Notables pinturas decorativas en la Iglesia de Ntra. Sra. de la Merced

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Luis Miguel Cruz Padilla
hace 8 años
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1 E l artista Julio B orrell, pintando uno de los plafones. Notables pinturas decorativas en la Iglesia de Ntra. Sra. de la Merced A pintura decora tiva de altos vuelos ba obten id o un señ alado triu n fo en B arcelon a, puesto que ba sid o llam ada a e m b e lle cer la h erm osa ig lesia de gusto griego en la cual se venera la im agen de la P atron a de la ciudad condal y que un día form ara parte del C on ven to de P ad res M e rced a rio s, boy con v ertid o en su n tu oso palacio de la Capitanía G eneral. Em pren dida con gran en tu siasm o p or el R d o. S alvador B aron e, ecón om o que rige aquella parroquia, la obra de en riquecer el interior del tem plo, h acién d o lo d ig n o de la im agen h istórica que en el m ism o se venera, tan querida de los b a rcelon eses por repre- sentar a su divina P atrona, un digno d e v o to suyo ocu lto b a jo el seu d ón im o de Un catalán agradecido, leg ó im portante sum a que dió a la Junta de O bra una base sólid a para em p ren der la m agna em presa de en riquecer con soberbias pinturas religiosas alegóricas la desnuda nave de la iglesia, solicitá n d ose para ello el con cu rso d e l celebra d o ipmtor que la ba realizado, el cual tantas obras decorativas im portantes tiene esp arcid as por A m érica, entre ellas la suntuosa d ecora ción de la iglesia de los P P. F ranciscan os, de B u en os A ires y la d el C lub E spañol de L a H abana. J u lio B orrell puso a con trib u ción su talento, su in spiración, su fan tasía y su experiencia en el gé- 323

se venera la im agen de la P atron a de la ciudad condal y que un día form ara parte del C on ven to de P ad res M e rced a rio s, boy con v ertid o en su n tu oso palacio de la Capitanía G eneral.

2 B A R C E L O N A A T R A C C I O N ñ ero, trazando un com plica do y fe liz boceto, divid id o en cin co partes, a causa de las arcu acion es que seccion a n la nave, y una vez aceptado, em pren dió el ím probo trabajo con ceb id o con el m ayor entu siasm o, basta dar a la obra, inaugurada con m o tivo de la festiv id a d de N u estra Señ ora de M e rc e d e s, las últim as pin celadas. las M a d re de D io s tiene para extirpar las h erejía s y los pecados capitales que, rep resen tados por sendas y bellas figuras flageladas por la derrota, se hunden en las tin ieb la s, p erseguid os por un ángel que esgrim e en la diestra la espada flam ígera, señalando con la izquierda el lib ro de la H isto ria de la Ig le sia, sosten id o por un grupo de ángeles, la página inm ortal que con m em ora la p roclam ación d el H e aquí rápidam ente descrita en con ju n to la sob erbia com p osición pictórica que ba desarrollado D ogm a de la In m acu lad a, d eb id a al Papa P ío IX. Julio B orrell, presid ida por la divina figura de la V irgen, en el m om en to de d escen d er a B a rcelon a para h acerle la gracia de fu ndar en ella la ínclita O rd e n M e rce d a n a, cuyas in sign ias o fr e c e a los Santos P ed ro N o la sco y R a im u n d o de P eñ a fort, y al in victo rey D o n Jaim e I E l C on qu istador, los cu a les inician la com p osición en el prim er térm ino de la m ism a, ju n to al cru cero, en tanto contem plan absortos la aparición de la R ein a de los C ielos, en vu eltos en la luz que de la misma irradia, M ás all á, en lo alto d el E m píreo, las jerarqu ías angélicas, reb o sa n d o santa alegría por la N lerced con ced id a a B a rcelon a, m uestran su in ocen te co n ten to arrojan d o sob re la ciudad p referid a m a n ojos de flores que son otras tantas v irtu d es, m ientras o tros, a los acordes del órgano y de otros in stru m en tos, cantan la m agnífica S alve R egin a, vistien do el hábito característico de la celebrad a E scola - nía de la M erced. Así, la n otabilísim a con cep ción d el artista, apoyándose en tierra, se va d esa rrolla n d o e n el m ientras le rinden pleitesía, los escla vos que recob ra n su lib ertad, los esp acio, cual si la viéra en ferm os y lisiados, la m adre q u e le ofren d a su hij u elo, la aristocracia brin dán dole sus tesoros, el p u eblo ren d id o a sus plantas, l a s autorid ades y la Ig lesia, ésta m os m ás allá de los arcos que señalan el térm ino corp óreo de la na* v e, com p letada alguna vez con elem en tos arq u itectón icos, lo cual produce en quien con tem pla estas pinturas, proclam ándola M a d re y colorid as a m ed io tono y P atrona de la ciudad con un atinado con cierto con d al, y tod os por su con los dem ás elem en R e m a celestial. L a bien con cebid a alegoría sigue d esa rrollá n d ose hacia la entrada de la iglesia, ex tos d ecora tiv os d el tem plo, un e fe cto sorpren dente. H a y en esa nueva e presando plásticam en te im portan tísim a obra de el gran p oder que la E l triunfo del dogm a de Ig Inmaculada y condenación d i las- herejías. Ju lio B orell, fe liz visión 324

las M a d re de D io s tiene para extirpar las h erejía s y los pecados capitales que, rep resen tados por sendas y bellas figuras flageladas por la derrota, se hunden en las tin ieb la s, p erseguid

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4 B A R C E L O N A - A T R A C C I O N d el asunto, m aestría en el d esa rrollo d el m ism o, un con ocim ie n to p erfecto de la perspectiva de la lín ea y del color, em pleo adecu a d o de los elem en tos com plem en tarios, arte sincero en las agrupaciones y en las actitud,es de las figuras, y un gran co n o cim ien to del gén ero y del oficio, sien d o de adm irar el acierto con que p rocedió al calcular las d ificu l tades que le ofrecía, pintando sob re plano, la aplicación de esas h erm osas pinturas a la curvatura de D escen so de la Virgen a Barcelona. la navei de la iglesia. T od o, sin em bargo, ha resu ltado com o Julio B o- rrell lo había previsto ; los lien zos den tro un diapasón crom ático d iscreto, tienen algún fragm en to que brilla tal vez en d e m a sía ; p ero tardarán poco en quedar adaptadas al tono general de la cúpula y d e otras d e cora cio n e s pictóricas que en riquecen la basílica de la M e rce d. P ero, Ju lio B orrell no se ha lim ita d o a pintar esos h erm osos cuadros m urales que tanto le hon ran y que le consagran entre n osotros com o pintor d ecora tivo d e grandes alien tos, sino que, oblig a do a e llo por la arquitectura de la nave, los ha La S a lve cantada por los ángeles, vistien do los hábitos de la esco'janía. com pletado con n u m erosos

al calcular las d ificu l tades que le ofrecía, pintando sob re plano, la aplicación de esas h erm osas pinturas a la curvatura de D escen so de la Virgen a Barcelona. la navei de la iglesia.

5 B A R C E L O N A A T ' R A C C I O N p la fon es que v ien en a en riquecer la com p osición Una ilu m in ación esp lén d id a, oculta por el salien te principal, cu id an d o ad em ás de dar a los sillares y a las m olduras que p erm a n ecían h uérfan as de toda ornam en tación, ton alidad es adecuadas para que fo r m aran un con ju n to arm ón ico la nave entera, cuyos varios elem en tos d ecora tivos casan ahora perfectam en te, h acien d o resaltar los rose to n e s d orados que adornan los arcos, y p resen tando lin d os m osaicos policrom ados en los v a cíos existentes entre las p in turas. P or m anera que B orrell ha p roced id o a la d e cora ción com p leta de la nave con el m e jo r acierto, de la corn isa que se corre (por el in terior de la ig lesia, perm itirá en los días de grandes solem n id ad es religiosas, poder apreciar en tod os sus detalles la m agnífica la bor del artista que ha logrado en esta oca sión, in corp orar su n om bre al historial de uno de los tem plos m ás b e llo s de B arcelon a. N o m en os m erece por su inspiración, su talen to y su la b oriosidad, y la ciudad condal, don de viera la luz prim era, d e b e e n org u llecerse de p od erle contar entre sus m ás reputados artistas contem porán eos. sin que ni en un m om ento se apartara del estilo arqu itectón ico dom inante en,el tem plo. (F o ts, Brangulí), M A N U E L M A R IN E L -L O. U n o de tos m edallones. 327

ecora tivos casan ahora perfectam en te, h acien d o resaltar los rose to n e s d orados que adornan los arcos, y p resen tando lin d os m osaicos policrom ados en los v a cíos existentes entre las p

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