"Dígalo Con Nudos (i)" (*)vii Jornada De Carteles De La Efba. 5 Y 6 De Septiembre De 2003. Adriana Bauab De Dreizzen El arte de hacer nudos, culminación de la abstracción mental y de la manualidad a un mismo tiempo, podría ser considerada la característica humana por excelencia tanto como el lenguaje o más aún... (Italo Calvino, en Dígalo con nudos del Libro Colección de Arena) De los comienzos Traje ese epígrafe ya que en ese texto el autor, evidentemente atravesado, por la lectura de la experiencia del empleo del nudo borromeo que hace Lacan en sus seminarios, intenta en este notable ensayo, y tal vez parezca un exceso, hacer hablar a los nudos en lo que ellos tienen para decir. Quiero comentar primero algunas reflexiones que me suscitó una interesante pregunta que nos efectuara Ricardo Rodríguez Ponte en la reunión de Escuela del martes pasado. Hay cosas que puedo decir con el nudo que no podría decir de otro modo? Lo primero que me surge es responder que no lo sabemos, pero intuimos que sí. Lo cierto es que Lacan luego de que en una cena,un comensal le comentara que el matemático Guilbaut lo había presentado en sus clases, y que había servido de blasón a la familia italiana de los borromeos, en el siglo XV, lo presenta el 9 de febrero de 1979, en el seminario "Ou pire", y a partir de entonces no lo soltó, continuó trabajando, haciendo nudos, para decir la clínica. Blasón de los Borromeos deviene sello de la enseñanza de Lacan en los sucesivos seminarios, particularmente desde RSI, en adelante. Como Lacan lo señala, le viene como anillo al dedo para continuar. Enfatiza que ha sido conducido a la mostración del nudo, cuando lo que buscaba era una demostración de un hacer, del hacer psicoanalítico Según Jean Claude Milner ( la Obra clara), el nudo borromeo y los matemas que en él se ubican abren la vía regia del psicoanálisis en su relación con la ciencia contemporánea. De - Página 1 de 5 -
hecho abre la perspectiva al diálogo con matemáticos, topólogos y lógicos. Si hoy los deudores de su enseñanza, adscribimos a una clínica llamada lacaniana, que dice que "el analista para producir efectos, es el analista que a esos efectos los teoriza" y si pensamos a la clínica psicoanalítica como el territorio, la dit mansión de teorización sobre la práctica, su formalización, su escritura. Podemos prescindir hoy de la escritura que el nudo ofrece, para decir la clínica? Por eso cuando nombramos al cartel " El nudo en la clínica", decíamos de una clínica vertebrada por lo real, lo simbólico y lo imaginario y los modos de anudamiento que su escritura presenta. En topología, una línea cerrada sumergida en el espacio determina un nudo. Llamamos nudo borromeo a una cadena de tres líneas, o hilos o consistencias. De allí el término cadenudo con el que se lo denomina. Lo que llamamos nudo borromeo es una cadena, sin embargo lo que insiste, en esto de nombrarlo nudo es la estructura nodal del sujeto que dicha cadena representa. El nudo es una escritura de lo real de la estructura. Como dice Carlos Ruiz en la última Imago Agenda (agosto de 2003), una escritura se establece cuando una convención de lectura, permite leer en las marcas algo de la estructura. Del nudo de 4 al de 3: una apuesta de Lacan En la clase del 13 de enero del 75, Lacan propone que Freud, ya sabía de los tres R,S, I pero que están en una deriva incierta por eso debe agregarles un cuarto la realidad psíquica, complejo de Edipo o como lo llama, más adelante el nombre del padre. La tarea del análisis es hacer este 4to. implícito. De este modo se tiende a reducir un nudo de 4 cuerdas a uno de 3 cuerdas. Para que ello suceda es preciso que lo real en dos puntos pase por encima (surmonte) de lo simbólico. Así es el anudamiento que cumple la condición borromeica y que reduce la realidad psíquica condicionada por el complejo de Edipo. Aquí comienza en el seminario un rodeo por la noción de nombrar y nominar y su relación con el sentido para retornar a pensar lo que el nudo nombra. Se refiere a la noción de sentido como lo que nombra (RSI 11-3- 75), y hace surgir la dit-mansión (el dicho mansión) de las cosas. Afirma que R, S, I son los nombres del padre, en tanto son los nombres primeros en tanto nombran algo. Homologa el dar nombre, con el dar - Página 2 de 5 -
sentido, crear la dit-mansión de las cosas, o sea la mansión del dicho de las cosas. El padre que nombra otorga sentido. A partir de aquí Lacan intenta abordar la cuestión de que además del nombrar, se supone otra operación, la nominación, como diferente de la operación de nombrar. Es la posibilidad de ir más allá de dar nombre a las cosas, es la posibilidad de anudar lo real a partir de lo simbólico. "Que sea de lo simbólico, que surja lo real, es eso la idea de creación" ( RSI 13-5-75) Introduce entonces un comentario sobre "El nombrar y la necesidad", un libro de Saul Kripke, en que el autor pone en relación la necesidad natural con la necesidad metafísica. Deberíamos hacer la salvedad que el nombrar del "naming" tal como fue traducido equivaldría a nominar y no a nombrar. Kripke hace una crítica a la tendencia que asimila los nombres a las descripciones y propone que los nombres son designadores rígidos. Quiere decir que hay una necesidad metafísica por nombrar, que excede la necesidad natural de que algo sea nombrado. Toma un ejemplo que es el vocablo inglés Darmouth, nombre de una localidad. Darm(es el nombre de un río), Mouth(desembocadura), aunque el río cambie su curso de modo tal que Darmouth, ya no estuviera situada en la desembocadura del Dart, igual podríamos seguir llamando Darmouth a esa localidad. Luego da el ejemplo de las Naciones Unidas, para burlarse de que las Naciones Unidas sean realmente naciones unidas, para desmitificar la idea de que los nombres representan propiedades dadas. Es decir, una propiedad fija una referencia mediante algunas marcas contingentes del objeto. El nombre que denota ese objeto sirve para referirse a ese objeto, aunque sobre él no recaigan ya dichas propiedades. El nombre es pasado por la tradición de eslabón en eslabón, podríamos decir desapropiado de sus propiedades. Lacan afirma hay un modo del nombrar que es el de poner nombre a aquello que es de lo real. Es el nominalismo, es la simbolización de lo real. Lacan opone al nominalismo, el realismo del nombre (a esto llama nominación) o realización de lo simbólico. "Es cuando la habladuría anuda algo de lo real. Entendemos por ello producir con un simbólico un real." Apertura de la cuerda al infinito Orientación del nudo Lacan propone la apertura de la cuerda de lo simbólico al infinito, como lo propio de la operación analítica, apuesta al inconsciente, en tanto saber en lo real. Procedimiento de vaciar goce, desprendimiento del objeto, efecto de leer a la letra que hace - Página 3 de 5 -
trabajar al significante. Si se detiene hace síntoma, efecto de lo simbólico sobre lo real, su inmixión. Por inercia la estructura tiende a girar de modo dextrógiro, campo de despliegue de la inhibiciónnominación de lo I, el síntoma- nominación de lo S y la angustia nominación de lo Real que embargan al sujeto. La orientación de la operatoria analítica es la levógira, en sentido contrario a las agujas del reloj. Es al final de RSI, que Lacan vuelve a hablar de la nominación como 4to, para en el seminario siguiente llamar Sinthome al 4to. Es decir reintroduce el 4to. nudo. Me pregunto, si comprueba a lo largo del seminario, que el 4to viene a remediar la imposibilidad de que lo real pase dos veces por arriba de lo simbólico. Entiendo que lo real pase por encima de lo simbólico en dos lugares, es la efectuación de lo que más adelante llama, "la realización de lo simbólico". Retomo aquí el texto de Italo Calvino, Dígalo con nudos, que cité en el epígrafe, en el comienzo nos recuerda que entre los caledonios los mensajes de paz y de guerra consistían en una rudimentaria cuerda preparada con la corteza de árbol, anudada de distintos modos. Una cuerda con un nudo marinero en un extremo significaba una propuesta de alianza militar. En cambio un nudo en torno a una pequeña antorcha apagada, es una declaración de guerra. Culmina el ensayo hablando del nudo borromeo de Lacan. Dice Calvino: según la idea geométrico-espacial que he conseguido hacerme; el espacio tridimensional tiene en realidad seis dimensiones porque todo cambia según que una dimensión pase por encima o por debajo de otra, o a la izquierda o a la derecha de otra como en los nudos. Y curiosamente relaciona esto con el saber hacer los nudos en numerosos oficios, Desde el marinero al cirujano, del alpinista a la costurera, del pescador al embalador, del fabricante de alfombras al afinador de pianos, Nos preguntamos Podemos incluir al analista en el arte de anudar? Tal vez sería demasiado pretencioso ligar el hacer analítico a la artesanía de los nudos sin embargo decíamos que Lacan para hablar del operar del analista en la clínica fue llevado a trabajar con cuerdas, a entretejer, hacer y deshacer nudos. La apertura de la cuerda en sentido levógiro es la apuesta de lograr un nudo de tres cordeles, en el que el sujeto ya no se presenta nominado por la inhibición, por el síntoma o la angustia. La apertura cava el recorte del objeto a en los tres cordeles, como goce de la falta. - Página 4 de 5 -
Real, simbólico e imaginario, de registros devinieron nudos, son los nombres del padre. Con sus falencias, dicen de una estructura en que el sujeto se nomina desde la inhibición, el síntoma y la angustia. Cabría otra nominación para el sujeto, en que un trozo de real se anude en su saber hacer, saber qué-hacer, remedio al desgarro inaugural del implante del signficante en el cuerpo? Operar con ellos en la clínica, R,S,I produce efectos en la estructura, pasaje de una dimensión tridimensional a otra, dimensión en la que una cuerda abierta al infinito proclama al sujeto, augura un nuevo anudamiento en el que un simbólico engendra un real, verdadera función creadora, realización de lo simbólico. - Página 5 de 5 -