VII-. ALIENACIÓN E IDEOLOGÍA EN EL PENSAMIENTO MARXISTA 1-.INTRODUCCIÓN Tras la muerte de Hegel la filosofía parecía haber alcanzado el máximo desarrollo posible: toda la realidad quedaba explicada por la razón y era producto de la razón (Idealismo); además dicha realidad era concebida dialécticamente: es dinámica, no tiene nada fijo sino que es una constante lucha de contrarios.sin embargo, pronto se forma la izquierda hegeliana que asimila el método dialéctico de Hegel pero se opone a u doctrina idealista: la base de la realidad no es lo abstracto, el absoluto o la idea sino lo concreto o material. Por otra parte, y desde el punto de vista histórico y social, el siglo XIX es la época de la revolución industrial que surge en Inglaterra con la invención de la máquina de vapor y desde donde se extiende a Francia, Alemania y los Estados Unidos, principalmente. El capitalismo se consagra definitivamente como sistema económico. La burguesía se impone; es la época del liberalismo que coincide con la independencia de los EEUU, la revolución francesa y la crisis del Antiguo Régimen. Estos dos factores, filosófico e histórico-social perfilan el ámbito en el que hay que situar el pensamiento marxista. Aunque hay que matizar que el término marxista no es unívoco, pues además de designar la doctrina de K. Marx, alude también a la obra conjunta de Marx y Engels y a las lecturas que se han hecho de su doctrina a partir de Lenin: Althusser, Sartre, Escuela de Francfort Adorno, Horckeimer, Habermas y Marcuse- Lukács, Bloch y Gramsci. 2-. CONTEXTO HISTÓRICO. (ampliar) La época que vive Carlos Marx (1818-1883) es una época revolucionaria en lo económico, lo social, lo político y lo cultural. Desde el punto de vista social y económico, la definitiva sustitución del feudalismo por el capitalismo como modo de producción dominante a escala mundial, se traduce en el desarrollo libre del mercado y en su creciente complejización.; y también en la sustitución de la servidumbre por el trabajo asalariado contratado en el mercado. Sociológicamente, Europa se transforma: hay que hablar ya de clases sociales (la sociedad estamental ha desaparecido). Es la burguesía capitalista e industrial la que triunfa, a su lado aparece el proletariado, que lentamente cobra conciencia de su situación. Crecen las ciudades, donde se instalan las nuevas industrias necesitadas de mano de obra, y su configuración revela la nueva estructura social: hay barrios burgueses y barrios en los que se hacina el proletario. Paralelamente se despliegan desarrollos históricos igualmente revolucionarios: en el dominio demográfico y tecnológico, en el político y social, y en el pensamiento mismo. El despegue demográfico se debe al desarrollo técnico e industrial, que permite mejorar la higiene, la alimentación y la salud humanas. La época de la revolución industrial es la época en la que el capitalismo se consolida a escala mundial, el sistema fabril se generaliza en las naciones más dinámicas, y la industrialización se extiende a la siderurgia, el ferrocarril y la navegación a vapor hasta constituir la infraestructura necesaria para la existencia de un auténtico mercado interior y un mercado mundial en expansión. Es la época también de procesos políticos tan revolucionarios como la independencia de los Estados Unidos de América, la revolución francesa, las guerras napoleónicas y la 1
independencia de las naciones iberoamericanas y, en fin, la época de la superación definitiva del feudalismo. Dentro del pensamiento los intelectuales más progresistas denunciarán las formas más inhumanas del trabajo asalariado (las largas jornadas extenuantes; el trabajo de mujeres y niños). Los partidos democráticos lucharán por el estado liberal e impulsarán las reformas liberales. También se irá formando el movimiento obrero con sus primeros sindicatos y partidos. Finalmente hay que señalar que en el siglo XIX se produce una gran difusión de la cultura a través de la lucha contra el analfabetismo, la obligatoriedad de la enseñanza primaria y el auge de la prensa, las costumbres tienden a secularizarse y las ciencias positivas tienen un gran auge. 3-. FUENTES Y SENTIDOS DEL MARXISMO. Según Lenin las tres fuentes de la obra de Marx fueron: - La filosofía clásica alemana (sobre todo Hegel y Feuerbach). De Hegel asimila la concepción dialéctica de la realidad como conflicto, lucha, pero no admite que esa lucha se produzca entre ideas sino entre realidades concretas (clases sociales). A Feuerbach comienza admirándole para después pasar a criticarle por su visión mecanicista del materialismo (la realidad la reduce a la naturaleza pero en ésta sólo hay causas mecánicas y monótonas) y por haber ignorado el verdadero fundamento de la religión. - La economía política inglesa (Adam Smith y David Ricardo), de la cual asimila los medios de análisis de la realidad económica: conceptos como trabajo, capital, mercancía, salarios, plusvalía, oferta-demanda, etc...contra los economistas ingleses, Marx defiende que las leyes que regulan la producción y distribución de mercancías en el capitalismo no son naturales sino leyes coyunturales condicionadas por la existencia de propiedad privada. El capitalismo no es la culminación de la economía sino sólo una fase de transición hacia la sociedad comunista. - El socialismo utópico (Owen, Fourier y Proudhon) que consideraba que la transformación de la sociedad requería sólo buena voluntad. Frente a este planteamiento, Marx defiende que la acción revolucionaria debe estar dirigida y fundamentada científicamente. Y todo ello en conjunción con la situación del proletariado en la nueva sociedad industrializada. Estas tres fuentes del marxismo configuran distintos sentidos o interpretaciones del mismo. En primer lugar la doctrina de Marx tiene un significado político, pues representa una praxis revolucionaria orientada hacia la emancipación de la humanidad, completando así el proceso que se inició con la Ilustración. Como se recoge en la célebre undécima tesis sobre Feuerbach: Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo. Dada la actual sociedad injusta el cambio es una obligación moral. Pero para poder transformar la sociedad en la dirección deseada es necesario comprender con precisión cómo ha surgido esta sociedad, mediante qué procesos se ha constituido y cuáles son las leyes que rigen el cambio y la dinámica de las sociedades. No basta con querer transformar la sociedad; es preciso saber cuáles son los mecanismos que regulan su comportamiento. Por ello, el marxismo es, en segundo lugar, una crítica de la economía capitalista. Y ambos aspectos, político y económico, se incluyen dentro de una concepción filosófica que es crítica con la tradición y que pretende aportar nueva luz sobre los hombres y 2
las sociedades. 4-. LA ALIENACIÓN Para Marx el sujeto de la historia y también el objeto de la filosofía es el hombre concreto, real, sin embargo constata que este hombre se encuentra alienado. Alienación (Entfremdung, Entaüsserung) es un término originario de Hegel que significa extrañamiento, sentirse como otro. Un ser está alienado cuando pierde algo que le pertenece y deja de ser lo que es para pasar a ser otro; entonces está fuera de sí y no se pertenece a sí mismo. Este concepto es asimilado por Feuerbach quien lo aplica en lugar de a la Idea al hombre: el hombre está alienado por la religión, porque aspectos que le pertenecen (bondad, justicia, verdad...) se los ha atribuido a un ser que él mismo ha creado, Dios y al que considera como un poder superior y extraño. Pues bien, lo que hará Marx será generalizar este concepto de alienación para aplicarlo no sólo a la religión sino también a la política, la filosofía y, fundamentalmente, a la economía. Marx considera que la situación social existente no responde a lo que sería adecuado y satisfactorio para el hombre. Por qué el hombre se ha resignado a que no se cumplan sus aspiraciones? Marx dice que en la sociedad actual hay una serie de mecanismos que ocultan y compensan la miseria real del hombre. Ante este problema la filosofía tiene que dejar de ser especulativa para ayudar al hombre en su realización. La filosofía tiene que ser una crítica de todas las ilusiones que se ha creado el hombre, un crítica contra toda alienación. a) Alienación religiosa. Para Marx la religión es una proyección de las necesidades del hombre y de sus anhelos en un mundo distinto del mundo real. La religión es un testimonio de la miseria real de los hombres, y el hombre, que ha elaborado la religión para resolver sus problemas, ignora por qué tiene tales problemas. Es decir, la religión es el opio del pueblo, un instrumento para superar momentáneamente su situación inhumana y produce alienación porque algo propio del hombre es proyectado fuera de él en un mundo ficticio. Además las religiones, una vez surgidas, se transforman en una fuerza social al servicio de la clase dominante contra las clases dominadas para convencerles de que su situación es natural y el sufrimiento que conlleva será recompensado. Sin embargo, la alienación religiosa es una alienación secundaria que desaparecerá cuando se elimine la verdadera alienación, la alienación económica. b) Alienación económica Para Marx "la vida de la especie es la vida productiva". Producir es la actividad esencial de los humanos, lo que nos distingue de otras especies. Producir significa transformar la naturaleza, y al transformar la naturaleza, el hombre expresa su rasgo esencial: el hombre no toma de la naturaleza las cosas que necesita para sobrevivir sino que deliberadamente busca modificarla. La relación entre el hombre y la naturaleza no es contemplativa sino transformadora: el hombre no está ante la naturaleza con una actitud de contemplación sino que la percibe como algo que le exige intervenir, actuar. El trabajo es el concepto primario para entender al hombre, y Marx rechaza las caracterizaciones del hombre que han llevado a cabo los filósofos y que lo reducían a ser un objeto que simplemente veía y se representaba la realidad. El trabajo, en el sentido de actividad productiva libre es donde el hombre expresa su humanidad. Todo lo producido de este modo -un vestido, una estatua, una casa- es la 3
esencia misma del hombre convertida en un objeto físico: el hombre revela su humanidad mediante el trabajo, mediante la transformación de la naturaleza para satisfacer sus necesidades. El trabajo se convierte en una actividad alienada y alienante cuando los hombres producen objetos sobre los cuales ya no ejercen ningún control, ya que los objetos pasan a pertenecer al capitalista que emplea al trabajador. Además, el objeto producido se vuelve contra su creador y sirve para su propia explotación y sometimiento, puesto que sirve para enriquecer al capitalista y así aumentar el poder de éste para imponer su voluntad al trabajador: mientras más trabaja el obrero, más poderoso se vuelve el mundo ajeno de los objetos que produce y que opone a él, y más pobre se vuelve él mismo. De este modo, la actividad productiva se convierte en una "actividad bajo dominación, coerción y el yugo de otro hombre". El objeto así producido se convierte en algo ajeno y hostil a su creador; el capitalista se convierte, también, en un ser ajeno y hostil, no un miembro de una misma especie. Por ello, el trabajo alienado no es una actividad gratificante para el hombre, como debería serlo si expresara su humanidad: "Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo... Por eso el trabajo no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo En consecuencia, el hombre (obrero) sólo se siente actuando libremente en sus funciones animales tales como comer, beber, procrear..., mientras que en sus funciones humanas no es nada más que un animal. Por otra parte, los seres humanos, en vez de relacionarse entre sí cooperativamente, se relacionan competitivamente; el amor y la confianza mutua se ven reemplazados por el comercio, el intercambio y la desconfianza. Marx concluye que la propiedad privada es la consecuencia del trabajo alienante y considera que sólo el comunismo entendido como supresión de la propiedad privadapermitirá la eliminación de todas las alienaciones y la humanización del hombre. La alienación económica es la base de toda alienación; además de la alienación religiosa se produce también una alienación social (división de clases), política (división entre sociedad civil y estado ) y filosófica (la filosofía sólo interpreta la realidad y lo hace falsamente). La alienación no es para Marx natural, sino histórica, es decir, resultado de una determinada organización social y económica. Para superar esta situación es necesario: 1. Una teoría científica de la sociedad y de la historia. 2. La transformación práctico-política de la realidad social. 5-. LA IDEOLOGÍA La ideología es el conjunto de representaciones (ideas, imágenes, símbolos, mitos...) y valores de la sociedad en un momento dado La ideología dominante en cada momento corresponde a la ideología de la clase dominante y se convierte en una forma de ver el mundo que satisface los intereses de los explotadores y que justifica el orden económico y social vigente. La ideología es una falsa conciencia, una representación inadecuada de la realidad y de los mecanismos ocultos que regulan la maquinaria de la sociedad. Además esa falsa conciencia sirve para mantener los privilegios de los poderosos: la ideología tiende a presentar como natural e inevitable la apropiación de la plusvalía por parte de los capitalistas a fin de que los explotados la acepten y no se rebelen contra esa situación: "siempre ha habido ricos"; "es lógico y natural que el amo se lleve una parte de la cosecha; al fin y al cabo, es el dueño de la tierra". Estas son expresiones comunes que manifiestan la asunción de la ideología dominante por parte de los dominados. La ideología se constituye en la culminación del proceso de alienación. 4
6-. EL MATERIALISMO HISTÓRICO. El materialismo histórico (Histmat) es el pensamiento de Marx como análisis histórico de la sociedad basándose en los factores económicos o modos de producción. En este sentido se opone a visiones idealistas que afirman que son las ideas las que mueven y dirigen los cambios humanos y las visiones subjetivistas que sostienen que son los grandes hombres y sus hazañas las que determinan los cambios sociales. Según el materialismo histórico, es la actividad productiva y práctica de los hombres la que juega un papel fundamental y decisivo en la evolución social: la moralidad, la religión, la filosofía y el resto de las ideas son hechos derivados a partir de lo que los hombres hacen cuando producen objetos. No es la conciencia del hombre quien determina su ser, sino que es el ser social lo que determina su conciencia. Las ideas son, por tanto, dependientes de las condiciones materiales y sociales en las que los hombres llevan a cabo su hacer: dime qué y cómo produces y te diré cómo piensas, en qué crees, cómo son tus leyes. Marx comienza afirmando que la producción de bienes es una producción material y social. Los hombres arrancan a la naturaleza sus bienes y luego elaboran e intercambian esos bienes para satisfacer sus necesidades. En la producción de bienes, los hombre entran a formar parte de un entramado de relaciones que son independientes de su voluntad y que generan formas de pensar determinadas. Los términos que utiliza Marx para describir la estructura productiva de una sociedad determinada son los siguientes: a) Fuerzas productivas: Fuerzas productivas: en general, es todo aquello necesario para la transformación de la naturaleza en objeto útil para la acción humana. Estas fuerzas productivas se concretan en los siguientes aspectos: - El objeto de trabajo es la materia a la que se aplica el trabajo. La materia se denomina bruta si no está manipulada y prima si es artificial o ha sido previamente manipulada por el hombre. - Los medios de trabajo son los utensilios, herramientas, las máquinas, es decir, el conjunto de instrumentos que el hombre precisa para producir. - La fuerza de trabajo es la energía humana empleada en el proceso de trabajo. El resultado de las fuerzas productivas es el producto que es cambiado o vendido al mercado y que en la medida que responde a una necesidad humana tiene un valor de uso. c) Relaciones de producción: En la producción, los hombres no trabajan aisladamente, sino que actúan en común. Las relaciones de producción dependen de los agentes de la producción y de los medios de producción. Se pueden distinguir dos tipos de relaciones. - Relaciones técnicas: se establecen entre el agente y el medio y son las distintas formas de control que el agente establece sobre el proceso de trabajo. Los tipos de control según las diversas formas históricas de producir son: el proceso de producción individual; el proceso de producción cooperativo simple, y el proceso de producción cooperativo complejo - Relaciones sociales: son los vínculos que se establecen entre los hombres que participan en el proceso de producción.. Y dos han sido las formas históricas de esta relación: explotador-explotado (los propietarios de los medios viven del trabajo de los no propietarios) y colaboración recíproca (propiedad colectiva). 5
c) Modo de producción Modo de producción es el sistema global que abarca la unidad inseparable de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Marx distingue entre el modo de producción primitivo (comunismo primitivo), el esclavista, el feudal, el capitalista y el socialista.. Las fuerzas productivas y las relaciones de producción constituyen conjuntamente lo que Marx llama infraestructura económica, la base material sobre la que descansa el resto del edificio social. Sobre la infraestructura se sitúa la superestructura que el conjunto de ideas religiosas, morales, filosóficas, políticas y jurídicas que configuran la conciencia social, es decir, las formas de percibir y pensar la realidad propias de una sociedad (ideología). La tesis central del materialismo histórico sostiene que la infraestructura económica determina la superestructura ideológica. La conciencia no es más que un fiel reflejo, un eco de las relaciones en que entran los hombres al producir bienes: " El molino manual proporciona una sociedad con un señor feudal; el molino a vapor, una sociedad con un capitalista industrial". Es decir, cuando las fuerzas productivas están desarrolladas al nivel del molino manual, las relaciones de producción típicas serán las de siervo-señor. La superestructura correspondiente será una religión autoritaria basada en la noción del Padre y una moral fundamentada en los conceptos de lealtad y obediencia. Todos estos son los valores y las ideas exigidas por las relaciones de producción, de modo que las formas de pensar se ajusten a ellas. Cuando se inventa el molino a vapor, las relaciones feudales de producción entran en contradicción con el nuevo invento técnico: constituyen un impedimento para su aprovechamiento óptimo. El uso más eficaz de la máquina de vapor requiere otro tipo de relaciones de producción; la mayor eficacia de la máquina de vapor se da en grandes factorías que requieren una concentración de trabajadores libres, es decir, que no estén atados de por vida por lazos de lealtad a sus amos. Si las relaciones de producción no cambiaran, el nuevo invento y todo su potencial serían desaprovechados. De este modo, con la aparición del molino a vapor, la relación amo-siervo se viene abajo y es progresivamente sustituida por la del capitalista-obrero. El cambio en las relaciones de producción acarrea, a su vez, un cambio en la superestructura ideológica, dando lugar a una religión basada en la libertad de conciencia, libertad contractual en lo jurídico y valores como el egoísmo y la competitividad. La concepción materialista de la historia afirma, pues, que son los cambios que ocurren en la infraestructura los que deciden cómo se va a pensar, y no al revés. Una cuestión muy debatida ha sido si la superestructura posee algún grado de autonomía, esto es, si está totalmente determinada por la infraestructura o bien sólo lo está parcialmente, teniendo un margen propio de maniobra. Se ha afirmado que los inventos técnicos no surgen inevitablemente sino que son fruto de la conciencia humana, del saber humano, en definitiva de las ideas. Por lo tanto, las ideas influyen en el cambio social a través de la ciencia y su aplicación tecnológica. La opinión de Marx parece ser que, si bien ocasionalmente las ideas irrumpen en la historia influyendo en su curso (por medio de algún invento), una vez que el nuevo invento ha echado raíces, el proceso causal que él señala resulta inevitable. El modo de producción capitalista En el sistema capitalista Marx constata la existencia de una contradicción o lucha entre los propietarios de los medios de producción (burgueses) y las fuerzas de producción (proletarios). Como consecuencia de la división del trabajo el asalariado es separado del producto por él realizado y lo que recibe a cambio no se corresponde con la transformación real realizada sino con el tiempo invertido en efectuarla. Y es aquí donde hay que situar la aparición de la plusvalía como verdadero motor de la economía capitalista: la diferencia entre lo que paga el propietario al trabajador y el precio final por el cual él vende los productos genera la 6
ganancia de la que se apropia el empresario. El capitalismo es una economía basada en el intercambio: el objetivo es comprar para vender más caro (D-M-D ). Los precios de las mercancías están regulados por la ley de la oferta y la demanda; esa ley de la abundancia y la escasez nos explica el alza o la baja de los precios de las mercancías, pero no su valor intrínseco. Para abolir el sistema capitalista, y con ello la alienación y desigualdad que conlleva, Marx propone un proceso revolucionario que debe pasar por las siguientes fases: -1. Etapa democrática: se caracteriza por la dictadura del proletariado como consecuencia de la toma del poder político. -2. Etapa socialista: posee un carácter económico y en ella se tiende a la supresión gradual de las clases sociales. -3. Etapa comunista: representa la culminación del proceso revolucionario y en ella se produce la abolición de la propiedad privada. La sociedad sin clases y la extinción del Estado como defensor de los derechos de una minoría. En cualquier caso, es necesario subrayar que en el pensamiento marxista hay una contradicción nunca resuelta de modo satisfactorio entre las siguientes tesis: El proceso de transformación de la sociedad capitalista hacia una sociedad comunista (revolución) es inevitable, puesto que responde a una ley necesaria de la historia. El proceso revolucionario exige el concurso organizado, consciente y voluntario de los más desfavorecidos (proletariado), es decir, la transformación social no se realiza por sí sola. Ambas tesis contrapuestas aparecen en Marx lo que ha dado lugar a diferentes interpretaciones acerca de un punto crucial en su doctrina. En la primera tesis, se defiende un punto de vista determinista y se corresponde con las obras más científicas de Marx (El Capital), aquellas en las que pretende estudiar los mecanismos reales de los procesos sociales. La segunda tesis da una imagen voluntarista de Marx y se corresponde con las obras en las que Marx analiza los procesos que se estaban viviendo en Francia en la Revolución de 1848 y posteriormente en la Comuna de París en 1871. Para Marx, el capitalismo supone un avance sobre el feudalismo, pero no es la última fase en la evolución social. Aplicando esquemas hegelianos mantiene que el capitalismo posee en su propio seno las semillas de su propia destrucción o superación. Según Marx el capitalismo produce necesariamente los siguientes efectos que conducen inevitablemente a su caída: 1) La diferencia de ingresos entre capitalistas y obreros tenderá a aumentar. 2) Los pequeños productores autónomos desaparecerán, viéndose forzados a formar parte del proletariado: cada vez habrá menos ricos y más pobres (proletarización creciente). 3) Los salarios caerán en picado, pues habrá mayor número de obreros, reduciéndose hasta el nivel de la mera subsistencia (pauperización creciente). 4. La tasa de beneficio caerá, pues no habrá quien pueda comprar los bienes producidos. 5) El capitalismo se colapsará debido a estas contradicciones internas que surgen del propio capitalismo. 6) Habrá revoluciones y estallidos sociales en los países desarrollados industrialmente que es donde se darán estas circunstancias. La razón básica de todo esto reside en la incapacidad esencial del capitalismo para propiciar innovaciones tecnológicas que incrementen la eficacia productiva. Según Marx, esto es debido al desperdicio de talento humano provocado por la alienación característica del capitalismo: la innovación técnica, aunque imprevisible, resulta más probable cuanto mayor es el número de hombres cuyas potencialidades se aprovechan. La historia no ha dado la razón a Marx, fundamentalmente por haber subestimado la capacidad de creación de nuevas tecnologías por parte del capitalismo, que sí supo aprovechar 7
el avance de la ciencia que se produjo en el siglo XIX. Por otra parte, el Estado ha ido adquiriendo en las sociedades capitalistas un papel activo, orientado a atenuar y corregir los desequilibrios internos del capitalismo clásico (keynesianismo). Las revoluciones inspiradas en el pensamiento de Marx se han producido en países poco o nada industrializados, lo que ha dado lugar a un "socialismo de la pobreza" que Marx no fue capaz de vislumbrar. Debido a esto, las fases de la evolución hacia la sociedad comunista no se han seguido, lo que ha propiciado la aparición de regímenes dictatoriales y autoritarios que pretendían imponer por la fuerza lo que Marx pensaba que era el deseo de la mayoría de la población. 7-. EL MATERIALISMO DIALÉCTICO. El materialismo dialéctico, junto con el materialismo histórico, constituyen las dos teorías que conforman la filosofía marxista. El materialismo dialéctico es la filosofía de la naturaleza y el materialismo histórico la filosofía de la historia. El materialismo dialéctico (Diamat) no fue desarrollado por Marx sino por Engels en sus obras Anti-Dühring y Sobre la Dialéctica en la Naturaleza. Para Marx y Engels, ser materialista significa "considerar que la naturaleza es lo primario", mantener que la materia es independiente y que lo mental se desarrolla a partir de lo material: las formas de pensar, las formas de conciencia deben explicarse en términos físicos Ambos se oponen al materialismo mecanicista de los siglos XVII y XVIII, por considerar que no explica el cambio y la evolución de la realidad. Ellos pretenden construir un materialismo que reconozca el proceso y el desarrollo de lo nuevo a partir de elementos más simples, mientras que el mecanicismo es incapaz de explicar la aparición de entidades cada vez más complejas en la naturaleza. Para ello adoptaron en líneas generales la dialéctica hegeliana y su tesis central de que lo real es contradictorio. El materialismo dialéctico ve el mundo como un proceso en el que emergen fenómenos y entidades nuevas. Estas realidades emergentes son más complejas que las anteriores, contienen más riqueza y son el resultado de las realidades más simples según los principios o leyes de la dialéctica: Ley de la transformación de los cambios cuantitativos en cambios cualitativos: ley del "salto cualitativo". Según este principio, pequeños cambios cuantitativos en un objeto producen, en un momento dado, llamado punto nodal, un cambio cualitativo. P.ej. el agua se calienta: hay sucesivos cambios cuantitativos (aumento gradual de la temperatura) que dan lugar a un cambio cualitativo (el agua pasa a ser vapor de agua Ley de unidad de los contrarios. La realidad es esencialmente contradictoria, oposición, tensión, lucha, tal como lo había visto Heráclito y afirma Hegel. Por ejemplo, un huevo; en el huevo coexisten dos fuerzas contrarias entre sí: la que tiende a que quede como huevo y la que tiende a que se convierta en un pollito. Desde este punto de vista el huevo está en oposición consigo mismo, contiene en sí su propia negación, puesto que contiene potencialmente al pollito y un pollito es un no-huevo. La idea de fondo procede de Hegel: el carácter cambiante de la realidad se debe a que las cosas poseen internamente un germen de negatividad, de contradicción, y es esta contradicción interna el motor que las impulsa a desarrollarse. Ley de la negación de la negación. La oposición de los contrarios, las dos fuerzas que se oponen entre sí en cada objeto, se supera con la aparición de un nuevo objeto o una nueva propiedad que recoge y sintetiza, provisionalmente, los contrarios. Lo hace provisionalmente porque a continuación, dará comienzo una nueva oposición y un nuevo ciclo dialéctico. Los principios o leyes dialécticos son optimistas, igual que la dialéctica hegeliana de la que proceden: la evolución del desarrollo de la naturaleza es siempre hacia formas más 8
perfectas, complejas e integradoras. Se identifica lo complejo con lo superior, lo simple con lo inferior. 8-. CONCLUSIÓN A pesar del importante influjo que recibe de la filosofía hegeliana, Marx criticó fuertemente a Hegel y sustituye su concepción idealista por una concepción materialista. Frente al imperio de la idea y la racionalidad como base de la realidad y del hombre, Marx sostiene que la realidad material (socio-económica) expresada en el trabajo es quien fundamenta la condición humana. En este contexto, la filosofía tiene que dejar de ser teórica para convertirse en práxis, es decir acción orientada intelectualmente que ayude al hombre en su realización y suprima toda alienación. Hegel fue el último en interpretar el mundo como razón; con Marx se inicia una nueva visión donde lo racional depende de lo material. VOCABULARIO - Alienación - Dialéctica Fuerzas de producción -.Ideología -.Infraestructura -. Lucha de clases Materialismo histórico y dialéctico.- Modos de producción -. Plusvalía -. Relaciones de producción -. Sociedad sin clases -.Superestructura 9