CUADERNO DE APUNTES Evaluación: primera Curso: 2º de Bachillerato. Asignatura: Geografía de España. Bloque: España en Europa y en el mundo. Unidad: 2. Singularidad y diversidad de España A. Singularidad Geográfica de España. Desde el paleolítico medio es palpable la presencia humana sobre el territorio español. A lo largo de la historia, en este espacio se han ido asentando distintas culturas. El nombre de España procede de Hispania, denominación que los romano dieron a la Península. Este término tiene un origen aún mas antiguo: fueron los fenicios los que llamaron a estas tierra Ischphanin costa de conejos. Los griegos la llamaron Iberia. Fue la constitución de los reinos de España y Portugal lo que provocó que la península perdiera su antiguo nombre y adoptara el de P. Ibérica. Así España es el resultado de la interacción de factores físicos y humanos que se han ido desarrollando en el espacio; su identidad, por tanto, se encuentra en relación con los acontecimientos históricos (el tiempo) y el ámbito geográfico (el espacio). 1.1. Situación Geográfica: El territorio peninsular español se encuentra en plena zona templada del hemisferio norte, entre los paralelos 36º y 43º de latitud norte y los meridianos 9º de longitud oeste y 3º de longitud este. Esta situación le confiere los siguientes rasgo originales, relacionados con su posición geográfica: Ubicada entre dos mares: España está ubicada en la parte más occidental del mar Mediterráneo, en el lugar donde sus aguas se mezclan con el Atlántico. (Su posición entre dos mares ha marcado buena parte de su historia). Posicionada entre dos continentes: La península Ibérica, por su posición avanzada hacia el mediodía es el país más próximo al continente africano (solo los 14 Kilómetros del estrecho de Gibraltar las separan de las costas africanas). Además está unida a Europa por un istmo 1 de 435 Kilómetros que coincide con la muralla natural de los Pirineos. 1.2. Configuración del espacio natural: Varios rasgos pueden destacarse en lo que se refiere a la disposición y a las formas geográficas que observamos en España: Formas macizas y compactas: Consecuencia de la gran extensión en latitud y longitud de la Península, del carácter poco articulado de sus costas, dándole un marcado carácter continental al interior de la península. La elevada altitud media: debido al predominio de la gran Meseta Central. El relieve ha resultado un condicionante físico, climático y humano, porque 1 Es una franja de tierra que une dos áreas mayores. 1
ha supuesto siempre grandes dificultades de comunicaciones. Dentro de Europa, España es uno de los países de mayor altitud media. Clima Mediterráneo: Inviernos suaves y veranos calurosos, aunque el relieve marca ciertas diferencias en el interior. Vegetación caracterizada por el dominio del bosque Mediterráneo. Red hidrográfica: condicionada por el relieve y el clima, predominando los ríos mediterráneos de caudal variable, con crecidas primaverales y sequías estivales. El litoral: mediterráneo y atlántico, ha marcado el desarrollo socioeconómico de las comunidades. B. Unidad y diversidad de España. (consecuencias de su posición geográfica) La situación de encrucijada que se atribuye a España es reconocible en las condiciones naturales y humanas. Las influencias naturales se señalan en el clima y en la vegetación. Los rasgos climáticos de la Península están determinados por la influencia de las borrascas y de los anticiclones provenientes del Atlántico y por las condiciones meteorológicas que se generan en la cuenca del Mediterráneo. En España se dan también especies de flora y fauna características de Europa y África. En el norte de España se encuentran formaciones arbóreas europeas, con especies como el abeto blanco, el haya o el roble; en el sur y el levante peninsular crece de forma espontánea el palmito, una planta típicamente africana. En el plano humano, en España se han asentado desde la Antigüedad pueblos de diversa procedencia (fenicios, griegos, romanos...), algo semejante a lo que ocurre en la actualidad, lo cual acentúa este carácter de España como lugar de encuentro. Así lo demuestran los flujos migratorios procedentes, en la actualidad, de África o América Latina. En cuanto a la posición geoestratégica de España conviene decir que ésta deriva de su situación y de su posición geográfica de primer orden para entablar relaciones de todo tipo con países de dos continentes tan dispares como son África y América.es el país europeo más próximo al continente africano, por lo que se ha dicho en muchas ocasiones que el estrecho de Gibraltar, más que frontera, es un puente que une África con Europa a través de España, así lo demuestran la multitud de embarcaciones que intentan atravesarlo. Por ello, en el terreno comercial y económico, la presencia de España es muy intensa en los países norteafricanos. Se trata, pues, de relaciones humanas, económicas y políticas que se producen en ambas direcciones. No son menos importantes las relaciones que mantiene España con el continente americano. Conviene destacar que España controla uno de los pasos por los que discurre la navegación marítima en el sentido de los paralelos Por otro lado, la posición de las islas Canarias y la situación de los puertos españoles del litoral atlántico, próximos al circuito de las corrientes marítimas que facilitan la navegación por este mar, son elementos que refuerzan este carácter de avanzada o lanzadera que tiene España en las relaciones con el continente americano. 2
Esta situación geoestratégica y los indicadores sociales, económicos, etc. hacen que la situación de España en el mundo sea la de un país reconocido como potencia comercial, industrial y de servicios que mantiene su mayor actividad económica en el seno de la Unión Europea a la que aporta una importante dimensión cultural, además de su componente de mediterraneidad que equilibra sus componentes atlánticos, nórdico y central. Por su proyección en África y América, España tiene una gran presencia en el mundo participando en organismos internacionales y ejerciendo influencia en el mundo con la voluntad de ser espacio de encuentro entre pueblos y civilizaciones. De todo lo anteriormente tratado, la singularidad de España, su situación, posición, etc. que confieren unidad a la Península, derivan una serie de contrastes de todo tipo: Contrastes litológicos. Encontramos tres dominio diferenciados: iberia silícea, la caliza y arcillosa. Contrastes geomorfológicos: la historia geológica de España ha conformado varios tipos de relieve desde macizos antiguos, montañas jóvenes, depresiones y llanuras litorales. Contrastes climáticos: vienen dados por las diferencias en el régimen térmico y pluviométrico entre el interior y la periferia por un lado y entre las fachadas atlánticas y cantábrica respecto al resto del país, por otro. Contrastes biogeográficos: la diferencia entre España húmeda y España seca condiciona la variedad de vegetación desde formaciones boscosas a otras adaptadas a la sequedad. De igual manera encontramos contrastes humanos: Contrastes en paisajes agrarios: España atlántica, España mediterránea y España interior con distinto paisaje rural en lo que a cultivos y forma de explotación de la tierra se refiere. Contrastes en el sistema de asentamiento: diferencias entre España interior y periférica o España septentrional o meridional tanto si hablamos de poblamiento rural como urbano. C. Ordenación territorial de España: Un país como España, con una fuerte personalidad y grandes contrastes de todo tipo necesita dividir su territorio, estableciendo unos límites que lo hagan operativo, nace así el concepto de Región. Podemos definir una región como un espacio que posee unas características específicas y homogéneas, ya sean físicas, históricas o socioeconómicas que las distinguen del resto de las unidades espaciales. Las regiones han sido estudiadas siguiendo diferentes criterios, lo que ha dado lugar a una especialización, pudiendo distinguirse entre diferentes tipos regionales: 3
Regiones naturales: Unidades territoriales determinadas por su relieve, clima y vegetación. Región septentrional. La Meseta El Valle del Ebro Región Mediterránea Islas Canarias. Regiones históricas: Aquellas que tienen un pasado común. Las regiones históricas españolas son: País Vasco, Asturias, Galicia, castilla La Vieja, León, Castilla la Nueva, Extremadura, Aragón, navarra, Cataluña, Murcia, Baleares y Canarias. A partir de la constitución aprobada en 1978 España se constituyó en un estado integrado por 17 comunidades autónomas y dos ciudades autónomas. 3.1. Las Regiones españolas a través de la historia: La evolución histórica ha tenido y tiene mucha importancia en la configuración regional de la península Ibérica. En el periodo prerromano España estaba formada por multitud de agrupaciones políticas. El occidente peninsular estaba fragmentado en Estados tribales, mientras que la zona meridional estaba organizada en ciudades estado. Bajo la dominación romana se da la primera unificación política. Durante esta larga etapa, Hispania fue considerada por los romanos como una provincia (colonia) más bajo su dominación. En el 197 a.c el Imperio Romano dividió a la península en la Hispania Citerior, que se extendía por el valle del Ebro y la costa levantina, y la Hispania Ulturior, que abarcaba el sur peninsular. En el año 27 a. C el emperador Augusto realizó la división del territorio español en provincias: Hispania Citerior tarraconense (con capital en Tarragona); Hispania Ulterior baetica (Actual Andalucía) e Hispania Ulterior Lusitania (Portugal y zonas de Extremadura y Salamanca. Con capital en Mérida). En el siglo IV Hispania fue definitivamente divida en las siguientes provincias: Gallaecia, Tarraconense, Lusitania, Cartaginense y Betica. Durante la dominación visigoda (año 409) perduraron los rasgos de la Hispania Romana, y no será hasta el reinado de Eurico cuando el reino visigodo se consolide como entidad política y jurídica y podamos hablar del primer Estado nacional hispano. La Reconquista sentará las bases de la distribución de las actuales regiones. En esta etapa es cuando aparecen los nombres de los territorios actuales: Castilla, Cataluña, León, Asturias, Galicia, Navarra, Aragón y Portugal. A finales del siglo XV, bajo el gobierno de los RRCC y tras la conquista de Granada y la anexión de Navarra se alcanzó la unidad política. Aunque en realidad cada reino mantenía su independencia jurídica. 4
A lo largo de los siglo XVI y XVII se desarrolló la monarquía de los Austria, basada en la hegemonía castellana. En el siglo XVIII, con Felipe V se inicia una intensa centralización. Impondrá un modelo unitario y centralista a través de los Decretos de Nueva Planta (año 1707) creando nuevas delimitaciones administrativas, llamadas corregimientos. A partir de 1718 el territorio se distribuirá en nuevas unidades administrativas: intendencias y provincias. A lo largo del siglo XIX entra en crisis el planteamiento territorial anterior. Las Cortes de Cádiz proponen una división provincial y municipal para dotar a la nación de una organización moderna. En la Constitución de 1812 se recogía la división del territorio en provincias. En 1833 se materializa la división provincial de España gracias al ministro de fomento Javier Burgos. Esta división se basaba en la idea de que era necesario organizar de manera unitaria en todo el territorio la intervención del gobierno y de las instancias administrativas. La división se hizo el cuarenta y nueves provincias. 3.2. La formación de las autonomías Este proceso tuvo su origen antes de la aprobación de la constitución, cunado la II República reconoció como autonomías a Cataluña, País vasco y Galicia (regiones históricas) y otras como Andalucía y Extremadura, con una personalidad muy acusada se organizaron interiormente, dando lugar al estado preautonómico. Una vez aprobada la constitución esta establecía varias vías para acceder a la autonomías: Vía Rápida: para las regiones histórica. Vía artículo 151. Utilizada por Andalucía. Vía Lenta: por la que entrarían el resto de las comunidades, que accederían a las competencias autonómicas de forma más pausada. Desde 1979 a 1983 fueron aprobados todos los estatutos de autonomías. España dejaba de ser un estado unitario y centralizado con capital en Madrid, para convertirse en un Estado de las autonomías. En cada estatuto de autonomía fue definida la entidad política, cultural e histórica de la comunidad propia, se determinó el tipo de administración política y se aprobó el himno, la bandera y el escudo autonómico. 3.3. Organización político- administrativa de España: Así, desde 1983 queda configurado un mapa autonómico definitivo compuesto por diecisiete comunidades autónomas y dos ciudades autónomas, cada una de ellas con sus respectivos estatutos. Las comunidades tienen competencias originales otorgadas por la constitución, a la que se le han ido sumando otras transferidas por el estado central, como la sanidad, los servicios sociales, la educación, el territorio, los transportes, el patrimonio cultural, etc. 5
Como consecuencia de estas transferencias, las instituciones que existen en casi todas las comunidades autónomas son las siguientes: Asamblea legislativa o parlamento autonómico: elegido por sufragio universal, controla el poder ejecutivo y el gobierno autonómico. La Junta: es el poder ejecutivo que emana del parlamento, compuesto por el presidente y el consejo de gobierno. Consejerías: llevan las diversas áreas de gobierno. El poder judicial es independiente de los anteriores y sus competencias corresponden al Estado. 6