sino también con sus padres porque la menor no quería seguir yendo a clases", resalta.

Transcripción

1 14 de junio de 2006 Se suma a los golpes e insultos que padecen las víctimas - El bullying o ataque intencional y no provocado que ocurre en los colegios desde hace décadas, se hace cada vez más popular en todo el mundo. Chile no es la excepción, sin importar la condición social o económica. La psicopedagoga Sandra Ponce de León, quien trabaja en un colegio particular del barrio alto, ha observado varios casos de matonaje cibernético en los cuales niños y adolescentes son elegidos por sus pares como blanco de improperios y agresiones psicológicas. "Recuerdo una niña de quinto básico que recibía por correo electrónico insultos de grueso calibre y, como es de suponer, estaba muy afectada. Hubo que trabajar el tema no sólo con ella, sino también con sus padres porque la menor no quería seguir yendo a clases", resalta. También señala que algunos niños inventan rumores que publican en blogs o dan a conocer por medio del chat o los correos electrónicos, para desacreditar a sus compañeros y así descalificarlos frente a sus amigos. "Como están amparados en el anonimato se sienten seguros y publican las cosas más increíbles. Esto puede acarrear problemas severos a las víctimas", comenta la psicopedagoga. Este tipo de actitudes es una de las múltiples manifestaciones del bullying entendido como matonaje o victimización entre pares, que se ha manifestado con bastante crudeza en varios colegios del mundo, principalmente de Estados Unidos, dando origen a películas que dan cuenta de hechos lamentables como el de Columbine, que provocó la muerte de varios adolescentes a manos de sus compañeros de curso. "Como pediatra me ha llamado la atención este último tiempo recibir en mi consulta a niños que presentan moretones y a quienes sus padres han cambiado de colegio. Al comenzar a preguntar cómo les va en clases, cómo pasan sus recreos y cómo se llevan con sus compañeros, me he dado cuenta que están padeciendo una tremenda angustia porque, son victimizados por otros alumnos", resalta el pediatra de Clínica Alemana, Alberto 1 / 5

2 Trautmann. Los niños y adolescentes a veces no se atreven a confesar lo que están viviendo por vergüenza, miedo al ridículo, la ley del silencio o a ser maltratados aún más por sus compañeros. Por eso es importante, señala el médico, darse un momento en la consulta para indagar sobre este tema, sobre todo cuando se trata de menores que son blanco fácil de los matones como ocurre, por ejemplo, con los obesos, los niños muy estudiosos, quienes presentan un defecto físico, no tienen amigos, usan anteojos, son amanerados, de otra raza o nacionalidad. "Había un niño que asistía a un colegio religioso de clase alta y que, según me confesó, era victimizado en forma permanente por sus compañeros. En los recreos lo llevaban al baño y entre tres le metían la cabeza al excusado. La causa, al parecer, estaría relacionada con el hecho de que su condición socioeconómica era más baja, lo cual era resentido por sus pares. Otro caso es el de un varón cuyos genitales se veían más pequeños, debido al sobrepeso, dando origen a cuantiosas burlas en el baño. Esto llegó a tanto que el menor evitaba ir al baño. Comenzó a tener incontinencia urinaria y así se supo lo que ocurría", relata el doctor Trautmann. Curso Estos son algunos ejemplos del matonaje que asola los colegios chilenos y de todo el mundo, el cual debe ser abordado en forma multidisciplinaria, según explican los expertos. Justamente este tema será expuesto el jueves 15 de junio, en el marco del Curso Taller de Adolescencia, organizado por el Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Occidente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, el cual se llevará a cabo en el Auditorio Cofach del Hospital Clínico de la Fuerza Aérea de Chile, ubicado en Avda. Las Condes Nº En esta reunión, que se extenderá hasta el sábado 17, también se presentarán tópicos sobre adolescencia, sexualidad y discapacidad; drogas y alcohol; suicidio; rol del pediatra en adolescentes con dudas sobre su orientación sexual; guía práctica de anticoncepción para el pediatra; Síndrome 2 / 5

3 de Ovario Poliquístico; obesidad; trastornos alimentarios y evaluación cardiológica del adolescente deportista, entre otros. Más detalles en: ( w.med.uchile.cl/seminarios/2006/junio/programa_curso_adolescencia2006.pdf ). Los testigos del matonaje Algunas encuestas internacionales señalan que el 86% de los jóvenes entre 12 y 15 años dice que sus pares en el colegio son molestados o victimizados y que uno de cada 12 alumnos se ha quedado en casa por miedo a ir al colegio. En Chile, según cifras del psicólogo Felipe Lecannelier, el 5% de los escolares estaría en esta situación. "El 90% de los agredidos relata ansiedad, baja en las notas y pérdida de amigos o de vida social a causa del bullying", plantea el doctor Trautmann. El médico explica que esta agresión intencional no es provocada, tiene como objetivo ejercer daño físico o emocional en forma repetida en el tiempo y en ella hay un claro desbalance de poder físico, psicológico o social, produce una sensación de indefensión en la víctima. "La mayoría de las veces los empujones, amenazas, puñetazos, cachetadas, agresiones con objetos y escupos, zancadillas, patadas, robo o destrucción de elementos que son de propiedad del afectado, además de los insultos, sobrenombres, rumores y el menosprecio, ocurren durante los recreos, en el camino al colegio, en los medios de locomoción y en los baños, donde no hay supervisión del adulto", plantea el médico. También dice que las mujeres son más propensas a ejercer un matonaje solapado y psicológico, al contrario de los hombres que ejecutan principalmente violencia física y de corto plazo. "Es importante destacar que en una dinámica de bullying hay una víctima, un agresor,y un número importante de espectadores. Estos últimos son fundamentales porque le dan poder al victimario y podrían cambiar el curso de esta epidemia social", dice Trautmann. 3 / 5

4 Los agresores son individuos impulsivos, poco tolerantes a las frustraciones, carentes de empatía, que sienten la necesidad de controlar o ganar, algunos son víctimas de violencia y aprenden que el poder físico da la razón y estatus social. Incluso, muchos de ellos desertan del colegio y cuando se hacen adultos terminan en pandillas y con un nutrido prontuario criminal. Sin embargo, la situación podría ser distinta si hubiera más defensores de las víctimas, es decir, espectadores dispuestos a interceder por ellas. "Las víctimas, en general, presentan una excesiva protección parental, tienden a sufrir calladamente y a no tomar represalias. Por eso, en la gran mayoría de los casos, sus padres no saben lo que está ocurriendo. En ese sentido es muy importante que haya otras personas dispuestas a defenderlos. Hay un desbalance de poder que impide que la víctima se defienda solo. Esto no significa pelear físicamente por ellos, sino brindarles amistad y evitar que estén solos para que no sean un blanco fácil. Además, están llamados a decirle a un adulto, como el profesor jefe, lo que sucede", apunta. Medidas El médico dice que una de las primeras medidas que deben adoptar los padres y apoderados, es conversar abiertamente sobre este tema. "Tenemos que poner atención en los detalles: si el niño no tiene amigos, si no quiere ir a clases y permanentemente inventa excusas, si tiene dolores vagos, si presenta moretones o viene golpeado del colegio, o con pertenencias destruidas o robadas, sería bueno hablar con él porque puede ser una víctima a quien hay que explicarle que no es responsable de lo que está ocurriendo". Lo que tienen que hacer los padres, dice el pediatra, es tomar contacto con alguna autoridad del colegio para que corrobore la situación. También recomienda convocar a las partes, es decir, a la víctima y el victimario, para que hablen en presencia de adultos. En cuanto a los espectadores, están llamados a cuestionar al victimario para restarle poder frente al resto. Finalmente, las partes involucradas requerirán una evaluación de profesionales de la salud mental. 4 / 5

5 "Algunos colegios han establecido una política de tolerancia cero frente a estos hechos. También han habilitado un sistema de supervisión en patios y baños, además de organizar reuniones donde se puede conversar sobre el tema o llevar a cabo encuestas anónimas. Ello es bueno si impide el matonaje. No olvidemos que varios niños en el mundo se han suicidado a causa de estas conductas. Es más, ser un observador neutro es imposible, cuando vemos lo que está ocurriendo y no hacemos nada, de alguna manera amparamos un comportamiento que es nocivo para toda la sociedad", concluye el doctor Trautmann. 5 / 5