto las bases de unidad y solidaridad entre los miembros de la organización como los puntos de conflicto. Participación Económica de la Mujer Cónyuge como respuesta a los bajos ingresos. Algunos investigadores (Wainerman 1995), al remarcar el hecho del aumento de la participación económica de la mujer cónyuge, han puesto el acento en que, si bien este aumento se observa entre el grupo de mujeres con

alto nivel educativo, no se puede dejar de considerar como importante del ingreso al mercado laboral de mujeres que tienen un nivel bajo y medio de educación. Esto lleva a pensar que, si bien entre las primera, el móvil estaría dado por una necesidad de asumir, ante las modificaciones que se presentan en el paradigma de la femineidad, un determinado rol en la sociedad entre las segundas -en cambio- la situación que se plantea es bien diferente, según surge del análisis de una serie de investigaciones. En los últimos años, sobre todo a partir de la década de 1980, el incremento de las mujeres en el mercado de trabajo además de fundamentarse en la necesidad de un mayor ingreso, se realizó para evitar la pérdida de status social y en muchas partes del país llevó a un incremento de la desocupación y de la subocupación (Wainermann, 1995). Los cambios que se vivieron, durante los últimos años en el país, con respecto al aumento en la participación femenina, ocurrieron tanto para las mujeres con alto nivel educativo -que buscaban una mayor inserción en la sociedad- como en aquellas con menor nivel de educación, que son atraídas al mercado laboral en situaciones de contracción dado que se ve afectado el trabajo del jefe del hogar. Ante este hecho, la familia desarrolla estrategias mediante las cuales los diferentes miembros del hogar -incluida la mujer cónyuge, en edades medianas- ingresa al mercado laboral como trabajadora secundaria. Como se observa, en el hogar existirían dos tipos de oferta: una fija, cuasi inmutable a las condiciones del mercado y constituida -según lo observado por un sinnúmero de investigaciones- por los jefes de hogar, generalmente (aunque no exclusivamente) de sexo masculino en edades adultas y adultas jóvenes y otra oferta variable según la coyuntura económica (a través de su incidencia sobre la demanda de fuerza de trabajo), y cuyas características se investigan en el presente estudio. Así, entonces en el ámbito de la economía laboral, a los trabajadores que constituyen el primer grupo se les denomina corrientemente trabajadores primarios, mientras que el resto de las personas en edad de trabajar pasarían a ser, de esta manera, potenciales trabajadores secundarios, complementarios o adicionales (Sánchez et. al. 1979). Así, por ejemplo, durante la década de 1970, si bien la participación global femenina en Argentina no aumentó, las mujeres adultas (25-64 años) aumentaron su participación para compensar la pérdida de ingresos familiares a raíz de la caída del salario desde 1976 y la pérdida de empleo de los jefes de hogar, las más jóvenes se incorporaron menos al mercado de trabajo, pero en los 80, así como también en 1991-94, se intensificó el ingreso de las mujeres, a raíz de la cual la tasa de actividad global tendió a aumentar. Entre 1991 y 1993 en el país aumentó la oferta de trabajo y se modificó su composición. Nuevamente fueron las mujeres en edades centrales, principalmente cónyuges, las que ingresaron al mercado de trabajo con la finalidad de paliar la insuficiencia de ingresos familiares (Marshall, 1995). Asimismo según Nordio (1994) en Argentina una parte de la incorporación femenina al mercado laboral, parece estar asociada a la caída de los ingresos generales de la población, hecho que se manifiesta a partir de 1976. Algunas investigaciones como la de Gallart, Moreno y Cerrutti ( 1991) estudian

el impacto entre 1980 y 1991 de la crisis en la participación económica de las mujeres. La mayor propensión a incorporase al mercado de trabajo laboral parece estar asociada a la caída de los ingresos generales de la población, ya que si bien las tasas de actividad de las mujeres subieron con cierta independencia del nivel educativo, dicho ascenso fue relativamente más elevado entre las menos educadas (Gallart, Moreno y Cerrutti, 1991). Estudios realizados en México se centran en el hogar como unidad de análisis para el estudio de la participación económica de la población.así estos trabajos al analizar el hogar parten del hecho de que " los vínculos económicos y sociales que trae aparejada la pertenencia de la mayoría de los individuos a hogares determinados pueden llevar a respuestas familiares,en vez de individuales, frente a contracciones o expansiones en la demanda de fuerza de trabajo ( García y De Olivera 1979 )Por lo tanto, la incorporación del trabajador secundario a la población económicamente activa (PEA), estaría determinada no sólo por las condiciones generales del mercado laboral (dimensión macro - económica), sino también por las condiciones particulares de cada hogar (dimensión micro social y demográfica). Es así que el ingreso al mercado laboral por parte de la mujer cónyuge puede darse tanto en períodos de auge como de recesión. En el primer caso la participación femenina, sería una consecuencia de una mayor posibilidad de obtener empleo. En períodos de recesión la actividad económica femenina tendría por objetivo tanto complementar los ingresos familiares como suplirlos en caso de que el jefe de hogar sufriera la pérdida del mismo. Autores como Wainerman (1979 ) señalan que la mayor concurrencia al mercado de trabajo, según el censo de 1970, en Argentina es de mujeres casadas y unidas, en su mayoría cónyuges del jefe de hogar con niveles medios y altos de educación. Entre las investigaciones que tienen por objetivo el estudio de la fuerza de trabajo femenina vista como fuerza de trabajo complementario es posible citar el de Silvia Laens (1983 ). El mismo plantea como hipótesis el ingreso de la mujer al mercado laboral como resultado del deterioro del salario real que estimula a los miembros del núcleo familiar a ofrecer trabajo para mantener el nivel de ingreso. Esto se logra por la incorporación a la población económicamente activa (PEA) de nuevos miembros del hogar, fundamentalmente la mujer. El marcado incremento de las tasas de actividad de las cónyuges podría estar evidenciando que el mayor número de mujeres que trabajan se deba a la necesidad de contribuir con otro ingreso al depreciado presupuesto familiar. (Cortés 1990; Gallart, Moreno y Cerrutti 1991). Entre los trabajos que hacen una lectura crítica de las políticas aplicadas en los últimos años, existen algunos que centran el análisis en las consecuencias de aquellas sobre la oferta y la demanda de fuerza de trabajo secundario. Así se sostiene que Entre 1991 y 1993 se observa en las políticas aspectos que podrían haber contribuido aumentar la fuerza de trabajo disponible, modificando su composición, esto son: el aumento del desempleo masculino unido a los bajos salarios, condujeron a aumentar la tasa de participación femenina en la actividad económica. (Marshall, 1995).

Asimismo, trabajos realizados en México por Rubin-Kurtzman (1991) destacan que el ingreso femenino al mercado laboral entre 1970 y 1980 corren en sentido opuesto a las tendencias económicas. En nuestro país y en fechas más recientes investigaciones realizadas en La Plata analizaron en 1994 la inserción laboral femenina como trabajo complementario. Así Erguía (1998) señala que la continuidad del trabajo extradoméstico de la mujer estaba condicionada por la situación ocupacional del jefe y se consideraba como necesaria en tanto éste no contara con un trabajo estable o con un ingreso suficiente para asegurar la alimentación familiar. En el año 1988 se registró sobrecarga laboral femenina transitoria motivada por la desocupación del jefe. Limitaciones en cuanto a la participación de la mujer cónyuge impuestas por el ciclo vital Cuando se analiza la tendencia general de la participación económica femenina en el tiempo se observa que la misma puede variar según los distintos tramos del ciclo vital. En las edades activas jóvenes en donde,en general, tanto varones como mujeres se dedican a completar la educación formal resulta difícil el ingreso al mercado laboral. En cambio en edades adultas jóvenes, que en general coinciden con el casamiento, nacimiento y crianza de los hijos la participación económica puede presentar diferencias entre los sexos. Otro momento importante, al considerar el ciclo vital, es la etapa de madurez es decir cuando los hijos son grandes.se denomina edad central a las comprendidas entre los 20 y 50 años de edad,en cambio las edades marginales comprenden tanto a los grupos de 15 a 19 años como a los mayores de 50 años. En un estudio realizado en Brasil Capellin (1978 ) analiza en el ciclo de vida productivo de la mujer de la clase trabajadora la búsqueda de un trabajo asalariado se presenta como necesidad de complementar los ingresos monetarios de su familia.es en esta situación problemática, y en su relativa resolución,que objetiva y subjetivamente se enfrentan las dos realidades del doble papel femenino: su trabajo doméstico y su trabajo asalariado. El momento de la búsqueda de trabajo asalariado constituye así un momento de pasaje en el cual la mujer toma conciencia de las contradicciones concretas implícitas en la superposición d e los dos papeles productivos. Cuando se intenta plantear las diferencias existentes entre la participación económica femenina y masculina algunos autores están de acuerdo que tal diferencia no puede ser explicada solo por factores legales ni educacionales sino que es necesario considerar otros aspectos. Así en un trabajo realizado en Uruguay Prates y Laens ( 1983 ) pone énfasis en otros aspectos. Existe un conjunto de valores socio-culturales que asignan gran importancia al cumplimiento de tareas inherentes al hogar y a la maternidad. Esto estaría explicando la diferencia en la participación de hombres y mujeres en las actividades de producción. Por otro lado al estudiar los determinantes de la participación económica femenina es importante considerar la existencia de niños pequeños en el hogar. Al respecto el trabajo realizado en Uruguay confirma este supuesto las contrataciones precedentes apoyan la hipótesis de que la participación femenina en el mercado laboral sufrió un cambio cualitativo, además del cuantitativo que se detecta en una primera observación

de las cifras.la estructura de la PEA femenina se modificó, acentuándose la participación de mujeres que,dada una edad, tienen una alta probabilidad de ser casadas y tener hijos relativamente jóvenes (aunque ya no pequeños). Los hechos demográficos, económicos y sociales tienen un papel central en la participación económica tanto de la mujer como el varón. Pero, a diferencia de éste, que salvo situaciones excepcionales permanecen ininterrumpidamente en el mercado laboral a lo largo de su vida activa, la participación de la mujer cónyuge, pareciera ser discontinua. Por otro lado, cuando se les presenta a las mujeres la posibilidad de elegir una ocupación es posible que existan restricciones que están dadas por la articulación entre el rol productivo y el reproductivo. Es así que al analizar el papel que la sociedad le impone a la mujer dentro de la familia se desarrolla como argumento que el mismo es fundamental para mantener la solidaridad familiar y que,por lo tanto, un solo miembro de la misma, el jefe,participe en el mercado laboral. En nuestro país, estudios realizados en La Plata se relaciona la situación laboral de los cónyuges con el ciclo de vida familiar. Así Eguía ( 1998) observa que la atención de los hijos constituyó el principal obstáculo señalado por las madres para el logro de sus actividades extradomésticas. La Participación Económica Femenina y el Estado Civil Otro aspecto importante a tener en cuenta en la decisión de la mujer de ingresar o no al mercado laboral es su estado civil. Con respecto a estos aspectos en un estudio realizado en Uruguay Prates y Laens (1983) señala al analizar las tasas de desocupación que el más alto nivel de desocupación se da para los grupos más jóvenes.esto demuestra que el aumento de la oferta de trabajo por parte de las mujeres casadas,viudas o divorciadas y mayores, no se produce como respuesta a una demanda insatisfecha de mujeres más jóvenes y sin obligaciones familiares,puesto que estas son las que presentan una tasa más alta de desocupación.más bien puede pensarse que las mujeres más maduras se vuelcan al mercado de trabajo en búsqueda de ingresos que permitan la manutención adecuada de la familia, y desplazan a las más jóvenes. Además del estado civil, como se vio anteriormente, el estudio realizado en Uruguay por Prates y Laens ( 1983 ) se preocupa por la edad de las mujeres y señala que, en general, todas las mujeres menores de 45 años se integran en forma creciente al mercado laboral, representando alrededor de un75% del total de la fuerza de trabajo femenina.a pesar de ello, proporcionalmente los grupos de edad que más crecen son los de 20 años a 24 años y los mayores de 55 años. Trabajos realizados en México por García y Oliveira ( 1990 ) presentaron una tipología que se refiere al papel económico percibido del trabajo femenino. 1) Si el trabajo es considerado como secundario 2) Si es considerado como necesario para el bienestar y para la compra de servicios educativos para los hijos 3) Si es considerado indispensable para la economía del hogar 4) El trabajo brinda satisfacción personal Las autoras García y Oliveira ( 1990) plantean que no existe asociación entre los tipos de subjetividad con los estratos ocupacionales ya que tanto entre

las obreras como entre las trabajadoras manuales pueden existir subjetividades afines.tampoco se puede asociar los tipos de subjetividad con los niveles de ingreso, ni con el tamaño del hogar, ni con la ocupación o las contribuciones monetarias de los maridos. En el caso del tipo subjetivo " el trabajo como útil y satisfactorio" hablan de familias pequeñas y de esposos que desempeñan ocupaciones manuables estables. En el tipo en que el trabajo es visto como indispensable para la sobrevivencia familiar responde a hogares que tienen como característica la inestabilidad,la pobreza extrema y el desempleo entre otros. El trabajo, realizado en México analiza cómo la mujer ingresa al mercado de trabajo entre 1982 y 1987 años de recesión pero tal incorporación no solo es consecuencia de la situación económica sino que la mujer de los sectores populares aumenta y aumentará su participación en períodos de auge debido a que difícilmente sea beneficiaria de la recuperación económica. En el caso de que la mujer encuentre satisfacción en el trabajo responde a una elección personal mientras que en las otras situaciones la participación económica forma parte de un todo doméstico. Participación Laboral del Trabajador Primario 3 y Secundario 4 En los primeros tiempos comienza a gestarse la organización social en forma casi simultanea a la división sexual del trabajo, la división del trabajo por sexo de raíces biológicas para la reproducción de la especie se traslada a la cultura y se cristaliza en valores. En las unidades domésticas el trabajo social cobra importancia para la reproducción cotidiana y generacional de los agentes y para asegurar su fuerza de trabajo en la realización de actividades que se distribuyen según sexo y edad. Cuadro I. Tasa de Actividad del jefe de hogar 5 en el aglomerado Santiago-La Banda 1995-99. Años Jefe % T V M 1995 61.8 71.5 35.0 1999 60.6 72.2 32.6 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia Cuadro II. Tasa de Actividad del conyuge en el aglomerado Santiago-La Banda 1995-99. Años Cónyuge % T V M 1995 31.6 78.9 30.4 1999 29.6 55.6 28.7 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Elabor ación Propia Cuadro III. Tasa de Actividad del hijo en el aglomerado Santiago-La Banda 1995-99. Años T V M % 3 Trabajador Primario: Oferta fija cuasi-inmutable a las condiciones del mercado y compuesta por personas de sexo masculino en edades adultas y adultas jóvenes. 4 Trabajador Secundario: Oferta variable según coyuntura económica y el ciclo de vida familiar. Contituida por mujeres adultas y adultas jóvenes. 5 Jefe de Hogar: Este concepto plantea un orden jerárquico entre la p areja parental que está delimitado por la provisión de los recursos necesarios en el hogar. Así se asocia jefatura con quien mantiene el hogar. Al ser el hombre el proveedor del sustento económico la posición social de la familia se determina por la ocupación del mismo. ( INDEC. Censos de población y Vivienda )

1995 23.8 28..9 18.0 1999 23.1 27.2 19.2 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia Si bien la lectura de Cuadros nos muestra el descenso de la TAG de los jefes entre 1995-99 el análisis por sexo permite afirmar que sólo entre la mujeres jefas se produce el decrecimiento de la misma en un 2.6 % ya que entre los jefes de sexo masculino crece un 0.7 %. Por otro lado al observar la variación de la tasa entre los cónyuges vemos que decrece entre ambas fechas de un 31.6 % a un 29.6 % y que tal descens o se presenta en ambos sexos. En cuanto a los trabajadores secundarios hijos se observa que decrece un 0.7 % entre ambas fechas pero el análisis por sexo revela que mientras en los varones baja en las trabajadoras hijas crece. Si bien el análisis de la participación laboral del trabajador primario y secundario resulta interesante en el año 1995 por la repercusión de la crisis mexicana cobra significación sobre todo cuando cuando se analizan los valores de la TAG. Es así que la misma sufre una caída entre 1994 y 1995 ( onda mayo de la EPH ) tanto en el trabajador jefe de sexo femenino como en el masculino y en la mujer cónyuge pero crece en la del cónyuge de sexo masculino y en la del trabajador secundario hijo/hija. Estos datos permiten reflexionar en primer lugar acerca de los pocos cambios operados en la TAG en contraposición a lo esperado. Cuadro IV Tasa de Ocupación del jefe en el aglomerado Santiago-La Banda.1995-99. Años Jefe % T V M 1995 58.5 67.6 33.0 1999 58.1 69.1 31.5 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia Cuadro V. Tasa de Ocupación del conyuge en el aglomerado Santiago-La Banda 1995-99. Años Cónyuge % T V M 1995 30.7 78.9 29.6 1999 28.8 44.4 28.3 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia Cuadro VI. Tasa de ocupación del hijo en el aglomerado Santiago-La Banda 1995-99. Años T V M % 1995 20.3 24.2 15.8 1999 19.8 23.8 16.0 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia Cuadro VII Tasa de Desocupación del jefe de hogar en el aglomerado Santiago-La Banda 1995-99. Años T V M % 1995 5.4 5.3 5.7 1999 4.1 4.3 3.4 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia Cuadro VIII Tasa de Desocupación del cónyuge en el aglomerado Santiago -La Banda 1995-99. Años T V M

% 1995 2.9 6.7 2.7 1999 2.4 0.2 1.3 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia Cuadro IX Tasa de Desocupación del hijo en el aglomerado Santiago-La Banda 1995-99. Años T V M % 1995 14.7 16.0 12.4 1999 14.3 12.6 16.7 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia La tasa de desocupación cae entre ambas fechas en los trabajadores jefes un 1.3 % pero mientras en los jefes varones el descenso representa un 1 % en las jefas lo es en un 2.3 %. Con respecto al trabajador cónyuge esta tasa decrece un 0.5 % entre ambas fechas pero el análisis por sexo muestra un mayor descenso entre los varones (6.5%) y en las mujeres solo alcanza a 1.4 %. Jefes de Hogar de Sexo Femenino y Masculino En las últimas décadas específicamente desde fines de los setenta tal como lo plantea Castells (1996) las transformaciones en la estructura económica llevaron a cambios en las relaciones laborales que se manifestaron en la crisis del trabajo asalariado. Este modelo, dominante en el paradigma fordista permitía una distinción tajante entre trabajo primario y secundario.que se vió afectada en la última década por el crecimiento de mujeres en el rol de jefe de hogar como puede verse en el siguiente cuadro. Cuadro X. Jefe de hogar por sexo según año. 1995-99 AÑOS 1995 1999 % Jefe de Hogar de sexo femenino 26.4 29.1 (300) (267) Jefe de Hogar de sexo masculino 73.6 70.9 (838) (650) Fuente: Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia Tal como lo reflejan los cuadros la jefatura femenina aumenta entre 1995 y 1999 un 2.75 mientra la masculina decrece un 2.7 %. Un segundo nivel de análisis es posible vislumbrar que si bien los cambios a nivel macro no se reflejan a nivel micro en una mayor inserción laboral de otros miembros del hogar si es posible observar cambios en la organización familiar. Por lo que es posible afirmar que los cambios de los 90 no movieron a la familia santiagueña a desplegar strategias de oferta de mano de obra familiar pero si a reorganizarse internamente que en datos se refleja en el crecimiento de jefas entre 1995 y 1999. Si bien la característica dominante en el mercado laboral provincial puede ser vista desde la perspectiva que plantea la hipótesis del trabajador desalentado esta aparece como fundamental si el análisis, como en este caso, se centra en el año 1995 que se caracteriza por ser un año de crisis y a esto le se suman los cambios a nivel políticos vividos a nivel provincial.

En el orden provincial en el año 1995 se dictó una disposición mediante la cual se aplicó por un lado la reducción de salarios de funcionarios públicos y por otra se fijó un salario mínimo como una manera de terminar con las grandes diferencias salariales que habían provocado en diciembre de 1993 una movilización que culminó con la quema de edificios públicos como de residencias particulares de funcionarios de turno. Cuadro XI: Distribución Porcentual de la Categoría Ocupacional por Relación de Parentesco Trabajador Primario Jefe Trabajador Secundario Cónyuge e Hijo. Aglomerado Santiago-La Banda. 1995-99. Total 1995 1999 J C H J C H Patrón 5.5 2.9-3.8 4.3 1.4 C. P. 31.6 30.8 20.3 30.6 18.4 17.5 Asala 62.8 65.5 79.7 65.1 74.8 78.6 Trab 0.1 0.8-0.5 2.5 2.4 sin salar 100 100 100 100 100 100 703 240 513 533 163 347 Fuente.Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia Cuadro XII: Distribución Porcentual de la Catego ría Ocupacional por Relación de Parentesco Trabajador Primario Jefe Trabajador Secundario Cónyuge e Hijo. Aglomerado Santiago-La Banda. 1995-99. Varón 1995 1999 J C H J C H Patrón 6.5-0.9 4.2-1.4 C. P. 31.7 26.7 29.6 31.5 25.0 22.8 Asala 61.6 73.3 65.9 63.9 75.0 71.8 Trab 0.2-3.6 0.4-4.0 sin salar - 100 100 100 100 100 100 599 15 331 449 8 202 Fuente.Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia Cuadro XIII: Distribución Porcentual de la Categoría Ocupacional por Relación de Parentesco Trabajador Primario Jefe Trabajador Secundario Cónyuge e Hijo. Aglomerado Santiago-La Banda. 1995-99. Mujer 1995 1999 J C H J C H Patrón - 3.1-1.2 4.6 1.4 C. P. 30.8 31.1 13.2 26.2 18.2 10.3 Asala 69.2 64.9 85.7 71.4 74.6 88.3 Trab - 0.9 1.1 1.2 - - sin salar 100 100 100 100 100 100 104 225 182 84 155 145 Fuente.Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia El nuevo gobierno que asume en 1995 despliega estrategias que permiten el crecimiento de la categoría asalariado, tanto entre los jefes de ambos sexos como entre las mujeres cónyuges, quienes van a engrosar las ramas de la enseñanza, servicios de

salud y otras actividades de servicios tendencia que continúa en los siguientes años. Esta información adquiere relevancia si se lo ubica en el marco de un sistema político paternalista y clientelar históricamente dominante en Santiago del Estero. Cuadro XIV. Diatribución porcentual por ramas de actividad según parentesco. Aglomerado Santiago La Banda. 1995-99 Actividades Jefe de sexo masculino Jefe de sexo femenino Cónyuge de sexo Femenino 1995 1999 1995 1999 1995 1999 Construcción 16.9 16.7 - - - - Comer por Mayor 4.8 5.2 - - 1.3 1.6 Comer por Menor 12.4 14.3 0.5 15.5 16.4 20.4 Adm. P y Defensa 20.7 22.9 10.5 10.0 12.8 11.9 Enseñanza 2.3 2.7 12.4 12.7 23.0 21.2 Servicio S. y Salud 2.2 1.9 15.2 18.2 12.8 11.4 Servicio Doméstico - 0.3 32.0 24.5 15.9 19.2 Otros 43.0 36.0 29.4 19.1 17.8 14.7 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 599 629 105 262 226 245 Fuente.Encuesta Permanente de Hogares. Elaboración Propia I Primer nivel de análisis de la calificación ocupacional en la dinámica familiar. Vinculaciones entre calificación ocupacional y nivel de instrucción en años críticos, 1995-99. Cuadro XV. Perfil de la calificación ocupacional de la población ocupada según relación de parentesco Aglomerado Santiago La Banda 1995-99. 1995 1999 J C H J C H No Cal if. 28.6 42.5 38.8 30.6 43.9 45.3 Semi Calif. 6.3 11.3 12.3 - - - Calif.Técnica 55.3 34.2 42.3 62.6 46.6 52.1 Calif. Prof. 9.8 12.1 6.6 6.8 9.5 2.6 Ignorado 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 702 240 513 735 253 466 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Aglomerado Santiago -La Banda Elaboración propia. Cuadro XVI. Perfil de la calificación ocupacional de la población ocupada según relación de parentesco y sexo. Aglomerado Santiago La Banda 1995-99. 1995 1999 J C H J C H v m v m v m v m v m v m No Calif. 25.1 49.0 53.3 41.8 32.3 50.5 27.0 51.9 20.0 44.9 39.6 53.7 Semi Calif. 6.0 7.7-12.0 7.6 20.9 - - - - - - Calif.Técnica 58.5 36.5 40.0 33.8 54.4 20.3 66.3 40.7 70.0 45.7 58.6 42.6 Calif. Prof. 10.0 6.7 6.7 12.4 5.7 8.2 6.7 7.4 10.0 9.5 1.8 3.7 Ignorado

100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 598 104 15 225 331 182 627 108 10 243 278 188 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Aglomerado Santiago -La Banda Elaboración propia. En este nivel de análisis nos colocamos ante las estrategias de calificación de los diferentes miembros del hogar. El análisis de los datos de calificación nos coloca ante un perfil que marca el predominio de la categoría calificación técnica y no calificados y luego ante un crecimiento entre 1995 y 1999 en ambas categorías tanto para jefes, cónyuges e hijos.. Lo central del análisis es un trabajador jefe e hijo con calificación técnica y un cónyuge no calificado. El análisis por sexo nos permite luego profundizar en la problemática de manera tal que el análisis de los datos nos presenta la siguiente situación; En trabajador jefe de sexo masculino el perfil es técnico en femenino es no calificado; En la categoría cónyuge el no calificado es para ambos sexos; En hijo el varón con calif técnica y la mujer no calificada. II. Segundo nivel de análisis en la dinámica familiar. Vinculaciones entre calificación ocupacional y nivel de instrucción en años críticos, 1995-99. Cuadro XVII. Relación entre calificación ocupacional y nivel de educación formal por nivel de calificación ocupacional en los jefes. Aglomerado Santiago- La Banda.1995-99. Concordancia Subcalificación Sobrecalificación % % % 1995 1999 1995 1999 1995 1999 N C 24.4 24.0 81.6 87.4 - - S.C 9.8-13.2-0.7 - C T 49.2 61.8 5.2 12.6 87.5 93.7 C.P. 16.6 14.2 - - 11.8 6.3 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 193 212 172 191 313 318 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Aglomerado Santiago -La Banda Elaboración propia. CuadroXVIII. Relación entre calificación ocupacional y nivel de educación formal por nivel de calificación ocupacional en los Cónyuges. Aglomerado Santiago La Banda-.1995-99. Corncordancia Subcalificación Sobrecalificación % % % 1995 1999 1995 1999 1995 1999 N C 20.2 18.8 63.2 43.5 - - S.C 5.6-17.6 - - - C T 47.2 55.2 19.2 56.5 82.1 84.6 C.P 27.0 25.0 - - 17.9 15.4 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 89 96 125 207 28 39 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Aglomerado Santiago -La Banda Elaboración propia.

Cuadro XIX. Relación entre calificación ocupacional y nivel de educación formal por nivel de calificación ocupacional en los Hijo. Aglomerado Santiago La Banda-.1995-99. Concordancia Subcalificación Sobrecalificación % % % 1995 1999 1995 1999 1995 1999 N C 19.4 8.4 73.4 34.4 - - S.C 9.4-21.8 - - - C T 54.7 88.5 4.8 65.6 92.7 98.4 C.P. 16.5 3.1 - - 7.3 1.6 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 139 382 229 515 150 127 Fuente : Encuesta Permanente de Hogares. Aglomerado Santiago -La Banda Elaboración propia. En general vemos que los datos acerca de la calificación ocupacional de los diferentes miembros del hogar jefes, cónyuges e hijos muestran para el año 1995 un perfil donde predominan los jefes e hijos con calificación técnica en contraposición a los cónyuges en quienes es más alto el porcentaje de no calificados seguidos por aquellos que lograron una calificación técnica. Este panorama se modifica en 1999 año en el que se observa un mayor porcentaje de calificación técnica en los tres grupos jefes, cónyuges e hijos. La profundización del análisis por sexo entre ambas fechas permite afirmar que,para ambos sexos crece el porcentaje de cónyuges con calificación técnica. Por último se observa en 1995 que tanto entre los jefes, cónyuges e hijos se da una sobrecalificación de técnicos situación que crece en 1999 lo que podría ser leído como una estrategia ante la crisis el aumento de situaciones en donde predomina la sobrecalificación de trabajadores en lugar de crecer como estartegia la adquisición de competencias para ingresar al mercado laboral con calificación. las familias parecieran adoptar como salida ante la crisis la inserción laboral en tareas con calificación técnica mediante mecanismos vigentes de clientelismo político típicos de una sociedad tradicional en lugar de adoptar modelos de sociedades desarrolladas tal sería el caso de adquisición mediante su ingreso al sistema educativo un nivel de callificación acorde a las tareas con mayor remuneración que buscan desarrollar. Los cambios en la organización familiar La familia comprende a los miembros del hogar emparentados entre si. Esta institución social regula, canaliza y confiere significados sociales y culturales a las necesidades de procreación y sexualidad. De acuerdo como se dé esta relación de parentesco se pueden distinguir: nuclear, extensa y compuesta. Se denomina nuclear a aquellos hogares en los que conviven padres e hijos exclusivamente. La familia extensa, en cambio incluye varias familias nucleares. La compuesta surge del agregado de parientes y otras personas a la familia extensa ó nuclear. En primer lugar es posible afirmar que las transformaciones de las últimas décadas y fundamentalmente de los 90 han contribuído no solo ha modificar la estructura familiar sino que la misma trajo inevitable cambios en la significación del empleo como consecuencia de la transformación de la mujer cónyuge trabajador secundario en oferta fija y de la creciente incorporación de otros miembros del hogar al mercado laboral. En la actualidad es posible distinguir dos tipos de familias, la tradicional y la actual. La primera la constituye un jefe de sexo masculino y responsable del mantenimiento de los demás integrantes del hogar la mujer cónyuge y los hijos de ambos. En este tipo de familia los diferentes miembros asumen roles según una concepción de vida y situación socio-económica. En ella la mujer cónyuge no trabaja o trabaja ya sea para complementar el salario del marido, realizarse a traves de su trabajo

o en caso de que el marido perdiera el trabajo para mantener el hogar pero siempre en forma momentanea. En la familia actual es posible encontrar una variedad de situaciones que van desde la jefatura de responsabilidad compartida hasta la jefatura femenina. En el caso de la primera situación las razones pueden estar en una mujer que trabaja y gana igual que el hombre o por filosofía de vida la mujer trabaja para realizarse en el plano laboral, el segundo tipo de situación, la jefatura femenina, puede asociarse a causas coyunturales como es el caso de las jesas que asumieron la responsabilidad familiar por divorcio, abandono o separación o aquellas que por pérdida de trabajo del marido, enfermedad o incapacidad debieron hacerlo obligadas por la situación y que a pesar de ser jefas les hubiera gustado mantener el rol de cónyuge. en el polo opuesto se encuentran aquellas mujeres que siempre furon jefas ya sea por filosofía de vida, personalidad aún con la presencia masculina en el hogar y varia desde aquellas que siempre se sintieron, asumieron y lo fueron sin conflictos. Por último es posible ubicar una situación indefinida como es el caso de aquellos hogares en donde la mujer es jefa y se sabe jefa pero actúa como si su marido lo fuera, en esta situación se encuetran familias donde la mujer puede o no trabajar y ganar tanto como el hombre pero mantiene la concepción de que el marido es el jefe del hogar. En síntesis es posible distinguir tres situaciones en que se encuentran las mujeres una de ellas esta dada por aquellas que asumen la responsabilidad del Hogar, en el medio se encuentran quienes comparten con el hombre la toma de desición y en el otro extremo las que no lo asumen. Dentro del primer grupo entre las que asumen la responsabilidadestan las que son, se sienten y disfrutan ser jefas. JEFAS La transformación en la condición de la mujer según Castells (1996) es un rasgo fundamental de las nuevas sociedades que se manifiesta en fenómenos tales como el aumento en la participación económica femenina y los movimientos sociales en defensa del género. Por otro lado es posible coincidir con GIDDENS (1993) cuando trata los cambios en la intimidad para realizar una lectura de las transformaciones en el seno del hogar y en los roles femeninos. En la actualidad es posible distinguir dos situaciones familiares La Familia tradicional hoy en crisis y generalmente compuesta por el jefede sexo masculino y la mujer cónyuge. La familia Actual que varía desde una familia en donde todabía se conservan algunos roles del antiguo paradigma hasta una situación en donde pareciera emerger un nuevo modelo de tipo democrático o compartido. En esta situación es posible diferenciar roles femeninos según el lugar que ocupa en relación al jefe de hogar. En primer lugar se encuentran aquellas que asumen el rol de cónyuge en el opuesto las que asumen el de jefe de hogar y en situación intermedia las que comparten con el hombre la toma de decisión en el hogar. A-- LAS JEFAS: Son las que asumen la responsabilidad del hogar, la crianza de los hijos y por lo tanto son y se sienten jefas. El título de jefas pasa por la toma de decisiones mas que por lo económico aunque muchas veces ambos elementos estan sumamente unidos. LAS QUE SIEMPRE FUERON: Ya sea por que nunca se casaron y criaron hijos solas o se casaron pero tuvieron un marido que nunca asumió el rol de jefe. Existen mujeres que no conocieron otro lugar mas que el de jefas y disfrutan del mismo ya que en general les

gusta tomar decisiones. En general este tipo de mujeres son independientes activas y no tienen problemas en tomar decisiones. Me criaron para ser independiente y disfruto ejercitando esta condición. no entiendo esta forma de vida Marta de 49 años Siempre, desde muy chica viví con independencia a tal punto que no puedo imaginarme en una situación diferente Cristina 43 años Cuando terminé la secundaria y tuve que viajer a otra provincia para continuar con mis estudios no era conciente de mi necesidad de independencia. Los años y mi experiencia laboral me ayudaron a tomar conciencia en parte de mi capacidad para disfrutar con mi independencia y con el tiempo logré afirmar esa concepción de vida Mónica 51 años En todas estas historias se observa una firme decisión de asumir las responsabilidades que implica una jefatura sin conflictos y hasta con gusto. LAS QUE ASUMEN POR PROBLEMAS DE SEPARACIÓN DIVORCIO Y ECONÓMICOS POR PÉRDIDA DEL JEFE DE SU TRABAJO etc. Cuando me separé me encontré sola y con pocos recursos. En los primeros meses recibí de parte de mi marido un apoyo económico mensual pero con el tiempo se cortó. Mantengo la casa con el sueldo de empleada pública. ( Noemí 50 años ) Es posible encontrar en este grupo a aquellas mujeres que asumieron la jefatura a pesar de tener y vivir con sus maridos. Me casé a los 23 años y como toda mujer me educaron para tener un marido que asumiera la responsabilidad de mantener la familia pero eso no sucedió (María 49 años ). En estos casos las mujeres manifiestan facilidad para adaptarse a la nueva situación que emprenden obligadas por las circunstancias. LAS QUE SON, NO SE SIENTEN Y LEA HUBIERA GUSTADO MANTENER EL ROL DE CONYUGE. Son mujeres que siempre se sintieron por diferentes razones jefas pero en el hogar actúan para que el marido sea visto como el jefe. En este tipo de situaciones la mujer puede o no trabajar fuera de la casa pero es el marido el que mantiene el hogar. A pesar de ello es la mujer quien toma las desiciones en la casa en cuanto a gastos de alimentos, ropa y otros consumos. Casi siempre le modifico los números en cuanto al dinero que recibo de mi marido y muchas veces le escondo los gastos para que no se de cuenta ( Elena 43 años ) En mi casa mi padre era o aparecía como el jefe por eso trato de que mis hijos piensen que mi marido lo es aunque las decisiones las tomo generalmente sola y soy la que mas aporto ( Silvia 33 años) B-- LAS QUE COMPARTEN LA RESPONSABILIDAD Y LA JEFETURA CON EL VARÓN Con mi marido tratamos siempre de acordar. La responsabilidad es de los dos y para ambos es importantes participar y decidir en forma conjunta ( Marta 55 años) En mi casa no hay un jefe. Las decisiones las tomamos entre los dos. ( Mirta 41 años ) Desde que nos casamos compartimos responsabilidades Patricia 33 años

Si bien pertenecen a diferentes edades este tipo de conducta es sostenida por mujeres por concepción de vida. C-- LAS CÓNYUGES O NO JEFAS. Son mujeres de sectores medios bajos y bajos casi sin instrucción que trabajan como amas de casa. No se consideran jefas no solo porque no aportan económicamente sino poque no toman las desiciones. Mi marido mantiene el hogar y toma las decisiones. ( Ana 43 años ) En mi casa el que toma las decisiones es mi marido y muchas veces sin consultarme Teresa 53 años Siempre acepto y respeto las decisiones de mi marido Silvia 44 años Reflexiones Finales Las transformaciones operadas en la estructura económica en los últimos años han motivado a diferentes autores (Castells 1996) a analizar las consecuencias de los mismos en el mercado laboral. Así para este autor la sociedad asalariada era aquella que mediante el derecho de trabajo se garantizaba el bienestar a partir de derechos que daban acceso a prestaciones de fuerza de trabajo (asignaciones familiares, jubilaciones, licencias, seguro de desempleo) y llevaban a la integración social. En primer lugar si bien la característica dominante en el mercado de trabajo provincial puede ser leída desde la perspectiva que plantea la hipótesis del trabajador desalentado, sobre todo si el análisis se centra, como en este caso en años críticos como fueron 1995 y 1999, característica que puede ser explicada no solo por los bajos salarios sino también por la limitación de las posibilidades laborales en cuanto a diferenciación de la demanda que exige el mercado laboral. En este sentido la tasa de actividad general representó para el gran Buenos Aires (onda mayo) un 45.9 % y en Capital Federal un 49.0 % mientras que a nivel provincial su valor fue de 32.7%. Es así que cuando se analizan los datos y se comparan las tasas de actividad general por sexo se observa que, por un lado se marca la diferencia entre ambos sexos. Es interesante remarcar que la característica dominante en el mercado de trabajo provincial es la del desaliento hecho que se explica en parte por los bajos salarios pero también por las limitaciones en las posibilidades laborales en cuanto a diferenciación de la demanda que ofrece el mercado laboral Si bien en el mercado laboral es posible observar ciclos económicos estos aparecen como relevantes para el análisis desde mediados de los setenta y fundamentalmente en los últimos años debidos a los cambios de la economía a partir de 1989 que afectaron a los hogares y llevaron a una creciente heterogeneización de la sociedad. A partir de la crisis económica los nucleos familiares tuvieron que tomar decisiones según cada situación particular, elegir, reasignar roles y evaluar prioridades que incidieron en la dinámica familiar. En general con respecto a la oferta laboral, objeto de estudio en este trabajo, coexisten dos perspectivas de las cuales una plantea que, a medida que disminuya la demanda de empleopor la recesión y aumenta la tasa de desocupación existen menos oportunidades de obtener éxito en la búsqueda por lo que los desocupados deciden abandonar la misma y se transforman en trabajadores desalentados la otra, por su parte desarrolla la perspectiva de la posibilidad de incorporar al trabajador secundario al mercado laboral. Desde esta lectura se resalta el hecho de que al perder el jefe de hogar el empleo es el trabajador secunadario el que se ve obligado a ingresar al mercado laboral. Mientras desde la primera se remarca el hecho por el cual en un período de recesión todos los hogares sufren la caída del ingreso desde la segunda se pone el acento en aquellos hogares en donde el jefe vive la pérdida del mismo.

Como se vió la característica dominante en el mercado de trabajo provincial es la del desaliento hecho que se explica en parte por los bajos salarios pero también por las limitaciones en las posibilidades laborales en cuanto a diferenciación de la demanda que ofrece el mercado laboral. De esta manera, al comparar la T.A.G. del aglomerado Santiago -La Banda ( 32.3 % ) con otros como Gran Rosario ( 41.0 % ), Gran Córdoba ( 38.0% ), Tucumán ( 37.3 % ) total país ( 41.4 % ) observamos la superioridad de estos últimos. Por otro lado, si el análisis se hace por relación de parentesco, los datos muestran que si bien la del trabajador jefe masculino es ampliamente superior a la de la cónyuge de sexo femenino por otro lado la de esta ultima la participación económica es mayor a la participación laboral femenina en todo el período. De igual manera si se compara la tasa de actividad de la mujer jefe con la de la cónyuge se observa la superioridad de la primera. Si bien la participación del jefe es superior a la del cónyuge debido a que este es considerado responsable de la manutención familiar, en los últimos años y como consecuencia de los cambios verificados en el mercado laboral, permiten afirmar que fueron de tal magnitud que contribuyeron a modificar el patrón original de jefatuta de hogar 6. Así la jefatura femenina crece entre 1994 y 1997 un 1.4 % mientras desciende la masculina un 2.2 % y entre 1994 y 1995 la primera crece un 0.4 % y la segunda decrece un 1.3 %. Este fenómeno si bien comenzó décadas atrás continúa Asi es posible señalar que el porcentaje de jefes de hogar creció tanto en la provincia como a nivel país de manera tal que el aumento representó a nivel provincial un 17.0 % y nacional un 17.4 5. Este proceso es a su vez acompañado por otros como el descenso de la tasa bruta de nupcialidad que se manifiesta a nivel nacional y provincial y pasa de 7.4 % a 2.3 5 en el primwr caso y de 7.7 % a 5.4 % en el segundo. Este hecho junto a otros que no son objeto de estudio en este trabajo, permiten sostener que el aumento de hogares con jefatura femenina responde mas a una necesidad de los hogares de adecuarse a los cambios estructurales que a la difusión de corrientes feministas. Por último es posible afirmar que en períodos críticos no solo crece la jefatura femenina sino que se ven obligados a ingresar al mercado laboral otros miembros. Apartir de fines del año 1994 y durante 1995 se observa,como producto del efecto tequila transformaciones en la estructura del empleo tanto cuando el análisis se realiza por sexo como por relación de parentesco. Si bien la característica fundamental del trabajador en la provincia es el desaliento esta adquiere un dimensiones importantes en el año 1995 en varones, mujeres, jefes y cónyuges. Si se analiza la participación por sexo la diferencia entre ambos es marcada sobre todo en el año 1995 al igual que por relación de parentesco en donde la participación del jefe de sexo masculino es muy superior al de la mujer cónyuge. Pero cuando se compara la participación femenina con la de la mujer cónyuge tenemos que la de esta última es siempre superior y que fundamentalmente el ingreso de la mujer cónyuge se recupera a partir de 1996 fecha en donde se observa un crecimiento de 3.8 % con respecto a 1995 a pesar de que no retoma al nivel de 1994. Por otro lado cuando el análisis se realiza entre la jefa y el cónyuge de sexo masculino se observa que al igual que lo que sucede con el jefe de sexo masculino y la cónyuge de sexo femenino la tasa de actividad desciende entre las jefas un 4.4 % entre 1995 y 1996 para recuperarse en los años siguientes pero entre los cónyuges de sexo 6 El porcentaje de jefes de hogar sobre el total de hogares creció de manera tal en Santiago que en 1960 representó un 7.4 %, en 1980 un 25.1 5 y en 1991 un 24.4 5 (INDEC. Sintesis y Evolución Social Nº 2 1995)