1. INTRODUCCIÓN Desde que el niño y la niña entran en la escuela en la educación infantil, se les solicita a sus padres su colaboración en determinadas actividades. Esta colaboración cuando se termina la educación infantil desaparece casi en la mayoría de los casos. Si la participación de los padres se consolida bien en la primera etapa de la educación, no tiene que desaparecer una vez los niños y niñas pasan a primaria. Padres y madres tienen responsabilidades compartidas en la ecuación de los hijos/as, por lo que es imprescindible que haya un contacto entre ambos. La escuela se convierte en un pilar básico para implementar la educación por diversos motivos. Es la única que acoge la totalidad de la población durante un intervalo de tiempo suficientemente extenso para trabajar unas actitudes favorables de una manera graduada y sistemática. Y por otro lado, porque acoge a los niños desde las primeras etapas de la vida, cuando se está formando su personalidad, en un momento receptivo idóneo para su aprendizaje y desarrollo, de ahí la trascendencia de la intervención preventiva y la atención temprana que implica en la práctica cuidar de los primeros años de los niños y las niñas. El tiempo y el espacio de crianza y de la primera educación son un tiempo y un espacio esenciales para responder a necesidades actuales como la conciliación de la vida familiar y laboral, la detección, avaluación y apoyo a niños con necesidades educativas específicas y a sus familias, la integración en la diversidad y la corresponsabilidad educativa. Es difícil educar sin el consentimiento y la aprobación de los padres y madres y conseguir una intensa comunicación y complicidad entre la escuela y la familia, si no es desde el inicio del proceso escolar en la etapa de infantil porque es cuando las familias configuran su propio modelo de parentalidad. La escuela infantil, más que nadie, ha de potenciar y reforzar las capacidades educativas de los padres y madres a través de múltiples recursos, como los talleres de padres y madres, los espacios familiares, las maletas didácticas, etc. (Arnaiz, 2000, 2006). En estas primeras fases los padres y madres no sólo buscan como aprender a alimentar, dormir, consolar a su hijo sino que necesitan plantearse cuestiones esenciales y transcendentes como que quiere decir educar, que espacio se concede a las demandas de los hijos, que espacio ha de ocupar su hijo en el tejido familiar, cuales son sus propias capacidades como educadores... Por tanto, entre otras razones, cuando las familias tienen un hijo buscan contextos de acogida y otras familias en situación parecida para compartir, dialogar, interrogarse, contenerse, como puede constatarse en la amplia, variada y 1
descentralizada red de posibilidades de encuentros de familias organizadas en talleres, cursos de masajes para bebés, conciertos de música clásica, formación en yoga para familias... Grupos estables de familias que incluyen la presencia de los hijos y que aglutinados por intereses culturales y/o reflexivos se convierten en contextos de crecimiento para las competencias parentales (Elorza y Rubio, 2000). Por parte de la escuela, el reconocimiento del niño como persona tiene que tener en cuenta su entorno, y para ello contar con su familia. Muchas veces, las reticencias a que la familia se implique en el proceso educativo de sus hijos vienen dadas por la escuela misma, más concretamente por los educadores, que a veces ven a los padres como personas ajenas a la educación de los niños, cuando, por el contrario, deberían ser cómplices en este proceso educativo. Otras veces, los educadores entienden que la familia tiene que trabajar codo a codo con la escuela y son los padres los que no ven la necesidad o no saben como hacerlo (Oliva y Palacios, 1999). Para adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad la escuela debe abrir sus puertas y contar con la participación y la ayuda de las familias. La escuela debe convertirse en una comunidad de aprendizaje abierta permanentemente a la colaboración de las familias. El papel de las familias es muy importante y mejora la eficacia del sistema educativo, tal y como ya se ha constatado en diferentes experiencias de comunidades de aprendizaje. La familia en muchos casos se aleja del prototipo padre+madre+hijos biológicos. Cada vez es más frecuente encontrar familias en las que ha habido una separación o divorcio, las monoparentales, las adoptivas, los niños acogidos por familiares, padres o madres homosexuales, las familias sustitutas, etc. Y todavía hay una fuerte tendencia a considerar como indeseables, negativas o al menos problemáticas para el desarrollo de los hijos las composiciones familiares que más se alejan de la tradicional. Sin embargo la investigación ha acumulado incontables evidencias que muestran que en lo que el desarrollo infantil respecta, lo importante no es el tipo de familia en que se crece sino el tipo de relaciones que en la familia se dan entre los adultos, y entre los adultos y los niños. No es pues la estructura lo que más importa, sino las relaciones y las interacciones (Palacios y Paniagua, 2005). Tener en cuenta la diversidad de estructuras y composiciones familiares es fundamental para el trabajo educativo, tanto en el trato ecuánime y sin prejuicios con las diferentes familias, como en el trabajo con los niños, particularmente en lo concerniente a contenidos relacionados con el hogar, la familia, y la vida familiar. Al hacer referencias a una familia ideal, se corre el riesgo de dar la impresión a algunos niños de que su familia es rara, o no es una auténtica familia. Hay que incluir las diferencias como algo normal en los mensajes verbales cotidianos, en los cuentos y en otros materiales o cuando se trata explícitamente la familia como tema aunque no siempre es fácil. Respecto a la diversidad familiar, un claro ejemplo de la sensibilidad del centro que conviene manejar con cuidado tiene que ver con cosas aparentemente triviales como a quien se convoca a las reuniones, el sentido del día del padre o el día de la madre por ejemplo, o de algunas celebraciones y fiestas culturales. Destacar la idea de la diversidad como pluralidad y como fuente de riqueza es muy aconsejable. Probablemente en las aulas hay más diversidad de situaciones de las que oficialmente se conocen dado que no todas las familias comparten con el centro su situación familiar. Con frecuencia madres homosexuales se presentan como familias monoparentales y no comentan su vida en pareja; o madres y padres en proceso de separación en ocasiones no plantean esta situación en el centro hasta que la 2
separación es totalmente firme. Algunos consideran este tema como privado y temen que produzca rechazo. En la medida en que el centro trate los temas familiares con amplitud de miras, tolerancia, prudencia y confidencialidad, las distintas familias se pueden sentir más cómodas y acogidas en sus distintas situaciones. 2. RAZONES PARA LA COLABORACIÓN De manera resumida y siguiendo a Palacios y Paniagua, 1993 hay una serie de razones por la que es importante dicha colaboración: Especificidad de los aprendizajes antes de los seis años: el aprendizaje de los más pequeños está completamente vinculado con las experiencias y vivencias de la vida cotidiana. Por este motivo, todo lo que hacen fuera del contexto escolar tiene tanta importancia educativa como lo que hacen en su interior. Los maestros y maestras son conscientes de este hecho y, tratan de que su trabajo educativo tenga continuidad, para lo que la colaboración y participación de los padres parece imprescindible. Necesidad de complementar la acción educativa sobre el niño y la niña: de lo anteriormente dicho se desprende la necesidad de que la intervención educativa en ambos contextos tenga un carácter de complementareidad y, también de continuidad. Para ello, lógicamente es imprescindible establecer unas buenas relaciones de colaboración. A partir de estas relaciones se podrá dar el necesario intercambio de información. La colaboración de los padres y madres garantiza una acción educativa más eficaz 3. ES NECESARIO ESTABLECER RELACIONES DE COOPERACIÓN ENTRE FAMILIA Y ESCUELA? Si bien la familia y la escuela son dos ámbitos distintos se plantean un objetivo común: la educación de los niños y el desarrollo de todas sus potencialidades. La familia es el primer agente de socialización de los niños. En su interior, estos realizaban sus primeros aprendizajes, establecen sus primeros y muy importantes vínculos emocionales y se incorporan a las pautas y hábitos de su grupo social y cultural. Por lo tanto, la familia juega un papel crucial en el desarrollo del niño. Para que la labor educativa que comparten familia y escuela se realice correctamente, la comunicación y coordinación entre padres y maestros es de la mayor importancia. Según la LOE, recoge la necesidad de que los centros docentes de Educación Infantil cooperen estrechamente con los padres o tutores a fin de tener en cuenta la responsabilidad fundamental de éstos en dicha etapa. Por estas y otras cuestiones, creemos que la cooperación entre familia y escuela es necesaria, ya que como hemos indicado anteriormente, la educación infantil es una tarea compartida de padres y educadores con el fin de llevar a cabo acciones conjuntas intencionadamente educativas. Y son fundamentales, Las relaciones fluidas y continuadas entre el centro de educación infantil y las familias permitirán unificar criterios y pautas de actuación entre los adultos que, de una u otra forma, intervienen directamente en la educación de los niños 3. VÍAS DE PARTICIPACIÓN 3
La participación de la familia se puede dar tanto en el aula, como en el centro e incluso desde sus casas. En el aula # Dentro del aula Talleres: de cocina, de construcción de instrumentos, de barro, de cuentos, de disfraces. Periodo de adaptación: la colaboración de los padres y madres en este momento es muy importante para una buena adaptación. Presentación de profesiones: aprovechando el centro de interés de las profesiones, podemos invitar a papás y mamás de diferentes profesiones. # Fuera del aula Actividades complementarias: las que se realicen dentro del horario escolar. Actividades extraescolares: las realizadas fuera del horario escolar. En el centro Consejo Escolar Asociaciones de Padres y Madres Escuelas de Padres y Madres Fiestas: del otoño, de la primavera, del agua. Celebraciones institucionales: día de la paz, día del libro Preparación y desarrollo de la fiesta de fin de curso. En sus casas Apoyando proyectos específicos: aportando fotos de los diferentes centros de interés, donando juguetes para el aula, aportándonos información de los niños y niñas... Trabajando con sus hijos e hijas los hábitos que se trabajen en el aula. Aportando material que se les solicite. 4. QUÉ MECANISMOS PODRÍAMOS UTILIZAR PARA LOGRAR QUE LA IMPLICACIÓN DE LA FAMILIA EN LOS CENTROS DE EDUCACIÓN INFANTIL FUESE EFECTIVA? Ya que hoy en día es muy importante que trabajen de manera conjunta la familia y la escuela, y para que esta cooperación sea efectiva, proponemos una serie 4
de mecanismos aumentar la asistencia y/o participación de los padres, para ello nos centramos en Villalta: - Convocatorias: se trata de una hoja atractiva, con información concisa donde indica la actividad, el lugar y la hora. - Pancartas: son de papel continuo o tela, que se suele colgar en las puertas, en la entrada, y anuncia una actividad (sólo su nombre). - Murales: de papel continuo que se coloca en la pared y donde se anuncia actividades, se realizan trabajos, se pone los dibujos de los niños, fotos, - Megafonía: se graba en una cinta el mensaje y se difunde por los altavoces, bien puede ser en el colegio, o en un coche anunciador. - Cuñas radiofónicas: se anuncia a través de las radios municipales. - Agendas de los periódicos: muchos periódicos informan sobre actividades comunitarias, sólo tendremos que comunicarle el mensaje. - Recordatorio: hoja pequeña donde se recuerda la hora, fecha y actividad. El mismo día o el día anterior. - Los folletos, cartas, panfletos y manuales: son buenos mecanismos para transmitir información. - Cursos y talleres facilitan la participación de la familia. Bassedas realiza unas propuestas para mejorar la relación familia-escuela: - Informes: para informar por escrito de la evolución que ha hecho el niño. - Escritos informativos: permiten a los padres que estén informados de las actividades complementarias. - Fiestas y celebraciones: permiten el encuentro entre padres y maestros fuera del horario escolar. Siendo un momento para conocernos mejor. - Colaboración en tareas educativas: los padres pueden ser fuentes ricas en información debido a sus profesiones, a sus experiencias como padres, por ello debemos aprovecharnos de eso e invitarlos a que nos visiten y nos cuenten. - Entrevistas con los padres: de este modo además de comunicarnos con los padres y conocernos, nos permite saber más información sobre los niños. - Cuestionarios: es otra técnica que nos permite recoger información, pero mediante preguntas estructuradas y en torno a un tema. Vila Mendiburu realiza otras propuestas para acercar la familia al centro: - Familias en el aula: se permitirá su entrada al aula para que observen a los niños. - Talleres conjuntos familias-educadores. - Reuniones informales familias-educadores: después de comer, se juntan para tomar café y charlar. - Manuales de estimulación: la escuela facilita unos materiales para iniciar la educación de su hijo desde la propia familia. - Cuadernos de información: anotamos día a día los aspectos más relevantes. - Asamblea de padres de clase o nivel: para informar, intercambiar información, - Comisión de trabajo de las asociaciones de padres: las cuales organizan talleres, se coordinan con otras ampas, - Libretas personales. - Libreta viajera. - Que se dice sobre es un rincón donde hay artículos demandados por los padres. - Diseños de actividades comunes escuela-comunidad. - Presencia de profesionales no enseñantes en las actividades docentes: talleres multidisciplinares. Ibáñez propone unas actividades que pueden desarrollar los padres para colaborar en el aula: - Ayudante de clase. - Acompañante en las salidas extraescolares. - Contar cuentos. 5
- Visita para explicar a la clase su trabajo. - Apoyo en casa para realizar las tareas escolares. - Participación en actividades escolares y extraescolares. - Reuniones con grupos de padres, 5. BIBLIOGRAFÍA Palacios, J. y Oliva, A.(1991):Ideas de Madres y Educadores sobre la Educación Infantil. MEC. Madrid Palacios, J. y Paniagua, G.(1993):Colaboración de los padres. MEC. Madrid. Tschorne, P. y Otras( 1992): Padres y madres en la escuela. Una guía para la participación. Paidós. Barcelona. 6