I. INTRODUCCIÓN NOTAS PREVIAS SOBRE EL EVANGELIO DE S. MATEO: EXPOSICION DE LA DOCTRINA Y MENTALIDAD DEL REINO EN S. MATEO.

Transcripción

1 I. INTRODUCCIÓN NOTAS PREVIAS SOBRE EL EVANGELIO DE S. MATEO: a) El N.T. se conserva en griego. La Revelación definitiva en Jesucristo viene bajo el signo del universalismo; no es hecha a un pueblo concreto sino a todos los hombres; y el idioma universal de entonces era el griego. Sin embargo, sabemos que S. Mateo dirige su Evangelio a los israelitas, y por eso lo escribió en arameo, aunque de la versión original sólo se conservan fragmentos muy pequeños. Es lógico, por tanto, que si va dirigido al pueblo de Israel, insista especialmente en la presentación de Cristo Jesús como el verdadero Mesías prometido en la Ley y los Profetas, pero en desacuerdo con la idea mesiánica judía. b) Es el Evangelio más eclesial. A esa porción elegida que era el Israel del A. T., ha sucedido la Comunidad de redimidos que es la Iglesia, de la cual Israel no era más que la sombra y el anticipo. Esa Iglesia es la familia de los que aceptan a Cristo como verdadero Mesías, Hijo de Dios Mt 16, c) La Iglesia es el culmen de las promesas hechas por Dios a Israel, pero se establece, se desarrolla y se continúa no de la manera que la tradición judaica pensaba, sino por otros cauces misteriosos y originales de Dios, que los hombres nunca hubiéramos podido ni imaginar en su grandeza, profundidad y (quizás lo más admirable) en su desconcertante simplicidad y sencillez. Estos cauces y procedimientos misteriosos de Dios es menester aceptarlos en humildad, veneración y fe. d) "Reino de los cielos", fórmula que nos saldrá con frecuencia, equivale en S. Mateo a lo que S. Marcos y S. Lucas designan con el nombre de "Reino de Dios", y es bastante próximo en significado a lo que S. Juan expresa con el término "la vida eterna". "Reino de los cielos" no significa, o no sólo significa, la gloria del cielo, sino la acción salvadora de Dios por Cristo ya aquí en la tierra, que se proyecta sin solución de continuidad en la felicidad eterna. Este Reino de los cielos es la Iglesia militante y peregrina que está en este mundo sin ser de este mundo: Jn 17,14-16 (Jn 18,36). Mi Reino no es de este mundo. La Iglesia terrestre y peregrina forma una unidad entrañable e indisoluble con la Iglesia triunfante celeste. EXPOSICION DE LA DOCTRINA Y MENTALIDAD DEL REINO EN S. MATEO. La desarrolla el Evangelista en cinco grandes bloques: Sigue este sistema: 1

2 Primero introduce una "sección narrativa" de diversos hechos del Señor, milagros, gestos proféticos, dichos etc. A continuación viene siempre un discurso de Jesucristo en que lo narrado anteriormente adquiere mayor claridad y sentido, sistematización y profundidad. He aquí estos bloques : 1º: Promulgación del Reino de los cielos. a. Sección narrativa. (Mt 3-4). b. Discurso Evangélico o Sermón del Monte. (Mt 5-7). 2º. Predicación del Reino de los cielos. a. Sección narrativa. (Mt 8-9). b. Discurso Apostólico. (Mt 10). 3º. El Misterio del Reino de los cielos. a. Sección narrativa. (Mt 11-12). b. Discurso Parabólico. (Mt 13). 4º La Iglesia, primicias del Reino de los cielos. a. Sección narrativa. (Mt 14-17). b. Discurso Eclesiástico. (Mt 18). 5º: Próxima venida del Reino de los cielos. a. Sección narrativa. (Mt 19-23). b. Discurso Escatológico. (Mt 24-25). Después viene la consumación, realización del proyecto de Dios, proclamado por Jesucristo, en la plenitud del Misterio Pascual de la muerte y resurrección del Señor. DISCURSO EVANGÉLICO O SERMON DEL MONTE. Mt 5-7. Jesucristo es la plenitud, viene como Señor absoluto, enviado del Padre con la triple potestad de enseñar (Profeta), santificar (Sacerdote) y regir (Rey). En el Sermón del Monte s. Mateo lo presenta fundamentalmente como Maestro y Profeta: En Él la Revelación de Dios llega a su punto culminante y definitivo; Cristo es la última Palabra y total de Dios a los hombres. En Él confluyen y en Él adquieren sentido definitivo y absoluto la Ley y los profetas. Él es el Intérprete fiel y auténtico del Mensaje de Dios. Él establece el sentido fiel y definitivo de la religión. La aceptación de este Magisterio de Cristo supone en los fieles: una transformación radical de su ser (surge una nueva criatura), de su mentalidad y de su conducta, actuación y género de vida. Un procedimiento frecuentemente usado para expresar este cambio es el antagonismo usado por S. Mateo: "Hasta ahora se os ha dicho... Pero yo os digo... 2

3 LAS BIENAVENTURANZAS. (Mt 5,1-11). Con esas ocho frases, como ocho pilares de un inmenso pórtico, se inaugura el Sermón. De alguna manera son la síntesis de toda la doctrina desarrollada después. Así presenta con una inmensa fuerza pedagógica y en forma gráfica y simple todo el mensaje posterior. Pero las Bienaventuranzas son algo más La aceptación de la predicación de Cristo exige una actitud determinada en el oyente, no solo para captarla, porque Cristo no pretende de ninguna manera limitarse a informar. Cristo postula una adecuación de la vida y existencia con aquello que El transmite. Su palabra es transformante desde las mismas raíces del ser, transformación que se verifica mediante un seguimiento absoluto e incondicionado del Maestro. A Cristo hay que admitirlo, amarlo, seguirlo e identificar con la suya la propia vida y la propia existencia. Solo los que van por ahí son sus discípulos. Para que Dios realice en nosotros esta obra transformante (es acción del Espíritu Santo) se requiere una determinada postura y actitud en el discípulo. Esta postura y actitud son las Bienaventuranzas. De aquí se desprende su absoluta importancia. LA AUDACIA DE JESUCRISTO El Sermón del monte es el discurso inaugural y programático de lo que será toda la doctrina y la predicación de Jesús. Si consideramos despacio las Bienaventuranzas, nos sobrecogerá pensar como se atreve así de primeras a presentar unas exigencias absolutas al auditorio. Sólo el Señor absoluto sería capaz de una cosa semejante. Solo el que lo da todo en un amor sin orillas, puede pedir un amor así. Y aquellos hombres lo escucharon hasta el final. Y muchos le siguieron e intentaron, al menos, vivir esa doctrina. Y muchos a lo largo de los siglos han ido por esos derroteros. Y muchos hoy se sienten arrastrados por esa absurda divina audacia de Cristo que fue delante. LAS BIENAVENTURANZAS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO La mayoría de las Bienaventuranzas se encuentran de modo más o menos explícito diseminadas en el A.T. Ya lo iremos viendo en cada tema El mérito de Cristo está en recogerlas, irlas como desenterrando de entre los diversos libros de la Biblia, sistematizarlas, darles una unidad y atreverse a presentarlas en bloque. Nada tiene de extraño. Ha dicho David Flusser, Profesor de Literatura judía, judío él mismo, y especialista en el N.T.: Todo el evangelio está contenido en el A.T., pero sin el Evangelio no se podría reconstruir. 3

4 La frase es acertada y profunda y merecería un largo comentario para analizar como Dios ha ido anticipando en el A.T. todo lo que Cristo nos enseñará y descubrirá después, desde la Santísima Trinidad a la Eucaristía; pero solo el mismo autor de la Biblia hubiera sido capaz de encontrarlo e interpretarlo. Aquí se da un argumento apologético de primera clase. Claro que no podemos detenernos en esta materia. Lo que afecta a nuestro propósito es valorar como de entre las páginas de la Biblia Jesús recoge las Bienaventuranzas y les da un contenido nuevo, totalmente original, impregnado de sentido neotestamentario: los términos "pobreza", "Justicia", "paz", misericordia, dolor persecución... adquieren en labios de Cristo un sentido y una profundidad insospechada, que cuanto más se estudian más sobrecogen. BIENAVENTURANZAS Y EUCARISTÍA. Jesucristo no se limitó a proclamar las Bienaventuranzas. Las vivió. Él es la encarnación de todas ellas. En cada página del Evangelio, en su Palabra, en su vida, en sus hechos, y sobre todo en su muerte, aparecen en su plenitud cada una de ellas. Y en su vida eucarística nos dejó la continuación gráfica y pedagógica de lo que fue su existencia terrena. Advirtamos, para una mejor intelección, que Cristo Eucaristía es presencia y es acción. Cristo no está inerte en nuestros altares y en nuestros sagrarios. Está su Persona en cuerpo, sangre, alma y divinidad; pero además continúa verificando en toda su potencia la acción salvadora de su muerte y resurrección. Solo que lo mismo que su figura queda oculta a nuestros ojos, y nada más es detectable por la fe, así mismo ocurre con su actividad salvadora. Si tenemos en cuenta estos dos aspectos, no nos queda más que ir considerando cada una de las Bienaventuranzas, y ver como se verifican real y verdadera, aunque misteriosamente, en el Sacramento por excelencia que es la Eucaristía. Desde la pobreza total (desposeimiento aun de su forma humana, en frase de Sto. Tomás) hasta la persecución por causa de la justicia (continúa muriendo y resucitando místicamente) todas las Bienaventuranzas adquieren en el Cristo eucarístico su cumbre suprema. OBLIGATORIEDAD DE LAS BIENAVENTURANZAS Muchas veces a lo largo de estos estudios se ha hecho la pregunta. Hasta que punto y en qué grado nos obligan las Bienaventuranzas? Trataremos de responder brevemente. Esta pregunta no tiene sentido: Nos movemos en la cumbre del amor. Las Bienaventuranzas son amor sin límite, sin discriminación y sin posibles restricciones. El Decálogo es como el suelo de la moral cristiana. El que lo quite se hunde. Las Bienaventuranzas son como quitar el techo; es dispararse en la fuerza del amor. Cristo lo plasmará al final en el mandamiento nuevo : Amad como yo os he amado. Donde está el techo del amor de Cristo. Las Bienaventuranzas (insistiremos más adelante muchas veces) son una nueva 4

5 mentalidad, una manera de concebir la vida y la existencia en un clima de amor total. Cuando se llega al amor total cesan los preceptos y las obligaciones; no porque no haya que cumplirlos, sino porque ya se cumplen por amor sin necesidad de imposiciones y menos de amenazas. COLOQUIO 1. Has hecho algún descubrimiento relativo a las Bienaventuranzas? 2. Algo que convenga subrayar por su novedad e importancia. 3. La figura de Cristo como Maestro definitivo. 4. Audacia de Jesús al proclamar de entrada esta doctrina. 5. Las Bienaventuranzas como actitud vital. Se vislumbra ya algo? 6. Bienaventuranzas y Eucaristía. Qué puntos indicarías? 7. Obligatoriedad de las Bienaventuranzas. 5