Reporte Semanal 12 de enero de 2018 Volumen 2, N 255
Más empleo, pero menor crecimiento En noviembre pasado el IGAE presentó un aumento anualizado de 1.5%. La tasa de desocupación en diciembre fue de 3.1% a nivel nacional. Los meses finales de 2017 se vieron marcados por un ritmo de crecimiento económico inferior al observado por lo menos en los últimos dos años previos. Sin embargo, un comportamiento distinto se presentó en la tasa de desocupación nacional, ya que durante el año pasado registró uno de los niveles más bajos de los últimos 14 años. De esta forma, se podría inferir que los empleos generados en los períodos recientes no están aportando el valor agregado suficiente para detonar un mayor ritmo de crecimiento económico. Durante el mes de noviembre pasado el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) exhibió un crecimiento anualizado de 1.5% impulsado por los incrementos reportados en las actividades primarias (8.9%) y en las actividades terciarias (2.6%). Por su parte, las actividades secundarias se ubicaron nuevamente en terreno negativo (-1.5%) acumulando con ello 6 meses consecutivos con caídas anualizadas. Si bien el desempeño del sector terciario ha mantenido al IGAE con una evolución moderada, su ritmo de crecimiento ha comenzado a moderarse, debido a los resultados recientes de la actividad comercial. El comercio al por mayor ha mantenido un crecimiento favorable, de hecho, el IGAE de noviembre para dicha actividad señaló un aumento anualizado de 6.2%, cifra ligeramente por debajo del 6.4% obtenido durante el mismo mes de 2016. No obstante, el escenario es contrastante al revisar los datos del comercio al por menor. En noviembre pasado, su IGAE mostró un crecimiento anual de 1.1%, resultado significativamente inferior al 9.7% reportado en igual mes de 2016. Sin duda, los altos índices inflacionarios registrados durante el año tuvieron un impacto importante en la evolución del comercio al por menor. Adicionalmente, otras actividades terciarias han exhibido un menor desempeño en términos acumulados en comparación con sus resultados de 2016, tal es el caso de los servicios de transporte, financieros, profesionales, educativos y de esparcimiento. Aun cuando el ritmo de crecimiento se vio mermado por las cifras negativas de las actividades secundarias y la moderación en el desempeño de las actividades terciarias, la tasa de desocupación nacional continuó disminuyendo. Los datos de diciembre mostraron una tasa de 3.1%, de tal forma que el promedio de la desocupación durante el año pasado fue de 3.4%. Sin embargo, al analizar la estructura del personal desocupado se observa que los empleos no han aportado una cantidad importante de valor agregado a la economía nacional. Del total de la población desocupada, el 42.3% cuenta con un grado de estudios por lo menos de nivel superior. Adicionalmente, el 90.5% de los desocupados posee algún grado de experiencia profesional previa. Lo anterior sugiere que las fuentes de trabajo que se están ofertando no requieren de una alta especialización, es decir, para cubrir dichas plazas no es necesario tener conocimientos académicos avanzados o incluso competencias profesionales adquiridas con anterioridad. Este escenario implica a su vez que los salarios de las fuentes de trabajo no tiendan a ser competitivas e incluso insuficientes para satisfacer las necesidades básicas de los trabajadores. Prueba de ello se presenta en el comportamiento de la tasa de subocupación, la cual durante el mes de diciembre se ubicó en niveles de 7.2%, cifra superior al 6.9% reportado en igual mes de 2016. Para que la evolución de la actividad económica sea mayor, se requiere de una mayor generación de valor agregado. La creación de puestos de trabajo que no aportan un beneficio adicional y solamente tienen como objetivo ensamblar componentes o vender mercancía extranjera sin incorporar contenido nacional, no solo merman el ritmo de crecimiento de la economía. La calidad de vida de los trabajadores también se ve afectada.
Desocupación Durante el mes de diciembre pasado la tasa de desocupación total a nivel nacional fue de 3.1%, cifra inferior al 3.4% observado durante el mismo período del 2016. Con este se cumplen 15 meses de manera consecutiva en que la tasa de desocupación registra un nivel por debajo del 4.0%. Al analizar la información por género se aprecia que para los hombres la desocupación fue ligeramente más alta que para las mujeres (3.2% en comparación con 3.0%), aunque ambos datos se ubicaron por debajo del nivel alcanzado en igual mes de 2016 (3.4% en los dos casos). En lo que respecta a las tendencias, se aprecia que la trayectoria de la desocupación total ha comenzado a estancarse, a diferencia de lo que ocurre con las tendencias correspondientes a los hombres y las mujeres. La primera muestra un comportamiento al alza, en tanto que la segunda manifiesta un movimiento ligero a la baja. Dicho comportamiento podría implicar que los niveles de desocupación no presentarán un cambio significativo en los meses por venir en comparación con los niveles alcanzados en los períodos recientes.
A nivel estatal, el comportamiento de la desocupación luce heterogéneo ya que fueron 17 las entidades que registraron una tasa por encima de la obtenida a nivel nacional. La desocupación más alta en el país se ubicó en Tabasco (7.1%), seguido por la Ciudad de México (5.2%) y Baja California Sur (4.4%); a diferencia de Guerrero (1.5%), Oaxaca (2.1%) e Hidalgo (2.3%), Estados con las tasas de desocupación más bajas. Sin embargo, la situación en Tabasco presentó una mejora importante con respecto a lo acontecido en diciembre de 2016, ya que logró disminuir su tasa de desocupación en 4.1 puntos porcentuales. Por su parte, el caso contrario se presentó en Guerrero, que fue la entidad que registró el mayor aumento en sus niveles de desocupación con un incremento de 1.9 puntos porcentuales en su tasa con respecto a la obtenida durante el mismo mes de 2016. Por otro lado, en donde no han ocurrido cambios significativos es en la estructura de la población desocupada. En cuanto al nivel de instrucción, los niveles de estudios medio superior y superior son los de mayor vigencia en los desocupados con un 42.3% del total, seguidos por el 37.5% de aquellos que cuentan con la secundaria completa. En contraste, los desocupados cuyo nivel educativo no rebasa los estudios de primaria ascienden a solamente el 6.6% del total.
De manera similar, al analizar al personal desocupado por antecedente laboral se observa que la mayoría (90.5%) cuenta con experiencia profesional previamente adquirida, en tanto que el resto de la población desocupada (9.5%) carece de dicha característica. Por la anterior, se puede inferir que los empleos que se están generando no requieren de un alto grado de especialización o de personal poco calificado tanto académica como profesionalmente, situación que podría explicar la precarización salarial y la falta de una mayor producción de valor agradado en la actividad económica nacional. En materia de subocupación el escenario resultó menos favorable. Durante el mes de diciembre la tasa de subocupación fue de 7.2%, cifra superior al 6.9% logrado en el mismo mes del 2016, situación que implica que son más las personas que se ven en la necesidad y están dispuestas a trabajar más horas durante la jornada laboral. Las actividades económicas con la mayor cantidad de subocupados fueron los servicios con 34.6% del total, seguidos por el comercio con 20.2% y el sector agropecuario con 18.0%.
El comportamiento de la subocupación durante los últimos meses comienza a verse reflejado en su tendencia, la cual comienza a mostrar un movimiento al alza. De esta forma, se podría esperar en los próximos períodos un ligero aumento en la tasa de subocupación con respecto a los niveles observados en los meses pasados. Indicador global de la actividad económica En noviembre, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) presentó un crecimiento anualizado de 1.5%. Aun con el crecimiento de 8.9% de las actividades primarias y el incremento de 2.6% de las actividades terciarias, el desempeño general del IGAE se vio limitado por la caída de 1.5% de las actividades secundarias. Adicionalmente, al comparar el desempeño del IGAE durante el mes de noviembre se aprecia que los resultados obtenidos en 2017 fueron los más bajos de los últimos 5 años, afectado principalmente por el deterioro de la actividad industrial y de un ritmo de crecimiento más moderado del sector de los servicios.
Al revisar las tendencias se observa que la trayectoria del IGAE mantiene un comportamiento positivo impulsado por el desempeño de las actividades terciarias cuya tendencia se encuentra al alza. Sin embargo, las trayectorias de las actividades primarias y secundarias mantienen un movimiento a la baja, lo cual limita la evolución favorable del IGAE. Con respecto a los ciclos, tanto el IGAE como sus componentes se localizan por debajo del potencial en donde solo los correspondientes a las actividades terciarias y al IGAE total mantienen un movimiento positivo. Dado lo anterior, es de esperar que el ritmo de crecimiento del IGAE se mantenga en terreno positivo, aunque su avance se verá limitado por las caídas en el sector secundario y por una evolución moderada de las actividades terciarias. De manera específica, el comportamiento de las actividades terciarias durante el mes de noviembre se vio impulsado por el desempeño del comercio al por mayor, actividad que exhibió el mayor crecimiento de todo el sector (6.2%). En contraste, el comercio al por menor presentó un crecimiento de 1.1%, luego de que durante el mismo mes de 2016 había logrado un incremento de 9.7%. De hecho, en los últimos 5 meses la parte mayorista ha mostrado un mejor desempeño que su contraparte minorista, manteniendo con ello el ritmo de crecimiento de la actividad comercial.
Por otro lado, las actividades legislativas nuevamente registraron el peor desempeño de todo el sector al retroceder 1.1% en términos anuales, acumulando con ello dos meses consecutivos en terreno negativo. Adicionalmente, otras de las actividades que no tuvieron un desempeño favorable fueron los servicios educativos (0.9%) y los servicios de esparcimiento (0.0%), cuyos crecimientos del período fueron apenas marginales. En cuanto a las tendencias, la mayoría de las actividades económicas que conforman al sector terciario exhiben una trayectoria positiva. En donde comienzan a presentarse señales de estancamiento es en las actividades legislativas y los servicios de esparcimiento, mientras que para los servicios educativos su tendencia ya se encuentra a la baja.
Sin embargo, al observar los ciclos, el panorama luce más complicado. El comercio al por mayor es la única actividad que muestra un movimiento positivo localizado por encima de la tendencia de largo plazo. Por su parte, el comercio al por menor y las actividades legislativas también exhiben un ciclo positivo, pero éste se encuentra por debajo del potencial. Adicionalmente, el resto de las actividades que conforma al sector presentar un ciclo con trayectoria negativa ubicada por debajo de la tendencia de largo plazo. De esta forma, el escenario anterior implica que si bien la mayoría de las actividades terciarias mantendrán un ritmo de crecimiento positivo, la magnitud del mismo podría verse reducida en los próximos períodos, limitando con ello la evolución general de todo el sector.
Dra. María F. Fonseca Paredes Decana - Región Sur Directora del CIEN Escuela de Negocios Tecnológico de Monterrey Tel.: +52 1(55) 2737 5691 maria.fonseca@itesm.mx Máster Héctor Manuel Magaña Rodríguez Coordinador de Análisis e Investigación del CIEN Tel.: +52 (55) 5864 5630 hector.magana@itesm.mx Dr. Leovardo Mata Mata Colaborador del CIEN Cien Itesm @cien_itesm Blog http://cienitesm.blogspot.mx Derechos Reservados 2012 Tecnológico De Monterrey, Campus Estado De México Prohibida Su Reproducción Parcial O Total Por Cualquier Medio O Método Sin Autorización Previa Por Escrito Del Tecnológico De Monterrey