Maestría en Psicoanálisis

Transcripción

1 ESCUELA DE GRADUADOS Maestría en Psicoanálisis Avance de tesis Nº 1 LA FUNCION DEL TOXICO EN EL SUJETO Autor: Lic. Adriana M. Silva Director: Mag. Mabel Levato

2 INTRODUCCION Presentación del la temática a tratar: El presente trabajo de investigación tiene por objetivo analizar la función del tóxico (droga) en el Sujeto teniendo en cuenta las diferentes estructuras psíquicas y el modo de vinculación particular que tiene ese sujeto con la droga y responde puramente a un orden teórico. Relevancia del tema: Se trabajará sobre temas centrales que hacen al problema de las adicciones desde una mirada teórica a fin de intentar dar algunas respuestas a las patologias que se presentan de modo creciente en la actualidad. Características clasificatorias de la investigación La presente investigación se realizará desde el psicoanálisis freudiano y lacaniano teniendo en cuenta principalmente a estos autores y también a otros tales como Fabián Naparstek, Alicia Donghi, Ernesto Sinatra, que trabajan el tema dentro de la misma línea teórica. Metodología 2

3 La metodología responde al relevamiento de conceptos puramente teóricos, para lo cual se abordarán textos de Freud en los que hace mención a las adicciones y considerando entre otros conceptos, la vinculación que él le ha encontrado con respecto al autoerotismo principalmente. Desde J.Lacán, se abordarán conceptos centrales de su obra tales como la relación al falo, al goce, al Nombre del Padre Freud sostiene en El malestar en la cultura (Freud, S 2009 p. 65) que los seres humanos suelen aplicar falsos raseros; poder, éxito y riqueza es lo que pretenden para sí y lo que admiran en otros, menospreciando los verdaderos valores de la vida. Más en un juicio universal de esa índole, uno corre el peligro de olvidar la variedad del mundo humano y de su vida anímica. Freud, mediante intercambios literarios con su amigo Romain Rolland, reconoce a la religión como una ilusión a la que el hombre recurre para poder soportar los dolores desengaños, etc. que le presenta la vida, pero recibe por respuesta que Existe un sentimiento particular que denomina sensación de eternidad; un sentimiento oceánico que opera como fuente religiosa y sólo quien experimente ese sentimiento oceánico puede ser considerado religioso, aún cuando no profese ninguna fe. Para Fabián Naparstek, (Naparstek, F p.21) ese sentimiento se puede traducir como la ilusión de una completud o de un todo donde no hubiese falta alguna. Aquí sitúa a la religión como un modo de alivio frente al sufrimiento que se presenta en la cultura y además 3

4 menciona como posibles estrategias para contrarrestar ese sufrimiento, el uso de narcóticos que actúan sobre nuestro quimismo y que Freud llama muletas. El hombre busca alcanza la dicha y la felicidad y sostenerla y esto tiene dos facetas, un fin negativo y positivo: se pretende la ausencia de dolor por un lado aunque esto no lleve necesariamente a encontrar la felicidad- y vivir intensos sentimientos de placer, por el otro, pero concluye que lo único posible para el ser humano es alcanzar la primera de ellas, pues la felicidad es posible encontrarla en forma retaceada, pues sólo se puede gozar en tanto persista el contraste y por muy poco tiempo. Freud afirma que cada estrategia que se use, trae consigo un peligro pues puede llevar al sujeto al malestar mismo y menciona como ejemplos al amor como fuente de sentimientos y sensaciones altamente placenteras pero igualmente sufriente cuando el objeto de amor se pierde; a las drogas que tienen sus ventajas y sus peligros y continúa con la religión, las distracciones.,etc. En los tiempos de Freud, la toxicomanía era un hecho aislado y formaba parte de una seria de opciones que serían útiles para paliar el malestar inherente a toda cultura. Actualmente se puede hablar de una inclinación a alcanzar una única respuesta un goce que sea igual para todos, que anula las peligrosas diferencias. Siguiendo a Naparstek esta inclinación parece distinta a la planteada por Freud en el Malestar en la cultura, pues allí el consumo de narcóticos es una forma de enfrentarse a lo real. Es una época donde priman los ideales y hay cierta preponderancia del Nombre del Padre, por eso la droga se ubica en el caso de ciertos alcohólicos a los cuales en su momento los llamamos románticos-, como posible partenaire (Naparstek, F 2006 p.26) 4

5 Ideal que se convierte en deseo y que actúa como regulador de la pulsión, que en los sujetos adictos provoca el problema de no poder esperar, de la inmediatez de su satisfacción. Si se continúa avanzando en orden cronológico, aparece otro momento importante al que Miller llamó de la inexistencia del Otro en el que se habla de una generalización de las toxicomanías, siendo ésta una forma de consumo globalizada como única respuesta al malestar y según el mercado así lo ordene. Lacán anticipó algo de esto y lo relaciona con la segregación: todos aquellos que no tengan el mismo modo de goce, son pasibles de ser segregados. Resumiendo, se podrán ubicar a grandes rasgos en la presente tesis, tres momentos en relación a las drogas. El primero está vinculado al uso de drogas con fines curativos, y el problema sólo aparece frente al síndrome de abstinencia, problema que requirió la presencia de los Estados para encontrar soluciones de acuerdo a los intereses de turno; en un segundo momento, que se ubica a fines del S XIX y principios de S XX, con el advenimiento del Malestar en la cultura, Freud presenta al consumidor como un síntoma limitado que conserva su singularidad y hace lazo con el Otro y en un tercer momento, aparece con J.Lacán lo que él denominó toxicomanía generalizada, época donde cada uno goza solo de acuerdo al consumo que propone el mercado, haciendo desaparecer toda diferencia y toda singularidad. 5

6 Desarrollo de la Investigación Capitulo I 1.1. Recorrido Histórico Es bien conocido que la existencia de las drogas y de quienes la consumen no es un hecho exclusivo de este tiempo, pero si bien la historia de las drogas es milenaria, no lo es la de la toxicomanía, que tiene poco tiempo, alrededor de 150 años. Siguiendo a Antonio Escohotado, se entiende por droga a una sustancia que una vez asimilada por el cuerpo, es capaz de vencerlo aún habiéndose utilizado dosis en extremo pequeñas. Este autor señala que las primeras drogas fueron halladas en plantas enteras o partes de ellas o también en frutos que fueron venenosos tales como la mazorca del maíz arcaico o la vid silvestre. Es oportuno considerar la relación que existe entre la religión y las drogas pues ya desde los tiempos de los chamanes se la administraba,entre otros fines, para las ceremonias religiosas y así poder lograr el trance que les permitiría alcanzar el nivel óptimo para efectuar la adivinación. Asimismo en el budismo se vinculan las prácticas de meditación con el consumo de cáñamo, actualmente marihuana y según la historia Buda logra permanecer sin comer ni beber por un tiempo, gracias a los efectos de dicha droga. Alrededor del 1500, período en que se lleva a cabo la caza de brujas, no es la droga la que ocupa la atención, sino las brujas, pero eso luego cambia y se establece una relación entre el consumo, las brujerías y los demonios. 6

7 Por otra parte se le atribuye a los tainos, indígenas ubicados en lo que hoy es Venezuela, ser de los primeros pueblos consumidores de tabaco, este hallazgo fue presenciado por unos emisarios que envió Cristóbal Colón a poco de haberse producido el descubrimiento de América y luego de pasados pocos años toda Europa lo usaba cocido, lo masticaba, inhalaba o fumaba. El tabaco tuvo su encuentro primero con la medicina, pues se usó como analgésico para calmar migrañas, para trastornos digestivos, ataques de asma y hasta para curar el tétanos. Dentro del mundo griego, con su escuela hipocrática, ya no se considera a la cura como un mero acto de magia y religión sino que toma en cuenta el phármakon o droga como elemento de sanación y así es como el uso del opio cobra relevancia, aunque se reservaban para los momentos de ceremonias y divertimentos el consumo de vinos, cervezas, cáñamos, belladona, mandrágora y hachis mezclado con vino y mirra. Haciendo un pasaje al S. XIX, se encuentra que las drogas dejaron de ser vegetales milagrosos relacionados a ritos y en esto mucho tuvo que ver el avance de la química y los intereses comerciales que hicieron al descubrimiento de los principios activos de las distintas plantas. Así fue como se halla la morfina, codeína, atropina, cafeína, cocaína, heroína, mescalina, barbitúricos y diversos anestésicos y también la forma de dosificarlos para brindar la mayor seguridad al usuario. Según refiere Escohotado, el primer fármaco del S XIX fue la morfina, utilizado exitosamente en heridos de guerra durante 1870, pues cuenta con la propiedad de disminuir o suprimir el dolor, pero esto tiene como contrapartida que luego de finalizada la guerra aparecen las primeras adicciones a la morfina. Con 7

8 respecto a la cocaína (aislada en 1859), se la recomendaba para curar la tristeza y aliviar los nervios y hasta Sigmund Freud es capaz de iniciar una investigación del fármaco, investigación que incluye autoensayos y posteriores indicaciones de uso, transformándose en una autoridad mundial sobre la cocaína que según datos históricos él mismo consumió durante años. A partir de 1930, aparecen en el mercado las anfetaminas, dexanfetaminas y metanfetaminas que al ser de venta libre se las consumía para la congestión nasal, obesidad etc, pero en realidad eran estimulantes del sistema nervioso, con un potente efecto de euforia que servía para paliar los malestares depresivos, pero el hecho de que sean de venta libre las transforma en un tipo de droga que es consumida inadecuadamente produciendo intoxicaciones anfetamínicas y posteriores muertes en aquellos adictos. Siguieron por el mismo camino los barbitúricos, pero con el agravante de que éstos pueden aturdir, desinhibir y hasta matar al consumidor, por lo que fue la droga más utilizada en casos de suicidio. Se podría seguir recorriendo la historia y encontrando diferentes drogas, tales como el LSD, éxtasis, drogas de diseño y diversos modos de consumo pero es de destacar que hay un momento histórico fundamental y es cuando se detecta el síndrome de abstinencia y al ser éste ubicable dentro del ámbito de la medicina, se infiere que el hábito de consumo se debía a fin de evitar el insoportable malestar producido por la abstinencia. Se puede considerar que es aquí donde se ubica la toxicomanía. 8

9 Capitulo II 2.1. Las adicciones según S. Freud Freud refiere en la Carta 79, que a la masturbación se la puede considerar una adicción primordial y que las otras adicciones son sólo sustitutos de aquella. Se tiene en cuenta que la masturbación según Freud consta de dos fases, por un lado la evocación de la fantasía y por el otro los manejos mecánicos conducentes a la satisfacción sexual, es decir que él sostenía que en algún momento existían sólo manejos mecánicos vinculados al autoerotismo- al que luego se le agrega la fantasía, quedando así ambas fases unidas a modo de soldadura Con respecto al autoerotismo como práctica sexual, se sabe que en esta etapa la pulsión no tiene por destinatario a ninguna otra persona, sino que la satisfacción se logra en el propio cuerpo y esto es claramente observable en el chupeteo que realiza el niño cuando, una vez satisfecha la necesidad de alimentarse, lo continúa haciendo y estimulando la zona de los labios y mucosa, zona que de aquí en mas se comportará como erógena. Al principio la satisfacción de la zona erógena se sostuvo en la necesidad de alimentarse pero luego se produce lo que Freud llama divorcio entre la satisfacción sexual y la necesidad de alimento. Pero también sostiene que no todos los niños chupetean sino solo aquellos que poseen constitucionalmente un refuerzo erógeno en la zona de los labios y los cuales llegados a adultos 9

10 serían proclives a beber y fumar. Se podrá considerar esta observación de Freud como ya una predisposición constitucional a ser adicto?. Por otra parte Freud en El malestar en la cultura (Freud, S 2009 p 75) habla de un malestar, que la vida trae dolores desengaños, etc y que para soportarla es necesario recurrir a los calmantes, entre los que menciona las distracciones, las satisfacciones sustitutivas y las sustancias embriagadoras, pero las únicas que tienen injerencia sobre el cuerpo son estas últimas, capaces de alterar su química. Los seres humanos tienen como propósito en la vida, alcanzar la felicidad y mantenerla pero el sufrimiento amenaza al hombre desde el propio cuerpo que no puede evitar el dolor y la angustia; desde el mundo exterior y desde los vínculos personales y para paliarlo las formas más interesantes son las que intervienen en el propio cuerpo, pues todo sufrimiento sólo existe en tanto sea sentido. Para ello, el ingreso del químico es muy efectivo, pues estas sustancias son capaces de producir sensaciones de placer e invalidar el displacer. Estos quitapenas son útiles en cualquier momento cuando la realidad aprieta y el hombre necesita recurrir a un mundo con mejores condiciones. Para Freud la adicción sustituye al puro autoerotismo, es decir que no hay articulación con la fantasía o con la palabra, es satisfacción sin tramitación significante. Siguiendo con esta lógica se puede decir que en ese momento de fusión entre las maniobras mecánicas y el recurso de la fantasía es cuando se produce la inscripción del falo. Lacan sostiene en su Seminario 23 que creerse macho 10

11 porque se posee pene, no alcanza, pues el falo es más que eso, es la unión del pene con la función de la palabra, y puede ser utilizado como un instrumento para vincularse con el otro sexo. Pero entonces por qué se lo relaciona al pene con el falo?, sin dudas la capacidad del pene de poseer erección es muy importante para que se establezca esta relación según Freud quien en La organización genital infantil (Freud, S 2008 p 146) lo dice Para él es natural presuponer en todos los otros seres vivos, humanos y animales, un genital parecido al que él mismo posee; más aún: sabemos que hasta en las cosas inanimadas busca una forma análoga a su miembro. Esta parte del cuerpo que se excita con facilidad, parte cambiante y tan rica en sensaciones, ocupa en alto grado el interés del niño y de continuo plantea nuevas y nuevas tareas a su pulsión de investigación. Y para confirmar estos dichos, basta recordar el caso del pequeño Hans que le atribuía pene a todo ser vivo, sea grande o pequeño y es de gran interés de los niños poder verlo en otros que le sirvan de referente en relación al tamaño del mismo. Pero, al investigar, el niño descubre a pesar de todas sus negativas, que no todos sus semejantes poseen pene, con lo cual allí se enfrenta con la castración, primer pérdida altamente significativa pues está ligada a los genitales masculinos. Retomando los conceptos de Freud, se advirtió que hay una relación entre adicción y autoerotismo, y si además se lo vincula con un síntoma, podría estar en relación a la neurosis actual, que a diferencia de la neurosis que tiene su origen en un conflicto psíquico infantil, las neurosis actuales no tienen como factor etiológico los conflictos infantiles, sino que se ubican en el presente y por otra parte y a diferencia de la neurosis cuyos síntomas son la expresión simbólica de los conflictos psíquicos, en las actuales los síntomas no 11

12 constituyen una expresión simbólica sino que son producto de la insatisfacción sexual actual, y esta etiología es somática y no psíquica (como lo sería en las neurosis obsesiva o histérica). Por lo tanto, el factor que desencadena el trastorno sería la falta de descarga de la excitación sexual, en el caso de la neurosis de angustia o un alivio inadecuado de esta excitación, tal como lo sería la masturbación, en el caso de la neurastenia. Desde esta perspectiva para Freud el síntoma tiene una génesis tóxica tal como lo menciona en Contribuciones para un debate sobre el onanismo y así la adicción como reemplazo del autoerotismo, muestra sus efectos tóxicos. La práctica masturbatoria se realiza en secreto y produce malestar en quien la ejecuta, es vivida como un hecho deshonesto, así lo explica Freud en Herencia y Etiología de las Neurosis y agrega que quitarle este modo de satisfacción, es difícil, se producen recaídas, por lo que se lo debe desplazar hacia otro camino, esto es válido para toda cura por abstinencia, no basta con retirar la sustancia tóxica pues frente a la necesidad aparece la habituación que puede llegar a la adicción. Los tóxicos, entonces, reemplazan al goce sexual faltante. Capítulo III Algunos conceptos de J. Lacan vinculados a las adicciones 3.1. Para continuar con esta lógica, se hace necesario definir el concepto de goce del que hace uso J.Lacán, concepto central en su obra y que extrae de los escritos de Freud. Lacán dice que el goce es aquello que no sirve para nada, es una instancia negativa y esto lo deduce de lo que Freud manifiesta en relación al chupeteo que realiza el niño, luego de haber satisfecho su deseo de 12

13 alimentarse: ese chupeteo no sirve para nada. Asimismo Freud habla de la pulsión como anárquica, es decir que no es de nadie y su satisfacción es para sí misma, no produce intercambios ni utilidad. A estos conceptos Lacán los agrupa bajo el término de goce y Freud lo denominó pulsión de muerte. Según Naparstek (Naparstek, F 2006 p.53) Lacán menciona en Las charlas de Saint Anne lo siguiente Dos cosas resultaron puestas en evidencia por Freud y por el discurso analítico, es toda la gama del goce( ) Quiero decir, todo lo que se puede hacer tratando convenientemente a un cuerpo, incluso su cuerpo, todo esto en cierto grado participa del goce sexual. Pero el goce sexual mismo, cuando quieren ponerle la mano encima, si puedo llamarlo así, ya no es para nada sexual y se pierde ( ) No hay síntesis, a menos que ustedes llamen síntesis a que no hay más goce que el de morir. O lo que se podría llamar pulsión de muerte. Cuando Lacán habla de goce, entonces, lo hace refiriéndose a la oposición que existe entre goce y placer y así el principio de placer funciona como coto al goce pues ir mas allá del principio de placer es dolor y no placer es la senda hacia la muerte. Con respecto a las toxicomanías, se habla de un cierto goce que no pasa por el Otro, -lo que implicaría el funcionamiento fálico- y según Naparstek (Naparstek, F 2006 p.58) Miller sostiene que en las toxicomanías no hay pasaje por el Otro sexo que incluye un encuentro con otro cuerpo y con la diferencia, no se trata solo de esto, pues existen formas de acceder a un encuentro sexual sin tener que soportar la diferencia, como lo sería en el caso de la homosexualidad, por lo tanto el tema es más complejo y se trataría de que existe otro tipo de goce que pasa por el propio cuerpo y que tiene relación con 13

14 el autoerotismo, por lo tanto rechaza al Otro y conduce a la masturbación asegurándose el casamiento con la cosita de hace pipi, y la ruptura con lo fálico, que le evita al sujeto plantearse problemas sexuales. Este goce lleva a la muerte. El adicto puede usar la droga con diferentes fines, para no querer saber nada de lo sexual; para continuar con el onanismo; para acceder al otro sexo o para ser un trabajador de alto rendimiento, etc, pero a lo que se lo denomina como verdadero toxicómano es aquel que se subleva al problema sexual y se desprende del Otro así como de lo fálico.. Un sujeto puede hacer uso de la droga independientemente de su estructura, sea neurosis, psicosis o perversión, y cumplirá diversas funciones, pero que estará articulada en esa estructura y es importante poder determinar que función cumple para ese sujeto, esa droga y el acto de drogarse. En virtud de lo expuesto, Lacán, al hablar de una ruptura con la cosita de hace pipi lo vincula con lo que dice Freud sobre la masturbación como adicción primordial y con el concepto de goce, un goce que se suelta del Otro, de una satisfacción improductiva pero que el sujeto no puede dejar de hacer y que es el sendero más seguro para llegar a la muerte. Hablar de acto, según Lacán, implica un atravesamiento, no es lo mismo que la acción, el acto produce modificaciones subjetivas pues es traspasar un umbral. El umbral atravesado puede ser interno al campo del Otro y puede asimilarse a lo que son los rituales y los otros umbrales implica que lo que se atraviesa es el límite del Otro, se sale del campo del Otro. En el primer caso, se hace necesaria la presencia del Otro simbólico, a diferencia de segundo, donde el Otro es abandonado, no hay cabida a la palabra. 14

15 El acto de consumir se puede entender como el intento de tomar lo real es decir aquello que está por fuera de lo simbólico- con lo real sin ningún sostén, dejando afuera al Otro. Y esto es independiente del tipo de consumo que se realice, pues aún cuando se intenta mitigar la angustia con una pastilla, también se intenta cubrir lo real de la angustia con lo real de la pastilla. Consumiento se elimina la angustia, la tristeza, el dolor y se podría seguir enumerando todo tipo de afectos que en la actualidad están medicalizados, parece más sencillo eliminarlos que averiguar las causas. Se considera que pueden existir dos tipos de abordaje de la cuestión: por un lado teniendo en cuenta la función paterna oculto en prácticas religiosas o ideológicas- y por el otro cuando ese andamiaje no existe como tal, dando lugar a modos diferentes de relación del sujeto a la sustancia independientemente de los efectos que esa sustancia pueda producir, pues un alucinógeno producirá alucinaciones tanto en unos como en otros pero lo diferente es que, por ejemplo, en los aborígenes del norte de América, esas alucinaciones servían para validar lo que el padre les decía, era la prueba definitiva de esa voz y no quedaban ligados maníacamente a la sustancia; en el otro caso, el sujeto queda sin el Nombre del Padre y lo deja en una posición sin límites. Pero, qué es para Lacán el Nombre del Padre?, dice que no es el padre que está sentado a la mesa y que se puede ver, el de la realidad, sino que ocupa un lugar estructural como función, aunque esto no quiere decir que no tenga importancia en quien lo encarne, no es sin consecuencias. Este Nombre del Padre equivale a un ideal, pero de acuerdo a lo que Freud plantea en Tótem y Tabú, ese padre ideal es un padre que está muerto, y mientras haya más padre ideal habrá menos padre de la realidad, por eso 15

16 también Lacán sostiene que el Nombre del Padre viene por vía materna, pues el hijo recibe al padre que la madre le contó. Este padre al estar muerto ya no goza, es el padre que dice no, que establece la prohibición. Al padre de Tótem y Tabú, se lo comieron pero hay una parte que no se termina de tragar y que retorna con un goce feroz, es lo que Freud describe como contracara del padre ideal. De aquí surge para Lacán el tema de la identificación con el padre. 16

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