EL NUEVO MODELO DE SOBERANÍA ALIMENTARIA EN AMÉRICA LATINA. RESUMEN

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1 EL NUEVO MODELO DE SOBERANÍA ALIMENTARIA EN AMÉRICA LATINA. Por. Blanca Rubio. 1 RESUMEN A raíz de la crisis alimentaria mundial ha declinado la visión dominante durante el neoliberalismo centrada en las ventajas comparativas y el desaliento a la producción nativa de alimentos básicos. Tanto desde los organismos multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, como desde los gobiernos con políticas alternativas al neoliberalismo, se ha puesto en primer plano la soberanía alimentaria. Sin embargo se trata de proyectos muy distintos pues para los organismos multilaterales, el G-8 y las Instituciones enfocadas a América Latina, la soberanía alimentaria es una salida para evitar la amenaza del hambre en el mundo. Asimismo se propone con la vigencia de los mercados abiertos y con el impulso de los transgénicos. En cambio, para los países con gobiernos alternativos, la soberanía alimentaria es ante todo un proyecto político, lo cual implica la autonomía del país para decidir que se produce y bajo que condiciones productivas, centrada en los pequeños campesinos, basada en la sustitución de importaciones y una fuerte penetración del Estado en la regulación de los mercados. En este contexto, el objetivo de la ponencia consiste en analizar los distintos proyectos de soberanía alimentaria que se están desarrollando en los países con gobiernos alternativos, así como los avances reales obtenidos y los retos que enfrentan. INTRODUCCIÓN. El viento rural ha cambiado de dirección en América Latina. Ya no proviene esencialmente del norte; sino que viene del sur y apunta hacia nuevos horizontes. Un abigarrado conjunto de procesos coincidentes en el nuevo milenio, están haciendo posible la emergencia de un nuevo modelo económico a contracorriente de los intereses dominantes del planeta. Este modelo que germina en los países andinos de la región se sustenta en la soberanía alimentaria. La soberanía alimentaria tiene vientos mundiales a su favor. La crisis alimentaria y el ascenso de los precios de los alimentos y materias primas, dio al traste con el modelo basado en la importación barata de alimentos. La fuerza que han adquirido en el sur del continente los movimientos indígenas y 1 Ponencia presentada al VIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología Rural, Porto de Galinhas, Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. México. Agradezco el apoyo brindado por Priscilla del Castillo en la recopilación de la información documental y estadística.

2 campesinos constituyen también fuertes factores de impulso a la soberanía alimentaria. La orientación de los países desarrollados hacia la siembra de granos para agrocombustibles agota el modelo que los convirtió en los abastecedores de alimentos del planeta. Hoy, la forma más segura de alimentar a las poblaciones se encuentra en la producción nativa de los países. Por eso, el proyecto de soberanía alimentaria vuelve a cobrar vigor en el mundo y en la región. Sin embargo, a pesar de que soplan vientos favorables para este proyecto, su concreción no es sencilla y enfrenta múltiples dificultades aún en aquellos países que intentan impulsarla como parte de su proyecto de nación. Por qué resulta tan difícil consolidar hoy un modelo rural sustentado en la soberanía alimentaria si tiene viabilidad en el ámbito mundial? Cuáles son los factores que permiten su desarrollo y cuales los elementos internos que dificultan su avance? Es todavía el campesino un sector viable para sostener la producción alimentaria de un país? Hasta que punto el Neoliberalismo desestructuró la agricultura regional impidiendo ahora que surja un proyecto de autosuficiencia y soberanía alimentaria sustentado en los pequeños productores rurales? Tales interrogantes constituyen el eje principal de esta ponencia. Se pretende analizar en ella las circunstancias mundiales que han permitido el ascenso de proyectos de soberanía alimentaria en la zona andina de América Latina, en el ámbito de un nuevo modelo emergente, así como los avances y dificultades que enfrentan a su paso para su consolidación. En el primer punto se aborda la crisis de hegemonía de Estados Unidos y el ascenso de un modelo alternativo al neoliberal. En el segundo apartado se analiza la crisis capitalista y alimentaria así como la nueva reconfiguración agroalimentaria mundial. En el punto tres se aborda el ascenso de la soberanía alimentaria como lineamiento impulsado por los organismos multilaterales en el ámbito mundial, mientras que en el cuarto punto se trata el modelo alternativo en América Latina. En el quinto punto se analiza el nuevo modelo de soberanía alimentaria en Venezuela, Bolivia y Ecuador y al final se proponen unas conclusiones. 1,. La crisis de hegemonía de Estados Unidos y el ascenso de un modelo alternativo al neoliberal.

3 A fines de los años noventa empezaron a ganar las elecciones en América Latina, gobiernos cuyos programas cuestionaban abiertamente al modelo neoliberal. En 1998 tomó el poder Hugo Chávez en Venezuela, seguido después por Lula en Brasil (2003), Nestor Kirchner en Argentina (2003), Tabaré Vázquez en Uruguay (2005), Evo Morales en Bolivia (2006), Manuel Zelaya en Honduras (2006), Rafael Correa en Ecuador (2007), Fernando Lugo en Paraguay (2008) y Mauricio Funes en El Salvador (2009). La lucha electoral se tornó la forma de tomar el poder para los grupos subalternos mayor viabilidad. y las fracciones disidentes al modelo económico vigente, con Después de veinte años de ascenso de un modelo altamente depredador y excluyente, éste empezó a encontrar dificultades para su desarrollo, por lo que mostró claros signos de agotamiento. El más evidente de ellos, fue el rechazo generalizado de la población. El incremento en el precio del petróleo a partir de 2003 y de las materias primas en 2007, dio pié a los gobiernos de los países latinoamericanos para una mayor autonomía económica que les permitió liquidar sus deudas con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, lo cual generó las condiciones para impulsar la mundiales. soberanía política frente a las potencias A la par con este proceso, ocurrió la segunda crisis de hegemonía de Estados Unidos. Si bien en la crisis de los años setenta había sufrido el primer descalabro al convertirse en deudor neto de Japón y declinar como única potencia en el mundo capitalista, en los recientes dos mil enfrentó el declive de su liderazgo tecnológico, evidenciado en la crisis del , cuando dejó de ser vanguardia en la rama de la microelectrónica. En el 2003 perdió el control de los precios del petróleo y en la misma década se volvió deudor neto, aunque ahora de China. Este declive de poder, permitió el ascenso de los sectores subalternos en América Latina, quienes aprovecharon las urnas para hacer valer una posición opuesta a uno de los modelos más excluyentes del capitalismo. América Latina fue el laboratorio de las experiencias neoliberales: el modelo nació aquí, y aquí se propagó y asumió sus formas más radicales. Por esta razón, el continente sufrió los efectos mas adversos del neoliberalismo y pasó a ser el eslabón más débil de la cadena, en el que proliferaron una gran cantidad

4 de gobiernos elegidos con espíritu de rechazo al neoliberalismo, a contramano de las tendencias mundiales. (Sader, Emir. 2009:71) Aún cuando la mayoría de los nuevos gobiernos constituyen el resultado del rechazo de la población al neoliberalismo, no todos han alcanzado el mismo nivel de profundidad. Están por un lado los países andinos, Venezuela, Bolivia y Ecuador a los cuáles Emir Sader llama Posneoliberales, los cuáles han impulsado procesos abiertamente antineoliberales. Por otro lado se encuentran los gobiernos llamados progresistas, en los cuáles se continúa con el esquema neoliberal pero impulsando fuertemente el gasto social. Es el caso de Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina. A pesar de esta desigualdad, lo que resulta muy interesante es la tendencia generalizada y el proceso de integración regional que ha llevado a formar un bloque contrahegémonico a través de un conjunto de iniciativas de integración que permiten fortalecer y consolidar el proceso de autonomía en la región. 2.- Crisis capitalista y reconfiguación agroalimentaria mundial. En el contexto de la segunda crisis de hegemonía de Estados Unidos, estalló en el 2008 la crisis capitalista mundial en la cual se evidenciaba el agotamiento de un régimen de acumulación, caracterizado por el dominio del capital financiero sobre el productivo. Como parte de esta crisis, sobrevino en mayo del 2008 la crisis alimentaria mundial que generó el aumento de los precios de los alimentos y materias primas, en el contexto del 70% de países con déficit alimentario y bajo el dominio de las grandes transnacionales agroalimentarias. La crisis alimentaria constituye la partera de una nueva reconfiguración del sector agroalimentario mundial, sustentada en la revalorización de los bienes agropecuarios, los granos para agrocombustibles como la vanguardia productiva de la rama, el ascenso de la concentración de la tierra y los recursos naturales por las grandes empresas multinacionales y los países emergentes que compran parcelas extranjeras para sembrar sus bienes alimentarios, el surgimiento de la renta financiera y el resurgimiento de la renta de la tierra en los bienes agropecuarios; el impulso de los monocultivos sustentados en la nueva tecnología de transgénicos; el despojo de la tierra y los recursos naturales de los pequeños campesinos e indígenas y el dominio de las

5 empresas transnacionales semilleras como Monsanto, comercializadoras e impulsoras de agrocombustibles como Cargill, ADM, y aquellas impulsoras de la tecnología de fertilizantes y plaguicidas, así como, por supuesto, las empresas financieras. Esta nueva reconfiguración constituye la salida neoliberal a la crisis alimentaria y es comandada por las grandes transnacionales en detrimento de los pequeños productores campesinos e indígenas del planeta. 3.- Resurgimiento de la soberanía alimentaria en el ámbito mundial. La crisis alimentaria generó un entorno de incertidumbre alimentaria en el El alza inusitada de los precios como producto de la financiarización de los alimentos, la restricción de las exportaciones en los países como Argentina, Kazajkastán, Rusia y Ucrania, las revueltas ocurridas en un conjunto de países por el hambre o el encarecimiento de los alimentos de las cuáles la de Haití resultó paradigmática con la destitución del primer ministro; generaron un clima de inseguridad mundial en el abastecimiento de los alimentos. A pesar de que a finales del 2008 los precios de los alimentos bajaron, no cayeron a los reducidos niveles históricos que habían conservado durante más de veinte años. En este contexto, el ascenso de los agrocombustibles y la financiarización de los alimentos han llevado a los organismos como FAO, IICA y CEPAL a pronosticar un mediano plazo signado por el sostenimiento al alza de los precios de los alimentos y materias primas de origen agropecuario. (FAO, 2009). En consecuencia, las políticas dictadas por el FMI y el BM durante el Neoliberalismo, en el sentido de privilegiar las ventajas comparativas, impulsar los acuerdos comerciales y desalentar las agriculturas nativas, han empezado a dejarse de lado. Para los organismos multilaterales y el grupo G-8, la inseguridad alimentaria actual constituye una amenaza para la estabilidad política mundial, así como un problema de oferta mundial, dado un acelerado crecimiento de la población esperado en 2000 millones de personas dentro de veinte años. Esto indica que, su preocupación principal en la coyuntura actual no está enfocada al mejoramiento alimentario de los países dependientes y mucho

6 menos de los campesinos, sino que se focaliza en la preservación de las condiciones para el desarrollo del sistema y con él, de la inversión capitalista. Se trata de evitar que la situación alimentaria redunde en una ingobernabilidad que amenace al sistema. (Rubio, Blanca. 2009:11) En este contexto, su estrategia consiste en reducir la ayuda alimentaria y buscar que los países deficitarios se vuelvan autosuficientes en el mediano plazo. Por esta razón, en la reunión celebrada por el G-8 el 10 de julio del 2009 en L Aquila Italia, se consideró que los problemas de la alimentación en el mundo representan el tema más importante a la vez que acordaron apoyar con 22 mil millones de dólares a los países de bajos ingresos que son importadores netos de alimentos, de los cuáles 11 mil millones, habían sido ya compromisos previos. 2 Por su parte, los organismos orientados a la cuestión agropecuaria como FAO e IICA, o hacia América Latina, como CEPAL, se han manifestado abiertamente por impulsar la soberanía alimentaria en la región. Señalan que la inversión en la agricultura es más redituable que en otro sectores y tiene mayor impacto en el desarrollo del país en general. Asimismo sostienen que la agricultura tiene un papel generador del empleo y del crecimiento en etapas recesivas que debe ser aprovechado. (CEPAL et. al. 2009). Aún cuando estas instituciones proponen fortalecer la agricultura sin modificar las condiciones que volvieron dependientes a los países, es decir la apertura comercial y el dominio de las empresas transnacionales, es evidente que existe una preocupación por la incertidumbre alimentaria mundial y la necesidad de fortalecer las agriculturas nativas. En este contexto, en el ámbito mundial existe una viabilidad para el retorno de la soberanía alimentaria, aunque desde las Instituciones mundiales se entienda en mayor medida como seguridad alimentaria que como soberanía, concepto que involucra una dimensión claramente política, como se verá más adelante. 4.- El modelo alternativo al neoliberalismo en América Latina. Durante el Neoliberalismo surgieron en América Latina múltiples movimientos de resistencia ante el modelo, como el del Movimiento de los Sin Tierra en 2 Fuente. L Aquila G8. Joint Statement on Global Food Security, L Aquila, 10 de julio del 2009.

7 Brasil, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en México, los cocaleros en Bolivia, la Confederación Nacional Indígena de Ecuador, los piqueteros en Argentina. Aún cuando algunos de ellos alcanzaron gran radicalidad y lograron derrocar a dos presidentes como en el caso de la CONAIE, no pudieron sin embargo tomar el poder. Esta experiencia dejó claro que la vía de las movilizaciones había sido insuficiente para consolidar la posición de las clases subalternas en el Neoliberalismo. A fines de los noventa y principios de los 2000, como señalamos, se abrió la vía electoral como una posibilidad real de cambio. Aún cuando durante el Neoliberalismo múltiples partidos de izquierda habían buscado disputar el poder a través de las elecciones, una vez en el puesto de gobierno se habían visto presionados para seguir las mismas políticas que los gobiernos de centro o de derecha, debido a la fuerza del neoliberalismo. Sin embargo, la segunda crisis de hegemonía de Estados Unidos, la renegociación de la deuda por los países más grandes, el incremento de los precios de las materias primas y del petróleo, generaron las condiciones para que los gobiernos de oposición pudieran cambiar las políticas e iniciar un modelo alternativo al Neoliberal, al que Emir Sader llama postneoliberal, como un proceso en construcción. Lo que llamamos posneoliberalismo es una categoría descriptiva que designa diferentes grados de negación del modelo, pero todavía no un nuevo modelo: es, a la vez, un conjunto híbrido de fuerzas que componen alianzas sobre las cuáles se basan los nuevos proyectos. (Sader, Emir. 2009:74) Aún cuando el gobierno de Chávez lleva más de diez años y el de Evo Morales cinco años, la construcción de un proyecto distinto ha enfrentado múltiples dificultades. Ambos gobiernos han estado a punto de perder el poder. El de Chávez con el golpe de estado del 2002, y el de Morales con el movimiento separatista de Santa Cruz. Por su parte, el gobierno de Correa en Ecuador lleva solamente tres años. Se trata por tanto de gobiernos que enfrentan una gran inestabilidad y que, al fragor de la lucha por consolidar el poder frente a los sectores oligárquicos y la presión internacional, van introduciendo los cambios de orientación que permitan construir las bases de un nuevo modelo. En este contexto, los tres gobiernos han avanzado en el establecimiento consensuado de una Nueva Constituyente, que implica la refundación de los

8 estados y que tuvo el propósito de generar cambios estructurales que quedaran establecidos, independientemente del gobierno en turno. Asimismo, han fortalecido el gasto social. El caso más relevante es el de Venezuela donde el 46% del presupuesto se destina a fines sociales, vía programas de salud, educación y el área de producción. (Walter Carlos ). A la vez que han avanzado en la nacionalización de los recursos naturales que estaban en manos privadas y, como señalamos, han fortalecido la integración regional. Las iniciativas como la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), basada en la solidaridad, la cooperación y las ventajas complementarias; PETROCARIBE, mecanismo de cooperación sur-sur para sustituir deuda externa y cara y la unión de Naciones del Sur (UNASUR), así como el Banco del Sur, Son instituciones que pueden constituir un importante contrapoder hacia la dependencia financiera del capital privado internacional y una mayor autonomía política respecto al G-8, el BID, el FMI y el BM. (Gauster y Fradejas. 2008). Estas fuerzas avanzaron en la línea de menor resistencia del neoliberalismo en especial las políticas sociales, por las devastaciones que el neoliberalismo produjo en este plano- y en los proyectos de integración regional por el fracaso de las políticas de libre comercio en el continente-, como asimismo en los grados de recomposición de los Estados- convertidos en Estados mínimos por el neoliberalismo- de promover regulaciones y retomar su función de extender y garantizar los derechos sociales. (Sader, Emir. 2009:192) Se trata pues de un proyecto en construcción que involucra a pocos países en su versión más radical y por tanto, enfrenta una fuerte presión interna y externa que dificulta la concreción de los cambios. En este contexto, logrará culminar en un nuevo modelo solamente si consolida su dimensión regional para poder dar la batalla sobre un frente unido y no mediante países aislados que pueden ser fácil presa de los intereses mundiales dominantes. En la salida de la crisis capitalista y hegemónica, cuando se vuelva a fortalecer el poder de la nación hegemónica que surja, se definirá la suerte del modelo alternativo al Neoliberal. Vale mencionar que, entre los países de estudio, existe una concepción diferente sobre el tipo de modelo que están construyendo. Mientras para Chávez se trata del Socialismo Comunitario, para Evo Morales es Capitalismo andino, como una etapa de transición y para Rafael Correa es el Modelo del Sumak Kawsay, o el buen vivir, que implica una nueva versión del desarrollo. Todos son proyectos en construcción, con mayor solidez dependiendo del

9 tiempo que llevan en el poder. De esta suerte, el de Venezuela constituye el modelo mas avanzado, pues ha logrado ejercer un dominio sobre las empresas transnacionales. El de Bolivia se encuentra en proceso de consolidación después del referéndum autonómico, mientras que el de Correa está todavía en un nivel muy incipiente. Todos, sin embargo, llevan una nueva simiente. 5.- El nuevo Modelo de Soberanía Alimentaria en América Latina. A diferencia del concepto de soberanía alimentaria impulsado por las Instituciones Multilaterales, los países andinos sostienen una orientación de la soberanía como una opción política con miras a salvaguardar la identidad y seguridad nacional. La soberanía alimentaria en un sentido amplio la entendemos como: ( ) el derecho de todos los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de manera sostenible y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo; a proteger y regular la producción agrícola nacional y los mercados domésticos para realizar objetivos de un desarrollo endógeno y sostenible; articulado desde los propios territorios; a buscar la autosuficiencia alimentaria; a reconocer y respetar los derechos y el papel de las mujeres en la producción de alimentos; a parar las importaciones bajo dumping en los mercados nacionales, así como el poder desmesurado de ciertos agronegocios. (Gauster y Fradejas. 2008). Impulsar este objetivo para los países andinos ha constituido un enorme reto dadas las condiciones que asumieron los gobiernos al tomar el poder. Tanto Venezuela, como Bolivia y Ecuador han sido tradicionalmente países dependientes de alimentos, cada uno con condiciones particulares que implican profundas transformaciones para convertirlos en autosuficientes El caso de Venezuela. Poco después de asumir el poder, Chávez convocó a una Asamblea Constituyente para refundar la República. El 15 de diciembre de 1999 la Asamblea emitió un Proyecto de Constitución. En el ámbito rural, se emitió la Ley de Tierras y Desarrollo Agrícola autorizada por la Ley Habilitante en noviembre del 2001, la cual señala en su artículo 305: El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica de desarrollo rural integral a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población; entendida como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a estos por parte del

10 público consumidor. La seguridad alimentaria se alcanzará desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna. En cuanto a los mecanismos para llevar a cabo estos objetivos se impulsó el Plan Nacional de Desarrollo Agrícola y de la Alimentación, generado en el año Como puede observarse, en esta propuesta inicial, aparece todavía el concepto de seguridad alimentaria planteada en términos de disponibilidad de alimentos para la población. Tal visión será transformada en la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria sancionada el 31 de julio del 2008, donde se establece. Garantizar la Seguridad y Soberanía Agroalimentaria, en concordancia con los lineamientos, principios y fines constitucionales y legales en materia de seguridad y defensa integral de la nación. Durante los primeros cinco años del gobierno, se avanzó muy poco en concretar los objetivos planteados debido a que el gobierno se orientó a resolver los problemas de gobernabilidad impulsados por los opositores, fundamentalmente ante el Plan de Tierras. El ya mencionado golpe de estado en 2002 y el paro petrolero de diciembre del 2002 a febrero del En este contexto, los primeros años de gobierno lo que se logró fue afinar el proyecto sin mayores posibilidades de su aplicación.(parker, Dick. 2008:129) Cuando ya se consolidó el gobierno de Chávez y se estuvo en posibilidades de impulsar su proyecto se enfrentaron una serie de problemas de gran envergadura. En primer término, el hecho de que Venezuela constituya un importante productor de petróleo, llevó durante mas de medio siglo a una política consistente en cubrir las necesidades alimentarias con importaciones, dada la obtención de la renta petrolera con una divisa sobrevaluada, lo cual traía consigo que resultaran baratas las importaciones, incluyendo los alimentos. Si a esto se suma que de 1982 al 2006 los precios de los alimentos estuvieron a la baja en el mercado internacional, se entenderá que durante el Neoliberalismo se profundizó la dependencia alimentaria. Los años 90, en general, eran de estancamiento de la producción agrícola, una reducción del área sembrada y mas penurias para los campesinos. (Parker, Dick. 2008:127)

11 De esta suerte, el reto planteado por el nuevo gobierno consistía en revertir esta situación, impulsando la producción nacional en un contexto donde resultaba mas barato importar los alimentos. Tal situación traía consigo otro inconveniente. No era posible impulsar la producción nacional aumentando los precios a los productores debido al problema de la inflación que alcanzaba a inicios del gobierno de Chávez dos dígitos. En este contexto, lo que definió claramente la política a seguir fue el paro petrolero del 2002, en el cual las grandes empresas de la agroindustria como La Polar y Agroisleña impulsaron un acaparamiento de alimentos que paralizó el sistema de distribución de alimentos y puso en jaque al Gobierno ante su impacto en la población. Se impulsaron entonces tres políticas concertadas. Una en el plano de la distribución de alimentos, otra en el de los pequeños productores rurales y la tercera en el plano del control de las agroindustrias transnacionales. La primera consistió en la Misión Mercal en 2003, que tenía como objetivo crear una red de distribución de alimentos que hiciera contrapeso a la agroindustria privada y beneficiara al consumidor con precios bajos. La segunda consistió en apoyar a los pequeños productores rurales sin elevar los precios de sus productos, dado el problema de la inflación. Para ello se intentó abaratar los costos con créditos blandos e insumos baratos como los fertilizantes. Asimismo se planteó la distribución de la tierra entre los pequeños productores para impulsar la producción alimentaria nacional. En el tercer punto, en la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Alimentaria se establecieron penas ejemplares (1,000 U.T. a 10,000 U.T. o prisión de 6 meses a 3 años) a quienes produzcan daños premeditados a la producción o se dediquen a la obstrucción, destrucción o deterioro de las reservas estratégicas. (Parker, Dick. 2008:133) Los resultados en estas tres líneas de política han sido muy variables. La Misión Mercal fue un éxito pues se llegó a tener el control del 40% de los alimentos en el país, abaratando sus costos para la población. Si bien en 2006 los beneficiarios del Mercal disminuyeron al 30%, para 2007 alcanzaba el 42.4%, seguido de los abastos y bodegas con 30.3%, los supermercados

12 independientes con 29.7% y las cadenas de supermercados con 23.3%. (Parker, Dick. 2008:141) A pesar de este avance, el aumento de la demanda en un 30% originó a los Mercales problemas de distribución y abasto por lo que en 2008 se creó la empresa Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (PDVAL) que se sumó a las operaciones desarrolladas por Mercal. (Morales, Agustín. 2009:142) En cuanto al apoyo a los campesinos, el mayor logro se encuentra en la distribución de la tierra. Para 2006 se habían otorgado 78, 463 unidades productivas en hectáreas. Si bien, la mayor parte de las tierras son del Estado y se ha avanzado poco en la distribución privada de la tierra, en la mencionada Ley de Tierras se establece: Artículo 307. El régimen latifundista es contrario al interés social. La ley dispondrá lo conducente en materia tributaria para gravar las tierras ociosas y establecerá las medidas necesarias para su transformación en unidades económicas productivas, rescatando igualmente las tierras de vocación agrícola. Los campesinos o campesinas y demás productoras agropecuarias tienen derecho a la propiedad de la tierra La distribución de tierras se ha orientado a la formación de cooperativas con el fin de evitar que el reparto individual lleve a la minifundización e impida incrementar la producción nacional. A pesar de los esfuerzos mencionados el mayor logro en el campo lo constituye el apoyo social, pues los campesinos valoran el acceso a la educación sin pago y tener servicios de salud. Finalmente, en cuanto al tercer punto se observa un avance muy importante en el control de las transnacionales, pues después de la crisis alimentaria y debido al abuso sobre los precios del arroz, Chávez intervino a la empresa Polar y a una filial de Cargill, con el fin de impedir la especulación en En el 2010, intervino a la empresa Mexicana Gruma, por las mismas razones. En términos de balance se puede decir que el gobierno ha avanzado en el control de la distribución de alimentos, que tiene un gran apoyo de los campesinos debido al mejoramiento de los servicios de salud y educación así como al reparto de tierras y se ha logrado controlar a las empresas transnacionales en las acciones especulativas. Asimismo se ha logrado incrementar la superficie cosechada de cereales que aumentó de 689,636 hectáreas en 1998 a 1,183,974 en el (Parker, Dick. 2008:138)

13 Además, se han logrado avances importantes en la superación de la dependencia alimentaria, pues las importaciones de maíz de 1998 al 2009 crecieron en volumen en un 1.1% cuando habían aumentado en un 7.3% de 90 a 98. Las de trigo crecieron en 1.6% en el gobierno de Chávez, mientras habían crecido al 1.8% en el período anterior mencionado, y las de soya decrecieron en un -21.7% de 1998 al Solamente las importaciones de arroz han crecido fuertemente pues aumentaron en un 18.1% durante el gobierno de Chávez. 3 De ahí que se haya impulsado una lucha si cuartel con las agroindustrias arroceras durante la crisis alimentaria. En resumen, el modelo de soberanía alimentaria en Venezuela constituye un proceso en construcción, cuyo lado débil sigue siendo el impulso a la producción interna y el mejoramiento de las condiciones de producción para los campesinos. Sin embargo, se han colocado los pilares de un nuevo modelo con la distribución de tierras, el impulso al gasto social y el control sobre las empresas transnacionales El caso de Bolivia. Evo Morales asumió el poder en diciembre del En enero del 2009, luego de múltiples dificultades fue aprobada la nueva Constitución Política del Estado por un 61% de los votantes. Sin embargo, antes de aprobar la Nueva Constituyente, se impulsó la Revolución Rural, Agropecuaria y Forestal, lo que constituye el Plan del Ministerio de Desarrollo Rural, Agropecuario y forestal, presentado en noviembre del En este documento se propone: Un nuevo patrón de desarrollo productivo rural que sea ambientalmente sustentable, que alcance la soberanía alimentaria y que genere un mayor excedente, con base en sistemas de producción agrícola y forestal comunitarios, asociativos e individuales- más eficientes en el uso de los recursos naturales y de las tecnologías disponibles para ese cometido. (MDRA y MA. 2008). En este contexto, la orientación inicial del gobierno de Evo Morales sobre el campo lo constituyó resolver el problema de la tierra. Se partió de la concepción según la cual, la única manera de modificar sustancialmente la 3 Datos obtenidos de : United Nations Statistics Division/ Commodity Trade Statistics Database.