La Fitopatología es la ciencia que estudia las enfermedades de las plantas, considerando los agentes causales, su interacción con los hospederos, así como su sintomatología y medios de control. El control o tratamiento de las enfermedades en las plantas resulta del diagnóstico de la muestra de tejido vegetal afectado. Por lo tanto, el diagnóstico fitopatológico se refiere a la determinación del agente causal de una enfermedad y es una de las bases indispensables para lograr un control eficaz, ya que solo así puede consultarse información especializada de investigaciones con el patógeno en cuestión y planear las medidas de control. Algunas enfermedades pueden ser identificadas fácilmente basándose en la experiencia del técnico y en las particularidades de los patógenos que los hacen inconfundibles, pero varias enfermedades se confunden con anomalías nutrimentales o con síntomas de otros fitopatógenos, y entonces el diagnóstico requiere de varios procesos: colecta o muestreo, aislamiento e identificación del patógeno. El muestreo fitopatológico inicia con una observación precisa de las alteraciones de nuestro cultivo, el cual debe realizarse por el personal que ha observado el desarrollo del cultivo desde su establecimiento en campo o invernadero. La información requerida del personal encargado considera desde la distribución de la enfermedad, es decir, si todas o solo algunas de las plantas presentan la sintomatología de la enfermedad. Por lo tanto, la distribución de una enfermedad varía de acuerdo con las siguientes circunstancias: 1. Plantas enfermas en todo el lote. 2. Plantas enfermas en una zona específica del lote. 3. Plantas enfermas intercaladas con plantas sanas en todo el lote. 4. Plantas enfermas intercaladas con plantas sanas en una zona específica del lote como: hileras, bordes de la plantación, partes mas bajas o distribuidas al azar. En el diagnóstico de las enfermedades fitopatológicas es importante ubicar los puntos de infección o infestación de la planta, ya que de estos se extiende la enfermedad y nos indica la forma y el medio por el cual se dispersó el patógeno en la planta, así como el origen del patógeno. Por lo tanto, el diagnostico fitopatológico depende primordialmente del muestreo o colecta del material enfermo, ya que la muestra determinará las técnicas que se aplicaran para una identificación acertada del patógeno en cuestión. La importancia del análisis de muestras vegetales con síntomas de daño por algún patógeno y su identificación radica en las pérdidas económicas que puedan causar al disminuir el rendimiento final del cultivo.
Muestreo vegetal para análisis fitopatológico Las enfermedades o anomalías fitopatológicas se presentan en hojas, raíces. tallos, etc. y se detectan cuando las plantas tienen un desarrollo anormal (brotes, órganos y crecimiento en general) y ciertas sintomatologías, como: tejido seco (muerto), lesiones, decoloraciones, pigmentaciones, manchas, rayas, pudriciones, marchitamientos, agallas, grietas, tumores, etc. Por lo tanto, es conveniente conocer el mayor número de características de la muestra vegetal colectada que permitan lograr la identificación del patógeno. El muestreo de tejido vegetal inicia con la ubicación de la parte dañada de la planta o con indicios del daño del patógeno que ayude al laboratorio a diagnosticar la muestra. Se recomienda obtener una cantidad suficiente de muestra, partes vegetales no demasiado dañadas o en estado de descomposición (Caso hongos). Por su parte, las infecciones virales frecuentemente causan alteraciones macroscópicas en las hojas, decolorándolas. Asimismo, los síntomas locales en las hojas como lesiones cloróticas o necróticas de tamaño y tipos diferentes dependen del huésped. Por lo tanto, algunos aspectos que se deben considerar al momento del muestreo son: 1. Las muestras tienen que ser representativas del problema fitopatológico que se observa en campo. 2. Colectar los órganos o partes de la planta que muestren los síntomas característicos de la enfermedad en diferentes estados o grados de desarrollo de la enfermedad. 3. En plantas grandes se debe colectar únicamente la parte o partes que presenten el daño (hojas, partes del tallo, flores o raíces afectadas), mientras que en plantas pequeñas se colectan dos o tres plantas completas. En estos casos, se deben enviar muestras de partes de la planta o plantas completas sanas que sirvan para comparar. 4. Se recomienda que el muestreo del tejido vegetal se realice cuando las plantas se encuentran secas, es decir, cuando no presentan humedad por lluvia o rocío para evitar el desarrollo de hongos y bacterias. 5. Cuando la enfermedad de la planta se debe a la presencia de insectos o ácaros, la muestra vegetal debe colectarse con el patógeno en sus diferentes grados de desarrollo (larva, ninfa, adulto y otros). Los patógenos vivos o muertos pueden enviarse en un recipiente de cierre hermético (bolsa o tubo) en cantidades mayores de 5. Si el patógeno se encuentra en estado de larva o ninfa se recomienda añadir un trozo de planta.
6. Después de realizar el muestreo es importante enviarla inmediatamente al laboratorio. Si no es el caso, la parte vegetal ni el patógeno muestreado deben exponerse al sol, se deben guardar por un máximo de 2 días a 4 C y transportarse en una hielera a baja temperatura o durante la noche. 7. La muestra vegetal constituida de hojas deben colocarse entre toallas de papel humedecidas y dentro de una caja de cartón, colocadas de tal forma que no se muevan durante su trayecto para que no se dañe la muestra. 8. En el caso de raíces, es necesario que la muestra de raíz se obtenga con un poco del suelo que las rodea para guardar la humedad y observar posteriormente con una lupa la presencia de insectos u otros organismos presentes. 9. Nunca se debe mezclar diferentes tipos de muestra en la misma bolsa, aunque provengan de la misma planta o lote. Por ejemplo, se deben separar raíces con suelo de la parte aérea, hojas separadas de ramas o tallos, frutos separados de hojas, etc. 10. Finalmente, es indispensable identificar correctamente la muestra antes de enviarse al laboratorio, dentro y fuera del empaque, pero sin que tenga contacto con la muestra. La etiqueta debe llenarse con lápiz de carbón o cera y no con tinta de lapicero. Se recomienda enviar la muestra en doble bolsa plástica y colocar la etiqueta en medio de ellas. Manejo por tipo de muestra vegetal La muestra vegetal colectada debe conservarse en las mejores condiciones posibles ya que el diagnóstico es casi imposible cuando las muestras están marchitas o en avanzado estado de pudrición. Asimismo, cuando se presenta deformación de hojas, mosaico, aclaración de venas, manchas anilladas, se deben colectar todos los estados representativos de la enfermedad, enviando al menos 15 hojas de cada síntoma envuelto en papel toalla y con bolsa plástica sellada. Cuando por alguna circunstancia no se puede colectar las raíces de las plantas de interés, debemos colectar raíces de malezas presentes en el lote (mencionar este procedimiento en la etiqueta de la muestra). La muestra de raíces debe enviarse al laboratorio tan pronto es tomada en campo o en caso contrario, mantener las muestras en ambiente fresco o hielera de unicel (10-15ºC) y evitar la exposición de las muestras al sol o temperaturas elevadas. El mantenimiento de muestras frescas es esencial para el diagnóstico de hongos y virus. También debe registrarse las labores culturales recientes (especialmente aplicaciones de plaguicidas y fertilizaciones).
En el Cuadro 1 se menciona el manejo de la muestra con daño de algún patógeno o enfermedad según el órgano dañado. Cuadro 1. Manejo de la muestra vegetal para su envío al laboratorio considerando el tipo de muestra. Tipo de muestra Plántula Hojas, ramas, flores, yemas, tallos Frutos, tubérculos, bulbos, etc. Semillas Raíces Plantas en hidroponia Patógeno Muestras con cancros y agallas Manejo para su envío Colectar la planta entera (5-10) con las raíces. A fin de no dañar las raíces, cavar alrededor de las plantas y retirarlas del suelo con cuidado. Colocar la muestra vegetal (aproximadamente 100 g) en papel absorbente humedecido dentro de bolsas dobles de plástico Envolver la muestra (5-10 kg aproximadamente) seca (sin humedad en la superficie) en papel absorbente seco o algodón que amortigüe los golpes y colocarla dentro de un envase de cartón o bolsa de papel. Colocarlas en bolsas de plástico. Muestrear raíces con un poco de suelo, aproximadamente 100 g de muestra de raíz. Colocar la muestra en bolsas de papel y luego en una bolsa de plástico dentro de una caja de cartón. Las plantas deben ser retiradas del sistema hidropónico, dejando escurrir y secar el exceso de solución nutritiva de las raíces. Las plantas deben ser colocadas en bolsa de papel o bolsa plástica perforados, debidamente identificados. Colocar de 5-10 larvas, 5-10 ninfas y 5-10 adultos por separado en bolsas o tubos de plástico. Colocar las ramas con agallas jóvenes (muestra sana y afectada por separado). Colocar la muestra sin humedad en bolsas de papel grueso selladas herméticamente (no usar bolsas de plástico). En el suelo se pueden presentar raíces con nodulaciones, decoloraciones, cancros, etc., por lo que, se recomienda tomar muestras de suelo y raices con diferentes grados de síntomas.
Muestreo de suelo para análisis fitopatológico La muestra de suelo para análisis fitopatológico debe tomarse sin considerar los primeros 5 cm de suelo superficial hasta una profundidad de 30 cm. En el caso de pasto, césped y praderas, la profundidad de muestreo recomendada es de 10-15 cm, mientras que para frutales (raíces profundas) se recomienda tomar la muestra de suelo a una profundidad de 30-60 cm. Para esto, se toman varias submuestras en toda la superficie del lote para obtener una muestra compuesta de 1 kg de suelo y/o sustrato. Las submuestras deben obtenerse en varios puntos alrededor de las plantas enfermas y mezclarse debidamente en una cubeta de plástico. Posteriormente, la muestra de suelo homogeneizada debe colocarse en una bolsa de plástico debidamente cerrada. Durante el muestreo, se debe caminar en zigzag y colectar la muestra de suelo junto con las plantas que presenten síntomas de la enfermedad, evitando aquellas que se encuentran con infecciones extremas. La muestra de suelo debe incluir toda la información disponible para facilitar el diagnóstico como: 1. Características del daño de la plaga o enfermedad. 2. Avance de la enfermedad. 3. Temperatura media. 4. Humedad relativa 5. Características de suelo. 6. Prácticas de cultivo. 7. Productos químicos aplicados (herbicidas, fertilizantes, fungicidas, etc.) 8. Otros (Clima, manejo cultural).